Ética
Ética
Ética
El valor normativo de la ética depende del valor normativo del fin último que constituye un punto
de referencia fundamental. Si la ética no consigue asentar la existencia en la normalidad de el fin
último del humano, del bien de la vida humana considerada como un todo, no es posible ofrecer
una idea adecuada de la vida moral.
El problema como tal es que aquello lo que la primera y propiamente le corresponde ser bueno o
malo en sentido Morales del fin global queda persona se da para su vida. Si la ética renuncia o se
siente incapaz de fundamentar un juicio de valor sobre tal fin, no tendrá no podrá comprender
adecuadamente la vida moral y encontrar a grandes dificultades para ofrecer una justificación
filosófica última de los criterios normativos concretos.
Ética y psicología.
Etica y sociología
Podemos tratar de la sociología positiva con mayor brevedad, porque los problemas que plantea
sus relaciones con la ética son enteramente paralelos a los que ya estudiados a propósito de la
psicología. La ética y la sociología coinciden en parte de su objeto material, pero difieren en su
objeto formal. La sociología describe, clasifica y mide los hechos sociales mediante métodos
empíricos y los interpreta mediante modelos de análisis elaborados por ella misma. El
planteamiento metodológico de la moderna sociología es ensimismo legítimo, siempre que no
pierde la conciencia de sus límites, y se admita la necesidad de mantener determinada relaciones
con la filosofía social, la antropología filosófica y la ética.
La ética filosófica es dirigir racionalmente la conducta hacia el bien de la vida humana considerada
como un toro, lo que la práctica hace de la ética una filosofía de las virtudes y de los vicios
humanos. La misión de la ética teológica o Teología moral es, en cambio, dirigir la conducta del
cristiano, es decir la vida específica del hombre que, haciendo habiendo acogido por la fe en la
revelación de Dios en Cristo, se hace hijo adoptivo de Dios llamado a gozar de la visión directa de
Dios uno y trino
La ética filosófica y la ética teológica guardan entre sí las mismas relaciones que se dan entre la
moral humana y la moral cristiana, entre las virtudes propias del hombre en cuanto tal de las
virtudes específicas del cristiano. El mensaje cristiano representa una verdadera novedad, pero sin
ruptura, una novedad, cumplimiento, perfeccionamiento o plenitud. Novedad, significa que lo que
el cristiano nos dice acerca de nuestra vida y de nuestro bien excede y supera lo queda razón
podría alcanzar y esperar. La ética filosófica y la ética teológica se relacionan, desde este punto de
vista, como lo incompleto y lo completo.
La novedad cristiana no anula la moral humana, sino que la presupone y la introduce dentro de sí.
La moral cristiana, además de asumir la moral humana, la lleva a su plenitud, aunque ciertamente
la vida cristiana no se reduce a ser la plenitud de la vida humana.
Hablando en términos históricos concretos, pensamos que existe un planteamiento cristiano de la
ética filosófica, sin que por ello deje de ser filosófica ni se identifique con la teología moral. La ética
cristiana es una pura investigación filosófica y no introduce ningún argumento inaccesible a
nuestra luz de la razón, en cambio en la teología moral se presupone la fe y en la argumentación
se incluye la verdad revelada que sobrepasa nuestra razón. Pero, a su vez, implica una relación con
la revelación en la medida en que incluye aquella moralidad que sólo es posible en virtud de la
revelación cristiana.