La Paz Es El Unico Camino JA
La Paz Es El Unico Camino JA
La Paz Es El Unico Camino JA
Jorge Arreaza
En todos los rincones América Latina siempre se ha dicho que el único país del
continente americano en el cual no se producen golpes de estado es los Estados
Unidos, por la sencilla razón que en ese territorio no existen embajada de los
Estados Unidos. Son esos espacios, que deberían estar dedicados a la diplomacia
y el entendimiento bilateral, los centros de conspiración en contra de los procesos
de autodeterminación nacional. Cualquier nación que pretenda velar por el
bienestar de su pueblo y no se arrodille a la insaciabilidad de Washington y su
necesidad de fagocitar todos los recursos posibles, es suceptible de un macabro
plan para intercambiar los gobernantes populares por unos parapetos de cartón
en los diversos palacios de gobierno, una casta genuflexa y entreguista.
En el caso de nuestro país, tenemos más de dos décadas resistiendo las distintas
fases de un mismo plan. La acumulación de fracasos, desplantes, torpezas y
negativas por parte de un pueblo digno, lejos de desanimar a las fuerzas
imperiales -no importa que ostenten trajes republicanos o demócratas-, pareciera
que vulnerar el orgullo soberbio y pendenciero que los caracteriza. La última
etapa del plan que han tramado contra nuestro país es la de intentar conducir a
nuestro pueblo a una guerra civil. Incitar a los hermanos a matarse los unos a los
otros, para luego venir a saciar sobre los charcos de sangre los apetitos derivados
de su alma de Nosferatu moderno.
Hay un guión y varias tramas que se desprenden este, pero sin duda su objetivo
principal es tratar de llevar al límite al pueblo venezolano por la vía de la
desesperación, la afixia, de producir dolor. No es algo que forme parte de una
suposición o de teorías de conspiración, existe un documento que explica el
mecanismo y la intencionalidad de atacar al pueblo para que este se revele
contra el gobierno acá deberías explicar un poco el documento del que siempre
hablas.
Pero sin duda, lo más perverso de toda esta situación es procurar un
enfrentamiento fraticida entre venezolanos. Para esto, han encontrado un aliado
indolente y muy obediente en una fracción de la oposición que nunca abandonó la
violencia como propuesta de acción. Que hace llamamientos continuos a la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana para tomar las armas contra el pueblo, siempre de
forma infructuosa-. Que contrata mercenarios, los entrena en Colombia y luego
los lanza en aventuradas incursiones sobre nuestras costas; estrellándose siempre
con la unión cívico-militar-policial, ejercicio popular que garantiza la soberanía y la
dignidad de nuestra Patria.
El pueblo venezolano no quiere más guerras, menos una en la que tenga que
luchar con sus propios hermanos. Recordamos la dramática escena hacia el final
de la gran película del serbio Emir Kusturica -Undeground-, inspirada en la guerra
de los balcanes. Luego de que el protagonista asesinara a su hermano viene la
poderosa sentencia: “ninguna guerra puede ser llamada como tal hasta el
momento en que un hermano mata a otro”. No hay justificación posible para
tratar de llevarnos a un conflicto intestino, tampoco hay posibilidad de que
puedan materializar su macabro plan. Ni el pueblo, ni la Revolución Bolivariana
permintirá jamás que lleguemos a ese punto. El primer legionario de la paz es, y
será, el Presidente Nicolás Maduro.