Investigación U4

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

INSTITUTO TECNOLÓGICO DEL VALLE DE ETLA

INGENIERÍA EN ENERGÍAS RENOVABLES.

INVESTIGACIÓN DE LAS DIFERENTES VÍAS DE OBTENCIÓN DE


BIOHIDRÓGENO.

ALUMNO:
RODOLFO VÁSQUEZ MENDOZA

NÚM. CONTROL:
22770022

MATERIA:
BIOCOMBUSTIBLES

ASESOR:
RITA TERESA MARTINEZ SALGADO

El Espinal, Oax. 19 de Noviembre del 2024.


VÍAS DE OBTENCIÓN DE BIOHIDRÓGENO.

1. Vías Biológicas

Estas vías se basan en el uso de microorganismos que producen hidrógeno mediante procesos

metabólicos.

Fermentación Oscura

Es un proceso biológico en el que microorganismos, en ausencia de luz y oxígeno, descomponen

materia orgánica para producir hidrógeno (H₂) y otros subproductos como ácidos orgánicos, CO₂ y

alcoholes. Este proceso es una de las vías prometedoras para la producción de biohidrógeno debido a su

capacidad de utilizar una amplia variedad de sustratos orgánicos, incluidos residuos agrícolas, industriales

y urbanos. Algunos sustratos comunes son Residuos agrícolas, industriales y aguas residuales. Sus ventajas

son ser eficiente para tratar residuos y operar a temperaturas moderadas. Una de sus limitaciones tiene baja

eficiencia de conversión energética debido a la formación de subproductos como ácidos orgánicos. (Kapdan

y Kargi, 2006).

Fotofermentación.

Es un proceso biológico en el que microorganismos fotosintéticos, como las bacterias purpúreas

no sulfurosas (e.g., Rhodobacter sphaeroides), utilizan la energía de la luz para convertir sustratos orgánicos

en hidrógeno. Este proceso ocurre en condiciones anaerobias y combina la fotosíntesis con la fermentación.

Los microorganismos fotosintéticos capturan la luz mediante pigmentos fotosintéticos (bacterioclorofilas)

y utilizan esa energía para llevar a cabo reacciones bioquímicas que producen hidrógeno a partir de ácidos

orgánicos, principalmente ácidos grasos volátiles. (Das y Veziroglu, 2001).


Fotólisis Directa.

Es un proceso mediante el cual la energía de la luz solar se utiliza para dividir directamente las

moléculas de agua (H₂O) en oxígeno (O₂) e hidrógeno (H₂). Este proceso ocurre en las células fotosintéticas

de las plantas, algas y cianobacterias durante la fotosíntesis, específicamente en la etapa luminosa. Las

reacciones se llevan a cabo en los tilacoides de los cloroplastos y son facilitadas por el complejo fotosistema

II, que utiliza la luz para romper las moléculas de agua a través de la reacción de oxigenación. (Das y

Veziroglu, 2001).

Fotólisis Indirecta.

Implica la utilización de la energía solar para generar reactivos intermedios que posteriormente

descomponen moléculas de agua o de otro sustrato para producir hidrógeno. Un ejemplo de fotólisis

indirecta es el uso de sistemas fotocatalíticos, donde un fotocatalizador (como el dióxido de titanio, TiO₂)

absorbe la luz y genera pares electrón-hueco. Estos electrones y huecos pueden participar en reacciones

redox que resultan en la producción de hidrógeno a partir de agua o de otras moléculas orgánicas. (Das y

Veziroglu, 2001).

Biofotólisis.

Es un proceso biológico en el que microorganismos fotosintéticos, como algas verdes y

cianobacterias, utilizan la energía de la luz solar para dividir el agua en oxígeno (O₂) e hidrógeno (H₂). Este

mecanismo es interesante por su potencial para la producción de hidrógeno como combustible renovable,

dado que utiliza recursos abundantes como el agua y la luz solar. Unas de sus ventajas es ser un Proceso

limpio y renovable. Sus limitaciones son su baja eficiencia y necesidad de condiciones específicas.

(Hallenbeck et al., 2009).


Digestión Anaerobia.

Es un proceso biológico en el cual microorganismos descomponen materia orgánica en ausencia

de oxígeno. Durante este proceso, los compuestos orgánicos se transforman en biogás, que contiene

principalmente metano (CH₄) e hidrógeno (H₂), junto con dióxido de carbono (CO₂) y trazas de otros gases.

Este método es una alternativa sostenible para gestionar residuos y producir energía renovable. Su ventaja

es la posibilidad de integrar producción de biogás con biohidrógeno. Limitación es la proporción de

hidrógeno suele ser baja en comparación con el metano. (Levin et al., 2004).

2. Vías Termoquímicas

Estas rutas implican el uso de calor y procesos químicos para obtener hidrógeno a partir de

biomasa.

Gasificación de Biomasa

Es un proceso termoquímico que convierte la materia orgánica en un gas sintético o "syngas"

compuesto principalmente de hidrógeno (H₂), monóxido de carbono (CO) y metano (CH₄), junto con

pequeñas cantidades de dióxido de carbono (CO₂) y otros gases. Este proceso ocurre bajo condiciones

controladas de temperatura, presión y suministro limitado de oxígeno o vapor de agua. Sus ventajas es la

alta eficiencia y aplicable a diferentes tipos de biomasa. Una de sus limitaciones es que requiere control

preciso de las condiciones y tratamiento posterior del gas para purificar el hidrógeno. (Bridgwater, 2003).

Pirólisis de Biomasa.

Es un proceso termoquímico que descompone la materia orgánica a través del calor en ausencia de

oxígeno, produciendo una variedad de productos como carbón, aceite pirolítico (bio-aceite) y gas. Este

proceso se realiza generalmente a temperaturas entre 300 y 900°C y se clasifica según el régimen térmico

y la velocidad de calentamiento pirólisis lenta, rápida o flash. Sus productos es el gas producido contiene
hidrógeno junto con otros gases como metano y monóxido de carbono. Su ventaja es la flexibilidad en los

productos obtenidos. Limitación es la eficiencia más baja en comparación con la gasificación. (Demirbas,

2001).

3. Procesos Combinados

Fermentación seguida de Gasificación.

Es un enfoque combinado que se utiliza para la conversión de biomasa en productos energéticos,

principalmente biocombustibles como etanol, y luego transformar estos productos fermentados en gas

(syngas) mediante gasificación. Este proceso permite obtener una mayor flexibilidad en la producción de

energía y puede ser una vía eficiente para generar hidrógeno, electricidad, o incluso productos químicos.

(Kapdan y Kargi, 2006).

Ciclo Integrado.

En el contexto de la conversión de biomasa a energía y productos químicos implica la combinación

de varios procesos termoquímicos y biológicos para maximizar la eficiencia global del sistema, reduciendo

costos y mejorando la sostenibilidad. En particular, cuando hablamos de fermentación seguida de

gasificación o de otros procesos de conversión de biomasa, la integración de diferentes etapas permite

aprovechar al máximo los recursos disponibles y optimizar la producción de energía y biocombustibles.

(Das y Veziroglu, 2001).


GENERACIÓN VÍA HIDROGENASA, (LIMITACIONES DEL FOTOSISTEMA II).

La generación de hidrógeno mediante hidrogenasas es un proceso biológico que involucra enzimas

especializadas llamadas hidrogenasas, las cuales catalizan la conversión de protones (H⁺) y electrones (e⁻)

en hidrógeno molecular (H₂). Este proceso es prometedor en el contexto de la producción de hidrógeno, ya

que el hidrógeno es un combustible limpio que puede ser utilizado en pilas de combustible para producir

energía sin emisiones de dióxido de carbono (CO₂). (Vignais & Billoud, 2007).

Hidrogenasas.

Las hidrogenasas son enzimas que facilitan la conversión de protones y electrones en hidrógeno

molecular. Se encuentran en varios organismos, incluyendo bacterias, algas, y algunos tipos de plantas.

Hay tres tipos principales de hidrogenasas: (Vignais & Billoud, 2007).

• [Fe]-hidrogenasas: Contienen hierro en el centro activo.

• [NiFe]-hidrogenasas: Contienen níquel y hierro, y son más comunes en bacterias.

• [FeFe]-hidrogenasas: Son las más eficientes en términos de producción de hidrógeno.

Mecanismo de acción.

Las hidrogenasas capturan electrones y protones y, mediante una reacción redox, producen

hidrógeno molecular (H₂). El proceso de generación de hidrógeno a partir de electrones y protones se puede

describir con la siguiente reacción general:

𝟐𝑯+ + 𝟐𝒆− → 𝑯𝟐

Este proceso es altamente eficiente y se realiza a bajas temperaturas, lo que lo convierte en un

candidato ideal para la producción de hidrógeno verde en procesos biológicos. (Lindblad & Zhang, 2011).
Limitaciones del Fotosistema II en la Generación de Hidrógeno.

El fotosistema II (PSII) es un complejo proteico en las membranas tilacoides de las células

vegetales, algas y cianobacterias que juega un papel crucial en la fotosíntesis. En particular, el PSII participa

en la fotólisis del agua, proceso en el cual el agua (H₂O) se divide en oxígeno (O₂), protones (H⁺), y

electrones (e⁻) mediante la absorción de luz solar. (Happe & Kuhn, 2011).

La idea de combinar el PSII con hidrogenasas para generar hidrógeno de manera eficiente se ha

investigado debido a que el PSII puede generar los electrones necesarios para la reducción de protones en

hidrógeno. Sin embargo, existen varias limitaciones inherentes en este proceso:

❖ Eficiencia de la Transferencia de Electrones.

Uno de los mayores desafíos es la eficiencia con la que los electrones generados por el PSII son

transferidos a la hidrogenasa para la producción de hidrógeno. La transferencia de electrones entre el PSII

y las hidrogenasas puede no ser suficientemente eficiente, ya que la cadena de transporte de electrones del

PSII está diseñada para generar ATP y NADPH, no para la generación directa de hidrógeno. (Vignais &

Billoud, 2007).

❖ Generación de Oxígeno.

El PSII produce oxígeno como subproducto de la fotólisis del agua. Este oxígeno es un inhibidor

para algunas hidrogenasas, especialmente las de tipo [FeFe], ya que estas enzimas pueden ser inactivadas

por el oxígeno. Esto significa que la actividad de la hidrogenasa se ve reducida cuando se genera oxígeno

en el fotosistema II, lo que limita la eficiencia global de la reacción. (Lindblad & Zhang, 2011).

❖ Estabilidad de las Hidrogenasas.

Las hidrogenasas, especialmente las [FeFe]-hidrogenasas, son extremadamente sensibles al

oxígeno. En un sistema que involucra el fotosistema II, la inactivación por oxígeno puede ser una limitación
crítica, lo que requiere medidas para proteger las hidrogenasas o diseñar sistemas en los que el oxígeno

generado por el PSII no interfiera con la producción de hidrógeno. (Vignais & Billoud, 2007).

❖ Inestabilidad a Larga Escala.

Los sistemas biológicos que combinan PSII e hidrogenasas a menudo son inestables a largo plazo.

Las hidrogenasas requieren un entorno reductor constante y la protección contra la exposición al oxígeno.

Esto dificulta su uso en reactores de producción continua de hidrógeno, ya que las enzimas pueden perder

su actividad con el tiempo. (Happe & Kuhn, 2011).

❖ Necesidad de Luz Solar Intensiva.

El proceso basado en el PSII requiere luz solar como fuente de energía. La eficiencia de la

conversión de energía solar en hidrógeno depende de la intensidad y la duración de la luz, lo que puede

hacer que el proceso sea limitado en condiciones de baja luminosidad o en zonas con acceso restringido a

la luz solar. (Lindblad & Zhang, 2011).

Alternativas y Mejoras Propuestas.

Para superar estas limitaciones, los investigadores están explorando diversas estrategias:

❖ Modificación de las Hidrogenasas.

La ingeniería genética de hidrogenasas para hacerlas más resistentes al oxígeno o más eficientes

en la transferencia de electrones puede ayudar a superar algunas de las barreras. Por ejemplo, las [NiFe]-

hidrogenasas tienen una mayor estabilidad en presencia de oxígeno en comparación con las [FeFe]-

hidrogenasas. (Vignais & Billoud, 2007).


❖ Uso de Catalizadores Artificiales:

Además de las hidrogenasas biológicas, se están desarrollando catalizadores artificiales que imitan

la actividad de las hidrogenasas. Estos catalizadores pueden ser más estables y menos susceptibles a la

inhibición por oxígeno, lo que mejora la eficiencia de la producción de hidrógeno. (Happe & Kuhn, 2011).

❖ Optimización del Fotosistema II:

Investigaciones están enfocadas en mejorar la eficiencia del fotosistema II, para lograr una mejor

transferencia de electrones hacia las hidrogenasas. Esto puede implicar la modificación del PSII o la

integración de otros complejos proteicos que mejoren la eficiencia del proceso. (Lindblad & Zhang, 2011).

❖ Diseño de Sistemas Separados:

Una estrategia alternativa es separar la fotólisis del agua y la producción de hidrógeno en sistemas

diferentes. De este modo, el oxígeno generado por el PSII no afectaría directamente a las hidrogenasas, que

podrían operar en un ambiente controlado, libre de oxígeno. (Happe & Kuhn, 2011).
FERMENTACIÓN ABE.

La fermentación ABE (acetona-butanol-etanol) tradicionalmente ha sido empleada para la

producción de disolventes industriales y biocombustibles, pero también ha ganado atención en el ámbito

de la obtención de biohidrógeno. En este contexto, la fermentación ABE se utiliza para producir hidrógeno

como un subproducto de la fermentación de azúcares u otros sustratos orgánicos. Este proceso es parte de

un enfoque más amplio de fermentación oscura, donde se busca obtener biohidrógeno a partir de residuos

orgánicos sin necesidad de luz solar, lo que lo convierte en una vía de producción eficiente y potencialmente

escalable.

Mecanismo de Producción de Biohidrógeno en la Fermentación ABE.

El biohidrógeno se produce en la fermentación ABE durante la fase de fermentación anaeróbica de

los azúcares por Clostridium acetobutylicum u otras bacterias del género Clostridium. En condiciones

anaeróbicas, estas bacterias no solo generan acetona, butanol y etanol como productos principales, sino que

también producen hidrógeno mediante la hidrogenasa, una enzima que participa en la descomposición de

compuestos orgánicos. Durante la fase acidogénica de la fermentación, los microorganismos pueden liberar

hidrógeno como un subproducto cuando metabolizan los ácidos orgánicos intermedios (Deng et al., 2012).

En este proceso, el biohidrógeno se produce principalmente durante las etapas iniciales de la

fermentación, cuando los sustratos orgánicos se descomponen. Las bacterias anaerobias como Clostridium

acetobutylicum producen gas hidrógeno a partir de la hidrólisis de los azúcares y la fermentación de

productos intermedios. Este hidrógeno es un subproducto metabólico, y su liberación está relacionada con

la actividad de la hidrogenasa y el balance redox durante el proceso fermentativo (Mermelstein, 2007).


Producción de Biohidrógeno a partir de Residuos.

Uno de los aspectos más atractivos de la fermentación ABE para la producción de biohidrógeno es

la posibilidad de usar residuos orgánicos como materia prima. Los residuos agrícolas, como paja, bagazo,

o residuos de la industria alimentaria, son ricos en azúcares y pueden ser fermentados para producir tanto

biocombustibles como hidrógeno. Esto convierte la fermentación ABE en una opción sostenible y rentable,

ya que no solo genera energía en forma de biohidrógeno, sino que también contribuye al tratamiento de

residuos (Deng et al., 2012).

En la práctica, la fermentación ABE para la producción de biohidrógeno se puede optimizar

ajustando factores como el pH, la temperatura y la concentración de sustrato para maximizar la eficiencia

de producción de hidrógeno. Algunos estudios han mostrado que el uso de sustratos ricos en azúcares y la

optimización de condiciones anaeróbicas favorecen la producción de biohidrógeno (Yun et al., 2004).

Ventajas y Desafíos.

La principal ventaja de utilizar la fermentación ABE para la obtención de biohidrógeno es la baja

necesidad de energía externa, ya que este proceso es completamente anaeróbico y no requiere de

condiciones especiales como las necesarias en la producción de hidrógeno por electrolisis. Además, la

fermentación ABE puede utilizar una amplia variedad de materiales orgánicos como sustratos, lo que le

otorga flexibilidad y hace posible su aplicación en diversas fuentes de residuos.

Sin embargo, existen varios desafíos. Uno de los mayores es la baja eficiencia en la producción de

hidrógeno en comparación con otros métodos como la fotobiología o la electrólisis. Además, la presencia

de productos secundarios como acetona y butanol puede inhibir la producción de hidrógeno a medida que

aumenta la concentración de estos compuestos en el medio (Logan et al., 2006). Otro reto es la escalabilidad

del proceso a nivel industrial, ya que la eficiencia de la conversión de sustratos en hidrógeno todavía

necesita ser mejorada para que este proceso sea económicamente viable a gran escala.
Avances y Perspectivas Futuras.

Investigaciones recientes han mostrado el potencial de la fermentación ABE para optimizar la

producción de biohidrógeno. Algunas estrategias incluyen el uso de cepas bacterianas modificadas

genéticamente que son más eficientes en la producción de hidrógeno y menos susceptibles a los efectos

tóxicos de los productos de fermentación. También se están desarrollando biorreactores más eficientes que

pueden mejorar la transferencia de electrones y la producción de hidrógeno. La combinación de la

fermentación ABE con otras tecnologías, como la gasificación o la digestión anaeróbica, podría ofrecer

una vía más eficiente para la producción de hidrógeno a partir de residuos orgánicos (Yun et al., 2004).
ELECTROLISIS MICROBIANA.

La electrólisis microbiana (EM) aplicada a la obtención de biohidrógeno es una tecnología

emergente que combina microorganismos y sistemas electroquímicos para producir hidrógeno molecular a

partir de residuos orgánicos o aguas residuales. Este proceso utiliza microorganismos electroactivos que

generan electrones a partir de materia orgánica en el ánodo. Posteriormente, estos electrones son utilizados

en el cátodo para la reducción de protones y la producción de hidrógeno, con una pequeña aplicación de

voltaje externo.

Principio de Producción de Biohidrógeno.

La electrólisis microbiana para la obtención de biohidrógeno se basa en el diseño de una celda de

electrólisis microbiana (MEC, por sus siglas en inglés). En el ánodo, microorganismos electroactivos como

Geobacter sulfurreducens y Shewanella oneidensis oxidan compuestos orgánicos, liberando electrones y

protones. Los electrones se transfieren al cátodo a través de un circuito externo, mientras que los protones

migran a través de una membrana. En el cátodo, con la ayuda de un pequeño voltaje externo (generalmente

inferior a 1 V), se reduce el agua o los protones para formar hidrógeno molecular (Logan et al., 2008).

Este proceso permite generar biohidrógeno con mayor eficiencia energética que la electrólisis

convencional, ya que la energía requerida se reduce significativamente debido a la contribución

electroquímica de los microorganismos.

Materias Primas y Fuentes de Sustrato.

Uno de los mayores atractivos de esta tecnología es su capacidad para usar desechos orgánicos

como sustrato. Los compuestos típicos incluyen:

• Residuos agrícolas como bagazo, paja o desechos vegetales.

• Aguas residuales domésticas e industriales.


• Subproductos de procesos industriales ricos en materia orgánica, como residuos de la industria

alimentaria (Escapa et al., 2016).

El uso de residuos como sustrato no solo permite la generación de hidrógeno renovable, sino que

también contribuye al tratamiento de aguas residuales, ofreciendo un beneficio ambiental adicional.

Ventajas de la Electrólisis Microbiana para la Producción de Hidrógeno.

• Eficiencia energética mejorada: En comparación con la electrólisis convencional del agua, la

MEC requiere menos energía externa para producir hidrógeno, ya que los microorganismos

generan una parte de la corriente requerida.

• Uso de materiales de desecho: Esta tecnología puede convertir residuos orgánicos en

biohidrógeno, ofreciendo una solución sostenible tanto para la gestión de residuos como para la

producción de energía.

• Producción descentralizada: La electrólisis microbiana puede implementarse a escala local,

especialmente en plantas de tratamiento de aguas residuales, para generar hidrógeno in situ.

Limitaciones y Desafíos.

A pesar de sus ventajas, esta tecnología enfrenta varios desafíos:

1. Baja eficiencia de conversión: Aunque prometedora, la eficiencia global del proceso en términos

de recuperación de hidrógeno aún necesita mejoras significativas.

2. Costo de los materiales: Los electrodos de alto rendimiento y las membranas selectivas suelen ser

costosos, lo que limita la viabilidad económica del proceso.

3. Escalabilidad: La implementación de MECs a nivel industrial sigue siendo un reto, ya que los

sistemas actuales están principalmente en fase de laboratorio o piloto.


4. Inhibición bacteriana: La acumulación de subproductos puede inhibir la actividad de las bacterias

electroactivas, reduciendo la eficiencia del proceso (Rabaey et al., 2009).

Avances Tecnológicos.

Para abordar estas limitaciones, se están desarrollando varias estrategias:

• Diseño de nuevos materiales de electrodos: El uso de materiales conductores y económicos,

como nanocompuestos de carbono, mejora la transferencia de electrones y reduce los costos.

• Ingeniería genética de microorganismos: Se están modificando bacterias electroactivas para

optimizar su capacidad de transferencia de electrones y tolerancia a condiciones adversas.

• Configuraciones híbridas: La integración de la MEC con otras tecnologías, como digestión

anaerobia, para mejorar la producción de hidrógeno y la recuperación de energía (Logan et al.,

2008).

Perspectivas Futuras.

La electrólisis microbiana tiene un gran potencial como tecnología para la producción sostenible

de biohidrógeno. Su integración con sistemas de tratamiento de residuos orgánicos o aguas residuales

podría reducir costos y aumentar la viabilidad económica. Además, el avance en materiales y el diseño de

bioceldas permitirá una implementación más amplia y eficiente.


Bibliografía

1. Kapdan, I. K., & Kargi, F. (2006). Bio-hydrogen production from waste materials. Enzyme
and Microbial Technology, 38(5), 569-582.
2. Das, D., & Veziroglu, T. N. (2001). Hydrogen production by biological processes: A
survey of literature. International Journal of Hydrogen Energy, 26(1), 13-28.
3. Hallenbeck, P. C., Abo-Hashesh, M., & Ghosh, D. (2009). Strategies for improving
biological hydrogen production. Bioresource Technology, 100(23), 4903-4910.
4. Levin, D. B., Pitt, L., & Love, M. (2004). Biohydrogen production: Prospects and
limitations to practical application. International Journal of Hydrogen Energy, 29(2), 173-
185.
5. Bridgwater, A. V. (2003). Renewable fuels and chemicals by thermal processing of
biomass. Chemical Engineering Journal, 91(2-3), 87-102.
6. Demirbas, A. (2001). Biomass resource facilities and biomass conversion processing for
fuels and chemicals. Energy Conversion and Management, 42(11), 1357-1378.
7. Vignais, P. M., & Billoud, B. (2007). Biological hydrogen production: the one-electron
reductions of protons. Cellular and Molecular Life Sciences, 64(1), 10-20.
8. Lindblad, P., & Zhang, L. (2011). Hydrogen production by cyanobacteria: Recent
advances and perspectives. Energy & Environmental Science, 4(7), 2980-2990.
9. Happe, T., & Kuhn, A. (2011). Hydrogenases: Biological role and technological
applications. Biochimica et Biophysica Acta, 1807(5), 772-781.
10. Deng, Y., Yu, Z., & Liu, L. (2012). Biohydrogen production by dark fermentation using
Clostridium species: Current state and perspectives. Bioresource Technology, 104, 288-
298.
11. Mermelstein, N. H. (2007). Butanol as a renewable chemical and fuel: Advances in the
acetone-butanol-ethanol fermentation process. Biofuels, Bioproducts and Biorefining,
1(2), 127-141.
12. Yun, J. H., Kim, T. Y., Lee, S. Y., & Kim, S. Y. (2004). Fermentation-based production
of acetone, butanol, and ethanol (ABE) by clostridia. Biotechnology Advances, 22(5), 435-
456.
13. Logan, B. E., & Regan, J. M. (2006). Microbial Fuel Cells—Challenges and Applications.
Environmental Science & Technology, 40(17), 5172-5180.
14. Logan, B. E., Call, D., Cheng, S., Hamelers, H. V. M., Sleutels, T. H. J. A., & Rabaey, K.
(2008). Microbial electrolysis cells for high yield hydrogen gas production from organic
matter. Environmental Science & Technology, 42(23), 8630-8640.
15. Escapa, A., Mateos, R., Martínez, E. J., & Blanes, J. (2016). Microbial electrolysis cells:
An emerging technology for wastewater treatment and energy recovery. From laboratory
to pilot plant and beyond. Renewable and Sustainable Energy Reviews, 55, 942-956.
16. Rabaey, K., Rodriguez, J., & Rozendal, R. A. (2009). Energy efficiency of microbial
electrolysis cells: Successes, challenges, and future perspectives. Current Opinion in
Biotechnology, 20(3), 259-264.

También podría gustarte