Carla Carrera Ensayo Desarrollo Del Pecado

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SEMINARIO BÍBLICO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS

DE GUAYAQUIL

ENSAYO

ANÁLISIS DE LA CONDICIÓN DEL HOMBRE DESDE LA CREACIÓN HASTA EL


DILUVIO: DESARROLLO DEL PECADO

Nombre: Carla Vanessa Carrera Ortiz

Materia: Pentateuco

Docente: Ps. Bolívar Chancay R.

2024
INTRODUCCIÓN

El Génesis, primer libro de la Biblia, registra la creación del universo y el origen del

pecado. Se muestra la relación directa entre Dios y el ser humano, cuando Adán y Eva

habitaban en el jardín del Edén. Después se narra la expulsión del hombre y la mujer del

paraíso por haber desobedecido a Dios al comer del fruto prohibido del bien y del mal. Este

momento se conoce como la caída del hombre, pues a causa del pecado el hombre pierde su

comunión con Dios. Las consecuencias de esta naturaleza caída se extienden hasta la

actualidad. En el siguiente ensayo se va a analizar los efectos del desarrollo del pecado en la

condición del hombre, específicamente desde la creación hasta el tiempo del diluvio.
DESARROLLO

El pecado original nace de la desobediencia de Adán y Eva. En Génesis, Dios da el

siguiente mandato al hombre: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la

ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente

morirás”1. Sin embargo, la serpiente, Satanás, siembra duda en la mente de Eva al decirle que

si come el fruto no moriría, sino que sería como Dios. La pareja cae ante la tentación de

comer el fruto, desobedeciendo la palabra del Señor. Este acto marca el momento de la caída,

donde la humanidad elige el conocimiento sobre la obediencia a Dios, lo que trae terribles

consecuencias.

En primer lugar, el pecado produce en el hombre vergüenza. Esto se ilustra en Gen

3:7-10, donde se lee que al comer del fruto prohibido Adán y Eva pierden su inocencia y se

dan cuenta de su desnudez, tanto es su temor que se esconden de Dios. Por lo tanto, la

vergüenza causada por el pecado produce que el hombre se aleje de su Creador.

En segundo lugar, el pecado causa muerte espiritual y física. Si bien Adán y Eva

tratan de esconder su pecado, no hay cosa oculta para Dios por lo que son expulsados del

Edén. A partir de este punto los humanos son mortales, ya no habitan en la presencia de Dios

y son susceptibles a la muerte. Esto se puede constatar con los hijos de Adán y Eva.

En este punto la humanidad ya no se acerca a Dios directamente sino por medio de

ofrendas. Sin embargo, Gen 4:3-8 señala que Caín sintió celos de la ofrenda de su hermano

Abel. El Señor mismo le aconseja: “Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a

hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por

controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo”2.

1
Génesis 2:16-17 RVR 60.
2
Génesis 4:7 NTV.
Pero como ya se conoce, Caín ignora las palabras de Jehová y mata a su propio

hermano. Demaray indica: “La característica del pecado del hombre es que donde hay orgullo

hay resistencia a la autoridad: rebelión”3. De esta manera, Caín muestra una actitud rebelde

hacia el consejo de Dios, prefiriendo asesinar a Abel y ser maldito por el resto de su vida.

Después la humanidad sigue creciendo, pero también el pecado y la maldad: En Gen

6:5-6, se lee: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra (…) y se

arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”. El Señor es

santo por lo que, al ver tanta rebelión, decide traer juicio sobre la humanidad.

Dios decide enviar un diluvio para destruir a todos los seres vivientes, sin embargo,

un hombre es librado del juicio venidero. Jehová manda a Noé construir un arca para que sea

salvo junto con su familia y una pareja de cada especie. Este hombre obedece a Dios, hace el

arca y sube a ella, mientras el agua erradicaba toda bestia y hombre de la faz de la tierra.

“Aunque la humanidad había desobedecido a Dios, mediante Noé, Él salvó a un remanente”4.

Por lo tanto, Dios salva a los que obedecen sus mandamientos.

Al bajar y secarse las aguas sobre la tierra, Noé sale del arca y ofrece un holocausto

agradable a Dios. Aquí el Señor establece un pacto con la humanidad:

“Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de
diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del
pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros,
por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto
entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará
ver entonces mi arco en las nubes.”5

Se puede constatar que, aunque la maldad del hombre es grande a causa del pecado, la

misericordia de Dios es mayor, no buscando que la humanidad perezca.

3
Donal Demaray, Introducción a la Biblia (Miami, Florida: Unilit, 2001), 84.
4
Demaray, 2001, 85.
5
Génesis 9:11-14 RVR 60.
CONCLUSIÓN

Este ensayo analizó los efectos del pecado en la condición del hombre, abordando

desde la creación, con Adán y Eva, pasando por Caín y Abel, hasta el tiempo de Noé.

Primero, se estableció que el pecado causa vergüenza, y esta provoca alejarse del

Señor. Esto se evidenció en el pasaje de Gen 3:7-10, cuando Adán y Eva se ocultan de Dios a

causa de comer del fruto del bien y del mal y darse cuenta de su desnudez.

Segundo, el pecado acarrea muerte espiritual y física. A causa de la desobediencia de

los primeros humanos, ya no podían habitar juntamente con Dios. Fuera del Edén, los hijos

de Adán y Eva dan sacrificios a Dios. Pero por rebeldía, Caín mata a su hermano Abel, y es

maldito para siempre, teniendo así muerte espiritual.

Finalmente, en los tiempos de Noé la maldad del hombre llegó a tal punto que Dios

decide raerlos de la tierra. De entre los hombres, solo Noé y su familia son salvos.

El remante que Jehová salva del diluvio muestra su gran misericordia. La alianza que

estable Dios con Noé culmina con el pacto mesiánico, dando al hombre la oportunidad de

tener una relación directa con Dios una vez más y siendo libres del poder pecado por el

sacrificio de Jesucristo en la cruz.

REFERENCIAS

Demaray, Donald E. Introducción a la Biblia. 3era ed. Miami, Florida: Unilit, 2001.
Biblia versión Reina Valera 1960.
Biblia versión Nueva Traducción Viviente 2010.

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