Hora Santa-2
Hora Santa-2
Hora Santa-2
Del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los
miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo,
así también Cristo. Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para
no formar más que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos
bebido de un solo Espíritu... Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si
un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo. Ahora bien,
ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros suyos cada uno a su modo, -Palabra
de Dios.
CANTO
San Pablo ha sido el gran doctor de esta verdad, y es él quien nos guía hoy en
nuestra reflexión.
Jesús nos deja como sacrificio único de la Iglesia su propio Cuerpo y su propia
Sangre, ofrecidos por Él en la cruz. "El cáliz de la bendición que consagramos, ¿no
es comunión con la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es comunión con el
cuerpo de Cristo?" (1 Corintios 10,16). Comulgar es hacerse "uno" con Cristo Jesús.
Entonces viene la consecuencia más natural. "Desde el momento que el pan es uno
solo, somos también un solo cuerpo toda la muchedumbre que participamos de este
único pan" (1Corintios 10,17).
Y añadía el Papa las palabras del Catecismo de la Iglesia Católica: "La Eucaristía
entraña un compromiso en favor de los pobres. Para recibir en la verdad el Cuerpo
y la Sangre de Cristo entregados por nosotros, debemos reconocer a Cristo en los
más pobres, sus hermanos".
CANTO
Todos
Señor Jesús, Tú infundes tu Espíritu en nuestros corazones para que amemos con
el mismo amor de Dios. Haznos dignos de ese amor que nos tienes. Que nunca se
rompa entre nosotros la unión que quisiste existiera siempre en tu Iglesia como
signo de tu presencia entre nosotros.
CANTO
En mi vida Autoexamen
Esta palabra del Señor nos impone un examen serio de conciencia. Comulgo. Me
arrodillo ante el Sagrario. Soy un alma eucarística... Muy bien. Pero esto exige el
amor al hermano, especialmente al más pobre. La Eucaristía es el compromiso más
serio que adquirimos con el hermano, y no solamente con Cristo individualmente.
¿Amo a todos, como es mi deber? ¿Tengo un corazón sensible a las necesidades
de los demás? ¿O permanezco frío e indiferente ante el dolor ajeno?... ¿Sé abrir
mis manos con generosidad? ¿Sé darme a todos como se me da Jesús a mí?... En
la Iglesia, en mi comunidad, ¿soy siempre un elemento integrador en el amor y la
unión?...
Preces
Alabamos a Dios nuestro Padre, que creó el mundo y por Cristo nos congregó en
una Iglesia universal, que será la familia de Dios glorificada en la eternidad feliz.
Renueva las maravillas de tu amor infinito y misericordioso.
Señor Jesucristo, que eres el alfa y omega, el principio y el fin de todas las cosas, y
el Cabeza de tu Iglesia;
-une a todos los creyentes y haz que formemos, como nuestros primeros hermanos
en la fe, un solo corazón y una sola alma.
Señor Jesucristo, que por la Sangre de tu Cruz reconciliaste con Dios a todos los
seres del cielo y de la tierra;
- líbranos de toda desesperación y de todo temor y conforta especialmente a todos
nuestros hermanos que sufren. Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra
a los cautivos, da pan a los hambrientos, fortalece a los débiles.
Señor Jesucristo, como premio de este rato de compañía que te hemos hecho ante
la Hostia Santa,
- aumenta en nosotros el amor a los hermanos y haz que lo testimoniemos con
obras eficaces de caridad.
Padre nuestro.
Señor Sacramentado, sólo el amor nos autoriza a recibirte cuando te nos das en
la Comunión. Guárdanos en el amor. Haz que formemos un solo cuerpo contigo,
para que el mundo crea en tu Iglesia al ver que nos amamos como nos amas Tú.
Así sea.
CANTO
Recuerdo y testimonio...