Hora Santa Por Los Monaguillos (Noviembre 2023)

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HORA SANTA POR LOS MONAGUILLOS

16 de Noviembre de 2023
Exposición

S. Adoremos y demos gracias en cada instante y momento


T. Al Santísimo y Divinísimo Sacramento

S. Dios, Creador nuestro, te alabamos y damos gracias por todos los bienes con que nos has
asistido en nuestra vida. Te consagramos nuestras familias, nuestros amigos, compañeros y
conocidos, y ante tu presencia, ponemos nuestras intenciones, necesidades e intenciones.
Amén.

Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre…

Canto.

S. Adoremos y demos gracias en cada instante y momento


T. Al Santísimo y Divinísimo Sacramento

S. Buen Pastor, te alabamos y damos gracias por tu presencia sacramental entre nosotros.
Solicitamos de Ti, que nos configures a tu imagen, para velar por tu rebaño, dar la vida por tu
Iglesia, y buscar la santidad haciendo y cumpliendo tu santa voluntad. Amén.

Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre…

Canto.

S. Adoremos y demos gracias en cada instante y momento


T. Al Santísimo y Divinísimo Sacramento

S. Oh, Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma. Te alabamos y damos gracias porque
constantemente nos guías con tu luz divina. Solicitamos de Ti el que suscites abundantes
vocaciones en nuestra Iglesia diocesana, y que constantemente oremos, y promovamos esta
forma de consagrarse a Ti. Amén.

Padrenuestro, Ave María, Gloria al Padre…

Canto.

Todos. Te visito, con todo el afecto de mi alma, amor mío Sacramentado. Con mi corazón te
adoro, con todo él te amo y te deseo. Date a mí, y solo seré feliz. Porque fuera de Ti, nada más
quiero y nada más deseo. Amén.

Monitor. Comenzamos nuestra Hora Santa, consagrándole al Señor


nuestra vida, nuestras peticiones, necesidades e intenciones
particulares. Oramos de manera especial por los servidores del altar
en nuestra Diócesis, para que el Señor los haga fieles seguidores de
Él.

Canto.

1
De pie

Monaguillo 1. De la Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (12,


12-28a)

Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene


muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su
pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.
Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo,
judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Así también el
cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.

Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del
cuerpo por eso? Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser
parte del cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo
oído ¿dónde el olfato?

Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si todo fuera
un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo? Ahora bien, muchos son los miembros, más uno
el cuerpo. Y no puede el ojo decir a la mano: «¡No te necesito!» Ni la cabeza a los pies: «¡No os
necesito!»

Más bien los miembros del cuerpo que tenemos por más débiles, son indispensables. Y a los
que nos parecen los más viles del cuerpo, los rodeamos de mayor honor. Así a nuestras partes
deshonestas las vestimos con mayor honestidad.

Pues nuestras partes honestas no lo necesitan. Dios ha formado el cuerpo dando más honor a
los miembros que carecían de él, para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que
todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros. Si sufre un miembro, todos
los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo.
Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte. Y así los
puso Dios en la Iglesia. Palabra de Dios.

Todos. Te alabamos, Señor.

Sentados….Silencio

Canto.

Monaguillo 2. Alabemos al Señor con las palabras del Salmo 62;

R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,


mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario

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viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré


y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas
canto con júbilo. R/.

Canto.

Monaguillo 3. Del discurso del Papa Juan Pablo II, a los monaguillos peregrinos.

Queridos hermanos y hermanas; queridos jóvenes:

Os saludo muy cordialmente, queridos muchachos y muchachas, y me alegro de celebrar este


encuentro. Su ministerio del altar no sólo es un deber, sino también un gran honor, un
auténtico servicio santo. A propósito de este servicio, deseo proponeros algunas reflexiones.

El hábito del monaguillo es particular. Recuerda el traje que cada uno usa cuando, en
nombre de Cristo, es acogido en la comunidad. Me refiero al hábito bautismal, cuyo
significado profundo expone san Pablo: "En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis
revestido de Cristo" (Ga 3, 27). Ustedes, que ahora llevan el hábito de monaguillo, han recibido
antes el traje bautismal. Sí, el bautismo es el punto de partida de su "auténtico ministerio
litúrgico", que les sitúa al lado de sus obispos, sacerdotes y diáconos.

Monaguillo 4. El monaguillo ocupa un lugar privilegiado en las celebraciones litúrgicas.


Quien desempeña el servicio durante la misa, se presenta a una comunidad. Experimenta de
cerca que en cada acción litúrgica Jesucristo está presente y operante. Jesús está presente
cuando la comunidad se reúne para orar y alabar a Dios. Jesús está presente en la palabra de
la sagrada Escritura. Jesús está presente, sobre todo, en la Eucaristía, bajo las especies del pan
y del vino. Actúa por medio del sacerdote que, in persona Christi, celebra la santa misa y
administra los sacramentos.

De este modo, en la liturgia son mucho más que simples "ayudante


del párroco". Sobre todo, son servidores de Jesucristo, el sumo y
eterno Sacerdote. Así, ustedes, monaguillos, están llamados en
particular a ser jóvenes amigos de Jesús. Esforzaos por profundizar
y cultivar esta amistad con él. Descubriréis que han encontrado en
Jesús a un verdadero amigo para la vida.

3
Monaguillo 5. El monaguillo a menudo sostiene en la mano una vela. Eso nos hace pensar en
lo que dijo Jesús en el sermón de la Montaña: "Ustedes son la luz del mundo" (Mt 5, 14). Su
servicio no puede limitarse al interior de una iglesia. Debe irradiarse en la vida de todos los
días: en la escuela, en la familia y en los diversos ámbitos de la sociedad, dado que quien quiere
servir a Jesucristo en el interior de una iglesia debe ser su testigo por doquier.

Queridos jóvenes, sus contemporáneos esperan la verdadera "luz del mundo" (cf. Jn 1, 9). No
tengan su candelero sólo en el interior de la iglesia; por el contrario, llevan la antorcha del
Evangelio a todos los que están en las tinieblas y viven un momento difícil de su existencia.

He hablado de la amistad con Jesús. Me gustaría que de esta amistad brotara algo más. ¡Qué
hermoso sería si alguno de vosotros descubriera la vocación al sacerdocio! Jesucristo tiene
necesidad urgente de jóvenes que se pongan a su disposición con generosidad y sin reservas.
Además, ¿no podría el Señor llamar también a cualquiera de ustedes, muchachas, a abrazar la
vida consagrada para servir a la Iglesia y a los hermanos? También a quienes quieran unirse
en matrimonio, el servicio del monaguillo enseña que una auténtica unión debe incluir
siempre la disponibilidad al servicio recíproco y gratuito.

Canto.

Monitor. Elevemos a Dios nuestra acción de gracias por todos los


niños y niñas servidores del altar (sentados).

Lado derecho. Oh Jesús, te adoro y te doy las gracias por haberme


admitido al servicio de tu altar como monaguillo. Concédeme el
don de la piedad, de la pureza, de la ciencia de la doctrina cristiana
y la liturgia. Bendice a los grupos de monaguillos para que sean el
jardín donde florezcan las vocaciones al sacerdocio y a la vida
religiosa. María Santísima y San José, enseñadme a amar,
reverenciar y servir a Jesucristo como ustedes lo hicieron en la tierra
y como hacen los ángeles en el cielo”. Amén.

Lado izquierdo. Señor, Te doy gracias porque me llamas nuevamente a tu servicio. Ayúdame
para que te reconozca en la persona del sacerdote, para escuchar con atención tu Palabra, para
alimentarme con provecho con tu Cuerpo y con tu Sangre, y para amarte en la persona de los
más necesitados. Señor quiero que todas mis acciones sean expresión del amor con el que
quiero servirte, puesto que Tú eres la paz y la alegría. Virgen de Guadalupe, Madre de Dios y
madre mía, ayúdame a servir a Jesús, haciendo todo con cuidado y alegría. Amén

Lado derecho. Amigo Jesús, te agradezco el honor y la alegría que me das, al poder servir en
el Altar. Concédeme el don de la piedad, la virtud de la pureza, y el conocimiento de la
doctrina cristiana. Aumenta mi fe en tu Divina Presencia en el Altar, y motiva mi adoración
sincera. Haz que cada día sea mejor y sirva de buen ejemplo a los demás. Bendice a todos los
monaguillos y acólitos, para que ayuden al decoro de las celebraciones, y para que florezcan
entre nosotros las vocaciones consagradas. Amén.

Lado izquierdo. Oh, amable Santo Domingo Savio, que en tu vida de adolescente fuiste
admirable ejemplo de virtudes cristianas, enséñame a amar a Jesús con tu fervor, a la Santísima

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Virgen con tu pureza y a las almas con tu celo; y haz que imitándote en el propósito de
hacerme santo, pueda como tú, preferir la muerte antes que el pecado, para poderte
acompañar en la felicidad eterna del cielo. Amén.

Todos. Señor, bendito seas por el gran don de la Eucaristía. Una vez más me has querido
acerca a tu altar, sirviéndote a ti y a los hermanos. Gracias por tu Palabra, que me enseña por
todo lo que has hecho y haces constantemente por mí; gracias por el sacerdote, imagen tuya,
que eres el buen Pastor de todo el rebaño; gracias por la comunidad de los hermanos, que me
ayudan a comprender que soy miembro de la Iglesia; que una vez más nos has dado por amor.

Ayúdame, ahora, al volver a mi casa y a mis obligaciones de cada día, a ser buen cristiano. Que
sepa reconocer en cada persona a mi hermano, que espera ser amado de todo corazón. Así no
me apartaré nunca de tu lado, aquí en la iglesia y también fuera de ella. Madre de Dios y madre
mía, intercede para que en todo lo que diga, haga o piense, tu Hijo y Señor nuestro sea
glorificado. San José mi padre y señor, Ángel de mi guarda intercede por mí. Amén.

Canto.

Monitor. Nos ponemos de pie. Seguros de que siempre el Señor


vela por su pueblo, elevemos nuestras plegarias al Buen Pastor. A
cada petición, digamos con fe; Buen Pastor, escucha nuestras
plegarias.

Monaguillo 6. Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, para


que el Señor lo conserve en su vida, lo haga feliz en la tierra, y no
lo entregue en manos de sus enemigos. Oremos

Monaguillo 7. Por nuestro Obispo, José Armando, para que el Señor le conserve en su
ministerio de Pastor. Y que sus labores pastorales siempre sean encaminadas a la comunión y
expresión de la fraternidad. Oremos

Monaguillo 8. Por el Clero de nuestra Diócesis de Tampico, para que sepan trabajar en
unidad, forjar la comunión para con el Pueblo de Dios, y den testimonio de su consagración
ante sus comunidades parroquiales. Oremos

Monaguillo 9. Por nuestro Seminaristas, para que nunca pierdan la alegría y la esperanza de
un día poderse configurar con el Señor mediante el sacerdocio ministerial. Oremos

Monaguillo 10. Por las familias, que han ofrendado a sus hijos al Señor para el sacerdocio,
para que se vean premiados en esta vida, y alcancen la vida eterna al final de su peregrinar.
Oremos

Monaguillo 11 o Religiosa. Por la Vida Consagrada, por todas aquellos mujeres y hombres
que dejando todo, se han ofrendado al Señor, y custodian con celo sus votos de pobreza,
castidad y obediencia, para que con fidelidad, de testimonio del amor de Dios en ellos. Oremos

Monaguillo 12. Por todos los servidores del altar, para que sean fieles imitadores del Señor, y
sean motivación para que otros niños, adolescentes y jóvenes presten su servicio en la Iglesia.
Oremos

5
Coordinador(a). Por los maestros de los monaguillos, para
que con paciencia, prudencia y caridad, acompañen a quienes
buscan servir al Señor en el altar. Oremos

Monaguillo 13. Por todos los monaguillos que están


desanimados, que tienen dudas y han perdido su entusiasmo,
por quienes están enfermos, para que encuentren en nosotros
motivación para servir con fidelidad al Señor y su Iglesia.
Oremos

Monaguillo 14. Por nuestros difuntos, para que el Señor les


premie con la vida eterna. Oremos

Monitor. Oremos con gran insistencia al Buen Pastor, nos ponemos de rodillas:

Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, mira con ojos de misericordia, a esta porción de tu Grey
amada.

Señor, necesitamos mayor número de sacerdotes, multiplica las vocaciones, y santifica más y
más a nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas.

Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y santa Madre. Oh


Jesús, danos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos santos, según tu corazón. Así sea.

Canto.

Bendición con el Santísimo

Sacerdote. Nos diste, Señor el pan del Cielo


Todos. Que contiene, en sí, todo deleite.

Sacerdote. Oremos. Señor nuestro, Jesucristo, que en este


sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión, te
pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de
tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en
nosotros el fruto de tu Redención. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos.

Todos. Amén

Aclamaciones

 Señor, ten piedad


 Cristo, ten piedad
 Señor, ten piedad

Canto

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