Preguntas 2º Bach

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1.

Señala la relevancia de la constitución de 1812 y de las Cortes de Cádiz en el proceso de


construcción del Estado Liberal.

La obra legislativa que desembocará en la Constitución de 1812, conocida como <<La Pepa>> por
haberse aprobado el 19 de marzo, día de San José, se inició en septiembre de 1810 con la
conformación de las Cortes de Cádiz en plena Guerra de la Independencia (1808-14). Este
conflicto bélico tiene su raíz en la presencia francesa en España tras la firma del Tratado de
Fontainebleau, y su detonante en los sucesos del 2 de mayo en 1808 en Madrid, enfrentando al
ejército hispano-inglés apoyado por los <<patriotas>> con el francés que recibió la ayuda de los
<<afrancesados>>. El vacío de poder provocado por las abdicaciones de Bayona y el posterior
ascenso al trono de José Bonaparte fue cubierto con la creación de juntas locales, provinciales y
finalmente la designación de una Junta Suprema Central que posteriormente transferirá sus
poderes al Consejo de Regencia y este a las Cortes.

En esta coyuntura aconteció nuestra primera constitución liberal que apenas tuvo
vigencia, pues tras la llegada de Fernando VII (<<el Deseado>>) al poder en 1814 quedó abolida,
siendo reinstaurada en el Trienio Liberal (1820-23) y en los años 1836-37. Pese a su escasa
perdurabilidad fue un referente para el liberalismo y un modelo para las venideras revoluciones
americanas, siendo sus características esenciales:

- Se consagró el principio de soberanía nacional perdiendo <<el Deseado>> el poder


omnímodo que habían detentado anteriormente los monarcas, ahora debía someterse a la nación,
pues surgen unas Cortes que se arrogaron en exclusividad la representación de la Nación.

- La división de poderes triunfante propició que el poder legislativo recayese en las Cortes
unicamerales formadas por diputados; el rey obtuvo amplias prerrogativas como jefe del
ejecutivo, junto con un gobierno designado por él; y la potestad de aplicar las leyes residía en los
tribunales de justicia (poder judicial).

- La religión católica se estableció como la única y verdadera, convirtiéndose España en un


Estado confesional y quedando prohibidos los restantes credos.

- El nuevo derecho de representación provocó que los diputados representasen a lac 0


Nación y no a los estamentos como en el Antiguo Régimen, y el sufragio que se aceptó fue el
universal masculino indirecto para mayores de 25 años.

- La igualdad de todos los ciudadanos ante la ley se garantizó a través del fuero único, es
decir, los mismos códigos legales en materia civil, penal... salvo para eclesiásticos y militares.

- Se reconocieron una serie de derechos y libertades individuales inéditos hasta entonces:


a la educación (enseñanza primaria obligatoria); libertad de imprenta; propiedad privada;
inviolabilidad del domicilio...

- La organización territorial se sustentó en las provincias y los municipios (hay una


descentralización), gobernados por diputaciones y ayuntamientos.

- Finalmente, indicar que se procedió a la creación de una Milicia Nacional, un cuerpo de


civiles armados para la defensa del sistema constitucional.
Las Cortes de Cádiz igualmente ayudaron al desmantelamiento del Antiguo Régimen y al
advenimiento del Estado Liberal mediante la aprobación de una serie de decretos:

- Anulación de los señoríos jurisdiccionales: supuso la supresión de los privilegios fiscales


de la nobleza y el clero.

- Derogación de los gremios y de los privilegios de la Mesta: condujo a la libertad de


trabajo y la autorización a los pueblos y vecinos para cercar sus tierras.

- Abolición de la Inquisición: era un obstáculo para la libertad de pensamiento y el desarrollo de la


ciencia.

TEXTO: Manifiesto de los Persas:

SEÑOR:

Era costumbre de los antiguos persas pasar cinco días de anarquía después del fallecimiento de su rey, a
fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias les obligase a ser más fieles a su
sucesor. Para serlo España a V.M. no necesitaba igual ensayo en los seis años de su cautividad. Del
número de los españoles que se complacen al ver restituido a V.M. al trono de sus mayores, son los que
firman esta reverente exposición con el carácter de representantes de España; mas como en ausencia de
V. M. se ha mudado el sistema que regía al momento de verificarse aquélla, y nos hallamos al frente de
la Nación en un Congreso que decreta lo contrario de lo que sentimos, y de lo que nuestras Provincias
desean, creemos un deber manifestar nuestros votos y circunstancias que los hacen estériles, con la
concisión que permita la complicada historia de seis años de revolución.
La monarquía absoluta (…) es una obra de la razón y de la inteligencia: está subordinada a la ley divina,
a la justicia y a las reglas fundamentales del estado: fue establecida por derecho de conquista, o por la
sumisión voluntaria de los primeros hombres que eligieron sus Reyes. Así que el Soberano absoluto no
tiene facultad de usar sin razón de su autoridad (derecho que no quiso tener el mismo Dios): por esto ha
sido necesario que el poder soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que mira al
interés común, y obliga a la obediencia a los que se niegan a ella. (…)

El [remedio] que debemos pedir, trasladando al papel nuestros votos, y el de nuestras provincias, es con
arreglo a las leyes, fueros, usos y costumbres de España. Ojalá no hubiera materia harto cumplida para
que V.M. repita al reino el decreto que dictó en Bayona, y manifieste (…) la necesidad de remediar lo
actuado en Cádiz, que a este fin se proceda a celebrar Cortes con la solemnidad, y en la forma en que se
celebraron las antiguas: que entre tanto se mantenga ilesa la Constitución española observada por tantos
siglos, y las leyes y fueros que a su virtud se acordaron: que se suspendan los efectos de la Constitución,
y decretos dictados en Cádiz, y que las nuevas Cortes tomen en consideración su nulidad, su injusticia y
sus inconvenientes (…)»

Madrid, 12 de abril de 1814.


Representación y manifiesto que algunos diputados á las Cortes Ordinarias firmaron en los mayores
apuros de su opresión en Madrid, para que la Majestad del Señor D. Fernando el VII a la entrada en
España de vuelta de su cautividad, se penetrase del estado de la nación, del deseo de sus provincias, y
del remedio que creían oportuno; todo fue presentado a S.M. en Valencia por uno de dichos diputados, y
se imprime en cumplimiento de real orden. Imprenta de Collado,
2. La restauración del absolutismo y los intentos liberales durante el reinado de Fernando VII
(1814-1833).

1. Analiza este fragmento. El fragmento objeto de estudio se trata de una fuente primaria
que adopta la forma de manifiesto y cuyo contenido es político. La autoría es colectiva, está
firmado por un grupo de 69 diputados de las Cortes de Cádiz de ideología absolutista, y su
destinatario es el rey Fernando VII. La finalidad estriba en realizar una defensa del absolutismo
frente al liberalismo, y solicitar a <<el Deseado>> el restablecimiento del Antiguo Régimen.

El conocido como <<Manifiesto de los Persas>> se fecha en 1814, año del regreso del
Borbón a España tras la firma del Tratado de Valençay concluyendo su exilio en Francia. Su
relevancia radica en que el rey obvia lo pactado, convertirse en un monarca constitucional, y
debido a los apoyos recibidos retorna al absolutismo.

Los principales argumentos del texto son: a) En el primer párrafo los diputados firmantes
hacen una descripción de la situación del país desde la implantación del régimen liberal, en los
que obviando que España ha estado inmersa en una guerra, destacan la anarquía reinante
culpando de la misma al liberalismo; b) La justificación de la monarquía absoluta frente a la
ideología liberal la encontramos en el segundo párrafo, en frases como: <<La monarquía absoluta
(…) es una obra de la razón y de la inteligencia >>, y en el recurso al argumentario de pensadores
políticos como Bossuet (<<origen divino del poder>>) o Hobbes (<<contrato social>>); c) Y finalmente,
en el tercer párrafo, solicitan al rey que suspenda los efectos de la Constitución de 1812 y los
decretos emanados de las Cortes de Cádiz; lo que unido a una convocatoria de Cortes conforme a
las antiguas leyes confirman su deseo de regresar al Antiguo Régimen.

2. Desarrolla el problema histórico al que se refiere el texto, así como su contenido


histórico. Las fases por las que pasa el reinado de Fernando VII son:

- Sexenio Absolutista (1814-20). Gracias al apoyo del Borbón los absolutistas se hicieron
con el poder y restablecieron el Antiguo Régimen. Las consecuencias inmediatas fueron: a) Se
disolvieron las Cortes y se abolieron todas sus reformas, empezando por la Constitución; b) Se
restableció la Inquisición, el feudalismo y los antiguos consejos; c) Los liberales fueron
duramente perseguidos y muchos de ellos acabaron en la cárcel o en exilio, sobre todo en
Inglaterra.

La conflictividad existente propicia que esta sea la época de los primeros


pronunciamientos liberales, protagonizados por militares descontentos con el absolutismo, que
ansiaban su caída y el restablecimiento de la Constitución. Aunque la mayoría acabaron en
fracaso y sus líderes ejecutados, exiliados o repres56

aliados, en 1820, al triunfar el liderado por Riego, el rey se vio obligado a restituir <<La Pepa>>
iniciándose el Trienio Liberal.

- Trienio Liberal (1820-23). La recuperación de los derechos y libertades constitucionales


vino acompañada del nombramiento de un gobierno liberal y de elecciones a Cortes. Sin
embargo, la marcha del régimen constitucional se vio entorpecida por la actitud de Fernando VII,
enemigo de la Constitución, y por la existencia de una doble oposición: la del absolutismo
español y la hostilidad de la Santa Alianza en Europa. En 1823, la intervención de un ejército
francés, los Cien Mil Hijos de San Luis, acabó con esta etapa constitucional y restableció el
absolutismo.

- Década <<Ominosa>> (1823-33). Las concesiones del rey a la Santa Alianza provocaron el
rechazo de muchos absolutistas, que empezaron a conspirar contra un gobierno al que
consideraban débil. De ahí la división de los absolutistas en dos sectores: el moderado, más
pragmático y menos vengativo; y el ultra o carlista, que se identificaba con la actitud
intransigente del infante don Carlos, hermano del rey.

La crisis política se vio agravada por el problema sucesorio. Se asiste a una creciente
hostilidad entre moderados y carlistas, pues estos últimos vieron cómo la Pragmática Sanción
(1830) alejaba a don Carlos de la sucesión al trono a favor de Isabel, su sobrina; y no podemos
olvidar a los liberales, que percibieron una posibilidad de alcanzar el poder. El conflicto estaba
servido, y a la muerte de <<el Deseado>> en 1833 estallará la I Guerra Carlista, conflicto que se
repetirá en dos ocasiones más a lo largo del siglo XIX.

Manifiesto de Manzanares.

Españoles: La entusiasta acogida que va encontrando en los pueblos el ejército liberal; el esfuerzo de los
soldados que le componen, tan heroicamente mostrado en los campos de Vicálvaro; el aplauso con que
en todas partes ha sido recibida la noticia de nuestro patriótico alzamiento, aseguran desde ahora el
triunfo de la libertad y de las leyes, que hemos jurado defender. Dentro de poco días la mayor parte de
las provincias habrá sacudido el yugo de los tiranos; la nación disfrutará los beneficios del régimen
representativo [...] Nosotros queremos la conservación del Trono, pero sin camarilla que lo deshonre,
queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la ley electoral y la
de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se
respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y el merecimiento; queremos arrancar a los
pueblos de la centralización que 6 los devora, dándoles la independencia local necesaria para que
conserven y aumenten sus intereses propios; y como garantía de todo esto queremos y plantearemos
bajo sólidas bases la Milicia Nacional [...]. Las Juntas de Gobierno que deben irse constituyendo en las
provincias libres; las Cortes generales, que luego se reúnan; la misma Nación, en fin, fijará las bases
definitivas de la regeneración liberal a la que aspiramos. Nosotros tenemos consagradas a la voluntad
nacional nuestras espadas, y no las envainaremos hasta que ella esté cumplida.

Cuartel General de Manzanares, a 7 de julio de 1854. El General en Jefe del Ejército Constitucional,
Leopoldo O´Donnell, Conde de Lucena.

3. A partir del análisis del texto, explica las características del reinado de Isabel II.

1. Análisis del texto. El fragmento objeto de estudio se trata de una fuente primaria que
adopta la forma de manifiesto y cuyo contenido es político.

La autoría es individual, y aunque está firmado por Leopoldo O’Donnell, fue Antonio
Cánovas del Castillo quien lo redactó. Su destinatario es la nación española, con el objetivo de
convencerla y movilizarla a favor de un cambio de gobierno, y los sectores del Partido Progresista
en particular. La finalidad estriba en exhortar a la nación a sumarse a la revolución política
iniciada tras el pronunciamiento conocido como <<la Vicalvarada>> contra los moderados.

El <<Manifiesto del Manzanares>> se fecha en 1854, año en el que el general O´Donnell,


anhelando la regeneración política, lidera una insurrección militar que vendría seguida de una
sublevación popular. Su relevancia radica en que la reina Isabel II, ante el cariz de los
acontecimientos, convoca al general Espartero (progresista) para ofrecerle la formación de
gobierno, finalizando de esta manera la Década Moderada (1844-54).

Los principales argumentos del texto son: a) En el primer párrafo se describe la situación
tras el éxito obtenido en Vicálvaro para así animar a la nación, especialmente a militares y a
progresistas, a sumarse al cambio gubernamental y abrazar los ideales de la <<Revolución de
1854>>; b) Los sublevados, en el siguiente párrafo, plasman su programa político (ambiguo y poco
progresista): mantenimiento del trono pero no de la <<camarilla>> que lo acompañaba; nueva
legislación electoral y libertad de imprenta (intento de ampliar los derechos y libertades
recortados con Bravo Murillo); una reforma financiera; mayores cuotas de descentralización; y
restitución de la Milicia Nacional; c) Finalmente, en el último párrafo se narra cómo debe
transcurrir el proceso revolucionario: constitución de Juntas de Gobierno en las provincias y
posterior reunión de unas Cortes generales que “ (…) fijará las bases definitivas de la
regeneración liberal”.

2. Realiza una composición del contige la opcion correcta parav esta pregunta: exto
histórico resaltando las singularidades del Estado Liberal isabelino. España, entre 1844 y 1854,
tuvo al Partido Moderado liderando el gobierno de Isabel II. Durante esta <<Década Moderada>>, y
con Narváez como protagonista de la Monarquía Liberal Conservadora, sobresale:

- La promulgación de la Constitución de 1845: consagró un sufragio censitario muy


restringido, apenas podía votar el 1% de la población, y el poder legislativo recaía en un sistema
bicameral (Senado y Congreso de los Diputados).

- La centralización del Estado: alcanzada mediante la designación de gobernadores civiles


y la creación de la Guardia Civil (sustituye a la Milicia Nacional).

- El papel de los militares en la política y el gobierno, e inestabilidad política y recurso a


los pronunciamientos: es un período fuertemente militarizado, baste recordar que Narváez,
O’Donnell y Espartero, personajes claves del momento, eran militares; a lo que hay que sumar la
inestabilidad política, alentada por las intrigas de la <<camarilla>> y las luchas entre moderados y
progresistas, y el recurso al pronunciamiento, como el que dio inicio el Bienio Progresista (1854-
56).

- El <<Juntismo>> se consolida como herramienta política: el propio Manifiesto habla de la


creación de Juntas y ello justifica que surgiesen una Junta de Salvación que mutará a la Junta
Superior de Madrid.

En la consolidación del Estado liberal fueron fundamentales los dos grandes partidos
dinásticos del reinado: el Moderado y el Progresista. El Partido Moderado basaba su ideario en el
liberalismo doctrinario (soberanía compartida entre el rey y las Cortes); sufragio censitario;
centralismo; proteccionismo económico; etc. Por su parte, el Partido Progresista apostó por una
soberanía nacional con predominio de las Cortes; un sufragio censitario más amplio; mayor
descentralización; librecambismo económico; etc. No podemos olvidar a la Unión Liberal (intento
de partido de centro); los Demócratas (defensores de la soberanía popular; el sufragio universal;
etc.); y republicanos y carlistas, partidos minoritarios en ese entonces.

A lo descrito hay que añadir el atraso económico (dependencia excesiva del sector
primario; crisis de la industria textil catalana; coyuntura económica internacional desfavorable,
etc.) y la base política-social limitada (desconfianza de gran parte de la población hacia la
monarquía por los casos de corrupción, las prácticas caciquiles…) para entender la fragilidad de la
monarquía isabelina y su posterior caída en 1868.

4. La constitución de 1869. Resume sus características generales y relaciónala con su contexto.

El triunfo de la Gloriosa Revolución (1868) provocó el derrocamiento y posterior exilio de la reina


Isabel II, a lo que le siguió la formación de un Gobierno Provisional liderado por el General
Serrano, que, en la búsqueda de legitimación, convocará elecciones a Cortes Constituyentes para
febrero de 1869 a fin de elaborar y aprobar una nueva constitución, hecho que acontece el 6 de
junio, tras un intenso debate sobre la forma política del nuevo régimen: monarquía o república.

El período de vigencia de la Constitución, desde 1869 hasta 1873, transcurre en un


contexto de conflictividad y de inestabilidad política: en Cuba, tras el Grito de Yara, se inicia una
guerra colonial, la Guerra de los Diez Años; en 1872 estalló la Tercera Guerra Carlista, cuando el
pretendiente carlista desató nuevamente las hostilidades; y se asistió a la insurrección cantonal
liderada por los republicanos federales; además, España vio la llegada al trono de una nueva
dinastía, los Saboya, y la proclamación de la I República.

España, en virtud de lo dispuesto en el articulado constitucional, quedó configurada como


un Estado liberal, democrático, con una monarquía constitucional con predominio de las Cortes,
descentralizado y con separación de poderes, por ello la Constitución de 1869 fue avanzada a su
tiempo y se convirtió en un referente en el contexto nacional e internacional en lo que a
conquistas políticas y sociales se refiere. Sus características esenciales, propias del liberalismo
<<radical>> nacido de <<la Septembrina>>, sobre todo en lo referente a la declaración de derechos y
en la división de poderes, son:

- Se proclama el principio de soberanía nacional de base popular en la línea del liberalismo


progresista.

- Se opta por el sistema monárquico como forma de gobierno, aunque las atribuciones del
rey se verán mermadas, pero mantiene algunas vitales como la potestad de disolver las Cortes o
la libre designación de ministros.

- La división de poderes sigue la línea trazada por la Constitución de 1812: 1) El poder


legislativo queda depositado en dos Cámaras (sistema parlamentario bicameral) con iguales
competencias: a) El Congreso: compuesto por diputados, uno por cada 40.000 habitantes, elegidos
por sufragio universal directo por los varones mayores de 25 años; b) El Senado: formado por
varones mayores de 40 años designados indirectamente por las provincias, pero con una
composición limitada a altas autoridades civiles, militares y religiosas; 2) Al rey le correspondía el
poder ejecutivo y lo ejercía a través de los ministros; 3) En lo que respecta al poder judicial se
instituía la independencia de este poder, sobresaliendo la creación de un sistema de oposiciones
a juez y la introducción del jurado para ciertos delitos.

- El sufragio universal masculino para mayores de 25 años fue sin duda una de las
conquistas política más destacada de la Gloriosa Revolución, y supuso un considerable aumento
del censo electoral.
- Se desarrolla una declaración de derechos individuales amplia: libertad de opinión y de
imprenta; propiedad privada; seguridad personal (habeas corpus); libertad de culto (el Estado se
obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica, aunque se reconoce la libertad de
culto para extranjeros residentes y españoles); inviolabilidad del domicilio y de la
correspondencia; derecho de reunión y asociación (un logro fruto de la presión de republicanos y
demócratas, y transcendental en el desarrollo del movimiento obrero); etc.

- En el ámbito de la administración local se esbozaba una cierta descentralización en el título


dedicado a las diputaciones y a los ayuntamientos, ambas instituciones ganan en autonomía y se
eligen de manera democrática.

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