Introducción A La Antropología

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Antropología E Historia

Antropólogos, historiadores y brujos

Durante los primeros siglos cristianos y a través de la teorización demonológica medieval, la magia y
la brujería se configuraron como la antítesis diabólica de la religión. Esta condena moral se sumó,
con la revolución científica y la Ilustración, a una condena intelectual aún más severa, que considera
la magia como un conjunto de creencias empíricamente falsas y un rezago supersticioso de la
humanidad primitiva. Evans-Pritchard, en su conferencia sobre "Antropología e Historia", notó que
los estudiosos se habían enfocado en la magia y la brujería en sociedades primitivas más que en la
historia europea. Sin embargo, argumentó que no había razones para excluir estos fenómenos de la
investigación histórica también en la civilización occidental.
Con los ideales de los primeros siglos cristianos y más
tarde con la teorización demonológica medieval, la
magia y la brujería se han ido configurando a lo largo de
toda la historia occidental como la antítesis diabólica de
la religión.
-A esta acusación con términos hasta morales se la ha
relacionado con la revolución científica y la Ilustración.
-Este tipo de creencias fomentan las supersticiones.
-En su conferencia sobre Anthropology and History,
Evans-Pritchard habla de los términos magia y brujería,
según él, no existían razones para que estos dos
fenómenos no pudiesen ser objetos de investigación
relevantes.
-Keith Thomas había sido uno entre los primeros
historiadores en recoger la invitación de Evans-
Pritchard y en creer que dichos términos son
objetos merecedores de estudio en la antropología.
-En 1963 escribe en su libro que no hay leyes
universales que afirmen que los términos magia y
brujería sean satánicos, pero que, por el folclor
popular y las costumbres, los historiadores muchas
veces pecaron de tener poca objetividad, lo que
afectó indirectamente sus significados
-En la Asociación de Antropólogos Sociales
Británicos de 1968, el propio Thomas buscó
amortiguar los fáciles entusiasmos de los
antropólogos recordándoles que la brujería era un
término lamentablemente satanizado por los errores
de investigación y redacción.
-Fue cuestión de 20 años para que las perspectivas
cambiaran, Carlo Ginzburg notó entonces que la
brujería ya había pasado de ser un término pasado
«de la periferia al centro, hasta convertirse en un
tema no solo respetable sino además de moda»
-Esta rápida e imprevista fortuna era en parte el
síntoma de una más general tendencia
historiográfica hacia grupos marginales.
El estudio antropológico de la magia
y de la brujería desde Frazer a Evans-
Pritchard

Evans-Pritchard critica las teorías anteriores de la magia y el pensamiento


primitivo, como las propuestas por Lévy-Bruhl, Frazer y Malinowski, y
utiliza su investigación de campo para replantear la manera en que
entendemos las creencias "místicas" de las sociedades no occidentales. Su
análisis de la brujería entre los Azande no solo identifica la coexistencia
de dos teorías de causalidad, sino que también muestra cómo estas
creencias se integran y refuerzan dentro de la estructura social zande.

El texto también subraya la influencia de Evans-Pritchard en otros


campos, como la epistemología, donde sus ideas sobre la estabilidad de
los sistemas de creencias han sido comparadas con la defensa de teorías
científicas en las comunidades académicas. Esta comparación, llevada a
cabo por filósofos como Michael Polanyi y Thomas Kuhn, resalta la
importancia de las contribuciones de Evans-Pritchard para comprender no
solo la magia y la brujería en sociedades tradicionales, sino también la
naturaleza del conocimiento y la ciencia en general.

Finalmente, el texto destaca cómo Evans-Pritchard relacionó las creencias


en la brujería con las tensiones sociales en la sociedad zande, lo que abrió
nuevas vías de investigación en la antropología, particularmente en la
sociología de las acusaciones de brujería y las representaciones sociales
de los brujos.
Dos paradigmas en el estudio
histórico de la brujería
Brujería, inquisición y etnografía

En las últimas décadas, los estudios históricos sobre la brujería han crecido
considerablemente, fusionando historia y antropología. La obra de pioneros como Macfarlane
y Ginzburg ha sido clave, demostrando el valor de los archivos inquisitoriales en Europa y
América durante la caza de brujas. Macfarlane introdujo técnicas cuantitativas en este campo,
inspirando investigaciones que utilizan estadísticas para analizar los registros inquisitoriales,
aunque la mayoría de los estudios sobre brujería han adoptado enfoques cualitativos.
La obra Montaillou de Emmanuel Le Roy Ladurie, publicada en 1975, marcó un hito en la "antropología
histórica". Basándose en los registros de la inquisición de Jacques Fournier, Ladurie estudió la vida de un
pueblo pirenaico del siglo XIV, presentando una detallada etnografía de su cultura. Su enfoque, influenciado
por la escuela de los "Annales", combinó historia y etnografía, aunque algunos antropólogos, como Renato
Rosaldo, criticaron su interpretación de los testimonios como informes objetivos.

Ginzburg, en respuesta, destacó la importancia de contextualizar la producción de estos documentos,


argumentando que, aunque no sean "objetivos", son útiles si se interpretan correctamente. El debate se
extiende a la "traducción de culturas", con Geertz y otros cuestionando la aplicación de conceptos como
"brujería" en diferentes contextos culturales e históricos. A pesar de las críticas, la antropología geertziana
sigue siendo influyente, manteniendo la conexión entre historia y antropología, aunque no sin controversias.

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