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Forjar una cultura universal

de cumplimiento del derecho


internacional humanitario

PROYECTO DE RESOLUCIÓN
Septiembre de 2024

ES
34IC/24/9.1DR
Original: inglés
Para decisión

Documento elaborado por el Comité Internacional de la Cruz Roja en consulta con la Federación
Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Público
34IC/24/9.1DR 1

PROYECTO DE RESOLUCIÓN

Forjar una cultura universal de cumplimiento


del derecho internacional humanitario

La XXXIV Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja,

consciente de que la actual Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
(Conferencia Internacional) que nos convoca se celebra en un momento en el cual el
sufrimiento intolerable de las personas civiles y otras víctimas de conflictos armados exige
fuertemente renovar el compromiso de nuestra humanidad compartida;

expresando gran preocupación por las graves consecuencias humanitarias de la gran


cantidad de conflictos armados que se libran actualmente a nivel mundial, muchos de los
cuales reciben muy poca atención de los Estados y de los medios de comunicación, y muchos
de los cuales afectan a varias generaciones;

destacando que el cumplimiento del derecho internacional humanitario (DIH) en situaciones


de conflicto armado es esencial para aliviar el sufrimiento de las personas afectadas, reducir
el costo humano, económico, social, cultural y ambiental de la guerra, y facilitar la
recuperación de una paz sostenible;

destacando que en 2024 se cumplen 160 años de la elaboración de tratados de DIH


contemporáneos y es el 75.° aniversario de la aprobación de los Convenios de Ginebra de
1949, a la vez que se reconoce que el derecho de los conflictos armados tiene profunda
raigambre histórica en diferentes religiones y tradiciones culturales en todo el mundo,
destacando con sumo aprecio la ratificación universal de los Convenios de Ginebra, y
expresando la esperanza de que otros tratados de DIH también logren aceptación universal;

expresando gran preocupación por la discrepancia entre el compromiso universal con el DIH
y el respeto insuficiente de sus normas, subrayando la importancia de la buena fe en la
interpretación del DIH, y llamando la atención sobre la necesidad imperiosa de mejorar el
respeto de sus normas;

reiterando la importancia del cumplimiento estricto por parte de los Estados de sus respectivas
obligaciones en virtud del derecho internacional, reafirmando la obligación de las partes no
estatales en conflictos armados de cumplir las obligaciones que les impone el DIH, y
recordando que la aplicación del DIH a partes no estatales en conflictos armados no afectará
la condición jurídica de esas partes;

reafirmando la importancia del pleno cumplimiento del jus ad bellum y el jus in bello (DIH)
independientemente de que se haya incumplido con uno de ellos, y destacando que, en los
conflictos armados, el DIH protege a todas las personas en todas las circunstancias, en todos
los ámbitos de la guerra, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la naturaleza
o el origen del conflicto armado o en las causas esgrimidas por las partes en conflicto o
atribuidas a ellas, y que, si bien las protecciones que otorga el DIH aplicables a las personas
dependen de su situación, sus circunstancias individuales y de los tratados vigentes, esas
protecciones deben aplicarse sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza,
el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio
análogo, y ninguna persona puede quedar excluida del alcance del DIH sobre la base de su
conducta o asociación;

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destacando que la obligación de una parte de cumplir con sus obligaciones en virtud del DIH
no depende del respeto del DIH por parte del adversario;

reconociendo que las mujeres, los hombres, las niñas y los niños de diferentes edades,
discapacidades y orígenes pueden verse afectados por los conflictos armados de diferente
manera, y que estas diferencias deben ser consideradas a la hora de implementar y aplicar el
DIH a fin de salvaguardar la protección adecuada para todas las personas;

destacando que la lucha contra la impunidad respecto de las violaciones del DIH es
fundamental para la paz, la estabilidad, la justicia y el estado de derecho, y que no solo es
fundamental implementar el DIH, sino también tomar medidas para que se cumplan sus
normas cuando han ocurrido infracciones a fin de evitar que vuelvan a ocurrir, y afirmando
que los Estados y las partes en los conflictos armados tienen la obligación y la capacidad de
evitar las violaciones del DIH;

destacando, asimismo, que el cumplimiento de las obligaciones relativas al desarme, de las


prohibiciones y restricciones sobre ciertas armas, y de la prohibición de transferir armas en
incumplimiento del derecho internacional ayuda a dar efecto al DIH y contribuye a la paz y la
seguridad internacionales, y a la instauración de la confianza entre los Estados y, por
consiguiente, a la realización de la aspiración de todos los pueblos a vivir en paz;

señalando que, como una tendencia histórica de larga data, el desarrollo y la universalización
del DIH han contribuido a una mayor moderación en los conflictos armados, y reconociendo,
a la vez, que hay dificultades que persisten y que es necesario que los Estados y los
componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
(Movimiento) hagan todo lo posible para que esta trayectoria histórica positiva continúe;

acogiendo con satisfacción los esfuerzos considerables de los Estados para implementar sus
obligaciones relativas al DIH, expresando gratitud a aquellos Estados que han transmitido
prácticas idóneas, destacando que el respeto del DIH ha salvado vidas, limitado la destrucción
y evitado el sufrimiento humano, y destacando también la responsabilidad principal de cada
Estado de cumplir sus obligaciones en virtud del DIH, incluidas las que deben implementarse
en tiempo de paz;

reafirmando el compromiso de todos los Estados y de todos los componentes del Movimiento
con el DIH, y reiterando que sigue siendo tan pertinente hoy como siempre, aun ante la
evolución y los nuevos desafíos que presentan los conflictos armados internacionales y no
internacionales contemporáneos;

reiterando la Resolución 1 de la XXXIII Conferencia Internacional, “Acercar el DIH: hoja de


ruta para una mejor implementación del derecho internacional humanitario a nivel nacional",
que sigue en plena vigencia, acogiendo con satisfacción los esfuerzos de los Estados y de los
componentes del Movimiento en la implementación de las disposiciones de la resolución con
el objetivo de evitar las violaciones del DIH, y tomando nota de Acercar el DIH: directrices para
la implementación nacional del derecho internacional humanitario, surgidas de dicha
resolución;

acogiendo con satisfacción el creciente número de informes voluntarios publicados por los
Estados sobre la implementación del DIH a nivel nacional, así como las promesas de
presentar informes ante la Conferencia Internacional y las presentaciones voluntarias
enviadas al secretario general de las Naciones Unidas para su informe sobre la situación de
los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra;

reafirmando el papel especial del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) establecido en
los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y en los Estatutos del Movimiento, reafirmando

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también el papel del CICR como organización humanitaria neutral, independiente e imparcial,
en particular su cometido de proteger y asistir a las víctimas de conflictos armados, incluidos,
entre otros, los prisioneros de guerra, y recalcando su papel como intermediario neutral entre
las partes en conflictos armados;

señalando el importante papel de los componentes del Movimiento en la promoción de la


aplicación del DIH y su cometido de hacerlo de conformidad con los Estatutos del Movimiento,
en particular la función de la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz
Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional), y haciendo especial mención del
papel singular de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
(Sociedades Nacionales) como auxiliares de los poderes públicos en el ámbito humanitario
sobre la base del cual organizan, en conjunto con los poderes públicos, socorros de urgencia
y otros servicios a fin de asistir a las víctimas de conflictos armados, tal como se establece en
los Convenios de Ginebra; difunden y ayudan a sus respectivos Gobiernos a difundir el DIH,
y toman iniciativas a este respecto; y cooperan con sus Gobiernos a fin de promover el respeto
del DIH y proteger los emblemas distintivos reconocidos por los Convenios de Ginebra y sus
Protocolos adicionales;

reafirmando los Principios Fundamentales del Movimiento –humanidad, imparcialidad,


neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad– y su relevancia particular
para la acción humanitaria en los conflictos armados, señalando la importancia crítica del
acceso a las víctimas de conflictos armados por parte de actores humanitarios imparciales de
manera compatible con el DIH, y recordando que los Estados deben respetar la observancia
de los Principios Fundamentales por parte de todos los componentes de Movimiento;

reiterando el valor jurídico y protector de los emblemas y signos distintivos, según proceda,
para facilitar la identificación del personal sanitario y religioso, las unidades y medios de
transporte sanitarios, el patrimonio cultural, las organizaciones de defensa civil y su personal,
y los miembros del Movimiento –emblemas y signos que, en virtud de su inclusión en los
Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales y en la Convención de La Haya
de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, y a lo largo
de 160 años de práctica ininterrumpida, se han convertido en símbolos universalmente
reconocidos de ayuda y protección imparcial y neutral a víctimas de conflictos armados–, y
recordando también que los Estados tienen la responsabilidad principal de hacer que los
emblemas se utilicen, en todo momento, en estricto cumplimiento de las disposiciones de los
tratados pertinentes, incluidos aquellos que requieren medidas para la prevención y la
represión, en todo momento, del uso indebido de los emblemas;

considerando que los Estados, las partes no estatales en conflictos armados y los
componentes del Movimiento deben forjar una cultura universal de cumplimiento del DIH, y
subrayando que la inversión a largo plazo en la implementación del DIH es esencial para
lograr ese objetivo;

1. exige a todas las partes en conflictos armados, incluidas las situaciones de ocupación,
el pleno cumplimiento de sus obligaciones en virtud del DIH, y exhorta a todos los
Estados y componentes del Movimiento a trabajar por una cultura universal de
cumplimiento del DIH;

2. insta a todos los Estados, con el apoyo de los componentes del Movimiento, a reforzar
sus iniciativas para la implementación de la resolución 1 de la XXXIII Conferencia
Internacional, "Acercar el DIH: hoja de ruta para una mejor implementación del derecho
internacional humanitario a nivel nacional", y a promover uniformemente la
implementación del DIH en todos los conflictos armados;

3. insta a los Estados a fomentar el cumplimiento del DIH, velando por que los más altos
niveles de dirigencia civil y militar, incluidos los funcionarios de defensa y seguridad

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nacionales, asignen responsabilidades en relación con la implementación del DIH e


incorporen sistemáticamente el DIH en sus deliberaciones, decisiones, políticas e
instrucciones, y alienta a los Estados a intercambiar prácticas idóneas en la materia;

4. alienta fervientemente a los Estados, en reconocimiento del importante papel que


tienen los tribunales nacionales en la interpretación de las obligaciones jurídicas
nacionales, así como en su tarea de impedir y prevenir que las violaciones del DIH
vuelvan a ocurrir, a prestar especial atención a la formación de personal pertinente con
participación en los procesos judiciales militares y civiles, con vistas a fortalecer su
capacidad de aplicar el DIH, y toma nota del apoyo que el CICR, y las Sociedades
Nacionales, cuando proceda, pueden prestar a los Estados, cuando así lo soliciten, y
alienta a la cooperación y el intercambio de prácticas idóneas entre Estados respecto
de esta materia;

5. insta a los Estados a fortalecer el papel de su comisión nacional de DIH u organismo


similar a considerar el establecimiento de una comisión en la materia si es que no hay
ninguna aún; asimismo, los invita, cuando proceda, a mejorar la capacidad de dichas
comisiones de formular y presentar recomendaciones ante sus autoridades nacionales
sobre ámbitos que ameriten mayor desarrollo e incorporación a nivel nacional –como
el derecho penal y militar– a fin de respaldar las iniciativas estatales de lograr una
mejor implementación del DIH, y mejorar la capacidad de dichas comisiones en su
tarea de difundir el DIH, supervisar la evolución y el avance en sus contextos y
fortalecer la cooperación entre ellas, incluso a través de intercambios periódicos entre
pares;

6. alienta a los Estados a que, además de presentar informes ante sus órganos
pertinentes creados en virtud de tratados, consideren la elaboración de informes
voluntarios sobre la implementación del DIH en el ámbito nacional, con el apoyo,
cuando proceda, de su comisión nacional de DIH u organismo similar, de la Sociedad
Nacional o el CICR, y a aquellos que ya han publicado dicho informe voluntario, que
consideren actualizarlo periódicamente;

7. insta a las Sociedades Nacionales, con el apoyo de la Federación Internacional y del


CICR, a continuar la difusión del DIH y de los ideales humanitarios del Movimiento –
expresados en los Principios Fundamentales– en los ámbitos educativos formales y
no formales, y entre el público en general, y alienta a los Estados, en especial a las
autoridades educativas, a trabajar con las Sociedades Nacionales en la integración de
estas temáticas en los programas formales o en los objetivos de aprendizaje,
comenzando por la educación primaria, según corresponda;

8. exhorta a los Estados a identificar oportunidades de promoción del cumplimiento del


DIH por parte de otros Estados sobre los que tengan influencia, por ejemplo: mediante
el establecimiento de compromisos en los niveles más altos de la dirigencia civil y
militar de cumplir con el DIH; el fortalecimiento de su capacidad de implementar el DIH
mediante la adopción de legislación nacional, la elaboración de doctrina, instrucción y
mentoría militares, y otros medios adecuados; la asistencia a fin de garantizar que sus
órganos judiciales y administrativos puedan intervenir con eficacia en casos de
violaciones del DIH cometidas por sus propias fuerzas y hacer rendir cuentas a las
personas de conformidad con los requisitos aplicables del derecho internacional; la
asistencia en el fortalecimiento de sus comisiones nacionales de DIH y, para quienes
no las hayan establecido, asistencia para hacerlo; el cumplimiento de sus propias
obligaciones en virtud de tratados y normas internacionales que reglamentan el empleo
y la transferencia de armas; y el recurso al diálogo diplomático, la diplomacia
humanitaria y otros medios de influencia y autoridad estatal para propiciar el
cumplimiento por parte de otros actores; y exhorta, asimismo, a los Estados a

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identificar oportunidades de promoción del cumplimiento del DIH por parte de grupos
armados no estatales sobre los que tengan influencia;

9. invita a los Estados y a las Sociedades Nacionales, así como al CICR y a la


Federación Internacional, a formular promesas relacionadas con la implementación
de esta resolución recurriendo, según corresponda, a las diversas posibles iniciativas
nombradas en esta resolución junto con la de "Acercar el DIH", y centrándose en
cuestiones temáticas específicas de importancia particular para los miembros y para
la protección de las víctimas de conflictos armados, y alienta a los Estados, a sus
comisiones nacionales de DIH y a los componentes del Movimiento a colaborar en
ámbitos específicos de interés común.

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