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El liderazgo pedagógico y su
relación con el aprendizaje escolar
ASIGANTURA : GESTIÓN EDUCATIVA II
DOCENTE: MELQUISEDEC ABDIAS ORTEGA PAREDES
En este contexto actual y pos pandemia, se hace necesario replantear en la práctica el rol del director, quien ha asumido, por muchos años, un papel únicamente administrativo y burocrático, dejando de lado su rol principal, el de ser un líder pedagógico. A partir de eso se plantea la siguiente interrogante. Para el logro de la calidad educativa influyen muchos factores, algunos relacionados con el entorno cultural, social y económico de los estudiantes; sin embargo, hay otros elementos de gran relevancia dentro de las escuelas que también influyen en tal objetivo. Es el caso de la gestión y el liderazgo que ejercen los directores, siendo su participación un elemento fundamental cuando se quiere lograr una educación de calidad. Sobre esto Freire y Miranda (2014) afirman que algunas condiciones al interior de las escuelas también muestran asociaciones importantes, como es el caso de la gestión del director, que sin duda tendría efectos sobre el aprendizaje. Sin embargo, cabe mencionar que a pesar del importante papel del director Fernández y Hernández (2013) sostienen que tanto docentes y gestores de las escuelas no cuentan con la suficiente formación para trabajar en los nuevos contextos en los que se desenvuelve la sociedad de este siglo. A pesar de estas múltiples funciones que normativamente se ha asignado al director, tradicionalmente ha desempeñado un rol meramente burocrático y prioritariamente administrativo, centrado en lo formal; con una actitud muy alejada y por encima de la labor pedagógica. Al respecto, en una investigación sobre los directores escolares, se concluye que la mayoría de ellos relacionan su rol de manera prioritaria con la mejora de la infraestructura escolar. Entre otras actividades se sostiene que «resolver problemas, llenar formas, entregar formatos a los superiores, dar seguimiento a las peticiones. A lo que concluye señalando que no se hace mención a su relación con el docente, esto denota una separación de roles entre los directores y los docentes, pareciera que no existe una intersección en lo que respecta a los procesos de enseñanza-aprendizaje» ( Zorrilla y Pérez 2006: 122). Volviendo al rol de líder pedagógico del director se debe considerar que «Su cometido básico sería el de animar el trabajo de los profesores en las aulas, apoyarlos, supervisarlos, así como ser portavoz, incluso formador en ciertas prácticas y métodos de enseñanza, liderar como persona que conoce qué y cómo es la enseñanza eficaz, cómo evaluar y cómo ayudar a los profesores a mejorar su enseñanza» ( Salazar 2006: 6). Hacerse corresponsables de los logros de los estudiantes supone que el docente avanzó en entender que puede influir positivamente con la conducción de cada sesión, de lo que programe y ejecute puede marcar los logros a alcanzar. Y en esa perspectiva, el director lidera ese proceso de autoconciencia del poder docente, de su rol de animador, encantador y gestor de la reflexión. Un director coherente con las demás respuestas a la entrevista enfatiza el aspecto normativo punitivo como el principal componente para motivar a sus docentes en un aspecto delicado ya que en el imaginario común de los docentes son “víctimas” de un sistema o de un gobierno antes que “responsables” o “cómplices” de los logros de los estudiantes. En este caso el director se expresó así: - “La estrategia, primero la motivación. Conversar con ellos, empezar a hacer las cosas en base a la ley, hacer las cosas en base a la ley pero comunicándoles anticipadamente lo que se tiene que hacer y lo que se debe hacer, y luego para que vaya bien se debe demostrar lo que como director sabe”. También hay directores inclinados a enfatizar una cualidad o virtual y a partir de ella jalonear el resto de cualidades, las que son más variadas y complejas para lograr que los docentes sean corresponsables de lo que alcanzan sus estudiantes: - “Primero es la puntualidad, con la puntualidad empezamos a cambiar la actitud hacia los estudiantes, sin ella no se parte a ningún sitio”. El tipo Renovador busca no sólo valerse de la norma o del mecanismo del poder que da el cargo de director, sino considera que además es necesaria la reflexión, el valor del diagnóstico, pero cae atrapado en lo administrativo como eje de su gestión, así por ejemplo: - “Hemos inicialmente hecho el diagnóstico, hemos reflexionar de cómo hemos estado trabajando anteriormente. Ellos se han dado cuenta de que no ha sido la manera más óptima, entonces hemos asumido compromisos y para ello hemos elaborado metas para cada uno de los 8 compromisos, y que poco a poco, tenemos que irlos cumpliendo”. En cambio, el tipo afiliativo busca que las condiciones laborales de relación con los docentes no les empañe la gestión, busca “ponerse de acuerdo” o “transar” en el sentido de mover el piso de trabajo, haciendo concesiones o llegando a “acuerdos en paz”. Esta tendencia en no les permite dar el salto de director empoderado, sino un colega “mayor” o “con poder” pero finalmente uno como nosotros. Así se puede citar el caso: - “Precisamente a ellos los he hecho, los he hecho, principalmente los he hecho comprometerse, no? comprometerse con el trabajo educativo, ellos mismos han fijado fechas para que presenten sus programaciones, sus unidades de aprendizaje, ellos mismos, no? para que luego cumplan pues, porque si uno impone no van a cumplir, van a decir que el director es autoritario, si ellos mismos proponen fechas, entonces proponen lo que van a hacer lo van a cumplir”. Gracias