Relato Abner Saipina

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TRANSFORMAR LA VISION DE GESTIÓN EDUCATIVA

DESARRAIGANDO EL FORMALISMO1

Mi nombre es Abner Joaquín Cruz Ramos, trabajo en el municipio de Saipina, provincia


Manuel María Caballero del departamento de Santa Cruz, en el colegio Rafael y José
Mendoza “B”, estudié en la Universidad Pedagógica Mariscal Sucre, de Sucre, obtuve el
título de profesor de Ciencias Sociales, egresé en la gestión 2003 y empecé a trabajar en la
gestión 2004.

Debo mencionar que desde el inicio mi vida profesional y experiencia en la práctica


pedagógica como profesor la realicé en el Municipio de Saipina, al principio con la idea de
solo trabajar por dos gestiones, años de provincia, como lo realiza la mayoría de los
colegas que llegan a trabajar a Saipina, porque no son del lugar y prefieren trabajar en
centros urbanos más grandes que, supuestamente, les ofrece mayores oportunidades de
trabajo, en colegios particulares, otras actividades económicas o sencillamente por estar
cerca de sus seres queridos. En todo caso ese también era mi sentir cuando empecé a
trabajar en este distrito, el cual fue cambiando con el trascurrir del tiempo, los dos años se
fueron convirtiendo en tres, cuatro, cinco y así sucesivamente… ahora me pregunto, ¿cuál
fue la razón de mi permanencia? Y llego a la conclusión, de que los factores fueron
muchos, uno sería las amistades que surgieron y fueron fortaleciendo las relaciones entre
colegas y personas del lugar y también porque el lugar es muy tranquilo, aún no es
corrompido por los males de las grandes ciudades, el clima es agradable y finalmente por
que el ambiente laboral donde trabajo fue y es muy agradable y confortable.

Para el relato de mi experiencia, creo que es necesario empezar por este último punto que
mencione en el párrafo anterior, referido al ambiente laboral, primero debo mencionar
que durante toda mi experiencia de trabajo desde los inicios hasta la actualidad solo tuve
dos directores, en primer lugar el Profesor Jorge Mamani Chambi, él fue el primer director

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El presente documento pertenece al Producto Final de la Segunda Versión del “Diplomado en Formación
para la Transformación de la Gestión Educativa en el MESCP”, titulado “El relacionamiento de los actores
como experiencia transformadora de la gestión educativa” realizado por el maestro; Cruz Ramos Abner
Joaquín de la Unidad educativa; Rafael y José Mendoza “B”, del municipio de Saipina, la misma que es
atendida por el PROFOCOM-SEP, por medio de la Unidad Académica “Valle Grande” del departamento de
Santa Cruz. Ministerio de Educación (2017). “El relacionamiento de los actores como experiencia
transformadora de la gestión educativa”. Diplomado en Formación para la Transformación de la Gestión
Educativa (2da. versión)

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que trabajó con mi persona, pero que por motivos de salud se jubiló y no terminó la
gestión, posteriormente llegó a ser director el Profesor Jaime Terrazas Ortuño, con el
empezó una larga trayectoria de trabajo que data desde la gestión 2005 hasta el presente
año.

El trabajo del Profesor Jaime, se convirtió en loable desde el punto de vista de la


comunidad Educativa, que conceptualiza su trabajo como productivo, tanto en la gestión
administrativa y su relacionamiento con los demás actores, teniendo el respaldo
correspondiente para encarar cualquier proyecto.

En mi experiencia como profesor, el trabajar bajo la administración del profesor Jaime, me


ayudó, en este último año, a reflexionar sobre mi trabajo como profesor, colocándome en
su lugar ante toda forma de problemáticas y la solución de las mismas con sencillas
preguntas como: si yo estuviera en el lugar del director ¿Cómo hubiera encarado el
problema? ¿Qué estrategias hubiera utilizado para tomar un mejor camino en la solución
de las mismas? ¿Qué decisión hubiera tomado? … y otras interrogantes.

Esta manera de interpretar, hacer análisis o en todo caso problematizar las situaciones,
despertó en mi persona el deseo de encontrar respuestas y problematizar el rol del gestor
educativo. Por otra parte los cursos del Diplomado, potenciaron esta manera de actuar,
porque en cada módulo y unidad temática, hubieron preguntas problematizadoras que
nos hicieron reflexionar bastante sobre el trabajo que estamos desarrollando en nuestras
instituciones educativas, por tanto puedo decir que el Diplomado amplió mi percepción
del trabajo del gestor, desde una mirada crítica a partir de una buena lectura de la
coyuntura donde se desarrolla la gestión administrativa.

Esta criticidad que despertó en mi persona hizo que problematizara muchas situaciones y
busque las respuestas a las mismas; una de estas situaciones que recuerdo y que generó
una transformación en mi persona, en la manera de pensar y entender la gestión
educativa, fue la de problematizar la gestión de mi director.

En este aspecto todos parecíamos conformes con las acciones y decisiones que se
tomaban bajo su administración, entonces ¿Por qué problematizar algo que está
supuestamente bien y no lo que está claramente mal?, en todo caso el director gozaba de
un buen prestigio profesional, se lo consideraba como una persona con mucha
experiencia, que sabe lo que hace y tiene el control de todo y todos.

En todo caso me parece que problematizar esta situación, pensé en un momento que me
ayudaría a ver las potencialidades de un administrador del cual aprender y ganar

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experiencia, imitar las acciones positivas y potenciar en aquellas que se necesita trabajar
más. Pero después de trabajar en la problemática, me di cuenta que hay mucho más
detrás de ello, que necesitaba que se tomara en cuenta en el trabajo como gestor
educativo.

Este escenario hizo que tenga la curiosidad de saber el por qué la gestión de mi director es
considerada como exitosa, así es que la problematice con la siguientes preguntas ¿Por qué
razones se considera la gestión del director como exitosa? ¿Cuáles son las acciones que
lo hacen ver como un buen gestor? En la búsqueda de las respuestas y el hacer un análisis
minucioso de las mismas se transformó mi manera de pensar y de ver la gestión
educativa, y me encaminó a nuevas situaciones problemáticas, las cuales, considero, que
son necesarias y que describiré más adelante.

Este análisis minucioso de la gestión de mi director, por supuesto no lo realizaría solo,


necesitaba buscar la manera de cómo los demás actores participen… se presentó la
oportunidad, ya que en el curso del Diplomado de Gestión Educativa, Módulo 1- Temática
No. 1, cuando se nos pidió que realicemos un diálogo con estudiantes, profesores y padres
de familia sobre espacios y formas de relacionamiento en nuestra Unidad Educativa, el
mismo que posteriormente se complementó con un análisis de la coyuntura para
identificar las potencialidades, limitaciones y necesidades de trasformación. Este trabajo
se direccionó no solo para ver la situación pedagógica, sino el funcionamiento de la
Unidad Educativa como institución y el accionar de los sujetos que son responsables de la
buena gestión de la administración en esta institución.

En sí este trabajo me sirvió, personalmente, para acceder y tener respuestas posibles


sobre mi pregunta problematizada, en este espacio de diálogo con los actores, que se
realizó utilizando diferentes técnicas como ser entrevistas, encuestas, conversaciones
espontáneas y observaciones, las cuales visibilizaron algunas respuestas.

Con respecto a los padres de familia, ellos mencionan que las acciones que realiza el
director de la Unidad Educativa, para tener éxito en la gestión, es que tiene el control de
la situación, tiene experiencia, organiza y ordena a los profesores, tiene capacidad de
mando, tiene dominio de palabra y don de convencimiento; para algunos es una persona
muy responsable en su trabajo y dedicado en lo administrativo y busca que la gestión
curricular sea eficiente.

Con esta manera de ver la institución y la gestión del director por parte de los padres de
familia, me puede dar cuenta que ellos me estaban hablando de un modelo de gestión

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gerencial, que se acopla perfectamente a lo descrito en la lectura del Módulo No 4 de
Gestión Educativa “ENTRE LA PRÁCTICA Y LA TEORÍA”.

Lo que me preocupa en este caso, es que solo se legitima el valor de una sola persona, del
director, por tanto el éxito de toda la gestión curricular y gestión administrativa es del
director, por supuesto, esto a manera de entender de los padres de familia. En este caso
¿Dónde queda el esfuerzo de los profesores, profesoras, secretaria, portera? ¿Acaso no
son parte de la Unidad Educativa? ¿Qué es necesario cambiar para que se visibilice
también el trabajo de los demás actores? ¿Los padres de familia como actores son parte
del éxito conceptuado por ellos mismos? Después de analizar estas preguntas, a nivel
personal por el momento, me pude dar cuenta que la visión que tienen los padres de
familia sobre la gestión educativa y el éxito que lleva consigo, debe cambiar, se debe
buscar nuevos caminos que nos permitan conceptualizar a la gestión curricular más
participativa, de compromiso de actores y que esté acorde al MESCP.

Según el concepto de los estudiantes, el éxito en el trabajo del director se debe a que él es
la cabeza de la institución, es el que toma las decisiones, está por encima de la autoridad
de los profesores y es quien coloca orden en el establecimiento y controla que los
profesores realicen bien su trabajo. Es el mismo caso de los padres de familia, no se
menciona el trabajo en equipo, trabajo en relacionamiento entre actores como parte del
éxito de la gestión educativa y, nuevamente, solo se hace énfasis en acciones personales
del gestor lo que lo hace ver solo a él como un buen gestor.

Con esto no quiero desmerecer el esfuerzo del director, que en términos generales
considero que está bien, pero también se puede evidenciar que existen algunos
elementos que deberían potenciarse, como el caso de abrir espacios de participación
autónoma de los actores de la educación, que visibilicen una gestión participativa, donde
todos los actores trabajan en equipos comunitarios con el objetivo de transformar la
educación, a una educación acorde a la realidad, que parta de las necesidades del
contexto donde uno vive, responda y resista a las exigencias de este mundo cambiante.

Con relación a los profesores de mi Unidad Educativa, deduciendo sus interpretaciones de


las preguntas problematizadoras, manifiestan que la administración del director, es
exitosa porque realiza una buena administración de los recursos materiales; en cuestión
curricular, es un director que exige a los profesores la presentación de documentos,
realiza el seguimiento y acompañamiento pidiendo toda la documentación necesaria; es
una persona accesible, con experiencia, le gusta planificar de antemano las actividades
para tener control sobre ellas, delega responsabilidades, coordina con los demás actores
en especial con los padres de familia.

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Aunque la mayoría de los colegas profesores coinciden en la buena gestión del director,
también existen pensamientos discordantes, como que es un poco permisivo con los
estudiantes y con algunos colegas, no se sujeta al reglamento interno, vertical en algunas
decisiones, es un jefe que manda y le gusta que le obedezcan, es un director muy estricto
ante las disposiciones y actividades emanadas de autoridades superiores.

En el concepto de los profesores, hay que hacer notar que las opiniones y el concepto de
gestión que tienen es diferente al de los padres y estudiantes; los profesores hacen
referencia al trabajo como equipo en coordinación con la administración, pero también en
algunos casos reflejan un tipo de gestión gerencial concebida en el control de las acciones,
enmarcadas en los estándares de calidad o de buena gestión administrativa.

Entonces ¿por qué existen estas diferentes miradas a la gestión educativa? ¿es necesario
realizar algunas acciones para cambiar la mirada de los actores a la gestión
administrativa?, son interrogantes que me hice, con el propósito de descubrir lo que
estaba pasando en una gestión aparentemente exitosa, pero cuyo éxito no derivaba en el
trabajo de un equipo comunitario.

Realizando el análisis correspondiente de manera crítica, en un primer momento me di


cuenta que las concepciones son desde diferentes ángulos o posiciones. Por ejemplo, la
mirada de los padres de familia, con respecto a la gestión del director, pareciese que es
desde afuera de la Unidad Educativa, debido a que no están inmersos en las actividades y
acciones de la gestión administrativa ni curricular. Al deducir que los padres de familia no
están inmersos en las actividades curriculares y de administración, llegamos a la
conclusión de que los padres de familia no se consideran parte del éxito de la gestión, en
todo caso, es como si ellos no hubieran participado en nada concerniente a la gestión,
pero la consideran exitosa basados en el hecho de que el director, tiene experiencia,
capacidad, autoridad, pero solo el director.

Este aspecto me llevó a problematizar el hecho de ¿Por qué los padres de familia no se
sienten parte del éxito de la gestión administrativa y curricular?, después de un amplio
análisis y conversando con algunos padres de familia de mi Unidad Educativa, puedo
deducir que ellos no se sienten identificados con los logros alcanzados en la gestión
curricular, porque sencillamente no la consideran como parte de sus responsabilidades,
como expresó textualmente uno de ellos, “para eso están los profesores y el director, para
que todo salga bien”, con estas sencillas palabras, me pude dar cuenta, que la mirada de
gestión exitosa que tienen los padres de familia, es porque sencillamente no les
corresponde, sino que creen que es netamente responsabilidad de los profesores y el
director. Pero, ¿qué ocurre con los espacios de participación, como reuniones,
evaluaciones comunitarias, y otras actividades donde los padres de familia evalúan y
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sugieren medidas para mejorar la calidad educativa y de gestión dentro la institución
educativa. ¿Acaso estos espacios no son el ámbito de participación de los padres para que
ellos contribuyan al éxito de la gestión administrativa y curricular? Es evidente que sí son
los espacios adecuados, pero los padres de familia no lo ven desde ese punto de vista, la
participación en estos espacios se resumió, para la mayoría de ellos, como una reunión
más a la cual hay que asistir por obligación, según testimonio de los mismos sino asisten la
Junta les coloca multas, en tal sentido es obligatorio.

Por tanto esta idea de los padres de familia, sobre los espacios de participación, es un
concepto netamente formal, por cumplir y no por aportar a la transformación. En este
sentido los padres de familia ven a las reuniones que se realizan como simple formalismo,
asisten por no tener deudas, por las multas o porque quieren quedar bien con los
profesores, director y frente a otros padres de familia; pero en realidad las decisiones que
se toman son por mayoría y muchas veces a sugerencia solo de algunos padres que
participan, y a sugerencia del director.

En caso de las evaluaciones comunitarias, por experiencia puedo decir que los padres de
familia asisten, también la mayoría por formalismo, a la mayoría de los padres les cuesta
participar, solo escuchan al delegado de curso, su informe, las posibles problemáticas; en
algunos casos sugieren algunas acciones, pero en algunos casos solo llega hasta ahí, pero
posteriormente no realizan el seguimiento necesario y nuevamente cae en el formalismo.
También los espacios de participación se han limitado a solucionar problemas particulares,
solo de algunos estudiantes en cuanto a rendimiento o aprovechamiento escolar, dejando
de lado el problema de fondo que es el trabajar conjuntamente por mejorar la calidad
educativa.

Esto significa que tanto las evaluaciones comunitarias y otros espacios de participación,
son considerados por los mismos padres como formales, no es su sentir que estos
espacios son para trabajar en equipo, relacionamiento con los demás actores, un espacio
donde ellos si se proponen pueden aportar a la transformación.

Por otra parte, en el caso de los estudiantes, podemos decir que su participación en los
espacios que se generan, también se conceptualizan como formales, no están convencidos
que su participación es importante en una gestión exitosa; al igual que los padres de
familia, los estudiantes consideran que su participación es innecesaria, en las actividades
donde participan solo lo hacen porque así lo decidieron los padres, los profesores o el
director y, por tanto, ellos solo están obligados a cumplir las disposiciones porque sino lo
hacen existe una presión de un puntaje o nota de por medio.

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El formalismo en los estudiantes abarca mucho más allá de participar en actividades o
reuniones de evaluación, de manera obligada, creo particularmente que en el estudio o
actividades de estudio de los estudiantes está totalmente arraigada una cultura de estudio
formal, la cual se siente cada vez más en estos últimos años.

Me refiero a que muchos estudiantes estudian por obligación, puede ser de sus padres, de
la sociedad, u otros motivos. Pero menciono esto, quizás pueda equivocarme, pero creo
que muchos estudiantes no ven a la educación que reciben en el colegio, como algo
productivo que les pueda servir en la vida, o por lo menos no la valoran de esa forma,
puede ser debido a que son jóvenes y sus intereses y distracciones son muchos, pero
consultando a ellos mismos y a algunos colegas, los trabajos que se les pide que realicen
muchas veces son solo por cumplir, son copias, son extraídos de internet o, finalmente
mandados a realizar por otras personas, este aspecto denota el formalismo en sus
actividades y responsabilidades.

También si revisamos la respuesta y sentir de los profesores, con relación al éxito de la


gestión administrativa y curricular de la institución, ellos mencionan que se debe a que el
director exige a los profesores la presentación de documentos, realiza el seguimiento y
acompañamiento pidiendo toda la documentación necesaria. En un diálogo con los
profesores, se les preguntó sobre qué trabajos consideran que son obligaciones y que no
les gustaría realizar, algunos respondieron que los documentos de informes de
actividades, el realizar las actividades propuestas por las autoridades superiores, el
presentar los planes, el trabajo de profesores de turno, el realizar las evaluaciones
comunitarias, evaluaciones institucionales y otros trabajos, son considerados como
obligaciones que si por ellos fuera no lo realizarían, porque quita mucho tiempo.

Analizando este aspecto, concluimos con algunos colegas, que el trabajo que estamos
realizando algunos profesores y algunas obligaciones por parte nuestra cae en
formalismo, pero, por supuesto, este no es el sentir de todos los docentes, sin embargo,
de alguna manera me hace deducir que los profesores no están convencidos de que las
actividades que realizan les puede ayudar a mejorar la calidad educativa, su práctica
educativa y en todo caso buscar alternativas de trasformación. Por tanto, también cae en
el formalismo, porque el profesor se ve obligado a cumplir porque si no se lo hace se
puede catalogar a ese profesor como ineficiente, incumplido y puede ser motivo de crítica
y de sanciones.

Este aspecto del formalismo arraigado, en el accionar de todos los actores de la


educación, considero, personalmente que es preocupante; pero a la misma vez generó en
mi persona el deseo por saber si es que una gestión basada en un trabajo formal de sus
actores ¿puede ser visualizada como exitosa o eficiente?, creo que la respuesta es obvia,

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pues sí, si una gestión está enmarcada en los estándares de calidad donde únicamente se
observa desde afuera y se mide la eficiencia o el éxito solo por un trabajo realizado o
cumplido, sin mirar realmente la importancia del trabajo o prestar atención al trabajo de
transformación de la educación desde la participación y accionar coordinado de los
actores, la respuesta siempre será así.

Creo que es fácil delegar la responsabilidad de la gestión a solo unas cuantas personas o
medir el éxito de la misma en base al trabajo que proyecta la persona del director, en todo
caso si fracasaría es porque el director no realizó un buen trabajo y los demás actores se
libran de ser responsables del fracaso de la gestión, y aún más se creen en la libertad de
criticar la gestión porque no son parte responsable.

En fin, la problemática o problema de fondo que planteo es la posibilidad de cambiar la


visión de gestión que tienen los actores y transformarla en una visión de gestión más
participativa.

Con esto no quiero desmerecer el trabajo de los gestores, que se esfuerzan por cumplir y
llevar adelante la administración educativa lo más eficientemente posible, tampoco
quiero desmerecer el esfuerzo que realizan mis colegas profesores al hacer su trabajo;
más al contrario pondero su esfuerzo, porque a pesar de las dificultades particulares, que
tiene cada maestro, se esfuerzan realmente por desarrollar las tareas y responsabilidades
en su trabajo como profesores; es más como siempre dicen mis colegas, en Saipina, como
provincia o pueblo alejado, se trabaja más que en la capital del departamento, los
profesores dan más de su tiempo en actividades, son más accesibles y se trabaja más
conscientemente. Lo cual apoyo y seguro que tienen razón, por las continuas experiencias
de los profesores que llegan a trabajar de la ciudad o de aquellos que se van a prestar
servicios a la misma, ellos manifiestan que en Saipina realmente se trabaja como profesor
y hasta en términos exagerados, que alguna vez manifestamos y es el sentir de muchos,
que Saipina es otro mundo, donde todo el trabajo emanado por autoridades superiores se
cumple al pie de la letra.

Quiero hacer notar que ese no es el punto en cuestión, sino que coloco en consideración y
en análisis nuestra manera de entender el trabajo y el cumplimiento del mismo, creo que
con el pasar del tiempo, nuestra labor, y en esto me incluyo, se ha ido convirtiendo en
acciones costumbristas y tradicionales, al mismo tiempo que nos fuimos acomodando y
enraizando en nuestras acciones, lo cual ahora no nos permite visibilizar otra manera de
trabajar, y en algunos casos cualquier otra visión que implique cambio y transformación,
esto puede entenderse como amenazante.

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También el hecho de que los padres de familia, estudiantes y demás actores, deben
acercarse más al trabajo de una gestión participativa, lo cual necesita buscar
mecanicismos y estrategias para romper las barreras de formalismo que he planteado en
el relato de la presente experiencia.

Para concluir debo mencionar que en mi presente relato quise hacer notar la
transformación en mi persona, en mi manera de ver y entender la gestión educativa, de
problematizar todas las acciones y decisiones para encontrar las razones del porqué
actuamos y decidimos de una manera y otra, experiencias que también nos llevan a
caminos que generan nuevas experiencias que de la misma forma son posibles de
problematizar y analizar en el marco de la reflexión y el diálogo, para finalmente buscar
nuevas alternativas para encararlas. Con esto quiero decir que mi persona se volvió más
crítica, reflexiva, abierta a las posibilidades de transformación.

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