El Camino Neocatecumenal. Osvaldo Santagada
El Camino Neocatecumenal. Osvaldo Santagada
El Camino Neocatecumenal. Osvaldo Santagada
Osvaldo D. Santagada
1. Origen y Crecimiento
2. Documentos
3. Algunas Críticas
Las críticas a este "camino" se suelen hacer en torno a tres líneas: los
presupuestos, las modalidades de acción, y los contenidos teológicos.
Presupuestos son la práctica de; la Iglesia primitiva y una determinada
concepción del "catecumenado" en la Iglesia de Cristo. En este sentido,
un personaje tan importante para la vida de la Iglesia en el siglo XIX
como Dom Próspero Guéranger O.S.B., cayó en la misma tentación (vió
el ideal en la Iglesia medieval) que ha sido y será constante para los
católicos: es la tentación de privilegiar una etapa de la historia del cris-
tianismo como la "auténtica".
Modos de acción son el esoterismo y el secreto de la vida de las
comunidades; una cierta autonomía laica con relación al Obispo y los
presbíteros; una atenuada aversión a las estructuras de la Iglesia (yen
esto no ha podido escapar a la actualidad espiritual de la Europa de fines
del siglo XX); y la presidencia indirecta de los catequistas en las cele-
braciones (hay muchos testimonios de Obispos sobre este asunto).
Los contenidos teológicos criticados son en particular y principalmente
los que siguen:
530 Catequesis Familiar
4. Elementos Positivos
a) El Bautismo
Estas comunidades se fundamentan en una toma de conciencia sobre
el valor del Bautismo, como principio de la vida cristiana, Su espiritua-
lidad es bautismal y su experiencia es la "iniciación cristiana". El Ordo
initiationis christinae adultorum (rito para la Iniciación cristiana de los
adultos) post-conciliar prevé un uso analógico para los bautizados que
no hayan sido confirmados, ni recibido la Primera Comunión, es decir,
los no catequizados. Es la restauración del Catecumenado, sobre la cual
he escrito largamente hace unos años (ver Criterio, Buenos Aires, t. 46
(1973), pp. 486-488; 516-517; 548-549; 579-580; 616-618).
El "camino neocatecumenal" quiere precisamente revivir las etapas
del catecumenado para los bautizados en la niñez que se alejaron de la
práctica cristiana o viven como ateos prácticos. Motivo laudable entre
muchos, porque el problema es real y no aparente. Con todo, habrá que
estar alerta para no trasponer indebidamente la analogía de los ritos
destinados a los no bautizados, usándolos para cristianos ya bautizados.
5. Problemas Pendientes
Conclusión
Por la vinculación que este proyecto tiene con todos los aspectos de
la Iglesia, a partir del catecumenado "idealizado", representa un desafío
para todos los pastores y miembros de ella. La eclesiología, la cristología,
la antropología, la moral, en una palabra, toda la teología queda involu-
crada. Esta es la razón por la que hay que observar a este "camino" con
esperanza, pero con reserva y prudencia. La necesaria cautela no impide
un juicio genérico de signo positivo.
La situación de América Latina, tan bien descrita en Puebla, es
diferente de aquella donde nació este proyecto. Entre nosotros se mantiene
el "substrato católico" y la "religiosidad popular" es una garantía de una
evangelización bien realizada que necesita ahora ser renovada en sus
métodos y en su vigor. Un movimiento comunitario como el que intentamos
describir más arriba, con aspectos judaizantes en sus costumbres, con sus
músicas y cantos que responden a la cultura del sur de España, con unas
modalidades y connotaciones teológicas que parecen poco "católicas" exige
un discernimiento cuidadoso. Por eso el Papa Juan Pablo II pide a estas
comunidades "que se distingan por el fervor en la celebración del Bau-
tismo, de la Eucaristía y de la Penitencia, quieran distinguirse también,
bajo la guía de la Iglesia, en el compromiso de fidelidad a la disciplina
común" (Loe. cit.).
La inserción de estas comunidades neocateeumena1es en la pastoral
diocesana será el signo de autenticidad de su humildad y de sus propósitos
evangelizadores .