Introducción y Objetivos TEMA 2
Introducción y Objetivos TEMA 2
Introducción y Objetivos TEMA 2
De esto se deduce que ser un líder efectivo, no es una tarea fácil. Para
desarrollar nuestro liderazgo debemos desarrollar actitudes y habilidades que
nos permitan manejar una gama amplia de circunstancias de tal modo que
adaptemos nuestra forma de aproximarnos a cada una.
Todas estas son habilidades que nos harán mejores y más efectivos líderes, y
constituyen las piezas con las que armemos nuestra capacidad de liderazgo.
Fijando metas
La importancia de fijar metas
Tipos de metas
El líder efectivo comienza fijando una gran meta con una visión sobre un futuro
posible, aunque retador y difícil de alcanzar. Es lo que Jim Collins
denominó BHAG o «big hairy audacious goal» (meta grande, peluda y audaz)
en su libro Build to Last (1994). Esta es una manera potente de lograr el
compromiso y el entusiasmo de nuestros seguidores. Un BHAG debe ser claro
y llevar a la acción. No se necesita grandes explicaciones porque se puede
expresar de manera corta y clara. Piensa en la misión de llegar a la Luna de la
NASA en los 60, o en el mandato de Jack Welch para General Electric de ser el
número uno o dos de cada industria en la que participaban y tener la agilidad
de una empresa pequeña.
De corto y largo plazo. Algunas metas podrán ser mensuales o trimestrales. Otras
metas pueden ser de más largo plazo, pero todas alineadas con la visión.
Fijando metas (III)
Establecimiento de metas
Para hacer concretos los objetivos que conducen a la gran meta hay que
establecer estas metas más pequeñas. Una buena manera para hacer esto es
mediante reuniones con el grupo para generar un mapa de cómo se ve el futuro
cuando se realice el objetivo. Una visión clara del futuro es de ayuda para
clarificar cuáles son las metas que llevarán hasta ahí.
Evaluación y retroalimentación
Evaluación del desempeño de acuerdo con el cumplimiento de metas
Dando retroalimentación
Elegir las circunstancias sobre las cuales brindar retroalimentación es importante porque la
retroalimentación efectiva se da sobre hechos concretos, incluso si se hace una
retroalimentación positiva a alguien. Si la retroalimentación es negativa, esta se puede percibir
como un ataque personal si no se hace referencia a un hecho concreto. Por esto, es mejor
cuando se retroalimenta sobre situaciones que pueden repetirse, cumplimiento de metas,
resultados de actividades y proyectos o conductas.
Recibiendo retroalimentación
El líder también requiere retroalimentación con respecto a su función. Es
un proceso fundamental en el camino a convertirse en un líder más
efectivo. Recibir retroalimentación de manera positiva no es fácil y hay
que aprender a hacerlo. Una manera es autoevaluarse y contrastar es
autoevaluación con colegas. Se puede pedir retroalimentación a un
liderado con mayor experiencia.
Cuando reciba retroalimentación de su propio líder, pares y liderados,
hay que escuchar con apertura, darse un tiempo para procesar la
información y después preguntarse cómo puede uno usarla para el
propio desarrollo.
Coaching
En la unidad anterior aprendimos sobre lo que era un líder transformacional: en
lugar de decir qué hay que hacer, este busca transformar a sus liderados para
que encarnen los valores y principios que animan la misión de la organización.
Evaluaciones universales
Control externo
Cuando las personas atribuyen las causas de la situación solo a factores
externos, sienten que no tienen posibilidad de cambiar las cosas cuando las
situaciones están fuera de su control. En lugar de eso, el líder ayuda a la
persona a pensar cómo puede cambiar lo que hace para superar las
restricciones del medio externo.
Por ejemplo, alguien podría decir «no puedo vender porque nuestra empresa
pone los precios muy altos». Frente a eso, el líder cuestiona la creencia de falta
de control preguntando y generando ideas sobre lo que se puede hacer dada la
realidad: «¿qué valor ofrecemos nosotros que no ofrece la competencia?»,
«¿quiénes son los clientes que valoran eso que nosotros damos mejor que los
demás?».
Toma de decisiones
Uno de los sellos que identifican la función del liderazgo es el de asumir la
responsabilidad por las acciones y resultados de sus seguidores. Como tal, la
toma de decisiones y su dirección es ineludible para el líder. Las decisiones
determinan la acción y, finalmente, la suerte del resultado conjunto. Todos
tomamos decisiones todos los días, pero las decisiones del líder tienen un
impacto y consecuencias mayores. Peor aún es el caso en que el líder
posterga o evitar tomar una decisión importante.
En el estilo de liderazgo laissez faire, el líder puede dejar en manos del grupo
algunas de las decisiones, pero también podrá recibir alternativas de decisión
del grupo para su elección. Esto puede ocurrir sobre todo en los grupos con
pericia técnica distinta a la del líder.
Los problemas de tipo caótico son los que imponen el mayor desafío. Son
situaciones de alta turbulencia y cambio, donde no identificamos cuál es la
información que nos falta. Son problemas críticos que general alta tensión en el
grupo. Es estos casos, Snowden y Boone recomiendan tomar acción, evaluar
sus resultados y ajustar la acción de acuerdo con estos. Es importante
reestablecer la percepción de orden en cuanto sea posible. En estos casos, la
presencia del líder es muy importante pues los seguidores estarán buscando su
guía.
Recomendar. Las personas que recomiendan son los que tienen la «R». Sobre la base
de su información y la que reciben de los informantes (la «I») recomiendan los posibles
cursos de acción. Estos consultan a los actores e intentan lograr su compromiso con la
recomendación.
Acordar. Este grupo negocia (la «A») con los que recomiendan y, de no llegar a
acuerdos, le piden a quien tiene la «D» (quien decida) que dirima. Estos tienen veto
sobre la recomendación.
Poner en práctica. Este es el grupo que tiene la «P» y son los que llevarán la
implementación a la práctica. Este grupo vela por que la decisión se implemente de
modo eficaz.
Informar. Los que tienen la «I» son los que proveen información a los que
recomiendan (la «R»). Ellos aportan información sobre la viabilidad de las propuestas.
Cultivar credibilidad
Cuando una persona es percibida como creíble, hay una mayor probabilidad de
que escuchen sus propuestas. Aunque las primeras impresiones cuenten, la
credibilidad se va construyendo a lo largo de las interacciones que tienen las
personas. No hace falta mostrarse como una persona sin fallas o errores para
ser percibido como creíble; más bien es importante reconocer los propios
errores y falencias, lo que hará que otros nos vean como honestos. Si
demuestra respeto por las demás personas, tomando en cuenta sus
necesidades e intereses, los demás lo verán como digno de confianza.
Motivar a otros
Motivación es el deseo por lograr una meta. Esta determina la dirección de las
acciones de la persona, su nivel de esfuerzo y su persistencia. Si una persona
está muy motivada para lograr algo, dirigirá conscientemente mucho esfuerzo y
empeño, y persistirá cuando enfrente dificultades.
Una motivación alta no es garantía de obtener buenos resultados. Los
conocimientos, experiencia, y recursos disponibles jugarán también un papel
muy importante, pero sin motivación la persona no se moverá hacia el objetivo.
La motivación es, entonces, una condición necesaria, aunque no suficiente
para el logro de los objetivos.
¿Cuál es tu teoría?
Estas dos teorías o maneras ver a las personas, harán que el líder asuma dos
perspectivas muy diferentes para intentar lograr motivar a las personas. El líder
de la teoría X utilizará castigos y premios para motivar. Mientras, el líder de la
teoría Y utilizará recompensas, pero entenderá que hay que lograr que el
trabajo sea retador y una oportunidad de aprendizaje y desarrollo personal para
que sea por sí mismo motivador para las personas.
Animado por esta pregunta, Frederick Herzberg (2004) investigó qué factores
son los que contribuyen efectivamente a la motivación de las personas en el
trabajo. Herzberg descubrió que había dos tipos de factores. Un grupo de
factores no contribuyen realmente a la motivación para hacer un buen trabajo,
pero eran necesarios para que la persona estuviera satisfecha en la
organización. A estos los llamó factores de higiene. El otro grupo de factores sí
producían motivación. A estos los llamó factores de motivación.
¿Cuáles son los factores que hacían que las personas no se sintieran
insatisfechas? Todos son factores relacionados con las políticas de recursos
humanos de una organización: Supervisión, relación con el supervisor,
condiciones de trabajo, salario, relación con los pares, estatus, seguridad.
¿Cuáles son los factores que creaban motivación por el trabajo? Factores
ligados al trabajo mismo como logro, reconocimiento, responsabilidad y
crecimiento. ¿Entonces por qué tantos líderes y organizaciones utilizan los
factores de higiene para motivar? De acuerdo con Herzberg, estos funcionan
como motivadores, en el mejor de los casos, por un tiempo muy corto.
«Si quieres gente motivada a hacer un buen trabajo, dales un buen trabajo para
hacer» Frederick Herzberg.
Pink propone tres factores que, además, generan satisfacción personal con el trabajo y los
llama: autonomía, maestría, y propósito. Para trabajos mecánicos, las condiciones y el dinero
parecen ser motivadores, pero para trabajos que requieren de habilidades cognitivas, siquiera
rudimentarias, estos factores son necesarios. Los describimos a continuación:
Autonomía: es el deseo de las personas por dirigir su propio trabajo. Si solo se quiere
que las personas sigan órdenes, el control y las recompensas bastan; pero si se quiere
que las personas se comprometan con el trabajo y pongan sus recursos a disposición
de los objetivos trazados, es mejor que ellos determinen cómo hacer su trabajo. La
autonomía puede estar en lo que hace, en cómo lo hace, cuándo o con quién.
Para motivar a las personas se necesita crear un ambiente en que estas puedan desarrollarse y
prosperar en las tareas. Dar a las personas autonomía, oportunidad para tener retos y
aprender, en el contexto más grande de una visión trascendente, es darnos la oportunidad de
obtener lo mejor de la gente en beneficio de las metas planteadas.
Referencias bibliográficas
Bain & Company (2011). RAPID®: Bain’s tool to clarify decision
accountability [en línea]. http://www.bain.com/publications/articles/RAPID-tool-
to-clarify-decision-accountability.aspx
Cialdini, R. (1984). Influence: the psychology of persuasion. Harper Business.
Herzberg, F. (2003). Una vez más: ¿cómo motiva a sus empleados? Harvard
Business Review, 81(1).
Kohn, A. (1993). Why incentive plans cannot work [en línea]. Harvard Business
Review.
Pink, D. H. (2009). Drive: The surprising truth about what motivates us. Nueva
York: Riverhead Books.
Snowden, D. y Boone, M. (2007). A leader’s framework for decision making [en línea].
Harvard Business Review.