Tema 8 Actividad Adm y Sus Modalidades de Acción
Tema 8 Actividad Adm y Sus Modalidades de Acción
Tema 8 Actividad Adm y Sus Modalidades de Acción
Como hemos dicho, estas formas de acción fueron asumidas por la doctrina clásica (pero han
quedado en desuso y superadas por otras más ajustadas):
● Policía - Garantía (limitación, intervención y ordenación)
● Servicio público - Prestación
● Fomento - Estimulación
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Se trata de un concepto vinculado al poder coactivo que incluso se mantiene, pues corresponde
al ordenamiento jurídico administrativo la tutela del orden público o la seguridad ciudadana,
que se identifica con las funciones de las FCSE (Ley de seguridad ciudadana). Estas actividades
se engloban dentro de la llamada “actividad policial general, también llamada Administración
de vigilancia”
Sin embargo, la evolución de los sistemas políticos - administrativos, junto con la publificación
de actividades privadas, ha llevado a que se hayan incrementando las competencias y fines de la
AP, que va más allá del concepto de orden público o la seguridad, donde se engloban acciones y
funciones que inciden “negativa” sobre las situaciones jurídicas de los ciudadanos
administrados, surgiendo así distintas policías especiales que comprendían las intervenciones
administrativas limitativas y coactivas en sectores como el urbanismo, medioambiente,
demanial, dando lugar a la policía demanial, urbanística, medioambiental.
De este modo, la policía ya no solo se identifica con FCSE, sino también con otras potestades.
Ahora se habla de la Administración ordenadora (de actividades privadas) y la
Administración de vigilancia queda relegada al orden público.
Estos criterios han llevado a la doctrina a abandonar el término policía por la denominación de
actividad de garantía, actividad inventora o actividad ordenadora, que supone la limitación
de los derechos de los ciudadanos.
Por tanto, conforman la actividad de garantía, las limitaciones y/o privaciones a situaciones
jurídicas privadas y la atribución de poderes a las Administraciones Públicas para hacerlas
efectivas, como garante de la colectividad (autorizaciones, órdenes, potestad sancionadora).
Una vez más la realidad socioeconómica supera las bases de la teoría del servicio público:
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meramente reglamentadas.
● En cuanto al régimen, pues determinados servicios públicos se prestan en un régimen
parcialmente privado y por tanto el régimen jurídico aplicable no es enteramente
público.
Así, la noción de “servicio público” no sirve para definir toda la actuación prestacional que
ofrece la Administración Pública por dos razones: porque existen servicios que no son en
sentido estricto servicios público; y, en cuanto que la AP ofrece bienes y servicios en el
mercado mediante fórmulas societarias mercantiles (empresas públicas). Se trata, por tanto,
de una actividad empresarial, sujeta o no a la ley de la oferta y la demanda, que unas veces
puede ser monopolizada y otras sujeta a las reglas de la competencia.
Sin embargo, este concepto también ofrecía confusos perfiles, así, entre otras cuestiones, las
técnicas de fomento pueden realizarse por vía indirecta de coacción utilizando la potestad
tributaria (gravando más actuaciones no queridas, por ejemplo, se grava imperativamente las
industrias contaminantes, con ello estamos fomentando la no contaminación, pero no con
acciones de fomento). De ahí que el fomento tampoco fuera un término unívoco.
Aquí la Administración Pública no realiza la actividad, sino que impulsa la iniciativa privada
para que sea ella la que la realice (es decir, las personas).
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Aquí la Administración pública no interviene como parte, sino como tercero, intermediando en
las relaciones entre particulares como si fuera un árbitro, lo que ha sucedido clásicamente en
ámbitos como la investigación minera, y sucede en la actualidad en sectores de relevancia social
como el deporte o el importante sector del consumo.
En cuanto a la regulación, destaca que por Ley 11/2011, de 20 de mayo, publicada en el BOE
del día 21 de mayo, se ha llevado a cabo la reforma de la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de
Arbitraje.
Dicha Ley (Ley 11/2011) comprende la modificación de la Ley de Arbitraje –que pasa a
denominarse Ley de Arbitraje y de regulación del arbitraje institucional en la
Administración General del Estado. Vino a resolver las deficiencias de la anterior Ley y a
armonizar el régimen jurídico del arbitraje favoreciendo de esta forma la difusión de su práctica
y dotando a los agentes económicos de una mayor certidumbre sobre el contenido del régimen
jurídico del arbitraje en España.
La Ley 60/2003 de Arbitraje prevé que las leyes sectoriales (transportes, seguros,
telecomunicaciones, etc.) atribuyan a la Administración funciones de arbitraje (también pueden
ser árbitros las Corporaciones de Derecho Público, como la Corte Española de Arbitraje,
encuadrada en la Cámara de Comercio de España).
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● Y frente a la sentencia que se dicte no cabe recurso alguno. El laudo firme produce
efectos de cosa juzgada y frente a él sólo cabrá solicitar la revisión conforme a lo
establecido en la LEC para las sentencias firmes.
Se trata de una actividad administrativa auxiliar de otras porque tiene como finalidad detectar
hechos que dan origen a otras potestades administrativas como la potestad sancionadora o el
reintegro de subvenciones.
La administración inspecciona:
● La actividad de sus propios órganos y personal, también a otras administraciones
públicas, por ejemplo en sus relaciones de tutela.
● Y sobre los administrados, por ejemplo en relación con los deberes tributarios o
sobre sujetos beneficiarios de prestaciones públicas sociales (subvenciones o
dependencia), y sobre contratistas, colaboradores o los que disfrutan de bienes
públicos (sujetos que disponen de una autorización o concesión administrativa).
No existe una regulación general de la inspección administrativa sino que cada legislación
sectorial regula la inspección administrativa en cada ámbito con notables diferencias entre
ellas. La competencia estatal o autonómica para regular la inspección dependerá de la
distribución de competencias (Trabajo---Estado, Urbanismo---CCAA).
Como la inspección conlleva el ejercicio de potestades restrictivas para los ciudadanos, los
inspectores deben tener la condición de funcionario público, como regla general. Aunque el
personal laboral puede actuar como auxiliar o que ciertas tareas se realizan por sujetos privados
como entidades colaboradoras o concesionarios (parquímetros).
La Ley 39/2.015 en su art. 77.5 atribuye valor probatorio a las actas levantadas por funcionarios
con condición de autoridad, “Los documentos formalizados por los funcionarios a los que se
reconoce la condición de autoridad y en los que, observándose los requisitos legales
correspondientes se recojan los hechos constatados por aquéllos harán prueba de éstos salvo
que se acredite lo contrario ”.
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Hay que tener en cuenta que para facilitar esta actividad, la administración necesita que los
ciudadanos le faciliten información o le permitan el acceso a ella. Las actuaciones de inspección
pueden consistir en visitar o acceder a ciertos lugares privados, no solo a lugares abiertos.
El inspector puede entrar a dependencias y locales cerrados al público o fuera del horario de
apertura, en el que el inspeccionado tiene el deber de permitir su acceso.
Pero en ocasiones las inspecciones se practican en lugares o zonas que pueden transgredir el
derecho a la intimidad, y será necesario el consentimiento del inspeccionado o autorización
judicial, así aparece en la Ley 39/2.015: “Si fuese necesario entrar en el domicilio del afectado
o en los restantes lugares que requieran la autorización de su titular, las Administraciones
Públicas deberán obtener el consentimiento del mismo o, en su defecto, la oportuna
autorización judicial”.
Solamente se precisa la autorización Judicial para entrar en las fincas en las que exista un
obstáculo, un cierre o valla, algo que impida la libre entrada de los extraños. Según esta
interpretación, no haría falta la autorización Judicial para entrar en solares abiertos o fincas
rústicas sin vallas. Esta interpretación ofrece sus riesgos, porque la obligación de respetar una
propiedad privada entendemos que es independiente del hecho físico y accidental o de que esté
vallada o no. (Código civil)
Entiende que se exige la autorización Judicial para entrar en cualquier propiedad privada,
siempre y cuando la Administración no disponga del consentimiento de su propietario.
Juzgamos más acertado este criterio, más garantista, y a falta de una Legislación clara, el
propietario puede oponerse a que la Administración Pública ocupe cualquier propiedad privada
sin la autorización del Juzgado de lo Contencioso-administrativo.
Como regla general, cabe destacar que la actividad de inspección no forma parte de un
procedimiento sino que son actuaciones materiales y aisladas que no llevan a una resolución
sino a un acta.
El acta es un documento público que vale en cuanto está firmado por un inspector sin que sea
necesario que lo suscriba el inspeccionado. Algunas leyes afirman su valor probatorio y su
presunción de certeza iuris tantum, por lo que es posible desvirtuarla por prueba en contrario.
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