¿Cómo Se Debe Evangelizar para Ganar Almas
¿Cómo Se Debe Evangelizar para Ganar Almas
¿Cómo Se Debe Evangelizar para Ganar Almas
El evangelismo se ha venido cambiando a medida que pasan los años, ya que cada
vez contamos con más estrategias de poder llegar a las personas para darles un
mensaje de salvación, sin embrago, hay muchas personas que quizás este tema se
les dificulta un poco y se preguntan Cómo Se Debe Evangelizar correctamente o si
existe una manera más fácil de hacerlo, así que hoy estamos aquí para aclarar
algunas de tus dudas y ayudarte en este tema
Aunque algunas personas tienen más facilidad para hablar o para socializar, esto no
quiere decir que solo algunos estemos llamados a hablarle a la gente de cristo, al
contrario, el señor en su palabra nos indica que debemos predicar su mensaje a
todo el mundo y no dice que personas específicamente deben hacerlo, lo que
significa que todos tenemos no solo la oportunidad sino el llamado a hacerlo.
Marcos 16:15 “Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda la creación”.
Cuando decidimos evangelizar lo hacemos por amor, por amor a esas personas que
sabemos que sus almas están cautivas y que necesitan una palabra de aliento, no
lo hacemos por nosotros mismos, sino porque ahora somos más misericordiosos
con los que están perdidos, y hemos decidido ayudarlos a cambiar sus vidas para
que puedan crecer en Dios y tener una vida de salvación y plenitud.
(Mateo 28:19-20) “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
Por otro lado, nos encantaría decirte que hay un metodo eficaz y específico para
evangelizar, pero la verdad no lo hay, no existen reglas más que hablar de la
palabra de Dios, la biblia está llena de historias, promesas, oraciones, cosas que
vivieron nuestros antepasados y que incluso la mayoría de esas historias se repiten
en la vida del ser humano, por lo que sabemos que si te dejas guiar por la biblia y le
hablas a las personas de lo que allí esta, podrán identificarse y será mucho más
fácil llegar a sus corazones.
Que tu única preocupación sea agradar a Dios y que puedas demostrar con tus
acciones que eres diferente y que tienes algo especial, esta es una de las mejores
formas de evangelizar, y que si te pones a pensar, cuando las personas te
comiencen a preguntar qué es lo que tienes ¿de qué hablaras? ¿Acaso lo que
tienes no es a Jesús?, y acaso tu pregunta no fue ¿cómo se debe evangelizar?
¡Asi es! Si las personas te verán y querrán de lo que tienes, y lo que tienes es a
Jesús, entonces ya tienes tu mejor manera de evangelizar.
LA NECESIDAD
– Principalmente adquirimos conciencia de la necesidad existente en nuestro
mundo de hoy, sobre la base de nuestra propia experiencia de conversión, a la vez
que descubrimos el mensaje claro de la Palabra de Dios, que así lo expone. El
hombre está perdido, y por ello necesita conocer el mensaje de la Salvación. «Por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Ro. 3:23).
– A través de la predicación de Jesús y la predicación apostólica (el modelo que
debemos seguir), adquirimos conciencia del mensaje de salvación que hemos de
proclamar. Observamos que tanto Jesucristo como sus discípulos hablaron de: la
necesidad de reconciliar al hombre con Dios; hablaron del pecado, del infierno, de
la salvación, de la muerte de Cristo y su resurrección, de la necesidad de
arrepentimiento, de la conversión (entrega del corazón a Dios), del retorno del
Señor Jesús, del Juicio final, etc. Y todo ello forma parte del mensaje divino, que
incluye el mensaje del Evangelio, centrado principalmente en la muerte de Cristo
por nuestros pecados.
– El apóstol Pablo realiza un planteamiento lógico, desde una perspectiva humana:
«Cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿Cómo oirán sin haber quien les
predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?…» (Ro. 10:14,15).
Entendamos aquí, porque si bien la efectividad evangelizadora corresponde al
poder del Espíritu Santo, no obstante a Dios le ha placido incluir el privilegio de que
colaboremos en este proyecto: el de anunciar la salvación a esta nuestra presente
Humanidad. Por tanto, ser un portavoz del mensaje salvador, es un acto de gracia
divina. Dios ofrece a sus hijos el gran favor de ser sus colaboradores en esta
maravillosa tarea. Podemos aceptarlo o podemos rechazarlo (es nuestra la
decisión).
– Admitimos que todos los creyentes no son evangelistas, en el sentido bíblico del
término (fundación de iglesias): «Él mismo constituyó… a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros» (Ef. 4: 11). Pero, sin embargo, todos los cristianos
debemos dar testimonio de nuestra fe, y colaborar así para la extensión del Reino
de Dios: «Para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas…»
(1 P. 2:9).
¿CÓMO SE EVANGELIZA?
Sin embargo, en otra iglesia con poca preparación formal en evangelismo, podrá
llevarse a cabo la obra si hay un alto grado de motivación y deseo en el corazón de
los creyentes.
También puede contarse con un método muy bueno, pero si no existe un buen
testimonio, una vida de oración y una actitud de comunión con Dios en la persona
que presenta el evangelio a la gente, difícilmente tendrá un impacto positivo. En la
misma forma, puede ser que la persona que evangeliza tenga una metodología
inadecuada, pero su amor y sinceridad resplandecerán por encima de sus carencias
y logrará buenos resultados. Esto nos hace entender que el evangelismo no es solo
un programa, sino que la unción del Espíritu Santo juega un papel determinante en
esto. No depende del método, sino de la
presenta el evangelio.
Hay personas dotadas con el don de evangelismo. El mensaje del evangelio fluye
de su interior como “ríos de agua viva”. Al verdadero evangelista nadie tiene que
llamarlo ni motivarlo para evangelizar, lo hace como parte de su vida. Es un llamado
especial que se cumple por un impulso interno, motivado por el Espíritu Santo.
Pero, aunque no todos tenemos el don de evangelismo, todos hemos sido llamados
a evangelizar. Por eso la Biblia continuamente nos exhorta y nos prepara para el
evangelismo; y nos recuerda el compromiso que tenemos con la Gran Comisión. Es
asunto de obediencia, de entender y acatar la soberanía de Dios sobre nuestras
vidas. Los que tienen el don de evangelismo lo deben ejercitar; los que no lo tienen,
pueden hacer su mejor esfuerzo y aprender a comunicar el evangelio; pero todos
debemos ponernos bajo la guía del Espíritu Santo para realizar esta misión.
“Por tanto, íd, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo...” (Mateo 28:19).