SISTEMA DE PRODUCCION COMUNITARIO. - Segundo Parcial
SISTEMA DE PRODUCCION COMUNITARIO. - Segundo Parcial
SISTEMA DE PRODUCCION COMUNITARIO. - Segundo Parcial
- SEGUNDO PARCIAL
Profundidad de siembra
En el caso del frijol, se recomienda enterrar la semilla a una profundidad de 2 a 4 cm.
En el caso del maíz, se puede utilizar un método de cosecha llamado "mezclando mazorcas", en el
cual se tritura la mezcla de granos y partes de la mazorca para ensila.
Los cultivos de granos producen semillas comestibles y secas que pueden almacenarse por largos
períodos de tiempo. El maíz y el frijol son parte importante de la dieta y la economía de México desde
tiempos prehispánicos.
En los sistemas de producción interceden distintos elementos que tienen como objetivo principal la
generación de bienes y servicios a un alto rendimiento; se prioriza, sobre todo lo demás, el tiempo y
la ejecución de las actividades con la finalidad de llevar a cabo el trabajo de forma optimizada.
Para las industrias, manejar de manera adecuada los sistemas de producción representa un
incremento en el ingreso económico, ya que supone una mayor creación de productos en un menor
tiempo y con una alta eficiencia de tiempo y aprovechamiento de recursos.
Introducción
El maíz al igual que el frijol se ha cultivado en México, desde siglos antes de la conquista española.
Ambos cultivos, son considerados como alimentos básicos en la dieta alimenticia, no sólo del pueblo
mexicano, sino de América Latina (Rivera, 1976). En cuanto al sistema de producción de maíz
asociado con frijol ha sido una práctica común en los sistemas campesinos y son característicos de
muchos pueblos mesoamericanos. Esta manera de cultivar la tierra, presenta ciertas ventajas,
especialmente agronómicas. Una de ellas, es la regeneración natural de la fertilidad del suelo,
facilitando la exploración más profunda de raíces. Otra de las ventajas que se tiene al sembrar el frijol
entre hileras de maíz, es el aprovechamiento de la humedad y la mejoría en la oxigenación del suelo,
por lo que ofrece mejores condiciones para una buena producción de estos cultivos (Desir, 1975), por
lo que se tiene una mejor utilización del terreno de cultivo.
También, da lugar a un menor riesgo de pérdida por plagas y enfermedades. En este sentido, se
menciona que el frijol y el maíz, son la forma de asociación más natural que ha venido prevaleciendo
entre los pequeños agricultores entre los pueblos originarios.
Maíz y Frijol
De acuerdo al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (2019), en México existe una gran
diversidad genética del maíz. El maíz blanco se utiliza principalmente para consumo humano, el maíz
amarillo se destina especialmente para consumo animal y elaboración de productos industriales. Por
otro lado, los maíces de otros colores son de gran importancia cultural, económica, turística y
alimenticia. Su producción está por arriba de los 27 millones de toneladas donde Sinaloa es el estado
con mayor producción (SADER, 2019).
En cuanto al frijol, éste se cultiva en casi todo el territorio nacional y es un alimento básico en la
cocina de mexicana, su importancia radica en la gran cantidad de proteínas que proporciona (SIAP,
2019). La producción del frijol es de 1.1. millones de toneladas donde Zacatecas es el estado líder
productor (SADER, 2019).
El maíz es uno de los principales granos cultivados en el mundo y su uso no sólo se centra en el
consumo humano, sino que es un insumo importante en la producción del sector ganadero (Guzmán
et al., 2014); desde el punto de vista alimentario, el maíz es el cultivo más importante de México. El
promedio del consumo nacional aparente (CNA) entre 1980 y 1993 fue de 15,98 millones de
toneladas (t); y de 1994 al 2013 este indicador se ubicó en 26,00 millones de toneladas.
El frijol tiene gran importancia social, debido a que 570 mil personas se dedican y viven de este
cultivo, con un promedio de cinco hectáreas por agricultor, los cuales destinan cerca del 20% de la
cosecha para autoconsumo; además, genera 78 millones de jornales al año; demanda en promedio
35 jornales por hectárea y en ello participa 71% de los integrantes de las familias involucradas, lo que
constituye una forma muy importante de autoempleo (Serrano, 2004).
Una cuestión elemental a valorar sobre el cultivo del cafeto es que su finalidad es la producir café.
Por lo tanto, bajo esta premisa se emprenden todas las tareas y prácticas en la empresa cafetera;
buscando siempre una mayor y mejor producción, tanto en calidad como en cantidad y utilizando o
invirtiendo solo los recursos necesarios. Es ahí donde radica la necesidad e importancia de aplicar y
adaptar las teorías y conocimientos desarrollados por la ciencia y la tecnología sobre los sistemas de
producción.
Las investigaciones y teorías sobre los sistemas de producción son amplias y extensas. No obstante,
basta con saber que un sistema es un conjunto de componentes o unidades que actúan de forma
conjunta; y cuando se trata de un sistema de producción, tales acciones en conjunto irán orientadas a
la obtención de un producto. Si se aplican estos enunciados a la empresa cafetera, entonces se
puede decir que la misma es un sistema de producción en el que interactúan componentes
principales como el suelo, las plantas de café, las plantas arvenses, los árboles de sombra (si los hay)
y el entorno, todos relacionados intrínsecamente; pero a su vez, con sus propios mecanismos. En
este sentido, se habla entonces de sub-sistemas incluidos dentro del sistema en general. Esto implica
que dentro de un componente macro, se incluyen otros componentes minoritarios pero de igual
importancia; y que así mismo interactúan con los demás.
En todo sistema existen elementos que se deben considerar en el momento de tomar decisiones y
ejercer acciones. Si se toma como referencia el cultivo del café es posible establecer que tales
elementos son:
1.– Componentes (Cafetos, arvenses, suelos, árboles, clima, entorno, tecnología, prácticas de
cultivo…).
2.– Interacción entre componentes (Funciones, requerimientos y aportes de cada uno dentro del
cultivo).
4.– Salidas (Productos. Cerezas del café. Café procesado, pergamino, tostado y/o molido. Productos
residuales).
5.– Límite o frontera (Lotes cultivados de café de 1 o hasta 5 hectáreas. Una empresa cafetera puede
contener varios lotes).
Al trabajar en el cultivo del café como un sistema de producción, es posible tener una visión
globalizada y controlar cada aspecto importante para el buen funcionamiento del sistema. Es
primordial conocer al máximo los atributos, funcionalidades, requerimientos y aportes de cada
componente, para así tomar a tiempo las decisiones técnicas y administrativas apropiadas por parte
del caficultor.
Hay que recordar siempre que la finalidad del sistema es lograr una mayor y mejor productividad. Por
ello, se debe determinar el nivel de productividad máximo alcanzable por el sistema y trabajar para
alcanzar dicho nivel de productividad.
Ahora bien, en el cultivo del café se manejan distintas modalidades de sistemas de producción.
Básicamente se pueden mencionar las siguientes:
Sistema Tradicional
La caficultura tradicional, es el sistema que se ha aplicado por tradición en las regiones cafetaleras.
Es un sistema que no contempla principios técnicos ni científicos por parte del caficultor. Por el
contrario, se basa en conocimientos empíricos, costumbres y hábitos heredados; que no siempre
resultan en beneficio de la productividad.
Aunque muchos caficultores cultivan el café en el sistema tradicional; conocen muy bien algunos
aspectos sobre la planta y logran café con una calidad aceptable; también es cierto que en este
ámbito existen cafetales establecidos de hace muchos años, que no tienen calles bien definidas y su
mantenimiento ha sido deficiente. En muchos casos, los árboles de sombra no han sido bien
cuidados ni regulados; por lo que la misma puede ser inadecuada. de este modo, en los sistemas
tradicionales se presentan casi siempre enfermedades y por lo tanto su productividad es deficiente.
En los países productores de café, las organizaciones de cafeteros, así como las instituciones
gubernamentales y/o privadas; han invertido una considerable cantidad de recursos materiales y
humanos en la investigación del café, su cultivo y procesamiento. En tal sentido, en la actualidad la
mayoría de los caficultores disponen de gran cantidad de información; técnicas, herramientas,
tecnología y en muchos casos de apoyo técnico para mejorar las prácticas en la empresa cafetera y
elevar así la producción y la calidad del producto final.
De esta manera, un lote de café tecnificado se puede distinguir por la distribución perfecta de las
calles. Una densidad óptima de cafetos (4000 a 6000 puestos/ha); el vigor y buen estado de las
plantas y el adecuado estado de las instalaciones para el beneficio del café. En estas condiciones es
posible obtener una elevada productividad.
Por lo tanto, son plantaciones de café en las que los parámetros ambientales, como la ubicación
geográfica, la altitud y las características climatológicas son óptimas. Por lo tanto no se hace
necesaria la intervención de plantas, arbustos o árboles que proporcionen protección solar y
ambiental al cultivo.
Se estima que el cafeto, para dar su máximo rendimiento puede necesitar entre 1600 y 1800 horas de
luz solar anuales; lo que representa entre 4.5 y 5 horas de sol al día. Además, necesita cierta
estabilidad de la temperatura, la humedad relativa y la humedad del suelo.
Primordialmente; la sombra filtra los rayos ultravioleta e infrarrojos, modificando así la calidad de la
luz que reciben los cafetos. Además; los árboles regulan condiciones ambientales como la humedad
relativa y mantienen estable la temperatura ante variaciones drásticas de la misma; sirven de barrera
natural contra vientos fuertes perjudiciales para el cultivo. La capa de hojarasca u hojas secas que
generan es determinante para conservar la humedad y la temperatura del suelo; propiciando la mayor
infiltración del agua durante la lluvia y retardando simultáneamente el proceso de evaporación; así
mismo dificulta la proliferación de malezas y evita la erosión hídrica por efecto de la lluvia al
amortiguar con su follaje la caída de las gotas de agua. Aparte de incrementar la materia orgánica,
permiten la fijación de nitrógeno y estimulan la re-circulación de nutrientes en el suelo, incrementando
su fertilidad.
2.- La cosecha, esta se produce anualmente cuando las cerezas de café están maduras, existen dos
métodos para realizarla, el picking y el stripping. Mediante el picking, las cerezas más maduras se
seleccionan y recogen manualmente, lo que produce una cosecha homogénea y de calidad. El
stripping es un proceso mecanizado, se recogen todas las cerezas a la vez, luego de eso, se
seleccionan las cerezas.
3.- En el procesamiento, se elimina la pulpa de las cerezas del café y se seca para transformar el
café recolectado en café listo para las etapas venideras. Según el método seleccionado (húmedo o
seco), el sabor del café obtendrá características diferentes en su sabor.
4.- El curado, se materializa antes de su exportación. Su función principal es eliminar la cascara que
recubre al grano para clasificarlo según su calidad, forma y tamaño.
5.- La cata del café, es la degustación se lleva a cabo en distintos momentos del proceso. Su
objetivo es analizar su calidad y sabor.
6.- En el tueste, el café obtiene su sabor y aroma más característico, el grano es sometido a altas
temperaturas que alcanzan los 200°, aumenta su tamaño entre un 80-100%, y pierde peso, disminuye
su cafeína, y finalmente adquiere su color característico.
7.- Para reducir el tamaño del grano a polvo, se realiza la molienda o la molida. Si se prepara el café
justo después de este proceso, se obtiene un aroma y un sabor más intenso.
8.- Y la última etapa es la preparación, se realiza al gusto del consumidor, ya que existen muchas
formas de prepararlo.
Las plantas aromáticas y medicinales (PAM) son un grupo extenso de plantas utilizadas por sus
beneficios medicinales, saborizantes o aromatizantes; en el que destacan especies como la albahaca,
anís, árnica, cilantro, comino, eneldo, epazote, flor de azahar, geranio, gordolobo, hierbabuena,
Jamaica, laurel, lavanda, manzanilla, mejorana, menta, orégano, perejil, pericón, romero, ruda, salvia,
tarragón o estragón, tomillo, valeriana, vetiver, zacate limón, entre otras. Este grupo de plantas tienen
como característica común un elevado contenido de sustancias o principios activos, con propiedades
químicas, bioquímicas u organolépticas muy específicas, que permiten su uso con finalidades
terapéuticas, aromáticas, gastronómicas, entre otras. Los principios activos que contienen este grupo
de plantas son sintetizados por las plantas como metabolitos secundarios. Los principios activos
encontrados en las PAM se pueden clasificar en tres grandes grupos: terpenos, fenoles y alcaloides.
En función del tipo y cantidad de principios activos presentes en las plantas, se definirá su uso y se
podrá clasificar como medicinales, aromáticas o condimentarias.
Actualmente el mercado de las PAM, se considera un negocio de nichos o especialidades. Las PAM
se pueden comercializar en forma fresca o congelada, planta seca, aceites esenciales, extractos o
esencias. La forma más usual es el formato en planta seca, que sirve tanto para plantas medicinales
como para las plantas condimentarías. El formato en fresco o congelado es utilizado principalmente
en plantas condimentarías. Los aceites esenciales, destilados por arrastre de vapor, se pueden
destinar a aromaterapia si son de plantas medicinales, a aromatizantes alimentarios si se obtienen de
plantas condimentarías y a la obtención posterior de esencias de perfumería a partir de plantas de
esencias. Por su parte, los extractos se pueden destinar al sector medicinal o cosmético si se
obtienen de plantas medicinales, o al sector alimentario si se obtienen de plantas condimentarías o
plantas ricas en antioxidantes. Finalmente, las esencias se obtienen de plantas de esencias y
corresponden a las principales materias primas de la industria de perfumería.
En México, el uso de hierbas con propiedades curativas es muy antiguo y hasta nuestros días se ha
convertido en una práctica común. Generalmente se utilizan las hojas o flores y esporádicamente, el
tallo y la raíz, consumiéndose de forma directa, en infusiones o en presentación homeopática, pero la
comercialización y su uso indiscriminado puede ponerlas en peligro de extinción.
En México se cuenta con 4 mil 500, lo que origina que el país ocupe el segundo lugar en términos de
registro de plantas con uso medicinal
Las plantas medicinales son de importancia socioeconómica para las pequeñas comunidades que las
usan con prácticas ancestrales que aportan beneficios nutricionales y activos a la salud del hombre,
su sistema y características que las conforman mantienen un equilibrio en la diversidad biológica y en
los ecosistemas. Estudios en la actualidad se han enfocado al ámbito farmacéutico.
El científico del Instituto de Biología - también de la máxima casa de estudios, UNAM-, Dr. Sol
Cristians Niizawa, declaró en el Diálogo, que el rescate del conocimiento tradicional en las plantas
medicinales se debe revalorizar y regularizar a través de normas y documentos oficiales que
desencadenen la posibilidad de producción, y la comercialización de remedios y medicamentos
herbolarios, así como aportar a las monografías de la flora nativa de cada región.