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ASESORES EXTERNOS

COMITÉ CIENTÍFICO
2023

89 89
Ernesto Cárdenas
Pontificia Universidad Javeriana-Cali UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
José Félix Cataño
Universidad de los Andes Rectora
Dolly Montoya Castaño
Philippe De Lombaerde
NEOMA Business School y UNU-CRIS Vicerrector Sede Bogotá
Jaime Franky Rodríguez
Edith Klimovsky
Universidad Autónoma Metropolitana de México
José Manuel Menudo FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
Universidad Pablo de Olavide
Decana
Gabriel Misas
ARTÍCULOS Juanita Villaveces
Universidad Nacional de Colombia
ESCUELA DE ECONOMÍA
Mauricio Pérez Salazar Carlos Dabús y Fernando Delbianco
Universidad Externado de Colombia Economic growth regimes: Evidence from Latin America 129 Directora
Nancy Milena Hoyos Gómez
Fábio Waltenberg
Universidade Federal Fluminense de Rio de Janeiro Paul Carrillo-Maldonado, Emanuel Daniel Yaselga Alvarado y María Isabel García Mosquera CENTRO DE INVESTIGACIONES PARA EL DESARROLLO
EQUIPO EDITORIAL Un método para obtener datos de alta frecuencia del mercado laboral ecuatoriano 147 - CID

Daniela Cárdenas Karoll Gómez


Karen Tatiana Rodríguez Juan Manuel Candelo-Viáfara y Andrés Oviedo-Gómez
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio colombiana DOCTORADO Y MAESTRÍA EN CIENCIAS ECONÓMICAS
Andrés Díaz Y PROGRAMA CURRICULAR DE ECONOMÍA
Estudiante auxiliar y los mercados de materias primas energéticas 177
Coordinadora
Proceditor Ltda. Olga Lucía Manrique
Corrección de estilo, traducción, armada electrónica,
Nicolás Esteban Lara Rodríguez
finalización de arte, impresión y acabados Deforestación y desigualdad de la tierra: un análisis econométrico en el posconflicto
Tel. 757 9200, Bogotá D. C. colombiano (2015-2019) 203 CUADERNOS DE ECONOMÍA
Luis Tarapuez EDITOR
Área de Comunicaciones - Facultad de Ciencias Económicas Wilman Carpeta Camacho Gonzalo Cómbita
Fotografía de la cubierta Universidad Nacional de Colombia
Big data analytics in programme evaluation: Examining models for the assessment of
Indexación, resúmenes o referencias en sustainable development goals in Colombia 233
SCOPUS CONSEJO EDITORIAL
Thomson Reuters Web of Science Lina Mercedes Guerrero Durán, Alejandro David Martínez Amariz, Juan Carlos Córdoba
(antiguo ISI)-SciELO Citation Index Édgar Luna González y Diego Orlando Rodríguez Ortiz Iowa State University
ESCI (Emerging Sources Citation Index) - Clarivate Analytics
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado en las acciones del COLCAP Liliana Chicaíza
EBSCO mediante la aplicación de análisis técnico 265 Universidad Nacional de Colombia
Publindex - Categoría B - Colciencias
SciELO Social Sciences - Brasil Paula Herrera Idárraga
RePEc - Research Papers in Economics Carlos Alberto Suescún-Barón, César Augusto Giraldo Giraldo, Pontificia Universidad Javeriana
SSRN - Social Sciences Research Network Juan Pablo Sandoval Castaño y Vivian Andrea Cantor Ávila Juan Miguel Gallego
EconLit - Journal of Economic Literature
IBSS - International Bibliography of the Social Sciences
La frontera agraria en disputa: análisis de algunos conflictos territoriales sobre Universidad del Rosario
PAIS International - CSA Public Affairs Information Service comunidades étnicas y campesinas en Colombia 297 Mario García
CLASE - Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades Universidad Nacional de Colombia
Latindex - Sistema regional de información en línea Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez Iván Hernández
HLAS - Handbook of Latin American Studies
DOAJ - Directory of Open Access Journals El esfuerzo tributario de los municipios colombianos entre 2011 y 2017. ¿Hay espacio Universidad de Ibagué
CAPES - Portal Brasilero de Información Científica para aumentar su recaudación? 331 Iván Montoya
CIBERA - Biblioteca Virtual Iberoamericana España / Portugal Universidad Nacional de Colombia, Medellín
DIALNET - Hemeroteca Virtual
Hernán Vallejo Juan Carlos Moreno Brid
Ulrich’s Directory
DOTEC - Documentos Técnicos en Economía - Colombia Not all giffen goods, are inferior goods 359 Universidad Nacional Autónoma de México
LatAm-Studies - Estudios Latinoamericanos Manuel Muñoz
Redalyc Manuel Rubio-García Universidad Nacional de Colombia
Universidad Nacional de Colombia Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo 379 Ömer Özak
Carrera 30 No. 45-03, Edificio 310, primer piso Southern Methodist University
Correo electrónico: [email protected]
Marla Ripoll
89
Página web: www.ceconomia.unal.edu.co
Universidad de Pittsburgh
Teléfono: (571)3165000 ext. 12308, AA. 055051, Bogotá D. C., Colombia
Juanita Villaveces
Cuadernos de Economía Vol. 42 No. 89 - 2023 Universidad Nacional de Colombia
El material de esta revista puede ser reproducido citando la fuente. Facultad de Ciencias Económicas
El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores y no Escuela de Economía
compromete de ninguna manera a la Escuela de Economía, ni a la
Facultad de Ciencias Económicas, ni a la Universidad Nacional de Sede Bogotá
Colombia.
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COMITÉ CIENTÍFICO
Ernesto Cárdenas
Pontificia Universidad Javeriana-Cali UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
José Félix Cataño
Universidad de los Andes
Rectora
Philippe De Lombaerde Dolly Montoya Castaño
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Vicerrector Sede Bogotá
Edith Klimovsky Jaime Franky Rodríguez
Universidad Autónoma Metropolitana de México
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Universidad Pablo de Olavide FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS

Gabriel Misas Decana


Universidad Nacional de Colombia Juanita Villaveces

Mauricio Pérez Salazar ESCUELA DE ECONOMÍA


Universidad Externado de Colombia
Directora
Fábio Waltenberg Nancy Milena Hoyos Gómez
Universidade Federal Fluminense de Rio de Janeiro
CENTRO DE INVESTIGACIONES PARA EL DESARROLLO
EQUIPO EDITORIAL - CID
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Karen Tatiana Rodríguez
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Estudiante auxiliar Y PROGRAMA CURRICULAR DE ECONOMÍA

Proceditor Ltda. Coordinadora


Corrección de estilo, traducción, armada electrónica, Olga Lucía Manrique
finalización de arte, impresión y acabados
Tel. 757 9200, Bogotá D. C.
CUADERNOS DE ECONOMÍA
Luis Tarapuez
Área de Comunicaciones - Facultad de Ciencias Económicas EDITOR
Fotografía de la cubierta Gonzalo Cómbita
Universidad Nacional de Colombia
Indexación, resúmenes o referencias en

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CONSEJO EDITORIAL
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RePEc - Research Papers in Economics
Paula Herrera Idárraga
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SSRN - Social Sciences Research Network
EconLit - Journal of Economic Literature Juan Miguel Gallego
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DOTEC - Documentos Técnicos en Economía - Colombia Universidad Nacional Autónoma de México
LatAm-Studies - Estudios Latinoamericanos
Redalyc Manuel Muñoz
Universidad Nacional de Colombia
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Carrera 30 No. 45-03, Edificio 310, primer piso
Southern Methodist University
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Cuadernos de Economía Vol. 42 No. 89 - 2023 Juanita Villaveces


El material de esta revista puede ser reproducido citando la fuente. Universidad Nacional de Colombia
El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores y no
compromete de ninguna manera a la Escuela de Economía, ni a la
Facultad de Ciencias Económicas, ni a la Universidad Nacional de
Colombia.
CUADERNOS
DE
ECONOMÍA
VOLUMEN XLII
NÚMERO 89
ENERO-JUNIO 2023
ISSN 0121-4772

2023
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de vista u opinión de la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas o de la Universidad
Nacional de Colombia.
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School of Economics, or those of the Universidad Nacional de Colombia. Responsibility for the information and views expressed
in the articles and reviews lies entirely with the author(s).
CONTENIDO

ARTÍCULOS

Regímenes de crecimiento económico: evidencia de Latinoamérica 129


Carlos Dabús y Fernando Delbianco

Un método para obtener datos de alta frecuencia del mercado


laboral ecuatoriano 147
Paul Carrillo-Maldonado, Emanuel Daniel Yaselga Alvarado
y María Isabel García Mosquera

La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio


colombiana y los mercados de materias primas energéticas 177
Juan Manuel Candelo-Viáfara y Andrés Oviedo-Gómez

Deforestación y desigualdad de la tierra: un análisis econométrico


en el posconflicto colombiano (2015-2019) 203
Nicolás Esteban Lara Rodríguez

Big data analytics en evaluación de programas: analizando modelos


para la evaluación de objetivos de desarrollo sostenible en Colombia 233
Wilman Carpeta Camacho

Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado en las acciones


del COLCAP mediante la aplicación de análisis técnico 265
Lina Mercedes Guerrero Durán, Alejandro David Martínez Amariz,
Édgar Luna González y Diego Orlando Rodríguez Ortiz

iii
iv Cuadernos de Economía, 32(60), julio-diciembre de 2013

La frontera agraria en disputa: análisis de algunos conflictos


territoriales sobre comunidades étnicas y campesinas en Colombia 297
Carlos Alberto Suescún-Barón, César Augusto Giraldo Giraldo,
Juan Pablo Sandoval Castaño y Vivian Andrea Cantor Ávila

El esfuerzo tributario de los municipios colombianos entre


2011 y 2017. ¿Hay espacio para aumentar su recaudación? 331
Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez

No todos los bienes Giffen, son bienes inferiores 359


Hernán Vallejo

Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo 379


Manuel Rubio-García
CONTENTS

PAPERS

Economic growth regimes: Evidence from Latin America 129


Carlos Dabús and Fernando Delbianco

A method for obtaining high-frequency data on the


Ecuadorian labour market 147
Paul Carrillo-Maldonado, Emanuel Daniel Yaselga Alvarado
and María Isabel García Mosquera

Currency volatility: An analysis of the Colombian exchange


rate and energy commodity markets 177
Juan Manuel Candelo-Viáfara and Andrés Oviedo-Gómez

Deforestation, inequality and peace: A quantitative analysis


in post-conflict Colombia (2015-2019) 203
Nicolás Esteban Lara Rodríguez

Big data analytics in programme evaluation: Examining models for the


assessment of sustainable development goals in Colombia 233
Wilman Carpeta Camacho

Validation of the market efficiency hypothesis in COLCAP


stocks through the application of technical analysis 265
Lina Mercedes Guerrero Durán, Alejandro David Martínez Amariz,
Édgar Luna González and Diego Orlando Rodríguez Ortiz

v
vi Cuadernos de Economía, 32(60), julio-diciembre de 2013

The agricultural frontier in dispute: Analysis of territorial conflicts


involving ethnic and peasant communities in Colombia 297
Carlos Alberto Suescún-Barón, César Augusto Giraldo Giraldo,
Juan Pablo Sandoval Castaño and Vivian Andrea Cantor Ávila

The tax effort of Colombian municipalities between 2011 and 2017.


Is there room to increase their tax collection? 331
Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez

Not all Giffen goods, are inferior goods 359


Hernán Vallejo

Essential elements of a socioeconomics of development 379


Manuel Rubio-García
ARTÍCULO

ECONOMIC GROWTH REGIMES:


EVIDENCE FROM LATIN AMERICA

Carlos Dabús
Fernando Delbianco

Dabús, C., & Delbianco, F. (2023). Economic growth regimes: Evidence from
Latin America. Cuadernos de Economía, 42(89), 129-146.
This paper studies the effect of economic instability, income inequality and open-
ness in the transition to different growth regimes for 18 Latin American countries
during the 1980-2014 period. The study is carried out determining three differ-
ent levels: low, middle and high economic growth. The countries are categorised
according to the method of k-median clustering. We use panel data estimation
applying random effects model and ordered logit. The results indicate that instabil-

C. Dabús
Departamento de Economía (UNS) - IIESS, CONICET, Bahía Blanca, Argentina. Email: cdabus@
criba.edu.ar
F. Delbianco
Departamento de Economía (UNS) - INMABB, CONICET, Bahía Blanca, Argentina. Email: fer-
[email protected] (corresponding author).
Suggested citation: Dabús, C., & Delbianco, F. (2023). Economic growth regimes: Evidence from
Latin America. Cuadernos de Economía, 42(89), 129-146. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.
v42n89.94817
This paper was received on April 1, 2021, revised on November 5, 2021, and finally accepted
on May 20, 2022.

129
130 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ity and inequality negatively affect the economic performance of the region, while
openness is not a significant factor in explaining economic growth.
Keywords: Growth regimes; economic instability; income inequality; Latin
America.
JEL: O4, E3, E5, E6.

Dabús, C., & Delbianco, F. (2023). Regímenes de crecimiento económico: evi-


dencia de Latinoamérica. Cuadernos de Economía, 42(89), 129-146.
En este artículo se estudia el efecto de la inestabilidad económica, la desigualdad y
la apertura en la transición a diferentes regímenes de crecimiento para 18 países de
América Latina en el período 1980-2014. Este artículo define tres niveles: creci-
miento económico bajo, medio y alto. Los países se categorizan mediante análisis
de clústeres. Usamos datos de panel aplicando efectos aleatorios y logit ordenado
como técnicas de estimación. Los resultados indican que la inestabilidad afecta
negativamente el rendimiento económico de la región, mientras que la apertura no
resulta significativa.
Palabras clave: regímenes de crecimiento; inestabilidad económica; desigualdad
de ingresos; América Latina.
JEL: O4, E3, E5, E6.
Economic growth regimes: Evidence from Latin America Carlos Dabús y Fernando Delbianco 131

INTRODUCTION
The economic growth determinants of developing countries, in Latin America in
particular, have been broadly studied in the literature. Several explanatory fac-
tors are relevant in explaining the economic performance of emerging econo-
mies. Successively, this region has experienced different stages of fast growth and
prolonged stagnation. This particular economic performance is the main motiva-
tion for this study. Indeed, this paper studies what causes the different economic
growth phases throughout the history of the Latin American countries. In this
sense, the contribution here is to establish the main factors that propel and deter-
mine that the countries converge to regimes of high economic growth or to stages
of prolonged stagnation. This differs from the traditional cross country of tempo-
ral series approaches. As the empirical study is carried out based on the segmenta-
tion of the total sample in different growth regimes, the advantage being that this
allows identifying with more precision the factors that propel and are behind the
stages of fast or slow economic growth.
Taking this into account, the results obtained from this research should be more
plausible than those obtained from works that applied the traditional approach of
the determinants of economic growth. In this regard, the evidence found here indi-
cates that the volatility of output growth rate is the key factor behind the regimes
of lower growth. Higher volatility implies that the economy transits to a lower
growth regimes. High economic instability should discourage investment, which
then reduces economic growth. Successively, income inequality is also related to
lower growth regimes. According to the political approach referenced below high
inequality generates social discontent, which in most cases reduces the duration
of the governments in power so that these are more inclined to prioritise current
consumption over investment, thereby reducing long-term growth. Openness is
not significant, which for the particular case of Latin America can be explained
by the difficulties and ultimately by the bankruptcy of the domestic industry pro-
voked by low price imports offsetting the higher competitiveness and productivity
associated with aperture. Hence, the growth promoting effects of aperture could
be annulled by the negative impact on local production. Finally, neither is inflation
significant, which is a surprising result although it can be related to the fact that
the output growth rate volatility absorbs the total effect of economic instability.
In short, the results found here seem to indicate that in order to achieve regimes of
high economic growth it is necessary to apply policies that reduce income inequal-
ity in order to avoid social unrest, as well as anticyclical policies in order to min-
imise the amplitude of economic cycles. Based on the evidence obtained in this
study, both positions should favour investment and growth.
On the other hand, in relation to the specific work carried out in this paper, in an
extension of Dabús et al. (2016) explanatory variables such as income inequal-
ity, economic instability and the degree of economic openness are included. Con-
secutively, contrasting with Dabús et al. (2016), we determine the probability of
132 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

staying in a certain growth regime at different values of the explanatory variables


mentioned above. In particular, the hypothesis put forth is that higher levels of
income inequality, economic instability and a lower degree of openness imply that
the countries of the region remain in lower economic growth regimes. In particu-
lar, our results only partially confirm said hypothesis. They indicate that mainly
the macroeconomic volatility (approximated by the variability of the growth rate)
and income inequality lead the economy to lower growth regimes, while invest-
ment favours the transit to upper growth regimes; moreover, inflation and eco-
nomic openness are not significant. This last result is similar to Astorga (2010),
who, in a long-term study of the economic growth determinants for Latin America,
found that openness is not significant in explaining economic growth.
Generally, the lack of consensus in the literature regarding the key factors of the
stages of high growth and stagnation mentioned in the following section suggests
that the determinants of economic growth deserve additional study, in particular
in a region such as Latin America. This region presents a low degree of openness,
and accordingly a possible external restriction that limits expansion. Historically,
it has a high inequality of income distribution, and has weathered macroeconomic
instability, as well as different regimes of stagnation and rapid economic growth.
In this sense, the aim of this paper is to investigate the effects of openness, income
inequality and economic instability on growth in the region in the long-term, in
particular during the 1980-2014 period, for three economic growth regimes: high,
intermediate and low growth.
The structure of this document is as follows. The following section presents a
review of the literature on the topic under study. Then the data and the methodol-
ogy are detailed. Then the results are presented and discussed, and finally the con-
clusions.

SURVEY OF THE LITERATURE


Although the literature has shown that numerous and varied factors can explain
economic growth, Levine and Renelt (1992) found that the investment share of
the GDP is particularly robust. Further to this, considering the history and the
economic features of Latin America we consider three key variables potentially
relevant: economic instability, the degree of openness and income inequality. In
relation to the foremost, the findings presented by De Gregorio (1992) indicate
that low physical and human capital accumulation as well as macroeconomic and
political instability explain the meager economic growth of the region. Similarly,
De Gregorio (2006) shows that macroeconomic instability damages sustained
growth in Chile, while previously Martin and Rogers (2000) and Hnatkovska and
Loayza (2005) presented evidence indicating that in general countries and regions
with a more volatile growth rate present a poorer economic performance. More
Economic growth regimes: Evidence from Latin America Carlos Dabús y Fernando Delbianco 133

recently, also Bermúdez et al. (2015) found that such volatility is a key factor in
explaining Latin American stagnation in the long-term.1
With regard to economic openness, a potential constraint for economic growth in
the region can be external restriction, that is, a poor export performance that lim-
its the insertion of Latin America into the world market, as well as a sustained
economic growth. In this sense, the literature on the openness-growth relation-
ship presents mixed evidence. On the one hand, Harrison (1996), with a sample
of developing countries, finds a positive association between growth and differ-
ent measures of openness. Similarly, Liu et al. (1997) for the case of China show
a bi-directional causal relationship between openness and growth, while Oskooee
and Niroomand (1999) present evidence using a wide sample of countries, of a
positive long-term relationship between both variables. For their part, Ekanayake
et al. (2003) show a bi-directional causality between the increase of exports and
economic growth, and in a similar sense more recently Sakyi et al. (2015) assert
a positive bi-directional relationship between trade openness and income level in
the long-term.
Previously, Edwards (1992) found that economies that are more open grow faster
than those with trade distortions do, and Edwards (1998), in a comparative anal-
ysis for 93 countries, shows that countries that are more open present higher pro-
ductivity growth. Gundlach (1997) confirms that openness has a strong positive
effect on economic growth, in particular in developing countries. Similarly, Yan-
ikkaya (2003) and Karras (2003) find that openness promotes economic growth.
Conversely, more recently, the results presented in Hye and Lau (2015) for India
indicate a negative relationship between both variables, while Ulaşan (2015), by
using several openness indicators, finds that these are not related to growth.
In the case of Latin America, while Taylor (1998) and De Gregorio and Jong-
Wha (1999) show that an inward-looking development strategy harms growth,
Awokuse (2008) analyses the trade-economic growth relationship for Argentina,
Colombia, and Peru, and states that import-led growth is particularly favourable
for growth. Meanwhile, Astorga (2010) shows a negative conditional correlation
between trade openness and growth, but a positive link via investment.
In short, even though in several cases the literature suggests a positive open-
ness-economic growth relationship the evidence is still eclectic.
On the other hand, a possible explanatory factor regarding economic growth in
developing countries is income inequality. The income inequality-economic
growth relationship has been widely analysed in the literature. However, there is
no clear consensus concerning the effect of inequality on growth. In fact, the the-
oretical literature presents two main opposing approaches. In first place, we have
the classical theory, which postulates a positive correlation between inequality

1
The main stylised facts regarding economic volatility and economic performance in the region
can be found in Fanelli and Jiménez (2010).
134 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

and growth. This is due to the assumption that the financial saving rate is higher
for the rich than for the poor population. Since increasing inequality favours the
richer population income share, this should also generate higher aggregate sav-
ings, investment and correspondingly economic growth (Stiglitz, 1969).
On the contrary, the second approach, the political economic explanation, affirms
that inequality harms economic growth by means of different channels, like social
instability. This channel emphasises the negative role of socio-political instability
for economic growth. The idea is that higher inequality raises instability, which
in turn favours a more propitious environment for social unrest. This shortens the
duration of the governments in power, which therefore are more inclined to prior-
itise current consumption over investment, reducing long-term growth (Alesina &
Perotti, 1996).
Empirically, both the classical and the political economy views have support.2 On
the one hand, Partridge (1997), Li and Zou (1998) and Forbes (2000), provide evi-
dence indicating that inequality favours economic growth. On the contrary, Pers-
son and Tabellini (1994) and Deininger and Squire (1998) state that inequality is
detrimental to growth. Meanwhile, De Dominicis et al. (2008), in a cross-coun-
try regressions analysis, present evidence on a negative and significant relation-
ship between initial inequality and growth. In turn, Malinen (2013) presents a
negative relation in a wide sample of countries for the 1965-2000 period. Simi-
larly, for a sample of East Asian economies in a recent paper Birdsall et al. (1995)
affirm that policies that reduced poverty and income inequality, such as empha-
sising high-quality basic education and augmenting labour demand, also stimu-
lated growth.
In the same sense, Clarke (1995), Mo (2000), Panizza (2002) and Frank (2005)
present evidence of a negative inequality-growth relation, while Knowles (2005)
and Kefi and Zouhaier (2012) obtain similar results for a sample of developing
countries. Herzer and Vollmer (2012) show a negative effect of inequality on
income in the long-term, and Abida and Sghaier (2012) affirm that the long-term
elasticity between growth and income inequality is negative and significant in
Tunisia, Algeria, Morocco and Egypt in the 1970-2007 period. Similarly, Malinen
(2012) finds that there is a long-term negative relation between growth and ine-
quality in developed economies, while Cingano (2014) presents evidence of a neg-
ative impact of inequality on economic growth. With regard to the Indian states
during the 1980-2010 period, Stewart and Moslares (2012) show that the regional
Gini coefficients affect the growth rate negatively. Ostry and Berg (2011) find a
more equal income distribution is related to longer periods of economic growth.
Meanwhile, Ncube et al. (2014) show that income inequality reduces economic
growth in the Middle East and North Africa for the 1985-2009 period. Finally,

2
These opposing results can be explained by nonlinearities in the inequality-growth relationship
(see Barro, 2000; Banerjee & Duflo, 2003; Chen, 2003). In particular, Lin et al. (2006) apply a
nonlinear estimation using the initial real income as a threshold variable.
Economic growth regimes: Evidence from Latin America Carlos Dabús y Fernando Delbianco 135

also Kotlánová (2015) for a sample of 34 OECD member countries in the period
2000–2012 presents evidence of a negative income inequality-economic growth
relationship.
On the other hand, literature with eclectic evidence is presented in Delbianco et al.
(2014), who find a negative (positive) effect of inequality on economic growth at
lower (higher) income levels for a sample of Latin American countries. In a similar
sense, Partridge (2005) confirms that the middle-class inequality share and overall
inequality are positively related to long-term growth, but the relationship is not as
strong when considering short-term effects. Conversely, Halter et al. (2014) evi-
dence that higher inequality helps economic performance in the short-term, but it
reduces growth in the future, so that the long-term effect tends to be negative. In
turn, Fallah and Partridge (2007) with regard to the US find a positive link between
inequality and economic growth in the metropolitan areas, but this relationship is
negative in the non-metropolitan regions. Moreover, similar results are presented
by Tiwari et al. (2013) for India during the 1965-2008 period. Meanwhile, Baner-
jee and Duflo (2003) show that inequality is favourable for growth in more egal-
itarian societies, but it is harmful in the case of more unequal countries, and Lin
et al. (2009) find that higher inequality reduces economic growth in low-income
countries, but propels it in high-income economies.
In sum, the empirical literature indicates that evidence regarding the relationship
between income inequality and economic growth is not conclusive. Moreover, the
published contributions in which growth is explained by instability, openness and
inequality do not arrive at a clear consensus on the relationship between these var-
iables. Thus, the empirical research carried out in section IV intents to shed some
light on this issue by means of the estimation of growth determinants based on the
economic growth regimes approach, as previously explained.

DATA AND METHOLOGY


We apply a panel data approach for 18 Latin American countries for the 1980-
2014 period. The list of countries consists of Argentina, Bolivia, Brazil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Dominican Republic, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Mexico, Nicaragua, Panama, Paraguay, Peru, Uruguay and Venezuela.
The source of our variables is the World Bank, except for the inflation rate, which
was extracted from CEPAL. All variables are measured as quinquennial averages.
Some basic descriptive statistics are shown on Table 1.
Table 1 shows the average values of growth and the share of investment to the
GDP in the region. Also, there exists a great dispersion of the variables under
study, and in particular of the Gini coefficient, the openness and the inflation
rate, which could indicate an important instability during the period under study
in Latin America.
136 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Table 1.
Descriptive statistics (1980-2014, quinquennial averages)

Variable Obs Average Standard Deviation Minimum Maximum


GDP PC Growth 126 3,2 2,3 -5,1 8,3
Gini 105 51,5 6,9 40,2 59,9
Investment/GDP 124 20,3 4,0 12,6 32,1
Inflation (CEPAL) 124 119,8 428,1 0,5 2728,5
Openness 126 44,8 21,5 12,2 112,0
Volatilty of Growth 126 3,2 2,1 0,3 11,0
Source: Author’s own elaboration based on Dabús et al. (2016).

The dependent variable, i.e. the economic growth regimes, is based on instability,
measured by the standard deviation of the growth rate and the inflation rate, the
economic openness, measured by both imports plus exports as a percentage of the
GDP, the economic (income) inequality (i.e. GINI), and finally, following Levine
and Renelt (1992), the share of investment to the GDP as control variable.
Growth regimes are built on the results stemming from applying a k-median clus-
tering to the growth rate, as in Dabús et al. (2016). The clustering in the mentioned
work is performed by grouping the countries according to the growth rate using
the cluster function in Stata and selecting three clusters3. This technique selects
the resulting groups by minimising the squared sum of the distances between the
observations and the group’s centroid (e.g. mean or median). By doing this the
dependent variables are discretised and growth regimes are created endogenously,
without an ad-hoc definition. This results in three groups, of high, intermediate
and low growth, with means of 5.1%, 2.4% and -1.3% respectively. Successively,
we choose median clustering instead of k-mean to avoid the influence of outliers.
With the clusters results as input, we define the growth regimes in two different
forms. This leads us to a different estimation technique for each specification, and
more robustness when we test our hypothesis. First of all, we elaborate two indi-
cator variables, one denoting the high state of growth regime (versus medium and
low regimes), and another for low regimes of economic growth (versus medium
and high levels). These variables are then regressed against the above mentioned
explicatives in a panel probit approach (Baltagi, 2009), which allows us to main-
tain the panel data approach, while we regress a dummy variable as we would do
in logit or probit regressions. In this context, we use both random effects4 and pop-

3
Only the economic growth rate was used to define the clusters, mainly in order to fulfil the task of
creating the growth’s regimes and then avoiding any endogeneity issues with the regressors.
4
In Dabus et al. (2016), with the same data, the F-test of fixed effects versus random effects deter-
mines that the hypothesis of zero covariance between the heterogeneity and the covariables is not
rejected (with a p-value of 0.3788).
Economic growth regimes: Evidence from Latin America Carlos Dabús y Fernando Delbianco 137

ulation averaged estimation for robustness. We use xtprobit function in Stata, that
fits via maximum likelihood the random-effects model:

Pr ( yit ≠ 0  xit ) = Φ (xit b + n i )

( )
for i = 1, …, n panels, where t = 1, ..., ni, n i are i.i.d., N 0,σν2 and F is the stand-
ard cumulative probability distribution.
Secondly, we use an ordinal approach, with a cardinal variable of growth regime,
with values from 1 to 3 indicating a low, intermediate and high growth rate respec-
tively. In this case, maintaining the explicative function previously described, we
move to an ordered logit and a generalised ordered logit. In this approach there is
a trade-off, because we lose the panel structure, but we specifically gain the logical
order, which implies that to move from a low to a high regime, probably involves
moving through an intermediate growth regime. The difference between the clas-
sic ordinal and the generalised ordinal is that this latter method gives us different
estimations in each value as the cardinal variable moves upwards. In other words,
this means that the vector of parameters is not unique for the entire space of the
ordinal dependent variable. In this way, the methodology can capture different
effects of the explanatory variables in each change of regime. The ordinal models
formally correspond to the function:

Pr (regime = i ) = Pr (κi−1 < β1 x1 j +  + βk xkj + u j ≤ κi )

for the i-th regime, with the linear model plus a normal error defining the probabi-
lity of being between two cut points given by k0 , k1 ,…, kk −1, where k is the num-
ber of regimes and parameters are estimated as the b coefficients (Cameron and
Trivedi, 2005). The generalised method instead estimates a different set of b coe-
fficients for each interval defined by the kk thresholds.

EMPIRICAL EVIDENCE
The results obtained are shown on Tables 2, 3 and 4. Table 2 shows the random
effects, both for the indicator variable of high growth (columns 1 and 2), and for
the low growth regime (columns 3 and 4), in both cases with and without con-
stant. Secondly, Table 3 shows the same estimations but with population averaged
instead of random effects (columns 5, 6, 7 and 8). In the first place, Table 4 shows
the ordinal logit results (column 9), and the generalised ordinal logit results (col-
umn 10a for the results of going from low to intermediate regime, and column 10b
for the final step from intermediate to high growth regime).
Not surprisingly, in most cases the share of investment to the GDP is associated
with a higher probability of achieving higher growth regimes. In turn, the results
are generally very similar to those found previously with panel data and ordinal
logit, which suggests that the results are robust with regard to the estimation meth-
138 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ods that we used. Economic instability, approximated by the output growth rate
volatility, is significant and negative. Hence, a more unstable growth trend makes
the shift to lesser growth regimes more probable. In addition, inflation is not sig-
nificant in any case. This result can be due to the fact that the growth rate vola-
tility absorbs the total effect of economic instability, as this is more relevant than
the inflation for increasing the probability of changing to lower growth levels.
Besides, similarly to Astorga (2010), openness is not significant, while income
inequality favours the transition to minor growth states.

Table 2.
Panel probit with random effects

Random Effects
Variables (1) (2) (3) (4)
High regime High regime Low regime Low regime
Investment 0.0677 0.0824** -0.102 -0.133**
(0.0412) (0.0407) (0.0670) (0.0569)
Gini -0.0573* -0.0246* 0.0199 0.00588
(0.0299) (0.0149) (0.0282) (0.0192)
Inflation 4.98e-05 8.92e-05 3.66e-05 -1.61e-05
(0.000381) (0.000370) (0.000614) (0.000656)
Openness -0.000358 0.00105 -0.000115 -0.00265
(0.00705) (0.00712) (0.0121) (0.0121)
Volatility -0.220** -0.186** 0.276*** 0.260***
(0.0855) (0.0806) (0.0892) (0.0863)
Constant 2.158 -1.493
(1.632) (1.848)
Observations 105 105 105 105
Number of country 18 18 18 18
Standard errors in parentheses. *** p < 0.01, ** p < 0.05, * p < 0.1

In short, the investment share favours the economy achieving upper growth rates,
and inequality propels the transition to lower levels. Meanwhile, inflation and
openness are not significant.
On the other hand, the generalised ordered Logit gives additional insights to the
previous results. The effects of output growth rate volatility are more significant
when the economy is moving from low to intermediate growth regimes, than when
it transits from intermediate to high ones, which implies that, as put forth by Ber-
múdez et al. (2015), higher economic volatility reduces the probability of accessing
the high economic growth regime, as mentioned previously. Finally, inequality only
negatively affects the probability of being in a high growth state, in accord with the
results obtained by Malinen (2013), Ncube (2014), Kotlánová (2015), among others.
Economic growth regimes: Evidence from Latin America Carlos Dabús y Fernando Delbianco 139

Table 3.
Panel probit with population averaged

Population Averaged
Variables (5) (6) (7) (8)
High regime High regime Low regime Low regime
Investment 0.0659* 0.0792** -0.0866 -0.107**
(0.0387) (0.0369) (0.0590) (0.0499)
Gini -0.0554** -0.0235* 0.00343 -0.00795
(0.0280) (0.0136) (0.0226) (0.0173)
Inflation 3.77e-05 7.20e-05 -0.000131 -0.000213
(0.000330) (0.000324) (0.000739) (0.000821)
Openness -0.000420 0.000975 0.000311 -0.00130
(0.00692) (0.00690) (0.0106) (0.0105)
Volatility -0.214*** -0.180** 0.310*** 0.303***
(0.0810) (0.0749) (0.0869) (0.0838)
Constant 2.087 -1.087
(1.571) (1.497)
Observations 105 105 105 105
Number of country 18 18 18 18
Standard errors in parentheses. *** p < 0.01, ** p < 0.05, * p < 0.1

Although the results were obtained from a sample of several countries, these share
sundry common social and economic features that make suitable the obtaining
of several general regularities and suggest some policy recommendations. These
are developing countries with a per capita middle-income level, a history of eco-
nomic and political instability, high inequality and a small domestic market that
implies the necessity of a greater insertion in the world market in order to achieve
upper levels of economic growth. In this regard, the interpretation of these results
seems intuitively acceptable. First, a key finding of this study is that higher vola-
tility drives the economy to remain in a low regime of growth. The intuition is that
high economic instability associated with a less predictable growth trend discour-
ages both current and future investment projects because of the higher uncertainty
regarding potential profits. This is prejudicial for investment and thus for eco-
nomic performance, inducing the transit to lower growth levels. In second place,
income inequality is also the trigger for the transition to lesser economic growth.
In this sense, the political economic approach sustains that high inequality pro-
motes social turmoil and generates a general discontent that shortens the dura-
tion of the governments in power. Thus, these prioritise current consumption over
investment, thus reducing long-term growth. In relation to openness and inflation,
the fact that these are not significant can make sense in the particular case of Latin
America. Openness is not significant in any specification of the empirical study
140 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Table 4.
Ordinal and Generalised ordinal logit results

Ordered logit Generalised ordered logit


Variables (9) (10a) (10b)
Regime variable 1 2
Investment 0.12** 0.26* 0.11*
(0.06) (0.14) (0.06)
Gini -0.07* -0.02 -0.09**
(0.04) (0.05) (0.04)
Inflation -0.00 -0.00 -0.00
(0.00) (0.00) (0.00)
Openness -0.00 -0.00 -0.00
(0.01) (0.02) (0.01)
Volatility -0.41*** -0.52*** -0.34**
(0.11) (0.16) (0.13)
Constant cut1 -5.37**
(2.34)
Constant cut2 -2.37
(2.28)
Constant 0.74 3.51
(3.35) (2.43)
Observations 105 105 105
Standard errors in parentheses. *** p < 0.01, ** p < 0.05, * p < 0.1

(panel probit or generalised ordinal regressions). This indicates that this result is
robust to different econometric specifications. In this sense, the effects of openness
seem to be ambiguous. On one hand, this should be growth promoting because this
is related to growing exports as well as to a higher level of competiveness because
of the fact that the economy is exposed to foreign competition. Nonetheless, in the
particular case of Latin America higher levels of openness could provoke the mas-
sive bankruptcy of the domestic industry provoked by the low level of competitive-
ness of Latin American countries in comparison to both technologically advanced
and low labour cost countries such as those of the South Asian region. This neg-
ative effect, added to the external restriction that limits the economic expansion
of the above-mentioned region, can offset the beneficial effects coming from a
higher insertion into the world market. Thus, even though economic openness can
be growth promoting within a particular regime, this is not enough to change to an
upper growth regime.5 Finally, the fact that inflation is not significant in explain-

5
Moreover, as it is reported in Dabús and Delbianco (2019), the literature regarding the role of
openness is not conclusive. For example, there is evidence that indicates a positive effect Karras
(2003), Mercan et al. (2013), Dao (2014) and Vogiatzoglou and Nguyen (2016), among others.
Economic growth regimes: Evidence from Latin America Carlos Dabús y Fernando Delbianco 141

ing the transition to regimes of lower economic growth can be understood based
on the fact that the negative effects of uncertainty, associated with instability in the
trend of economic growth, is more relevant to propel said transition. In this way,
the growth rate volatility should absorb the total effect of economic instability.
To summarise, the results set forth here allow proposing various policy recommen-
dations. First, in order to achieve regimes of high economic growth it is necessary
to reduce high levels of global income inequality. This should avoid a generalised
social unrest that provokes public decisions tending to stimulate current consump-
tion at the expense of investment and future growth. Moreover, the negative impact
of output growth rate variability indicates that policy recommendations are that
economic policy must be oriented to minimise the magnitude of economic cycles,
such as the volatility of economic growth. Hence, anticyclical policies are rec-
ommended in order to minimise the amplitude of economic cycles. Based on this
evidence, both should favour investment and the transition to regimes of higher
economic growth.

CONCLUSIONS
This paper explores the factors that propel and are the cause of the transition to
regimes of different levels of economic growth in Latin America. This region
encompasses a wide sample of developing countries, which are within a range of
high and low middle income levels. These share a history of high economic and
political instability and high income inequality, as well as a small domestic mar-
ket. In particular, the study focuses on how different factors affect the probabil-
ity of being in a certain regime. Similar to previous papers cited above, the results
show that the volatility of the output growth rate is a key determinant in explaining
lower economic growth. In particular, higher volatility implies that the economy
should fall and remain in lower growth regimes. The high economic instability
associated with such volatility should increase uncertainty, which is harmful for
investment and growth. Moreover, the evidence also indicates that higher levels of
inequality propel the transition to poorer growth regimes. The interpretation could
be based on the political approach. Its viewpoint is that high inequality promotes
social turmoil and generates a general discontent. This reduces the duration of the
governments in power, which in response to the new environment prioritise cur-
rent consumption over investment, thus reducing long-term growth.
On the other hand, economic openness and the inflation rate are not significant in
explaining the probabilities of a country being in a certain growth regime. Regard-
ing the former a possible explanation of this result is that the domestic industry
of the emerging countries of the region has serious difficulties in facing foreign

Contrarily, Jin (2000), and more recently Menyah et al. (2014) and Hye and Lau (2015) carry out
studies that shows the opposite effect. Similarly, for Latin America the evidence is not conclusive
either. In fact, De Gregorio and Jong-Wha (1999) find that openness is favourable, while Astorga
(2010) reports a negative openness-growth conditional correlation.
142 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

competition of cheaper importation, which could reduce substantially the advan-


tages of higher competitiveness and productivity associated to a higher openness.
Finally, the results show that inflation does not affect economic growth, which
should be because the output growth rate volatility absorbs the total effect of eco-
nomic instability, so that higher inflation levels are not enough to provoke the tran-
sit to lower growth regimes.
Based on this evidence, the recommendations of economic policy must be oriented
toward emphasising the application of anticyclical policies, in order to minimise
both the magnitude of economic cycles and the volatility of economic growth.
In other words, during periods of economic abundance the governments must
be focused on reducing global demand, and vice versa during the stages of long
recessions and economic stagnation. Secondly, the results suggest the application
of a distributive policy, by means of a progressive tax system and public expendi-
ture measures tending to alleviate the situation of the poor population. This should
reduce or even avoid a high concentration of income and the consequent social dis-
content, which causes governments to increase current consumption in detriment
of investment and growth. In sum, the results of this research indicate that a more
stable trend of economic growth and socially tolerable levels of inequality should
be favourable in order for the economy to remain in regimes of higher growth.
Finally, future work could relate to the comparison of these regional results for
Latin America with other regions or groups of countries, in order to give a wider
evidence of the determinants of economic growth among different growth regimes
in countries with different levels of development and endowment of economic
resources, such as the poorer countries of Africa and the more dynamic Asian
economies.

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ARTÍCULO

UN MÉTODO PARA OBTENER DATOS


DE ALTA FRECUENCIA DEL MERCADO
LABORAL ECUATORIANO

Paul Carrillo-Maldonado
Emanuel Daniel Yaselga Alvarado
María Isabel García Mosquera

Carrillo-Maldonado, P., Yaselga Alvarado, E. D., & García Mosquera, M. I.


(2023). Un método para obtener datos de alta frecuencia del mercado laboral
ecuatoriano. Cuadernos de Economía, 42(89), 147-175.
Se propone un método de interpolación para ajustar datos agregados sin repre-
sentatividad nacional de la encuesta de empleo del Ecuador. Para ello, se usa una
corrección econométrica mediante la detección de quiebres estructurales. Los
resultados muestran que los datos así ajustados concuerdan con la dinámica agre-
gada del mercado laboral entre 2007 y 2019, de modo que mantienen los datos
oficiales sin necesidad de incluir variables auxiliares. Dichos datos ajustados se
P. Carrillo-Maldonado
Universidad de las Américas, Quito, Ecuador. Correo electrónico: [email protected]
E. D. Yaselga Alvarado
Banco Central del Ecuador, Sociedad Ecuatoriana de Estadística, Quito, Ecuador. Correo electrónico:
[email protected]
M. I. García Mosquera
Investigadora Independiente, Quito, Ecuador. Correo electrónico: [email protected]
Sugerencia de citación: Carrillo-Maldonado, P., Yaselga Alvarado, E. D., & García Mosquera, M. I.
(2023). Un método para obtener datos de alta frecuencia del mercado laboral ecuatoriano. Cuadernos
de Economía, 42(89), 147-175. doi: https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.92989
Este artículo fue recibido el 22 de enero de 2021, ajustado el 20 de noviembre de 2021 y su
publicación aprobada el 21 de abril de 2022.

147
148 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

incluyen en un modelo econométrico de oferta y demanda agregadas para mostrar


que el método propuesto logra resultados similares a los de la literatura.
Palabras clave: mercado laboral; interpolación; quiebres estructurales; oferta;
demanda; Ecuador.
JEL: E24, C22, C32, J20.

Carrillo-Maldonado, P., Yaselga Alvarado, E. D., & García Mosquera, M.


I. (2023). A method for obtaining high-frequency data on the Ecuadorian
labour market. Cuadernos de Economía, 42(89), 147-175.
The objective of this paper is to propose an interpolation methodology to adjust
aggregate data obtained from the Ecuadorian employment survey, without national
representation. For this purpose, the use of econometric correction by detect-
ing identified structural breaks is proposed. The results show that the data are
adjusted to the aggregate dynamics of the labour market between 2007 and 2019,
maintaining the official data and without the need to include auxiliary variables,
such as other interpolation methodologies. These adjusted data are included in an
econometric model of aggregate supply and demand to show results similar to the
literature.
Keywords: labour market; interpolation; structural breaks; supply; demand; Ecua-
dor.
JEL: E24, C22, C32, J20.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 149

INTRODUCCIÓN
Para el análisis del sistema productivo de un país es fundamental tener la eviden-
cia empírica macroeconómica y microeconómica. Por un lado, el análisis macro
permite identificar los principales factores que afectan a la demanda y la oferta
agregadas. Por otro lado, la microeconomía nos permite comprender el comporta-
miento de las empresas, hogares e individuos (agentes económicos). Ambas hacen
posible desarrollar una visión completa de la economía en cuestión que permite
que el gobierno diseñe política pública y los agentes económicos tomen decisio-
nes acertadas para su bienestar (Agénor y Montiel, 2015).
Los países en desarrollo han sufrido de problemas para obtener datos agregados
de alta frecuencia (trimestral, mensual, semanal o diaria) que permitan un análisis
concordante con la teoría económica (Agénor y Montiel, 2015). Los cambios de
metodología o institucionales han provocado ruptura en los datos que dificultan un
análisis completo de sus economías.
En el caso de Ecuador, además de estos problemas, en el año 2000 se instauró la
dolarización de la economía, lo que produjo un quiebre en todo el análisis económi-
co del país y tornó más compleja la comparación de los datos macroeconómicos1
(Díaz, 2018). Gachet et al. (2013) evidencian tal dificultad de obtener datos agrega-
dos (series de tiempo) de alta frecuencia para un análisis macroeconómico empírico
(econométrico) del mercado laboral del Ecuador debido a que solamente tenían una
muestra anual entre 2000-2010 (once observaciones). Los mismos autores indican
que se podrían utilizar estadísticas aproximadas del área urbana o del sector for-
mal, aunque no necesariamente representarían la dinámica nacional. En contraste,
estudios como Carrillo-Maldonado (2017) o González-Astudillo y Baquero (2019)
muestran que la generación de datos de alta frecuencia (mensuales y trimestrales)
permite realizar un análisis concordante para la economía ecuatoriana dolarizada.
Actualmente, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publica datos
anuales del mercado laboral, desde el 2007, y trimestrales con representatividad
nacional y concordancia muestral, desde el 2014, lo que significa que se tiene un
número reducido de observaciones para realizar un análisis econométrico del mer-
cado laboral ecuatoriano2. Esta situación, a su vez, dificulta la inferencia esta-
dística, pues se reducen los grados de libertad por cada variable explicativa, la
inclusión de rezagos (retardos) de las variables o la transformación de las variables
para obtener estacionariedad (primera o segunda diferencia).

1
Tanto el Banco Central del Ecuador como organismos internacionales (Banco Mundial o Fondo
Monetario Internacional) han logrado tener información anual en dólares desde la década de los
sesenta. Sin embargo, solamente desde la dolarización se tienen datos trimestrales de los diferen-
tes métodos de cálculo del PIB. El Instituto Nacional de Estadística y Censos, por su parte, tiene
información mensual de los precios a través del Índice de Precios al Consumidor, al Productor y
de Comercialización.
2
Normalmente se requiere un mínimo de treinta observaciones para realizar algún ejercicio econo-
métrico univariado, y aún más datos para un modelo multivariado (véase Wooldridge, 2019). En
el caso del mercado laboral, se tendrían menos de quince observaciones anuales.
150 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

En la presente investigación se busca cubrir esta brecha, dado que, según la revi-
sión de la literatura hecha, no existe un análisis macroeconómico empírico del
mercado laboral ecuatoriano3. Si bien se han incluido variables laborales en mode-
los de proyecciones (véanse González-Astudillo y Baquero, 2019), estos han utili-
zado técnicas de interpolación (por ejemplo, Chow-Lin o modelos estado-espacio)
con variables proxy (por ejemplo, desempleo urbano) para acoplar a la frecuencia
(trimestral o mensual) del resto de variables.
En ese sentido, el objetivo de este artículo es proveer un método y datos trimestra-
les del mercado laboral entre el 2007 y el 2019, con base en la Encuesta Nacional
de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) del INEC. Para ello, se propone
una corrección econométrica de los datos trimestrales que no tienen representati-
vidad nacional (mediante la detección de cambios estructurales) llamada “ajuste
por outliers identificados”.
La idea intuitiva es hacer una interpolación exclusivamente en las observaciones
identificadas que no tienen representatividad nacional, desde el concepto muestral,
debido a la recolección de datos en la ENEMDU. Para evidenciar la validez de los
resultados, los datos ajustados con esta corrección se incluyen en un modelo de vec-
tores autorregresivos estructurales (SVAR, structural vector autoregressive model),
típico en la literatura macroeconómica, donde intervienen variables del mercado
laboral (véanse Blanchard y Quah, 1989; Dolado y Jimeno, 1997; Galí, 1999).
La principal contribución a la literatura consiste en evidenciar que, a pesar de que,
en algunos periodos, la muestra no posea representatividad nacional, esta permite
obtener datos trimestrales agregados que sirven para un análisis empírico de la
economía ecuatoriana gracias al ajuste de outliers identificados.
Granda et al. (2017) proponen ejercicios metodológicos, en la perspectiva mues-
tral, que permiten obtener datos comparables del mercado laboral desde el 2003
en adelante, dada la ruptura conceptual de las series de tiempo de las variables de
empleo que se produjo en la ENEMDU en 20074. Aquí se propone utilizar datos
trimestrales desde el 2007 que permiten obtener series de tiempo que no tienen
rupturas en el periodo 2007-20195.
Además, se propone un primer modelo empírico con variables del mercado labo-
ral que hacen posible un análisis estructural macroeconómico del Ecuador que
hasta el momento no existe en la literatura. La estimación del modelo SVAR
con las variables ajustadas se contrasta con la típica corrección de Chow y Lin
(1971) de interpolación de series de tiempo. Los resultados muestran que la pro-

3
Existen varios estudios microeconómicos del mercado laboral. Véanse Canelas (2014), Carrillo
(2004), Carrillo-Maldonado et al. (2018), Guzmán (2019) o Vega (2017).
4
Granda et al. (2017) resaltan que el cambio en las preguntas sobre la situación laboral de los
encuestados en la ENEMDU dificulta la comparación exacta de los indicadores laborales.
5
La propuesta metodológica de este trabajo no se podría aplicar a rupturas de series como la del
2020, provocada por la pandemia del COVID-19, debido a la naturaleza de este evento y a sus
efectos totales en la economía, la sociedad y sus instituciones.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 151

puesta aquí presentada ofrece resultados coherentes con la literatura, mientras


que la interpolación podría mostrar resultados no convencionales para el caso
ecuatoriano.
El artículo tiene la siguiente estructura: la segunda sección presenta la descrip-
ción de la ENEMDU, la construcción de los datos agregados del mercado laboral,
con y sin representatividad nacional, y los cambios estructurales atados a cam-
bios en el diseño de la encuesta. La tercera sección muestra el modelo empírico
con las variables laborales y los resultados obtenidos. La cuarta sección expone
las conclusiones.

CONSTRUCCIÓN DE ESTADÍSTICAS DEL


MERCADO LABORAL ECUATORIANO
La Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo es una encuesta por
muestreo probabilístico, cuyo objetivo es proveer información sobre la activi-
dad económica y las fuentes de ingresos de la población. La ENEMDU está
diseñada para proporcionar estadísticas sobre los niveles, tendencias y cam-
bios en el tiempo de la población económicamente activa (PEA), población
económicamente inactiva (PEI), el desempleo y otros indicadores relevantes
de mercado laboral del Ecuador, con representatividad nacional, urbana, rural
y cinco ciudades principales (Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala y Ambato)
(véase INEC, s. f.).
El levantamiento de datos relacionados con el mercado laboral se inició en el
año 1985, con la creación del Instituto Nacional de Empleo (INEM), adscrito al
Ministerio de Trabajo. En noviembre de 1987, se dio el primer levantamiento de
información de la Encuesta Permanente de Empleo y Desempleo, la cual tuvo
representatividad urbana y periodicidad anual (véase INEC, 2011). A partir de
1993, la ENEMDU fue realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Cen-
sos y financiada por el Banco Central del Ecuador (BCE). La representatividad
de esta encuesta fue urbana y, hasta 2002, se desarrolló de manera anual. A par-
tir de septiembre de 2003, se implementó la ENEMDU de manera trimestral.
Desde esa fecha, hasta el año 2013, se utilizó como marco muestral el VI Censo
de Población y el V de Vivienda (CPV) de 2001 (INEC, 2011). En la Tabla 1, se
detalla la periodicidad y la desagregación de la ENEMDU desde el 2003 hasta
el 2007.
En el año 2007, se introdujeron algunos cambios metodológicos a la ENEMDU
que produjeron la ruptura de las series de los indicadores generados a partir de ella.
Dichos cambios fueron los siguientes: incorporación de algunas recomendaciones
sobre la producción de estadísticas laborales de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT); armonización de las estadísticas para la integración de la Comu-
nidad Andina de Nacionales (CAN); y armonización de las estadísticas publica-
das por varias organizaciones, entre ellas el INEC y el BCE (Granda et al., 2017).
152 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

Algunos de los cambios principales que se efectuaron en el año 2007 tienen que
ver con el formulario de recolección de información, que es la herramienta para
clasificar a las personas en población económicamente activa, inactiva, empleada
y desempleada.

Tabla 1.
Periodicidad y cobertura de la ENEMDU (2003-2007)

Año Periodo Cobertura


Septiembre Urbana
2003
Diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo Nacional: urbano y rural
Junio Urbana
2004
Agosto Nacional: urbano y rural
Noviembre Nacional: urbano y rural
Marzo Urbana
Junio Urbana
2005
Septiembre Urbana
Diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo Urbana
Junio Urbana
2006
Septiembre Urbana
Diciembre Nacional: urbano y rural
2007 Marzo Urbana
Fuente: INEC (2011, 2013a).

Así, en dicho formulario se realizaron cambios en los flujos y las preguntas sobre
los siguientes temas: 1) el deseo y la disposición de trabajar más horas (para la
población con empleo); 2) el periodo de referencia en la búsqueda de trabajo (para
la población con desempleo); 3) la reestructuración de las categorías de la pre-
gunta “¿razón por la que no buscó trabajo?” (para la población desempleada e
inactiva); entre otros cambios (Granda et al., 2017).
Como consecuencia de esta revisión del marco conceptual, existe una ruptura de
las series desde el año 2007 (Tabla 2).
A partir de septiembre de 2013, se inició una migración gradual de la muestra de
la ENEMDU que tomaba como marco de muestreo el CPV del 2001 a un marco
de muestreo basado en el CPV del 2010. Este proceso culminó en diciembre de
2013. Y desde 2014 toda la encuesta utiliza el marco de muestreo actualizado con
la información del último CPV (INEC, 2013a). Según el INEC, esta actualización
no produjo una ruptura de las series en el año 2014, por lo que la información de la
ENEMDU es comparable desde el 2007 en adelante (INEC, 2013b).
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 153

Tabla 2.
Periodicidad y cobertura de la ENEMDU (2007-2019)
Año Periodo Cobertura
Junio y septiembre Urbana
2007
Diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo y septiembre Urbano
2008
Junio y diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo, junio, septiembre Urbano
2009
Diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo y septiembre Urbano
2010
Junio y diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo y septiembre Urbano
2011
Junio y diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo y septiembre Urbano
2012
Junio y diciembre Nacional: urbano y rural
Marzo y septiembre Urbano
2013
Junio y diciembre Nacional: urbano y rural
2014-2019 Marzo, junio, septiembre y diciembre Nacional: urbano y rural
Fuente: INEC (2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018,
2019).

AJUSTE POR OUTLIERS IDENTIFICADOS


Métodos de desagregación temporal
Los métodos de desagregación temporal se utilizan para obtener una serie de
tiempo de alta frecuencia (mensual o trimestral), con base en una variable tempo-
ral de baja frecuencia (anual o semestral). Este proceso garantiza que la suma, el
promedio, el primer valor y el último valor de la serie de alta frecuencia sean acor-
des con la serie de baja frecuencia. Esta desagregación temporal se puede reali-
zar con uno o más series de indicadores de alta frecuencia. Incluso, cuando no hay
una serie de indicadores de alta frecuencia, es posible realizar la desagregación
con métodos de interpolación. No obstante, en este caso, la precisión de la serie de
alta frecuencia resultante podría ser baja, pues no iría necesariamente de la mano
del comportamiento del indicador (Sax y Steiner, 2013).
Dentro de los métodos más utilizados se encuentran los de Denton, Denton-Cho-
lette, Chow-Lin, Fernández y Litterman. Por un lado, las variantes del método de
Denton (1971) consideran la preservación del movimiento y generan así una serie
similar a la serie de indicadores de alta frecuencia. Estos métodos también pue-
den realizar la desagregación sin la necesidad de un indicador (Dagum y Cholette,
2006). Por otro lado, métodos como los de Chow-Lin, Fernández y Litterman uti-
lizan uno o varios indicadores, y realizan una regresión sobre la serie de baja fre-
154 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

cuencia. El método de Chow y Lin (1971) es adecuado para series estacionarias o


cointegradas, mientras que los de Fernández (1981) y Litterman (1983) sirven para
series temporales no cointegradas6.
Estos tipos de métodos para desagregación temporal se utilizan ampliamente en
países europeos para las estadísticas oficiales. La mayoría de las autoridades euro-
peas estadísticas, por ejemplo, utilizan estos métodos para la estimación de los
indicadores trimestrales del producto interno bruto (PIB) (véanse Sax y Steiner,
2013). Para el caso ecuatoriano, Carrillo-Maldonado (2017) utilizó el método
de Chow-Lin para obtener el PIB ecuatoriano con una frecuencia mensual sobre
la base de un índice coincidente de actividad económica, para luego incluir esta
variable de alta frecuencia en un modelo SVAR con cambios de regímenes.
Según Sax y Steiner (2013), los métodos de desagregación temporal se pueden
resumir en un proceso de dos pasos: primero, se debe determinar una serie de alta
frecuencia preliminar p; y, segundo, las diferencias entre los valores agregados de
la serie preliminar y el valor agregado de la serie de baja frecuencia deben distri-
buirse. La agregación de las series preliminares y los residuos distribuidos arrojan
la estimación final de la serie final, :

(1)
Donde D es una matriz de distribución y ul es un vector de longitud nl que
contiene las diferencias entre los valores anualizados de p y los valores anuales
reales yl. Además, n y nl denotan el número de observaciones de alta y baja fre-
cuencia, respectivamente.

(2)
Donde c es la matriz de conversión de alta a baja frecuencia de dimensión .
La ecuación (1) constituye un marco unificador para todos los métodos de desagre-
gación. Los métodos difieren en como determinan la serie preliminar p y la matriz
de distribución D (véanse Sax y Steiner, 2013).

Propuesta metodológica
Para la corrección econométrica se utiliza el programa X13-ARIMA-SEATS,
del U. S. Census Bureau (2017), que permite ajustar la estacionalidad y detec-
tar datos atípicos (outliers), entre otras correcciones7. Este enfoque no paramé-
trico permite estimar los componentes no observados de una serie de tiempo, sin
tener que recurrir a la especificación de un modelo estadístico para la serie de

6
Estos métodos están implementados de manera parcial o completa en varios paquetes de soft-
ware: en el paquete tempdisagg de R, de Sax y Steiner (2013); Ecotrim, de Barcellan et al.
(2003); la librería de Matlab de Quilis (2018); y en RATS, de Doan (2008).
7
Para la implementación se utilizó el paquete seasonal, de Sax y Eddelbuettel (2018), que realiza
la interfaz entre el programa X13-ARIMA-SEATS y R.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 155

tiempo analizada. Por ello, este tipo de procedimiento también se conoce como
enfoque empírico.
En este enfoque, los componentes se estiman mediante la aplicación sucesiva de
filtros lineales, interpretados como regresiones locales en intervalos móviles en
el tiempo (Villareal, 2005). Desde Box y Jenkins (1970), los modelos ARIMA
se utilizan para hacer el ajuste estacional en las variables de series de tiempo. Un
modelo ARIMA general multiplicativo con estacionalidad y componentes deter-
minísticos se expresa así:

(3)

Donde xt es la variable del mercado laboral en análisis; c es el vector de compo-


nentes determinísticos (constante, tendencia, etc.); es el residuo con media cero
y varianza (ruido blanco); L es el operador de rezagos ( ); s es la perio-
dicidad del componente estacional; y son los operadores autorregresi-
vos no estacional y estacional; y son los operadores de media móvil no
estacional y estacional; y son los operadores de diferenciación
del componente autorregresivo y estacional.
El modelo de la ecuación (3) se puede estimar usando diferentes métodos, como
mínimos cuadrados o máxima verosimilitud. El modelo tiene la flexibilidad de
incluir variables tanto determinísticas como estocásticas para obtener el mejor
ajuste de la variable de interés. Así, se puede analizar la existencia de datos atípi-
cos en la muestra.
Además, este método puede considerar, en el proceso de ajuste de las series, los
efectos de días feriados y de calendario. En este trabajo se hace una detección de
outliers para determinar si existe un cambio de comportamiento en las variables
del mercado laboral, debido a que se hicieron cambios en el levantamiento de la
información de la ENEMDU que tienen efecto sobre la representatividad de la mues-
tra encuestada.
En el vector c se incluyen variables dummies para detectar cambios de nivel (level
shifts, LS) y datos atípicos aditivos (aditive outliers, AO). Estas variables se cons-
truyen así:

(4)

(5)

Donde to es el punto en el tiempo en el que se evalúa la existencia de un outlier.


La detección de datos atípicos se hace de manera iterativa en todos los puntos en
el tiempo t = 1,..., T.
156 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

Como ya se mencionó (Tabla 2), la ENEMDU no tiene representatividad nacional


en los meses de marzo y septiembre entre 2007 y 2013; mientras que, para el resto
del periodo muestral, sí tiene representatividad.
Por ello, además, para los meses en los que no existe representatividad nacio-
nal, se implementan variables dummies del tipo additive outlier en el modelo
de la ecuación (3), pues el quiebre por no representatividad existe exclusiva-
mente en dicho trimestre. En contraste, no se incluye como dummy del tipo level
shift, pues este outlier no es permanente en la serie de tiempo. Estas variables
se expresan así:

(6)

(7)

Donde y son las variables dummies para los meses de marzo y septiembre
en el periodo muestral que no tiene representatividad nacional ( ) (2007-2013).
Se estima el modelo de la ecuación (3) incluyendo las variables dummies de out-
liers y de no representatividad ( y ) con el método de máxima verosimilitud.
Además, se emplean los criterios de información y las funciones de autocorrela-
ción y correlación parcial para determinar el número de rezagos autorregresivos,
de media móvil y de diferenciación.

Variables del mercado laboral ajustadas


A continuación, se presentan las variables del mercado laboral ajustadas por out-
liers y por los datos que no tienen representatividad. Este ajuste se aplica en el
número de personas de la población económicamente activa (PEA), con empleo,
en las tasas de desempleo y de empleo adecuado y en el salario nominal promedio
en dólares. La metodología antes descrita se puede implementar también en otros
indicadores de la ENEMDU (desigualdad, pobreza, etc.).
Además, de la propuesta de ajuste por outliers identificados, se presentan otros
métodos (como Chow-Lin y ajuste automático). En la interpolación con Chow y
Lin (1971), se usan las variables laborales del nivel urbano; mientras que se utiliza
el programa X13-ARIMA-SEATS para ajustar la estacionalidad y quiebres estruc-
turales en las series de tiempo (U. S. Census Bureau, 2017).
La Figura 1 muestra los métodos de interpolación que se usaron en las series de
tiempo de la PEA, empleo, tasa de desempleo, empleo adecuado, porcentaje de
empleo adecuado y salario nominal promedio.
En primera instancia, se observa que el ajuste por outliers identificados conserva
los datos calculados por INEC con representatividad nacional y corrige los datos
sin representatividad nacional para mantener la dinámica macroeconómica.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 157

Figura 1.
Variables del mercado laboral entre 2007 y 2019
PEA

7
Millones de personas

4
04-2007
12-2007
08-2008
04-2009
12-2009
08-2010
04-2011
12-2011
08-2012
04-2013
12-2013
08-2014
04-2015
12-2015
08-2016
04-2017
12-2017
08-2018
04-2019
12-2019
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Variable sin ajuste

Tasa de desempleo

8e-06
Millones de personas

6e-06

4e-06
04-2007
12-2007
08-2008
04-2009
12-2009
08-2010
04-2011
12-2011
08-2012
04-2013
12-2013
08-2014
04-2015
12-2015
08-2016
04-2017
12-2017
08-2018
04-2019
12-2019

Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Variable sin ajuste

(Continúa)
Millones de personas Millones de personas
158

3
4
5
6
7
8
4.0e-05
4.5e-05
5.0e-05
5.5e-05
04-2007

Empleo
12-2007 04-2007
08-2008 12-2007
04-2009 08-2008

12-2009 04-2009

08-2010 12-2009

Ajuste por Outliers


04-2011 08-2010

Ajuste por Outliers


04-2011
Porcentaje de empleo adecuado

12-2011
12-2011

Ajuste X-13 ARIMA-SEATS


08-2012
08-2012

Ajuste X-13 ARIMA-SEATS


04-2013
04-2013

Trimestres
12-2013

Trimestres
12-2013
08-2014
08-2014
04-2015
04-2015
12-2015
12-2015

Variable sin ajuste


08-2016
08-2016
Variable sin ajuste

Ajuste por Chow-Lin


04-2017
Ajuste por Chow-Lin

04-2017
12-2017 12-2017
08-2018 08-2018
04-2019 04-2019
12-2019 12-2019

(Continúa)
Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 159

Empleo adecuado

3,5
Millones de personas

3,0

2,5

2,0
04-2007
12-2007
08-2008
04-2009
12-2009
08-2010
04-2011
12-2011
08-2012
04-2013
12-2013
08-2014
04-2015
12-2015
08-2016
04-2017
12-2017
08-2018
04-2019
12-2019
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Variable sin ajuste

Salario nominal
550

500

450
Dólares

400

350

300
04-2007
12-2007
08-2008
04-2009
12-2009
08-2010
04-2011
12-2011
08-2012
04-2013
12-2013
08-2014
04-2015
12-2015
08-2016
04-2017
12-2017
08-2018
04-2019
12-2019

Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Variable sin ajuste

Fuente: INEC (2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018,
2019).
160 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

La interpolación de Chow-Lin, de cierta manera, conserva también la dinámica


agregada de las variables laborales. Al considerar el ajuste automático, se eviden-
cia una reducción de las personas en la PEA, con empleo y con empleo adecuado,
lo que genera quiebres estructurales que estadísticamente podrían ser concordan-
tes, pero que no serían acordes con la realidad del mercado laboral y la informa-
ción recolectada en la ENEMDU.
En el periodo 2007-2013, se evidencia un comportamiento estacional marcado en
los meses de marzo y septiembre para todas las variables de interés en la ENE-
MDU. El ajuste por outliers identificados o por Chow-Lin conserva esta propie-
dad de las series de tiempo en dicho periodo. Sin embargo, el ajuste automático
no siempre produce una corrección adecuada, debido a la volatilidad y los valo-
res atípicos en la serie. Las variables dummies específicas permiten eliminar esos
cambios bruscos y la alta variabilidad ocasionada por la pérdida de representativi-
dad en estos periodos.
En el caso de las poblaciones como la PEA, la empleada y la desempleada, el ajuste
por outliers identificados elimina estas altas fluctuaciones, las cuales serían irreales
si se comparan de un trimestre a otro, y nos permite corregir el nivel de representati-
vidad, producto de la muestra de la ENEMDU en los meses de marzo y septiembre.
Por último, el método de ajuste automático del programa X13-ARIMA-SEATS
permite hacer una corrección que conserva las fluctuaciones debidas a otros com-
ponentes en la serie; a diferencia del método de Chow y Lin (1971), donde se
asume que la variable de análisis satisface una relación de regresión múltiple con
sus indicadores auxiliares.

APLICACIÓN MACROECONÓMICA
En esta sección se presenta un ejercicio econométrico que permite evidenciar el
uso de las variables laborales en los modelos macroeconómicos. En la primera
parte, se presenta un modelo SVAR que, como proponen Blanchard y Quah (1989),
involucra al PIB y a la tasa de desempleo para estimar el efecto de la demanda y la
oferta agregadas en la economía.
Según estos autores, en el largo plazo los cambios inesperados de la demanda
agregada no tienen un efecto en el PIB; mientras que los choques de oferta sí tie-
nen efecto tanto en el corto como en el largo plazo. Para esto, estiman un modelo
SVAR con restricción de largo plazo. En el caso ecuatoriano, inicialmente se
estima la misma especificación; luego se extiende dicho modelo para incluir el
empleo, el salario real y la inflación, como lo hacen Galí (1999) o Keating (2013).
Estas especificaciones permiten comparar el ajuste por outliers identificados de las
variables temporales del mercado laboral que aquí se propone con la interpolación
de Chow-Lin y de ajuste automático (X13-ARIMA-SEATS). Tanto en el modelo
básico del producto y el desempleo como en el de las cinco variables, se incluyen
la demanda internacional, el precio internacional del petróleo y dos dummies de la
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 161

crisis de 2008 y 2014 para controlar los efectos que tiene el mercado internacional
en la economía ecuatoriana.
Modelo
Formalmente, el modelo SVAR se expresa así:

(8)

Donde yt es el vector de variables endógenas (crecimiento del PIB y desempleo);


Ai es la matriz de parámetros estructurales en el rezago j = 0,..., p.; es el vector
de variables determinísticas incluidas en el modelo (como la constante y las dum-
mies para controlar datos atípicos, como la crisis financiera internacional de 2008
y el colapso del precio del petróleo en el último trimestre de 2014); y es el vec-
tor de choques estructurales (demanda y oferta agregadas) con distribución nor-
mal .
Una de las principales dificultades que plantea un modelo SVAR es la identifi-
cación de los choques estructurales. Sin dicha identificación, el vector de la
ecuación (8) sería un vector de residuos estadísticos correlacionados que no ten-
drían una interpretación económica (Rubio-Ramírez et al., 2010). El modelo
base desarrollado usa el enfoque de Blanchard y Quah (1989) para identificar las
relaciones de largo plazo de las variables incluidas en el modelo con los choques
de demanda y oferta. Los autores indican que, en un modelo con variables esta-
cionarias, la ecuación (8) se puede expresar con la representación de la media
móvil así:

(9)

Donde C es la matriz de efectos acumulativos de largo plazo de la demanda y oferta


agregadas. En este sentido, Blanchard y Quah (1989) indican que los choques de
demanda no tienen un impacto acumulado sobre el nivel del PIB, lo que indica que
esta variable retorna a su estado de largo plazo ante cambios de la demanda agre-
gada, de acuerdo con la teoría neokeynesiana. Por su parte, el choque de oferta sí
tendría efecto en el PIB en el largo plazo. En este sentido, se impone la siguiente
restricción sobre la matriz de efectos de largo plazo:

(10)

El modelo expuesto se estima a través de máxima verosimilitud (véanse Kilian y


Lütkepohl, 2017). Para estimarlo, se incluyen las variables ajustadas, tanto por esta-
cionalidad como por no representatividad nacional. Además, se incluyen la demanda
internacional (medida como el PIB de Estados Unidos, Europa y China), el precio in-
ternacional del petróleo (West Texas Intermediate, WTI) y dos variables dummies
162 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

que controlan la crisis financiera del 2008 y la caída del precio internacional del
petróleo como variables exógenas. Todas las variables se incluyen en tasas de creci-
miento (primera diferencia del logaritmo), excepto la tasa de desempleo.
Resultados
Los resultados del modelo SVAR desarrollado siguiendo a Blanchard y Quah
(1989) indican que los choques de demanda no tienen un impacto acumulativo
en el PIB. En primera instancia, se presenta el efecto de los choques de oferta y
demanda agregadas en el crecimiento del PIB y en la tasa de desempleo. Ense-
guida se presentan modificaciones del modelo básico para probar la concordancia
de los resultados presentados.
La Figura 2 muestra el choque de demanda agregada en la tasa de crecimiento y
en el desempleo, donde se comparan los métodos de interpolación. Se observa que
los cambios inesperados de demanda agregada son temporales y tienen un efecto
positivo en los próximos dos trimestres, para luego retornar a su estado inicial, tal
como muestran Blanchard y Quah (1989). Este resultado en la función de impulso-
respuesta se observa también en el ajuste por Chow-Lin y en el ajuste automático
(X13-ARIMA-SEATS), debido a que estos métodos no introdujeron ningún ajuste
en el PIB.
El efecto de la demanda agregada muestra una reducción de 0,2 puntos porcentua-
les en la tasa de desempleo con el método de ajustes por outliers. Este efecto tiene
una duración de cinco trimestres después del choque.
En la estimación puntual, con el método de Chow-Lin, los cambios inesperados de
la demanda agregada son ligeramente mayores con respecto al método aquí pro-
puesto, aunque el mediano plazo es similar.
No obstante, con un ajuste automático por X13-ARIMA-SEATS, se tendría un
impacto de 0,05 puntos porcentuales en la tasa de desempleo, menor al obtenido
con el ajuste por outliers identificados. Además, este ajuste automático presenta
una mayor persistencia en la respuesta del desempleo ante choques de demanda
agregada. Ambas metodologías, sin embargo, muestran que no son diferentes
(estadísticamente) del ajuste por outliers identificados (véase Figura 2).
Al analizar el choque de oferta, en la Figura 3 se observa que no existe un efecto
en el crecimiento del PIB, tanto con el ajuste por outliers identificados como con
los otros métodos, pues los intervalos de confianza contienen el cero.
Aunque parezca contradictorio con la literatura sobre choques de oferta, autores
como Díaz-Cassou (2020) o Deza y Ruiz-Arranz (2018) muestran que la producti-
vidad total de los factores (una de las variables fundamentales de la oferta agregada)
no contribuyó al crecimiento económico del país en los últimos años. Estos autores
identifican que una de las principales razones es la dispersión de la productividad
entre los sectores de las empresas y dentro de ellos mismos, acompañada de facto-
res institucionales y regulatorios que afectan el clima de negocio en el largo plazo.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 163

Figura 2.
Efecto del choque de demanda agregada en el modelo básico
Crecimiento del PIB
0,1

0,8

0,6

0,4

0,2

0,0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Tasa de desempleo
0,0

-0,1

-0,2

-0,3

-0,4

-0,5

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Nota. Los intervalos de confianza corresponden al modelo con las variables laborales que
tienen el ajuste por outliers. Estos intervalos de confianza se generaron a través de 1000
repeticiones de bootstrap.
164 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

Figura 3.
Efecto del choque de oferta agregada en el modelo básico
Crecimineto del PIB
0,1

0,5

0,0

-0,5

-0,1

-0,15

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Tasa de desempleo

0,8

0,6

0,4

-0,2

0,0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Nota. Los intervalos de confianza corresponden al modelo con las variables laborales que
tienen el ajuste por outliers identificados. Estos intervalos de confianza se generaron a tra-
vés de 1000 repeticiones de bootstrap.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 165

Figura 4.
Choques de demanda y oferta agregadas en el modelo extendido
Crecimiento del PIB

0,1

0,8

0,6

0,4

-0,2

0,0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Tasa de desempleo

0,0

-0,1

-0,2

-0,3

-0,4

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

(Continúa)
166 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

Choque de oferta agregada

0,0

0,1

0,0

-0,1

-0,2
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

0,8

0,6

0,4

0,2

0,0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Nota. Los intervalos de confianza corresponden al modelo con las variables laborales que
tienen el ajuste por outliers identificados. Estos intervalos de confianza se generaron a tra-
vés de 1000 repeticiones de bootstrap.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 167

Figura 5.
Choques de demanda y oferta agregadas en el modelo extendido con la tasa de
empleo adecuado
Crecimiento del PIB

0,1

0,8

0,6

0,4

0,2

0,0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

0,0

-0,1

-0,2

-0,3

-0,4

-0,5
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

(Continúa)
168 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

Crecimiento del PIB

0,2

0,1

0,0

-0,1

-0,2

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Tasa de desempleo
0,8

0,6

0,4

0,2

0,0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Trimestres
Ajuste por Outliers Ajuste por Chow-Lin
Ajuste X-13 ARIMA-SEATS Intervalos de confianza 95 %

Nota. Los intervalos de confianza corresponden al modelo con las variables laborales que
tienen el ajuste por outliers identificados. Estos intervalos de confianza se generaron a tra-
vés de 1000 repeticiones de bootstrap.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 169

El mismo choque de oferta agregada provoca un incremento en la tasa de desem-


pleo con efecto de mediano plazo. Estos cambios inesperados de la oferta tienen
una duración de ocho trimestres (dos años). En la estimación puntual, se observa
que el ajuste por outliers identificados y el de Chow-Lin muestran una dinámica
similar en la respuesta del PIB ante el choque de oferta; mientras que el ajuste
automático de X13-ARIMA-SEATS presenta un impacto menor a los otros méto-
dos y un efecto (después del choque) con mayor persistencia.
Estos resultados muestran que las estimaciones concuerdan con las obtenidas
por Blanchard y Quah (1989). En ese sentido, se puede sostener que la recons-
trucción de la tasa de desempleo usando el método de ajuste por outliers identi-
ficados es concordante. Por consiguiente, el desempleo y las otras variables del
mercado laboral permiten hacer ejercicios econométricos con datos trimestra-
les desde el 2007.
Para verificar la robustez de los resultados obtenidos se introdujeron modificacio-
nes al modelo básico del crecimiento del PIB y de la tasa de desempleo.
En una primera modificación, se incluyeron el empleo, el salario real y la infla-
ción en los modelos con las tres especificaciones, completando un modelo SVAR
de cinco variables en cada tipo de interpolación. La incorporación de estas variables
está en línea con Blanchard y Quah (1989), Dolado y Jimeno (1997) y Galí (1999).
En una segunda modificación, se reemplazó al empleo total por la tasa de empleo
adecuado, debido a que no todos los trabajadores tienen las mismas condiciones
laborales, siendo esta una característica estructural del mercado laboral ecuato-
riano (véanse Arias et al., 2020).
Las Figuras 4 y 5 muestran los efectos de los choques de oferta y demanda agre-
gada en la tasa de crecimiento y en la tasa de desempleo con el modelo SVAR de
cinco variables. Los resultados muestran que se obtienen funciones de impulso-
respuesta estadísticamente similares en todos los casos, tanto en magnitud como
en persistencia. Además, se evidencia que, al incorporar empleo, inflación y sala-
rio real, se obtienen estimaciones puntuales sin mayor diferencia entre el método
de Chow-Lin y el de ajuste de outliers identificados.
Una diferencia particular de la estimación de punto se observa en la respuesta
del desempleo ante el choque de demanda agregada. En el modelo bivariado, se
obtiene un efecto mayor con la metodología de Chow-Lin, mientras que la mag-
nitud de la respuesta del desempleo ante cambios inesperados de la demanda es
mayor con el ajuste de outliers identificados. Esta diferencia solamente se presenta
en la estimación de punto, pues las estimaciones de los dos métodos son estadís-
ticamente iguales.
Autores como Galí (1999) o Keating (2013) señalan que, en un modelo con más
de dos variables, es necesario dar a los diferentes choques una interpretación eco-
nómica. Esta interpretación siempre deberá estar atada a la teoría económica, tanto
desde la oferta como desde la demanda agregadas. Así, se pueden entender cho-
170 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio, 2023

ques de oferta como choques de tecnología, oferta laboral o capacidad de utiliza-


ción. Para la demanda agregada, se pueden considerar, por ejemplo, choques de
política económica (véase Galí, 2011).

CONCLUSIONES
En este trabajo, se desarrolló un método que permite usar los datos del mercado
laboral extraídos de la ENEMDU que no tienen representatividad nacional, para
así tener series de tiempo trimestrales continuas del mercado laboral ecuatoriano
sin una ruptura desde 2007.
Este método parte, a su vez, del método de ajuste de outliers identificados e intro-
duce variables dummies para los trimestres en los que la ENEMDU no tiene
representatividad nacional. Para corroborar que los datos son empírica y macro-
económicamente concordantes, se estimó un modelo SVAR de largo plazo con la
propuesta de Blanchard y Quah (1989).
Los principales resultados muestran que el método propuesto conserva los valo-
res obtenidos en los trimestres con representatividad nacional y ajusta solamente
los valores no representativos. En contraste, si se usa un modelo automático
de corrección de outliers (X13-ARIMA-SEATS), se introducen quiebres estruc-
turales ficticios que cambian la dinámica de las variables del mercado labo-
ral. Además, se observa que el método propuesto captura fluctuaciones que no
lograrían capturar métodos de desagregación temporal como el de Chow y Lin
(1971), que depende de variables auxiliares que modifican la fluctuación de las
variables en análisis.
Asimismo, en el momento de implementar el modelo SVAR, se obtienen estimaciones
similares a los de la literatura neokeynesiana. Se muestra que los choques de deman-
da agregada tienen efectos de corto plazo, tanto en el PIB como en la tasa de de-
sempleo. Además, los cambios inesperados de la demanda agregada no tendrían
un impacto de largo plazo en el PIB. Por su parte, se muestra que los choques de
oferta no tienen impacto en el PIB en el corto ni en el largo plazo. Este resultado
se podría interpretar como indicando que la productividad no ha contribuido en
mayor medida al crecimiento económico de Ecuador (véanse Deza y Ruiz-Arranz,
2018; Díaz-Cassou, 2020).
Este trabajo contribuye a una línea de investigación del mercado laboral ecua-
toriano que use datos de alta frecuencia (trimestrales, por lo menos) desde una
perspectiva macroeconómica. En dicha línea, se podrían evaluar los factores
determinantes de las variables del mercado laboral. Además, se podrían estu-
diar los diferentes canales de transmisión de la política económica a las variables
laborales. Asimismo, se podrían identificar diferentes orígenes de los choques
de oferta.
Un método para obtener datos de alta frecuencia Paul Carrillo-Maldonado et al. 171

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen los comentarios de Danny Quah, Víctor Morales, Karla
Arias y Edwin Buenaño. Los comentarios emitidos en el documento son criterios
propios de los autores y desvincula a la institución que representan.

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ANEXOS
Tabla A1.
Reporte de estimación de variables dummies para el ajuste
Variable Coef. Error estándar Valor Z Valor P
Tasa de desempleo
tr1 1,5726 0,2066 7,6125 0,0000 ***
tr3 1,1118 0,1913 5,8129 0,0000 ***
Número de desempleo
tr1 −26022,0374 11279,5153 −2,3070 0,0211 **
tr3 −40985,1087 10448,3685 −3,9226 0,0001 ***
Población económicamente activa
tr1 −2277646,8649 90538,4073 −25,1567 0,0000 ***
tr3 −2317760,9897 83751,9469 −27,6741 0,0000 ***
Empleo
tr1 −2195260,8575 74487,2464 −29,4716 0,0000 ***
tr3 −2263967,1781 70775,6980 −31,9879 0,0000 ***
Empleo adecuado
tr1 −542901,1850 81854,7147 −6,6325 0,0000 ***
tr3 −573848,4564 57138,0740 −10,0432 0,0000 ***
Porcentaje de empleo adecuado
tr1 11,1170 1,4339 7,7530 0,0000 ***
tr3 10,3764 1,0261 10,1128 0,0000 ***
Salario nominal
tr1 84,3127 10,3769 8,1250 0,0000 ***
tr3 40,6751 10,4125 3,9064 0,0001 ***
*p < 0,10; **p < 0,05; ***p < 0,01
Fuente: elaboración propia.
ARTÍCULO

LA VOLATILIDAD DE LA MONEDA:
UN ANÁLISIS DE LA TASA DE CAMBIO
COLOMBIANA Y LOS MERCADOS
DE MATERIAS PRIMAS ENERGÉTICAS

Juan Manuel Candelo-Viáfara


Andrés Oviedo-Gómez

Candelo-Viáfara, J. M., & Oviedo-Gómez, A. (2023). La volatilidad de la


moneda: un análisis de la tasa de cambio colombiana y los mercados de mate-
rias primas energéticas. Cuadernos de Economía, 42(89), 177-201.
El artículo analiza el efecto derrame de los precios de las materias primas ener-
géticas del petróleo, carbón y gas, sobre la moneda colombiana en el periodo
2000-2020. Como metodología, se utilizaron los vectores autorregresivos (VAR), con
variables cointegradas y el análisis de desbordamiento de derrames. Los resultados

J. M. Candelo-Viáfara
Universidad del Valle, Buga, Colombia. Correo electrónico: [email protected].
http://orcid.org/0000-0002-4152-5597
A. Oviedo-Gómez
Universidad del Valle, Cali, Colombia. Correo electrónico: [email protected].
https://orcid.org/0000-0001-9664-4684
Sugerencia de citación: Candelo-Viáfara, J. M., & Oviedo-Gómez, A. (2023). La volatilidad de la mone-
da: un análisis de la tasa de cambio colombiana y los mercados de materias primas energéticas. Cuader-
nos de Economía, 42(89), 177-201. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.93707
Este artículo fue recibido el 17 de febrero de 2021, ajustado el 6 de noviembre de 2021 y su
publicación aprobada el 21 de abril de 2022.

177
178 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

sugieren la existencia de relaciones de cointegración entre las materias primas


energéticas y la tasa representativa del mercado; además de una relación inversa
entre estas variables. El petróleo, el carbón y el gas explican la volatilidad de la
tasa representativa del mercado hasta en 70 %, 45 % y 50 %, respectivamente. La
investigación permite inferir que la tasa representativa del mercado es receptora de
volatilidad de los mercadas internacionales.
Palabras clave: volatilidad; derrame financiero; tasa de cambio; materias primas
energéticas.
JEL: C32; E44; G15.

Candelo-Viáfara, J. M., & Oviedo-Gómez, A. (2023). Currency volatility: an


analysis of the Colombian exchange rate and energy commodity markets.
Cuadernos de Economía, 42(89), 177-201.
The study analyses the spillover effect of the prices of the energy commodities of
oil, coal, and gas on the Colombian currency between the years 2000 and 2020. As
a methodology, Autoregressive Vectors (VAR) with cointegrated variables and spill-
over analysis are used. The results suggest cointegration relations between energy
commodities and the representative market rate and an inverse relation between
these variables. Oil, coal, and gas explain the market representative rate volatility by
up to 70, 45, and 50 %, respectively. The research allows inferring that the market’s
representative rate is a recipient of international market volatility.
Keywords: volatility; financial spillover; exchange rate; energy commodities.
JEL: C32; E44; G15.
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 179

INTRODUCCIÓN
El tipo de cambio juega un papel crucial en una economía, ya que no solo representa
la relación entre los precios internos y externos, sino que también permite evaluar
los niveles de competitividad del sector transable de un país en los mercados inter-
nacionales (Bergstrand, 1985; Reinhart, 1995). Aunque es una variable endógena,
se ve influenciada por factores externos, como han descrito Neary (1988) y Ostry
(1988), quienes han identificado que las variaciones en los términos de intercambio
explican en gran medida el comportamiento de la tasa de cambio. Sin embargo, es
importante destacar que los cambios en los precios de exportación e importación
también ejercen una fuerte influencia, especialmente en los países en desarrollo.
Sinnott et al. (2010) sostienen que las oscilaciones en los términos de intercambio
son más pronunciadas en los países que dependen en gran medida de las exporta-
ciones de bienes minero-energéticos. Por lo tanto, Oviedo-Gómez y Sierra (2019)
encontraron que las fluctuaciones positivas en los términos de intercambio gene-
ran efectos significativos y negativos en el tipo de cambio en Colombia, debido
a la entrada considerable de divisas que provoca una apreciación de la moneda
nacional frente al dólar estadounidense.
El tipo de cambio colombiano, una variable que ha tenido alta volatilidad durante
los últimos diez años, afecta a diferentes agentes a la hora de decidir. Entre los
afectados, se encuentran los formuladores de políticas económicas como el banco
central, que busca la estabilidad macroeconómica, encaminada a generar creci-
miento sostenido. Además, los exportadores y los importadores de bienes transa-
bles ven afectadas sus operaciones por el cambio en los precios relativos de los
productos; y los inversionistas en los mercados cambiarios toman decisiones de
inversión de acuerdo con el tipo de cambio, tanto para la compra como la venta
de moneda y para la creación de una cartera de inversiones. Asimismo, las altas
volatilidades del tipo de cambio colombiano están asociadas a mayores niveles de
incertidumbre, lo que genera cambios en las decisiones de inversión de diferentes
agentes, debido a la existencia de niveles elevados de riesgo.
Gran parte de la volatilidad del tipo de cambio se explica por los flujos financieros
internacionales expresados en dólares (USD), debido a que las transacciones de
las materias primas en los mercados futuros se realizan a través de esta moneda;
además, los efectos de la volatilidad de los precios se transmiten a través del tipo
de cambio a los agregados económicos de cada país. De esta forma, es fundamen-
tal encontrar la causalidad entre la relación de los precios de las mercancías y el
tipo de cambio. Diferentes estudios, como los de Akram (2009), Lizardo y Mollick
(2010), Beckmann y Czudaj (2013), Brahmasrene et al. (2014) y Lof y Nyberg
(2017), abordan este tema, a partir de lo cual infieren que los choques cambiarios
están estrechamente relacionados con los desequilibrios financieros mundiales.
De la misma manera, las fluctuaciones monetarias pueden estar vinculadas a es-
peculación de inversiones, preocupaciones sobre la deuda externa, fuerte depre-
ciación de la moneda real y caída de los precios de los activos (Apostolakis y
180 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Papadopoulos, 2015; Chen, 2014; Korinek y Mendoza, 2014). En consecuencia,


las fluctuaciones y los efectos secundarios del riesgo en los mercados de divisas
pueden tener impacto importante en la actividad económica, la sociedad y la esta-
bilidad macroeconómica.
En Colombia, debido a la estructura económica, caracterizada por una fuerte
dependencia de la explotación de commodities, es de gran relevancia analizar la
volatilidad de los mercados internacionales, ya que el tipo de cambio y las mate-
rias primas tienden a transmitir choques exógenos (Basher et al., 2016; Brahmas-
rene et al., 2014; Brander y Krugman, 1983; De Truchis y Keddad, 2016; Golub,
1983; Lof y Nyberg, 2017). Adicionalmente, Ortiz (2016) explica que la apertura
económica llevada a cabo por los países latinoamericanos ha permitido que cho-
ques externos afecten la actividad económica de estos países. En la misma línea,
autores como Oviedo-Gómez y Candelo-Viáfara (2020), Candelo-Viáfara (2018)
y Oviedo-Gómez y Sierra (2019), encontraron que el tipo de cambio tiene un com-
portamiento inverso a los precios del petróleo, términos de intercambio y commo-
dities más exportadas en Colombia, lo que hace relevante analizar esta relación
con mayor detalle.
Debido a la interrelación de los mercados de divisas y commodities, es importante
resaltar que la literatura gira en torno al análisis de las fluctuaciones de precios de
las commodities energéticas como el petróleo, el gas o el carbón, ya que ha sido de
gran interés para diferentes investigadores cuantificar cómo las variaciones de pre-
cios de estos productos básicos influyen en la dinámica de los mercados, las eco-
nomías y las monedas internacionales (Ghosh y Kanjilal, 2016; Hamilton, 2009;
Lee et al., 2019; Narayan et al., 2014; Narayan y Gupta, 2015).
Sin embargo, en Colombia no existe suficiente evidencia para describir la causalidad
entre los precios de las materias primas y el tipo de cambio. La teoría indica que la
relación entre los precios de las materias primas y el tipo de cambio puede ser bidi-
reccional, en función de los canales de términos de intercambio, el efecto riqueza o
la reasignación de la cartera (Golub, 1983; Krugman, 1983; Amano y van Norden,
1998), pero, aun así, puede encontrarse una relación contraria derivada de la teoría
de los precios de los activos (Bloomberg y Harris, 1995; Chen et al., 2010).
La medición de los derrames financieros ha tenido problemas para generar con-
clusiones significativas sobre la dirección del derrame financiero, ya que se han
concentrado en el uso de modelos de correlación y covarianza, lo que no permite
identificar claramente la dirección causal de las variables financieras. Debido a
este problema, para analizar las causas y la volatilidad de la moneda colombiana,
se lleva a cabo un modelo VAR con variables cointegradas, que permite identifi-
car la causalidad de las variables del sistema cuando tienen trayectorias de com-
portamiento comunes y, de igual manera, se utiliza la metodología desarrollada
por Diebold y Yilmaz (2012), que permite descomponer la varianza e identificar la
dirección del derrame sin asumir causalidad y dirección ad hoc.
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 181

Gran parte de la relevancia de esta investigación recae en la interrelación entre los


mercados de divisas y los mercados de commodities, debido a que carteras como
acciones, bonos y derivados se expresan en dólares, por lo que se espera en el caso
colombiano que la variación en los precios de las materias primas tenga poder pre-
dictivo en el tipo de cambio. En esta medida, la modelación de la moneda colom-
biana con base en los precios de las materias primas, permitiría predecir el tipo de
cambio con fines de inversión en el tipo de cambio de mercado y el desarrollo de
políticas cambiarias.
Se selecciona un modelo VAR con variables cointegradas para observar la causali-
dad de las variables del sistema, debido a las limitaciones de los modelos clásicos.
Además, utilizamos la metodología de Diebold y Yilmaz (2012); por tanto, esta
investigación describe la interrelación entre los mercados de divisas y de mate-
rias primas. El documento sirve como base para tomar decisiones óptimas sobre
sus carteras en países exportadores de commodities, como Colombia. De igual
manera, los inversionistas colombianos podrán tomar decisiones sobre sus posi-
ciones de inversión en los mercados de capitales nacionales e internacionales.
En resumen, se analiza el efecto derrame de las materias primas energéticas sobre
el peso colombiano. Asimismo, se estudia el problema de los efectos secundarios
de las variaciones en los precios de divisas. Después de la introducción, el manus-
crito se divide en las siguientes secciones: revisión de la literatura, metodología,
resultados y conclusiones.

LITERATURA RELACIONADA
Los estudios sobre finanzas empíricas han ganado fuerza, debido a la relevancia
de las monedas en la estabilidad mundial de las microfinanzas. Diferentes estu-
dios se han centrado en evaluar los efectos indirectos de las divisas en otros mer-
cados internacionales (Antonakakis, 2012; Baillie y Bollerslev, 1990; Bekiros y
Diks, 2008; Bubák et al., 2011; Cai et al., 2008; Coudert et al., 2011; Diebold y
Yilmaz, 2012; Engle y Manganelli, 2004; Greenwood-Nimmo et al., 2016; Hogan
y Melvin, 1994; Hong, 2001; Ito et al., 1992; Kavli y Kotzé, 2014; Li, 2011; Mel-
vin y Melvin, 2003).
En esa línea, los trabajos empíricos identifican los posibles efectos de derrame
bidireccional de diferentes mercados financieros, para diferentes participantes del
mercado, como Colombia, a través de la dirección y los determinantes de los cho-
ques financieros. Sin embargo, los resultados de esta investigación no son conclu-
yentes. Por ejemplo, algunos autores afirman que la causalidad de los precios de
las materias primas es el factor que explica las fluctuaciones monetarias (Al-Mulali
y Sab, 2012; Bénassy-Quéré et al., 2007; Buetzer et al., 2016; Butt et al., 2020;
Chen y Chen, 2007; Lizardo y Mollick, 2010; Narayan et al., 2008).
Entretanto, Sadorsky (2000), Yousefi y Wirjanto (2004), Zhang y Reed (2008) y
Akram (2009) encuentran una relación inversa, es decir, para ellos, la dinámica
182 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

de las monedas explica el comportamiento de los precios de las materias primas.


Finalmente, otro grupo de autores concluye que no existe relación entre estas
variables (Aleisa y Dibooglu, 2002; Breitenfeller y Cuaresma, 2008). Asimismo,
Salisu et al. (2019), Marjanović y Marković (2019), Haider et al. (2021), Huang
et al. (2021) y Souza et al. (2021) encontraron evidencia de que las fluctuaciones
de los precios de las materias primas afectan la moneda en los países exportadores
de commodities.
En cuanto a la perspectiva de la transmisión de choques exógenos a las econo-
mías, a través de diferentes canales, se ha observado en los países productores de
commodities que, por ejemplo, el aumento de los precios de estas materias a través
del canal de términos de intercambio conduce a una apreciación del tipo de cam-
bio (Basher y Sadorsky, 2016; Buetzer et al., 2016; Chen y Chen, 2007; Lizardo y
Mollick, 2010; Sadorsky, 2000; Yang et al., 2017) y una depreciación en los paí-
ses importadores de petróleo (Buetzer et al., 2016; Chen y Chen, 2007; Lizardo y
Mollick, 2010). Asimismo, Yang et al. (2017) y Reboredo (2012) identificaron que
las monedas de los países exportadores de petróleo tienen un movimiento conjunto
con esta materia prima; mientras que Amano y van Norden (1998) propusieron un
modelo bisectorial para bienes transables y no transables, donde se demostró que
la dinámica de los precios del petróleo está en correlación con las perturbaciones
de los diferentes tipos de cambio.
Por su parte, para el efecto riqueza y el canal de reasignación de cartera, Golub
(1983) y Krugman (1983) proporcionaron una base teórica que afirma que el
movimiento del precio del petróleo resulta en la transferencia de riqueza a los paí-
ses mineros. Amano y van Norden (1998), por ejemplo, utilizan un modelo de
corrección de errores vectoriales (VECM) para examinar la relación entre el tipo
de cambio real de Estados Unidos y los precios reales del petróleo, de modo que
concluyen que los precios del petróleo afectan el tipo de cambio.
De manera similar, a través de un panel cointegrado para el G7, Chen y Chen
(2007) describieron un efecto significativo de los precios de las materias primas en
la predicción de divisas. A partir del análisis de cointegración, Lizardo y Mollick
(2010) encontraron evidencia que muestra que un aumento en el precio real del
petróleo está asociado con una apreciación del tipo de cambio en los países expor-
tadores. Mientras tanto, Al-Mulali y Sab (2012), analizando doce países exporta-
dores de petróleo, desarrollaron una estimación de efectos fijos y aleatorios para
detectar la relación entre el tipo de cambio y los mercados de productos básicos,
con lo que demostraron que un aumento en los precios del petróleo conduce a una
apreciación del tipo de cambio.

METODOLOGÍA
Dado que este artículo tiene el objetivo de analizar el efecto de derrame de las
materias primas energéticas hacia el peso colombiano, la metodología seleccionada
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 183

consiste, primero, en estimar un modelo VAR con variables cointegradas (Sims et


al., 1990), con el fin de identificar la significancia de los choques de los precios
de las materias primas sobre la tasa representativa del mercado. En segundo lugar,
para observar la dirección y el papel de receptor o trasmisor de derrames de las
variables, se usa la metodología propuesta por Diebold y Yilmaz (2012). Esta
metodología se distingue por utilizar vectores autorregresivos generalizados, los
cuales mantienen constante la descomposición de la varianza independientemente
del orden de las variables. Esto facilita la medición de los efectos de contagio de
la volatilidad total y direccional de manera más sencilla.
Los modelos VAR propuestos por Sims (1980) brindan una solución al problema
de endogeneidad de las variables. Estos modelos se basan en un sistema matri-
cial de ecuaciones en forma reducida, lo que permite analizar el efecto de un cho-
que en una variable sobre las demás. Además, esta metodología facilita el análisis
conjunto de todas las variables endógenas y exógenas. Por lo tanto, se plantea un
modelo VAR con variables I(1) como se muestra a continuación.
Representando el sistema en N variables.

p
xt = ∑ θ i xt − i + et (1)
i =1

La media móvil del proceso se representa en la siguiente ecuación:


xt = ∑ Ai et − i (2)
i =0

Para la ecuación (1), t = 1, 2, 3,..., es el número de periodos; y et representa un pro-


ceso de ruido blanco con media cero y varianza constante.
Para la ecuación (2), Ai = es una matriz de N × N, que se describe por Ai = θ1 Ai-1+
θ2 Ai - 2 +...+ θp Ap - N, donde i = 1, 2, 3,..., N; y p es el número de rezagos.
Dados los inconvenientes de la ortogonalización de Cholesky, para la estimación del
modelo VAR y la identificación de sus choques, se estima un modelo VAR genera-
lizado propuesto por Koop et al. (1996) y Pesaran y Shin (1998), que parten de la
correlación entre los choques del modelo, a partir de la distribución de los errores.
De esta manera, en la medida que los choques de las variables no se ortogonalizan, las
sumas de las contribuciones a la varianza del error de pronóstico no necesariamente
son iguales a 1. Así, la participación de varianza propia se define como una fracción H
de la variación del error en la predicción xi, lo que está relacionado con el choque de
otra variable j en el sistema. De manera que i, j = 1, 2, 3,..., N; tal que i ≠ j .
La descomposición de la varianza del error de pronóstico se describe como �ij (H),
tal como se expresa en la ecuación (3).
184 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

−1
∑ℎ =−01 ( )2
Ǿ ( ), =


(3)
∑ℎ =−01 ( ′


ℎ )

Donde ∑ es la matriz de covarianza del error; σij es el término de error de la desvia-


ción estándar para la variable i; y ei es un vector de unos en el i-ésimo elemento y
cero en los demás. De esta manera, ∑ni = 1 �ij debe ser diferente de 1; y la descom-
posición de la varianza se normaliza de la siguiente manera:

Ǿij H
Ǿij H (4)
Ǿ H
n

j 1 ij

De esta manera, y así se construye un índice1 de derrame de la


n n
Ǿij H 1 Ǿij H , N
j 1 i, j 1

siguiente manera:

n
i, j 1 Ǿij H ,
(5)
H
i j
IN 100
N

La dirección del impacto desde la variable j hacia la variable i, se determina por la


siguiente ecuación donde se muestra el índice de la variable j:

H ,
n
i j 1 Ǿ ij
(6)
IN j recibe i H i j
100
N

De forma contraria, el índice de la variable i:

n
i , j 1Ǿji H ,
i j (7)
IN j recibe i H 100
N

Así que el índice de desbordamiento neto es:

IN ( H ) i = IN j � recibe� i ( H ) − � IN i � � recibej ( H� ) � � � � � � � � � � � � � � � � (8)

El índice Net Pairwise Spillovers, muestra cómo el choque de una variable afecta
la volatilidad en la otra, identificando a la variable receptora o transmisora neta del
choque. Esto se describe mediante la ecuación (9):

Ǿ ji H Ǿij H (9)
IN ij H N
100

1
Este índice mide la conectividad de los choques entre las diferentes variables del sistema VAR.
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 185

ESTIMACIÓN EMPÍRICA
Datos
Los datos utilizados, que presentan una frecuencia mensual, están definidos por
un periodo de muestra entre enero de 2000 y abril de 2020. La selección de varia-
bles se basa en autores como Oviedo-Gómez y Sierra (2019) y Oviedo-Gómez y
Candelo-Viáfara (2020), quienes encontraron una relación entre el tipo de cambio
colombiano y los precios de las materias primas. Las variables de interés, descri-
tas en la Tabla 1, se definen como la tasa de cambio pesos-dólar, el precio del barril
de petróleo WTI, el precio del petróleo Brent, el precio Spot del gas natural Henry
Hub y el precio del carbón australiano. Todos estos datos se obtuvieron de la base
de Datos del Banco de la Reserva Federal de ST. Louis.

Tabla 1.
Variables de análisis

Variable Descripción Unidad Estacionario Nombre


Tasa diaria promedio:
Tasa representativa No ajustada
pesos colombianos por COP TRM
del mercado estacionalmente
dólar americano

Precio del petróleo Cushing, Oklahoma, No ajustada


USD WTI
WTI dólares por barril estacionalmente

Precios Spot, dólares


Henry Hub gas por millón de BTU, no No ajustada
USD Gas
natural ajustado estacionalmente
estacionalmente

Precio del carbón No ajustada


Dólares por tonelada USD Coal
autraliano estacionalmente

Precio del petróleo: Cushing, Oklahoma, No ajustada


USD Brent
Brent-Europe dólares por barril estacionalmente

Fuente: elaboración propia.

En la Figura 1 puede observarse el comportamiento de las series de interés en


su versión normalizada. Inicialmente, se aprecia que los precios de estas mate-
rias primas, en la primera mitad de la década del 2000 hasta 2008, presentaron un
aumento significativo. De forma contraria, la tasa de cambio colombiana tuvo un
comportamiento inverso en la mayoría de los periodos. Después de la crisis sub-
prime, a diferencia del carbón y el petróleo, el gas tuvo un cambio estructural y
siguió otra senda de comportamiento.
186 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Por su parte, los precios del petróleo aumentaron después del 2009, alcanzado
su pico en 2012. Por otro lado, se evidencia la caída vertiginosa de los precios
del petróleo en 2014, debido a una disminución de la demanda, un aumento de la
oferta, un cambio del objetivo por parte de la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (OPEP), una disminución de la incertidumbre por causas geopolíticas;
y por la apreciación del dólar estadounidense (World Bank, 2015). Igualmente,
debe mencionarse que en 2018, China y Estados Unidos iniciaron una guerra
comercial, lo que dio lugar a que el precio del petróleo bajara y, a su vez, la tasa
de cambio aumentara significativamente. Por último, en enero de 2020, cuando se
identificó la posibilidad de que el virus del Covid-19 se convirtiera en una enfer-
medad global, la tasa de cambio empezó a subir hasta puntos históricos, mientras
que los precios del petróleo disminuyeron debido a la demanda. Resulta impor-
tante observar que el precio del carbón tiene un comportamiento similar a los pre-
cios del petróleo.

Figura 1.
Variables de estudio normalizadas

-1

-2
00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
TMR Gas Coal
Brent WTI

Fuente: elaboración propia.

Por su parte, la Tabla 2 muestra el coeficiente de correlación de las variables de


interés. Inicialmente, puede observarse que la tasa representativa del mercado
(TRM) presenta una relación lineal negativa con los precios de las commodities,
pero es mayor con los precios del petróleo Brent y WTI. Oviedo-Gómez y Sierra
(2019) explicaron que un choque positivo de los términos de intercambio genera
una respuesta negativa del tipo de cambio real en Colombia, lo que indica que
hubo una apreciación del peso frente al dólar estadounidense, debido a la fuerte
entrada de divisas extranjeras.
Los efectos en el corto plazo de la transmisión del choque sobre los sectores manu-
factureros dependen de la exposición de cada sector a los mercados externos y
de la composición de sus insumos (importados o nacionales). Por otro lado, se
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 187

observa que los precios de materias primas se relacionan positivamente, especial-


mente, se identifica una relación positiva fuerte entre el carbón los precios del
petróleo, mayor a 0,7. Estos resultados se relacionan a los hallados por Zamani
(2016), que evidencia un alto nivel de integración entre los mercados de petróleo
y carbón, de igual manera, autores como Hartley et al. (2008) identificaron una
fuerte relación entre los mercados de gas y petróleo.

Tabla 2.
Coeficiente de correlación de series originales

TRM Gas Coal Brent WTI


TRM 1
Gas –0,310 1
Coal –0,25 0,01 1
Brent –0,561 0,09 0,79 1
WTI –0,58 0,29 0,78 0,98 1
Fuente: elaboración propia.

Pruebas
A partir de la metodología descrita, primero, se estima un modelo VAR generali-
zado y cointegrado con las variables de interés en niveles. Para ello, debe identifi-
carse el orden de integración de las variables y, enseguida, realizar las pruebas de
cointegración. De acuerdo con lo anterior, el vector de información está descrito
por el vector yt de dimensiones 5 × 1, y compuesto por variables endógenas, orga-
nizadas por su orden de exogeneidad:

Orden de integración de las series


En principio, para estimar un VAR generalizado con variables cointegradas, las
series utilizadas deben cumplir con la relación de cointegración, es decir, si las
series tienen movimientos conjuntos, se crean combinaciones lineales de ellas, lo
que da lugar a residuales estacionarios. Ello indica que el comportamiento de las
series presenta patrones de conducta relacionados que impiden su libre movimiento.
De esta manera, la dinámica de las series está enlazada en el largo plazo, donde
converge a un estado de equilibrio (Engle y Granger, 1987). Entonces, con el fin
de identificar el nivel de integración de las series, se realizan las pruebas de raíz
unitarias de Augmented Dickey-Fuller Test Static y Phillip-Perron Test Statistic,
cuya hipótesis nula plantea la existencia de raíz unitaria, lo que explica que las
variables son integradas de orden 1, por lo que no son estacionarias.
188 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

La Tabla 3 muestra los resultados de las pruebas de raíz unitaria sobre las series de
interés. Se infiere que las series presentan una raíz unitaria a cualquier nivel de sig-
nificancia, por lo que se prosigue a realizar la prueba con las primeras diferencias
de las series. Los resultados indican que todas las variables en su primera diferen-
cia se transforman en variables estacionarias, lo que permite concluir que las varia-
bles son integradas de orden I(1).

Tabla 3.
Pruebas de raíz unitaria
Prueba de Dickey-Fuller
Prueba estadística Phillip-Perron
aumentada estática
ADF en primera PP en primeras
ADF en niveles PP en niveles
Variables

diferencia diferencias
Estadís- Estadís- Estadís- Estadís-
Prob. Prob. Prob. Prob.
tico t tico t tico t tico t
Tendencia Sin tendencia ni Tendencia Sin tendencia ni
e intercepto intercepto e intercepto intercepto
TMR –0,6523 0,9740 –10,0217 0,0000 –0,4230 0,9862 –9,8429 0,0000
Gas –1,2300 0,1982 –16,0538 0,0000 –1,2400 0,1948 –8,8313 0,0000
Coal –2,5152 0,3206 –11,6603 0,0000 –2,4848 0,3355 –11,6244 0,0000
Brent –1,8744 0,6647 –10,0381 0,0000 –1,6984 0,7493 –9,8142 0,0000
WTI –1,7876 0,7069 –9,9239 0,0000 –2,0104 0,5923 –9,9983 0,0000
Fuente: elaboración propia.

Cointegración de las series


Dado su comportamiento, las variables utilizadas pueden tener relaciones de equi-
librio a largo plazo, ya que el sistema de ecuaciones presenta combinaciones linea-
les que generan vectores de cointegración, lo que ocasiona que la desviación del
equilibrio entre las variables afecte el corto plazo. En ese sentido, las combina-
ciones lineales de variables no estacionarias y cointegradas generan residuales
estacionarios (Engle y Granger, 1987; Johansen, 1991). Para resolver este pro-
blema Johansen (1988; 1991) desarrolló una prueba para determinar el número de
relaciones de cointegración. Por tanto, se define la hipótesis nula de la presencia
de relaciones de cointegración en discrepancia de k relaciones de cointegración.
Donde k representa el número de variables endógenas exteriorizando un modelo
VAR con variables de orden I(1), donde el modelo arroja residuales estacionarios.
Las primeras hipótesis indicadas se contrastan con el estadístico de la traza, des-
crito a partir de la siguiente ecuación:

p
λTraza ( r ) = - T ∑ LN ( 1 − λ )
i =r +1
i
(10)
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 189

La variable λi forma los valores calculados de las raíces características de T, que


representa la cantidad de observaciones. Una forma diferente para obtener la can-
tidad de cointegraciones es por medio del estadístico del máximo eigenvalor. Para
ello, se plantea una hipótesis nula de r relaciones de cointegración y una hipótesis
alternativa r = 1 de relaciones de cointegración:

p
λTraza ( r ,r +1) = - T ∑ LN ( 1 − λ )
i =r +1
i +1
(11)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La Tabla 4 muestra las relaciones de cointegración del modelo. De este modo, se
realiza la prueba de cointegración de las variables, que resumen los casos en que
es posible aplicar la prueba de cointegración de Johansen. Estos son sin intercepto
ni tendencia y con intercepto, ni tendencia. Además, la prueba ofrece el criterio de
la traza y el criterio del máximo valor propio. Los resultados arrojan, según el caso
y el criterio, entre 2 y 3 relaciones de cointegración, lo que permite inferir que las
variables están cointegradas, es decir, que las series comparten una tendencia esto-
cástica común. Es importante anotar que, la relación de cointegración más evi-
dente se presenta entre los precios del petróleo WTI y Brent, pero, aun así, siguen
existiendo más relaciones de cointegración en el modelo.

Tabla 4.
Prueba de cointegración

Datos tendencia Nada Nada Lineal Lineal Cuadrático


No
Intercepto Intercepto Intercepto Intercepto
intercepto
Tipo de prueba
No No No
Tendencia Tendencia
tendencia tendencia tendencia
Traza 3 3 3 3 3
Max-eig. 2 3 3 3 3
Fuente: elaboración propia.

En este sentido, dado que Sims et al. (1990) mencionaron que es posible utilizar un
modelo VAR con las variables en niveles, siempre que las series estén cointegradas,
se estima un modelo VAR generalizado y cointegrado2. En la Figura 2, se observan
las funciones impulso-respuesta (FIR) del modelo estimado, a dos desviaciones
estándar. Los resultados permiten evidenciar que los precios de las materias

2
Se usa una variable dummy para los altos momentos de volatilidad de las series en el 2008 y 2020.
El modelo cumple la no autocorrelación y no heteroscedasticidad a 20 rezagos.
190 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

primas seleccionadas responden de manera significativa y positiva ante un choque


positivo del precio de cualquier commodity, exceptuando la respuesta del gas
frente al carbón, dado que no se presenta significancia estadística.

Figura 2.
Funciones impulso-respuesta del modelo VAR cointegrado estimado

Fuente: elaboración propia.

Por otro lado, la tasa de cambio reacciona negativa y significativamente ante un


impulso del petróleo (WTI y Brent) y el gas. Esto quiere decir que un aumento del
petróleo y del gas, generan una devaluación del dólar frente al peso, lo que confir-
man los resultados mostrados por autores como Oviedo-Gómez y Candelo-Viáfara
(2020), Gómez-González et al. (2020), Candelo-Viáfara (2018) y Oviedo-Gómez
y Sierra (2019). Esto indica que países con producción minero-energética como
Colombia son afectados por medio del canal de los términos de intercambio.
Además, es posible observar la relación entre los países y la producción de materias
primas. El canal de los términos de intercambio indica que el incremento en los pre-
cios de las materias primas resulta en una apreciación de la tasa de cambio real en los
países que exportan dichas materias primas (Basher et al., 2016; Buetzer et al., 2016;
Chen y Chen, 2007; Lizardo y Mollick, 2010; Sadorsky, 2000; Yang et al., 2017).
En esta misma línea, se debe tener en cuenta que estos resultados también están
dados por el canal de riqueza y cartera (Golub, 1983), puesto que, cuando aumen-
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 191

tan o disminuyen los precios de las materias primas como el petróleo, los países
productores como Colombia sufren una transferencia de riqueza por parte de otros
países demandantes de este tipo de producto.
Por lo anterior, países exportadores de petróleo como Colombia, al generarse un
aumento de los precios de las materias primas, su moneda se revalúa debido a la
entrada de divisas, lo que genera una depreciación del dólar. De forma contra-
ria, una caída de los precios de estas materias primas genera una disminución de
la riqueza transferida, por lo que se revalúa el dólar americano y se deprecia la
moneda nacional; junto a ello, dadas las implicaciones de la tasa de cambio en los
agregados macroeconómicos, puede evidenciarse el grado de exposición de este
tipo de países a las fluctuaciones de los mercados de materias primas.
En la Tabla 5 se presenta la predicción de la descomposición de la varianza para
un horizonte de pronóstico de cinco meses. Cada entrada de la tabla representa la
contribución estimada a la variación del error de pronóstico del mercado corres-
pondiente (i) y las contribuciones de las innovaciones en el mercado relacionado
(j), como se describe en la ecuación (9). Los elementos en la diagonal principal
(i = j) indican los efectos indirectos del propio mercado, mientras que los elemen-
tos fuera de la diagonal (i ≠ j) representan los derrames direccionales de la volatili-
dad entre pares de mercados. Además, la columna etiquetada como “todos para i”
(ecuación 7) muestra los efectos indirectos de la volatilidad total recibidos por cada
mercado en el resto del sistema, mientras que la fila etiquetada como “i para todos”
(ecuación 8) explica los efectos colaterales de la volatilidad total transmitidos por
cada mercado hacia el resto del sistema. Por último, el índice de derrame de la vola-
tilidad total definido en la ecuación (5) se encuentra en la esquina inferior derecha
de la tabla y se expresa en puntos porcentuales.

Tabla 5.
Derrames de volatilidad entre los mercados de las commodities (petróleo, gas y
carbón) y la tasa de cambio colombiana3
WTI Brent Coal Gas TRM “i para todos”
WTI 12,8 13,40 3,20 0,20 70,33 87,154
Brent 11,46 14,16 3,349 0,140 70,87 85,832
Coal 10,72 11,61 31,69 0,30 45,66 68,30
Gas 17,97 13,68 0,37 17,93 50,038 82,06
TRM 1,81 1,925 0,023 0,049 96,188 3,811
“i para todos” 41,98 40,62 6,952 0,700 236,91 65,434
Fuente: elaboración propia.

3
El mercado que transmite el choque se muestra en las filas, mientras que el mercado que lo recibe
se muestra en las columnas.
192 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Por su parte, el mercado que recibe el choque se muestra en las columnas, mien-
tras que el mercado que lo trasmite se muestra en las filas. Por tanto, puede
observarse que las variaciones de los precios del petróleo pueden explicar en
70 % la volatilidad direccional de la tasa de cambio, mientras que las fluctuacio-
nes de los precios del gas pueden explicarla hasta en 50 % y los precios del car-
bón lo hacen en 45 %.
Por su parte, la Figura 3 describe los efectos secundarios entre los precios de las
materias primas energéticas sobre la TRM. La transmisión en red de la volatili-
dad está dada por la ecuación (9), lo que permite establecer que las columnas de la
figura representan los receptores del choque, mientras que las filas se denominan
transmisores4. Por tanto, se observa que los precios de las materias primas energé-
ticas son un transmisor de choques total a la TRM colombiana, lo que quiere decir
que un receptor de volatilidad de los mercados internacionales en Colombia son
las fluctuaciones de la divisa.

Figura 3.
Efectos secundarios entre los precios de las materias primas energéticas sobre la
TRM

Fuente: elaboración propia.

La Figura 4 muestra la interconexión del sistema (precios de las materias primas


energética y la tasa de cambio) basado en las predicciones de la descomposición
de varianza que se muestra en la Tabla 5. De esta manera, las flechas indican la
dirección del choque, el relieve y el tamaño de la línea muestra la magnitud del
derrame y sobre cada línea se indica la variación porcentual de las variables ante

4
Un número positivo significa que la variable i (en la fila) es un transmisor neto de descargas a la
variable j (en la columna) en este período, mientras que un número negativo significa que es un
receptor neto.
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 193

un choque de la otra. Como se ha mencionado anteriormente, en este sistema la


mayor receptora de choques es la tasa de cambio colombiana, lo que la hace una
casi una receptora neta de impactos. De igual manera, la volatilidad que trasmite
la tasa de cambio colombiana hacia el sistema no son grandes magnitudes, por
último, también se puede evidenciar que todo el sistema esta interconectado.

Figura 4.
Interconexión tasa de cambio colombiana y materias primas energéticas

Fuente: elaboración propia.

Los resultados permiten identificar la integración del tipo de cambio con los
mercados de commodities energéticas, por lo que el peso colombiano es receptor
de choques por fluctuaciones en los precios del petróleo, gas y carbón, lo que
permite corroborar la hipótesis de que los países exportadores de materias
primas presentan una devaluación del dólar estadounidense o una apreciación
de la moneda nacional, cuando los precios de estas materias primas varían. Los
resultados presentados aquí son consistentes con diferentes autores, ya que las
fluctuaciones en los precios de las materias primas energéticas impactan en el
mercado cambiario.
Asimismo, existen relaciones de cointegración entre el peso colombiano y los
precios de las materias primas energéticas. Estos resultados pueden explicarse
por el canal de los términos de intercambio (Oviedo-Gómez y Candelo-Viáfara,
2020; Oviedo-Gómez y Sierra, 2019). Además, el aumento de la volatilidad de
la moneda también es causado por el aumento de los niveles de incertidumbre,
al generar cambios bruscos en los precios de las materias primas, lo que influye
las decisiones de los inversionistas, quienes toman acciones que les permitan
reducir el riesgo de inversión. De acuerdo con lo anterior, se identifica que el
194 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

tipo de cambio de un país exportador de materias primas, como Colombia, está


fuertemente expuesto a los precios de las materias primas internacionales, lo que
permite que los productos transables con valor agregado se vean fuertemente
afectados (Bergstrand, 1985; Reinhart, 1995).
Esta interconexión del sistema se explica, inicialmente, por las fluctuaciones en
la demanda o la oferta de los mercados de materias primas energéticas, ya que un
aumento en la demanda de estas materias eleva los precios del petróleo, el carbón
y el gas. En consecuencia, se genera una transmisión de riqueza a Colombia, a par-
tir de la entrada de divisas que devalúa el dólar estadounidense. Por otro lado, las
fluctuaciones en los precios de estas commodities también pueden estar en función
de las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP),
ya que, por ejemplo, una reducción en la producción de petróleo conducirá al
aumento de su precio y fomentará el consumo de bienes sustitutivos como el car-
bón, lo que aumenta, a su vez, su demanda y su precio. Por tanto, las fluctuacio-
nes en la oferta y la demanda en el mercado petrolero también incentivan el uso de
otras commodities como el gas y el carbón, lo que repercute en la transmisión de
riqueza hacia países exportadores, como Colombia.

CONCLUSIONES
Esta investigación tuvo el objetivo de evaluar el efecto de desbordamiento de las
materias primas energéticas en el tipo de cambio de Colombia. Los resultados per-
miten inferir que los precios de las commodities están cointegrados y relacionados
con la dinámica de la TRM. En la misma línea, se observó que las commodities
reaccionan positiva y significativamente entre ellas, ante un impulso positivo, salvo
la respuesta del gas al carbón. Por otro lado, el tipo de cambio colombiano reac-
ciona negativa y significativamente ante un impulso del petróleo (WTI y Brent).
Igualmente, el gas generó una devaluación del dólar frente al peso, mostrando que
los países exportadores reciben impactos a través del canal de términos de inter-
cambio y el canal de riqueza. En esa medida, cuando aumentan los precios de
commodities como el petróleo, países productores como Colombia presentan una
transferencia de riqueza desde los países demandantes, lo que aumenta el ingreso
de dólares a la economía y genera, a su vez, una fluctuación en el tipo de cambio.
Por tanto, los resultados muestran la integración del tipo de cambio con los mer-
cados de materias primas energéticas. Los resultados permiten identificar al peso
colombiano como receptor de los choques provocados por las fluctuaciones en los
precios del petróleo, el gas y el carbón. Del mismo modo, muestra que los precios
del petróleo explican más del 70 % de la volatilidad direccional del tipo de cambio.
Los resultados permiten inferir, a partir del análisis de cointegración, que los pre-
cios de las commodities están cointegrados entre sí y están relacionados con la
dinámica de la TRM. En la misma línea, se observó que, ante un impulso posi-
tivo en los precios, las commodities reaccionan positiva y significativamente entre
ellas, a excepción de la respuesta del gas al carbón.
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio Juan Candelo y Andrés Oviedo 195

Por otro lado, el tipo de cambio colombiano reacciona de manera negativa y sig-
nificativa a un impulso del petróleo (WTI y Brent) y el gas, lo que genera una
devaluación del dólar estadounidense frente al peso, lo que indica que los países
exportadores reciben impactos a través del canal de términos de intercambio y el
canal de riqueza. En esta medida, cuando aumentan los precios de materias primas
como el petróleo, los países productores como Colombia presentan una transfe-
rencia de riqueza de los países demandantes, lo que aumenta los ingresos de dóla-
res a la economía y genera, a su vez, fluctuaciones en el tipo de cambio. Por tanto,
se infiere que los precios de las commodities energéticas son un transmisor de cho-
que total a la TMR colombiana, lo que significa que las monedas son receptoras de
volatilidad financiera en Colombia.
En cuanto a las posibles medidas de política económica que la economía colom-
biana puede tomar ante este fenómeno, debe tomarse en cuenta que el aumento o
disminución de los precios de estas commodities genera un efecto sobre la riqueza
nacional. Por tanto, cuando los precios aumentan, los ingresos obtenidos de la
venta de productos básicos en el exterior no pueden considerarse permanentes. En
esa medida, la distribución de recursos debe ser eficiente para repeler los momen-
tos de disminución de precios.
La novedad de este artículo es identificar la interrelación entre los mercados de
divisas y los mercados de commodities, debido a que, en el caso colombiano, la
variación en los precios de las materias primas tiene poder predictivo en el tipo de
cambio. Finalmente, los resultados de esta investigación presentados en la sección
tienen los límites definidos por la metodología y el marco teórico, así como por
los datos utilizados, a partir de los cuales es posible proponer nuevas ideas para los
procesos de investigación en el futuro.
Uno de los límites se refiere a que al utilizar datos mensuales puede perderse la
dinámica del mercado diaria y semanal, por otro lado, estos resultados no pueden
generalizarse para todos los países, ya que en el caso de Colombia las fluctuacio-
nes cambiarias ocurren debido a la alta dependencia de los productos energéti-
cos de la minería. Igualmente, otros elementos como el endeudamiento externo,
la crisis de contenedores, factores políticos, incluso el efecto de las calificadoras
sobre la economía pueden afectar la volatilidad de la tasa de cambio. Como posi-
ble nuevo tema de investigación, el uso de los precios del petróleo, el gas y el car-
bón puede usarse para pronosticar los valores del tipo de cambio.

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ARTÍCULO

DEFORESTACIÓN Y DESIGUALDAD DE LA
TIERRA: UN ANÁLISIS ECONOMÉTRICO EN EL
POSCONFLICTO COLOMBIANO (2015-2019)

Nicolás Esteban Lara Rodríguez

Lara Rodríguez, N. E. (2023). Deforestación y desigualdad de la tierra: un


análisis econométrico en el posconflicto colombiano (2015-2019). Cuadernos
de Economía, 42(89), 203-232.
Entre 1990 y 2020 fueron deforestadas 178 millones de hectáreas en el mundo. Sin
embargo, poco se ha estudiado los vínculos entre el acceso o la propiedad desigual
a la tierra y la deforestación. Este artículo contribuye a dicho estudio usando un
modelo econométrico basado en información socioeconómica y de imágenes sateli-
tales de la cobertura arbórea en Colombia tras el fin del conflicto entre el Gobierno
colombiano y las FARC-EP. Los resultados constatan que el crecimiento poblacio-
nal y la expansión de la ganadería tiene un impacto en la tasa de deforestación, aun-
que la intensidad del efecto depende del nivel de desigualdad de la propiedad rural.
Palabras clave: cambios en el uso del suelo; deforestación; ganadería; propiedad
rural; conflicto.
JEL: R14, R52, Q24, D74.

N. E. Lara Rodríguez
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: [email protected].
Sugerencia de citación: Lara Rodríguez, N. E. (2023). Deforestación y desigualdad de la tierra:
un análisis econométrico en el posconflicto colombiano (2015-2019). Cuadernos de Economía,
42(89), 203-232. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.94607
Este artículo fue recibido el 23 de marzo de 2021, ajustado el 23 de noviembre de 2021 y su
publicación aprobada el 20 de mayo de 2022.

203
204 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Lara Rodríguez, N. E. (2023). Deforestation, inequality and peace: A quan-


titative analysis in post-conflict Colombia (2015-2019). Cuadernos de Econo-
mía, 42(89), 203-232.
Between 1990 and 2020, 178 million hectares were deforested worldwide. The
causes of this phenomenon have been widely discussed; however, few studies have
considered the links between unequal access to land and deforestation. This arti-
cle attempts to contribute to this debate using an econometric model that associa-
tes socio-economic information with satellite images of tree cover in Colombia
following the end of the conflict between the Colombian government and the
FARC-EP. The results show that population growth and livestock expansion have
an impact on the rate of deforestation, although the intensity of the effect depends
on the level of inequality of rural property.
Keywords: Land use change; deforestation; land use regulation; land ownership;
conflict.
JEL: R14, R52, Q24, D74.
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 205

INTRODUCCIÓN
Cerca del 40 % de los bosques tropicales del mundo están ubicados en países que
han sufrido guerras civiles o disputas asociadas a la distribución desigual de recur-
sos naturales, incluida la tierra (Centro para la Investigación Forestal Internacio-
nal [CIFOR, por sus siglas en inglés], 2018; UN-Habitat, 2012).
Los conflictos armados suelen cambiar la estructura de la propiedad, al propiciar
el acaparamiento de tierras y el desplazamiento forzado de comunidades rurales
(Fergusson et al., 2014; Sánchez-Cuervo y Aide, 2013a, 2013b). En paralelo, las
guerras pueden impedir la destrucción de los bosques, ya que estos suelen ser usa-
dos como refugio de grupos armados.
Sin embargo, en otros contextos, los recursos forestales suelen ser explotados para
financiar las actividades bélicas (Prem et al., 2020). Estos hechos sugieren que,
en entornos donde hay conflictos armados, el uso de los bosques y, en general, de
la naturaleza no siguen un patrón determinado y varían enormemente según las
características específicas de los territorios (Meyfroidt y Lambin, 2011).
A pesar de que en años recientes ha emergido una literatura muy variada sobre
las causas de la deforestación en el mundo, aún hay poca evidencia empírica del
mecanismo a través del cual la desigualdad de la propiedad rural afecta la cober-
tura arbórea, particularmente en zonas que han padecido conflictos armados.
El presente trabajo se propone contribuir a la búsqueda de dicho mecanismo
usando información geoespacial, así como indicadores socioeconómicos de 1080
municipios de Colombia. Sobre esta base, estudia el efecto de la distribución de la
propiedad rural en la deforestación, después del cese al fuego unilateral decretado
por las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército
del Pueblo (FARC-EP) en diciembre de 2014. La estrategia metodológica emplea
un modelo de datos de panel de efectos fijos con un término de interacción.
Aunque, sobre el papel, el “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la
construcción de una paz estable y duradera” (en adelante, acuerdo de paz) busca
poner fin a la desigualdad de la propiedad rural mediante una reforma rural inte-
gral, en la práctica, esta no ha sido implementada. Además, luego de la firma del
acuerdo de paz, más de 1000 líderes sociales han sido asesinados y varios grupos
han retomado las armas (Indepaz, 2018, 2020).
Más aún, la retirada de las FARC-EP ha incentivado la especulación de tierras y ha
acelerado la deforestación (Prem et al., 2020). De 2015 a 2019, fueron deforestadas
cerca de un millón de hectáreas en todo el país, siendo 2017 el año de mayor afec-
tación, con 220 000 hectáreas de bosques perdidos (Instituto de Hidrología, Meteo-
rología y Estudios Ambientales [IDEAM], 2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020).
El primer resultado de este trabajo es que, en el periodo de estudio, en munici-
pios con alta concentración de la tierra el crecimiento poblacional está asociado
a mayores niveles de deforestación. Este resultado concuerda con los trabajos de
varios autores, que sugieren que, en entornos donde la accesibilidad a la tierra es
206 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

baja, la migración de población rural entre municipios puede explicar la defores-


tación (Sant’Anna, 2012, 2017; Tole, 2004).
Si esto es así, la migración interna intermunicipal debería tener un papel impor-
tante en la deforestación. Aunque aislar los efectos de la violencia y el desplaza-
miento en la migración interna es metodológicamente difícil, este artículo ofrece
indicios sobre el mecanismo mediante el cual la migración y la deforestación pue-
den estar asociadas.
El segundo resultado es la expansión de la ganadería que causa mayor defores-
tación en aquellas regiones donde la desigualdad de la tierra es menor. Aunque
parece contraintuitivo, las razones podrían estar asociadas a que los municipios
con menor desigualdad tienden a estar en regiones donde existe una permanente
presión por expandir la frontera agraria. Por lo tanto, aunque con menor desigual-
dad, estos municipios tienen un número creciente de cabezas de ganado.
En particular, se encuentra que la expansión de fincas ganaderas que cuentan con
un hato de menos de 100 cabezas de ganado y la deforestación asociada es mayor
en los municipios con menor desigualdad. En cambio, el aumento de fincas con
hatos de más de 100 cabezas de ganado y la deforestación asociada parece ser
mayor en municipios con alta concentración de la propiedad. Un resultado adicio-
nal de las estimaciones propuestas indica que, cuando los hatos ganaderos supe-
ran las 500 cabezas de ganado, la presión sobre la deforestación es tal que ya no
depende del nivel de desigualdad.
Estos resultados están en sintonía con varios estudios que han indicado que en
Colombia la desigualdad en la propiedad rural tiene implicaciones profundas en
el medioambiente (Armenteras et al., 2019). Además, coinciden con los trabajos
de autores que han señalado la existencia de un capitalismo rentístico en el campo
colombiano (Richani, 2012).
Precisamente, este tipo de economía rentística, expresada en una acumulación des-
igual de tierras, dificulta el acceso a ellas por parte de campesinos. Por eso, la reti-
rada de las FARC-EP, en 2015, dejó un vacío de poder que ha sido aprovechado
por diversos actores para deforestar, apropiarse de la tierra e introducir ganado
(Prem et al., 2020).
Este artículo contribuye de dos formas a la extensa literatura sobre los impactos
de las actividades humanas en la naturaleza. Primero, ayuda a trazar la relación
que existe entre la desigualdad de la tierra y la deforestación en un país que ha
sufrido un extenso conflicto. Segundo, logra ejemplificar cómo las diferentes for-
mas de ejercer control territorial influencian el tipo de relación que tiene el hom-
bre con la naturaleza. En este caso, la reconfiguración de actores tras la retirada de
las FARC-EP, así como la ausencia de una reforma rural, han incentivado el forta-
lecimiento de una economía agraria rentista que se manifiesta en la reducción de
las áreas boscosas.
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 207

Finalmente, aporta a la literatura que examina las divergencias en el cuidado y pro-


tección del medioambiente como resultado de la capacidad histórica que tienen los
Estados para lidiar con las desigualdades. En ese sentido, este trabajo sugiere que
la deforestación en Colombia es otra de las caras de un problema histórico aún no
resuelto: la desigualdad de la propiedad de la tierra.

METODOLOGÍA
En el trabajo se emplea un modelo de datos de panel con efectos fijos. Al usar
esta metodología, se busca minimizar sesgos causados por la omisión de varia-
bles relevantes.
El principal problema metodológico para estimar el impacto de la desigualdad de
la propiedad rural en la deforestación radica en el hecho de que no existe una serie
temporal del coeficiente de Gini a nivel municipal. La medición más reciente dis-
ponible fue realizada por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA)
en 2016. Por lo tanto, es vital identificar una forma funcional que se acople a la
información disponible.
Para ello, el modelo considera la interacción de la desigualdad, medida por el coefi-
ciente de Gini, con las siguientes variables: el crecimiento y densidad demográfica;
el desarrollo económico; el desplazamiento forzado; el tamaño de los hatos gana-
deros; y el valor de los créditos agropecuarios a pequeños y medianos productores.
En otras palabras, se estima un modelo de datos de panel en el que el coeficiente
de Gini interactúa con otras variables independientes, siguiendo la estrategia usada
por Koop y Tole (2001). La ecuación (1) muestra el modelo principal estimado:

n n
y it =∝i + ´ dt + ∑² j x jit + ∑³ jG i x jit + u it (1)
j=1 j=1

Donde yit es la transformación logarítmica de la tasa de deforestación en el muni-


cipio i en el año t; ∝i captura los efectos fijos de cada municipio i que no varían en
el tiempo; δdt recoge los efectos causados por las características que sí varían en el
tiempo t y que son comunes a los municipios ubicados en el mismo departamento
d; y xjit es el vector j de variables explicativas por municipio i en el año t.
En este caso, j hace referencia a las variables ya mencionadas: la tasa anual de
crecimiento de la población; la transformación logarítmica de la densidad de la
población por municipio; el nivel de desarrollo económico medido por la trans-
formación logarítmica del nivel de ingresos tributarios; la tasa de desplazamiento
forzado por cada 10 000 habitantes; la transformación logarítmica del número de
cabezas de ganado; y la transformación logarítmica del valor de créditos agrope-
cuarios a pequeños y medianos productores a precios constantes de 2015.
208 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Para facilitar la interpretación de los resultados, Gi es el coeficiente de Gini para


cada municipio i menos el promedio del coeficiente de Gini para los 1080 muni-
cipios, de manera que un municipio con un nivel medio de desigualdad tendrá un
Gi= 0. Nótese que esta variable no cambia en el tiempo, debido a que no existe una
serie temporal sobre ella. Por su parte, βj y γj son los coeficientes por estimar en la
regresión. Finalmente, uit hace referencia a los errores.
Así las cosas, la forma del modelo asume que el efecto marginal de cada variable
explicativa j sobre la tasa de deforestación está dado por la ecuación (2):

( )
∆y it = β j + γ j G i ∆x ijt (2)

En otras palabras, se asume que la tasa de deforestación yit depende de la con-


centración de la propiedad rural Gi. Si βj ≠ 0, es posible interpretar que existe una
relación entre la variable j y la deforestación. Así, si βj ≠ 0 y γj ≠ 0, el efecto de la
variable j será atenuado o exacerbado por el nivel de concentración de la propie-
dad rural Gi. Por lo tanto, la relación entre la desigualdad y la deforestación esta-
ría mediada por la significancia y signo de γj.

LOS DATOS
La Tabla 1 resume las variables y las fuentes de información usadas para la esti-
mación de la ecuación (1).

Tabla 1.
Resumen de los datos
Variable Descripción Fuente
Transformación logarítmica del
dependiente:

porcentaje de bosque del año


Variable

Tasa de
2000 que fue deforestado en un Hansen et al. (2013)
yit

deforestación
determinado año (i. e., 2015,
2016, 2017, 2018, 2019)
Departamento Adminis-
Crecimiento Tasa anual de crecimiento pobla-
trativo Nacional de Esta-
Variables independientes:

demográfico cional de cada municipio


dística (DANE, 2020)
Transformación logarítmica de Departamento Adminis-
Densidad
la densidad poblacional de cada trativo Nacional de Esta-
poblacional
xijt

municipio dística (DANE, 2020)


Transformación logarítmica del
Ingreso Departamento Nacional
ingreso tributario de cada muni-
tributario de Planeación (DNP,
cipio expresado en millones de
municipal 2020)
pesos nominales
(Continúa)
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 209

Tabla 1.
Resumen de los datos
Variable Descripción Fuente
Unidad Administrativa
Desplaza- Especial para la Aten-
Número de personas desplazadas
miento ción y Reparación Inte-
Variables independientes:

por cada 10 000 habitantes


forzado gral a las Víctimas
(UARIV, 2020)
Transformación logarítmica del Instituto Colombiano
xi

Ganadería número cabezas de ganado en Agropecuario (ICA,


cada municipio 2020)
Transformación logarítmica del
Créditos valor del crédito para pequeños
UPRA (2021)
agropecuarios y medianos productores a precios
constantes de 2015
de interacción

Coeficiente de Gini de tierras de


Término

Desigualdad cada municipio menos el prome-


(Gj)

UPRA (2016)
de la propiedad dio de todos los coeficientes de
Gini municipales

Fuente: elaboración propia.

La Tabla 2 presenta un resumen estadístico de todas las variables usadas en la esti-


mación. Es importante notar que para 42 municipios no existe información pre-
dial, por lo que no cuentan con una medición del coeficiente de Gini. Esa es la
razón por la cual se realizó la estimación para 1080 municipios, aun cuando exis-
ten más municipios en Colombia.
La tasa de deforestación para cada municipio en cada año fue calculada usando
las imágenes suministradas por Global Forest Change (Hansen et al., 2013). Este
es un portal que publica periódicamente el análisis de series de tiempo de imáge-
nes LANDSAT que describen la extensión y cambio de la cobertura arbórea en el
mundo desde el año 2000 hasta el presente.

Tabla 2.
Resumen estadístico de las variables del modelo

Variable Observaciones Media DE Mín. Máx.


Deforestación 5390 0,36 0,56 0 8,08
Crecimiento poblacional 5390 0,93 1,76 −9,69 8,40
Log de densidad poblacional 5390 3,83 1,29 −1,35 9,72
Log de cabezas de ganado 5390 9,18 1,32 0 13,65
Log de ingresos tributarios 5390 7,76 1,45 0 14,34
(Continúa)
210 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Tabla 2.
Resumen estadístico de las variables del modelo

Variable Observaciones Media DE Mín. Máx.


Desplazamiento forzado 5390 53,52 236,67 0 10182
Log de créditos 5390 7,02 2,37 0 11,59
Gini municipal menos el
1080 0,00 0,09 −0,33 0,26
promedio del Gini
Nota. Esta tabla presenta el resumen de estadísticas para cada una de las variables usadas
en la estimación. Cada observación corresponde a un municipio en un año determinado,
excepto para el coeficiente de Gini, del cual solo existe una observación por municipio.
Fuente: elaboración propia.

La resolución espacial usada en estas imágenes es de 1 arc-segundo por pixel, lo


que equivale a cerca de 30 metros por pixel en la línea del Ecuador. La vegetación
captada por estas imágenes es aquella que mide más de 5 metros de altura en el
momento de la captura (Hansen et al., 2013). En ese sentido, la tasa de deforesta-
ción por municipio se estimó siguiendo la ecuación (3):

Área deforestada it
y it = *100 (3)
Área de bosque i2000

Donde i es el municipio en el año t (t = 2015, 2016, 2017, 2018, 2019).


Como se evidencia, esta tasa está ponderada de acuerdo con la extensión de vege-
tación en cada municipio en el año 2000. Para ello, se usaron las capas de informa-
ción georreferenciada publicadas por el Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE, 2020). Asimismo, las imágenes satelitales proveen el porcen-
taje de cobertura del dosel arbóreo en cada pixel, lo cual brinda información sobre
la densidad y tipo de vegetación.
Para la estimación inicial, se consideró la vegetación con una cobertura del dosel
superior al 25 % por pixel, con el fin de excluir posibles coberturas vegetales de
usos agrícolas. Sin embargo, para los chequeos de robustez, la tasa de deforesta-
ción fue recalculada tomando tanto la cobertura vegetal con un dosel superior al
50 % como la cobertura vegetal con un dosel superior o igual al 1 %.

RESULTADOS
A continuación, se presentan los resultados de la estimación del modelo de datos
de panel. Como en todo modelo econométrico, los resultados están basados en el
supuesto de que la causalidad va de las variables explicativas (características socioe-
conómicas y concentración de la tierra) a la variable dependiente (deforestación).
Los resultados de la estimación se muestran en la Tabla 3. En la columna 1, están los
resultados de estimar los coeficientes y tal como se detalla en la ecuación (1). En la
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 211

columna 2, se presentan los resultados de la estimación de la ecuación (1), aunque


con unos efectos fijos temporales iguales para todo el país, sin discriminarlos por
departamentos. En todo caso, a pesar de ciertas diferencias, ambos resultados son
similares en magnitud y significancia.

Tabla 3.
Resultados de la estimación
Variable (1) (2)
−0,00 −0,00
Desplazamiento forzado
(0,00) (0,00)
−0,00 −0,00*
Desplazamiento forzado*Gini
(0,00) (0,00)
−0,26 −0,02
Log de ingresos tributarios
(0,28) (0,02)
−0,28 −0,18
Log de ingresos tributarios*Gini
(0,27) (0,23)
0,03* 0,00
Crecimiento poblacional
(0,02) (0,00)
0,32** 0,21*
Crecimiento poblacional*Gini
(0,16) (0,15)
−2,47** −3,2***
Densidad poblacional
(1,01) (0,74)
1,91 0,55
Densidad poblacional*Gini
(5,43) (4,59)
0,19** 0,12*
Log de ganado
(0,09) (0,08)
−1,59** −1,28**
Log de ganado*Gini
(0,74) (0,63)
−0,00* −0,00
Log de créditos
(0,00) (0,00)
−0,04 −0,06
Log de créditos*Gini
(0,06) (0,06)
Observaciones 5390 5390
R2 (within) 0,39 0,33
Efectos fijos por municipio Sí Sí
Efectos fijos temporales No Sí
Efectos fijos temporales por departamento Sí No
*p < 0,20; **p < 0,10; ***p < 0,01.
Nota. Esta tabla presenta los resultados de la estimación de la ecuación (1). La variable
dependiente es el área deforestada con respecto a la extensión boscosa en el año 2000 de un
determinado municipio. En paréntesis, el error estándar robusto por clústeres.
Fuente: elaboración propia.
212 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

El crecimiento y la densidad poblacional


El primer resultado significativo de la estimación muestra que la deforestación está
asociada a cambios en la tasa de crecimiento poblacional, aunque en función del
coeficiente de Gini.
En ese sentido, en municipios con concentración extrema de la propiedad (Gi > 0),
la presión hacia la deforestación ejercida por un crecimiento poblacional acele-
rado es mucho mayor. En cambio, en aquellos municipios con una distribución
más equitativa (Gi > 0), el efecto marginal del crecimiento poblacional en la defo-
restación es negativo. En otras palabras, en municipios con una distribución más
igualitaria de la propiedad, mayor crecimiento poblacional puede estar asociado a
menor deforestación.
La Figura 1 ilustra lo anterior. Se evidencia que, para ambas estimaciones, a
medida que aumenta la desigualdad aumenta el efecto que tiene el crecimiento
poblacional sobre la deforestación.

Figura 1.
Efecto marginal del crecimiento poblacional sobre la deforestación

15

10

5
%Deforestación

0
-0.4 -0.3 -0.2 -0.1 0 0.1 0.2 0.3
-5

-10
Gi

Columna 1
Columna 2

Nota. Esta gráfica presenta el efecto marginal del crecimiento poblacional sobre la defores-
tación en función de Gi, es decir, el coeficiente de Gini para cada municipio menos el pro-
medio del coeficiente de Gini para todos los municipios. Además, dado que la regresión se
hizo sobre la transformación logarítmica de la tasa de deforestación, el eje x de la gráfica
muestra el cambio porcentual de esta tasa frente a cambios en Gi.
Fuente: elaboración propia.

No obstante, los resultados sobre la densidad poblacional muestran que su efecto


en la deforestación no está mediado por el coeficiente de Gini. La estimación
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 213

indica que la densidad poblacional de cada municipio está asociada negativamente


a la deforestación. Este último resultado no es sorprendente: en Colombia, la defo-
restación suele ocurrir en municipios extensos con poca población.

La ganadería
Otro resultado significativo de la estimación muestra que la tasa de deforestación está
asociada al número de cabezas de ganado en el municipio y que el efecto de la gana-
dería opera en función del coeficiente de Gini por municipio (Figura 2). En ese sen-
tido, en los municipios con niveles promedio de desigualdad el ganado está asociado
a mayor deforestación (el efecto marginal, β1 + γ1Gi, se reduce a β1, dado que Gi > 0).
Los coeficientes de la estimación también indican que, en los municipios con nive-
les de desigualdad por encima del promedio (Gi > 0), el efecto marginal de la gana-
dería se vuelve significativamente negativo. En contraste, en los municipios con
distribución de la propiedad más igualitaria (Gi < 0), el efecto marginal se vuelve
positivo. En otras palabras, esto quiere decir que, en municipios con menor des-
igualdad, más ganadería estaría asociada a más deforestación.

Figura 2.
Efecto marginal de la ganadería sobre la deforestación

0.8

0.6
%Deforestación

0.4

0.2

0
-0.4 -0.3 -0.2 -0.1 0 0.1 0.2 0.3
-0.2

-0.4
Gi

Nota. Esta gráfica presenta el efecto marginal de la presión ganadera sobre la deforestación
en función de Gi, es decir, del coeficiente de Gini para cada municipio i menos el promedio
del coeficiente de Gini para todos los municipios. Además, dado que la regresión se hizo
sobre la transformación logarítmica de la tasa de deforestación, el eje x de la gráfica mues-
tra el cambio porcentual de esta tasa frente a cambios en Gi.
Fuente: elaboración propia.

Otros resultados
No se encontró que el desarrollo económico, la desigualdad de la propiedad de
la tierra y la deforestación estén asociadas. Posiblemente, el ingreso tributario
por municipio no es un indicador robusto del desarrollo económico para el caso
214 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

colombiano. El desplazamiento forzado tampoco resulto ser significativo. Este


resultado no implica que no exista una asociación entre desplazamiento forzado y
deforestación, pues otros estudios han descrito esta relación para los primeros años
del siglo XXI (Fergusson et al., 2014; Sánchez-Cuervo y Aide, 2013a y 2013b).
Por el contrario, los resultados ilustran el grado de dificultad que implica entender
ciertos cambios en la naturaleza cuando se estudian de manera paralela a fenóme-
nos de violencia y control territorial. También es posible que lo descrito por estos
autores cambiase después de la firma del acuerdo de paz, debido a la reconfigura-
ción de los actores armados presentes en los territorios.
De forma similar, el valor del crédito para pequeños y medianos productores
agrícolas resultó no ser significativo y los resultados de las columnas 1 y 2 no
son concordantes.
Si bien para otros países estudios similares han encontrado una relación entre el
nivel de créditos y la deforestación, en Colombia es un tema que aún está por
explorar. Recientemente, Mejía et al. (2021) encontraron que, si bien los créditos
agropecuarios pueden incentivar el crecimiento de los hatos ganaderos, no nece-
sariamente tienen un efecto sobre la deforestación. Según estos autores, la defo-
restación en Colombia puede estar asociada más a dinámicas de control territorial
y de violencia.

CHEQUEOS DE ROBUSTEZ
Para evaluar la validez y concordancia de estos resultados, fueron realizadas esti-
maciones complementarias de la ecuación (1). En primer lugar, se muestra la rela-
ción con la deforestación de cada una de las variables explicativas del modelo. Con
ello se busca que los resultados significativos del modelo no dependen de la pre-
sencia de las otras variables. Asimismo, se presenta la regresión del modelo sin el
término de interacción Gi.
La Tabla 4 muestra que las variables previamente analizadas son significativas,
menos crecimiento poblacional. En ese sentido, la velocidad con la que crece
la población parece no influir en los niveles de deforestación, y su significancia
depende de la inclusión de la interacción Gi. Por esta razón, los resultados obteni-
dos deben interpretarse con precaución.
Por otro lado, estos resultados confirman que la deforestación en Colombia está
concentrada en zonas de baja densidad poblacional. Además, como ha sido men-
cionado por el IDEAM (2016, 2017), la ganadería está relacionada positivamente
con la tasa de deforestación.
Si los resultados de la estimación inicial son ciertos, estos no deberían depender de
la forma como se miden las variables independientes. Por eso, la Tabla 5 resume
las variables alternativas usadas en los ejercicios de validación de su robustez.
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 215

Tabla 4.
Regresiones para validar robustez

Variable (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)


Desplazamiento −0,00 0,00
forzado (0,00) (0,00)
Log de ingresos −0,02 −0,01
tributarios (0,02) (0,02)
Crecimiento 0,00 0,02
poblacional (0,02) (0,02)
Log de densidad −2,49*** −2,37**
poblacional (0,94) (0,99)
0,24*** 0,20**
Ganadería
(0,08) (0,08)
Log de −0,00** −0,00
crédito (0,00) (0,00)
Observaciones 5390 5390 5390 5390 5390 5390 5390
R2 0,39 0,39 0,39 0,39 0,39 0,39 0,39
*p < 0,20; **p < 0,10; ***p < 0,01.
Nota. Esta tabla presenta los resultados de la estimación de la ecuación (1). La variable
dependiente es el área deforestada con respecto a la extensión boscosa en el año 2000 de un
determinado municipio. En paréntesis, el error estándar robusto por clústeres.
Fuente: elaboración propia.

Tabla 5.
Variables alternativas usadas para validar robustez
Variable alternativa Fuente
• Transformación logarítmica del por-
centaje de bosque del año 2000 con
cierre de dosel mayor que el 0 %
Variable dependiente

que fue deforestado en un determi-


nado año (i. e., 2015, 2016, 2017,
2018, 2019)
Deforestación Hansen et al. (2013)
• Transformación logarítmica del por-
centaje de bosque del año 2000 con
cierre de dosel mayor que el 50 %
que fue deforestado en un determi-
nado año (i. e., 2015, 2016, 2017,
2018, 2019)
independiente

Departamento Admi-
Variable

Presión • Tasa anual de crecimiento de la po- nistrativo Nacional de


demográfica blación rural Estadística
(DANE, 2020)

(Continúa)
216 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Tabla 5.
Variables alternativas usadas para validar robustez
Variable alternativa Fuente
independiente

Departamento Admi-
Variable

Presión • Transformación logarítmica de la nistrativo Nacional de


demográfica densidad de la población rural Estadística
(DANE, 2020)

• Transformación logarítmica del


número fincas ganaderas por muni-
cipio
• Transformación logarítmica del
número de fincas ganaderas con
un hato de entre 0 y 50 cabezas de
Variable independiente

ganado
• Transformación logarítmica del
número de fincas ganaderas con un Instituto Colombiano
Ganadería hato de entre 51 y 100 cabezas de Agropecuario
ganado (ICA, 2020)
• Transformación logarítmica del
número de fincas ganaderas con un
hato de entre 101 y 500 cabezas de
ganado
• Transformación logarítmica del
número de fincas ganaderas con
un hato de más de 501 cabezas de
ganado
Fuente: elaboración propia.

Los resultados de estas estimaciones se muestran en la Tabla 6. En general, con-


cuerdan con los resultados de la estimación inicial. Sin embargo, hay variaciones
interesantes que brindan información sobre la relación entre deforestación y des-
igualdad de la propiedad rural.
En las columnas 1 y 2 de la Tabla 6, se presentan los resultados de la estimación
usando dos mediciones alternativas de deforestación. Con ello se busca validar que
los resultados anteriores no dependen ni de la definición de deforestación ofrecida
en la ecuación (3) ni de la cobertura del dosel. La columna 1 presenta los resultados
de la estimación usando la tasa de deforestación de toda la vegetación con una altura
mayor que 5 metros sin importar el dosel. La columna 2 usa la tasa de deforestación
para aquella vegetación con cierre de dosel mayor o igual al 50 %.
Ambos resultados sugieren que la deforestación está asociada a la velocidad con
la que crece la población, a su densidad y al número de cabezas de ganado. Ade-
más, tanto el efecto del crecimiento poblacional como del número de cabezas de
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 217

ganado varían en función de la desigualdad de la propiedad de la tierra de forma


similar a lo descrito en la sección anterior.
La columna 3 de la Tabla 6 muestra los resultados de estimar el modelo con la tasa
de crecimiento y la densidad de la población rural. Teóricamente, cambios en el
tamaño y crecimiento de la población rural deberían impactar la cobertura arbó-
rea. Los resultados de esta estimación sugieren que, efectivamente, un mayor creci-
miento de la población rural está asociado a una mayor deforestación, sin importar
el nivel de desigualdad.
Sin embargo, y a diferencia de la estimación inicial, los resultados de la columna
3 de la Tabla 6 indican que el efecto de la densidad de la población rural varía en
función de la desigualdad. En ese sentido, en municipios con un nivel de desigual-
dad mayor o igual al promedio (Gi ≥0), una mayor densidad de la población rural
estaría asociada a una menor deforestación. Y, en municipios con distribuciones
más igualitarias (Gi > 0), una mayor densidad de la población rural estaría asociada
a mayores tasas de deforestación.
En otras palabras, en municipios con una distribución más igualitaria, una mayor
densidad de población rural puede estar asociada a una mayor deforestación. En
todo caso, estos resultados deben ser tomados con cautela, pues pueden estar afec-
tados por la omisión censal presente en zonas rurales. Según el DANE, la omisión
censal en zonas rurales fue del 6,4 % en 2018, lo que puede explicar que los che-
queos realizados presenten ciertos conflictos.
En las columnas 4 a 8 de la Tabla 6, se presentan los resultados de estimar la ecua-
ción (1) incluyendo medidas alternativas para ganadería. Así, se analizó la trans-
formación logarítmica del número total de fincas ganaderas censadas por el ICA
en cada año (columna 4). De esta estimación, se obtienen resultados similares a
los ya descritos: aunque con niveles promedio de desigualdad, el número de fincas
ganaderas no estaría asociado a una mayor deforestación (el efecto marginal, β1+
γ1Gi , se reduce a 0, dado que β1 no es significativo y que Gi = 0).
Los resultados de las columnas 5 y 6 toman el número de fincas que tienen de 1 a
50 cabezas de ganado y el de las que tienen de 51 a 100 cabezas de ganado, res-
pectivamente. En ambas estimaciones, los resultados son similares a los expuestos
anteriormente: el número de fincas ganaderas está asociado a la tasa de deforesta-
ción y depende del nivel de desigualdad. Así, de forma concordante, en municipios
con una concentración por debajo del promedio Gi = 0, el número de fincas estaría
asociado a más deforestación.
Los resultados de la columna 7 presentan discrepancias con los resultados descri-
tos anteriormente. Cuando se estima el modelo usando el número de fincas que
tienen un hato ganadero de 101 a 500 cabezas de ganado, la relación descrita se
altera. Así, en municipios con alta concentración de la tierra, el aumento de fincas
con un hato de entre 101 a 500 cabezas de ganado está asociado a más deforesta-
218 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ción. Aunque parece contradecir los resultados anteriores, los números obtenidos
en la columna 7 tienen implicaciones profundas, pues permiten entender la inci-
dencia del tamaño del hato ganadero en la deforestación.
En ese mismo sentido pueden interpretarse los resultados de la columna 8. En esta
estimación, el efecto que causa el número de fincas que tienen hatos de más de
500 cabezas de ganado no depende de la desigualdad. Así, más fincas con hatos de
este tamaño está asociado a más deforestación en un determinado municipio, sin
importar el nivel de desigualdad.
En general, las discrepancias entre los resultados presentados en las columnas 4 a
8 evidencian la dificultad de estudiar y comparar las causas de la deforestación en
un país con dinámicas territoriales diversas. Sin embargo, estas estimaciones con-
cuerdan con la interpretación según la cual la intensidad de la explotación gana-
dera tiene efectos sobre la deforestación en función de la desigualdad.
En municipios con una desigualdad por debajo del promedio, la deforestación
podría estar relacionada con el aumento de fincas con hatos pequeños (de 0 a 100
cabezas de ganado). En cambio, en municipios con una concentración de la pro-
piedad por encima del promedio, la deforestación se relacionaría con el aumento
de fincas con hatos de tamaño mediano (de 101 a 500 cabezas de ganado). Final-
mente, fincas con grandes hatos (más de 500 cabezas de ganado) parecen estar
asociados a más deforestación, sin importar la magnitud de la deforestación.
También se efectuó una serie de chequeos de robustez que exploran el argumento
según el cual la migración interna entre regiones podría explicar las tasas de defo-
restación (Fajardo, 2014; Sant’Anna, 2012, 2017). Es posible que, en concentracio-
nes extremas de la propiedad, el crecimiento poblacional lleve a que la población
migre, en busca de tierra disponible donde asentarse, a municipios donde exista
más disponibilidad de tierras (Sant’Anna, 2017; Tole, 2004).
Si esto fuese cierto, el coeficiente de Gini en el municipio j (de origen) debería
afectar la deforestación en el municipio i (de destino). En ese sentido, siguiendo
a Sant’Anna (2017), la ecuación (1) podría ser estimada usando el promedio del
coeficiente de Gini de donde provienen los migrantes que habitan un municipio i.
La ecuación (4) es un promedio no ponderado del coeficiente de Gini del munici-
pio de origen de los migrantes en un determinado municipio. Para construir este
índice, se usó la información del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018,
y se definió como migrante a todas aquellas personas que residen en el municipio
i no hace menos de 5 años antes del censo.

1 n
Gini 1i = ∑Gini j
n i =1
(4)
Tabla 6.
Resultados de los chequeos de robustez
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)
Presión Fincas ganaderas de acuerdo con el número
Vegetación con cierre de dosel
Variable demográfica de cabezas de ganado
Mayor que el Mayor que el Población Total 501 o
1-50 51-100 101-500
0% 50 % rural de fincas más
−0,00 −0,00 −0,00 −0,00 −0,00 0,00 0,00 0,00
Desplazamiento forzado
(0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00)
Deforestación y desigualdad de la tierra

Desplazamiento −0,00 −0,00 −0,00 −0,00 −0,00 0,00 −0,00 −0,00


forzado*Gini (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00)
0,02 −0,02 −0,02 −0,02 −0,02 −0,02 −0,02 −0,02
Log de ingresos tributarios
(0,02) (0,02) (0,02) (0,02) (0,02) (0,03) (0,03) (0,03)
Log de ingresos −0,26 −0,27 −0,17 −0,35 −0,28 −0,32 −0,49 −0,45
tributarios*Gini (0,26) (0,28) (0,27) (0,28) (0,28) (0,31) (0,39) (0,39)
0,02 0,02 0,01* 0,03* 0,03* 0,01 0,02 0,06**
Crecimiento poblacional
(0,02) (0,02) (0,01) (0,02) (0,02) (0,02) (0,02) (0,03)
Crecimiento 0,26** 0,29** −0,02 0,30** 0,30** 0,25* 0,29* 0,42**
poblacional*Gini (0,15) (0,15) (0,06) (0,16) (0,16) (0,16) (0,15) (0,18)
Log de densidad −2,92*** −2,50** −1,98*** −2,55** −2,52** −2,56** −3,29*** −1,81**
poblacional (1,00) (1,01) (0,61) (1,00) (1,00) (1,03) (0,72) (0,97)
Log de densidad −0,84 1,85 −5,64* −0,72 −0,29 −0,66 −5,81 0,15
poblacional*Gini (5,59) (5,4) (4,01) (5,27) (5,22) (5,22) (4,77) (6,33)
0,16** 0,19** 0,18** −0,05 −0,07 −0,02 −0,01 0,07**
Ganadería
(0,87) (0,09) (0,08) (0,08) (0,07) (0,05) (0,04) (0,04)
Nicólas Esteban Lara Rodríguez

(Continúa)
219
Tabla 6.
220

Resultados de los chequeos de robustez


(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)
Presión Fincas ganaderas de acuerdo con el número
Vegetación con cierre de dosel
Variable demográfica de cabezas de ganado
Mayor que el Mayor que el Población Total 501 o
1-50 51-100 101-500
0% 50 % rural de fincas más
−0,83 −1,48** −1,21** −1,28* −1,61** −0,22** 1,04*** 0,17
Ganadería*Gini
(0,71) (0,74) (0,71) (0,78) (0,75) (0,55) (0,39) (0,30)
−0,00* 0,00 −0,00* 0,00* 0,00* −0,00* −0,00* −0,00
Log de crédito
(0,00) (0,0) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00) (0,00)
−0,07 −0,05 −0,05 −0,04 −0,04 −0,05 −0,02 0,05
Log de crédito*Gini
(0,06) (0,06) (0,06) (0,06) 0,02 0,02 0,03 0,03
Observaciones 5390 5390 5390 5390 5390 5390 5390 5390
R2 0,38 0,39 0,39 0,39 0,39 0,39 0,42 0,45
*p < 0,20; **p < 0,10; ***p < 0,01.
Nota. Esta tabla presenta los resultados de la estimación de la ecuación (1). La variable dependiente es el área deforestada con respecto a la exten-
sión boscosa del año 2000 de un determinado municipio. En paréntesis, el error estándar robusto por clústeres.
Fuente: elaboración propia.
Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 221

Donde n es el número total de municipios de origen de los migrantes en el munici-


pio i. Ginij es el coeficiente de Gini del municipio de origen j. Como puede obser-
varse, este índice no considera el número total de migrantes, solo el municipio de
origen de estos. Por eso, también se calculó un índice alternativo como un prome-
dio ponderado que considera el número total de migrantes. La ecuación (5) mues-
tra la forma como se construyó este otro índice.

n
Migrante ij
Gini 2i * Gini j (5)
j 1
Total Migrantesi

Donde n es el número total de municipios de origen de los migrantes en el muni-


cipio i. Ginij es el coeficiente de Gini del municipio de origen j. Migranteij es el
número de migrantes que fueron del municipio j al municipio en los últimos 5 años
antes del censo. Total de migrantesi es el número total de migrantes que recibió el
municipio i en los últimos 5 años.
Los resultados presentados en la Tabla 7 muestran diferencias sustanciales. En la
columna 1, parecen cumplirse los resultados expuestos anteriormente. A medida
que el Gini aumenta, el efecto del crecimiento poblacional sobre la deforestación
es mayor. Mientras tanto, a medida que el Gini aumenta, el efecto de la ganadería
sobre la deforestación es mucho menor. Por su parte, en la columna 2 de la Tabla
7, los resultados se cumplen únicamente para el caso de la ganadería.
Al respecto, Sant’Anna (2017) menciona que la ecuación (5) puede tener proble-
mas de endogeneidad, pues el número total de migrantes puede ser afectado por
otros factores, tales como disponibilidad de vías. Si esto es cierto, no es posible
desagregar el efecto de la migración causado por la desigualdad de la propiedad
de los causados por otros factores, tales como la violencia. Por este motivo, es más
prudente basar nuestra explicación en los resultados de la columna 1 de la Tabla 7,
en donde se confirma lo expuesto previamente.

Tabla 7.
Resultados de la estimación con coeficientes de Gini alternativos

Variable (1) (2)


0,00 −0,00
Desplazamiento forzado
(0,00) (0,00)
−0,00 0,00
Desplazamiento forzado*Gini
(0,00) (0,00)
−0,67 0,01
Log de ingresos tributarios
(0,28) (0,05)
0,89 −0,52
Log de ingresos tributarios*Gini
(0,90) (0,72)
−1,14** 0,02
Crecimiento poblacional
(0,60) (0,04)
(Continúa)
222 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Tabla 7.
Resultados de la estimación con coeficientes de Gini alternativos

Variable (1) (2)


1,57** −0,08
Crecimiento poblacional*Gini
(0,81) (0,60)
36,47* −3,21*
Densidad poblacional
(25,97) (1,49)
−52,64* 14,62
Densidad poblacional*Gini
(35,01) (28,89)
6,68*** 0,22*
Log de ganado
(2,21) (0,16)
−8,79*** −0,23**
Log de ganado*Gini
(2,96) (2,37)
0,07 −0,00
Log de créditos
(0,19) (0,01)
−0,11 −0,03
Log de créditos*Gini
(0,25) (0,16)
Observaciones 5390 5390
R2 (within) 0,39 0,33
*p < 0,20; **p < 0,10; ***p < 0,01.
Nota. Esta tabla presenta los resultados de la estimación de la ecuación (1) usando medicio-
nes alternativas del coeficiente de Gini. La variable dependiente es el área deforestada con
respecto a la extensión boscosa en el año 2000 de un determinado municipio. En paréntesis,
el error estándar robusto por clústeres.
Fuente: elaboración propia.

DISCUSIÓN
En Colombia, la pérdida de área de bosques desde 2015 es el resultado de cambios
territoriales fuertemente relacionados con el conflicto armado (Prem et al., 2020).
En ese sentido, los resultados de la estimación deben ser entendidos como el resul-
tado de un flujo complejo de relaciones de poder, violencia y desposesión (McSwee-
ney et al., 2017).
Los bosques no solo son un recurso de propiedad común, sino espacios políticos
(Devine et al., 2018). Esto quiere decir que ofrecen diferentes posibilidades para la
extracción de recursos y, por ello, suelen causar disputas de autoridad, legitimidad
y acceso (Grajales, 2020). Por lo tanto, los bosques pueden ser entendidos como
construcciones políticas que tienen sus propias prácticas de gobernanza.
La retirada de las FARC-EP evidenció un cambio en la relación entre el ser humano
y la naturaleza en varias regiones. Así, los bosques en Colombia están siendo afec-
tados por una serie de actores que ejercen sus propias prácticas de control territo-
rial, manifestadas en la expansión de economías extractivas (Devine et al., 2018).
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 223

El efecto del crecimiento poblacional sobre la deforestación concuerda con varios


estudios que han encontrado resultados similares en otros contextos (Ceddia, 2019;
Jorgenson y Burns, 2007; Koop y Tole, 2001; Tole, 2004). En general, la literatura
señala que incrementos en la población crean una mayor demanda por tierra culti-
vable, ya sea para la producción de alimentos o para la expansión de zonas urbanas
(Jorgenson y Burns, 2007). Ahora bien, en un contexto donde hay alta desigualdad,
con un número reducido de propietarios, la demanda por tierra cultivable no puede
ser fácilmente suplida, pues no corresponde a la oferta disponible (Sant’Anna, 2017).
Como consecuencia, cuando la concentración de la tierra es alta, es posible que
la población rural sin tierra opte por migrar a áreas boscosas aún sin colonizar y
donde pueden asentarse (Fajardo, 2014; Molano, 2011; Sant’Anna, 2017; Tole,
2004). Por eso, los resultados sugieren que, en una distribución más igualitaria, el
crecimiento demográfico no está asociado a mayores tasas de deforestación.
Es poco lo que se conoce para el caso colombiano sobre la relación entre presión
demográfica, la estructura de la propiedad y la deforestación. Sin embargo, este
trabajo concuerda con los de aquellos que han mencionado que es precisamente la
desigualdad de la propiedad rural la causa de una demanda descontrolada por tie-
rras boscosas (Armenteras et al., 2019).
La Figura 3 representa el mecanismo sugerido por el cual la presión demográfica
actúa sobre la deforestación en contextos de alta concentración de la propiedad
de la tierra. Estimar la posible migración causada por dicha concentración afronta
varios retos de tipo metodológico, particularmente para el caso colombiano, pues
la migración rural está más asociada al desplazamiento forzado y a las dinámicas
del conflicto armado. Sin embargo, en la Tabla 7, se presentan indicios de que la
deforestación en un determinado municipio depende de la desigualdad de la tierra
de los municipios de donde proviene su población migrante.
Por otro lado, estos resultados ofrecen más indicios sobre cómo la desigualdad
moldea el paisaje rural colombiano. En este caso, la estructura de tenencia de la
tierra determina los patrones y la intensidad de la degradación ambiental. Fajardo
(2014) menciona que la concentración ha dejado una masa de pobladores rurales,
en su mayoría campesinos, empobrecidos y sin tierra que se asientan en zonas de
pendiente, improductivas, de menor precio y con costos de oportunidad bajos que,
en muchos casos, coinciden con áreas que históricamente han sido disputadas por
diversos grupos armados.
En lo referente al papel que tiene la ganadería en la deforestación, es clave conside-
rar que esta es una de las actividades principales del campo colombiano. Las prácti-
cas ganaderas en Colombia suelen ser extensivas sin una gran cantidad de mano de
obra empleada, baja productividad y altos impactos ambientales (Vergara, 2010).
Además, el acceso al crédito por parte de la población rural suele ser limitado. En
este tipo de contexto, no es de extrañar que la ganadería sea preferida sobre otras
actividades, pues, entre otras cosas, es fácilmente reconocida como una forma
para respaldar préstamos y deudas ante la banca comercial (Dávalos et al., 2014).
224 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Figura 3.
Mecanismo mediante el cual el crecimiento poblacional afecta la deforestación
Municipio con alta concentración de la propiedad rural

Acceso deficiente a
Crecimiento de Presión por Expansión de la
�erra cul�vable Migración interna a
la población �erra cul�vable frontera agraria
zonas boscosas
y deforestación

Municipio con baja


concentración de la
Migración propiedad rural

Fuente: elaboración propia.

El hecho de que la ganadería produzca altas tasas de deforestación en zonas con


menos concentración de la tierra, no necesariamente significa que los peque-
ños propietarios son los principales promotores de deforestación. El monitoreo
reciente de la cobertura arbórea en el país ha permitido identificar que en los focos
de deforestación, han emergido proyectos de explotación ganadera, palma de
aceite y planta de coca (Furumo y Aide, 2017; IDEAM, 2016, 2017).
Si se asume que, en municipios con una baja concentración de tierras, existe un
fácil acceso y disponibilidad de tierras, los resultados podrían sugerir que la defo-
restación causada por la ganadería afecta zonas con baja concentración de la tierra,
porque la introducción de ganado en zonas previamente boscosas tiene bajo cos-
tos de oportunidad. Además, en determinadas regiones, la facilidad en el acceso a
la tierra puede ser usada por determinados grupos sociales para extender su con-
trol territorial.
La Figura 4 resume esta interpretación. Si bien los chequeos de robustez dan indi-
cios del efecto que puede tener el tamaño del hato y la intensidad ganadera en la
deforestación, en este trabajo no se logra determinar qué tipo de actores son los
que realmente estarían introduciendo ganado en zonas previamente boscosas.
Hay una cantidad considerable de literatura que sostiene que la expansión de la
ganadería en América Latina está asociada a la existencia de grupos traficantes
de drogas y a la especulación (Dávalos et al., 2011; Negret et al., 2019; Richani,
2012). Algunos narcotraficantes se benefician de la ubicación de la tierra en zonas
remotas donde pueden movilizar mercancía de forma subrepticia (Dávalos et al.,
2011; McSweeney et al., 2017; Richani, 2012). Por su parte, los especuladores
esperan que la tierra deforestada incremente su precio, sin importar su uso actual.
Así, este grupo se ve favorecido por una estructura legal e institucional que no
cobra impuestos sobre usos improductivos de la tierra (Villaveces, 2017).
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 225

Figura 4.
Interpretación del efecto de la ganadería sobre la deforestación

Municipio con baja concentración de la propiedad rural

Campesinos sin �erra


Colonización y
deforestación

Fácil acceso y
Atrae
mayor
disponibilidad
de �erra Especuladores

Traficantes de drogas
Control territorial
Elites polí�cas y Acumulación de �erra
mediante expansión de
económicas para obtener poder pastos para ganadería

Fuente: elaboración propia.

Los resultados de este trabajo parecen ejemplificar lo que Richani (2012) cataloga
como una economía agraria rentista. La expansión de pastos y la deforestación no
ocurren principalmente porque se elaboren actividades reales de producción. La
tierra en sí tiene un valor porque esta produce una renta basada en incrementos
futuros de los precios (Richani, 2012). La expansión de la ganadería, entonces, se
explica por el prestigio, poder y control que esta confiere a ciertas élites (McSwee-
ney et al., 2017; Richani, 2012). Por esa razón, la deforestación causada por la
ganadería se presenta en zonas con disponibilidad y acceso a tierras, donde aún es
posible que ciertas élites acumulen poder a expensas de la naturaleza.
Por otra parte, los resultados descritos tienen implicaciones profundas sobre las
posibilidades de alcanzar una tasa cero de deforestación en Colombia. Teórica-
mente, hay dos caminos para alcanzar un proceso de transición forestal. El pri-
mero, a través del desarrollo económico, asociado al crecimiento del sector de
servicios, a la intensificación agrícola y al decrecimiento poblacional (Hoang,
2014; Meyfroidt y Lambin, 2011; Rudel et al., 2005). El segundo, relacionado con
respuestas culturales y políticas a la sobreexplotación de recursos naturales (Lam-
bin y Meyfroidt, 2011).
Al respecto, la firma del acuerdo de paz, en 2016, no implicó ningún cambio en
esta vía. La reforma rural integral que este incluye no ha contado con el apoyo
político suficiente, razón por la cual los proyectos claves para su implementación
han presentado un déficit presupuestal de más del 50 % en 2018, 2019 y 2020
(Procuraduría General de la Nación, 2021).
Esto puede explicar por qué Colombia no ha logrado alcanzar una transición fores-
tal, aun cuando ha experimentado un crecimiento económico estable junto con
un bajo crecimiento de la población rural (DANE, 2020; DNP, 2020). Colombia
puede ser entendido como un ejemplo en el que no basta con lograr crecimiento
económico, cambios demográficos o mejoras tecnológicas para evitar la defores-
226 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

tación. Por el contrario, sugiere que cambios relativos a la distribución de recur-


sos tales como la tierra son necesarios para preservar la riqueza ambiental del país.
De hecho, hay literatura emergente que sugiere que la estructura de la propiedad
puede ser el mecanismo mediante el cual se alcancen tasas de deforestación bajas
(Lambin y Meyfroidt, 2010). Por ejemplo, la reforma agraria en Brasil abrió la opor-
tunidad a la administración colectiva de recursos, así como a asistencia técnica, que
redujo la deforestación en la Amazonía entre 2002 y 2005 (Sant’Anna, 2017). Por su
parte, en Colombia, la titulación colectiva de tierras a comunidades afrocolombianas
e indígenas ha demostrado ser una estrategia efectiva para administrar de forma sos-
tenible los recursos naturales (Bonilla-Mejía e Higuera-Mendieta, 2019).
Finalmente, las interpretaciones alternativas a las presentadas en la Figura 3 y la
Figura 4 enfrentan limitaciones. En las regiones donde se concentra la mayor parte
de la deforestación en Colombia, como el piedemonte amazónico (departamentos
de Caquetá, Guaviare y Putumayo), existe una gran cantidad de terrenos baldíos,
los cuales pueden alterar la estimación del coeficiente de Gini.
Así, la UPRA (2016) menciona que la incapacidad de identificar la totalidad de
predios del Estado puede poner en riesgo la calidad de las mediciones de desigual-
dad de la propiedad rural. Teniendo en cuenta este factor limitante, es necesario,
además, considerar que algunos autores han analizado la manera como el acuerdo
de paz generó incentivos para deforestar tierras baldías por un gran número de
actores, que vieron la posibilidad de ser beneficiados por el punto 1 de dicho
acuerdo, referente a la reforma rural integral (Beltrán, 2021).
Además, la interpretación de los resultados de este trabajo asume que el coefi-
ciente de Gini puede ser entendido como un indicador proxy del acceso a la tierra.
Si bien esto puede ser cierto en zonas con altísima concentración de la propiedad,
en áreas con una concentración relativamente baja no siempre significa un fácil
acceso a la tierra. La violencia, el despojo y el abandono, sumados a diseños insti-
tucionales precarios, pueden dificultar el acceso de los campesinos a la tierra, aun
en circunstancias en las que la concentración sea relativamente baja. Más aún, en
esta investigación no se analiza el papel que pueden tener los precios de la tierra
como barrera al acceso a esta por parte de campesinado y su consiguiente relación
con la concentración y la deforestación.
Finalmente, así como sucede con los datos de desigualdad, las tasas de creci-
miento poblacional, basadas en las proyecciones del Censo Nacional de Población
y Vivienda de 2018, pueden llevar a sesgos importantes en los resultados aquí pre-
sentados. En ese sentido, deben ser considerados con precaución.
La inclusión de efectos fijos en el modelo pretende solucionar una parte del sesgo
generado por la omisión de variables no observables, aunque está basado en el
supuesto de una causalidad unidireccional. Sin embargo, no es descartable que sea
la deforestación la causante, en cierta medida, del crecimiento poblacional y de
aumentos en la ganadería. Lo más probable es que la causalidad opere en ambas
direcciones, por lo que se requiere de futuras aproximaciones empíricas.
Deforestación y desigualdad de la tierra Nicólas Esteban Lara Rodríguez 227

CONCLUSIONES
Este trabajo incorpora elementos de economía política al estudio y análisis sobre
factores que detonan cambios en el uso del suelo en Colombia, usando un modelo
de datos de panel. En ese sentido, contribuye al creciente número de estudios que
usan la interpretación de imágenes satelitales para evaluar la relación de variables
socioeconómicas con la deforestación.
En particular, ofrece información sobre los efectos que la estructura de la propie-
dad rural en Colombia tiene sobre la extensión de la cobertura vegetal. Además,
da pistas sobre la manera como la migración intermunicipal puede estar asociada
a este fenómeno.
En el posconflicto colombiano, la deforestación puede ser entendida como el
resultado de un problema todavía sin resolver: la extrema concentración de la pro-
piedad rural. Así, los resultados obtenidos concuerdan con la interpretación según
la cual la tasa de deforestación municipal es la expresión, entre otras cosas, de una
economía agraria rentista, en la que, en condiciones de extrema concentración, la
desigualdad y los cambios demográficos pueden exacerbar la tasa de deforesta-
ción, mientras que la ganadería puede tener un efecto similar en zonas con menor
concentración de tierras.
De todo lo anterior se desprende que la concentración extrema de tierras producti-
vas ha creado una demanda por tierras que afecta la cobertura arbórea del país. En
algunos de estos municipios se ha usado la ganadería como forma de control terri-
torial, mientras que, en otros, donde la concentración es elevada, el crecimiento de
la población ejerce presión sobre los remanentes de bosques existentes.
Todos estos resultados indican que Colombia está todavía bastante lejos de alcan-
zar una transición forestal, pues aún no resuelve el problema de la propiedad de la
tierra. En ese sentido, no es un accidente que el acuerdo de paz tenga como uno de
sus principales objetivos cambiar el acceso y la tenencia de la tierra. Además, aun-
que pareciera paradójico, el fin del conflicto entre el Gobierno colombiano y las
FARC-EP ha propiciado condiciones para que especuladores de tierra profundi-
cen las raíces de una economía agraria rentista, hoy predominante en la ruralidad
colombiana.
Estos resultados deben incentivar la protección y el fortalecimiento de políticas
redistributivas como un método eficaz de protección de los bosques. Por consi-
guiente, es de suma importancia que se implemente la reforma rural integral, tal
como se planeó en el acuerdo de paz, pues esta comprende una serie de políti-
cas públicas encaminadas a democratizar el acceso a la tierra. Aunque, entre sus
metas, el texto del acuerdo de paz no se propone específicamente frenar la defo-
restación, esta transformación del campo puede ayudar a detener la depredación
de los recursos naturales, en especial, la de los bosques.
228 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

RECONOCIMIENTOS
Este artículo forma parte de la tesis de grado para la obtención del título del pro-
grama de Maestría Erasmus Mundus en Desarrollo Territorial Sostenible de la
Universidad de Padua (Italia), la Universidad KU Leuven (Bélgica) y la Universi-
dad de París I Panteón-Sorbona (Francia).

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ARTÍCULO

BIG DATA ANALYTICS IN PROGRAMME


EVALUATION: EXAMINING MODELS FOR
THE ASSESSMENT OF SUSTAINABLE
DEVELOPMENT GOALS IN COLOMBIA

Wilman Carpeta Camacho

Carpeta Camacho, W. (2023). Big data analytics in programme evaluation:


Examining models for the assessment of sustainable development goals in
Colombia. Cuadernos de Economía, 42(89), 233-264.
New paradigms for evidence-based decisions such as big data analytics (BDA)
have emerged to assess programmes in sustainable development goals (SDGs).
The arguments supporting the contributions of BDA in the assessment of SDGs
in Colombia are mixed. This article presents a qualitative review of a list of pro-
grammes that adopted BDA and assesses whether problems such as bias and
wrong impressions of programme performance can be controlled with the adop-
tion of these methods. The results vary depending on the quality of the data and
the collection method. Unfortunately, Colombia faces challenges such as data pri-

W. Carpeta Camacho
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Corvinus University of Budapest. Emails:
[email protected], [email protected]
Suggested citation: Carpeta Camacho, W. (2023). Big data analytics in programme evaluation:
Examining models for the assessment of sustainable development goals in Colombia. Cuadernos
de Economía, 42(89), 233-264. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.95487
This paper was received on May 4, 2021, revised on October 25, 2021, and finally accepted
on June 17, 2022.

233
234 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

vacy management and deficiency of institutional interoperability to exploit these


techniques conveniently.
Keywords: Big data analytics; sustainable development goals; Colombia; pro-
gram evaluation; public policy.
JEL: H43, H83, L86, O22.

Carpeta Camacho, W. (2023). Big data analytics en evaluación de programas:


analizando modelos para la evaluación de objetivos de desarrollo sostenible
en Colombia. Cuadernos de Economía, 42(89), 233-264.
Nuevos paradigmas en decisiones basadas en evidencia como el análisis de big
data (BDA) han aparecido para evaluar programas en objetivos de desarrollo sos-
tenible (ODS). Los argumentos que sustentan los aportes de BDA en la medición
de los ODS en Colombia son mixtos. Este artículo presenta una revisión cualita-
tiva de una lista de programas que adoptaron BDA y evalúa si estas técnicas pue-
den controlar problemas como sesgos e impresiones erróneas sobre el desempeño
de estos programas. Los resultados varían según la calidad de datos y recopila-
ción. Infortunadamente, Colombia enfrenta desafíos para la gestión de privaci-
dad de datos y deficiencia interoperativa institucional para explotar estas técnicas
apropiadamente.
Palabras clave: análisis de big data; objetivos de desarrollo sostenible; Colombia;
evaluación de programas; política pública.
JEL: H43, H83, L86, O22.
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 235

INTRODUCTION
Decision making in public policy is a process that requires understanding fast
changing needs and complex contexts within populations of interest and where
policy makers aim to assess the impact of public programmes. Impact evalua-
tion as the field of evaluation approach that specifically deals with causal change
(Bamberger et al., 2019, p. 63) has evolved as a method to ascertain the impact
of alternatives on multiple outcomes. As a result, in the process of impact evalua-
tion multiple methodological designs have emerged to empower the reasoning of
social scientists and policy makers to better explain related changes. These designs
may include high speed information driven by the expansion of the internet and
big data.
The aim of this research is to present the contributions that specific methods
derived from big data analytics (also BDA) have provided to a couple of evalua-
tion designs in the context of sustainable development goals in Colombia as a case
study. The main purpose is to track opportunities of integrating these BDA mod-
els in order to develop programme evaluation designs by examining their potential
in improving methodologically weak conventional designs in summative evalua-
tion. Methodological weakness refers to diverse limitations of current evaluation
designs when judging hypotheses that assess the impact of a particular programme
(Gertler et al., 2016a). We can ask for example if there is any added value in mak-
ing use of these techniques to address risks such as wrong impressions of pro-
gramme failure when programme effects are not statistically significant (Rossi et
al., 2003b).
In the last few decades, impact evaluation has employed statistical tools, specifi-
cally econometric models to determine the internal validity of models using sig-
nificance tests in econometric designs and random sampling. However, lack of
statistical significance may be a consequence of poor-quality data among other
data collection issues, and not necessarily weak designs in programme evaluation.
Conflicts exist when programme designs are discarded under traditional statistical
assessments because of low quality data but not because of poor quality designs.
Therefore, BDA seems a promising field that attempts to overcome some of these
issues to reflect pragmatic results and offer valuable feedback.
Current high-speed generation of information brings about a data revolution (Bam-
berger, 2016; Connelly et al., 2016) that offers an unprecedented opportunity to
exploit useful data inputs that can alter the policy cycle as we know it nowadays
(Poel et al., 2018). One of the assumptions introduced here is that policy decision
making could be simplified to a more automated process given the terms provided
by Information Communication Technologies (ICT) for collecting and analysing
data in the task of understanding contexts in different and complex projects.
Despite the blurry definition of big data analytics as a concept it is expected to
become a major innovation in impact assessment, as relevant and effective as
any traditional data collection and analysis method (Task Team of the UN Global
236 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Working Group on Big Data, 2020). Trendy or not, new tools in BDA constitute a
promising field to simplify the interpretation of findings in complex assessments
involving big amounts of data. Tools provided by the field of big data analytics
may help to better understand problems that are interconnected, not only within a
specific sector but within a multi-sector approach (Rodríguez et al., 2017). More-
over, diverse contributions are practicable to different types of analyses including
prescriptive, descriptive and predictive designs where the aim is to determine how
data generated from new sources of information may offer renovated insights to
provide better informed decisions.
This document incorporates an empirical overview of the adoption of the big data
initiative in Colombia, which was selected as a case study since it is a country
leading this sort of initiatives in the region, including those for programme eval-
uation purposes within the framework of the UN 2030 Agenda for Sustainable
Development. The Colombian context is also a good example to get an idea on
how government institutions still lack proper mechanisms for collecting and ana-
lysing data with the aim of monitoring sustainable development goals (SDGs).
This research is expected to contribute to the scope of knowledge regarding the
subject, and also in the fields of digital era governance and evidence-based deci-
sion making in public policy. The interest here is to present smart illustrations
as an empirical exercise to evidence how these ‘enhanced methods’ for evalua-
tion design could be applied to programmes in the Colombian context. The tar-
get behind this idea is to conduct a comparison of programme design and data
collection strategies where these big data methodologies may have an advantage
over conventional evaluation designs such as statistical models, econometric tech-
niques, hypothesis testing and so on.
The method here is expected to allow the research to present the contributions
that BDA can make in the evaluation of SDG programmes in Colombia as a pol-
icy field of application. The design of impact indicators is expected to improve
in programmes that use easily measurable variables, and where there is a clear
relation as to how input variables can achieve intended outcome(s) aligned with
SDGs (United Nations, 2020). Results may vary based on new and smart meth-
ods for evidence-based decisions in the evaluation of development programmes
to strengthening the preciseness of indices that assess the external validity of
pilot programmes, thus avoiding wrong impressions of programme failure. Fur-
thermore, this article intends to present brief insights concerning decision mak-
ing based on pragmatic evidence to discern overoptimistic assumptions regarding
BDA applications in the public sector.

CONCEPTUAL DISCUSSION
Impact evaluation as a field of study comprises multiple alternative methods that
are used simultaneously in other phases of the policy cycle such as programme
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 237

design and policy formulation. Also called impact assessment or outcome evalua-
tion, impact evaluation posits whether or not a programme produces the intended
outcomes in the social environment it addresses (Rossi et al., 2003a, p. 58). It
has become a requirement for determining whether the value of an intervention
is expedient when addressing the specific needs of a community or target group.
This section presents a literature review in order to understand the most wide-
spread concepts related to the subject with the aim of selecting evidence-based
methods in designing programme evaluation where BDA is expected to make rel-
evant contributions. Different theories that have emerged in the last few decades
are considered.

Few evaluation approaches explained


The literature concerning impact evaluation defines several types of evaluation
that can be identified as follows: I. policy and programme evaluation, II. formative
evaluation, III. developmental evaluation, IV. summative evaluation (Bamberger,
2016). Nevertheless, and based on the aim of this article, the focus here is on the
latter category which is centred mostly in causality (Bamberger et al., 2016) and
where two types of evaluation design are normally considered: experimental and
predictive analytics.

Experimental & quasi-experimental designs


These models of evaluation usually contrast over time the effects of a programme
-also called an intervention- on a treatment group or recipients compared to a
control group, which is normally denoted as the counterfactual or theoretically
equivalent group in the remaining conditions other than the intervention. The pure
experimental design is a case where the equivalence is given by chance, and these
models are normally strong in terms of internal validity (Bryman, 2012). How-
ever, because of the rare availability of pure experimental designs in real life con-
ditions some alternative constructions are utilised, despite not being a hundred
percent randomised such as the so-called quasi-experimental versions. Generally,
all designs define one or several outcome variables according to the intervention
purpose.
Accepted methods in the community of impact evaluation include Randomised
Control Trials (RCT). These designs are based on counterfactual analyses (Bam-
berger et al., 2019) built in random assignments. They are said to be strong mod-
els for avoiding issues such as selection bias.

Statistical designs
Multiple statistical methods are used in social research and impact evaluation
namely regression discontinuity and multivariate statistical models that attempt
to predict values with regard to the outcome variables or hypothetical values, if
there is no possibility of finding appropriate counterfactuals or control groups. On
238 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

the other hand, there are the so-called reflexive designs such as time-series models
where target groups are compared with themselves at different points of time in
order to assess causality trends. Lastly, propensity score matching strives to find a
similar unit in the group of non-participants or counterfactual -as it has been called
here- based on observed characteristics (Gertler et al., 2016a, p. 194).
In general, the preferred method is the one that best fits the operational context and
requires the weakest assumptions and the least data (Gertler et al., 2016a). These
criteria normally determine the suitability of a specific evaluation design. It is
worth noting that the applicability of each design will depend on the specific pro-
gramme outcome, aside from the questions that policy makers intend to respond to.

Table 1.
Several examples of impact evaluation designs

Experimental & quasi experimental designs


Randomised control trial Difference in Differences Pure experimental
Built in random assign- Difference between aver- Most of the times this design
ments. Usually tries to assist age values of a given per- is theoretical since it is quite
experiments by matching formance indicator with rare to find a 100% ran-
procedures in strengthening and without the programme domised experiment. Natu-
statistical controls. implementation. ral experiments for instance
deal with quasi-random
assignment.
Statistical designs
Regression discontinuity
Time series models Propensity score matching
models
These designs employ ‘cut- Hypothesis testing may take The evaluator contrasts the
offs’ or thresholds based on place to assess whether a results between participants
the value of a characteristic programme has had a signif- and selects ‘the best’ com-
to decide whether or not the icant impact on the variable parison group based on a
unit participates in the pro- of interest for the same sam- propensity score.
ject (Gertler et al., 2016, p. ple of individuals over time.
114). For example, propen-
sity score matching tests.
Source: Prepared by author.

Programme evaluation and its main challenges


The typical question for evaluators in public policy concerns the effect of a pro-
gramme on an outcome of interest and whether the magnitude of that effect can
be attributed to the programme. Under statistical methods this is examined by
means of testing whether there is any significant change in the outcome of interest
provided by the intervention. In developing assessments, the designs mentioned
above have contributed to providing solutions and universal knowledge regarding
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 239

how to deal with complex programme assessment in many countries and contexts.
Nevertheless, common limitations of classic statistical methods in impact evalua-
tion include type I and type II errors in significance tests and the statistical power
of an impact evaluation (Bamberger, 2016; Gertler et al., 2016b). The issue behind
these limitations is that multiple contextual factors and the non–linear patterns of
causality affect the design and implementation. ‘These factors seriously challenge
the validity of conventional evaluation designs that assume a linear relationship
between programme inputs and outcomes’ (Bamberger, 2016, p.54).
The three most frequent evaluation challenges that all evaluations must address
are: design, data collection and data analysis (Bamberger, 2016). A research gap
worth studying could be the limitations that econometric designs and other statis-
tical significance tests face regarding external validity assumptions. This added
to the difficulty of collecting and analysing aggregate data from existing datasets
covering long periods of time as in the case of time series. Further, there exists the
risk of bias and more specifically selection bias that occurs when the criteria for
selecting the individual is correlated to the outcomes of the programme (Gertler
et al., 2016c, p. 59). Take RCT for instance, which incidentally is the evaluation
approach most widely criticised by big data analysts (Bamberger, 2016). It also
contains various limitations, such as low external validity when the counterfac-
tual is designed for a specific scenario and ignores processes between causes and
effects (Bamberger et al., 2016, p. 68). Limitations also extend in terms of inter-
pretation which is a key fact in complex programmes that involve large numbers
of stakeholders and unclear connections between them.

The advent of big data analytics (BDA) as an alternative


BDA may contribute to minimising limitations in terms of design related shortfalls
by means of extreme intuitive or experimental analyses that lack more evidence
formulated processes (Escobar Gutiérrez et al., 2021). Incorporating big data into
existing programme evaluation designs is clearly not a straightforward task. Only
consider the theoretical difficulty of the definition of what big data means as a con-
cept. Multiple definitions still complex and ambiguous are suggested. However,
one characteristic that can be attributed to big data is that it is not normally col-
lected for social research purposes but rather re-purposed by social research scien-
tists as an evidence-based method for policymaking (Connelly et al., 2016, p. 2).
Big data is the term widely used to describe vast amounts of information and var-
iables and can be understood as ‘high-volume, high-velocity and/or high-variety
information assets that demand cost-effective forms of information processing that
enable enhanced insight, decision-making, and process automation’ (Gartner as
cited in Karlsson et al., 2019, paragraph 10). Also, the World Bank presents big
data as ‘the term used to describe constantly increasing flows of data emitted from
connected individuals and things, as well as a new generation of approaches being
used to deliver insight and value from these data flows’ (The World Bank, 2016,
p.72). Big data may also refer to the identification of technological challenges due
240 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

to the generation of data, its volume and velocity as well as a variety of outtake tra-
ditional systems (Laney, 2001, as cited in CONPES, 2018, p.27).
Volume, velocity and variety are the three most relevant attributes when attempt-
ing to comprise the definition of big data (Laney, 2001; Laney, 2012, as cited
in AAPOR Big Data Task Force, 2015, p.8; European Commission Directorate
General for Informatics, 2016, p.14). Firstly, volume refers to the amount of data
available for analysis. Secondly, velocity defines the speed associated to data gen-
eration, collection processes and how this data moves around. Thirdly, variety
refers to the diverse types of data we rely on nowadays. Other definitions also
include attributes such value, veracity and viability which normally refer to the
accuracy, feasibility and trustworthiness of the data (European Commission Direc-
torate General for Informatics, 2016, p.16; Vaca & Vega, 2019). Large sets of dig-
ital information available could be also considered in multiple types of data, such
as structured data, semi-structured data and unstructured data. Predefined patterns
or formats in which information is presented will determine these types accord-
ingly (CONPES, 2018). In connection with these definitions, Bamberger and York
(2020) propose a classification of big data in three categories depending on how
it is generated and used, these include human-generated (centred), administrative
(transactional) data and geospatial data.
On the other hand, data analytics may be understood as assisting procedures that
analyse large volumes of information. The World Bank (2016, p.72) defines this
as ‘the emerging set of tools and methods to manage and analyse the explosive
growth of digital information. It includes visualisation, machine learning tech-
niques and algorithms.’ In a pragmatic perspective, analytics is a term which many
different methods and approaches converge to, including statistics, data mining,
business intelligence, decision support systems and others (Tsoukias et al., 2013,
p. 123). Data analytics can be a discipline aimed at analysing data using different
automated techniques to extract relations, pattern correlations and tendencies in
order to interpret phenomena that otherwise would be difficult to analyse in large
sets of data (CONPES, 2018).
In recent times, analytics has had high acceptance in policy decision-making as
another type of evidence, because of the growing demand for accountable and
up-to-date methods to vindicate decisions. However, the vast amount of this infor-
mation is normally unstructured and not one, but several processing methodol-
ogies must be applied. Specific typologies exist for analysing different formats
namely text, audio, video, social media, among others. Following the European
Commission Directorate General for Informatics (2016, p.22), in a very abstract
way the most considered types of data analytics are the following four:
• Descriptive: This represents main features and trends of past events by
means of data visualisation tools.
• Diagnostic: Methods such as correlation analyses, which try to understand
relations between variables and subsequent events.
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 241

• Predictive: Models such as time series, based on historical patterns to fore-


cast future events and the likelihood that these may happen.
• Prescriptive: This type includes multiple approaches to provide solutions or
‘optimal sequences’ helping to make complex decision processes or to auto-
mate repetitive tasks.

Applicability of BDA in programme evaluation design


A new paradigm has emerged between data scientists and evaluators if one under-
stands that traditional impact evaluation methods are normally ‘backward look-
ing’ and rely mostly on ex-post analyses. These designs assess situations of the
past trying to understand the causes and effects of public policies which have been
implemented (Tsoukias et al., 2013). Traditional evaluation relies on experimental
and quasi experimental designs (Bamberger, 2016, p.62). In contrast, big data ana-
lytics tends to be mostly predictive or ‘forward looking’ (Bamberger, 2016, p.46).
Questions concern comprehending whether the purpose is to predict an occurrence
rather than understanding causality or vice versa, and data analytics may fulfil
multiple functions for evaluators, either predictive or prescriptive.
The exponential digitalisation has made data-driven policymaking a popular trend
among social scientists, particularly statisticians, economists and public manag-
ers. Big data becomes especially attractive because of the features described above,
but particularly because of real-time and high velocity information that offers the
opportunity to have more continuous evaluation processes (Olsson & Bull-Berg,
2015). There are several forms in which big data analytics can modernise pro-
gramme evaluation design: by strengthening conventional models, enhancing
indicators and integrating larger amounts of data never considered by traditional
techniques (Bamberger, 2016). One cannot deny that there is a huge trend in social
sciences for evidence-based approaches and BDA can be considered as one of
those experiments that policymakers are still testing (Poel et al., 2018), and who
seek to overcome situations such as biased estimations or wrong impressions of
programme performance.
Organisations such as the United Nations and the European Union have started to
adopt smart evaluation methodologies based on the resources provided by BDA
in order to direct more impactful policies based on evidence and well informed
decisions (European Commission Directorate General for Informatics, 2016, p.9).
Moreover, international experiences in countries such as Australia and the United
Kingdom convey a lot regarding the success of BDA as a methodology for improv-
ing abilities in measuring programme impact (Australian Department of Indus-
try, Innovation and Science, 2018; UK Department for Digital, Culture, Media &
Sport, 2020).
How can big data analytics lead to more assertive evaluation designs? This ques-
tion does not have one single answer, because predicting results of an evaluation
design could be translated into anticipated decision-making processes. For exam-
242 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ple, when it comes to predictive analytics there are many interesting opportuni-
ties such as simulating policy implementations thus predicting potential results
and foreseeing better evaluation designs. The data analytics approach allows gov-
ernments to focus on prevention rather than to simply react and remediate exist-
ing troublesome conditions in an environment (European Commission Directorate
General for Informatics, 2016, p.12). When it comes to specific policy fields, The
Big Data UN Global Working Group (2015) presents an interesting approach that
describes how BDA could be used to monitor SDG indicators integrating data
originated from new technologies with traditional data generated by government
agencies qualified for monitoring sustainable development (The Task Team of the
UN Global Working Group on Big Data, 2020).
On the other hand, for BDA to be useful across the policy cycle -and particularly
to the exercise of impact evaluation- basic conditions such as those within many
other designs must be fulfiled. For instance, the cleanliness of data, in other words,
the format with regards to how these information sets are collected and presented.
Note that the term analytics also describes the meaning the researcher is assign-
ing to information assets according to the goal of his analysis. Therefore, the use-
fulness of the information will depend upon the context of the programme and of
course the formulation of its outcomes. On the other hand, the information col-
lected by these procedures must encircle features of average individuals in the
group of interest. Also, many other factors such as measurability and availability
are indeed important to contribute to purposeful assessments.

Figure 3.
Several types of big data and conventional evaluation data

Source: Developed by the author.

Take for example the Coronavirus (COVID-19) Information Centre of Facebook


and the survey systems available on its platform (Facebook, 2020). Users can eas-
ily report up-to-date information here related to possible symptoms and flows of
people across the globe to track the spread of the virus. Another example also pre-
sented in Annex 1 of this article refers to The Crop Survey Data of United Nations
Office on Drugs and Crime (UNODC, 2020). BDA is currently supporting the
assessment of programmes such as this one where the collection of data is costly,
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 243

incomplete, and even risky if using traditional data collection methods such as
surveys or statistical inference exercises. In this example, analysis of patterns in
applications such as Google maps took place to assist policy makers in identify-
ing updated trends in either the eradication or extension of illicit crops in remote
places of Colombia.

Table 4.
Some potential contributions of BDA to standard evaluation methods

Challenge Contributions of BDA


Selection bias Strengthening counterfactual designs, new algorithms
for randomisation processes.
External/ internal validity Better contextualisation of causalities and external val-
idation of results. Provides triangulation as a source for
verification.
Data collection issues Simplifies collection processes for long periods of data
records in the case of time series analyses. Faster avail-
ability, greater coverage than the traditional cross-sec-
tional, time-series or panel data models.
Statistical significance tests Refined indicators with up-to-date data.
Interpretation for Simpler and more participative results to legitimate
stakeholders decisions. Richer descriptive analyses.
Source: Developed by the author.

Decision makers should not have the same excuses as they did twenty years ago
when it was more difficult to collect data than it is nowadays. However, this does
not mean that current approaches for designing public policy evaluation do not
have their own complications and the same issues as usual, nevertheless the meth-
ods to cope with these issues have changed to become less time consuming and
more cost-effective. In this regard, BDA in particular is seen by many experts as an
attractive alternative, and can reinforce specified knowledge in situations in favour
of stronger programmes and policy design (The World Bank, 2014, p.30).
On the other hand, it is crucial to point out that similar to any other experiment,
new methods always incorporate uncertainty and risk. Another virtue of BDA
modelling is to simulate potential scenarios when implementing certain pro-
grammes without altering real life conditions. However, there may be important
drawbacks in these models brought about by BDA, particularly spurious correla-
tion and incidental endogeneity. These are situations that occur when many uncor-
related random variables present high level correlations amongst themselves and
with the residual noise, aside from noise accumulation effects which are system-
atic aggregations of estimation errors that may threaten the validity of models such
as regressions (Fan et al., 2014, p. 298).
244 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Programme evaluation design is also at the core of this context, where experts and
decision makers are able to minimise uncertainty when attempting to make effi-
cient decisions that exploit the potential of a given programme aimed to fulfil any
SDG. BDA may be a powerful engine to help generate evidence for the evalua-
tion of specific policies, which in turn will support governments in providing bet-
ter services for citizens (Rodríguez et al., 2017, p. 16). Public value intelligence
is a concept presented backing this idea, and can be defined as a smart way of
consuming big data in order to measure and overcome previously invisible and
unsolvable issues associated mainly to data quality and accessibility (Rodríguez
et al., 2017, p. 8).

BIG DATA ANALYTICS FOR PROGRAMME


EVALUATION IN COLOMBIA
Case study overview
Rich in many aspects such as natural and cultural traditions, Colombia is like
most developing countries one that still struggles in terms of poverty, inequal-
ity, unemployment and many other ‘wicked’ problems. As with other policy pro-
cesses, diverse stakeholders of the Colombian society are involved in the adoption
of big data analytics into the design of public policy evaluation. Different points
of view must be considered to justify the big data initiative in programme evalu-
ation. The purpose of reviewing these perspectives is to bring into consideration
potential alliances among multiple sectors in building data exploitation capacities
and conducting joint projects based on BDA under the current institutional frame-
work (Escobar Gutiérrez et al., 2021, p. 86). Partnerships with strategic stakehold-
ers is an essential requirement for the successful implementation of this policy
that supports multiple initiatives, including those aimed at the SDGs (Letouzé et
al., 2016, p. 34).

Figure 4.
Main social indicators for Colombia

Source: Adapted from United Nations Development Programme (2021).

Figure 5.
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 245

Multiple stakeholders involved in the Colombian policy of big data

Public
institutions

Public policy
Private for the
Academia
market exploitation
of big data

Civil
society

Source: Developed by the author.

Concerning the institutional framework, one could mention Colombian institu-


tions such as the National Planning Department (hereinafter DNP) as the institu-
tion in charge when it comes to providing the guidelines for public policy design,
implementation and evaluation in Colombia. Also, in promoting initiatives such
the public policy for the exploitation of big data. Other bodies, namely the Minis-
try of ICT, and the National Department of Statistics (DANE) play a crucial role
as well when coordinating efforts in this matter. Moreover, one must not forget
international organisations that have been important supporters of these types of
initiatives dealing with big data for programme evaluation purposes, for instance
the United Nations Statistic Division and the UN Global Working Group on Big
Data. These organisations have supported the realisation of events such as the 4th
International Conference on Big Data for Official Statistics in Bogotá Colombia
(2017).

Big data analytics for sustainable


development goals in Colombia
The rapid development of digital technologies has indeed wrought new sources
of information for official statistics. Colombia has been ranked in third place after
246 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Korea and France when it comes to the OURData Index1 2019 (OECD, 2020).
Moreover, Karlsson et al. (2019) present an overview of how BDA has been used
as an innovative solution for problems faced by most Latin American countries,
regarding programme design, implementation and evaluation. Colombia became
the eighth country worldwide and the first in Latin America in establishing a pol-
icy to enable conditions for the adoption of BDA in the public sector (Escobar
Gutiérrez et al., 2021, p. 28).
The policy field of this document is focused on SDG programmes and a survey
presented by the World Bank and the Big Data UN Global Working Group to
illustrate how BDA has been used to enable actions when designing and moni-
toring indicators in projects aimed at SDGs (Escobar Gutiérrez et al., 2021; The
Task Team of the United Nations Global Working Group on Big Data, 2020). To
name a concrete example, the DANE jointly with NASA have conducted work-
shops on the use of data analytics regarding Earth Observation for SDGs related
to the environment (The Global Partnership for Sustainable Development Data,
2017). Colombia is also the first country in Latin America to adopt a public policy
framework to enable social and economic development based on the exploitation
of big data (Departamento Nacional de Planeación [DNP], 2018). This framework
includes private partnerships and non-government organisations to leverage the
first ever national big data strategy in the country (Innpulsa Colombia, MIT Media
Lab & Data Pop Alliance, 2020).
Nevertheless, public intervention is indeed required to provide the conditions for
a gainful and responsible exploitation of data, to overcome government failures
and legal concerns that may threaten the benefits these new sources of information
may represent for evaluation purposes. Likewise, as it is the case with many other
public services, there is no supply created by the market to distribute the added
value of public big data sets to stakeholders, as this can happen only within the pri-
vate sector. A major issue that one could anticipate in this regard is the limitation
in terms of internet penetration levels as in the case of Colombia. Approximately
only 60% of the households have any internet connection either fixed or mobile
solutions (DANE, 2019, p. 12). Web-based measures still risk not being repre-
sentative, but as internet penetration continues to grow, non-representativeness
becomes less troublesome (Letouzé et al., 2016, p. 29). Despite these shortfalls, it
is still interesting to describe how big data sources form part of an enormous digi-
tal transformation taking place in Colombia over the last decades.

METHODOLOGY AND DATA


COLLECTION APPROACHES
Specific public programmes are presented as a way of illustration to frame the
contributions that BDA may provide to programme evaluation design in Colom-

1
It measures the efforts of governments in terms of data availability use and reuse (OECD, 2020).
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 247

bia. This exercise also intends to map specific and relevant trends of BDA appli-
cations in evaluation design under the context of SDGs. A qualitative analysis
allows this research to establish a conceptual assessment in the explanation of
BDA contributions. The goal here is to build upon concepts that rapid technolog-
ical improvements of BDA as an emerging phenomenon have brought to public
policy evaluation processes as a research topic. The process presents a literature
review in a documentary analysis to provide researchers new ideas regarding rel-
evant applications of BDA to conduct meaningful policy analyses. This review
relied mainly on scientific articles and publications on topics closely related to
BDA, programme evaluation and management. The literature on big data analysed
here provided quite useful definitions and clear explanations of current trends and
applicability to programme evaluation designs.
As in a practice of triangulation the empirical section of this research relies also on
interviews to contrast the documentary analysis results in a way to better explore
the applications of BDA in SDG assessment in Colombia, and analyse how the use
of BDA may strengthen typical evaluation designs such as the ones presented in
section ‘Few evaluation approaches explained’. The philosophy behind this idea is
to analyse projects that assess outcomes using BDA typologies described in sec-
tion ‘The advent of big data analytics (BDA) as an alternative’. The presumption
here is that this reflection will strengthen monitoring systems connected to SDGs,
as well as complementing official data sources (Vaca & Vega, 2019).

Figure 6.
Research methodology in a nutshell

Source: Developed by the author.


248 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Similar to other exploratory studies such as Olsson and Bull-Berg (2015) the
empirical approach of this research incorporates semi-structured interviews. The
best way to obtain in-depth insight in exploratory research like this is by inter-
viewing people involved in the field of expertise (Sekaran & Bougie, 2010; Myers,
n.d., as cited in Urquhart, 2017). With this argument in mind qualitative interview-
ing was prepared to encounter experts on the subject2. This exercise aims to count
alternative viewpoints regarding the themes that frame the interview model which
is presented in annex 3 at the end of this document. The operationalisation of this
process replicates a method set forth by Björkman and Franco (2017) consisting of
exploratory questions with the goal of getting a broader interpretation of the topic.
Figure 6 shows the steps proposed under this methodology.

RESULTS
Documentary analysis
Colombia is a country that provides multiple examples of pilot programmes that
have incorporated BDA to design evaluation models for SDGs related projects. In
examining these programmes several conditions were considered: first, only veri-
fiable publications mostly from public institutions, official documents and projects
supported by the Colombian Government were selected. Second, the aim, policy
field, origin of data and BDA typology adopted were also considered in the classifi-
cation phase. The review evidenced that descriptive and predictive designs, as well
as propensity score matching were employed in these attempts. Annex 1 displays
an overview of the studies analysed in the literature review to inform the reader
with respect to this exercise. The BDA typologies employed here are the ones
described in section ‘The advent of big data analytics (BDA) as an alternative’.
This summary allows to present the reader ongoing pilots led by diverse organ-
isations in Colombia and present applications of BDA typologies ranging from
social media to satellite imaging in social projects connected to SDGs. However,
the interpretation should be one confirming that most of these interventions have
adopted BDA methods mostly for data collection or programme design purposes
rather than for impact assessment. In other words, most of these programmes rely
on BDA to enhance their informational sources rather than to construct new eval-
uation methodologies to measure programme impact. Few exceptions exist such
as the Colombian programme for monitoring coca crops. For that specific exam-
ple, satellite imagery was taken to contrast the number of hectares of land used
for illicit crops after implementing antidrug policies (UNODC, 2020) in a pre-post
comparison design. The results here present some advantages of BDA methods
mostly related to data collection simplification. One can easily ascertain that large
amounts of information are rapidly organised when compared to standard meth-
odologies such as field surveys. However, in terms of validity standards and selec-

2
The profile of the interviewees can be reviewed in annex 2 at the end of this document.
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 249

tion bias, BDA per se will not guarantee the necessary conditions for overcoming
related limitations. Further research on this is being considered on both concep-
tual and empirical levels.
Finally, these illustrations synthetise this review concluding that there is no aware-
ness, or at least too little knowledge regarding the potential of BDA models to
assess outcomes in these programmes. Unfortunately, Colombia does not yet have
a policy framework to employ these BDA models in evaluation designs. To con-
firm our expectations, it would have been necessary to have an explicit meth-
odology in data analytics assessing the changes in outcome indicators in these
examples.

Interview results
Six interviews were conducted for the data collection strategy of this research,
all of them with experts in data analytics and public policy from institutions such
as DNP3. The aim of this process was to reveal applications of BDA that are rel-
evant and realistic to programme evaluation with potential for monitoring SDGs.
At the operational level open ended questions guided the conversation to promote
a richer discussion. Codifying the themes of the interviews with topic questions4
was the way to evidence extreme points of view in the spectrum of answers pro-
vided by the participants. The method to document the results relied on broad
descriptions that use anonymised extended verbatim extracts and pattern analy-
sis typically considered in qualitative research (Jensen & Laurie, 2016, p. 279).
Many organisations have data that may be purposeful, but it remains unexploited.
Policies should be based on evidence to allocate the budget for those programmes
with higher expected impacts and to create links between public organisations. All
the information collected should be in principle aimed at improving public poli-
cies. On the other hand, Colombia is perceived as a leader in the region and one of
the first countries to have a public policy related to big data. ‘We have been follow-
ing good practices in other places such as the UK, the EU, Korea and Australia’ is
what two interviewees mentioned.
In terms of the types of analysis conducted with BDA examples include descrip-
tive studies and designing interactive dashboards for users. Depending on the
maturity level of the project, the organisation and data management, the more
sophisticated the analyses were. One of the interviewees claimed: ‘I can mention
that in machine learning we considered decision trees, Natural Language Process-
ing (NLP), data clouds, neuronal networks, statistical inference and time series.’
When the interviewees were asked if they considered that data analytics could be
useful to assess the impact of public programmes most of them agreed that big
data makes more data available to the organisations, hence they are less depend-

3
For further information on this, the reader is directed to annex 2 at the end of this document.
4
Annex 3 presents a model for the semi-structured interview format considered here.
250 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ent on official statistics such as surveys. BDA complements and broadens the rich-
ness from the analytics perspective and strengthens the design of policies to allow
better focalisation and characterisations of populations and social problems. Tools
such as real-time data analyses allow to make more timely and realistic decisions;
data analytics also allows to identify bottlenecks in the execution of programmes.
BDA may be considered as well to assess SDG achievement in examining how
much the National Government and local governments are aligned with the SDGs
based on their own investment plans although there is no existing framework to
articulate data analytics in the monitoring and evaluation of SDG indicators, nor to
allow the provision of feedback in the formulation of investment policies. Big data
analyses can contribute to the measurement of one or more SDGs.
Within the organisations the interviewees wrought several changes in the process
of decision making after the adoption of BDA took place when evidence in the
form of data helped to make informed decisions. However, the main challenges
of using BDA in the context of public programme assessment were interoperabil-
ity limitations, together with data quality and management. Other challenges were
the uncertainty levels regarding data usage and data protection issues. When asked
about prospects and examples they could provide for SDG oriented programmes
using BDA most interviewees indicated that the articulation of data analytics for
monitoring SDGs is still a pending task, and this can even function to realise the
perception of measures taken by governments.
As a general result it can be claimed based on these extracts that Colombia turns
to be a revelatory case study able to illustrate what was anticipated in the introduc-
tory part of this document. Colombia is making major progress in incorporating
BDA in the public sector mostly due to its policies regarding open and big data.
It was relatively easy to demonstrate that BDA was applied mostly for descriptive
purposes, however the opposite was true for prescriptive analyses and particularly
difficult for predictive studies given the technical and ethical reasons explained by
the experts interviewed.
On the other hand, the confirmation of BDA typologies was not entirely verifia-
ble as a methodology to simplify decision-making processes related to the assess-
ment of the programmes examined here, as there was no direct evidence found
for this. Nevertheless, the formulation and implementation phases were enhanced.
One can ensure that policy makers rely on more sophisticated tools based on data
evidence and improved evaluation criterion to guide decision-making processes.
The risks of any wrong judgements of programme failure can be reduced based on
a richer body of evidence. The empirical exercise conducted here, both in the lit-
erature review and qualitative interviews supports the idea that BDA supplements
but does not substitute typical evaluation approaches in terms of evidence-based
decision making.
All in all, these initiatives need to align key stakeholders in these expectations that
incorporate BDA. Apparently, maturity levels and other variables such as solid
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 251

data management procedures and a transparent, ethical and legal framework are
required to manage these sources of information to serve the institutions of the
Colombian Government. Practically all interviewees agreed that interoperability,
legal and organisational challenges are issues that must be overtaken to allow mul-
tiple public organisations to cooperate with each other to potentialise and refine
the use of BDA in programme evaluation. In this regard, Colombia still has many
tasks in building a methodological framework to fully articulate data analytics in
the monitoring of SDGs. On the other hand, BDA can produce new insights in
re-using administrative data already existent in many government offices as infor-
mational assets for smart evaluation designs, also less dependent on traditional
data.
Nonetheless and as explained before, at the decision-making stage these sources
serve as input but are almost never considered to automatise decision making tasks.
In addition, personnel training is still lacking and specifically in top-level manage-
ment due to the unrealistic expectations still provoked by these procedures. Fur-
thermore, and critically important is to consider data protection standards aimed at
protecting citizens’ privacy rights and personal data.

CONCLUSION
This document so far has intended to answer the research question concerning the
contributions that big data analytics can provide to assess programmes for sus-
tainable development goals in Colombia. A qualitative exploratory study was con-
ducted using a literature review and semi-structured qualitative interviews were
carried out to present main trends regarding the multiple applications of BDA tak-
ing place within the Colombian context. One of the main ideas presented here as
a justification to leverage BDA in providing solutions is the existing shortfalls of
standard designs in programme evaluation.
However, one must acknowledge that in a country like Colombia there is still the
need for certain conditions to reach an adequate maturity level for these initiatives
to materialise. As this research has presented in prior sections, there are still issues
related to interoperability, legal framework and information quality that require
concentrated attention from the researchers and policy makers. This is also sum-
marised in the Colombian big data policy, which also highlights the need for hav-
ing high quality digital data as a condition for creating economic and social value
in an appropriate legal framework (CONPES, 2018, p.28).
On the other hand, one of the main purposes of the analysis was to develop theory
revealing situations where BDA has demonstrated not just to be a rich approach
for the evaluation models selected here, but also revealing a lot regarding the phe-
nomena these programmes addressed, specifically in terms of SDGs. Even though
not all the pilot projects considered in this research presented BDA a suitable tool
for assessing the effectiveness of government initiatives. It is important to under-
252 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

stand however, that given the scope of this research, external replication is possible
only if made cautiously, this because of specific contexts, data availability and the
intervention itself which are crucial elements for any external validation purposes.
The results allow me to present BDA to the reader as a practice that includes mul-
tiple benefits for the case study specified in this research including better informed
decision processes for SDGs that complement official data sources and better
monitoring of financial efforts aimed at SDGs. Beyond this research the next step
is to promote the use of BDA in evaluation design contexts, specifically policy
development. The philosophy behind this is that extreme intuitive or experimental
analyses should be more the exception than the rule, we must formulate more evi-
dence-proven sources.
The theoretical integration proposed in this article between programme impact
evaluation and big data analytics has strived for establishing a reliable and valid
emergent theory. What this means is that in the context of programme assessment
BDA could work well in triangulation processes that are normally undertaken to
overcome reliability issues. When it comes to validity most authors analysed in
the literature review converged in the idea that the main contribution of BDA in
impact evaluation design is to potentialise specific assessment methods (i.e., ran-
domised control trials, score matching, regression discontinuity), rather than to
completely become a new paradigm in policy evaluation theory.
Although presenting new possibilities for programme assessment, there is a high
risk of failing in unnecessary or undesirable complications when dealing with big
data. BDA is neither recognised as a scientific approach in impact assessment
(Poel et al., 2018) nor it is certain if it will become scientifically accepted in eco-
nomic research (Einav & Levin, 2013). Just because it is ‘in fashion’ to design
social experiments for evidence-based decisions with sophisticated or trendy tech-
niques such as BDA this does not mean there are no more complications. Bias for
example is one of the main concerns for programme evaluators and BDA is not the
exception for this, since these big datasets may deal with higher bias risks due to
the sources they originate from or for whom this data have been designed without
scientific validity (Poel et al., 2018).
Big data is not a panacea but a tool to strengthen evaluation design procedures if
one correctly understands its constant evolution as well as its limitations discussed
throughout this document. More data does not mean more information, and hid-
den biases might exist in both the collection and analysis stages (Crawford, 2013).
Likewise, there are methodological constraints regarding the distinction between
predictive modelling and causal inference when researchers use methods such as
machine learning statistical tools (Einav & Levin, 2013, p.16).
On the other hand, there are still large informational gaps even using BDA, espe-
cially for communities which still do not have access to internet connections and
digital information, or simply are reluctant to use them. Furthermore, data pri-
vacy management and legal constraints are also an issue that dominates the dis-
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 253

cussion among the scientific community when dealing with alternatives such as
BDA. Other drawbacks may refer to the high dimensionality of big data, also
computational challenges such as scalability and storage bottleneck (Fan et al.,
2014). High sophisticated computational methods and high trained professionals
are much required.
Finally, this research has presented innovative ways for interested parties to inter-
pret complex data outputs with the use of BDA techniques, providing insights on
how to overcome the interpretation of complex results. Not just lack of informa-
tion but also poor interpretations can limit proper measurement of the effective-
ness of public programmes, as well as any other challenges such as budget and
expertise constraints.

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258 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ANNEX

Annex 1.
Overview of BDA adoption for programme evaluation in Colombia

Literature Big data format Data source BDA typology


Fabra-Mata & Mygind Social media-text Twitter data/ inter- Social media/ pre-
(2019) views/ archives / dictive analytics
Sentiment analysis/

Karlsson et al. (2019)/ Satellite data. Satel- The crop survey data Descriptive ana-
Colombian Ministry of Inte- lite images to collect of UNODC/ lytics/ propensity
rior (as cited in United national agricultural Google Maps score matching/
Nations Statistical Commis- data.
sion, 2014) / United Nations
Office on Drugs and Crime
UNODC (2020)/ Letouzé et
al. (2016)

The World Bank (n.d.) Route information Bus rapid transit sys- Both prescrip-
Risk terra in model- tem and risk terra. tive and predictive
ling for data analy- analytics.
sis.

Attanasio et al. (2019) Savings and transac- Survey and telem- Not specified
tion data combined etric data/ admin-
with survey data. istrative and credit
system records.

Barrera et al. (2007) Data proxy-means SISBEN index sur- Both descriptive
survey based on vey, which attempts and predictive
a master data set. to identify vulner- analytics
Matching variables able
kept by the Bogota households in
City Education Colombia
Department
Lozano & Bravo (2020) Cross sectional data SISBEN index sur- Machine learning/
vey’s dataset Gradient Boosting
Machine (GMB)
Prescriptive ana-
lytics
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 259

Policy field/ SDG Evaluation method Project description


Time series analysis/ Norway’s role in the peace process in
Survey data Colombia.

Surveys, interviews and The Colombian programme for moni-


censuses. toring coca crops.

None Predict parts of the city of Bogotá most


vulnerable to potential criminal activ-
ity.

Randomised control trial Randomised evaluation of a tab-


let-based financial education pro-
gramme in Colombia.

Regression discontinuity The Effects of User Fee Reductions on


design Enrollment
Evidence from a quasi-experiment.

None SISBEN as a targeting index for public


social spending.

(Continued)
260 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Literature Big data format Data source BDA typology


Cultivando futuro (2021)/ Banking services/ Publications and Machine learning
Vaca & Vega (2019) internet connectivity/ reports of the Minis- technologies.
government adminis- try of Agriculture.
trative data Descriptive ana-
lytics

Letouzé et al. (2016)/ United GPS data The National Roads Both descriptive
Nations Statistical Commis- Institute of Colom- and prescriptive.
sion, (2014) bia/ transport sta-
tistics

Mejia et al. (as cited in Internet data Google web Natural language
Letouzé et al., 2016, p. 29)/ Searches/ Colom- processing.
The Ministry of Finance bia’s Administra-
in Colombia (as cited in tive Department for Predictive and
Letouzé et al., 2016) National Statistics descriptive ana-
(DANE) lytics.
Letouzé et al. (2016, p. 30) Ministry of Labour Web-scraping
Colombian Ministry of
Labour (as cited in Letouzé Descriptive ana-
et al., 2016) lytics

Letouzé et al. (2016, p. 30)/ Satellite Data World Resources Mostly descriptive
Global Forest Watch (2021) Institute analytics.

Letouzé et al. (2016)/p. 30 Multiple The World Bank, Multiple


Data-Pop Alliance

Multiple: including Different organ- Mostly descriptive


DNP Colombia (2021) digital portals/ offi- isations and pro- and prescriptive.
cial reports/ grammes
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 261

Policy field/ SDG Evaluation method Project description


None Cultivando Futuro – Colombia. It aims
to increase productivity and income of
small-scale farmers providing techni-
cal assistance and access to banking
services.

None The National Roads Institute of


Colombia uses GPS data to improve
traffic circulation and strengthen trans-
port statistics.

Based on a methodol- Research using Google Trends to now-


ogy for short-term fore- cast economic activity.
casting of economic
series developed by
Hyunyoung and Varian
(2011).
None Using web-scraping to monitor vacan-
cies in the job market.

None Global Forest Watch using Satellite


Data.

Multiple Supporting and scoping possibilities


for big data use for SDGs with NSOs
in Latin America.

Multiple None Multiple dashboards that involve data


analytics projects at DNP Colombia.
262 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Annex 2.
Lists of participant experts contacted for interview conducting

Major studies and professional Position at the time of


Interviewees
experience with data analytics interview
Interviewee 1 Electrical and electronic engineer Lead Data Scientist at
5 years experience DNP’s Data Science
Financial and credit risk sector/ experience in Team.
design and implementation of predictive and
control models, data analysis, training and imp-
lementation of machine learning algorithms.
Interviewee 2 Industrial engineer/ MSc in Economics Adviser at the Secto-
BDA related projects involving text analytics rial Direction of DNP
and machine learning for healthcare and public Colombia.
finances sectors.
Interviewee 3 Economist/ MSc Public Policy Adviser at the Direc-
6 years 3 of them at DNP Colombia tion of Public Policy
Financial analysis, public policy design and eva- Evaluation at DNP
luation Colombia.
Interviewee 4 Economist Analytics professio-
5 years experience nal at the Institute of
Data analysis, big data, machine learning and Technological Evalua-
econometrics. tion in Health Colom-
bia (IETS).
Interviewee 5 Electronic engineer/ Industrial automatisation Lead Data Scientist at
studies DNP’s Data Science
6 years experience in data science Team.
Data analytics, machine learning, computer
vision and natural language processing (NLP)
Interviewee 6 Economist/ emphasis on statistics and econo- Researcher at Center
metrics, SDGs related projects management for International Stra-
6 years experience in data science tegic Thought CEPEI
Colombia.
Big data analytics in programme evaluation: Examining models Wilman Carpeta Camacho 263

Annex 3.
Model for Semi- structured interview

Operationalisation Interview questions/ Themes


General
Getting to know the participant’s Please tell me about your major professional experi-
professional profile and relevant ence related to big data analytics.
experience with big data analytics How much time have you been working in this
projects organisation and in the public sector?
Big data analytics
Recognise basic definitions and What do you understand by big data analytics?
frame the scope of the topic. How does your organisation work with big data?
At the international level, how do you place Colom-
bia regarding BDA initiatives for the public sector?
What is measured with big data analytics?
Evidence general knowledge in the In your understanding which are the main big data
field and understand the expertise sources in Colombia?
of the participant. What sort of analysis do you conduct with BDA?
BDA application as a contribution to programme evaluation design
Presenting the aim of the research: Do you consider that data analytics may be useful to
is BDA applicable to assess pub- assess public programmes related to SDG achieve-
lic programmes and SDG achieve- ment?
ment? In your opinion which do you consider are the main
challenges of using BDA in the context of public
programme assessment?
Could you mention any examples of BDA applica-
tions to programmes in the public sector?
Decision-making
To what extent is the organisation Inside the team/organisation, have you experienced
data-driven in the decision making? changes in the process of decision making after the
adoption of BDA?
Outcomes
What expectations does the orga- What kind of prospects and examples could you
nisation/team have in connection provide for SDG oriented programmes using BDA?
with BDA application for pro-
gramme evaluation?
ARTÍCULO

VALIDACIÓN DE LA HIPÓTESIS DE EFICIENCIA


DE MERCADO EN LAS ACCIONES DEL
COLCAP MEDIANTE LA APLICACIÓN
DE ANÁLISIS TÉCNICO

Lina Mercedes Guerrero Durán


Alejandro David Martínez Amariz
Édgar Luna González
Diego Orlando Rodríguez Ortiz

Guerrero Durán, L. M., Martínez Amariz, A. D., Luna González, É., & Rodrí-
guez Ortiz, D. O. (2023). Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado
en las acciones del COLCAP mediante la aplicación de análisis técnico. Cua-
dernos de Economía, 42(89), 265-296.

L. M. Guerrero Durán
Universidad de Santander, Facultad de Ingenierías y Tecnologías, Instituto de Investigación Xerira,
Bucaramanga, Santander, Colombia. Correo electrónico: [email protected]
A. D. Martínez Amariz
Universidad de Santander, Facultad de Ingenierías y Tecnologías, Instituto de Investigación Xerira,
Bucaramanga, Santander, Colombia. Correo electrónico: [email protected]
É. Luna González
Unidades Tecnológicas de Santander, Bucaramanga, Colombia. Correo electrónico:
[email protected]
D. O. Rodríguez Ortiz
Universidad de Santander, Bucaramanga, Colombia. Correo electrónico [email protected]
Sugerencia de citación: Guerrero Durán, L. M., Martínez Amariz, A. D., Luna González, É., & Ro-
dríguez Ortiz, D. O. (2023). Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado en las acciones del
COLCAP mediante la aplicación de análisis. Cuadernos de Economía, 42(89), 265-296. https://doi.
org/10.15446/cuad.econ.v42n89.91728
Este artículo fue recibido el 20 de noviembre de 2020, ajustado el 10 de julio de 2022 y su
publicación aprobada el 22 de septiembre de 2022.

265
266 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

El estudio pone a prueba el análisis técnico (AT) para el mercado colombiano


mediante la aplicación de 6 reglas a 11 acciones del COLCAP y consta de tres
momentos. Inicialmente, se utilizan las reglas de manera individual bajo la pro-
puesta teórica que establece cada indicador para su cálculo; seguidamente, por
medio de dos estrategias se propone combinar el uso de las reglas, las cuales han
sido evaluadas en el periodo de estudio y posterior a este. Los resultados no logran
alcanzar el desempeño mostrado por la estrategia pasiva, lo cual respalda la hipó-
tesis de eficiencia débil en el mercado accionario colombiano.
Palabras clave: hipótesis de mercados eficientes; análisis técnico; mercado accio-
nario; estrategia de inversión.
JEL: G11, G14, G17, C12.

Guerrero Durán, L. M., Martínez Amariz, A. D., Luna González, É., &
Rodríguez Ortiz, D. O. (2023). Validation of the market efficiency hypothesis
in COLCAP stocks through the application of technical analysis. Cuadernos
de Economía, 42(89), 265-296.
This study tests the technical analysis for the Colombian market through the appli-
cation of 6 rules related to 11 COLCAP actions, and consists of three moments. Ini-
tially, the rules are used individually under the theoretical proposal established by
each indicator for its calculation; next by means of two strategies combining the use
of the rules is proposed, which are evaluated during the study period and afterwards.
The results fail to achieve the performance shown by the passive strategy, supporting
the hypothesis of weak efficiency in the Colombian stock market.
Keywords: Efficient market hypothesis; technical analysis; stock market; invest-
ment strategy.
JEL: G11, G14, G17, C12.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 267

INTRODUCCIÓN
Lograr anticiparse al comportamiento de los precios es un factor de alta importancia
al momento de tomar una decisión de inversión para quienes operan en los merca-
dos bursátiles. Han sido numerosos los modelos desarrollados con miras a facilitar
dichos pronósticos; sin embargo, desde las teorías clásicas, dicha capacidad pre-
dictiva no se puede justificar y se le atribuye al mercado un comportamiento efi-
ciente que se fundamenta en la hipótesis de mercados eficientes (HME) propuesta
por Fama (1970), en la que se plantea que los precios tienen toda la información
incorporada y, por lo tanto, una variación en estos se debe exclusivamente al azar.
Por otra parte, Murphy (2000) considera oportunidades en el mercado que se opo-
nen a los supuestos clásicos de mercados eficientes, a los que desvirtúa cuando
afirma que los mercados no son eficientes y que se mueven por tendencias. Mur-
phy indica que, al identificar estas tendencias, podrían desarrollarse estrategias de
inversión y eventualmente apalancarse mayores rentabilidades; entre tales estrate-
gias se encuentra el análisis técnico (AT).
En este sentido, se logra identificar claramente dos corrientes: la primera se mues-
tra en contra de la predicción de precios, fundamentada en los supuestos de efi-
ciencia; la segunda señala la posibilidad de anticiparse a dichos comportamientos
y se opone a los supuestos clásicos de mercados eficientes.
Los supuestos de eficiencia han sido contrastados por medio de diversas metodo-
logías, como las caminatas aleatorias y los juegos justos, entre otras. Son nume-
rosos los estudios que pueden encontrarse en torno al tema, entre ellos, aquellos
que se enfocan en la aplicación de análisis estadístico, como reglas de filtro, el AT
y otros instrumentos que son considerados en la práctica de muchos como estra-
tegias trading para operar en el mercado. Lo anterior ha sido puesto a prueba, en
especial, en los mercados con economías mayormente desarrolladas, como las de
Estados Unidos, China, Japón, Chile, España y México.
En Colombia, la información relacionada con la aplicación de AT es escasa, y la
existente estudia periodos anteriores a 2010. La evidencia empírica señala que el
mercado colombiano no cumple en cierta proporción la HME (Uribe, 2007), y se
le atribuyen ciertas características que constituyen su particularidad, entre ellas,
las siguientes: la información reservada o confidencial, que es usada para inver-
tir por algún grupo privilegiado; las acciones altamente concentradas en pequeños
grupos; la poca liquidez y profundidad; los altos costos de transacción, entre otras,
que dan un matiz de un mercado no perfecto.
Lo anterior favorecería el uso del AT y presentaría una oportunidad para los agen-
tes del mercado para lograr predecir el comportamiento futuro de los precios y, por
ende, obtener mayores rentabilidades. De allí que el presente trabajo de investiga-
ción busca aportar los resultados de poner a prueba 6 herramientas de AT en 11 de
los activos más representativos del mercado accionario colombiano en el periodo
comprendido del 1 de enero de 2015 al 31 de diciembre de 2019.
268 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

El AT se define como un tipo de análisis bursátil que estudia el movimiento de las


cotizaciones por medio de gráficos e indicadores, basados en los precios de los
activos con el objetivo detectar tendencias y cambios en la evolución de los precios
accionarios a partir de su comportamiento registrado en el pasado, a fin de prede-
cir su movimiento (Parisi, 2003).
Según Murphy (2000), el AT señala las siguientes tres premisas: los movimientos
de mercado lo descuentan todo, es decir, la información disponible se fundamenta
en el aspecto económico del comportamiento del mercado, la oferta y la demanda;
los precios se mueven por tendencias, lo que significa que con la identificación y
el análisis de estas se pueden obtener beneficios; el comportamiento humano se
repite e inconscientemente se crean patrones en los precios que lo reflejan.
El estudio inicialmente presenta la revisión de la literatura. La segunda sección
hace referencia a la metodología implementada, en la que se describen el proceso
de selección de los activos, el cálculo de las rentabilidades y los costos incurri-
dos por operar en el mercado, así como los tres momentos en que se evaluaron las
herramientas técnicas. Acto seguido, se presentan los resultados para cada uno de
los momentos definidos durante la investigación. Por último, se muestran las con-
clusiones más relevantes.

REVISIÓN DE LA LITERATURA
En el marco de la eficiencia de los mercados se han desarrollado estudios en los que
se han identificado dos vertientes: la primera se enfoca en respaldar la HME; en
cambio, la segunda, sobre la base de evidencia empírica, contrasta los supuestos de
eficiencia y se muestra a favor de técnicas de predicción de precios, como lo es el AT.
Fama (1970) plantea la hipótesis de mercados eficientes (HME) y señala que estos
reflejan completamente toda la información disponible para la determinación de
los precios, lo cual haría imposible predecir los precios futuros de los activos. Asi-
mismo, se invalidaría el uso del AT al señalar que con el uso de series de precios
pasados no es posible obtener beneficios económicos superiores a los obtenidos
mediante una estrategia pasiva de inversión.
Por otra parte, los estudios que se oponen a la validez de los supuestos clásicos de
mercados eficientes sostienen que estos no son eficientes y que se mueven por ten-
dencias, las cuales, al ser identificadas, pueden llevar a desarrollar estrategias de
inversión con el fin de obtener mayores rentabilidades. Estos estudios concluyen
que existe evidencia de que los precios accionarios no siguen un camino aleato-
rio y muestran que los retornos son predecibles en algún grado, de manera que se
registra la existencia de correlación serial altamente significativa en ciertos casos,
como lo destacan los siguientes autores:
Parisi (2003) analiza algunas de las herramientas más conocidas de AT en su tra-
bajo sobre series de precios de acciones pertenecientes al índice Dow Jones y Nas-
daq, correspondientes al periodo del 2 de enero de 1992 al 18 de julio de 2002.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 269

El autor concluye que existen técnicas que, aplicadas sobre ciertas acciones, pre-
sentan mayor estabilidad en el tiempo y producen rentabilidades que superan una
estrategia buy and hold1 tanto en el corto plazo como en periodos más extensos,
aun teniendo en cuenta los costos de transacción. En dicho estudio, Parisi señala
que “el AT no solo permitiría aumentar la rentabilidad por medio de una gestión
activa de las inversiones, sino también reducir la volatilidad de los retornos y, en
consecuencia, el nivel del riesgo asumido” (p. 60).
Por su parte, Umaña y Romo (2007) aplicaron herramientas de AT a 22 empresas
parte del índice IPSA del mercado chileno. Su trabajo tuvo como periodo de análi-
sis de enero de 2000 a diciembre de 2004, y su objeto fue determinar si utilizando
estas técnicas es posible obtener una rentabilidad mayor que la generada con una
estrategia pasiva. Los autores encontraron que esto es posible con la aplicación de
indicadores de AT.
Por otro lado, Metghalchi et al. (2009) aplicaron promedios móviles a 4 mercados
asiáticos: Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán. Los resultados muestran
que las reglas aplicadas pueden descifrar patrones en los precios para hacer tra-
ding y que dichas técnicas pueden superar la estrategia pasiva de inversión.
Chang et al. (2017) aplicaron promedios móviles de longitud variable (VMA) a las
acciones de la Bolsa de Valores de Taiwán (TWSE) y evaluaron los rendimientos
de una estrategia activa de inversión en comparación con la estrategia de comprar
y retener. El resultado muestra que los VMA superan la estrategia pasiva y que
la rentabilidad de la regla se asocia positivamente con el tamaño y el volumen de
negociación. Para los autores, la evidencia sugiere que la información de tamaño
y volumen es responsable de la proyección de tendencias.
Xin et al. (2021) aplicaron la regla de filtro con tres RaV y dos ReV para la nego-
ciación intradía en el mercado HSIF (mercado de derivados asiático) para el
periodo de 2005 a 2008. Los autores concluyen una correlación fuertemente posi-
tiva entre el filtro intradía, la rentabilidad alcanzada y la volatilidad en los precios,
asimismo, respaldan la hipótesis del mercado adaptativo (AMH).
Por su parte, Almujamed (2019) evaluó el desempeño de 9 estrategias de filtro y exa-
minó la validez de la forma débil de la EMH para las compañías que cotizan en QSE
durante un período de 14 años, que finaliza en septiembre de 2017. El análisis con-
cluye que QSE no mostró ser eficiente en su forma débil, ya que una estrategia de
AT basada en datos históricos presentó rendimientos en exceso y superó la estrate-
gia pasiva de inversión después de considerados los costos de transacción del 0,4 %.
En el contexto nacional, algunos estudios realizados al mercado bursátil han pre-
sentado evidencia a favor de la HME; asimismo, hay otros en contra de esta y a
favor del AT, tal como se muestra a continuación.

1
Estrategia de inversión que consiste en comprar y mantener activos en el largo plazo, también
llamada estrategia pasiva de inversión.
270 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

El informe sobre la misión de estudios de mercados de capitales (Cárdenas et al.,


1996) señala que el mercado colombiano es poco profundo, ilíquido y bastante
concentrando. Por su parte, Arbeláez et al. (2002) concluyen que el mercado bur-
sátil colombiano sigue siendo uno de los menos líquidos y más concentrados en el
ámbito internacional, con altos costos de transacción e ineficiente en el sentido de
la determinación de precios.
Bernal y Ortega (2004) retomaron el trabajo realizado por Arbeláez et al. (2002)
con el objeto de llevar a cabo una actualización de los datos de dicha investigación.
Los autores concluyen que, en el periodo analizado, el mercado siguió ganando
en términos de tamaño y liquidez, sin embargo, permaneció muy por debajo de la
media internacional, y la concentración del mercado de capitales se incrementó
considerablemente en lugar de disminuir.
Otros trabajos realizados presentan evidencia de que el mercado accionario colom-
biano es ineficiente en el sentido débil. Uribe (2007) analizó dicho mercado durante
el intervalo de 2001 a 2005 y encontró que no era eficiente en el sentido débil para la
muestra analizada. Al respecto, el autor indica que “los mercados pequeños en tér-
minos absolutos como el colombiano pueden enfrentar trampas de iliquidez que los
lleven a ser cada vez más concentrados e ilíquidos” (p. 27). Su afirmación es similar
a lo expuesto por Umaña y Romo (2007), para quienes “los mercados de capitales
pequeños propician la existencia de ineficiencias de mercado” (p. 49).
Berruecos (2002, citado en Franco et al. 2017) aplicó AT para comparar medias
móviles de corto y largo plazo con el fin de tomar decisiones de compra o venta
basadas en las rentabilidades ofrecidas por los índices de las bolsas de Bogotá,
Medellín y de Colombia en el periodo 1992-2002. El autor encontró que la rentabili-
dad generada a partir de la aplicación de ciertas herramientas de AT superó la de una
simple estrategia de comprar y mantener, aun considerando costos de transacción.
El estudio realizado por Maya y Torres (2004) a partir de la aplicación de prue-
bas de correlación serial a los índices de las bolsas regionales de Bogotá y Mede-
llín durante sus últimos años de funcionamiento, así como también en el IGBC2
una vez después de agruparse las tres bolsas, establece que la autocorrelación de
los precios de las acciones colombianas es insignificante. La evidencia indica que
se presentó un mayor nivel de eficiencia en el mercado accionario desde julio de
2001, posterior a la fusión del mercado de valores en Colombia. Sin embargo, aun-
que la existencia de dependencia serial haya sido menor, ello no impide que las
estrategias de AT sean efectivas.
Maya y Torres (2005) también estudiaron la evidencia empírica en relación con la
hipótesis del proceso de caminata aleatoria que siguen los retornos de los activos
financieros. En su trabajo citan investigaciones de otros autores que muestran auto-
corrección. Los autores concluyen que, independientemente de que el estudio se

2
El índice general de la BVC-IGBC fue el índice bursátil más representativo de Colombia hasta la
creación de COLCAP.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 271

haya realizado en un mercado desarrollado o en uno emergente, el resultado es el


mismo, por lo tanto, rechazan la hipótesis de caminata aleatoria para los mercados.
Por su parte, Agudelo y Uribe (2009) aplicaron AT a 19 acciones colombianas en
el periodo de julio de 2001 a febrero de 2007, y para ello utilizaron pruebas out-of-
sample3, para evitar incurrir en la data snooping4. En dicho estudio consideraron
los costos de operar en el mercado, además de establecer la significancia estadís-
tica de la rentabilidad de las reglas con el uso de la metodología bootstrapping5.
Los resultados respaldan la imposibilidad de obtener beneficios económicos signi-
ficativos, de manera que se acepta la HME en su forma débil.
Por otro lado, Castillo (2011) utilizó herramientas de AT en las series históricas
de precios de 9 acciones de alta liquidez para evaluar las rentabilidades obtenidas
con estas reglas en comparación con la estrategia buy & hold. La investigación
tuvo como resultado que, una vez descontados los costos de transacción, las reglas
evaluadas no superaron de una manera estable y económicamente significativa la
estrategia pasiva de comprar y retener.
Ojeda y Castaño (2014) rechazan la hipótesis de eficiencia débil en el mercado
accionario colombiano sobre la base de su análisis del índice general de la Bolsa
de Valores de Colombia (IGBC), en el periodo de julio de 2001 a marzo de 2011.
En su trabajo, los autores utilizaron el modelo Afirma-Hyaparch, el cual contem-
pla todos los hechos estilizados, es decir, las características encontradas en otras
investigaciones empíricas para los retornos de los mercados financieros.
Asimismo, Rivera (2009) y Pérez y Mendoza (2010) concluyen la existencia de
anomalías relacionadas con el efecto día (day efect) en los retornos del IGBC, por
lo que el día de la semana influye significativamente en el retorno diario promedio.
El estudio más reciente aplicado al mercado colombiano lo presentan Agudelo et
al. (2018), quienes analizaron la evolución del mercado accionario colombiano
para el periodo de 2007 a 2016, para lo cual emplearon modelos de series de tiem-
pos. En su trabajo, estos autores identificaron que la actividad bursátil podría ser
significativamente anticipada a causa de efectos estacionales.
La revisión de la literatura para el caso de Colombia ha sido escasa en los últimos
cinco años, por eso Agudelo et al. (2018) consideran su publicación como “el pri-
mer paper en estudiar la actividad bursátil del mercado accionario colombiano en
años recientes” (p. 4).
El presente estudio emplea 6 de las herramientas de AT más utilizadas en la prác-
tica por los agentes del mercado y ampliamente referenciadas en investigaciones
previas realizadas por Parisi (2003), Umaña y Romo (2007), Lento (2008), Coe

3
Datos por fuera de la muestra.
4
Problema de selección de modelo.
5
Es un método de remuestreo que se utiliza para aproximar la distribución en el muestreo de un
estadístico.
272 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

y Laosethakul (2010) y Metghalchi y Garza-Gómez (2013). Estas herramientas


son los tres promedios móviles (simple, ponderado y exponencial), el índice de
fuerza relativa (RSI), el indicador de convergencia-divergencia de la media móvil
(MACD) y el índice de movimiento direccional (DMI-ADX). A continuación, se
describe cada una de estas ellas.
Los promedios móviles simples conforman una de las herramientas mayormente
utilizadas por su simplicidad al momento de interpretarlos y su efectividad para el
seguimiento de las tendencias (Murphy, 2000). Estos promedios se constituyen a
partir del promedio de una cantidad de datos en un periodo específico, cuyos valo-
res corresponden a las cotizaciones del activo en un periodo determinado, donde
el primer dato de la serie desaparece en la medida en que se incorpora uno nuevo.
El RSI es un oscilador por medio del cual se mide la fuerza con que la oferta y
la demanda se presentan en el mercado; también sirve para identificar un cambio
de tendencia. Su cálculo se basa en las variaciones que presenta la cotización del
activo en determinado periodo. El oscilador puede tomar un valor entre 0 y 100: si
el resultado se ubica alrededor de 100, se considera que el mercado se encuentra
en sobrecompra, lo cual evidencia un momento indicado para salir de la posición;
por otro lado, si dicho resultado está cercano a 0, se habla de que el mercado está
en sobreventa, lo cual propicia la acción de comprar.
El indicador MACD recoge información de diferentes medias móviles y permite
analizar el comportamiento del precio y la tendencia del mercado. Convergencia
significa que dos medias móviles se están acercando; divergencia implica que se
están alejando la una de la otra.
El DMI-ADX es un indicador fundamentado en el análisis de tendencias para
seguir la cotización de los precios; está compuesto por dos líneas curvas: el +DMI
y el -DMI. La primera (indicador de movimiento direccional positivo) mide la for-
taleza del movimiento alcista; por su parte, la segunda (indicador de movimiento
direccional negativo) mide cualquier movimiento bajista.

METODOLOGÍA
Activos seleccionados para la aplicación de AT
El AT se aplicó a 11 acciones del mercado colombiano: CELSIA, CEMARGOS,
CLH, CORFICOLF, ECOPETROL, GRUPOSURA, ISA, NUTRESA, PFAVAL,
PFBCOLO y PFDAVVNDA, las cuales fueron seleccionadas por cumplir los
siguientes criterios: a) pertenecer a la canasta n.o 50 del COLCAP (canasta vigente
al momento del estudio); b) tener continuidad en la serie de precios, para con-
tar con una muestra representativa; c) su permanencia constante en el índice; y d)
su actividad bursátil, esta última bajo el parámetro de un promedio del 100 % en
días transados por año. Las acciones seleccionadas constituyen el 67,85 % de la
canasta del COLCAP, porcentaje que las consolida como un grupo representativo
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 273

del mercado accionario colombiano. En la Tabla 1 se presenta el resultado de apli-


car los criterios anteriormente enunciados.

Tabla 1.
Participación y permanencia de la acción en el COLCAP. Promedio transado por
acción
Permanencia en Promedio días
Acciones Participación (%) el COLCAP n.o transados por año
canastasa (%)b
ECOPETROL 14,54 23 100
ISA 12,29 23 100
PFBCOLOM 10,19 23 100
GEB 9,33 6 99
NUTRESA 7,05 23 100
GRUPOSURA 6,74 23 100
BCOLOMBIA 5,26 21 100
PFAVAL 4,81 23 100
GRUPO ARGOS 4,25 23 92
BOGOTÁ 3,55 23 99
PFDAVVNDA 3,35 23 100
CORFICOLCF 3,04 23 100
Celsia 2,99 23 100
PFGRUPSURA 2,56 21 100
CEMARGOS 2,54 23 100
PFGRUPOARG 2,50 21 92
PROMIGAS 1,59 7 51
CNEC 1,15 23 99
PFCEMARGOS 0,97 23 94
MINEROS 0,52 3 86
BVC 0,33 18 9
CLH 0,31 23 100
ÉXITO 0,14 23 99
Nota. Se resaltan con negrilla los activos seleccionados para el estudio a partir de los cri-
terios definidos.

a
Se determinó a partir de la canasta histórica del COLCAP en el periodo de estudio.
b
Información suministrada por la Bolsa de Valores de Colombia (BVC). Se toma para el
resultado una base de 244 días por año.

En lo que respecta a los datos utilizados, estos corresponden a las series históri-
cas de precios de cierre diarios para las 11 acciones en el periodo comprendido
274 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2019, para una muestra de


1223 datos por activo, los cuales se encuentran ajustados a splits6 y dividendos7.
Se tomaron los promedios y volúmenes operados con periodicidad diaria. La pla-
taforma Bloomberg es la fuente de información de la que se obtuvo la serie histó-
rica de precios; por su parte, los datos relacionados con las canastas históricas del
COLCAP, los promedios de transacción, entre otros, fueron suministrados por la
Bolsa de Valores de Colombia (BVC).
La aplicación de las herramientas se llevó a cabo en tres momentos, así: primera-
mente, se evaluó el desempeño individual de estas en cada uno de los activos, para
lo cual se tomó como parámetro para el cálculo de los indicadores la propuesta
teórica de las reglas, como se muestra en la Tabla 2.

Tabla 2.
Parámetros y supuestos considerados en la aplicación de las reglas técnicas
Promedios
Concepto DMI MACD RSI
móviles
Inversión
100 000 000
inicial
Monto de la
El saldo acumulado una vez cerrada la operación anterior
reinversión
20, 50 y 100
Periodo de 26 y 12 sesio-
para la media
cálculo para nes. La línea
14 móvil corta, 14 días
el indicador signal de 9
media y larga,
(n) días sesiones
respectivamente.
Nivel de Movimientos por
N. A. N. A. N. A.
sobrecompra encima de 70
Nivel de Movimientos por
N. A. N. A. N. A.
sobreventa debajo de 30
Cuando el pre- Cuando la
Cuando el Cuando el RSI
cio de cierre del línea MACD
Señal de DMI(+) cruza en sentido
activo cruza al corta de forma
compra cruza al alza ascendente el límite
alza la media ascendente la
al DMI(-) de sobreventa
móvil línea signal
(Continúa)

6
El split es un ajuste matemático que se realiza al valor de las acciones de una compañía, donde
las acciones disminuyen en su valor, aumentan el número y respetan la proporción monetaria de
los inversores.
7
El dividendo es la parte del beneficio de una empresa que esta decide repartir entre sus accionis-
tas. Es, por lo tanto, una renta que recibe el accionista por ser propietario de la empresa.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 275

Promedios
Concepto DMI MACD RSI
móviles
Cuando el pre- Si la línea
Cuando Cuando el RSI
cio de cierre del MACD corta
Señal de el DMI(-) cruza descendente-
activo cruza a de manera des-
venta cruza al alza mente el límite de
la baja la media cendente la
el DMI(+) sobrecompra
móvil línea signal
Ejecución de
Próxima apertura
la señal
Liquidación Finalizado el periodo de análisis, siempre y cuando presente posicio-
de la posición nes abiertas
Otro No se consideraron ventas en corto.

Posteriormente, a partir de los resultados evidenciados en la aplicación inicial, se


formuló una estrategia de inversión que propone la combinación de algunas de las
reglas técnicas (Lento, 2008; Metghalchi y Garza-Gómez, 2013); los parámetros y
supuestos considerados para la estrategia se presentan en la Tabla 3.

Tabla 3.
Parámetros y supuestos considerados en la combinación de las reglas de AT
Concepto DMI-SMA (20) RSI-SMA (20)
Inversión inicial 100 000 000

Monto de la reinversión El saldo acumulado una vez cerrada la operación anterior


Media móvil simple de 20
Media móvil simple de
Periodo de cálculo para el periodos. El periodo de
20 periodos RSI de 14
indicador (n) días cálculo para el indicador
periodos
DMI es de 14 días
Movimientos por debajo
Nivel de sobrecompra N. A.
de 70
Movimientos por debajo
Nivel de sobreventa N. A.
de 30
Cuando el DMI(+) cruza
Cuando el RSI cruza hacia
al alza el DMI(-), se ubica
abajo el filtro y se ejecuta
por encima de este y el
la operación una vez el pro-
Señal de compra precio de la acción cruza
medio móvil simple supera
ascendentemente el pro-
el precio del cierre de la
medio móvil simple de 20
sección anterior
periodos
(Continúa)
276 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

Concepto DMI-SMA (20) RSI-SMA (20)


Cuando el DMI(+) cruza a
Cuando el RSI cruza hacia
la baja el DMI(-), se ubica
arriba el filtro y se ejecuta
por debajo de este y el pre-
la operación una vez el pro-
Señal de venta cio de la acción cruza
medio móvil simple supera
descendentemente el pro-
el precio del cierre de la
medio móvil simple de 20
sección anterior
periodos
Ejecución de la señal Próxima apertura
Finalizado el periodo de análisis, siempre y cuando pre-
Liquidación de la posición
sente posiciones abiertas
Otro No se consideraron ventas en corto.

Finalmente, el tercer momento presenta la evaluación de la estrategia de inversión


en un periodo posterior al del análisis con el fin de revisar su comportamiento en
el tiempo, para evitar asumir como cierto algún patrón de ineficiencia (Agudelo
y Uribe, 2009). Los resultados en todos los casos se contrastan con la estrategia
pasiva de inversión.

Cálculo de las rentabilidades


El estudio compara el resultado del ejercicio (PyG)8 derivado de la aplicación de
las reglas técnicas en comparación con la rentabilidad alcanzada por la estrategia
de comprar y mantener el activo en el periodo de estudio. Trabajos similares, como
los de Lento (2008) y Coe y Laosethakul (2010), desarrollaron este tipo de aná-
lisis. Su cálculo se determinó a partir de la cotización presentada por el activo al
momento de su venta (Pv) y su compra (Pc), calculando la diferencia entre estos
dos precios multiplicada por el número de acciones transadas, así:

(1)

Con la sumatoria de los PyG(operativos) resultantes de aplicar la ecuación (1), se obtuvo


el valor acumulado de la rentabilidad generada por la regla durante el periodo de
análisis, tal como se establece en la ecuación (2):

(2)

En el caso de las reglas técnicas, el porcentaje de rentabilidad acumulada para el


periodo considera la relación entre la sumatoria de los resultados operativos y el
valor inicial de la inversión, como se muestra en la ecuación (3). Por otra parte,

8
Pérdidas y ganancias.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 277

en la estrategia pasiva dicha relación se determina por la diferencia entre el precio


de venta al final del periodo analizado menos el precio de compra al inicio de la
inversión, diferencia dividida entre el valor invertido al inicio del periodo, según
lo expresado en la ecuación (4).

(3)

(4)

Cabe aclarar que se presentan los resultados de las rentabilidades antes y después
de costos de transacción, con la finalidad de medir el impacto de estos últimos en el
ejercicio. Las fórmulas utilizadas en ambos casos son las mismas y el valor corres-
pondiente a los costos fue descontado al momento de registrarse cada operación.

Cálculo de los costos de transacción


Los costos de transacción en los que generalmente incurre un inversionista a la
hora de comprar, vender o liquidar un activo comprenden lo relacionado con las
comisiones y los impuestos asociados a estas. Con fundamento en la práctica
colombiana, se estima que estos pueden variar entre el 0,2 % y el 0,3 % sobre
el valor transado cuando se trata de plataformas E-Trading9, alternativa incorpo-
rada en el estudio bajo el supuesto de quien opera en posición propia por medio de
dichas plataformas, por lo tanto, la figura del comisionista de bolsa10 desaparece.
Además, se estima que la operación incluye la compra y la liquidación de la posi-
ción, así como un IVA del 19 % sobre el costo de la transacción.
La ecuación (5) representa el cálculo del costo de la operación, donde la sumato-
ria de los precios de compra y venta, multiplicada por el número de activos, pro-
porciona la base de liquidación, sobre la cual se calcula el 0,2 % de los costos de
operación, así:

COp. =( Pc + Pv ) * (Total de acciones ) * 0, 2 % (5)

El costo de operación (Cop.) resultado de aplicar la ecuación (5) se constituye en


la base gravable para el cálculo del 19 % correspondiente al IVA de la operación.

(6)

9
E-Trading es un sistema electrónico de órdenes de compra y venta de activos financieros en línea
y en tiempo real que le permite al inversionista operar de forma directa en el mercado desde su
propio computador.
10
Una sociedad comisionista de bolsa se encarga de intermediar entre el inversor y la bolsa de
valores para que los inversores puedan acceder al mercado de valores.
278 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

La práctica del ejercicio incorporó, además de lo anterior, los siguientes pará-


metros al momento de la ejecución: a) la reinversión en cada caso corresponde
al saldo acumulado una vez cerrada la operación; b) las decisiones de compra y
venta se toman a partir del precio de cierre, en consecuencia, el inversionista toma
una posición real al día siguiente de emitida la señal; c) no se consideran ventas en
corto; d) en caso de presentarse posiciones abiertas, estas se liquidan una vez fina-
lizado el periodo de estudio.

RESULTADOS
Los resultados obtenidos al realizar la aplicación del AT bajo los parámetros están-
dar a las 11 acciones, se muestran de manera consolidada en las Tablas 4 a la 6. La
Tabla 4 presenta las estadísticas en relación con el total de los movimientos regis-
trados y su clasificación en operaciones perdedoras y ganadoras a partir de la ren-
tabilidad lograda en cada uno de los casos analizados (66 en total). Por su parte,
en las Tablas 5 y 6 se comparan dichas rentabilidades frente a los resultados de la
estrategia pasiva antes y después de los costos de transacción.
El análisis individual de las reglas técnicas muestra preliminarmente una efectivi-
dad en la totalidad de estas para 4 acciones (CORFICOLCF, ÉXITO, GRUPOARG
y PFBCOLOM); en dos para 2 de los activos (CORFICOL Y PFAVAL); una de las
reglas generó pérdidas; en los 5 casos restantes, más de dos reglas mostraron no
ser eficientes; como caso particular está CHL, donde ninguna de las herramientas
aplicadas generó rentabilidades. Lo anterior refleja que las reglas mostraron renta-
bilidades en 45 (68,2 %) de las situaciones analizadas. Sin embargo, al contrastar
dicho resultado con la estrategia pasiva, el escenario no presenta evidencia a favor
del AT. Se encontró que las reglas lograron superar dicha estrategia en tan solo 38
casos (57,6 %), donde, principalmente en 2 acciones (CELSIA y CLH), los pre-
cios mostraron tendencia a la baja y generaron pérdidas (-24,9 % y -72,5 %) en la
estrategia pasiva. Esto lleva a considerar que las reglas generan mejores resultados
en periodos de baja, reducen o eliminan las pérdidas, similar a los resultados mos-
trados por Kaucic (2010).
Por otra parte, al incorporar en el análisis los costos de negociar en el mercado
(Tabla 7), los casos en los cuales se presentaron rendimientos por la aplicación de
las reglas técnicas disminuyeron, pues pasaron de 45 (68,2 %) antes de costos a 26
(39,4 %) una vez considerados los costos de transacción; de allí que el porcentaje
de situaciones en las que las reglas exceden la estrategia pasiva disminuyó, ya que
pasaron de 38 (57,6 %) a 18 (27,3 %).
Se puede observar el impacto generado sobre las rentabilidades al ser considera-
dos los costos de operar, puesto que se evidencia una reducción en los rendimien-
tos entre el 1,4 % y el 70,1 % al utilizar las reglas. La regla de menor disminución
es el RSI, lo cual se debe al bajo número de operaciones que reporta dicho indica-
dor. Por su parte, los mayores porcentajes de costos se registran en los indicadores
Tabla 4.
Estadístico de las operaciones registradas por las reglas técnicas en los activos
DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
n.o operaciones 60 72 47 57 42 64 46 70 64 47 45
Ganadoras 22 19 13 13 10 18 20 14 14 15 15
Perdedoras 35 49 32 43 30 45 25 54 39 32 29
P&G % reglaa 25,1 -28,1 -25,8 23,6 90,5 -21,2 101,5 -12,0 7,3 22,8 53,5
SMA
n.o operaciones 43 48 26 50 32 44 28 44 38 37 33
Ganadoras 14 10 7 9 6 16 13 11 13 10 10
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado

Perdedoras 27 35 18 40 25 27 15 32 22 26 23
P&G % reglaa 26,1 -30,9 -23,4 16,3 89,1 -18,9 120,7 8,6 15,0 17,7 59,5
WMA
n.o operaciones 87 87 76 69 61 89 90 84 83 80 73
Ganadoras 28 28 23 24 16 29 35 28 28 29 32
Perdedoras 55 55 48 43 41 57 50 55 45 51 40
P&G % reglaa 3,5 3,5 -7,9 76,9 184,4 -5,0 105,7 -0,4 33,4 60,0 81,5
EMA
(Continúa)
Lina Mercedes Guerrero Durán et al.
279
280

DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
o
n. operaciones 60 72 47 57 42 64 46 70 64 47 45
Ganadoras 22 19 13 13 10 18 20 14 14 15 15
Perdedoras 35 49 32 43 30 45 25 54 39 32 29
P&G % reglaa 25,1 -28,1 -25,8 23,6 90,5 -21,2 101,5 -12,0 7,3 22,8 53,5
MACD
n.o operaciones 48 48 60 49 40 48 59 53 51 41 49
Ganadoras 15 17 15 19 18 19 28 20 18 22 22
Perdedoras 30 29 44 29 22 29 30 33 29 19 26
P&G % reglaa -2,6 9,6 -37,4 17,4 94,8 13,2 104,5 0,0 37,7 71,4 34,7
RSI
n.o operaciones 4 7 5 4 4 5 4 3 4 4 3
Ganadoras 2 5 3 2 3 4 4 2 2 4 3
Perdedoras 2 2 2 2 1 1 0 1 2 0 0
P&G % reglaa -20,5 30,0 -45,0 -12,7 5,9 22,7 68,5 0,5 -0,6 46,4 16,8
a
No se han descontado los costos de transacción a los resultados del PyG.
Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023
Tabla 5.
Rendimientos regla técnica vs. estrategia buy and hold antes de los costos de transacción (AC)

DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
PyG %
25,1 -28,1 -25,8 23,6 90,5 -21,2 101,5 -12,0 7,3 22,8 53,5
regla AC
PyG %
-24,9 -28,4 -72,5 -3,5 69,6 -14,4 127,9 -9,3 15,4 60,8 69,7
B&h AC
Excesos
50,0 0,3 46,7 27,2 20,9 -6,9 -26,4 -2,7 -8,1 -38,0 -16,2
% AC
SMA
PyG %
26,1 -30,9 -23,4 16,3 89,1 -18,9 120,7 8,6 15,0 17,7 59,5
regla AC
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado

PyG %
-24,9 -28,4 -72,5 -3,5 69,6 -14,4 127,9 -9,3 15,4 60,8 69,7
B&h AC
Excesos
51,0 -2,4 49,1 19,8 19,6 -4,6 -7,3 17,9 -0,4 -43,1 -10,1
% AC
WMA
PyG %
3,5 3,5 -7,9 76,9 184,4 -5,0 105,7 -0,4 33,4 60,0 81,5
regla AC
PyG %
-24,9 -28,4 -72,5 -3,5 69,6 -14,4 127,9 -9,3 15,4 60,8 69,7
B&h AC
Excesos
28,4 31,9 64,6 80,4 114,9 9,4 -22,2 8,9 18,0 -0,8 11,8
% AC
EMA
Lina Mercedes Guerrero Durán et al.

(Continúa)
281
DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
282

PyG %
25,1 -28,1 -25,8 23,6 90,5 -21,2 101,5 -12,0 7,3 22,8 53,5
regla AC
PyG %
-24,9 -28,4 -72,5 -3,5 69,6 -14,4 127,9 -9,3 15,4 60,8 69,7
B&h AC
Excesos
50,0 0,3 46,7 27,2 20,9 -6,9 -26,4 -2,7 -8,1 -38,0 -16,2
% AC
MACD
PyG %
-2,6 9,6 -37,4 17,4 94,8 13,2 104,5 0,0 37,7 71,4 34,7
regla AC
PyG %
-24,9 -28,4 -72,5 -3,5 69,6 -14,4 127,9 -9,3 15,4 60,8 69,7
B&h AC
Excesos
22,3 38,0 35,0 21,0 25,2 27,5 -23,4 15,5 22,3 10,6 -34,9
% AC
RSI
PyG %
-20,5 30,0 -45,0 -12,7 5,9 22,7 68,5 0,5 -0,6 46,4 16,8
regla AC
PyG %
-24,9 -28,4 -72,5 -3,5 69,6 -14,4 127,9 -9,3 15,4 60,8 69,7
B&h AC
Excesos
4,3 58,4 27,4 -9,1 -63,7 37,1 -59,4 9,8 -16,0 -14,4 -52,8
% AC
Nota. Se resaltan con negrilla los momentos en que, una vez aplicada la regla técnica, se generaron mayores rendimientos en comparación con la
estrategia buy & hold.
Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023
Tabla 6.
Rendimientos regla vs. estrategia pasiva después de los costos de transacción (DC)

DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA

PyG % regla
-5,3 -48,6 -40,4 -5,1 56,8 -41,5 121,9 -36,5 -20,3 -1,3 24,6
DC
PyG % B&h
-25,3 -28,8 -72,7 -3,9 69,0 -14,7 126,6 -9,7 15,0 60,3 69,1
DC
Excesos %
20,0 -19,8 32,3 -1,2 -12,2 -26,8 -4,7 -26,8 -35,3 -61,6 -44,5
DC
SMA
PyG % regla
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado

3,3 -44,8 -32,2 -7,9 63,1 -33,9 94,0 -11,5 -3,6 -0,9 37,0
DC
PyG % B&h
-25,3 -28,8 -72,7 -3,9 69,0 -14,7 127,3 -9,7 15,0 60,3 69,1
DC
Excesos %
28,6 -16,0 40,5 -3,9 -5,9 -19,2 -33,2 -1,8 -18,6 -61,2 -32,1
DC
WMA
PyG % regla
-31,0 -31,0 -35,3 28,5 114,6 -37,2 35,6 -32,6 -9,3 10,4 29,4
DC
PyG % B&h
-25,3 -28,8 -72,7 -3,9 69,0 -14,7 127,3 -9,7 15,0 60,3 69,1
DC
Lina Mercedes Guerrero Durán et al.

Excesos %
-5,7 -2,2 37,4 32,4 45,6 -22,5 -91,7 -22,9 -24,2 -49,9 -39,7
DC
283

(Continúa)
284

DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA

EMA
PyG % regla
-5,3 -48,6 -40,4 -5,1 56,8 -41,5 62,9 -36,5 -20,3 -1,3 24,6
DC
PyG % B&h
-25,3 -28,8 -72,7 -3,9 69,0 -14,7 127,3 -9,7 15,0 60,3 69,1
DC
Excesos %
20,0 -19,8 32,3 -1,2 -12,2 -26,8 -64,3 -26,8 -35,3 -61,6 -44,5
DC
MACD
PyG % regla
-22,1 -12,3 -52,7 -6,5 61,9 -9,5 55,7 -17,0 8,7 41,8 7,3
DC
PyG % B&h
-25,3 -28,8 -72,7 -3,9 69,0 -14,7 127,3 -9,7 15,0 60,3 69,1
DC
Excesos %
3,2 16,4 20,0 -2,6 -7,1 5,3 -71,6 -7,3 -6,3 -18,5 -61,8
DC
RSI
PyG % regla
-22,0 25,9 -46,4 -14,3 4,0 20,0 65,6 -0,9 -2,4 43,8 15,3
DC
PyG % B&h
-25,3 -28,8 -72,7 -3,9 69,0 -14,7 127,3 -9,7 15,0 60,3 69,1
DC
Excesos %
3,2 54,7 26,3 -10,4 -65,1 34,7 -61,7 8,8 -17,4 -16,5 -53,9
DC
Nota. Se resaltan con negrilla los momentos en que, una vez aplicada la regla técnica, se generaron mayores rendimientos en comparación con la
Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

estrategia buy & hold.


Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 285

que presentaron mayor cantidad de operaciones, como es el caso de los promedios


móviles (Coe y Laosethakul, 2010). En consecuencia, la cantidad de operaciones
realizadas impacta negativamente los rendimientos generados debido a los costos
de transacción; por su parte, la estrategia pasiva presenta una disminución inferior
al 1 % en la totalidad de los casos.
Otro factor determinante que se suma a dicha reducción corresponde al número
de operaciones en que se negocia sin obtener un resultado positivo (falsas señales
de las reglas), de manera que un alto número de operaciones fallidas concentra un
significativo porcentaje de los costos de transacción, además de las pérdidas gene-
radas por la operación, razón por la cual toma gran relevancia estadística la medi-
ción de la tasa de éxito o fracaso de la operación. La Tabla 8 contiene el indicador
de éxito o fracaso de la operación y la ratio de relación entre estos; en dicha tabla
se observa que, en el 81,8 % de las situaciones analizadas, las operaciones perde-
doras superaron el número de transacciones exitosas, un alto porcentaje de fracaso
al ser comparado con el 13,7 % de los casos en los que se registró mayor frecuen-
cia de operaciones ganadoras frente a aquellas que no lo fueron, así que se presenta
poca fiabilidad de los indicadores para el éxito de la operación.
Cuando se revisan los resultados promedio de poner a prueba las herramientas de
AT en el conjunto de los activos que se presentan en la Tabla 9, se observa que nin-
guna de las reglas pudo superar el promedio de la estrategia pasiva de inversión
después de costos. Este análisis es importante si se toma en cuenta lo propuesto
por Coe y Laosethakul (2010), al referir que la ganancia promedio de las estrate-
gias de negociación puede llegar a considerarse como equivalente a tener un por-
tafolio de inversión, en este caso, un portafolio de acciones del COLCAP.
En términos generales, sobre la aplicación individual de las reglas, estas no mues-
tran ser favorables para llevar una estrategia activa de inversión en el mercado
accionario colombiano. Este resultado es similar al presentado por Agudelo y
Uribe (2009), además de ser concordante con lo propuesto originalmente por
Fama y Blume (1966) en lo que respecta a la imposibilidad de anticiparse al com-
portamiento del mercado siguiendo las tendencias de precios históricos, ratificado
por Fama (1970), quien se plantea la eficiencia de los mercados.

Estrategia de inversión
Algunos autores han argumentado que los indicadores técnicos deben utilizarse
de manera combinada para tomar mejores decisiones (Murphy, 2000), ya que
dicha combinación podría contrarrestar las señales falsas dadas por una sola regla
(Lento, 2008) y podría llegar a reducir el riesgo para los inversores al utilizarse
estrategias trading más complejas (Metghalchi y Garza-Gómez, 2013).
En consideración a lo anterior, este estudio pone a prueba el uso combinado de algu-
nas herramientas técnicas y propone dos estrategias de inversión derivadas de los
resultados individuales mostrados en la sección anterior, como son la rentabilidad,
Tabla 7.
286

Disminución porcentual de los rendimientos al considerar los costos de transacción

DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
Descuento
-30,4 -20,5 -14,6 -28,8 -33,6 -20,3 -38,6 -24,5 -27,6 -24,1 -28,9
regla %
Descuento
-0,4 -0,3 -0,3 -0,4 -0,5 -0,4 -0,7 -0,4 -0,4 -0,5 -0,5
B&H %
SMA
Descuento
-22,8 -13,9 -8,8 -24,1 -26,0 -15,0 -26,6 -20,1 -18,6 -18,6 -22,6
regla %
Descuento
-0,4 -0,3 -0,3 -0,4 -0,5 -0,4 -0,7 -0,4 -0,4 -0,5 -0,5
B&H %
WMA
Descuento
-34,4 -34,4 -27,5 -48,4 -69,8 -32,2 -70,1 -32,2 -42,7 -49,6 -52,1
regla %
Descuento
-0,4 -0,3 -0,3 -0,4 -0,5 -0,4 -0,7 -0,4 -0,4 -0,5 -0,5
B&H %
EMA
Descuento
-30,4 -20,5 -14,6 -28,8 -33,6 -20,3 -38,6 -24,5 -27,6 -24,1 -28,9
regla %
Descuento
-0,4 -0,3 -0,3 -0,4 -0,5 -0,4 -0,7 -0,4 -0,4 -0,5 -0,5
B&H %
MACD
(Continúa)
Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023
DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
Descuento
-19,5 -21,9 -15,3 -23,9 -32,9 -22,6 -48,8 -23,2 -29,0 -29,6 -27,4
regla %
Descuento
-0,4 -0,3 -0,3 -0,4 -0,5 -0,4 -0,7 -0,4 -0,4 -0,5 -0,5
B&H %
RSI
Descuento
-1,5 -4,1 -1,4 -1,7 -1,9 -2,8 -2,9 -1,4 -1,8 -2,6 -1,6
regla %
Descuento
-0,4 -0,3 -0,3 -0,4 -0,5 -0,4 -0,7 -0,4 -0,4 -0,5 -0,5
B&H %

Tabla 8.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado

Ratio de operaciones ganadoras/operaciones perdedoras


DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
Ganadoras % 36,7 26,4 27,7 22,8 23,8 28,1 43,5 20,0 21,9 31,9 33,3
Perdedoras % 58,3 68,1 68,1 75,4 71,4 70,3 54,3 77,1 60,9 68,1 64,4
Ratio G:P 5:8 2:5 2:5 1:3 1:3 2:5 4:5 1:4 1:3 1:2 1:2
SMA
Ganadoras % 32,6 20,8 26,9 18,0 18,8 36,4 46,4 25,0 34,2 27,0 30,3
Perdedoras % 62,8 72,9 69,2 80,0 78,1 61,4 53,6 72,7 57,9 70,3 69,7
Ratio G:P 1:2 2:7 2:5 2:9 1:4 3:5 7:8 1:3 3:5 2:5 3:7
Lina Mercedes Guerrero Durán et al.

WMA
287

(Continúa)
DMI CELSIA CEMARGOS CLH CORFICOL ECOPETL GRUPOSUR ISA NUTRESA PFAVAL PFBCOLO PFDAVVNDA
288

Ganadoras % 32,2 32,2 30,3 34,8 26,2 32,6 38,9 33,3 33,7 36,3 43,8
Perdedoras % 63,2 63,2 63,2 62,3 67,2 64,0 55,6 65,5 54,2 63,8 54,8
Ratio G:P 1:2 1:2 1:2 5:9 2:5 1:2 2:3 1:2 5:8 4:7 4:5
EMA
Ganadoras % 36,7 26,4 27,7 22,8 23,8 28,1 43,5 20,0 21,9 31,9 33,3
Perdedoras % 58,3 68,1 68,1 75,4 71,4 70,3 54,3 77,1 60,9 68,1 64,4
Ratio G:P 5:8 2:5 2:5 1:3 1:3 2:5 4:5 1:4 1:3 1:2 1:2
MACD
Ganadoras % 31,3% 35,4 25,0 38,8 45,0 39,6 47,5 37,7 35,3 53,7 44,9
Perdedoras % 62,5% 60,4 73,3 59,2 55,0 60,4 50,8 62,3 56,9 46,3 53,1
Ratio G:P 1:2 3:5 1:3 2:3 5:6 2:3 1:1 3:5 5:8 1 1:6 5:6
RSI
Ganadoras % 50,0% 71,4 60,0 50,0 75,0 80,0 100,0 66,7 50,0 100,0 100,0
Perdedoras % 50,0% 28,6 40,0 50,0 25,0 20,0 0,0 33,3 50,0 0,0 0,0
Ratio G:P 1:1 2 1:2 11:2 1:1 3:1 4 :1 1:0 2:1 1:1 1:0 1:0
Nota. Se resaltan con negrilla los porcentajes en los que las operaciones perdedoras superaron las operaciones ganadoras.
Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 289

Tabla 9.
Resultados promedios de las reglas técnicas
Regla técnica
Promedio por concepto de
DMI SMA WMA EMA MACD RSI
n. de operaciones
o
56 38 80 56 50 4
% de operaciones ganadoras 28,7 28,8 34,0 28,7 39,5 73,0
% de operaciones perdedoras 67,0 68,1 61,5 67,0 58,2 27,0
Rendimiento % regla AC 23,6 25,4 48,7 21,6 31,8 10,2
Rendimiento % regla DC -5,0 5,7 3,8 -5,0 5,0 8,0
Costos-regla 23,4 17,0 34,5 23,4 22,4 2,2
Costo-B&H 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4
Rendimiento en exceso AC 4,3 8,1 31,4 4,3 14,5 -7,1
Rendimiento en exceso DC -21,8 -11,2 -13,0 -21,8 -11,8 -8,8

los rendimientos en exceso11 y la fiabilidad de las reglas en relación con el número de


operaciones exitosas. De esta manera, la estrategia combinada considera hacer uso
de indicadores como el DMI, el WMA y RSI, los dos primeros destacados por pre-
sentar el mejor desempeño en comparación con la estrategia pasiva en los criterios
de rentabilidad y rendimientos en exceso; por su parte, el RSI es tomado en cuenta
por mostrar mayor porcentaje de operaciones exitosas. En este sentido, las estrate-
gias propuestas son a) DMI combinado con WMA y b) RSI combinado con WMA.
Las Tablas 10 y 11 muestran las rentabilidades alcanzadas por las estrategias en el
periodo de estudio previo y posteriormente al cálculo de los costos de transacción
para cada activo. Asimismo, en ellas se registran el número de operaciones ejecu-
tadas y los porcentajes de éxito y fracaso al operar en el mercado bajo las reglas
de la estrategia.
La combinación de las reglas muestra rendimientos antes de costos de transac-
ción para el DMI + WMA en 5 activos (ECOPETL, ISA, PFAVAL, PFBCOLO,
PFDAVVNDA); en cambio, en el caso de RSI + WMA tan solo fue posible en 4
activos (ISA, PFAVAL, PFBCOLO, PFDAVVNDA). Los activos en los cuales las
combinaciones propuestas no evidencian rentabilidades positivas se caracterizan
por presentar pérdidas en la estrategia pasiva. Una vez descontados los costos de
transacción, el RSI + WMA mantuvo dicho resultado, pero, en el caso de DMI +
WMA, el número de activos que generaron rentabilidad se redujo a 4.
Al revisar los rendimientos en exceso de las estrategias propuestas, la combina-
ción del DMI + WMA superó la estrategia pasiva antes y después de costos en 4
y 3 activos, respectivamente; en cambio, en el RSI + WMA esto fue posible en 6

11
El exceso corresponde a la diferencia entre los rendimientos de la regla técnica y los rendimientos
de la estrategia buy & hold.
290 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

activos, que se redujeron a 3 luego de descontado dicho rubro. Sin embargo, los
excesos mostrados por CELSIA, CEMARGOS, CLH, GRUPOSUR y NUTRESA
para las estrategias se traducen en una menor pérdida en comparación con la repor-
tada por la estrategia buy and hold.

Tabla 10.
Rendimientos y operaciones, estrategia DMI con WMA
Rentabilidad Rentabilidad
Acción Operaciones (%)
AC (%) DC (%)
(NEMO)
Regla B&H Exceso Regla B&H Exceso # Ganadoras Perdedoras
CELSIA -5,9 -24,9 19,0 -11,8 -25,3 13,5 14 50,0 50,0
CEMARGOS -45,0 -28,4 -16,6 -52,5 -28,8 -23,8 14 21,4 71,4
CLH -41,6 -72,5 30,8 -64,0 -72,7 8,8 9 11,1 88,9
CORFICOL -4,0 -3,5 -0,5 -12,1 -3,9 -8,2 13 46,2 53,8
ECOPETL 156,2 69,6 86,6 135,3 69,0 66,2 18 33,3 61,1
GRUPOSUR -17,2 -14,4 -2,9 -25,3 -14,7 -10,6 12 33,3 66,7
ISA 121,9 127,9 -6,0 107,0 127,3 -20,3 11 54,5 45,5
NUTRESA -33,4 -9,3 -24,2 -82,5 -9,7 -72,9 9 22,2 77,8
PFAVAL 18,7 15,4 3,3 11,3 15,0 -3,7 18 33,3 66,7
PFBCOLO 36,5 60,8 -24,3 12,1 60,3 -48,2 14 42,9 57,1
PFDAVVNDA 19,2 69,7 -50,5 -24,7 69,1 -93,8 8 50,0 50,0
Promedio 18,7 17,3 1,4 0,3 16,9 -16,5 13 36,2 62,6
Nota. Se resaltan con negrilla los momentos en los que las reglas técnicas presentan rendi-
mientos en exceso en comparación con la estrategia pasiva, antes y después de considerar
los costos de transacción.

Igualmente, se observa un buen desempeño de la estrategia DMI + WMA para


ECOPETL, con un rendimiento significativo del 156,2, contrario a lo mostrado por
la estrategia RSI + WMA, donde la regla no demostró ser eficiente. Sin embargo,
esta última presentó excesos para PFBCOLO, que se mantuvieron aun después de
ser descontados los costos de transacción. Por su parte, la estrategia DMI + WMA
evidenció rendimientos para el activo, los cuales no superaron el desempeño de la
estrategia pasiva. Lo anterior pone en duda el desempeño de las estrategias al con-
tradecirse los resultados para un mismo activo.
En el análisis de los resultados para el conjunto de las acciones se observa que, en
promedio, una de las estrategias (DMI + WSA) presentó rendimientos antes y des-
pués de ser descontados los costos de transacción, sin embargo, estos no lograron
mejorar los promedios iniciales cuando se aplicaron individualmente. De allí que
los resultados no superaron el promedio de la estrategia pasiva y se presentaron
excesos negativos antes y después de los costos de transacción del -5,9 % y -23,7 %
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 291

Tabla 11.
Rendimientos y operaciones, estrategia RSI con WMA
Acción Rentabilidad AC (%) Rentabilidad DC (%) Operaciones (%)
(NEMO) Regla B&H Exceso Regla B&H Exceso # Ganadoras Perdedoras
CELSIA -17,9 -24,9 7,0 -22,2 -25,3 3,0 12 66,7 33,3
CEMARGOS -16,4 -28,4 12,1 -19,9 -28,8 8,9 9 44,4 44,4
CLH -65,9 -72,5 6,6 -83,1 -72,7 -10,4 9 55,6 44,4
CORFICOL -24,8 -3,5 -21,2 -32,9 -3,9 -28,9 13 61,5 38,5
ECOPETL -3,4 69,6 -73,0 -15,4 69,0 -84,4 14 64,3 35,7
GRUPOSUR -4,2 -14,4 10,2 -73,1 -14,7 -58,4 14 71,4 28,6
ISA 98,0 127,9 -29,9 82,8 127,3 -44,4 16 81,3 18,8
NUTRESA -1,5 -9,3 7,8 -31,9 -9,7 -22,2 12 50,0 50,0
PFAVAL 11,4 15,4 -4,0 7,9 15,0 -7,1 11 54,5 36,4
PFBCOLO 96,7 60,8 35,9 70,9 60,3 10,6 18 72,2 27,8
PFDAVVNDA 53,9 69,7 -15,8 41,6 69,1 -27,6 15 80,0 20,0
Promedio 11,5 17,3 -5,9 -6,8 16,9 -23,7 13 63,8 34,4
Nota. Se resaltan con negrilla los momentos en los que las reglas técnicas presentan rendi-
mientos en exceso en comparación con la estrategia pasiva, antes y después de considerar
los costos de transacción.

para la combinación del RSI + WMA, y del -1,04 % y -23,7 % para la estrategia
DMI + WMA. Lo anterior lleva a considerar que, al aplicarse las herramientas de
AT mediante los dos modelos de combinación propuestos en este estudio para el
conjunto de las acciones, no es posible obtener mejores resultados que los arroja-
dos por la estrategia de comprar y mantener.
Finalmente, los modelos propuestos se evalúan para el periodo comprendido entre
el 1 de enero de 2020 y el 30 de junio de 2020, posterior al inicialmente estudiado
(Agudelo y Uribe, 2009), esto con el fin de validar los resultados antes alcanza-
dos, en especial, aquellos donde las rentabilidades en exceso lograron superar la
estrategia pasiva (CELSIA, CEMARGOS, CLH, GRUPOSUR, NUTRESA, PFB-
COLO y ECOPETROL). Las Tablas 12 y 13 muestran los resultados derivados de
las estrategias antes y después de ser descontados los costos de transacción.
La estrategia DMI + SMA (20) para el periodo de validación no mostró seña-
les de compra en 6 de los activos (CEMARGOS, CLH, GRUPOSUR, ISA, PFA-
VAL y PFDAVVNDA). Por otra parte, las reglas no mostraron rendimientos en los
activos en los que se generaron operaciones (CELSIA, CORFICOL, ECOPETL,
NUTRESA y PFBCOLO). Por otro lado, la estrategia del RSI + SMA generó ren-
tabilidades tan solo para la acción de ISA en 0,6 %, situación que inicialmente
pareciera ser desfavorable para las dos estrategias planteadas; no obstante, los
resultados son significativos al compararse con las rentabilidades generadas en la
292 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

Tabla 12.
Validación de la estrategia DMI combinado con WMA

Acción Rentabilidad AC (%) Rentabilidad DC (%) Operaciones (%)


(NEMO) Regla B&H Exceso Regla B&H Exceso # Ganadoras Perdedoras
CELSIA -10,7 -8,4 -2,4 -11,6 -8,8 -2,8 2 0,0 100,0

CORFICOL -2,0 -10,4 8,4 -2,4 -10,8 8,4 1 0,0 100,0

ECOPETL -39,2 -38,2 -1,0 -39,9 -38,6 -1,2 2 0,0 100,0

NUTRESA -14,9 -17,5 2,5 -15,7 -17,9 2,1 2 0,0 100,0

PFBCOLO -2,0 -45,3 43,3 -2,9 -45,6 42,7 2 50,0 50,0

Promedio -13,8 -23,9 10,2 -14,5 -24,4 9,9 2 10,0 90,0

Nota. Se resaltan con negrilla los momentos en los que las reglas técnicas presentan rendi-
mientos en exceso en comparación con la estrategia pasiva, antes y después de considerar
los costos de transacción.

Tabla 13.
Validación de la estrategia RSI combinado con WMA

Acción Rentabilidad AC (%) Rentabilidad DC (%) Operaciones (%)


(NEMO) Regla B&H Exceso Regla B&H Exceso # Ganadoras Perdedoras
CELSIA -4,8 -8,4 3,6 -9,4 -8,8 -0,6 2 50,0 50,0
CEMARGOS -48,9 -51,7 2,8 -49,3 -52,0 2,7 1 0,0 100,0
CLH -65,0 -65,6 0,6 -65,3 -65,9 0,6 1 0,0 100,0
CORFICOL -15,6 -10,4 -5,2 -16,1 -10,8 -5,2 1 0,0 100,0
ECOPETL -33,6 -38,2 4,6 -34,6 -38,6 4,0 3 33,3 66,7
GRUPOSUR -43,5 -44,1 0,6 -43,9 -44,5 0,6 1 0,0 100,0
ISA 0,6 -5,4 6,0 -0,3 -5,9 5,6 2 50,0 50,0
NUTRESA -14,6 -17,5 2,9 -15,4 -17,9 2,5 2 0,0 100,0
PFAVAL -34,8 -43,2 8,4 -35,8 -43,5 7,7 3 66,7 33,3
PFBCOLO -34,4 -45,3 10,8 -35,4 -45,6 10,2 3 33,3 33,3
PFDAVVNDA -31,0 -35,7 4,7 -31,7 -36,1 4,4 2 50,0 50,0
Promedio -29,6 -33,2 3,6 -30,7 -33,6 3,0 2 25,8 71,2
Nota. Se resaltan con negrilla los momentos en los que las reglas técnicas presentan rendi-
mientos en exceso en comparación con la estrategia pasiva, antes y después de considerar
los costos de transacción.
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado Lina Mercedes Guerrero Durán et al. 293

estrategia pasiva, ya que esta última presentó pérdidas en la totalidad de los activos
debido al comportamiento bajista de los precios de las acciones para ese periodo.
En lo que respecta a los rendimientos en exceso generados por las estrategias, la
combinación DMI + WMA superó la estrategia pasiva antes y después de costos
en 3 de los 5 activos transados; en cambio, para el RSI + WMA esto fue posible en
10 activos, que se redujeron a 9 luego de descontados los costos.
Por otra parte, el análisis de los resultados para el conjunto de las acciones presenta
en promedio que las estrategias propuestas superaron el promedio de la estrategia
pasiva y que se presentaron excesos antes y después de costos de transacción del
10,2 % y 9,9 % para la combinación DMI + SMA, y del 3,6 % y 3,0 % para RSI +
SMA; sin embargo, dichas estrategias mostraron simplemente pérdidas inferiores
a la pasiva (Agudelo y Uribe, 2009).
En términos generales, aunque se evidencian mejores resultados en cuanto a los
excesos dados por las estrategias, estos llevan a considerar que los rendimientos
en exceso presentados por estas se asocian más al comportamiento de los precios
en los activos durante el periodo de análisis que al buen desempeño de las estrate-
gias, esto debido a que dichos excesos, en su totalidad, corresponden a una menor
pérdida, y no a rentabilidades positivas, más aún si se considera la baja fiabilidad
(porcentaje de éxito) presentada por las estrategias, la cual corresponde a tan solo
el 10,0 % (DMI + SMA) y al 25,8 % (RSI + SMA) de las operaciones ejecuta-
das. A esto se suman los resultados de la estrategia en el periodo inicial de estudio,
donde, recordemos, con esta no se lograron mejores resultados que los arrojados
por la estrategia de comprar y mantener.

CONCLUSIONES
Los resultados derivados de la investigación indican que no es posible obtener en
el mercado accionario colombiano mejores rentabilidades a partir de una estra-
tegia activa de inversión, cuyas decisiones se apoyen en las señales de compra y
venta dadas por las 6 herramientas de AT aquí evaluadas, con lo cual se apoya la
HME en su forma débil, con fundamento en lo siguiente:
• Los resultados correspondientes al uso individual de las reglas en las 11
acciones mostraron superar la estrategia pasiva de inversión en algunos
casos; no obstante, dichos resultados no lograron mantenerse al ser descon-
tados los costos de operar en el mercado. Se encontró que, en los casos en
los cuales fue posible generar rendimientos en exceso (CELSIA, CEMAR-
GOS, CLH, CORFICOL, GRUPOSUR y NUTRESA), los activos se carac-
terizaron por presentar descensos en la cotización de sus precios; dichos
excesos corresponden más a una menor pérdida que a rendimientos positi-
vos generados por las reglas.
• El uso combinado de las reglas técnicas no mostró mejores resultados que
los inicialmente alcanzados, ya que se evidenció un mejor desempeño en
294 Cuadernos de Economía, 42(88), enero-junio, 2023

los promedios iniciales que en los dados por las estrategias. No obstante, la
estrategia mantuvo los resultados dados para CELSIA y CLH, activos en los
cuales fue posible superar la estrategia pasiva, aun cuando fueron descon-
tados los costos de transacción. Se encontró que las estrategias propuestas
funcionaron mejor para los mercados con tendencias bajistas y en aquellos
con tendencias lateralizadas. Sin embargo, la poca fiabilidad en cuanto al
número de operaciones exitosas pone en duda su desempeño.
• La validación de la estrategia se realizó en un periodo en el cual el mercado
presentó un comportamiento bajista, en el que la estrategia pasiva generó
pérdidas para la totalidad de los activos analizados, por lo que los excesos
resultantes responden más a una menor pérdida frente a la estrategia pasiva
que a una rentabilidad positiva derivada de la estrategia.
Una de las limitaciones presentadas en el estudio, es que no se consideraron tasas
de mercado o tasas libres de riesgo para calcular en las rentabilidades de la estra-
tegia activa de inversión durante los momentos en los que el inversionista no pre-
senta posiciones abiertas por haber seguido la señal de venta dada por las reglas.
Por esta razón, se sugiere que este elemento sea considerado en futuros estudios.
Las estrategias de inversión aquí propuestas podrían ser evaluadas en las diferentes
tendencias (bajistas, laterales y alcistas) de manera independiente, lo cual contri-
buirá a apoyar o rechazar lo aquí presentando en cuanto al desempeño de las reglas
para periodos bajistas de mercado.

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https://doi.org/10.1108/SEF-09-2018-0294
ARTÍCULO

LA FRONTERA AGRARIA EN DISPUTA:


ANÁLISIS DE ALGUNOS CONFLICTOS
TERRITORIALES SOBRE COMUNIDADES
ÉTNICAS Y CAMPESINAS EN COLOMBIA

Carlos Alberto Suescún-Barón


César Augusto Giraldo Giraldo
Juan Pablo Sandoval Castaño
Vivian Andrea Cantor Ávila

Suescún-Barón, C. A., Giraldo Giraldo, C. A., Sandoval Castaño, J. P., &


Cantor Ávila, V. A. (2023). La frontera agraria en disputa: análisis de algunos
conflictos territoriales sobre comunidades étnicas y campesinas en Colombia.
Cuadernos de Economía 42(89), 297-329.
La ocupación y la legitimidad de derechos sobre la tierra y los territorios no corres-
ponden a una dinámica tranquila en materia social. Por el contrario, el conflicto

C. A. Suescún-Barón
Pontificia Universidad Javeriana y Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Correos
electrónicos: [email protected] - [email protected]
C. A. Giraldo Giraldo
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Correos electrónicos: [email protected].
co - [email protected]
J. P. Sandoval Castaño
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Correos electrónicos: [email protected].
co - [email protected]
V. A. Cantor Ávila
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Correos electrónicos: [email protected]
Sugerencia de citación: Suescún-Barón, C. A., Giraldo Giraldo, C. A., Sandoval Castaño, J. P., &
Cantor Ávila, V. A. (2023). La frontera agraria en disputa: análisis de algunos conflictos territoriales
sobre comunidades étnicas y campesinas en Colombia. Cuadernos de Economía, 42(89), 297-329.
https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.97146
Este artículo fue recibido el 7 de julio de 2021, ajustado el 4 de julio de 2022 y su publicación
aprobada el 12 de septiembre de 2022.

297
298 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

es persistente ante desiguales fuerzas en disputa por un mismo espacio, particular-


mente en áreas de frontera. El artículo analiza algunos de los conflictos territoria-
les en Colombia, en particular, aquellos que envuelven actividades como minería,
agricultura en gran escala y clasificación de áreas protegidas; para ello, describe
las implicaciones sobre el derecho fundamental al territorio de las comunidades
étnicas y entiende la frontera agraria como un campo en disputa social sobre el
cual recaen intereses contradictorios.
Palabras clave: conflictos; territorios; comunidades étnicas; frontera agraria.
JEL: J15, Q10, Q15, R14

Suescún-Barón, C. A., Giraldo Giraldo, C. A., Sandoval Castaño, J. P., &


Cantor Ávila, V. A. (2023). The agricultural frontier in dispute: Analysis of
territorial conflicts involving ethnic and peasant communities in Colombia.
Cuadernos de Economía, 42(89), 297-329.
The occupation and legitimacy of property rights over land and territories do not
correspond to a pacified social dynamic. On the contrary, the conflict is persis-
tent with unequal power forces in dispute for the same space, particularly in fron-
tier areas. The article analyses some of the main territorial conflicts in Colombia,
particularly those that involve activities such as mining, large-scale agriculture
and the classification of protected areas, describing the implications on the fun-
damental territorial rights of ethnic communities and understanding the agrarian
frontier as a field in social dispute upon which contradictory interests converge.
Keywords: Conflicts; territories; ethnic communities; agrarian frontier.
JEL: J15, Q10, Q15, R14
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 299

INTRODUCCIÓN
Colombia es un país pluriétnico y multicultural. Esta categoría sustenta la diversi-
dad de cosmovisiones, prácticas y tradiciones con efectos directos en las formas de
apropiación territorial. En el país se reconocen cuatro grandes categorías étnicas:
los pueblos indígenas; las comunidades negras o afrocolombianas; los raizales y
palenqueros y los pueblos rom (gitanos). Estos pueblos, a pesar de gozar de especial
protección en la formalidad constitucional y legal, presentan altos niveles de vulne-
ración de derechos, en particular, aquellos relacionados con los derechos sociales y
territoriales. En tal vulneración de derechos se suma el sujeto campesino y el campo1,
el cual también corresponde a un sujeto social histórico de la ruralidad; sin embargo,
a diferencia de las comunidades étnicas, carece de pleno reconocimiento formal
en el ámbito político, aspecto que justifica proyectos de reforma constitucional2.
Colombia también acarrea una larga tradición de violencia que ha impedido la
construcción de instituciones favorables a la generación de reales valores demo-
cráticos. Un cúmulo de factores históricos —como son el ejercicio restringido de
la participación política, la discriminación racial, la desigualdad en la distribución
de activos (entre estos, la tierra) y del ingreso, y el uso del Estado en provecho de
intereses particulares— son algunos de los principales motores del conflicto
económico y social permanente al cual se ha visto expuesto el país en el período
republicano.
Ahora bien, la violencia no es solamente aquella en la que median ejércitos de dis-
tintos bandos e ideologías. La violencia también se expresa por medio de la impo-
sición y la subyugación de órdenes y formas que no obedecen a consensos sociales
plenos. Las comunidades étnicas son agentes en tal disputa por el territorio, en la
que se confrontan no solo cosmovisiones diferentes al modo de producción capita-
lista, sino restricciones a los usos productivos, formas de ordenamiento territorial
y de explotación del subsuelo y de la superficie.

1
Situación que ha sido reconocida en la jurisprudencia de la Corte Constitucional, al sustanciar,
por ejemplo, que “En torno al mejoramiento de las condiciones de vida de la población campesi-
na, la cual ha sido reconocida como una población en situación de vulnerabilidad, la jurispruden-
cia ha enfatizado que este fin estatal no sólo se logra garantizando el acceso a un espacio físico
sino que su deber va mucho más allá, esto es, debe proveer distintos tipos de herramientas para
asegurar que esa población viva en condiciones dignas.” (Corte Constitucional, C-623 de 2015); y
en que “(...) ha sido una preocupación constante del legislador colombiano establecer regímenes
normativos que permitan mejorar la calidad de vida de los campesinos, así como la productividad
de los sectores agrícolas. Con todo, las estadísticas recogidas tanto por instituciones públicas
como por centros de investigación, muestran cómo el resultado de estos esfuerzos ha sido negati-
vo.” (Corte Constitucional, C-644 de 2012).
2
De acuerdo con la exposición de motivos del Proyecto de Acto Legislativo 254 de la Cámara
y 019 del Senado de 2022, en relación con los avances en materia normativa sobre el sujeto
campesino en Colombia: “el reconocimiento de la tierra como derecho humano y de los derechos
territoriales de las comunidades campesinas formalizaría una relación de hecho existente, cuyo
reconocimiento ha ido en evolución a nivel internacional, regional y nacional. Estos avances
deben ser afianzados y estipulados de manera expresa en la Carta Política de manera que los de-
rechos sean efectivamente protegidos y los campesinos y campesinas cuenten con garantías para
ejercerlos” (Congreso de la República de Colombia, 2022).
300 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

El artículo describe y localiza algunos de los conflictos reales y potenciales sobre


la tierra y el territorio, para lo cual tiene como foco las restricciones para el ejerci-
cio de derechos territoriales de comunidades étnicas ante la influencia de activida-
des extractivas y algunas medidas de ordenamiento territorial.

ESTADO ACTUAL DE LAS COMUNIDADES


ÉTNICAS DE COLOMBIA Y SUS
TERRITORIOS COLECTIVOS
Comunidades indígenas
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 (Departamento
Administrativo Nacional de Estadística [DANE], 2018), en Colombia, la pobla-
ción indígena ascendió a 1 905 617 personas, que pertenecen a 115 pueblos indí-
genas diferentes. Una parte importante de estos pueblos se halla en riesgo de
desaparición física y cultural, en particular, por la incidencia del conflicto armado
(Corte Constitucional, Auto 004 de 2009).
En el país, los pueblos indígenas habitan en territorios principalmente rurales bajo
figuras como resguardos y reservas. La normatividad protege estos territorios, que
tienen las características de inalienabilidad, inembargabilidad e imprescriptibi-
lidad. La estructura legal colombiana también reconoce los cabildos, formas de
gobierno propio y el derecho fundamental a la consulta previa (Pineda, 2002; Pro-
grama de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD], 2011).
Ahora bien, muchos pueblos que viven en territorios ancestrales continúan recla-
mando el reconocimiento legal bajo la figura de resguardo. A marzo de 2018, en el
país se habían constituido 724 resguardos indígenas en 27 departamentos, los cua-
les abarcaban un área de 32 342 837 ha3 (Figura 1). Respecto a los resguardos indí-
genas no constituidos, hasta ese mismo año cursaban ante la Agencia Nacional de
Tierras (ANT) 361 solicitudes de constitución de resguardos, 322 de ampliación,
24 de saneamiento y 6 de saneamiento y ampliación (ANT, 2018).

Comunidades negras y territorios colectivos


En desarrollo de lo establecido en la Carta Constitucional de 1991 sobre el carácter
pluriétnico y multicultural, se expidió en 1993 la Ley 70, norma mediante la cual
se reconocieron las comunidades negras que ocupaban tierras baldías en las áreas
ribereñas de los ríos de las cuencas del Pacífico, región en la que históricamente
han habitado estas comunidades.

3
Esta área corresponde a la suma de hectáreas que se encuentran reconocidas en la resolución de
titulación, la cual puede diferir de otras formas de reconocimiento de derechos territoriales de estas
comunidades, como es el caso de las denominadas reservas indígenas.
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 301

Con este hito normativo, las comunidades afrocolombianas “fueron caracterizadas


como grupo étnico de modo equivalente al de los indígenas, es decir, con base en
dos criterios: la ancestralidad en la ocupación de determinados territorios y la pre-
sencia de rasgos específicos en su organización socioeconómica y cultural” (Bar-
bary y Urrea, 2004, p. 54).
Hasta el 2018, en el país se contaban 187 territorios colectivos de comunidades
negras constituidos en 9 departamentos, que abarcaban un área total de 5 679 617
ha (Figura 1).

Figura 1.
Territorios colectivos de comunidades negras y resguardos indígenas (2018)

Límite departamental
Resguardos indígenas (2018)
Territorios colectivos comunidades negras (2018)

Fuente: ANT (2018). Elaboración propia.


302 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Ahora bien, muchas comunidades negras aún no gozan de la titulación colectiva


de sus tierras y enfrentan un alto grado de vulnerabilidad debido a la inseguridad
jurídica de sus derechos territoriales. De acuerdo con la ANT (2018), hasta el año
2018 aproximadamente 271 consejos comunitarios no tenían ese tipo de titulación
y ante la entidad reposaban 241 solicitudes de legalización de titulación colectiva
a estas comunidades.

La consulta previa en la defensa y protección de


los territorios étnicos
En revisión de la jurisprudencia de la Corte Constitucional, la consulta previa es
un derecho fundamental de las comunidades étnicas, fundado en el derecho que
tienen los pueblos a decidir sobre aquellos aspectos que afecten sus vidas, creen-
cias, instituciones o territorios4. Este proceso de consulta debe garantizarse siem-
pre que exista una afectación directa sobre los intereses de la comunidad de que se
trate, es decir, cuando esta vaya a sufrir una intromisión intolerable en sus dinámi-
cas sociales, económicas y culturales5.
Vale decir que las disputas trascienden los campos materiales, siendo el derecho
una amenaza y un arma al mismo tiempo para los distintos actores participan-
tes en la lucha por el reconocimiento y la sobrevivencia (Bourdieu y Wacquant,
2005). Así, el derecho fundamental a la consulta previa es observado por acto-
res institucionales y empresariales como un obstáculo a los procesos de desarro-
llo, en el cual, las comunidades étnicas son sujetos opositores de los intereses de
estos agentes.
Esta contradicción sobresale en documentos oficiales como el Documento Con-
pes 3762 de 2013. Lineamientos de Política para el Desarrollo de Proyectos de
Interés Nacional y Estratégicos – PINES (Departamento Nacional de Planeación
[DNP], 2013), el cual sustenta la consulta previa como principal limitación para
la agilidad y el desarrollo de megaproyectos. Es tal la incomodidad que genera
este derecho fundamental de las comunidades étnicas que el Gobierno nacional,
desde 2016, ha pretendido reformar la consulta previa, situación que ha eviden-
ciado grandes diferencias entre los actores intervinientes.
Mientras el Gobierno nacional ha buscado fijar reglas procedimentales en aras
de privilegiar la celeridad y estabilidad jurídicas para el desarrollo económico,
mediante la construcción de grandes obras en jurisdicción o con afectaciones a

4
De acuerdo con la jurisprudencia de la Corte Constitucional en Colombia, la consulta previa
como derecho fundamental “(...) Establece un modelo de gobernanza, en el que la participación es
un presupuesto indispensable para garantizar los demás derechos e intereses de las comunidades,
como ocurre con la integridad cultural, la libre determinación, el territorio y el uso de los recursos
naturales etc., por lo cual tiene un carácter irrenunciable e implica obligaciones tanto al Estado
como a los particulares” (Corte Constitucional, SU123 de 2018).
5
La consulta previa de las comunidades étnicas en Colombia es parte del bloque de constitucionali-
dad a partir de la adopción del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
aprobado en la legislación colombiana mediante la Ley 21 de 1991.
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 303

territorios colectivos de comunidades étnicas, los pueblos indígenas y las comu-


nidades negras han manifestado los riesgos y las lesiones potenciales de derechos
que provoca el avance de este tipo de proyectos.

Sujetos históricos del campo sin ancestralidad reconocida:


las comunidades campesinas
El sujeto campesino puede definirse como un producto histórico cuyas génesis y
transformación están relacionadas con el proceso de acumulación de capital
y con las distintas formas de vida asociadas a su lucha por el acceso a la tierra y
al reconocimiento de su trabajo y tecnología propios (Instituto Colombiano de
Antropología e Historia [ICANH], 2017).
El campesinado en Colombia también es objeto de debate como categoría social,
cultural y como sujeto de derechos. Distintos requerimientos se han elevado al
respecto para garantizar su reconocimiento en procesos de medición estadística a
nivel nacional6 y ante instancias multilaterales7.
En efecto, no todos los habitantes del campo son campesinos, sin embargo, sí se
distinguen de actores representativos de los sistemas agroindustriales y latifun-
distas a pesar de mantener vínculos o relaciones. Asimismo, las territorialidades
campesinas se localizan en aquellos lugares donde se constituyen formas diferen-
ciables de habitar y de transformar la naturaleza a partir del trabajo y de las demás
actividades que desarrollan (producción agrícola familiar, organización vecinal,
relaciones con ecosistemas, etc.) (ICANH, 2017).
En el país no existe una delimitación exhaustiva sobre todos los territorios habita-
dos por la población campesina, diferenciada de otros espacios rurales apropiados
por los demás actores del campo; sin embargo, se observa que los sujetos campe-
sinos cohabitan las áreas rurales junto con los empresarios del campo en todos los
departamentos del país. El más reciente Censo Nacional Agropecuario, llevado
a cabo en 2014 (DANE, 2016), por ejemplo, se centró en la categoría de produc-
tores agropecuarios y de unidades de producción agropecuaria (UPA), por lo que
no identificó la categoría campesina ni incluyó criterios de autorreconocimiento.
Son varias las formas de organización de los campesinos en los niveles local y
regional, pero sobresalen formas cooperativas, distritos agroalimentarios y zonas
de reserva campesina (ZRC)8. Sobre esta última figura, de acuerdo con informa-
ción de la ANT, hasta 2019 se contaban siete ZRC constituidas, ubicadas en los
departamentos de Bolívar, Santander, Cundinamarca, Huila, Guaviare, Putumayo
y en la región de Montes de María, que hasta ese año ocupaban un área aproxi-
mada de 875 000 ha.

6
Al respecto, ver Dejusticia (2017).
7
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (2013).
8
Las zonas de reserva campesina fueron creadas en la Ley 160 de 1994 y reglamentadas mediante
el Decreto 1177 de 1996.
304 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

LA FRONTERA AGRARIA:
UN CONCEPTO EN DISPUTA
Son múltiples las acepciones que envuelven el debate y la definición del con-
cepto de frontera agraria en países en desarrollo. Una primera definición de fron-
tera agraria tiene su esencia en la estructura de la propiedad y la formalidad sobre
la tierra. En tal sentido, la frontera agraria corresponde a un espacio, área o terri-
torio de reciente incorporación a la actividad económica, donde priman tierras
públicas o la indefinición de derechos de propiedad (Perfetti et al., 2013). En esta
definición se considera que la frontera agraria está circunscrita a límites políticos
(fronteras con otros países) y naturales (selvas, mares), y en tiempos recientes, a
las fronteras con territorios colectivos de comunidades étnicas, es decir, la frontera
está definida también por formas de propiedad.
Otra acepción de este concepto corresponde a la característica de “válvula de
escape” en términos de conflicto social, es decir, la frontera agraria como espacio
inculto que potencialmente puede garantizar acceso a la propiedad de la tierra para
trabajadores rurales o campesinos sin tierra o con tierra insuficiente (Berry, 2017;
LeGrand, 1988; Machado, 1994). Respecto a esta definición, se puede afirmar que
la frontera agraria es considerada un proceso, no un estado particular de la reali-
dad social rural; es decir, la ocupación de nuevas áreas obedece a un proceso his-
tórico influenciado por conflictos entre diversos actores por el acceso y disfrute
de un bien sobre el cual se tienen distintas valoraciones y cosmovisiones (Melo,
2007). Así, la frontera agraria es dinámica y responde a fenómenos de naturaleza
económica, social y cultural (Fajardo, 2002; 2014).
A las definiciones anteriores, algunos autores suman factores de poder económico y
político, los cuales afectan las lógicas de ocupación y uso. Así, la incorporación de
nuevas áreas de frontera se da también por el influjo de la gran propiedad en conni-
vencia con la violencia, es decir, su expansión obedece a la alta y conflictiva con-
centración de la propiedad de la tierra (Molano, 2001; 2016).
Ahora bien, la influencia del poder económico y político sobrepasa los límites nacio-
nales, por lo que, bajo este enfoque, la frontera agraria está determinada también
por la influencia de la división internacional del trabajo. Esto es, está atada al deve-
nir de los ciclos de las materias primas que garantizan la producción y exportación
de bienes básicos o con escaso valor agregado. Es decir, el proceso de ocupación de
nuevas áreas en economías subdesarrolladas, como la colombiana, responde a los
ciclos productivos (legales e ilegales) (LeGrand, 1988; Molano, 2016; Reyes, 2016).
Con estos precedentes, la frontera agraria puede ser caracterizada como un campo
de disputa social9 en la dinámica del capitalismo rural, donde confluyen conflictos
históricos sobre el territorio, explicados por la pugna entre actores y cosmovisiones

9
Al establecer la definición de frontera agraria como campo social, se acude a la teoría propuesta por
Bourdieu y Wacquant (2005), según la cual los territorios son entendidos como espacios o campos
de disputa por su acumulación, monopolio, garantía de uso o control por parte de diversos agentes.
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 305

que generan relaciones de poder diferenciadas. En el caso colombiano, la frontera


agraria obedece a un proceso histórico atravesado por la persistencia de la violencia,
la desposesión de la tierra y la imposición de determinadas formas institucionales
en los territorios.
Ahora bien, a esta definición propuesta de frontera agraria se opone una visión
técnica, la cual entiende el concepto a partir de la caracterización de ocupaciones
y usos del suelo en materia dinámica, de manera que sustrae factores históricos,
políticos, sociales y culturales, a la vez que reduce la definición a un espacio de
aprovechamiento económico definido como frontera agrícola.
De acuerdo con la Unidad para la Planificación Rural y Agropecuaria (UPRA), la
frontera agrícola corresponde a una línea limítrofe entre dos áreas: aquella donde
la actividad económica agropecuaria y forestal es posible, y aquella donde no, lo
que puede ser explicado por diversas restricciones a los usos, a la propiedad, a la
posibilidad de acceso, etc. (UPRA, 2018).
Esta anterior definición entiende el espacio rural como un activo delimitado en tér-
minos técnicos para el juego del mercado y tiene como objetivo demarcar el campo
de acción posible de los inversionistas nacionales y extranjeros, así como también
del Estado. Esta es la definición adoptada por el Gobierno nacional mediante la
resolución de Frontera Agrícola Nacional (0261 de 2018 / resolución [Ministe-
rio de Agricultura y Desarrollo Rural]. Por medio de la cual se define la Frontera
Agrícola Nacional y se adopta la metodología para la identificación general. 21
de junio de 2018). En esta resolución, la definición de frontera agrícola corres-
ponde fundamentalmente a una definición biofísica y legal que excluye la dinámi-
ca humana (demográfica) y los conflictos históricos (sociales y políticos) como
determinantes del ordenamiento social y productivo del territorio y su gobernanza.
Estas aseveraciones sobre la definición de Frontera Agrícola Nacional se susten-
tan en que esta 1) evidencia la exclusión de amplios sectores y actores sociales;
2) contribuye a invisibilizar los conflictos políticos y sociales ligados al territo-
rio y su distribución; 3) en la caracterización de los conflictos de uso no se inclu-
yeron las apuestas de especulación sobre los territorios ni el despojo violento que
ha caracterizado gran parte del proceso de concentración de la propiedad rural en
Colombia.
En consecuencia, la definición de la Frontera Agrícola Nacional se salta la nece-
sidad de un proceso de ordenamiento territorial. Esto tiene varias implicaciones,
entre ellas, las siguientes: 1) no existe una perspectiva regional de la frontera agríco-
la; 2) no hay una visión prospectiva de dicha frontera agrícola relacionada con una
política de asentamientos humanos; y 3) no se encuentra una visión de las interre-
laciones existentes entre los territorios. Por consiguiente, el énfasis en lo técnico
oculta el problema político que enmarca las disputas territoriales en la frontera
agraria.
306 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Caracterización de algunos conflictos territoriales en Colombia


y su incidencia sobre comunidades étnicas y campesinas
En los márgenes de la frontera agraria también se hallan bosques naturales y otras
áreas de protección ambiental que se traslapan con territorios colectivos. En tal
medida, la mayor concentración de la propiedad dentro de la frontera10 y la inci-
dencia de determinadas actividades económicas —como la minería y la agricultura
en gran escala— generan presiones sobre las comunidades étnicas y campesinas
localizadas allí.

La minería y los conflictos territoriales en comunidades


étnicas y ZRC
Siguiendo a Garay (2013), la actividad minera es entendida en el ámbito espacial
como una figura de macroordenamiento territorial y es representada por intereses
bien definidos, ampliamente concentrados y, en consecuencia, con alta injerencia
en materia de poder político y económico.
Una forma de analizar las pujas entre los distintos actores interesados en esta acti-
vidad económica y en sus impactos es el examen de la estructura jurídica y sus
transformaciones. De un lado, deben considerarse las demandas de los empresa-
rios nacionales y extranjeros para acceder a títulos de explotación minera de forma
cierta y rápida. A tal pretensión, el Estado colombiano ha respondido con ajustes
normativos, declarando esta actividad como de interés público y estratégico (Ley
1450, 2011, Art. 2); con la creación de una nueva institucionalidad para la recep-
ción de solicitudes de titulación minera (Agencia Nacional de Minería [ANM])
y para dar flexibilidad y celeridad a los procesos de licenciamiento ambiental
(Agencia Nacional de Licencias Ambientales); también con la pretensión, aún no
concretada, de limitar o flexibilizar la consulta previa con comunidades étnicas11.
Para revelar los conflictos de la actividad minera con los territorios colectivos de
comunidad étnicas y las zonas de reserva campesinas, se consideró la yuxtaposi-
ción de las áreas correspondientes a estos territorios, localizados en gran medida
en los márgenes de la frontera agraria, y los polígonos que definen los títulos
mineros vigentes y las solicitudes en trámite ante la ANM.

10
De acuerdo con los datos del Censo Nacional Agropecuario de 2014 (DANE, 2016), el índice de
Gini de concentración de tierras en tierras reclamadas como propiedad privada alcanzó 0,9. Ver
más detalles en Suescún y Fuerte (2017).
11
De otro lado, las comunidades han respondido con demandas ante las instancias judiciales, ale-
gando, entre otras cosas, la defensa del agua y de la biodiversidad. Algunas de las decisiones de
la Corte Constitucional en estos casos han establecido, entre otras, la prohibición de actividades
mineras en ecosistemas de páramo (Corte Constitucional, C-035 de 2016) y el reconocimiento
del río Atrato como sujeto de derechos, que es considerado una víctima de la actividad extractiva
(Corte Constitucional, T-622 de 2016). Igualmente, las disputas jurídicas han conectado con pro-
cesos locales de participación ciudadana (consultas populares), y en varios casos se ha establecido
el carácter “ilegítimo” a nivel municipal de la actividad minera debido a sus consecuencias eco-
nómicas, sociales, ambientales y culturales (Garcés y Rapalino, 2015).
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 307

Titulación minera en territorios de comunidades étnicas


y campesinas
Cruzando la información de titulación minera con los territorios colectivos de
comunidades indígenas, de acuerdo con información de la ANM, hasta 2018 exis-
tían 431 títulos mineros que traslapaban con áreas de resguardos indígenas, y el
76 % se encontraba activo. En tal escenario, al menos 34 pueblos indígenas12 dife-
rentes estarían bajo la influencia de esta actividad económica. El área que cubre
este traslape ascendió a 289 205 ha en 2018 (Tabla 1, Figura 2).
Las comunidades indígenas con mayor número de títulos mineros en jurisdicción
de sus territorios son los pueblos embera13, con un 61 % (256 títulos); curripaco,
con el 13 % (58 títulos); pijao, con un 7 % (29 títulos); y wayúu, con el 5 % (22
títulos). El resto de las comunidades afectadas por la titulación minera, en general,
tienen un número pequeño de títulos.
Los títulos fueron concedidos principalmente a empresas multinacionales especia-
lizadas en la explotación de estos minerales. La multinacional Anglogold Ashanti
Colombia S. A., junto con otras empresas filiales o controladas, poseía hasta 2018
cerca del 43 % de los títulos que traslapan resguardos indígenas, lo que involucra
143 387 ha, es decir, el 50 % del total del área traslapada entre títulos mineros y
resguardos indígenas.
Otras dos empresas con alta representatividad en número de títulos mineros y en
área traslapada con resguardos indígenas son Colombian Strategical Minerals S.
A. C. I. e Ibut Niti S. A. S., las cuales se especializan en la exploración y explo-
tación de minerales raros, como vanadio, tantalio, niobio, entre otros. El área de
influencia de estos títulos corresponde al departamento de Guainía, y los traslapes
corresponden a resguardos de comunidades indígenas curripacos.
En el caso de los traslapes de la titulación minera con territorios colectivos de
comunidades negras, se encuentra que en la actualidad existen 339 títulos mine-
ros yuxtapuestos. El área que abarcan estos títulos asciende a 413 125 ha, las cua-
les se hallan dispersas en 49 municipios de la región Pacífica. Los municipios con
mayor incidencia de la minería sobre territorios de comunidades negras son López
de Micay (Cauca), Quibdó (Chocó), Guapi (Cauca) y Buenaventura (Valle del
Cauca), que suman el 58 % del total de los traslapes (Tabla 1, Figura 3).

12
La información suministrada por la ANT (respuesta a derecho de petición) respecto a las áreas de
resguardos indígenas en mucho relaciona fallas de digitación o la categoría “otros” en la casilla
correspondiente a la definición de etnia, por lo tanto, solo se puede estimar el número mínimo de
pueblos o comunidades afectados.
13
En este pueblo hay diferentes variantes culturales que han sido sumadas bajo la denominación
“embera”, incluyendo embera katío, embera chamí, embera dobida, entre otras.
308 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Tabla 1.
Titulación minera en territorios étnicos y ZRC

Número Área % de títulos en


Territorio/Comunidad Metal o mineral
de títulos traslapada ejecución
étnica o campesina de interés
mineros (ha) (activos)

Comunidades Oro (el 63 % del


431 289 205 76 %
indígenas área traslapada)
Comunidades negras Oro (el 77 % del
339 413 125 79 %
(afrocolombianas) área traslapada)
Zonas de reserva cam- Materiales de
pesina (ZRC) consti- construcción,
82 23 731 100 %
tuidas y en proceso de carbón, oro,
constitución plata, entre otros

Total 852 726 061

Fuente: ANM (2018) y ANT (2018). Cálculos y elaboración propios.

De estos 339 títulos mineros, el 79 % se encuentra en estado “Vigente-En ejecu-


ción”; el restante 21 % se encuentra en estado “Vigente-Suspendido”. Los títu-
los tienen como metal de interés —directamente o como explotación asociada al
título— el oro, que comprende aproximadamente el 77 % del área traslapada.
Al igual que los títulos que traslapan resguardos indígenas, en el caso de aquellos
que corresponden a territorios colectivos de comunidades negras, los títulos de
concesión han sido otorgados principalmente a empresas multinacionales.
La multinacional Anglogold Ashanti Colombia S. A. y la empresa Exploraciones
Chocó Colombia S. A. S. son detentoras del 30 % de los títulos (101 en total) que
se traslapan con estos territorios ancestrales de comunidades afrocolombianas. El
área que cubren los títulos mineros otorgados a estas dos empresas alcanza 73 940
ha. Ahora bien, cerca de la mitad de estos títulos (46) se encuentran suspendidos
por la autoridad minera.
Es difícil medir en hectáreas y población el total de los conflictos generados por la
actividad minera en la población campesina. Sin embargo, investigaciones reali-
zadas de manera dispersa acerca de impactos ambientales, económicos y sociales
sobre diversas comunidades a partir de estudios de caso revelan una gran comple-
jidad. Este es el caso de estudios que relacionan los impactos de la minería del
carbón, la extracción del oro y de otros minerales en municipios con actividades
agropecuarias campesinas (Ibáñez y Laverde, 2014).
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 309

Para efectos de medición, en este artículo se consideran las zonas de reserva cam-
pesina (ZRC). En lo que atañe a las ZRC constituidas, se encuentran traslapadas
2846 ha correspondientes a 24 títulos mineros, cuya totalidad se halla en estado
“Vigente-En ejecución”, según información reportada por la ANM (Tabla 1,
Figura 4).
Ahora bien, de estos 24 títulos mineros, solamente dos tienen como propósito la
extracción de oro y plata, los restantes corresponden a la extracción de grava y
otros materiales de construcción. Sin embargo, sobresale la importancia que tiene
el carbón como mineral de interés, principalmente en la ZRC del Catatumbo (el
56 % del área traslapada corresponde a este mineral).

Solicitudes de titulación minera en territorios de comunidades


étnicas y en ZRC
De acuerdo con la información de la ANM, hasta 2018 se habían radicado 1587
solicitudes de concesión minera que traslaparon territorios indígenas. Según los
registros de la ANM, solamente dos de estas solicitudes habían sido archivadas y
las restantes 1585 estaban en proceso de validación. En cuanto al mineral de inte-
rés para la extracción, las solicitudes se siguieron concentrando en la minería del
oro: 813 de las 1587 solicitudes referían de manera directa o indirecta a la poten-
cial explotación de este mineral. Hasta 2018, el área total involucrada en estas soli-
citudes para extracción de oro alcanzó las 465 027 ha (Tabla 2, Figura 2).

Tabla 2.
Solicitudes de titulación minera en territorios étnicos y en ZRC

Territorio/ Área
Número de Metal o mineral % de solicitudes
Comunidad étnica o traslapada
solicitudes de interés vigentes
campesina (ha)
Oro (el 52 % de
Comunidades las solicitudes;
1587 1 122 949 99,9 %
indígenas el 41 % del área
solicitada)
Oro (el 60 % de
Comunidades negras las solicitudes;
1114 655 521 100 %
(afrocolombianas) el 64 % del área
solicitada)
Zonas de reserva
campesina (ZRC)
Carbón, grava y
constituidas y en 96 48 605 100 %
asfalto
proceso de
constitución
Total 2797 1 827 075

Fuente: ANM (2018) y ANT (2018). Cálculos y elaboración propios.


310 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Figura 2.
Áreas tituladas y en solicitud de titulación para explotación minera en resguardos
indígenas

Montería

Bogotá, D.C

Puerto Inírida

Títulos mineros
Solicitudes de títulos mineros
Resguardos indígenas constituidos

Fuente: ANM (2018) y ANT (2018). Cálculos propios.


La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 311

Figura 3.
Áreas tituladas y en solicitud de titulación para explotación minera en territorios
colectivos de comunidades negras

Montería

Bucaramanga

Quibdó

Bogotá, D.C

Títulos mineros
Solicitudes de títulos mineros
Territorios colectivos comunidades negras

Fuente: ANM (2018) y ANT (2018). Cálculos propios.


312 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Figura 4.
Áreas tituladas y en solicitud de titulación para explotación minera en zonas de
reserva campesina

Montería

Bogotá, D.C

Puerto Inírida

Títulos mineros
Solicitudes de títulos mineros
Zonas de reserva campesina constituidas
Zonas de reserva campesina en constitución
Zonas de reserva campesina proyectadas

Fuente: ANT (2018), Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (ANZORC,


2018) y ANM (2018). Cálculos propios.
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 313

Al igual que las solicitudes que se traslapan con resguardos indígenas, las solici-
tudes que cubren territorios colectivos de comunidades afrocolombianas tienen
como interés la extracción de oro (el 60 % del total de las solicitudes). Las empre-
sas que han solicitado áreas considerables son Continental Gold Limited Sucursal
Colombia S. A. y Anglogold Ashanti. En total, estas empresas conjuntamente con-
centraban 136 736 ha en solicitudes de titulación minera que se traslaparon con
territorios colectivos (datos hasta 2018) (Tabla 2, Figura 3).
En lo que respecta a las ZRC ya constituidas, las solicitudes de titulación minera
mantienen como foco de interés la explotación de materiales de construcción y
asfalto (82 % del área solicitada). Una empresa denominada Comercializadora
Tesoro S. A. S. concentraba el 34 % del total del área solicitada (6393 ha en el
departamento del Guaviare) a 2018 (Figura 4, Tabla 2).
Ahora bien, la titulación minera también genera potenciales conflictos con campe-
sinos que procuran el retorno a las tierras que les fueron despojadas o que tuvieron
que abandonar forzosamente. Con datos consolidados de áreas microfocalizadas
para restitución de tierras hasta agosto de 2015 y titulación minera hasta marzo
de 2018, se obtiene un traslape de 733 593 ha. Es decir, el área yuxtapuesta sobre
estas capas de intervención en materia social y económica se multiplicó por 8 en
menos de 6 años, considerando los hallazgos de Garay (2013).

LA AGRICULTURA EMPRESARIAL EN LA
DISPUTA POR LA FRONTERA AGRARIA
Los procesos de colonización cumplen una función económica en la expansión
de la frontera agraria: garantizan mano de obra fijada de manera temporal en
las nuevas áreas ocupadas y al mismo tiempo permiten el avance de la concen-
tración de la propiedad sobre la tierra (Fals Borda, 1975; LeGrand, 1988). Sin
embargo, en los últimos tiempos, la agricultura en la frontera agraria parece
autonomizarse de los procesos de colonización, es decir, se independiza el ritmo
de ocupación de la dinámica de ocupación previa por parte de campesinos.
Al respecto, sobresale la pretensión de grandes empresarios por la titulación o con-
cesión de grandes extensiones de tierras baldías, especialmente en los límites de
la frontera agraria. Esto implica la modificación de las normas internas que obli-
gan a la titulación preferencial de dichas áreas a campesinos sin tierra o con tierra
insuficiente, esquema fundado en el principio de la función social de la propie-
dad (Arias, 2017; Instituto Colombiano de la Reforma Agraria [INCORA], 2001).
Para sustentar esta nueva realidad de ocupación de las áreas en la frontera agra-
ria, se realizó un cruce cartográfico entre las capas de las áreas delimitadas como
zonas de interés de desarrollo rural, económico y social (ZIDRES) (Ley 1776,
2016) y la capa que define la frontera agrícola (0261 de 2018 / resolución [Minis-
terio de Agricultura y Desarrollo Rural]. Por medio de la cual se define la Fron-
tera Agrícola Nacional y se adopta la metodología para la identificación general.
21 de junio de 2018). De esta manera, se pretende caracterizar la aparente conver-
314 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

gencia de los intereses empresariales de la agricultura en gran escala con la pre-


tensión de cierre y delimitación de la frontera agraria establecida en los acuerdos
de paz de La Habana (2016)14.
De acuerdo con la UPRA (2018), la frontera agrícola es entendida como una “can-
cha” donde es posible llevar a cabo el juego del mercado y la producción agrope-
cuaria. Según los cálculos de la entidad, el 35 % del área continental (40 millones
de hectáreas aproximadamente) es parte de la frontera agrícola, el área restante
corresponde a “exclusiones legales” (25,8 millones de hectáreas) y “bosques natu-
rales y áreas no agropecuarias” (48,2 millones de hectáreas) (UPRA, 2018, p. 59) .
Al realizar el cruce de las capas de la frontera agrícola (0261 de 2018 / resolución
[Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural]. Por medio de la cual se define la
Frontera Agrícola Nacional y se adopta la metodología para la identificación gene-
ral. 21 de junio de 2018), y las áreas delimitadas como potenciales ZIDRES, se
encuentra que cerca del 19 % del total del área definida para actividades agríco-
las, forestales y pecuarias corresponde a ZIDRES (7 278 964 ha). De hecho, las
ZIDRES estarían ubicadas en el margen de la frontera15, y apenas el 4 % se halla-
rían fuera del área demarcada como frontera agrícola. De esta manera, una de las
“barreras de contención” a la expansión de la frontera agrícola la conformarían las
ZIDRES, lo cual acarrea un serio riesgo si se toman en consideración experien-
cias como la de Brasil, donde el agronegocio en las regiones centro-oeste y norte
ha contribuido a la pérdida de bosques y selvas tropicales (Deininger y Byerlee,
2011; Pereira, 2019).
Es conveniente señalar que la apuesta de los últimos gobiernos ha sido impulsar el
crecimiento del sector agropecuario mediante grandes proyectos agroindustriales,
así ha convertido a pequeños y medianos productores en simples asociados de las
grandes plantaciones. Un análisis crítico de la Ley 1776 de 2016 permite inferir que:
• las áreas de reciente ocupación, que corresponden en gran medida a la de-
finición dada en el artículo 1 de la Ley, ahora serán dadas preferencialmente
a empresarios con el fin de desarrollar grandes proyectos;
• la preferencia que da la Ley a la transferencia e inclusión de tecnología en
los proyectos, permite concluir que tales iniciativas productivas no serán
intensivas en mano de obra, y
• las áreas en disputa son vecinas de territorios colectivos de comunidades
étnicas, afrocolombianas y campesinas, lo cual, en la práctica, limitará la
expansión de estos territorios en el futuro.

14
Versión completa del Acuerdo de Paz entre la guerrilla de las FARC y el Estado colombiano
en 2016: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/finAcuerdoPazAgosto2016/12-
11-2016-Nuevo-Acuerdo-Final.pdf.
15
Tres departamentos (Meta, Casanare y Vichada) contienen el 70 % de las áreas delimitadas como
ZIDRES. En jurisdicción de estos departamentos se han presentado denuncias por acumulación
irregular de unidades agrícolas familiares (UAF) por parte de empresarios nacionales y extranje-
ros. Al respecto, ver Oxfam (2013).
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 315

Estos tres factores permiten prever que estas áreas serán proclives a conflictos
territoriales entre los distintos agentes en disputa por el espacio rural.
Por ejemplo, al establecer un cruce de variables entre las áreas delimitadas por la
UPRA como potenciales ZIDRES y las zonas de reserva campesina en proceso de
constitución, se encuentra un traslape (conflicto potencial por la ocupación y el
uso) de 101 270 ha. Al realizar el cruce con las ZRC proyectadas, se encuentra que
el traslape alcanza las 231 471 ha.
La forma de calcular las potenciales restricciones a la ampliación de territorios
colectivos de comunidades negras e indígenas fue mediante la constitución de
buffers que miden el área de influencia de las ZIDRES delimitadas por la UPRA a
1000, 2000 y 5000 m de distancia de estos territorios colectivos.
En el caso de las comunidades negras, se totalizan 17 967 ha que definen el área
de influencia para potenciales conflictos con ZIDRES en áreas inferiores a 5 km,
lo cual afecta a 11 territorios colectivos localizados en Cauca, Nariño, Antioquia y
Córdoba. En el caso de los resguardos indígenas, este potencial conflicto abarca-
ría 1 610 588 ha e involucraría a 316 resguardos constituidos.
Ahora bien, 5 km puede ser considerada una distancia poco preocupante en el
corto plazo, por lo cual se examinaron áreas de influencia menores. Al contemplar
el caso de las ZIDRES delimitadas y su cercanía a territorios colectivos a una dis-
tancia menor o igual a un kilómetro, para el caso de territorios colectivos de comu-
nidades negras se encontró un área de influencia de 2357 ha, y, para el caso de las
comunidades indígenas, la afectación potencial se reduce a 346 946 ha e involucra
a 244 resguardos indígenas constituidos.

EL TERRITORIO Y LAS ÁREAS


PROTEGIDAS: CONFLICTOS AMBIENTALES,
ÉTNICOS Y TERRITORIALES
En la frontera agraria confluyen múltiples procesos que caracterizan diversidad de
tensiones y conflictos, uno de estos se relaciona con el enfrentamiento entre los
usos del suelo en áreas protegidas16 y los usos del suelo de la frontera agraria que
tiende a abarcar tales áreas. Sin embargo, las disputas sobre las zonas de protección

16
El sistema de áreas protegidas es una delimitación de espacios destinados a usos de conservación
por su importancia ambiental, tales como reservorios de grandes biomas y ecosistemas garantes
de la biodiversidad, la conectividad ecológica y la sustentabilidad de los territorios anclados a
los servicios ecosistémicos. De acuerdo con la normatividad, las áreas protegidas son espacios
geográficamente definidos a fin de alcanzar objetivos específicos de conservación ambiental
(2372 de 2010 / Decreto [Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial]. Por el cual
se reglamenta el Decreto-ley 2811 de 1974, la Ley 99 de 1993, la Ley 165 de 1994 y el Decreto-
ley 216 de 2003, en relación con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, las categorías de ma-
nejo que lo conforman y se dictan otras disposiciones. Julio 1 de 2010). La declaración de áreas
protegidas es una forma jurídica de cumplimiento de los deberes del Estado en relación con la
conservación in situ de la diversidad biológica (Guerrero, 2006; Mesa, 2015).
316 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ambiental no se limitan a las tensiones asociadas con la expansión de la frontera


agraria y la dinámica económica (principalmente de actividades extractivas); por
el contrario, se sobreponen diversos conflictos socioambientales relacionados
con diferentes actores, como las comunidades indígenas, afrocolombianas y
campesinas (Pérez-Rincón, 2014).
En Colombia, las áreas protegidas se dividen en públicas y privadas. Las áreas pro-
tegidas públicas son: a) las del Sistema de Parques Nacionales Naturales (PNN); b)
las reservas forestales protectoras (nacionales y regionales); c) los parques natura-
les regionales; d) los distritos de manejo integrado (nacionales y regionales); e) los
distritos de conservación de suelos (regionales); y f) las áreas de recreación (regio-
nales). Las diferencias entre áreas radican en las combinaciones entre el estado de
la función, estructura y composición del ecosistema; los servicios ecosistémicos
que ofrece; y el tipo de manejo que se establece para cada uno. Por su parte, solo
existe una categoría de área protegida privada, denominada reserva natural de la
sociedad civil (PNN, 2015). La Tabla 3 describe las características de cada una de
las áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP).
Actualmente existen 29 millones de áreas protegidas que forman parte del SINAP:
el 56 % corresponden a las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales
(PNN); el 44 %, a las otras áreas del SINAP de propiedad pública (reservas fores-
tales protectoras, parques naturales regionales, distritos de manejo integrado, áreas
de recreación y distritos de conservación de suelos); y el 0,44 %, a las reservas
naturales de la sociedad civil. La Tabla 4 ilustra el número de hectáreas por dife-
rentes áreas. Estas áreas se localizan principalmente en el sur del país hacia la lla-
nura oriental y la selva amazónica, en el borde occidental del océano Pacífico
colombiano, en las cordilleras y en la Sierra Nevada de Santa Marta en el norte
del país (Figura 5).

Tabla 4.
Áreas protegidas en Colombia (2018)

Áreas protegidas Hectáreas


Reservas naturales de la sociedad civil 126 727
Parques nacionales naturales 16 138 564
Otras áreas protegidas – SINAP 12 842 392
Total 29 107 682

Fuente: PNN (2018). Cálculos y elaboración propios.


Tabla 3.
Características de las áreas protegidas que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP)

Área protegida Estado del ecosistema Tipo de manejo Autoridad competente


Sistema de Parques Naciona-
les Naturales (Congreso de la
República de Colombia. 2811
Ministerio de Ambiente y Desarro-
de 1974 [decreto con fuerza de Ecosistemas que mantienen la
La frontera agraria en disputa

llo Sostenible Unidad (delimitación)


ley]. Por medio del cual se expide estructura, composición y función, Preservación, restauración, conoci-
Administrativa Especial Parques
el Código de Recursos Natura- así como los procesos ecológicos y miento y disfrute.
Nacionales Naturales (adminis-
les Renovables y de protección evolutivos que los sustentan.
tración)
al Medio Ambiente. Enero 27 de
1975. Publicado en el Diario Ofi-
cial No. 34243).
Ministerio de Ambiente y Desarro-
Ecosistemas de bosque que mantie-
llo Sostenible
nen su función, aunque su estruc- Preservación, uso sostenible, res-
Reservas forestales protectoras Unidad (delimitación)
tura y composición hayan sido tauración, conocimiento y disfrute.
Corporaciones Autónomas Regio-
modificadas.
nales (administración)
Ecosistemas que mantienen su
estructura, composición y función, Preservación, restauración, conoci- Corporaciones Autónomas Regiona-
Parques naturales regionales
así como los procesos ecológicos y miento y disfrute. les (delimitación y administración)
evolutivos que los sustentan.
Ecosistemas y paisajes que man-
tienen su composición y función, Uso sostenible, preservación, res- Corporaciones Autónomas Regiona-
Distritos de manejo integrado
aunque su estructura haya sido tauración, conocimiento y disfrute. les (delimitación y administración)
modificada.
Carlos Alberto Suescún-Barón et al.

(Continúa)
317
Tabla 3.
318

Características de las áreas protegidas que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP)

Área protegida Estado del ecosistema Tipo de manejo Autoridad competente


Paisajes y ecosistemas estratégicos
en la escala regional que mantie-
Restauración, uso sostenible, Corporaciones Autónomas Regiona-
Áreas de recreación nen su función, aunque su estruc-
conocimiento y disfrute. les (delimitación y administración)
tura y composición hayan sido
modificadas.
Ecosistemas estratégicos en la
escala regional que mantienen su
función, aunque su estructura y Corporaciones Autónomas
Distritos de conservación Restauración, uso sostenible, pre-
composición hayan sido modifica- Regionales (delimitación y
de suelos servación, conocimiento y disfrute.
das y aportan esencialmente a la administración)
generación de bienes y servicios
ambientales.

Propietario (administración)
Parte o todo del área de un inmue- Uso sostenible, preservación o res-
Reserva natural de la sociedad Unidad Administrativa Especial
ble que conserva una muestra de un tauración con vocación de largo
civil Parques Nacionales Naturales
ecosistema natural. plazo.
(registro en el SINAP)

Fuente: elaboración propia con base en la legislación vigente.


Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 319

Figura 5.
Localización de áreas protegidas del SINAP

Parque Nacional Natural


Reserva natural
Santuario de fauna y flora
Otras áreas SINAP

Fuente: PNN (2018). Cálculos y elaboración propios.


320 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Según el tipo de área protegida y su localización, se pueden identificar disputas par-


ticulares que involucran a diferentes actores, lo cual implica una imposibilidad de
homogeneización de los actores y de los conflictos ambientales17 en el país. En gene-
ral, se destacan los siguientes actores en los conflictos ambientales en Colombia:

• Poblaciones que habitan en las áreas protegidas con reconocimiento étnico,


como indígenas y comunidades afrodescendientes.
• Poblaciones que habitan en las áreas protegidas sin reconocimiento étnico,
como campesinos.
• Autoridades de diferentes niveles encargadas de la delimitación, adminis-
tración y gestión del SINAP.
• Organizaciones privadas con intereses en el desarrollo de diversos proyec-
tos en el interior de las áreas o en áreas adyacentes.
Según la Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales, para
el 2012 vivían cerca de 93 681 personas en el Sistema de PNN, de las cuales 35
695 eran indígenas, había 8325 afrocolombianos y 47 376 campesinos (De Pourcq
et al., 2017). Ya para el 2014, de acuerdo con el Censo Nacional Agropecuario
(DANE, 2016), en las áreas rurales dispersas se identificaron 22 371 personas que
vivían en PNN, de las cuales el 61,3 % reconocieron pertenencia étnica.
Para todas las áreas protegidas se restringe el poder de disposición particular (usos
con fines de explotación económica) en beneficio de la función ecológica de la
propiedad y del interés general de conservación. Al respecto, la categoría de PNN
es la más restringida, ya que su manejo no contempla usos sostenibles; de hecho,
solo para el caso de las comunidades indígenas y afrodescendientes18 se considera
la coexistencia de derechos en las áreas protegidas (Fundación Paz y Reconcilia-
ción [PARES], 2018).
De acuerdo con información oficial remitida por PNN (2018), en el Sistema Nacio-
nal de Áreas Protegidas se encuentran 270 090 ha que se traslapan con territorios
colectivos de comunidades negras, de las cuales el 51 % se hallan en distritos
regionales de manejo integrado, el 39 % se ubican en reservas forestales protec-
toras nacionales y el 10 % restante se localizan en distritos nacionales de manejo
integrado, parques naturales regionales, reservas forestales protectoras regionales
y parque nacionales naturales.

17
De manera amplia, un conflicto ambiental se define como “una confrontación social, económica
y política entre diferentes actores que surgen por la existencia de diversos intereses relacionados
con el uso, manejo, aprovechamiento, exploración, explotación, conservación, protección, admi-
nistración o afectación de los recursos naturales y del ambiente” (Rodríguez, 2017, p. 13).
18
Según la normatividad vigente, se deben garantizar los mecanismos de participación y consulta
previa con las comunidades negras en aras de asegurar su subsistencia y el desarrollo de sus pro-
yectos comunitarios en compatibilidad con las restricciones de uso que establece la normatividad
ambiental. Al respecto la norma establece tácitamente que, en caso de que las personas no se
allanan a cumplir el plan de manejo, se autoriza convenir con ellas y con el Incora (hoy Agencia
Nacional de Tierras) su reubicación a otros sectores en los cuales se pueda practicar la titulación
colectiva (Ley 70, 1993, Art. 22).
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 321

Actualmente, 4 132 468 ha de resguardos indígenas constituidos coinciden con


áreas del SINAP, 98 % de las cuales se encuentran en el Sistema de Parques Nacio-
nales Naturales con la presencia de 40 pueblos indígenas diferentes. En menor
medida se encuentran resguardos indígenas constituidos en otras áreas del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas, como las reservas forestales protectoras, los distri-
tos de manejo integrado y parque naturales regionales, que constituyen 71 312 ha
del total. Estas cifras solo representan los resguardos indígenas constituidos, por lo
que no se incluyen aquellos en proceso de constitución, lo cual aumentaría la cifra
expuesta anteriormente, ya que un gran número de PNN coinciden con resguardos
indígenas no titulados (Cortés, 2018).
Muchos resguardos indígenas constituidos se encuentran en las áreas del Sistema
de Parques Nacionales Naturales, pues el 25 % de estas áreas se traslapan con 74
resguardos indígenas ubicados en 23 parques diferentes. La Tabla 5 muestra las
áreas de superposición de resguardos indígenas en el Sistema de Parques Nacio-
nales Naturales.

Tabla 5
Áreas de superposición de resguardos indígenas constituidos en el Sistema de
Parques Nacionales Naturales

Etnias o pueblos Área superpuesta


Nombre del PNN Departamento
indígenas presentes en hectáreas
Alto Fragua Indi-
Caquetá Páez, inga 384
Wasi
Ticuna, uitoto, bora,
Amacayacu Amazonas 55 512
cocama, ocaína
Bahía Portete Kau-
La Guajira Wayúu 2351
rrele
Yucuna, tanimoka,
Cahuinarí Amazonas matapí, makuna, 550 686
cubeo, witoto

Catatumbo Barí Norte de Santander Motilón barí 119 017

Complejo Volcánico
Doña Juana Cas- Putumayo, Nariño Inga, kamentzá 119
cabel

El Cocuy Arauca, Boyacá Tunebo, uwa’ 142 043

Witoto, siona, inga,


La Paya Putumayo, Caquetá 28 840
coreguaje, muruy

Las Orquídeas Antioquia Embera katío 8164

(Continúa)
322 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Tabla 5
Áreas de superposición de resguardos indígenas constituidos en el Sistema de
Parques Nacionales Naturales

Etnias o pueblos Área superpuesta


Nombre del PNN Departamento
indígenas presentes en hectáreas

Los Flamencos La Guajira Wayúu 114

Macuira La Guajira Wayúu 24 103

Nevado del Huila Tolima Páez 3727

Nukak Guaviare Nukak, puinave 417 462

Paramillo Antioquia, Córdoba Embera katío 117 901

Plantas Medicinales
Putumayo Embera chamí 296
Orito Ingi Ande
Curripaco, puinave
Puinawai Guainía 1 103 311
muk
Paez, kokonoka,
Puracé Cauca 150
yanacona
Yucuna, tanimuka,
Río Puré Amazonas matapí, makuna, 172
cubeo
Serranía Chiribi-
Vaupés, Caquetá Cubeo, coreguaje 3052
quete
Serranía de los Chu-
Putumayo Yanacona 959
rumbelos
Arahuaca ijke,
Sierra Nevada de
Magdalena, Cesar kankuamo, kogui, 384 542
Santa Marta
malayo, arhuaco

Utría Chocó Embera katío 45 885

Yucuna, tanimuka,
Yaigoje Apaporis Amazonas matapí, makuna, 1 049 405
cubeo

Total 4 058 195

Fuente: ANT (2018) y PNN (2018). Cálculos y elaboración propios.


La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 323

En lo referente a las comunidades negras que aún no tienen titulación colectiva,


de acuerdo con el informe de derechos territoriales de las comunidades negras sin
titulación colectiva realizado por Guerrero et al. (2017), se identifican 271 solici-
tudes de titulación ante la Agencia Nacional de Tierras, de las cuales 148 tienen
información espacial (55 %) y 123 no tienen información geográfica. El área soli-
citada por los consejos comunitarios que cuentan con información suma 998 829
ha, y el porcentaje de traslape de las áreas protegidas con los territorios colectivos
solicitados es del 13 %.
Sin embargo, la superposición de territorios colectivos de comunidades étnicas
con diversas formas de protección ambiental representa un desafío en el mediano
y largo plazo, debido a las restricciones de uso del suelo en estas áreas y al poten-
cial crecimiento demográfico de estas comunidades. Hasta 2017, según datos del
Instituto Geográfico Agustín Codazzi IGAC (s. f.)., apenas el 2,5 % del área total
titulada como resguardos indígenas tenía uso agropecuario, y en el caso de los
territorios colectivos, el 12,2 %.
Otro de los actores presentes en los conflictos ambientales en las áreas protegi-
das son los campesinos, quienes tienen otro panorama frente a su localización en las
áreas del SINAP, el cual, de hecho, resulta especialmente problemático. Para
los campesinos no existe un régimen especial de manejo que les permita habitar las
áreas protegidas, lo que ha desatado múltiples conflictos territoriales19.
El campesino que habita las áreas protegidas reclama la posibilidad de desarro-
llar sus proyectos de vida en dichas áreas, en las cuales ha encontrado asiento en
medio de las dificultades para acceder a la propiedad en un país profundamente
desigual en la tenencia de la tierra. Sin embargo, las áreas protegidas cumplen con
proyectos de conservación ambiental que parecen incompatibles con las formas de
vida campesinas (Fuentes, 2018; Ochoa, 2006).
En el análisis de la cartografía disponible se encuentra que el 14 % de las zonas
de reserva campesina en proyección de constitución se traslapan con las áreas del
SINAP (1 227 351 ha). Asimismo, 2796 ha de las zonas de reserva campesina que
actualmente están en proceso de constitución se localizan en áreas del SINAP y 54
952 ha de las zonas de reserva campesina ya constituidas se ubican en parques nacio-
nales naturales, distritos regionales de manejo integrado, parques naturales regiona-
les y reservas protectoras nacionales. Ahora bien, estos datos representan una gran
subestimación de la problemática de los campesinos moradores en estas áreas prote-
gidas, pues la gran mayoría no están incluidos en categorías como las ZRC.

19
En 2012, en desarrollo de la Política Pública Participativa para la Solución de Conflictos Te-
rritoriales en las Áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia establecida
mediante el Acuerdo para la Prosperidad 079, se conformó la Mesa de Concertación Nacional
entre organizaciones campesinas e instituciones para la formulación y gestión de dicha política.
Esta mesa es el espacio institucional creado para la solución de los diferentes conflictos surgidos
por el traslape de los territorios campesinos con las áreas protegidas (PNN, s. f.).
324 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

CONCLUSIONES
El trabajo realizado acerca de los conflictos territoriales sobre las comunidades
étnicas y campesinas obligó a formular una propuesta alternativa sobre el enten-
dimiento de la frontera agraria. Un análisis de los conflictos sociales en áreas
de frontera, a partir de la caracterización de algunas actividades económicas y
del ordenamiento territorial ambiental, permitió sustentar que la frontera agraria
corresponde a un campo de disputa social.
En cuanto a las disputas por el territorio, se realizó una caracterización de tres fac-
tores principales que median los conflictos en la frontera agraria y que tienen serios
efectos sociales y culturales sobre las comunidades étnicas. En específico, estos con-
sisten en la actividad minera, la agricultura en gran escala y la delimitación ambien-
tal, en especial, las restricciones sobre el uso del suelo en áreas protegidas.
El análisis realizado permite inferir la persistencia de conflictos territoriales
debido a factores económicos, en particular, la intersección y proximidad relativas
a territorios colectivos de comunidades étnicas y campesinas de actividades eco-
nómicas que han engendrado conflictos previos, como es el caso de la minería.
En tales conflictos aparece el derecho fundamental a la consulta previa como una
barrera para la concreción de megaproyectos de gran impacto.
Por otro lado, las disposiciones legales en materia de ocupación y uso de tierras
baldías parecen autonomizar el atesoramiento de tierras de los procesos de colo-
nización. Ejemplo de este cambio es la Ley 1776 de 2016, que creó las zonas
de interés de desarrollo rural, económico y social (ZIDRES). Tal norma dispuso
la entrega en concesión de grandes extensiones de tierras baldías a empresarios
que pretendan desarrollar grandes proyectos agroindustriales o forestales. De esta
manera, la frontera agraria ya no tiene como foco principal políticas de reforma
agraria o de ampliación de territorios colectivos, sino el impulso de grandes pro-
yectos agroindustriales, forestales o de explotación minero-energética.
Por último, el análisis de superposición de áreas protegidas con territorios colecti-
vos y zonas de reserva campesina (ZRC) evidenció que una proporción importante
de estos territorios se traslapan con áreas de protección ambiental, como es el caso
de parques nacionales naturales. Esta yuxtaposición en muchos casos no representa
gran dificultad para el disfrute del derecho fundamental al territorio por parte de
las comunidades étnicas, pues la legislación ambiental resulta ser flexible en estos
casos. Sin embargo, en el caso de las comunidades campesinas, esta flexibilidad o
favorabilidad no existe, pues el régimen de protección ambiental no considera una
armonía entre la explotación económica campesina y la perdurabilidad de los bio-
mas o ecosistemas. La elevada concentración de la propiedad de la tierra, sumada
al abandono forzado de tierras que obliga a la ocupación de espacios en áreas pro-
tegidas, puede aumentar los conflictos entre comunidades étnicas y campesinas al
tiempo que afloran las discrepancias con formas jurídicas de protección ambiental.
La frontera agraria en disputa Carlos Alberto Suescún-Barón et al. 325

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ARTÍCULO

EL ESFUERZO TRIBUTARIO DE LOS


MUNICIPIOS COLOMBIANOS ENTRE
2011 Y 2017. ¿HAY ESPACIO PARA
AUMENTAR SU RECAUDACIÓN?

Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez

Castañeda Rodríguez, V. M. (2023). El esfuerzo tributario de los municipios


colombianos entre 2011 y 2017. ¿Hay espacio para aumentar su recaudación?
Cuadernos de Economía, 42(89), 331-357.
Los ingresos de los municipios en Colombia dependen principalmente de las
transferencias (en más de un 70 % en promedio), lo que se ha tomado como un
indicio de pereza fiscal. En este trabajo, se calcula el esfuerzo tributario munici-
pal a partir de una frontera estocástica que se estima con base en un panel de datos
con observaciones para 1094 municipios durante el periodo 2011-2017. Los resul-
tados indican, entre otras cosas, que no hay evidencia de pereza fiscal y que el
esfuerzo tributario promedio de los municipios colombianos entre 2011 y 2017 fue

V. M. Castañeda Rodríguez
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Correo electrónico: vmcastanedar@unal.
edu.co
Sugerencia de citación: Castañeda Rodríguez, V. M. (2023). El esfuerzo tributario de los munici-
pios colombianos entre 2011 y 2017. ¿Hay espacio para aumentar su recaudación? Cuadernos de
Economía, 42(89), 331-357. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.99632
Este artículo fue recibido el 22 de noviembre de 2021, ajustado el 28 de junio de 2022 y su
publicación aprobada el 18 de octubre de 2022.

331
332 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

de alrededor del 78 %, lo que implica que es poco el espacio fiscal que habría para
aumentar su recaudación de manera autónoma.
Palabras clave: esfuerzo tributario; frontera estocástica de recaudación; muni-
cipios colombianos; pereza fiscal.
JEL: H71, H21, O23, E62.

Castañeda Rodríguez, V. M. (2023). The tax effort of Colombian municipal-


ities between 2011 and 2017. Is there room to increase their tax collection?
Cuadernos de Economía, 42(89), 331-357.
The Colombian municipalities depend mainly on national transfers (more than
70% of their revenue), which is generally taken as an indication of fiscal laziness.
This paper aims to calculate the municipal tax effort based on a stochastic tax fron-
tier for a data panel that includes observations for 1,094 territorial entities during
the years 2011-2017. The results suggest inter alia that there is no evidence of fis-
cal laziness and that the average tax effort of Colombian municipalities between
2011 and 2017 was around 78%, which implies that there is little fiscal space to
increase local tax collection.
Keywords: Tax effort; stochastic tax frontier; Colombian municipalities; fiscal
laziness.
JEL: H71, H21, O23, E62.
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 333

INTRODUCCIÓN
Colombia, como país unitario, presenta una recaudación tributaria concentrada
en los impuestos nacionales, de modo que para el año 2020 más del 80 % del
total recaudado por concepto de impuestos en el país correspondió a lo reportado
por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) (Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2022). Sin embargo, parte
del ingreso tributario que percibe el Gobierno nacional se traslada a los gobier-
nos subnacionales por medio del Sistema General de Participaciones (SGP), aun-
que la mayoría (i. e., el 83 %) se destina a educación y salud (Congreso de la
República, 27 de diciembre de 2007, Art. 4). Esto implica que buena parte de
la financiación del gasto de inversión —por ejemplo, la construcción de infraes-
tructura— depende de los recursos propios, lo que genera interés por estudiar si
los entes territoriales —y, en particular, los municipios— explotan de manera efi-
ciente sus bases tributarias, cedidas por la ley (aproximadamente 21 impuestos,
aunque sobresalen el impuesto de industria y comercio (ICA) y el impuesto pre-
dial unificado (IPU) por su recaudo).
En este trabajo se calcula el esfuerzo tributario de prácticamente todos los muni-
cipios colombianos (1094 de 1103), considerando que sus gobiernos, en teoría,
son los que conocen más de cerca las demandas de los ciudadanos y que, en con-
secuencia, podrían asimismo identificar con mayor precisión las necesidades de
gasto público. Sin embargo, aprovechar este hecho para mejorar la asignación del
gasto requiere que exista mayor autonomía presupuestal y un flujo suficiente de
recursos, lo que a su vez hace importante analizar si es posible aumentar la recau-
dación tributaria propia de los municipios o si, por otra parte, se debe pensar en
modificar el sistema de transferencias. Al respecto, Bonet-Morón et al. (2012)
sugieren que entre los beneficios del federalismo fiscal se encuentran la asignación
eficiente de bases gravables, la autonomía y predictibilidad presupuestal, la mayor
rendición de cuentas y la atención de las preferencias de la comunidad.
Si bien el Departamento Nacional de Planeación (DNP, 2021) estima que, en pro-
medio, el 73,63 % de los ingresos de los municipios en Colombia provienen de
las transferencias de la nación —sin incluir lo recibido por intermedio del Sistema
General de Regalías (SGR)— y que, en general, su desempeño fiscal es pobre
—pues el 99 % de ellos están es una situación de deterioro, riesgo o vulnerabi-
lidad1—, esto no implica que su capacidad tributaria sea inutilizada, como usual-
mente se sugiere (véase, e. g., Sánchez-Torres et al., 2015). En efecto, muchos
entes territoriales tienen una reducida capacidad tributaria en la medida en que
sus bases gravables son poco dinámicas, así como es baja la capacidad de pago de
sus habitantes, lo que incide en su baja recaudación. De hecho, aun cuando varios
trabajos han intentado verificar la hipótesis de la pereza fiscal en Colombia —la
cual sugiere que existe una relación negativa entre el monto de las transferencias

1
En otros términos, se trata de los municipios cuyo índice de desempeño fiscal es inferior a 70
puntos.
334 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

y regalías recibidas y el nivel de recaudación—, la evidencia empírica no siempre


está a su favor (Bonet-Morón et al., 2018; Cadena, 2002).
Por su parte, los trabajos que han estimado el esfuerzo tributario de los munici-
pios colombianos como una relación entre la recaudación efectiva y la potencial
son escasos. No obstante, hay tres estudios que merecen ser mencionados: dos de
ellos emplean un análisis envolvente de datos (DEA, por su sigla en inglés) (téc-
nica no paramétrica) (Bonet-Morón y Ayala-García, 2016; DNP, 2005) y el otro
se basa en el cálculo de una frontera estocástica (técnica paramétrica) (Sánchez-
Torres et al., 2015).
Cabe indicar que los estudios antes mencionados consideran años y periodos de
análisis diferentes al acá planteado (i. e., 2011-2017), por lo que es razonable
que los correspondientes resultados también difieran. Al respecto, el DNP (2005)
tomó datos de 2003; Sánchez-Torres et al. (2015), de 2006-2009; y Bonet-Morón
y Ayala-García (2016), de 2014. Sin embargo, y más allá de la actualización del
periodo de estudio, este trabajo también pretende solucionar algunas deficiencias.
El DNP (2005) solo incluyó 41 municipios colombianos y tomó la recaudación del
ICA y del IPU, mas no la recaudación total; además, el método DEA —que tam-
bién fue empleado por Bonet-Morón y Ayala-García (2016)— asume que algunas
unidades tomadoras de decisiones (i. e., los municipios) se ubican sobre la frontera
de posibilidades de producción, aun cuando pueden existir otras alternativas más
eficientes —en términos de asignación y uso de los recursos— que no se encuen-
tran entre las observaciones disponibles. Por su parte, Sánchez-Torres et al. (2015)
consideraron únicamente los impuestos ya citados (i. e., IPU e ICA), incorpora-
ron dos variables explicativas (i. e., el PIB per cápita y la tasa de pobreza local) y
solo después de haber estimado el esfuerzo tributario prosiguieron a incluir algu-
nos potenciales determinantes de la eficiencia recaudatoria, lo cual puede generar
resultados inconsistentes, dada la omisión de variables en la primera etapa (Zárate-
Marco y Vallés-Giménez, 2019).
El presente trabajo aporta a la estimación del esfuerzo tributario en los municipios
colombianos porque incluye observaciones para prácticamente todos ellos durante
un periodo de 7 años (2011-2017) y considera la recaudación total, en lugar de
la asociada a solo algunos impuestos. Además, se emplea un modelo de frontera
estocástica, que presenta el mejor desempeño entre una muestra de técnicas de
estimación de eficiencia (entre ellas, un DEA) (Krüger, 2012). En particular, se
usa un modelo TRE (o True Random-Effects), que fue inicialmente propuesto por
Greene (2005) y permite incluir a los potenciales determinantes de la ineficiencia
técnica de manera simultánea en la estimación. Por último, se considera un con-
junto amplio de variables explicativas (alrededor de 12) con base en la revisión
de la literatura especializada (e. g., Bird et al., 2008; Castañeda-Rodríguez, 2018;
Dioda, 2012; Mahdavi, 2008).
Se encuentra inter alia que el esfuerzo tributario promedio de los municipios en el
país para el periodo 2011-2017 fue de 0,781, lo que desmiente la idea de que aque-
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 335

llos recaudan muy poco si se tiene en cuenta que, en general, su capacidad tribu-
taria también es baja. Además, no se encuentra prueba de pereza fiscal cuando se
consideran los ingresos por transferencias y regalías entre los factores explicativos
de la ineficiencia técnica tributaria.
Este artículo incluye otras cinco secciones. Primero se hace una breve revisión de
las técnicas disponibles para estimar el esfuerzo tributario de un país o ente terri-
torial (metodología). Seguidamente, se describe la base de datos utilizada. En la
tercera sección se estima y analiza la frontera estocástica tributaria para los muni-
cipios colombianos en el periodo 2011-2017, y luego, en la cuarta parte, se analiza
su esfuerzo tributario. Por último, en la quinta sección se presentan las conclusio-
nes y recomendaciones.

METODOLOGÍA
La medición del esfuerzo tributario de un país o ente subnacional implica compa-
rar el nivel de recaudación efectiva con un valor de referencia: su capacidad tri-
butaria. Para ello existen diferentes alternativas (Garg et al., 2017), por ejemplo,
asumir que la base tributaria equivale al ingreso del país o municipio (enfoque del
ingreso), o bien depurar las bases conforme a la normatividad de cada impuesto
(enfoque del sistema tributario representativo). También se puede realizar una
aproximación econométrica, utilizando para ello un conjunto de potenciales deter-
minantes (enfoque de regresión)2 o, como se hace en este trabajo, empleando un
modelo de frontera estocástica (que es una extensión del enfoque de regresión).
No obstante, cada alternativa presenta deficiencias. Por ejemplo, el enfoque del
ingreso sobreestima las bases gravables, pues en la práctica hay factores que las
reducen notablemente y que dependen de las características propias de cada ente
subnacional; por lo tanto, no siempre se pueden comparar las ratios de esfuerzo
tributario sobre la base de dicho enfoque3. Ahora, cuando la capacidad tributaria
se mide a partir de un sistema tributario representativo, es importante considerar
todos los detalles normativos que pueden aminorar las bases (e. g., deducciones
especiales, descuentos y rentas exentas), lo que además de dificultar la incorpo-
ración de varias unidades de análisis puede conducir a estimaciones arbitrarias
(Mikesell, 2007). Con respecto a las regresiones agregadas, su principal limitación
consiste en que el término de error se toma como un proxy del esfuerzo tributario,
a pesar de que es probable que la brecha entre la recaudación efectiva y la poten-
cial se deba, en parte, a la ineficiencia de la administración tributaria (i. e., inefi-
ciencia técnica), y no solo a una decisión política o económica.

2
Una variante no paramétrica de este enfoque en el análisis envolvente de datos.
3
En otras palabras, no tiene mucho sentido, por ejemplo, comparar la recaudación (como por-
centaje del PIB) entre Colombia y Dinamarca (de 19,7 % y 46,3 % en 2019, respectivamente),
considerando que las condiciones en las que opera cada sistema tributario son disímiles.
336 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Mientras que, en los modelos de regresión, la diferencia entre la predicción y el


valor observado de la variable endógena (i. e., la recaudación) corresponde solo al
término de error, en los modelos de frontera estocástica se consideran dos elemen-
tos: un ruido estocástico y un factor de ineficiencia técnica. La función de fron-
tera estocástica busca entonces determinar la máxima cantidad de producto (e. g.,
recaudación) que se puede obtener dada una selección de insumos (e. g., determi-
nantes de la carga tributaria) y la ocurrencia de ciertas pérdidas (i. e., ineficiencia
técnica) en el proceso.
Cabe precisar que hay dos diferencias entre una frontera de producción y una fron-
tera tributaria. La primera es que la forma funcional que relaciona la recaudación
con otras variables exógenas no se conoce completamente (i. e., no existe certeza
de cómo algunos factores inciden en la recaudación). Además, la brecha entre la
recaudación observada y la esperada, conforme a la frontera tributaria, no solo
obedece a la ineficiencia técnica, sino también a medidas de política fiscal que
generan gastos tributarios (Fenochietto y Pessino, 2013). En términos formales,
la frontera estocástica tributaria para un panel de datos tendría la siguiente forma:

K
ln Tribit = b0 + ∑b lnX
k =1
k kit + vit − uit (1)

En la ecuación (1), ln representa los logaritmos naturales de las variables del


modelo; Tribit corresponde a la recaudación tributaria para la unidad i en el año
t; b0 es una constante para todas las secciones cruzadas (e. g., municipios); X kit
representa cada una de las K variables que contribuyen a explicar la dinámica de la
recaudación para la dupla it (i. e., determinantes de la carga tributaria); y bk , con k
 [1, K], corresponde a los coeficientes que junto con b0 se deben estimar. Ade-
más, vit es el usual término de error (i. e., no es controlable por la administración
tributaria y se asume independiente e idénticamente distribuido como N(0, svi )); y
uit representa el monto de recaudación que se pierde por factores que son contro-
lables4 (e. g., debido a la falta de fiscalización).
En otras palabras, se trata de calcular el nivel de recaudación que debería tener
una unidad de análisis de acuerdo con factores como su desarrollo económico,
para luego compararlo con la recaudación observada, teniendo en cuenta que la
diferencia se puede deber, en parte, a fallas en la administración tributaria (i. e.,
ineficiencia técnica). Para esto se dispone de diferentes alternativas, dependiendo
de los supuestos que se hagan sobre la ineficiencia técnica (uit ). Por ejemplo, uit
podría cambiar en el tiempo, de modo que modelos como los de Cornwell et al.,
(1990), Kumbhakar (1990), Battese y Coelli (1992), Lee y Schmidt (1993) y Gre-

4
Se puede asumir que uit también depende de un conjunto da variables de contexto que pueden
facilitar o dificultar las tareas de fiscalización y recaudo, las cuales se denotan usualmente como
zit. Es decir, además de estimar la frontera estocástica, es posible estudiar cuáles factores inciden
sobre la ineficiencia técnica, por ejemplo.
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 337

ene (2005) se basan en que este término sigue cierta dinámica temporal. Al res-
pecto, el modelo TRE propuesto por Greene (2005) tiene una ventaja adicional,
pues permite incluir simultáneamente en la estimación de la frontera estocástica
los potenciales determinantes de la ineficiencia técnica.
Dicho modelo permite estimar la frontera estocástica tomando un término de
ineficiencia variable en el tiempo de manera simultánea con una ecuación que
incorpora la dinámica de uit a partir de un conjunto de factores zit (ecuación 2).
Además, se sugiere la aplicación de este modelo porque permite incluir la hete-
rogeneidad persistente en la ineficiencia técnica como un elemento estocástico
propio para cada unidad de análisis i, lo que contribuye a controlar por sesgos aso-
ciados a la omisión de variables (Zárate-Marco y Vallés-Giménez, 2019).

uit = g ( zit ) + wit (con wit como un error estocástico) (2)

En síntesis, si bien hay numerosos modelos de frontera estocástica, para los pro-
pósitos de este trabajo se considera el modelo TRE propuesto por Greene (2005).
En primer lugar, cabe esperar que la ineficiencia en materia tributaria sea variable
en el tiempo, pues la necesidad de financiar gastos públicos no cubiertos por las
transferencias implica una presión permanente por incrementar los recursos pro-
pios. La segunda razón es que este es uno de los modelos más usados en la litera-
tura empírica reciente (e. g., Zárate-Marco y Vallés-Giménez, 2019).
Aunque la ineficiencia técnica tributaria entre municipios podría variar de acuerdo
con particularidades inobservables —lo que sugeriría considerar el uso de efectos
fijos—, su implementación en este tipo de análisis tiene dos complicaciones. La
primera es computacional, por el alto número de parámetros que habría que esti-
mar; la segunda implica un problema mayor, pues la estimación de los interceptos
es inconsistente cuando el número de paneles (en este caso, N > 1000) es grande
con respecto a la longitud temporal (en este caso, T = 7), pues solo se utilizarían
alrededor de 7 observaciones en cada caso para estimarlos. Al respecto, Belotti e
Ilardi (2012) indican que dicha inconsistencia afecta la varianza de los parámetros
estimados y, con ello, el cálculo de la ineficiencia. Esta es la razón por la que el
presente ejercicio econométrico se basa en efectos aleatorios.
Bajo las premisas que se presentaron previamente, el esfuerzo tributario se puede
estimar como la exponencial del negativo de la ineficiencia técnica (-uit ). Este
valor es una ratio entre la recaudación efectiva y la capacidad tributaria, la cual
se puede calcular descontando el efecto de la ineficiencia técnica. Por lo tanto, si se
tienen en cuenta la estructura logarítmica de la ecuación (1) y el desarrollo que
se presenta en la ecuación (3), se llega a:
 K 
exp (lnTribit )
exp b0 +
 ∑ b lnX + v − u 
k =1
k kit it it
ETit = = = exp (−u ) it (3)
exp (lnTribit + uit )  K 
exp b0 +
 ∑ b ln X +
k =1
v 
k kit it
338 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Tras introducir algunas bases formales que se utilizarán en la estimación del


esfuerzo tributario de los municipios colombianos durante el periodo 2011-2017,
conviene ahora tratar en detalle los datos de los que se dispone.

DATOS
Son numerosos los estudios que incluyen diferentes variables para explicar el
nivel de recaudación de un país o región, entre los que se encuentran los siguien-
tes: Bahl (2004), Bird et al. (2008), Castañeda-Rodríguez (2018; 2019), Cetrán-
golo y Gómez-Sabaini (2007), Davoodi y Grigorian (2007), Dioda (2012), Gupta
(2007) y Mahdavi (2008). Al respecto, los contextos socioeconómico, demográ-
fico y político contribuyen a establecer la capacidad tributaria de un Estado (o ente
territorial) y su esfuerzo fiscal, de modo que variables como el PIB per cápita o el
nivel de educación aparecen tradicionalmente en la literatura.
Una lista más completa de aquellas variables que suelen correlacionarse con el
nivel de recaudación incluye, en cuanto al contexto socioeconómico, el PIB per
cápita; el grado de intermediación financiera; las rentas por la explotación de
recursos naturales, transferencias y ayudas internacionales; la participación de la
agricultura en el PIB; el grado de apertura comercial y el nivel educativo de la po-
blación (Bahl, 2004; Castañeda-Rodríguez, 2018, 2019; Davoodi y Grigorian,
2007; Dioda, 2012). Además, factores demográficos como las participaciones de
las mujeres, adultos mayores y habitantes urbanos en el total de la población, así
como su tamaño y densidad, se suelen incorporar en la literatura empírica (e. g.,
Castañeda-Rodríguez, 2018). En lo que respecta al contexto político, se encuen-
tran factores como el ciclo electoral, el rango de libertades civiles, la estabilidad
política o la percepción de la corrupción (Bird et al., 2008; Gupta, 2007; Mah-
davi, 2008).
Aunque la lista de variables es amplia, ello no implica que siempre haya consenso
en los signos de las correlaciones que se encuentran empíricamente, pues aspectos
como el enfoque econométrico o la disponibilidad de los datos pueden incidir en
los resultados. Sin embargo, un referente de las expectativas sobre las correlacio-
nes entre variables independientes y la recaudación se encuentra en el trabajo de
Castañeda-Rodríguez (2018).
Además, cabe precisar que las limitaciones de datos son mayores cuando se trata de
entes subnacionales en un país como Colombia, dadas las deficiencias en la reco-
lección de estadísticas y por la falta de comparabilidad entre algunas. Esto explica
que en la práctica se deban excluir ciertos factores que teóricamente son relevan-
tes para estudiar el nivel de recaudación (e. g., grado de importancia económi-
ca del sector minero) y que se elija cierto periodo de estudio.
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 339

Así, la Tabla 1 presenta el subconjunto de variables disponibles para este trabajo,


además de los signos esperados de sus correlaciones con el nivel de recaudación
(entre paréntesis)5, su descripción y algunas estadísticas básicas.

Tabla 1.
Estadísticas descriptivas de las variables empleadas en el estudio

Desviación
Variable Descripción Media Mínimo Máximo
estándar
Ing_trib Ingreso tributario per 146 011 207 041,30 0 3 977 407
cápita en pesos constan-
tes (de 2008)
PIB_pc (+) PIB per cápita en pesos 1,06e+07 2,34e+07 1 127 008 7,95e+08
constantes (de 2008)

Agricul- Porcentaje del PIB 24,31 16,54 0 95,65


tura (-) generado por el sector
de agricultura, ganade-
ría, caza, silvicultura y
pesca
Recursos_ Suma de las transferen- 632 723,20 488 290,40 0 12 600 000
rec (?) cias y regalías per cápita
que recibe un municipio
en pesos constantes (de
2008)
Educación Tasa bruta de matrícula 73,67 29,34 0 862,92
(+) en educación secundaria
Población Número de habitantes 43 019,73 265 164 960 8 080 734
(-) por municipio
Densidad Número de habitantes 153,62 702,85 0,15 16 113,35
(+) por kilómetro cuadrado
Pob_ Porcentaje de población 44,32 24,10 1,71 99,91
urbana (+) urbana
Pob_ Porcentaje de población 15,56 4,37 4,28 39,29
mayor (+) urbana con una edad
igual o superior a los 55
años
(Continúa)

5
Esto se hizo revisando si los trabajos que incorporan esas variables en sus constataciones econo-
métricas coinciden en los signos de sus coeficientes.
340 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Desviación
Variable Descripción Media Mínimo Máximo
estándar
Pob_muje- Porcentaje de población 48,88 1,78 30,29 54,6
res (+) femenina
Elecciones Dummy igual a 1 si en el 0,28 0,45 0 1
(+) respectivo año se rea-
lizó elección popular de
alcaldes
Capital (+) Dummy igual a 1 si el 0,03 0,17 0 1
municipio es capital de
departamento
Nota. Se cuenta, en promedio, con 7661 observaciones por cada variable. Los datos se reco-
pilaron del DNP (2022) y de la Registraduría Nacional del Estado Civil (2022) (en el caso
de la información electoral).
Fuente: elaboración propia.

En la Tabla 1 no solo aparecen variables que podrían afectar el nivel de recauda-


ción, algunas pueden también incidir sobre la eficiencia técnica de la respectiva
administración tributaria. Se suele argumentar, por ejemplo, que los cambios en
los esquemas de transferencias en Colombia pueden generar pereza fiscal en los
municipios, aunque sin evidencia concluyente (Bonet-Morón et al., 2018; Cadena,
2002), pues se debe tener en cuenta que la utilización de buena parte de esos recur-
sos está condicionada y se dirige a dos sectores, educación y salud, los cuales sue-
len presentar externalidades positivas. Esto explica el correspondiente signo de
interrogación que aparece al lado de Recursos_rec en la Tabla 1.
Además, el tamaño de la población se suele correlacionar positivamente con el
nivel de recaudación al capturar la posible existencia de economías de escala, aun-
que cabe recordar que acá se toma la carga tributaria per cápita como variable
dependiente. Por lo tanto, se sugiere una correlación negativa (Tabla 1) al espe-
rarse que la recaudación crezca menos que proporcionalmente con la población.
También es razonable que una alta densidad poblacional reduzca los costos pro-
medio de la administración tributaria y facilite el control de la evasión (Casta-
ñeda-Rodríguez, 2018), razón por la que este factor se incluye como potencial
determinante de la (in)eficiencia tributaria.
Asimismo, el momento electoral puede motivar o desmotivar, según el caso, al
gobierno de turno para que haga cumplir las normas tributarias o promueva refor-
mas en la materia. Por ejemplo, durante el primer año de gobierno suele ser polí-
ticamente más fácil incrementar la recaudación (honey moon). En consecuencia,
y para efectos de la estimación de la frontera estocástica tributaria de los munici-
pios colombianos, en este trabajo se ha decidido excluir las variables ingresos por
transferencias y regalías, densidad poblacional y elecciones de alcaldes, y se las
ha considerado, por otra parte, como potenciales determinantes de la ineficiencia
tributaria (uit ).
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 341

Cabe recordar que en esta investigación se dispone de un panel de datos balan-


ceado con observaciones para 1094 municipios colombianos durante el periodo
2011-2017. En la siguiente sección se estiman la frontera estocástica y los corres-
pondientes índices de esfuerzo tributario, partiendo de un modelo TRE, según se
justificó en una sección anterior. Aunque dicho modelo permite trabajar con tres
tipos de distribución para el término uit (i. e., la normal truncada, la medio-normal
o la exponencial), cuando se trata de estimar simultáneamente el grado de inefi-
ciencia sí se requiere emplear una distribución normal truncada, razón por la cual
las correspondientes estimaciones parten de ese supuesto distribucional.

ESTIMACIÓN DE LA FRONTERA
ESTOCÁSTICA TRIBUTARIA PARA
LOS MUNICIPIOS COLOMBIANOS
La Tabla 2 presenta las estimaciones de la frontera estocástica luego de emplear el
modelo TRE de Greene (2005) bajo dos escenarios: uno en el que se asume que la
ineficiencia técnica se comporta como un ruido blanco y otro en el que se estudia
su dinámica a partir de tres variables que contextualizan las condiciones de opera-
ción de las administraciones tributarias (i. e., Recursos_rec, Densidad y Eleccio-
nes). Así, se plantean dos modelos TRE, uno con y otro sin determinantes de la
ineficiencia técnica.
En la Tabla 2 se observa que los parámetros su, sv y l6, este último como su / sv ,
son estadísticamente significativos, lo que indica que existe una pérdida de recau-
dación asociada a la ineficiencia técnica. Por lo tanto, se justifica la estimación
del esfuerzo tributario de los municipios colombianos por medio de un enfoque
de frontera estocástica, pues aplicar un enfoque basado en regresiones ordinarias
puede sobreestimarlo7.
Ahora, si se comparan los coeficientes estimados para los dos modelos de la Tabla
2, se evidencia que, en general, son similares y tienen los signos esperados (a
excepción del porcentaje de población femenina). Aquellos municipios con mayo-
res niveles de desarrollo económico, matricula bruta de educación secundaria,
población urbana y población mayor son también los que tienen una mayor capa-
cidad tributaria, lo que es evidente en las ciudades capitales. Al respecto, Bogotá,
Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena recaudan cerca del 55 % del total de los
ingresos corrientes municipales (Bonet-Morón et al., 2018). Por otra parte, la par-
ticipación de la agricultura en la actividad económica como proxy de la informa-

6
Este parámetro proporciona información sobre la contribución relativa de su y sv al término de
error total. Así, un valor alto para l implica que el término de ineficiencia es relativamente grande.
7
Se debe recordar que el enfoque basado en regresiones ordinarias puede generar índices de es-
fuerzo fiscal mayores que uno (1), pues la estimación de la capacidad tributaria puede ser mayor
o menor que la recaudación observada al no contarse con el término uit de la ecuación (1).
342 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

lidad y de la existencia de ingresos difíciles de gravar es un factor que limita la


capacidad tributaria.

Tabla 2.
Frontera estocástica tributaria para los municipios colombianos (2011-2017)

Modelo TRE_1 TRE_2


Variable Coeficientes
Frontera
Ln(PIB_pc) 0,374*** 0,397***
Ln(Agricultura) -0,033*** -0,035***
Ln(Educación) 0,168*** 0,187***
Ln(Población) -0,142*** -0,143***
Ln(Pob_urbana) 0,451*** 0,361***
Ln(Pob_mayor) 0,872*** 0,961***
Ln(Pob_mujeres) -2,198*** -0,823***
Capital 0,861*** 0,714***
Constante 11,094*** 5,417
Ineficiencia
Ln(Recursos_rec) -0,298***
Ln(Densidad) -1,940***
Elecciones 0,030
su 4,475*** 1,114***
sv -2,841*** -2,983***
l 0,734*** -0,746***
Observaciones 7647
Nota. *Significativo al 10 %, **significativo al 5 %, ***significativo al 1 %. Se toman los
logaritmos naturales de las variables para reducir los problemas de escala en las respecti-
vas mediciones. Además, todas las estimaciones econométricas que se incluyen en el docu-
mento se realizaron en Stata 15, utilizando el comando sfpanel.
Fuente: elaboración propia.

Con respecto al papel de la población femenina, la literatura basada en el enfoque


de la moral fiscal sugiere una relación positiva con el nivel de recaudación (Tabla 1),
pues se considera que las mujeres suelen estar más dispuestas a cumplir la ley
que los hombres debido a su papel central en la sociedad y a su mayor aversión
al riesgo (véase, e. g., Castañeda-Rodríguez, 2021). Sin embargo, los resultados
de la presente investigación indican que es posible que la menor participación de
la población femenina en el mercado laboral y su brecha salarial con los hom-
bres impliquen una menor capacidad contributiva y, con ello, una menor recauda-
ción. Las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE,
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 343

2020) muestran que la participación laboral de las mujeres es del 53,1 % (la de los
hombres es del 73,9 %), que las tasas de desempleo son mayores para ellas (cerca
de un 5 % más en comparación con el desempleo en hombres) y que la brecha sala-
rial promedio mensual ronda el 12 %.
Con base en el segundo modelo de la Tabla 2 también se observa que, de las varia-
bles que podrían incidir en la ineficiencia técnica, los ingresos recibidos por trans-
ferencias y regalías8 y la densidad poblacional se asocian de manera negativa con
el término uit de la ecuación (1) y son estadísticamente significativas. Así, la inefi-
ciencia técnica se reduce en la medida que los ingresos por transferencias y rega-
lías del municipio se incrementan o su densidad poblacional genera economías de
escala. Si bien los ingresos no tributarios se acompañan de un riesgo de pereza fis-
cal, en el caso colombiano su uso está dirigido a sectores con externalidades posi-
tivas (e. g., educación y salud).
Las variables mencionadas en el párrafo anterior se relacionan entonces de manera
positiva con el esfuerzo tributario, pues uit es un factor que resta en la ecuación (1).
Esto sugiere, entre otras cosas, que el sistema de transferencias en Colombia,
cuyo pilar es el SGP, favorece la recaudación. Por ejemplo, el gasto en educación
—financiado especialmente vía transferencias9— se suele asociar con un mayor
potencial de crecimiento económico (Haini, 2020), lo que sumado al efecto en el
consumo genera mayores bases gravables para impuestos como el ICA o el IPU,
que agregados explican cerca del 70 % de los ingresos tributarios de los munici-
pios colombianos (con base en cálculos propios sobre datos del DNP, 2021).

EL ESFUERZO TRIBUTARIO DE
LOS MUNICIPIOS COLOMBIANOS
EN EL PERIODO 2011-2017
Una revisión inicial del promedio del esfuerzo tributario municipal por año, esti-
mado con base en el modelo TRE_2 presentado en la sección anterior y la ecuación
(3), sugiere que primero creció entre 2011 y 2015 —pues pasó de 0,709 a 0,857—,
para luego caer a 0,815 en 2017. Más adelante se profundizará en el análisis de las
estimaciones, pues los resultados difieren entre municipios de manera importante.
Al respecto, la Figura 1 presenta un diagrama de caja que sintetiza su distribución
alrededor de la mediana por año y por categoría de los municipios (Congreso de
Colombia, 6 de octubre de 2000). Además, se ha optado por el esfuerzo tributario

8
Aunque sería deseable incorporar cada tipo de ingreso (i. e., transferencias y regalías) de manera
separada, muchos municipios no reciben regalías (para 2017, aún con la aplicación de SGR, el
36 % de los municipios no obtenían ingresos por dicho concepto), de modo que el cálculo del
logaritmo natural haría que se perdieran cerca de 1750 observaciones.
9
Asimismo,, el SGR dispuso que un 80 % de los recursos de inversión (cerca de un 60 % de las
regalías) se destinara a dos fondos regionales (uno de compensación y otro de desarrollo), con los
que se financiarían proyectos de educación, ciencia, tecnología e innovación, entre otros.
344 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

calculado cuando en la estimación de la frontera estocástica se incluyen simultá-


neamente los potenciales determinantes de la ineficiencia técnica, pues ello per-
mite diferenciar entre la recaudación que se cede por la aplicación de beneficios
tributarios y lo que corresponde a la ineficiencia de la administración tributaria.
Sin embargo, el ordenamiento (ranking) de los municipios con base en su esfuerzo
tributario no varía de manera significativa entre lo que se obtiene utilizando el
modelo TRE_1 o el TRE_2 (Tabla 2); el índice de correlación de Spearman para
las dos alternativas es de 0,947.

Figura 1.
Diagrama de la caja del esfuerzo tributario de los municipios colombianos por año
y categoría

Fuente: elaboración propia.

La Figura 1 indica tres cosas. En primer lugar, así como se evidenció al revisar los
promedios del esfuerzo tributario por año, este creció entre 2011 y 2015 para luego
caer un poco y ubicarse en un valor cercano al 80 %. Esto sugiere que, en general,
es poco el espacio fiscal que habría para aumentar la recaudación de los gobier-
nos locales en el país, a pesar de que es común el debate sobre su presunta pereza
fiscal. Además, en segundo lugar, si se tratara de buscar alternativas para aumen-
tar la recaudación, en comienzo sería más probable hacerlo en los municipios más
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 345

pequeños10 (categorías 5 o 6, conforme al Congreso de Colombia, 6 de octubre


de 2000), pues aquellos de mayor tamaño (e. g., categorías especial o 1) presen-
tan resultados sobresalientes en la materia (i. e., índices de esfuerzo tributario del
87 % en promedio). Por último, la menor heterogeneidad con respecto al esfuerzo
tributario por agrupación se observa para el año 2015 y los municipios más gran-
des (i. e., categorías E y 1).
Cabe mencionar que la Ley 617 de 2000 clasifica los entes territoriales con base
en dos criterios: número de habitantes e ingresos corrientes de libre disposición,
de modo que la respectiva categoría se asocia con el grado de capacidad institucio-
nal y tributaria. Por ejemplo, en la muestra coexisten casos como el de Cota (Cun-
dinamarca) y Montecristo (Bolívar), siendo el primero un municipio de categoría
2 y el segundo de categoría 6, con una recaudación per cápita para 2017 de COP
2 943 087 y COP 501, respectivamente. En otras palabras, el municipio colom-
biano con mayor carga tributaria per cápita en 2017 recaudó 5869 veces más que
el de menor carga tributaria. Lo anterior se refleja asimismo en los índices de
esfuerzo tributario, pues, mientras que para Cota correspondió a 0,876, para Mon-
tecristo la cifra fue de 0,058.
Sin embargo, lo anterior no significa que todos los municipios pequeños exhiban
un bajo esfuerzo tributario. Por ejemplo, Taraira (Vaupés) fue el municipio colom-
biano con mayor esfuerzo tributario promedio para el periodo 2011-2017 (0,944),
según las estimaciones del presente trabajo, y está clasificado en la categoría 6. A
pesar de que su población es de las más pequeñas en Colombia (960 habitantes
para 2017), su ingreso tributario per cápita para 2017 fue de COP 1 256 826 (a pre-
cios de 2008), valor que supera incluso el respectivo promedio de los municipios
de la categoría especial (i. e., Barranquilla, Bello, Bogotá, Bucaramanga, Cali,
Cartagena, Envigado y Medellín), que fue de COP 500 713 (a precios de 2008).
Ahora, si se considera la generalidad en lugar de los casos puntuales, se eviden-
cia, por ejemplo, que el esfuerzo tributario promedio es mayor en aquellos muni-
cipios con altos PIB per cápita y que en ellos existe una menor dispersión para
este índice. Para corroborarlo se pueden agrupar los municipios por deciles de
acuerdo con su PIB per cápita y luego construir un diagrama de caja. De hecho,
este mismo procedimiento se replica con las demás variables que aparecen en la
Tabla 1, excluyendo solo aquellas empleadas como determinantes de la ineficien-
cia técnica, para luego agrupar los diagramas en un panel (Figura 2).
Como se evidencia en la Figura 2, las medianas del esfuerzo tributario por deciles
crecen, por lo general, cuando las variables que se usan para realizar la distribución
se asocian positivamente con el nivel de recaudación (Tabla 1), pero la tendencia
es negativa cuando esa distribución se hace con base en la participación del sec-
tor agrícola en el PIB. Asimismo, los municipios con mayor capacidad económica,

10
Sin embargo, ello requeriría del apoyo del Gobierno central, pues ajustar las bases gravables de
impuestos como el predial es difícil y demorado si solo se cuenta con el apoyo del Instituto Geo-
gráfico Agustín Codazzi, que a su vez recibe solicitudes de alrededor de 1100 municipios.
346 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

tamaño de población y mayores proporciones de población urbana y femenina son


los que se asemejan más entre sí con respecto a su esfuerzo tributario.

Figura 2.
Esfuerzo tributario promedio de los municipios por deciles

Nota. Las variables que aparecen en el eje vertical de cada gráfica se refieren a las utiliza-
das para construir los respectivos deciles.
Fuente: elaboración propia.

Otra forma de visualizar el esfuerzo tributario es agregándolo por departamentos,


tomando para ello los municipios que pertenecen a cada uno y calculando su pro-
medio durante el periodo 2011-2017. Para esto, en el presente trabajo se consi-
deraron los 31 departamentos que forman parte de la Colombia continental (i. e.,
excluyendo a San Andrés y Providencia), junto con el Distrito Capital (Bogotá).
Luego se conformaron cinco rangos iguales, para lo cual se repartió la distancia
métrica entre el mínimo y el máximo del promedio de esfuerzo tributario para el
periodo 2011-2017, y a cada rango se asoció un color. En la Figura 3 se observa
que los departamentos conformados por los municipios de menor esfuerzo tributa-
rio (i. e., los identificados con rojo y anaranjado) se ubican en los extremos oriental
y occidental del país, territorios que se caracterizan por sus altas tasas de pobreza
(e. g., Chocó y Guainía) o por concentrar una parte importante de los cultivos de
coca en Colombia (Vichada y Guaviare) (Sistema Integrado de Monitoreo de Cul-
tivos Ilícitos, 2018).
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 347

Figura 3.
El esfuerzo tributario agregado por departamentos en Colombia. Promedios para
el periodo 2011-2017.

Fuente: elaboración propia.

Sin embargo, el esfuerzo tributario de los municipios colombianos, en general, es


alto: solo aproximadamente el 10 % presentaban índices menores al 70 % en 2017.
348 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

De esos 99 municipios11, el 94 % está clasificado en la categoría 6 y el 40 % perte-


nece al primero o segundo decil del PIB per cápita municipal. Además, 14 de ellos
son parte de los departamentos del Chocó, Guaviare y Vaupés.
Otro ejercicio que se puede plantear es calcular el nivel de recaudación que se
obtendría adicionalmente si todos los municipios en Colombia explotaran su capa-
cidad fiscal, asumiendo que su esfuerzo tributario fuera del 100 %. Para ello se
debe estimar la capacidad tributaria de cada ente subnacional, totalizar y comparar
con su carga tributaria efectiva. Así, para el 2017 se estimó una recaudación adi-
cional de COP 2,33 billones (a precios de 2008), es decir, alrededor del 0,35 % del
PIB de ese año. Con esto, la diferencia entre la recaudación tributaria local entre
Colombia y el promedio de los países de la OCDE se reduciría a un 1 % del PIB
aproximadamente, partiendo de la situación actual (Figura 4).

Figura 4.
Recaudación de los gobiernos locales como porcentaje del PIB (1990-2019)
4,5

4,0

3,5

3,0

2,5

2,0

1,5

1,0

0,5

0,0
1990
1991
1992
1993

1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006

2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
1994

2007

Colombia Latinoamérica y el Caribe OCDE


Fuente: elaboración propia con base en datos de la OCDE (2022).

11
Estos municipios son Aguada, Agustín Codazzi, Albán, Almeida, Altos del Rosario, Atrato, Bajo
Baudó, Barrancas, Becerril, Betulia, Bolívar, Bucarasica, Busbanzá, Cabrera, Calamar, Califor-
nia, Canalete, Cantagallo, Cartagena del Chairá, Carurú, Cerinza, Chámeza, Chimichagua, Co-
lón, Condoto, Coromoro, Cravo Norte, Cumaribo, Dabeiba, Durania, Cantón del San Pablo, El
Charco, El Guamo, El Molino, El Piñón, El Retorno, Encino, Fosca, Guavatá, Juradó, La Capilla,
La Jagua de Ibirico, La Jagua del Pilar, La Llanada, La Tola, La Unión, La Victoria, López,
Lourdes, Maicao, Manaure, Mapiripán, Margarita, Miraflores, Montecristo, Mosquera, Nóvita,
Orocué, Pajarito, Paya, Paz de Ariporo, Piojó, Ponedera, Puerto Gaitán, Puerto Guzmán, Puerto
Leguízamo, Puerto Rico, Puerto Rondón, Puracé, Recetor, Rionegro, Riosucio, Río Iró, Río Qui-
to, Sabana de Torres, Sabanas de San Ángel, San Cayetano, San Fernando, San Francisco, San
José del Palmar, San Juanito, San Pedro de Cartago, San Pelayo, Santa Bárbara, Santa Rosalía,
Santiago, Solano, Solita, Támara, Tibú, Trinidad, Tununguá, Túquerres, Urumita, Vetas, Villaher-
mosa, Vista Hermosa, Yondó y Zapayán.
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 349

De hecho, la Figura 4 brinda elementos para explicar parte de los resultados aquí
presentados. En dicha figura se evidencia que la recaudación de los gobiernos
locales en Colombia ha crecido de manera sostenida desde 1990, que ha cerrado
la brecha con los países de la OCDE y la ha aumentado con respecto a América
Latina y el Caribe. Esto se podría deber, en buena parte, al avance del proceso de
descentralización en Colombia entre finales de los años ochenta y los noventa del
pasado siglo en sus ámbitos político, fiscal y administrativo (en lo normativo se
sugiere consultar Congreso de Colombia, 30 de diciembre de 1986, 12 de agosto
de 1993, 8 de febrero de 1994; Constitución Política de Colombia, 1991). En sín-
tesis, la Figura 4 muestra que la recaudación de los municipios colombianos en su
conjunto creció en un 150 % entre 1990 y 2019.
Aunque este ejercicio se plantea considerando la presión tributaria total de los
municipios en Colombia, para futuros estudios convendría también revisar algu-
nos tributos en particular, como es el caso del IPU, para identificar alternativas que
permitan incrementar la recaudación, así sea de manera marginal. Al respecto, la
Comisión de Estudio del Sistema Tributario Territorial (2020, p. 84) indica que,
“para el 1 de enero de 2019, el 5,68 % del territorio nacional tenía información
catastral actualizada, 66 % tenía información desactualizada y el 28,32 % no tenía
información catastral formada; adicionalmente, hay una desactualización prome-
dio de 12,2 años”.
Sin embargo, la actualización catastral pendiente debe ser financiada principal-
mente por el Gobierno nacional, considerando las limitaciones institucionales y
políticas de los entes territoriales para realizar esa tarea por sí mismos. La mayo-
ría de los municipios colombianos dependen del Instituto Geográfico Agustín
Codazzi para actualizar su información catastral, lo que explica que el proceso
sea demorado, pues dicha entidad cuenta con recursos insuficientes (Comisión de
Estudio del Sistema Tributario Territorial, 2020) y además hay lugares del terri-
torio nacional de difícil acceso (e. g., áreas rurales con presencia de grupos arma-
dos). Si bien la iniciativa de Catastro Multipropósito —planteada en Colombia
desde 2019— constituye una respuesta al problema acá planteado, con un costo
estimado superior a los COP 5 billones, los resultados aquí expuestos sugieren que
no se debe esperar a que dicha inversión sea recuperada en el corto plazo vía una
mayor recaudación.
Además, es importante resaltar que pueden existir otros factores, diferentes a los
acá considerados, que incidan en el nivel de recaudación de un país o ente subna-
cional. Por ejemplo, la extensión del territorio de un municipio que corresponde
a bosque verde podría asociarse a unas bases gravables estrechas por sugerir un
menor volumen de actividad económica. Del mismo modo, el acceso a recursos
relacionados con la explotación minera puede reducir las presiones y los intereses
por incrementar la recaudación (Castañeda-Rodríguez, 2014).
Sin embargo, esta información no está disponible para todos los municipios dentro
del periodo de estudio (2011-2017), lo que limita su análisis. A pesar de ello, una
350 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

alternativa es considerar el monto de las regalías recibidas en 2011 como un proxy


del nivel de actividad minera, pues antes de la creación del SGR en Colombia, en
2012, el 80 % de estas se distribuían directamente entre las entidades territoriales
donde se explotaban o transportaban recursos naturales no renovables (RNNR). Al
respecto, los municipios se pueden clasificar en receptores y no receptores de rega-
lías, y luego se puede dividir el primer grupo en cinco quintiles (de acuerdo con el
monto de regalías per cápita recibido) para, con base en ello, calcular los prome-
dios de esfuerzo tributario.
El diagrama de caja que se presenta en la Figura A1 de los anexos sugiere que los
municipios más dependientes de las regalías por la explotación de RNNR eviden-
cian índices de esfuerzo tributario ligeramente inferiores que aquellos con meno-
res ingresos de esta fuente, aunque la dispersión en su interior también crece, lo
que implica que hay municipios mineros con un mayor esfuerzo tributario que
otros no mineros. Lo anterior motiva a identificar si los resultados que se exponen
en la Tabla 2 dependen de una particular distribución de la muestra entre muni-
cipios mineros y no mineros, por lo que en la Tabla A1 de los anexos se reestima
la frontera estocástica tributaria por medio de la técnica Jackknife12 (los clusters
corresponden a la distribución realizada con base en las regalías per cápita de
2011). Los resultados que se presentan en la Tabla A1 de los anexos son coinciden-
tes, en general, con los de la Tabla 2, lo que sirve además de prueba de robustez.
Por último, el lector se podría preguntar por qué en este estudio no se incluyeron
los departamentos, en la medida que se trata de otro nivel de gobierno. La razón
es que estos entes territoriales tienen poca discrecionalidad para fijar los elemen-
tos básicos de los impuestos que les han sido cedidos13, además de que sus bases
son relativamente inelásticas, pues gravan bienes inferiores (e. g., impuestos al
consumo de cervezas, sifones, refajos, cigarrillos, tabaco y licores), lo que se aso-
cia con la baja variabilidad de la recaudación departamental en los últimos treinta
años (entre 1990 y 2020 se ha mantenido alrededor del 1 % del PIB).
Sin embargo, la Tabla A2 de los anexos presenta la reestimación de los modelos
TRE_1 y TRE_2 tomando solo los departamentos y el Distrito Capital como uni-
dades de análisis, lo que redujo el número de observaciones a 226. Si bien los sig-
nos de los respectivos coeficientes se mantienen en general, buena parte de estos
dejan de ser estadísticamente significativos, lo que era de esperarse por lo mencio-
nado en el párrafo anterior. Por su parte, el esfuerzo tributario estimado para los
departamentos entre 2011 y 2017 fue, en promedio, de 0,857 (con un mínimo de
0,646 y un máximo de 0,969), lo que sugiere, teniendo en cuenta lo evidenciado

12
Esta técnica requiere dividir la muestra con base en una variable de interés —en este caso, el mon-
to de regalías que recibe un municipio— para luego correr tantas regresiones como clusters haya,
omitiendo iterativamente cada submuestra del conjunto de datos. Por lo tanto, los coeficientes que
se muestran corresponden al promedio de los otros previamente estimados.
13
En muchos casos, las leyes sobre tributos subnacionales establecen sujetos activos y pasivos,
hecho generador, base gravable, tarifas y periodo, de modo que los departamentos se quedan solo
con la potestad, total o parcial, de recaudar y determinar el destino.
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 351

también para los municipios, que uno de los problemas centrales de las finanzas
públicas subnacionales en Colombia radica en la baja capacidad tributaria de los
entes territoriales, que no tienen un nivel de desarrollo económico suficiente o que
disponen de impuestos cuyas bases tienden a ser estáticas.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La brecha entre la recaudación efectiva de un municipio y su capacidad tributaria
en buena parte obedece a decisiones que toman los gobiernos —como es el caso de
la creación de beneficios (e. g., deducciones especiales, exenciones y descuentos),
que generan a su vez gastos tributarios—, pero también a la ineficiencia de las res-
pectivas administraciones de impuestos. Los resultados aquí expuestos sugieren
que, en Colombia, los entes territoriales presentan ineficiencia técnica en lo que
atañe a su función recaudadora y que esta depende negativamente, tanto del monto
de transferencias y regalías recibidas como de la densidad poblacional. Lo anterior
contradice la hipótesis de la pereza fiscal, pues parece existir un círculo virtuoso
entre recursos por transferencias y regalías, por un lado, y recaudación, por el
otro. Esto se podría deber a las condiciones de desembolso de esos recursos (e. g.,
gastos que se financian por intermedio del SGP y del SGR, junto con los criterios
de distribución).
Con respecto al esfuerzo tributario de los municipios colombianos para el periodo
2011-2017, las estimaciones aquí planteadas contrastan con lo encontrado en otros
estudios realizados sobre este particular. El esfuerzo tributario promedio calculado
en este trabajo para un total de 1094 municipios entre 2011 y 2017 es de alrede-
dor del 80 %, valor que es mayor que los estimados por el DNP (2005), Sánchez-
Torres et al. (2015) y Bonet-Morón y Ayala-García (2016), del 71,62 %, 44,1 %
(para el ICA o 49,3 % para el IPU) y 32,3 %, respectivamente14. Esto implica que
es poco el espacio fiscal que habría para aumentar la recaudación de los gobier-
nos locales en el país, a pesar de que sea común el debate sobre su presunta pereza
fiscal.
Las estimaciones presentadas en este trabajo sugieren que, en promedio, el esfuer-
zo tributario de los municipios colombianos creció entre 2011 y 2015 para luego
caer un poco y ubicarse en un valor ligeramente superior al 80 %. Además, si
se consideran las diferencias entre municipios en lo que respecta a su capacidad
económica y población, se concluye que, bajo la estructura legal vigente, habría
mayor espacio para aumentar la recaudación en los entes territoriales más peque-
ños (categorías 5 o 6 según Congreso de la República de Colombia, 6 de octubre
de 2000), pues los demás presentan resultados sobresalientes en la materia (i. e.,
esfuerzo tributario promedio superior al 81 %).

14
Estas diferencias se pueden explicar por el número de municipios considerados en cada estudio, el
periodo de análisis, la agregación de impuestos que se tuvo en cuenta y las técnicas de estimación
empleadas. Según nuestro conocimiento, este trabajo es el que más observaciones efectivas ha
incluido para el cálculo del esfuerzo tributario municipal en Colombia (7647).
352 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Lo anterior explica por qué el incremento de la recaudación que se obtendría si


todos los municipios de Colombia hicieran pleno uso de su capacidad tributaria
(i. e., si su esfuerzo tributario fuera del 100 %) sería marginal, pues equivaldría
al 0,35 % del PIB nacional (para 2017), es decir, solo un 14 % adicional a lo que
ya los gobiernos locales recaudan (2,5 % del PIB). Así, el aumento de la financia-
ción necesaria para soportar los gastos públicos locales demanda que el Gobierno
nacional les ceda nuevas potestades tributarias o que las transferencias crezcan
aún más. En caso de optarse por la segunda alternativa, sería aconsejable mantener
algunas condiciones sobre el uso de los recursos adicionales, para evitar así que la
hipótesis de la pereza fiscal se vuelva una realidad.
Es recomendable que la agenda de investigación en la materia considere, por ejem-
plo, cómo la estructura y las condiciones del sistema de transferencias y regalías
inciden en el comportamiento de las administraciones subnacionales. Además, es
preciso revisar si un traslado de potestades tributarias desde el Gobierno nacional
es conciliable con el estado actual de las capacidades institucionales de los entes
territoriales y la complejidad que exhibe la tributación en el país. Cabría también
estudiar cuán eficiente es el gasto público municipal y cuál ha sido el resultado de
las inversiones financiadas por intermedio del SGR.

AGRADECIMIENTOS
El autor agradece a los tres evaluadores anónimos por sus comentarios, los cuales
fueron fundamentales para mejorar el artículo. Cualquier error que persista es de
la entera responsabilidad del autor.

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356 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

ANEXOS

Figura A1.
Esfuerzo tributario por agrupación según perfil minero

Nota. Bajo la categoría “0” se reúnen los municipios no mineros (alrededor de 442, los cua-
les no recibieron regalías en 2011).
Fuente: elaboración propia.

Tabla A1.
Frontera estocástica tributaria diferenciando por los ingresos recibidos por rega-
lías en 2011 (técnica Jackknife)

Modelo TRE_2
Variable Coeficiente
Frontera
Ln(PIB_pc) 0,393**
Ln(Agricultura) -0,036*
Ln(Educación) 0,189**
Ln(Población) -0,128
Ln(Pob_urbana) 0,355**
(Continúa)
El esfuerzo tributario de los municipios colombianos Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez 357

Modelo TRE_2
Variable Coeficiente
Ln(Pob_mayor) 0,916
Ln(Pob_mujeres) -3,128*
Capital 0,799
Constante 14,412
Ineficiencia
Ln(Recursos_rec) -3,281
Ln(Densidad) -15,356
Elecciones 2,819
su 5,073*
sv 0,227***
l 22,373***
Nota. *Significativo al 10 %, **significativo al 5 %, ***significativo al 1 %.
Fuente: elaboración propia.

Tabla A2.
Frontera estocástica tributaria para los departamentos colombianos y el Distrito
Capital

Modelo TRE_1* TRE_2*


Variable
Frontera
Ln(PIB_pc) 0,634*** 1,225***
Ln(Agricultura) -0,003 2,126
Ln(Educación) 0,034 1,342
Ln(Población) -0,517*** 0,150
Ln(Pob_urbana) -0,523 1,011
Ln(Pob_mayor) 1,902*** 3,129**
Ln(Pob_mujeres) 12,058 12,076
Ineficiencia
Ln(Recursos_rec) -0,529
Ln(Densidad) 0,087
Elecciones -38,034
Observaciones 226
Nota. *Significativo al 10 %, **significativo al 5 %, ***significativo al 1 %.
Fuente: elaboración propia.
ARTÍCULO

NOT ALL GIFFEN GOODS,


ARE INFERIOR GOODS

Hernán Vallejo

Vallejo, H. (2023). Not all Giffen goods, are inferior goods. Cuadernos de Eco-
nomía, 42(89), 359-378.
It is well known in the economic literature that the labour supply curve can bend
backwards and, therefore, that leisure can be a Giffen good. It is also known that
leisure can be a normal good. This article proves that if leisure is a Giffen good, it
has to be a normal good. This result also proves that, contrary to common knowl-
edge in economics, not all Giffen goods, are inferior goods. These results could be
taken into account, for example, when finding empirical evidence and designing
policies on labour supply, in an era of machine learning and artificial intelligence.
Keywords: Leisure; Giffen goods; excess expenditure function; Shephard’s
lemma.
JEL: D01, D04, D11, J22, J38.

H. Vallejo
Facultad de Economía, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. Email: hvallejo@uniandes.
edu.co.
Suggested citation: Vallejo, H. (2023). Not all Giffen goods, are inferior goods. Cuadernos de Eco-
nomía, 42(89), 359-378. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.v42n89.97316
This paper was received on July 15, 2021, revised on September 26, 2022, and finally accepted
on November 15, 2022.

359
360 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Vallejo, H. (2023). No todos los bienes Giffen, son bienes inferiores. Cuadernos
de Economía, 42(89), 359-378.
Es bien sabido en la literatura económica que la curva de oferta de trabajo puede
tener pendiente negativa y, por tanto, que el ocio puede ser un bien Giffen. Tam-
bién se sabe que el ocio puede ser un bien normal. Este artículo demuestra que si el
ocio es un bien Giffen, tiene que ser un bien normal. Este resultado también prueba
que, contrario a la creencia popular en la economía, no todos los bienes Giffen,
son bienes inferiores. Estos resultados podrían ser útiles por ejemplo, a la hora
de encontrar evidencia empírica y diseñar políticas sobre oferta laboral, en una era de
aprendizaje automático e inteligencia artificial.
Palabras clave: ocio; bienes Giffen; función de exceso de gasto; lema de
Shephard.
JEL: D01, D04, D11, J22, J38.
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 361

It is common in economics to argue that all Giffen goods are inferior, but not all
inferior goods are Giffen. In the past, goods such as potatoes and rice have been
offered as -often questionable- examples of Giffen goods, when consumers have a
lower income, and these examples have received some empirical support.
This article uses standard microeconomic theory, taking into account the initial
endowments of goods and services, to prove propositions regarding the character-
istics of Giffen goods in general, and leisure in particular. Leisure is shown to be
a normal good, when it is Giffen. Thus, not all Giffen goods, are inferior goods.
These findings suggest that leisure could be a Giffen and a normal good for con-
sumers with a higher income, and these results could be useful for example, when
finding empirical evidence on labour supply and in the design of policies in an era
of machine learning and artificial intelligence.
Thus, this section is followed by a brief revision of the previous literature. Then,
the standard theoretical framework is delineated and that is followed by some con-
clusions.

PREVIOUS LITERATURE
Giffen goods have been known since the 19th century. Gray (1815, ch. 5) described
carefully the casual observation of Giffen goods in a book chapter entitled: “A rise
in the price of bread corn, beyond a certain pitch, tends to increase the consump-
tion of it”.
Alfred Marshall (1985, p. 208), in the third edition of his Principles, acknowl-
edged that the law of demand may not always work and described the Giffen par-
adox as follows:

There are however some exceptions [to the law of demand]. For instance, as
Mr Giffen has pointed out, a rise in the price of bread makes so large a drain
on the resources of the poorer labouring families and raises so much the mar-
ginal utility of money to them, that they are forced to curtail their consump-
tion of meat and the more expensive farinaceous foods: and, bread being still
the cheapest food which they can get and will take, they consume more, and
not less of it. But such cases are rare; when they are met with they must be
treated separately.

In general, the literature in economics has shown that the existence of Giffen goods
is theoretically possible, and some empirical studies provide support to such pos-
sibility.
For example, Haagsma (2012) reviews the history of Giffen goods and a range
of explanations for said occurrence, and states that the Giffen Paradox and the
upward sloping demand curves, have kept many economists puzzled for more than
a century.
362 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Ashenfelter and Heckman (1974) decompose the income and the substitution
effects to theoretically and empirically analyse a family’s labour supply. They
assume that leisure is a normal good, and their estimates support such assumption.
Jehle and Reny (2013, p. 56) in their theorem 1.13, state that “If an own price
decrease causes a decrease in quantity demanded, the good must be inferior”. Var-
ian (2010, p. 144) points out that “a Giffen good must be an inferior good. But an
inferior good is not necessarily a Giffen good”. Nicholson (2005, p. 650) explains
that the Giffen Paradox “arises because the good in question is inferior”. Pindyck
and Rubinfeld (2013, p. 122) state that a Giffen good is a good whose “demand
curve slopes upward because the (negative) income effect is larger than the sub-
stitution effect”. Von Mouche and Pijnappel (2012) explore weaker conditions in
order to provide a strong form of the compensated law of demand, concluding that
for an upper semi-continuous utility function, each Giffen good is inferior. This
list does not pretend to be exhaustive, but aims to illustrate the point.
In fact, this is such a standard result in economics, that Stein (2009, p. 6) develops
mnemonic methods for students to remember that “all Giffen goods are inferior
goods, but not all inferior goods are Giffen goods”.
Dwyer and Lindsay (1984) question the rationality behind the idea that potatoes
were Giffen goods in the 1845-1849 famine in Ireland. They argue for example
that in such circumstances, the supply of potatoes was lower and not greater than
before; that the income effects from the supply side were confounded with income
effects from the demand side; and that the analyses were being applied to what are
in practice, closed economies in food.
Vandermeulen (1972, p. 458) studies the Giffen Paradox and concludes that a pos-
itive price effect is more likely with higher incomes than when living in poverty,
and that the focus of economists on studying Giffen goods with lower incomes
has given economists the “false assurance of the near infallibility of the law of
demand”.
Maskin and Tirole (1987) consider when sunspots can affect equilibria in a
two-period, two-commodities, two-class economy, and find that in a non-degener-
ate imperfectly correlated equilibrium (one that is not a certainty equilibrium), lei-
sure must be a Giffen good for at least one class of consumers. Furthermore, if the
extrinsic signals received by consumers are independent, consumption must be a
Giffen good for at least one class of consumers.
Larson and Johnston (1992a) and (1992b, p. 2) build a three good model with a
money constraint and a time constraint, to argue that outdoor activities can be
examples of Giffen goods. They point out as reasons as to why there has not been
much evidence regarding Giffen goods in general -and outdoor activities as Giffen
goods in particular-, the lack of knowledge concerning where and how to look for
such evidence; model misspecification; omitted variables; a priori judgements;
and “the strong self-selection against publishing such unusual results”.
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 363

Battalio et al. (1991) employ experimental methods using rats, to confirm the
existence of Giffen goods with strong inferiority, at the individual level.
More recently, Jensen and Miller (2008) found evidence that rice is a Giffen good
for subsistence consumption in the Chinese provinces of Hunan and Gansu, and
argue that this should be taken into account in the design of social policies.
Heijman and von Mouche (2012) provide a very thorough and complete collection
of contemporary research on the subject, some of which is mentioned in this arti-
cle, and argue that researchers are still trying to find answers to unknown aspects
of Giffen goods.
In terms of policy, researchers from the International Labour Office, Ernst et al.
(2019, p. 31) argue that artificial intelligence offers opportunities, such as a fall in
the costs of capital and increases in productivity for low skilled workers, but also
challenges, including a “continuous reduction in working hours, especially among
those countries where long hours are still the norm, as well as sharing the receipts
of innovation rents through profit sharing policies that have already been success-
fully implemented in some countries in the past”.
This article proves propositons that aim to contribute to the previous literature on
the subject, such as the literature that has been reviewed in this section.

THEORETICAL FRAMEWORK
In order to prove the propositions regarding leisure, a conventional theoretical
framework is used, following for example, Angrist (2017) and Card (2016). Let:
• p be the vector of unit prices of goods and services
• p be the scalar of the unit price of the good or service being analysed
• w be the wage rate (unit price of labour)
• u be a fixed level of utility
• e be the expenditure
• m be the non wage income
• y be the total income
• T be the total allocation of time
• h be the number of hours worked
• h(p, w, u ) be the compensated (Hicksian) supply of labour
• l be the number of hours of leisure
• l u (p, w, y ) be the uncompensated (Marshallian) demand for leisure
• l (p, w, u ) be the compensated (Hicksian) demand for leisure
364 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

• x u (p, w, y ) be the uncompensated (Marshallian) demand for good or ser-


vice x
• x(p, w, u ) be the compensated (Hicksian) demand for good or service x
• x be the endowment that a consumer has of good or service x
• e(p, w, u ) be the expenditure function
• e* (p, w, u ) be the excess expenditure function
The consumer problem can be characterised with duality: the consumer maximises
utility subject to the budget constraint, or the consumer minimizes the expendi-
ture to achieve a certain level of utility. Assume that the utility function is mono-
tonic and strongly pseudoconcave locally and thus, that the demand functions are
locally differentiable1, and that the time endowment is allocated between work and
leisure only. The results presented here hold, as long as the demand functions are
locally differentiable. Deviations from this assumption are considered as special
cases in some parts of the article, and the extreme and unlikely cases of the per-
fect substitutes and Leontief preferences, where the compensated demand of lei-
sure is vertical or has vertical and horizontal segments, are analysed at the end of
the article.
The budget constraint can be written as:

m + wT = p1 x1 + ... + pn xn + wl

The expenditure function, that is, the minimum expenditure required to reach a
level of utility u with a given vector of prices (p, w), can be written as:

e(p, w, u ) = p1 x1 (p, w, u ) + ... + pn xn (p, w, u ) + wl (p, w, u )

The compensated demand of leisure can be obtained by Shephard’s Lemma:

¶e(p, w, u )
= l (p, w, u ) (1)
¶w
Because of the concavity of the expenditure function:

¶ 2 e(p, w, u ) ¶l (p, w, u )
= <0 (2)
¶w2 ¶w

1
Avriel et al. (2010) show that assuming that the direct utility function is strongly pseudoconcave
locally, or equivalently, assuming that the indirect utility function is strongly pseudoconvex loca-
lly, are sufficient conditions for the local continuous differentiability of a consumer’s system of
demand functions.
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 365

Since it has been assumed that time can only be used for leisure or labour, the
expenditure function can also be written as:

e(p, w, u ) = p1 x1 (p, w, u ) + ... + pn xn (p, w, u ) + wT − wh(p, w, u )

Following Angrist (2017), the excess expenditure function, that is, the non-wage
income that a person requires to get to the level of utility u with a given vector of
prices (p, w) , can be written as:

e* (p, w, u ) = e(p, w, u ) − wT = p1 x1 (p, w, u ) + ... + pn xn (p, w, u ) − wh(p, w, u )

By Shephard’s Lemma, as a direct application of the envelope theorem:

∂e* (p, w, u ) ∂e(p, w, u ) − wT


= = l (p, w, u ) − T (3)
∂w ∂w
A useful identity is:

l (p, w, u ) º l u (p, w, e* (p, w, u ))

Deriving this identity with respect to the wage rate:

∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e) ∂l u (p, w, e) ∂e* (p, w, u )


= + (4)
∂w ∂w ∂e ∂w

∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e) ∂l u (p, w, e) ∂ (e(p, w, u ) − wT )


= + (5)
∂w ∂w ∂e ∂w
Replacing equation 3 on equation 5:

∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e) ∂l u (p, w, e)


= + (l (p, w, u ) − T ) (6)
∂w ∂w ∂e
Solving for the change in the uncompensated demand of leisure, yields the Slutsky
equation with endowment effects:

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= − (l (p, w, u ) − T )
∂w ∂w ∂e
Which can be written as:

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e
This is the same equation as the one presented in Varian (1992, p. 146). Here, the
impact of a change in the wage rate on the uncompensated demand for leisure, can
be decomposed into a substitution effect:
366 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

¶l (p, w, u )
¶w
An endowment effect:

¶l u (p, w, e)
T
¶e

And an income effect:

¶l u (p, w, e)
l (p, w, u )
¶e
For the benefit of brevity, the endowment effect and the income effect shall be
combined and referred to here, as the net income effect, as follows:

∂l u (p, w, e)
(T − l (p, w, u ))
∂e
If as pointed out in equation 2:

¶l (p, w, u )
<0
¶w
And assuming that there is always an interior solution, so:

0 < l (p, w, u ) < T

and:

(T - l (p, w, u )) > 0

The following propositions regarding leisure hold:

Proposition 2.1. If leisure is inferior, it has to be ordinary.

Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e
If:

¶l u (p, w, e)
<0
¶e
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 367

Then:

¶l u (p, w, e)
<0
¶w

Proposition 2.2. If the income effect is zero, leisure has to be ordinary.

Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e
If:

¶l u (p, w, e)
=0
¶e
Then:

¶l u (p, w, e)
<0
¶w

Proposition 2.3. If leisure is normal, it can be ordinary.

Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e

If:

¶l u (p, w, e)
>0
¶e
And:

∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)
> (T − l (p, w, u ))
∂w ∂e
Then:

¶l u (p, w, e)
<0
¶w
368 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Proposition 2.4. If leisure is perfectly inelastic to the wage rate, it has to be nor-
mal.

Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e

If:

¶l u (p, w, e)
=0
¶w

Then

¶l u (p, w, e)
>0
¶e

And furthermore:

∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)
= (T − l (p, w, u ))
∂w ∂e

Proposition 2.5. If leisure is Giffen, it has to be normal.

Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e
If:

¶l u ( p, w, e)
>0
¶w
Then

¶l u ( p, w, e)
>0
¶e

And furthermore:

∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)
< (T − l (p, w, u ))
∂w ∂e
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 369

The above propositions can be represented graphically, as shown in figure 1.

Figure 1.
Graphic Representation of Leisure as Different Types of Goods, Depending on
Consumer Preferences

Source: Author.

From an initial optimal bundle depicted by the black circle on the green continu-
ous budget line in figure 1, when the wage rate increases from w0 to w1, the value
of time increases, and the new budget line is the blue dashed line. The type of good
leisure is, depends on the preferences of the individual. When the consumer opti-
mises, such optimal decision should be on the new dashed blue budget line, some-
where between the two black vertical dotted lines on the extremes of the graph
(where the initial welfare intersects the new blue budget line). All the propositions
proved so far in this article, hold in this graph.
Leisure is a special kind of good, in the sense that for all consumers, its demand is
always lower or equal to the endowment of time, that is, its excess demand -opti-
mal demand of leisure minus the endowment of time is always non-positive. The
following proposition looks into the general case, including the case of more con-
ventional goods and services, in which the excess demand can be positive, zero or
negative, but is usually positive.
370 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Proposition 2.6. A Giffen good is an inferior good if its excess demand is positive,
and a normal good if its excess demand is negative.
Proof. The Slutsky equation with endowment effects, -as presented in Varian
(1992, p. 145)-, is given by:

∂x u (p, w, e) ∂x(p, w, u ) ∂x u (p, w, e)


= − ( x(p, w, u ) − x )
∂p ∂p ∂e

If:

¶x u (p, w, e)
>0
¶p

And the excess demand of the good is positive:

( x(p, w, u ) - x ) > 0

And allowing for extreme cases:

∂x(p, w, u )
≤0
∂p

Then:

¶x u (p, w, e)
<0
¶e

And:

¶x(p, w, u ) ¶x u (p, w, e)
< x(p, w, u )
¶p ¶e

If:

¶x u (p, w, e)
>0
¶p

And the excess demand of the good is negative:

( x(p, w, u ) - x ) < 0

And allowing for extreme cases:

∂x( p, w, u )
≤0
∂p
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 371

Then:

¶x u (p, w, e)
>0
¶e

And:

¶x(p, w, u ) ¶x u (p, w, e)
< x(p, w, u )
¶p ¶e

Note that the case of leisure, is a special case of proposition 2.6. Since the excess
demand of leisure is assumed to be negative, if leisure is Giffen, it has to be a nor-
mal good.
Consider now the theoretically possible, but extreme and unlikely case of Leontief
preferences, between leisure and the consumption of all other goods.
Proposition 2.7. If the consumption of leisure and all other goods can be described
with Leontief preferences, leisure has to be a normal and a Giffen good.

Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= + (T − l (p, w, u ))
∂w ∂w ∂e

In the Leontief preferences case, the partial derivative of leisure demand with
respect to the wage rate is not defined, but the substitution effect is zero for posi-
tive wages.
The income effect has to be positive because the indifference curves cannot inter-
sect:

¶l u (p, w, e)
>0
¶e

And since it has been assumed that:

(T - l (p, w, u ) > 0

Then:

¶l u (p, w, e)
>0
¶w

This extreme case is described in figure 2.


372 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Figure 2.
Graphic Representation of Leisure as Different Types of Goods, with Leontief
Preferences

Source: Author.

In figure 2, an increase in the wage rate from w0 to w1 will lead to a new optimum
on the new dashed blue budget line, strictly in between the original red indiffer-
ence curve.
Consider now as well the theoretically possible, but also extreme and unlikely
case, of preferences in which leisure and consumption of all other goods, are per-
fect substitutes.
Proposition 2.8. If the consumption of leisure and all other goods are perfect sub-
stitutes, leisure has no income effect and leisure is not Giffen.
Proof.

∂l u (p, w, e) ∂l (p, w, u ) ∂l u (p, w, e)


= − l (p, w, u )
∂w ∂w ∂e

Let the slope of the indifference curves be:

w*
p
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 373

If

w w*
=
p p

The demand for leisure is undetermined and in the range:

0 £l £T

If the wage rate changes (increases or decreases), a corner solution is obtained:


The substitution effect is non-positive:

∂l (p, w, u )
≤0
∂w

And the income effect on leisure is zero:

¶l u (p, w, e)
=0
¶e
Thus:

∂l u (p, w, e)
≤0
∂w

If:

w w*
>
p p

Or

w w*
<
p p

There is a corner solution.


In this case, for changes in prices that maintain the same corner solution:
The substitution effect is zero:

¶l (p, w, u )
=0
¶w

And the income effect on leisure is zero.


374 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

¶l u (p, w, e)
=0
¶e

And for changes in prices that lead to a change in the consumption of leisure,
including a change of the corner solution:
The substitution effect is non-positive:

∂l (p, w, u )
≤0
∂w

And the income effect on leisure is zero.

¶l u (p, w, e)
=0
¶e

Thus, when leisure is a perfect substitute for the consumption of other goods, lei-
sure has no income effect and leisure cannot be a Giffen good.
This case is depicted in figure 3.

Figure 3.
Graphic Representation of Leisure as Different Types of Goods, when Leisure and
all Other Goods are Perfect Substitutes

Source: Author.
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 375

In figure 3, preferences are in green and the budget lines are dashed blue. Assume
to start with, that the budget constraint and the indifference curve overlap. In this
case, the optimal bundle is undetermined between 0 and T, and any change in the
relative prices leads to a corner solution. The budget lines that keep the initial level
of utility constant for a given change in relative prices and thus, allow to identify
the substitution effects, are in red. Given a corner solution, any change in the rela-
tive prices that leads to the same corner solution -or another corner solution-, has
a non-positive substitution effect, and has no income effect on the demand for lei-
sure.
The demand curve for leisure in this case, is shown in figure 4.

Figure 4.
Graphic Representation of the Demand for Leisure when Leisure and all Other
Goods are Perfect Substitutes

Source: Author.

Note that the special cases described in propositions 2.7 and 2.8, do not change the
main results obtained in previous propositions.
Overall, it is possible to conclude that when the endowments of goods and ser-
vices are taken into account, if any good or service is Giffen, then it must be infe-
rior if its excess demand is positive, and it must be normal, if its excess demand is
negative. Leisure is a special type of good and service, since it is characterised by
376 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

having a non-positive excess demand: its optimal demand is always less or equal
to the endowment of time. Thus, if leisure is a Giffen good, it has to be a normal
good. But not all normal leisure, is a Giffen leisure.
Note as well that the results provided in this article can be useful when finding
empirical evidence regarding labour supply, and for understanding the impacts of
machine learning and artificial intelligence on the labour market, and the impact
of policies to address some of those challenges. For example in terms of hours
worked due to changes in hourly wages, or income transfers, as has been high-
lighted by researchers from the International Labour Office.

CONCLUSIONS
It is well known in the economic literature, that the labour supply curve can bend
backwards, and thus, that leisure can be a Giffen good. It is also known that lei-
sure can be a normal good. This article has proved that if leisure is a Giffen good,
it has to be a normal good. This result proves as well that, contrary to common
knowledge in economics, once the initial endowments are taken into account, not
all Giffen goods, are inferior goods.
Additionally, this article shows, within the standard microeconomics literature,
that if leisure:
• Is inferior, it has to be ordinary
• Has no income effect, it has to be ordinary
• Is normal, it can be ordinary
• Is perfectly inelastic to the wage rate, it has to be normal
• Is a perfect complement of all other goods, the demand for leisure is Giffen
and normal
• Is a perfect substitute for the consumption of all other goods, leisure has no
income effect and leisure is not Giffen
Thus, if leisure is a Giffen good, it has to be a normal good, but not all normal lei-
sure, is a Giffen leisure.
In general, it has been proved that if any good or service is Giffen, then it must be
inferior if its excess demand is positive, and it must be normal if its excess demand
is negative. The results presented in this article depart from the standard economic
literature, because they take into account the endowment effects of the changes in
the prices of goods and services.
In the past, potatoes and rice have been used as examples of Giffen goods for lower
income consumers, and there is some empirical evidence to support this. In the
future, leisure may be used more frequently as an example of a Giffen and a nor-
mal good for higher income consumers, and this could be taken into account for
Not all giffen goods, are inferior goods Hernán Vallejo 377

example, when finding empirical evidence on leisure and labour supply, and when
designing policies in an era of machine learning and artificial intelligence. More
generally, goods and services with endowments that are greater than their optimal
demands, may also turn out to be good examples of Giffen goods.

ACKNOWLEDGMENTS
The author thanks Carlos Andrés Camelo, Raúl Castro, Miguel Espinosa, and
Paula Jaramillo, for their feedback; and his teaching assistants and his students, for
their questions, that have led among others, to this article. The author also thanks
three anonymous referees for their suggestions, that helped improve the clarity and
the quality of this article. All remaining errors belong to the author.

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the theory of Giffen goods (Lecture Notes in Economics and Mathemati-
cal Systems, vol. 655, pp. 39-52). Springer.
ARTÍCULO

ELEMENTOS ESENCIALES DE UNA


SOCIOECONOMÍA DEL DESARROLLO

Manuel Rubio-García

Rubio-García, M. (2023). Elementos esenciales de una socioeconomía del


desarrollo. Cuadernos de Economía, 42(89), 379-402.
El objetivo del presente artículo es proponer una síntesis teórica y analítica que sea
fundamento de una socioeconomía del desarrollo. Para ello, se distingue entre dos
dimensiones diferentes e interconectadas, a saber: la economía política y la pers-
pectiva institucional. A partir de una revisión teórica de cada una, se establecen las
posibilidades de avanzar en una síntesis y sus limitaciones.
Palabras clave: economía política; excedente económico; perspectiva institucio-
nal; relaciones de poder; desarrollo económico; formaciones sociales.
JEL: B15; B41; B52; B51; E11; E24; O11; O14; O41; P48.

Rubio-García, M. (2023). Essential elements of a socioeconomics of develop-


ment. Cuadernos de Economía, 42(89), 379-402.
The objective of this article is to propose a theoretical and analytical synthesis
that is the foundation of a socioeconomics of development. For this, it is assumed

M. Rubio-García
Universidad Nacional de San Martín (Argentina). Correo electrónico: [email protected].
https://orcid.org/0000-0001-7758-7936
Sugerencia de citación: Rubio-García, M. (2023). Elementos esenciales de una socioeconomía
del desarrollo. Cuadernos de Economía, 42(89), 379-402. https://doi.org/10.15446/cuad.econ.
v42n89.96493
Este artículo fue recibido el 9 de junio de 2021, ajustado el 15 de junio de 2022 y su publica-
ción aprobada el 4 de julio de 2022.

379
380 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

as necessary to distinguish between two different and interconnected dimensions,


namely: political economy and institutional perspective. Finally, based on a theo-
retical review of each, the possibilities of a synthesis and its limitations are estab-
lished.
Keywords: Political economy; economic surplus; institutional economics; power
relations; economic development; social formations.
JEL: B15; B41; B52; B51; E11; E24; O11; O14; O41; P48.
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 381

INTRODUCCIÓN
El análisis socioeconómico apunta a la comprensión del cambio social a través del
espacio y el tiempo. A sus efectos, es útil tener presente la tensión entre estabili-
dad y conflicto en un sistema social1 (Wallerstein, 1998) y considerar cómo ella
genera órdenes turbulentos y contradictorios de tipo económico, político o social,
entre otros.
En este artículo se parte de la creencia de que, en la economía política, se estudian
sistemas inherentemente inestables o turbulentos, en los que el proceso de genera-
ción de estabilidad contiene unos elementos de carácter institucional que, en situa-
ciones de crisis o ruptura, contribuyen a explicar el cambio institucional en las
formaciones sociales (Bortis, 1997).
Según Marx y Engels (1975), el cambio social se funda en las contradicciones
entre los intereses de diversas clases sociales a través del tiempo en el marco de
relaciones de producción específicas. Para Marx (2016), las condiciones jurídi-
cas (o relaciones jurídicas2) y las formas políticas (formas de Estado) no pueden
ser comprendidas sin tener en cuenta el análisis de “las condiciones materiales de
vida”, es decir, de la “anatomía de la sociedad civil” en la economía política.
Lo anterior implica una orientación analítica que va desde la economía política
hacia la perspectiva institucional. En particular, el cambio social puede ser estu-
diado a partir de las contradicciones entre las relaciones sociales de producción y
el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, de tal modo que las primeras se
convierten en factores potenciadores o limitadores de las segundas (Marx, 2016).
En El capital, Marx (1975) se propone investigar el régimen capitalista de produc-
ción con sus respectivas relaciones sociales, no tanto con respecto a las contradic-
ciones sociales derivadas de su funcionamiento, sino con relación a las “leyes de
la producción”. Aún más, la agencia humana del capitalista y del trabajador son
representadas como “personificación de categorías económicas, como represen-
tantes de determinados intereses y relaciones de clase” (Marx, 1975, p. xv). Así, el
cambio se explica por la dinámica de las contradicciones inherentes al funciona-
miento del sistema capitalista y al carácter transitorio e histórico de sus relaciones
sociales de producción. Este es un análisis desde la crítica de la economía política.
En La gran transformación, Polanyi (2003) plantea que la comprensión del cam-
bio social implica analizar la tensión existente entre la constitución y el desarrollo
de la utopía de un mercado autorregulado, por una parte, y las medidas de protec-
ción de la sustancia natural y humana de la sociedad, por otra. Si bien la economía
de mercado tiene unas leyes que regulan su funcionamiento, está estrechamente
asociada a un sistema institucional específico.

1
El sistema social escogido por Wallerstein para su análisis histórico es el sistema-mundo. Esta
reflexión se orienta hacia la noción de formación social.
2
Esta es la expresión que usa Marx (1971).
382 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Ahora bien, para Polanyi (2003), la economía de mercado se define como una
estructura institucional, entendiendo a las instituciones como “materializaciones
de significados y propósitos humanos” (p. 314). En particular, para él, es central la
noción de incrustación, es decir, la idea de que la economía humana está inmersa
en el marco de relaciones sociales que se cristalizan en instituciones sociales. Así,
la acción humana se guía por una noción de bienestar cuya comprensión cambia
social y culturalmente.
Polanyi resuelve la cuestión de cómo se asegura el orden en una formación social
estableciendo que la motivación de la acción está asociada a principios de com-
portamiento que regulan el orden a través de patrones institucionales. Así pues,
en este contexto de la perspectiva institucional, el Gobierno es considerado como
representante del interés general, como una entidad mediante la cual se busca sal-
var la esencia de la sociedad.
En ese sentido, los intereses de clases están subordinados, supeditados, a una
“situación total” en relación con el cambio social. Es decir, los intereses secciona-
les o de clase son un vehículo, mas no la fuente, del cambio social. Por lo tanto,
las medidas de protección buscan restringir la degradación cultural de la existencia
social, esto es, la sustancia de la sociedad en su conjunto (Polanyi, 2003, p. 209).
En consecuencia, si el propósito es comprender el funcionamiento y la evolución,
a través del tiempo y del espacio, de los sistemas socioeconómicos, se hace indis-
pensable analizar tanto el comportamiento de los individuos y de los colectivos
—su agencia— como el sistema institucional vigente (Bortis, 1997, p. 248). Esta
es una visión desde el análisis institucional.
En general, aquí se plantea la siguiente cuestión: ¿cuáles son los fundamentos
teóricos y analíticos de una socioeconomía del desarrollo? Para responder a esta
cuestión, es necesario exponer las dimensiones, niveles y consideraciones teóricas
contenidas en los fundamentos del análisis socioeconómico.
Como punto de partida, se asume, entonces, que en el análisis socioeconómico se
pueden distinguir al menos tres componentes analíticos interconectados: econo-
mía política, perspectiva institucional y prácticas sociales3, de los cuales aquí solo
se abordarán los dos primeros.
Para ello, en primer lugar, se delimitará un marco analítico para guiar una posi-
ble síntesis teórica que, a su vez, sirva de fundamento a una perspectiva socioeco-
nómica. En segundo lugar, se definirá la economía política a partir de su enfoque
clásico. En tercer lugar, se expondrán los elementos generales de una visión insti-
tucional con fundamento en algunas reflexiones de Thorstein Veblen4. Por último,

3
Se asume que el análisis de las prácticas sociales es el nivel más concreto y que, por tanto, requie-
re un estudio separado.
4
La posibilidad de una síntesis entre la economía política clásica y el análisis institucional, con
base en el trabajo de Karl Polanyi, fue tratada en Rubio y Castaño (2020).
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 383

se presentará un esbozo de los principales elementos de una socioeconomía del


desarrollo.

MARCO TEÓRICO
El objetivo de esta reflexión es avanzar en una síntesis teórica y analítica que per-
mita estudiar la especificidad de las formaciones sociales. Para eso, se examina
la literatura sobre economía política y perspectiva institucional, entendidas como
dimensiones analíticas que ofrecen respuestas a cuestiones diferentes y relaciona-
das: las condiciones de viabilidad y estabilidad de una formación social (Figura 1).
Sin embargo, el estado de la reflexión es exploratorio. No busca una síntesis com-
pleta o total, sino, más bien, una síntesis parcial e incompleta.
Desde un punto de vista analítico, se establece que la interacción entre la genera-
ción, apropiación y uso del excedente económico y la dinámica de acumulación
de capital configura los patrones de crecimiento del producto social en una forma-
ción social (Danielson, 1994; Rubio, 2019). Así pues, los elementos asociados a la
generación y apropiación del excedente corresponden a elementos de estudio de
la economía política. A su vez, los modos de apropiación —coercitiva, mercan-
til, estatal— y los modos de uso del excedente pertenecen a la perspectiva insti-
tucional.
En suma, este enfoque implica distinguir al menos dos dimensiones analíticas dife-
rentes y complementarias (Figura 1), a saber: la economía política clásica y la pers-
pectiva institucional (Bortis, 1997; Cesaratto, 2019; Cesaratto y Bucchianico, 2020).
En primer lugar, la economía política indaga sobre las condiciones formales de la
viabilidad económica de una formación social, para lo cual analiza los modos de
generación y distribución mercantil del excedente económico, a saber: valor, pre-
cios y moneda (Cesaratto y Bucchianico, 2020).
En la economía política clásica, se asume que la motivación principal y genera-
lizada de la interacción entre individuos privados autónomos e independientes,
que se relacionan a través del proceso de intercambio capitalista, es la ganancia
(Shaikh, 1984).
En particular, la economía política clásica establece que, con la producción de
mercancías como aspecto generalizado de la formación social capitalista, la fuerza
de trabajo deviene mercancía (Shaikh, 1984, 1990). Por su parte, un aspecto dis-
tintivo de la tradición marxista clásica es que el tiempo de trabajo es un elemento
central para la explicación de los valores alrededor de los cuales gravitan los pre-
cios (Shaikh, 1982, 1990). Por tanto, el trabajo deviene un elemento central de la
reproducción de las relaciones capitalistas (Shaikh, 2016).
En segundo lugar, la perspectiva institucional permite estudiar los elementos
sociopolíticos subyacentes a la desigualdad en la distribución de la riqueza: en
particular, las formas de poder político asociadas al consumo conspicuo, al presti-
384 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

gio y a la estratificación social (Cesaratto, 2019; Cesaratto y Bucchianico, 2020).


En general, esta dimensión buscar dar cuenta de la manera como son generadas las
condiciones de estabilidad y orden de una formación social, para lo cual analiza la
configuración del poder diferencial —y de las relaciones sociales subyacentes—
de los grupos sociales que la componen.

Figura 1.
Componentes del análisis socioeconómico

Sistema socioeconómico

Macro

Economía política: Economía institucional:


condiciones de condiciones de
viabilidad estabilidad
Meso

Micro

Corto Mediano Largo


plazo plazo plazo

Fuente: elaboración propia.

El criterio aquí utilizado es la autonomía relativa de la dimensión institucional, en


donde el análisis de las relaciones de poder no se reduce a un conjunto de reglas
comportamentales basadas en una lógica unidimensional, como ocurre en la teoría
de la elección racional. En esta se comprende el proceso político o la interacción
entre grupos sociales sobre la base de supuestos de hiperracionalidad, maximiza-
ción de la utilidad e individualismo metodológico (visión atomística) que llevan a
un constructo analítico teórico que se deriva o extiende a partir de una perspectiva
de la economía política marginalista (Chang, 2000; Zafirovski, 2003).
La relativa autonomía de la dimensión institucional no es posible si se trabaja
sobre una reducción de la acción social. Es decir, si se estudian las relaciones den-
tro del Estado y los grupos sociales según las lógicas del funcionamiento mercan-
til, que se basan en un supuesto unilateral y limitado de racionalidad económica
(Hodgson, 1991d; Hodgson, 2012; Shaikh, 2016; Zafirovski, 2003).
Este mapa analítico se elabora con el objetivo de bosquejar las características par-
ticulares de la reproducción ampliada del capital y de las relaciones de poder entre
grupos sociales.
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 385

Para desarrollar dicho mapa, en primer lugar, se ofrece una definición desde la
perspectiva de la economía política clásica. En segundo, se hace una definición y
delimitación del análisis del cambio institucional. En tercero, se examina la posi-
bilidad de una síntesis entre las dos dimensiones analíticas definidas: ¿cuáles son
sus características?, ¿qué las define?, ¿qué las diferencia?, ¿cuáles son las discu-
siones que emergen de su relación? En este punto, se exponen algunos intentos de
síntesis analíticas entre la economía política y el cambio institucional. Por último,
se presentan algunas conclusiones generales y una propuesta de agenda de inves-
tigación.

PERSPECTIVA DE LA ECONOMÍA
POLÍTICA CLÁSICA
Se puede plantear que el objeto de estudio de la economía política es la dinámi-
ca o las tendencias en el funcionamiento del capitalismo (Roncaglia, 1991;
Shaikh, 2016). En particular, la moderna teoría clásica analiza las sociedades con-
temporáneas según la perspectiva del excedente económico, para comprender y
caracterizar los conflictos sociales en diferentes niveles (firma, industria, sistema
económico). Este es su núcleo analítico.
La aproximación basada en el excedente es relevante porque permite el análisis del
cambio turbulento y la estratificación social, como también la forma en que estos
son experimentados a través del tiempo y del espacio (Cesaratto, 2016).
El fundamento teórico y analítico que renovó la perspectiva clásica del excedente
está en el trabajo de reconstrucción adelantado por Sraffa5 (Bortis, 1997; Cesa-
ratto, 2016; Roncaglia, 1991). De hecho, se puede interpretar su esfuerzo teórico
como el estudio de las condiciones formales de viabilidad de un sistema eco-
nómico6.
La visión circular de la economía política clásica supone relaciones intersectoria-
les, a través de productos intermedios, productos finales e ingresos de cada clase
social (Bortis, 1997). En general, la creación, apropiación y uso social del exce-
dente económico implica tipos específicos de reproducción y de vínculo entre dife-
rentes clases sociales en el marco de la división social del trabajo (Shaikh, 1990).
Una de las características distintivas de la perspectiva clásica y de Marx, es la
creencia de que lo real no es directamente observable y, por tanto, se hace nece-

5
En el trabajo de Sraffa se abren, al menos, dos líneas complementarias de investigación. En pri-
mer lugar, la crítica a los fundamentos teóricos de la perspectiva marginalista. En segundo, la
reconstrucción o formulación del marco teórico y analítico de la perspectiva clásica del excedente
(Cesaratto, 2016; Roncaglia, 1991; Shaikh, 2016).
6
Adviértase que esta tarea se contrapone a la de investigar los mecanismos de autorregulación —o
condiciones de equilibrio— del sistema económico (Roncaglia, 1991). Subyace a esto la distin-
ción entre economía política y economía, en función de su definición y tratamiento de lo social.
Para una discusión de este punto, véanse Bortis (1997, pp. 76-78) y Hodgson (1991c).
386 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

sario recurrir a la abstracción, a través de fases analíticas que pueden correspon-


derse con diferentes grados de complejidad (Foley, 1986; Garegnani, 1984; Marx,
1975; Shaikh, 2016).
Así, en la interpretación inmediata, en la mente del investigador aparece la reali-
dad, lo concreto, como un todo caótico. De ahí la necesidad de que amplíe su capa-
cidad de observación en el tiempo (historia) y el espacio (desarrollo articulado y
diferencial) (Bortis, 1997; Foley, 1986).
Más aún, en la definición del núcleo analítico de la economía política, se deja por
fuera el análisis de la acción social de los individuos o los colectivos, que están
asociados tanto a la contingencia como a acuerdos institucionales. Se procede así
porque esto abre la posibilidad de hacer generalizaciones rigurosas y formales que
representan las fuerzas estructurales que subyacen al funcionamiento del sistema
capitalista (Lee y Jo, 2010).
El punto central del núcleo es la asunción del excedente como condición histó-
rica de la reproducción de las relaciones sociales (Cesaratto, 2016; Marx y Engels,
1973). En el análisis de las condiciones de reproducción de la sociedad capitalista,
la generación, apropiación y uso del excedente tiene un lugar central que abarca
elementos tanto de viabilidad como de estabilización del sistema socioeconómico.
En general, el excedente puede ser definido como la diferencia entre el producto
total y la suma de los medios de producción y los medios de subsistencia de los
trabajadores7. Si se asume que la renta de los terratenientes es igual que cero, se
define la tasa de beneficios como la relación entre el volumen de beneficios y el
capital avanzado. De allí surge la cuestión de la comparación entre ambas magni-
tudes y, por ende, de la necesidad de expresarlas en términos homogéneos, ya sea
físicos, ya sea en valor (Roncaglia, 1991).
El fundamento para analizar las condiciones formales de viabilidad de un sistema
económico es propuesta por Sraffa en 1960 (Roncaglia, 1991). Y, sin embargo,
en esta tradición existen diferentes líneas de investigación y análisis (Roncaglia,
1991; Shaikh, 2016). Así, se pueden identificar algunas tensiones analíticas que
pueden contribuir a esbozar los fundamentos de la economía política clásica.
En primer lugar, podemos señalar los criterios de la teoría del valor, los precios y
la distribución. Esto lleva a un núcleo analítico que determina la orientación y el
carácter de las variables a través de un sistema formal (Garegnani, 1984).
Entonces, se consideran como dados, o como variables independientes, el salario
real, el producto social y las condiciones técnicas. Y, como variables dependien-
tes, los precios relativos y la magnitud del excedente. Así, el excedente es un resi-
duo que se puede componer del consumo capitalista, la inversión y el consumo del
gobierno (Garegnani, 1984; Lee y Jo, 2010).

7
Para una discusión de diferentes definiciones del excedente económico, véanse Santarcángelo y
Borroni (2012) y Rubio y Castaño (2021).
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 387

De ello se puede distinguir, al menos, dos discusiones sobre el lugar de los sala-
rios en el análisis de la economía política clásica: a) la cuestión de la determina-
ción del salario real y b) la cuestión de si el salario real está contenido en el capital
avanzado por el capitalista al comienzo del periodo de producción.
En cuanto a la primera discusión, Garegnani (1984) establece que el salario real
es regulado por condiciones institucionales (culturales e históricas en un espacio
geográfico dado) y que afecta de manera directa, vía demanda de los trabajadores,
la realización del producto social, debido a su relación inversa con la magnitud del
excedente económico y a la de este con el nivel del producto8.
Aquí se sugiere, por tanto, que la determinación del salario real cae en un espa-
cio de intersección que enlaza la economía política con el análisis del cambio ins-
titucional. En pocas palabras: la distribución del excedente, en forma de ingresos
y tasa de salarios, está regulada, en el largo plazo, por aspectos de carácter institu-
cional del sistema económico (Bortis, 1997)9.
El núcleo analítico de la perspectiva del excedente tiene como punto de partida
la expresión en unidades físicas de los factores determinantes del excedente y sus
componentes. Estos se convierten en las cuestiones de la medición (unidades) de
la formación de los precios y de la determinación de la tasa de beneficios y la tasa
de salarios10 (Cesaratto, 2016).
Para Garegnani (1984), la cuestión del valor supone que existe una relación implí-
cita con una teoría de la moneda, dado que vincula el paso de cantidades físicas
a unidades monetarias a través de los precios. Incluso, desde un punto de vista
fundamental, el tiempo de trabajo que define el valor de las mercancías debe ser
expresado en términos monetarios en función de los precios11.
En cuanto a la segunda discusión, una tensión transversal a las diferentes versiones
de la economía política clásica es la que existe entre, por un lado, las definiciones
de trabajo, fuerza de trabajo y valor y, por otro, la determinación de los precios.
El eje de la tensión surge de que las mercancías no se intercambian en función de
las cantidades de trabajo incorporadas en ellas (Garegnani, 1984; Shaikh, 1984).

8
En la delimitación analítica de la economía política clásica, Garegnani (1984, p. 294) establece
que la influencia del excedente en la determinación del producto social queda por fuera del núcleo
analítico de la economía política clásica. Asimismo sucede con la influencia del excedente en la
determinación del salario real.
9
Este aspecto institucional relaciona tanto la estratificación en función de las diferencias —abso-
lutas y en tasas de crecimiento— de diferentes tipos de trabajadores, como la escala de valores y
la estructura económica subyacente. Este aspecto es mencionado en el trabajo pionero de Celso
Furtado (1976). Aquí se puede subrayar que los salarios pueden participar del excedente y, por
ende, están por fuera de ser salarios de subsistencia.
10
Aunque no explícita, en estas primeras fases analíticas se encuentra latente una visión de la mo-
neda basada en la definición de los precios relativos.
11
Con un alto nivel de abstracción, por ejemplo, Marx (1975) define los precios como la expresión
monetaria de los valores de cambio. La definición de precios va así asumiendo un carácter dife-
rente en función del grado de abstracción y, por ende, su análisis a lo largo de El capital presenta
una creciente complejidad (Shaikh, 1982).
388 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

Para Shaikh (1982), el punto de partida es el plan, la estructura y el núcleo de


análisis de Marx. En este marco, el tiempo de trabajo tiene un rol central en la
reproducción de la sociedad, dado que supone la puesta en marcha de actividades
productivas para satisfacer necesidades humanas. El modo de reproducción de una
formación social está dado por el carácter de las relaciones que se establecen entre
los seres humanos y entre estos y la naturaleza.
Por ende, la producción de valores de uso mediante el trabajo es una caracterís-
tica histórica fundamental de la reproducción social. En las sociedades divididas
en clases sociales, la generación, extracción y apropiación del trabajo excedente
constituye la base material de las relaciones sociales (Shaikh, 1990).
La relación entre trabajos privados e independientes en la esfera del intercambio
supone la extensión del grado de división del trabajo. En esta, la contradicción
entre trabajo privado y la división social del trabajo se hace visible. Los trabajos
privados e independientes resuelven su existencia social por medio de resultados
que obtienen del intercambio (relativos a precios y beneficios), los cuales están
dominados o regulados por el tiempo de trabajo (Shaikh, 1982, 1990).
A diferencia de la versión neorricardiana, el punto de partida es el proceso de tra-
bajo que genera unas cantidades físicas (valores de uso). El tiempo de trabajo
social es el que regula el intercambio y, por tanto, los precios. El valor y el plusva-
lor son creados en la esfera de la producción, y son expresados en forma moneta-
ria en la esfera de la circulación (Shaikh, 1982, 1990).
La esfera de la circulación es más concreta y, por ende, más compleja, a la vez que
tiene una relativa autonomía frente a la esfera de la producción. Los beneficios
pueden, por tanto, variar con independencia del plusvalor creado, aunque de forma
limitada por las magnitudes en valor. Lo que interesa resaltar aquí es que el con-
cepto de precio está estrechamente ligado a la noción de valor a través de las dife-
rentes fases o etapas analíticas. Asimismo, este enfoque analítico distingue entre
la explicación de cómo se determina la variable y su relación con otras, por una
parte, y la explicación de cómo se genera la magnitud de las variables y las posi-
bles fuentes, extensión y límites de su variación, por otra (Shaikh, 1982).
En este punto, es necesario señalar que Shaikh (1982, 1990) acepta la relación
entre la teoría del valor-trabajo y el análisis de la explotación capitalista, la cual
no es aceptada ni por Garegnani (1984) ni por Bortis (1997). Aunque puede pro-
ponerse una teoría de la explotación basada en Marx sin teoría del valor-trabajo
(Hodgson, 1991b).
Por último, para Shaikh (2016), la definición de una estructura de análisis y un
plan de trabajo coherente requiere la claridad conceptual y la coherencia interna
de una propuesta teórica. Así, asume la crítica a la forma como se heredó —en la
perspectiva heterodoxa de la economía política y, por ende, en algunas versiones
de la economía política clásica— la noción de competencia como condición de
competencia perfecta, la cual se asocia a la forma de la curva de costos y la for-
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 389

mación de precios. Asimismo, critica la posibilidad de un análisis real en el que la


teoría de la competencia imperfecta estudiara la formación de precios con base en
elementos exógenos a la dinámica inherente a las condiciones idealizadas, perfec-
tas, de la economía capitalista.
Otra tensión relevante es la discusión sobre la definición del carácter de las varia-
bles, cuya orientación, relaciones y definición estructuran la perspectiva analítica
de la economía política clásica.
En la Figura 1, en el eje vertical, pueden distinguirse lo que podríamos denomi-
nar niveles de análisis: uno macro, que se identifica con situaciones agregadas; uno
meso, que corresponde a relaciones sectoriales o de industria; y uno micro, que se
identifica con el nivel de decisión de las empresas o los hogares, e incluso del indi-
viduo (i. e., motivaciones).
En el eje horizontal, se presenta una clasificación de las variables y relaciones
implicadas a partir de la definición del corto, mediano y largo plazo. A continua-
ción, se presenta una breve distinción que permite ordenar las características de
las dimensiones analíticas.
Los criterios para distinguir entre corto, mediano y largo plazo difieren entre dis-
tintas perspectivas de la economía política. Por ejemplo, en el caso de regulaciones
turbulentas que oscilan alrededor de centros de gravitación, se puede tomar como
criterio la velocidad de ajuste de las variables. Y la distinción entre tipos de varia-
bles se puede hacer de acuerdo con el grado de permanencia de los efectos de la
variable en cuestión (Bortis, 1997).
En principio, el corto plazo puede ser asociado tanto a elementos de acción y com-
portamiento de individuos y colectivos (agencia) como a un nivel de análisis que
convencionalmente se asocia a lo macro, o a interacciones con resultados agrega-
dos (Bortis, 1997). Así, el corto plazo puede estar relacionado con los efectos de
la política pública12, como también con las situaciones concernientes al ciclo eco-
nómico —mediano plazo—. En Bortis (1997), en los análisis de corto plazo o
cíclicos, el factor institucional determina un contexto o un límite que opera como
una restricción a la acción individual y colectiva, salvo en situaciones extremas de
cambio institucional.
Este punto de vista observa los movimientos cíclicos de acuerdo con las restric-
ciones que operan en forma de regularidades a lo largo del tiempo. Sin embargo,
si se define el largo plazo como una sumatoria de momentos de corto plazo, como
en Kalecki (2010) (como se citó en Hein, 2014), la tendencia termina siendo una
noción estadística. Por ejemplo, el resultado agregado del producto en un momento
viene a ser resultado solamente de las decisiones de inversiones pasadas, en donde

12
Una cuestión adicional es la discusión sobre si la política pública tiene un efecto transitorio o
permanente.
390 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

las instituciones no tienen ningún papel (Bortis, 1997)13. Esto último se relaciona
con la idea de que los resultados de largo plazo —o sus predicciones— no pue-
den ser vistos como promedios simples o ponderados de momentos anteriores
(Shaikh, 2016).
En la tradición de la economía política clásica, las posiciones normales o de largo
plazo no son directamente observables y son niveles de referencia de las variables,
las cuales difieren de posiciones de pleno empleo (Bortis, 1997). El análisis del
periodo de largo plazo, o de variables del nivel normal, supone dejar constante la
influencia de la acción social o de las decisiones individuales, por ejemplo, deci-
siones de inversión (Lee y Jo, 2010) o variaciones del producto.
Una distinción necesaria adicional es aquella entre el análisis en tiempo histórico
y en tiempo lógico (Aglietta, 1979). Así, por ejemplo, para el estudio del cambio
social, se torna posible combinar estabilidad, continuidad, turbulencia y cambio en
un análisis histórico de larga duración.
En particular, el punto de vista histórico es de especial importancia para poder
cuestionar predicciones basadas en visiones lineales del desarrollo económico y
prescripciones derivadas de regularidades del proceso de cambio social. Por ejem-
plo, si se asume como punto de partida una economía agraria, en donde la desigual-
dad en la distribución del ingreso es baja, entonces con aumentos en la formación
de capital fijo (proceso de industrialización) se experimenta una profundización de
la desigual distribución del ingreso (Bernard et al., 2013).
El proceso de crecimiento del producto social y la transformación de la estructura
social implican una ampliación de la desigualdad en la distribución del ingreso.
Sin embargo, esta relación tendrá un punto culminante en donde se pueden hacer
compatibles disminuciones en el grado de desigualdad en la distribución del
ingreso con un continuo aumento de las tasas de crecimiento económico (Bernard
et al., 2013).
Sin embargo, estas perspectivas lineales del cambio social, que prescriben rece-
tas universales para lograr el desarrollo como un estado, hacen abstracción del
proceso histórico político y económico de una estructura social específica. No
obstante, ni desde una perspectiva analítica ni empírica, se pueden mantener los
resultados de tales prescripciones (Garegnani y Palumbo, 1997; Petri, 2008).

Aproximaciones teóricas a la distinción entre sectores


productivos y sectores improductivos desde la perspectiva
de la economía política clásica. Una distinción proscrita
En la perspectiva de la economía política clásica, las condiciones normales
—periodo de largo plazo— del sistema económico capitalista se caracterizan por

13
El sistema institucional tiene un papel importante, no solo en la determinación del nivel y la tasa
de crecimiento de la inversión, sino también en su composición.
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 391

el predominio de la división del trabajo en diferentes sectores o industrias, a tra-


vés del intercambio, y porque el excedente económico es distribuido entre clases
sociales: trabajadores, capitalistas y terratenientes (Roncaglia, 1991).
El problema del valor —de las relaciones que contiene su análisis— surge de la
interdependencia sectorial, debida a intercambios, y de la distribución del exce-
dente entre clases sociales. Por ende, la economía política clásica trata las rela-
ciones intersectoriales en conjunto con la cuestión de la distribución del ingreso
(Roncaglia, 1991).
La existencia de un excedente económico a nivel sectorial tiene relevancia para la
perspectiva teórica del excedente (Cesaratto, 2016), para identificar tanto su origen
sectorial (y, por tanto, el grado de desarrollo) como el tipo de instituciones que le
subyacen a su apropiación y uso.
En la tradicional distinción entre macro y micro existe un nivel de análisis que
podemos denominar mesoeconómico. En este nivel de análisis, la cuestión es
cómo se determinan los precios entre industrias o sectores, cómo el valor es dis-
tribuido entre sectores e industrias (Bortis, 1997) y cómo esto afecta a la tasa de
crecimiento y al modo de desarrollo de una formación social. Este nivel de análi-
sis tiene una larga tradición en la economía política clásica en Marx y en Kalecki
(2010) (como se citó en Hein, 2014).
La distinción teórica entre trabajo productivo y trabajo improductivo de la pers-
pectiva clásica y marxista del excedente, se propone analizar tanto los orígenes
sectoriales del excedente como las formas de apropiación y usos del excedente
por los sectores y plantear alternativas para la cuantificación de relaciones inter-
sectoriales.
Desde un punto de vista teórico, tal como establece Marx (1969), se tiene como
punto de partida la distinción introducida por James Steuart entre beneficios positi-
vos y beneficios relativos o por alienación, en donde el primero aumenta la riqueza
existente y el segundo se origina en la transferencia de beneficios dado un precio
de venta mayor al precio de producción (Shaikh, 2016).
Esta noción es retomada por Marx y actualizada por Shaikh (2016), que comple-
menta la propuesta de análisis intersectorial con la definición de mecanismos de
transferencia de excedente hacia sectores no productivos o que generan beneficios
por alienación.
Por otra parte, Mohun (2012) ha estudiado la tradición de la distinción entre tra-
bajo productivo y trabajo improductivo en la economía política. Así, ha establecido
las implicaciones de dicha distinción para comprender el modo de reproducción de
una formación social. En particular, la relación entre diferentes circuitos de capital
y, en especial, las relaciones entre los circuitos financieros e industriales.
En general, para que dicha distinción sea relevante, se asume la necesidad de
cuantificar las relaciones intersectoriales a través de la noción de transferencia de
excedente entre sectores. Esto supone recoger el legado de la perspectiva de los
392 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

esquemas de reproducción y las demandas intersectoriales de Quesnay, Marx y


Kalecki y de la perspectiva del análisis de efectos multiplicadores (Bhaduri, 1986).
Desde un punto de vista teórico-formal, Shaikh y Tonak (1994) han hecho un
avance, a partir de la recomposición del Sistema de Cuentas Nacionales, en cuanto
a la definición de excedente, la distinción entre trabajo productivo y no productivo
y su tratamiento formal y empírico.

LA PERSPECTIVA DEL CAMBIO


INSTITUCIONAL DE THORSTEIN VEBLEN
En esta sección se exponen algunos elementos analíticos de la perspectiva de
Veblen (2007, 2014) que pueden complementar la perspectiva del excedente eco-
nómico, para explicar las diferencias en la trayectoria de los usos del excedente.
Esto tiene una implicación en el modo de desarrollo, dado que la composición de
los usos potenciales del excedente (inversión, gasto público, consumo conspicuo,
gasto militar, etc.) afecta la tasa de crecimiento y la estructura productiva de la for-
mación social.
Desde el punto de vista analítico, la distinción entre economía política y perspec-
tiva institucional puede entenderse como una serie de momentos, fases, dimensio-
nes de análisis, más que como una serie de límites estrictamente establecidos en el
proceso de investigación.
Precisamente, el análisis socioeconómico busca integrar las diferentes dimensio-
nes analíticas a partir de la idea de totalidad social. En particular, el análisis ins-
titucional busca dar cuenta de los procesos que regulan la acción humana en un
contexto cultural y social (Hodgson, 1991e).
La perspectiva institucional busca desentrañar los supuestos, explícitos o implíci-
tos, sobre la agencia humana; esto es, sobre las motivaciones, sistemas de valora-
ción, racionalidades, hábitos, modos de interacción y resultados de la acción de los
individuos o grupos que componen, a través de procesos de cambio y transforma-
ción de las formaciones sociales. Por ejemplo, en la perspectiva de Veblen (2007,
2014), las instituciones económicas se pueden entender como sistemas complejos
de hábitos, roles y convenciones (Hodgson, 1991c).
Una señal importante de este nivel de análisis es que las habilidades de los traba-
jadores, las maneras de pensar o los ideales, las rutinas, etc., están incrustadas en
patrones comportamentales a través de la experiencia y, además, implican vehícu-
los de información, conocimiento implícito, entre otras (Hodgson, 1991c).
Más aún, se puede establecer que diferentes modos de desarrollo están directa-
mente relacionados con estructuras institucionales heredadas o constituidas a tra-
vés del tiempo (Hodgson, 1991d). Chang (2000, p. 4) ha llamado la atención sobre
la falta de una síntesis entre la economía política y la perspectiva institucional, por
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 393

lo que propone una “economía política institucionalista”. Aquí se ha asumido una


línea de investigación similar.
Una preocupación del análisis institucional es el supuesto de que las preferencias
individuales son dadas o exógenas (Hodgson, 1991e). En Veblen (2007, 2014),
examinar los procesos de aprendizaje y adaptación en la formación de las prefe-
rencias es necesario para poder explicar los patrones de consumo, el estatus y la
estratificación social; en especial, para poder explicar cómo afectan la evolución
de las estructuras económicas y sociales a través del tiempo. Más aún, este examen
permite hacer una caracterización del tiempo histórico basada en criterios de estra-
tificación social (como, por ejemplo, el estatus).
El objetivo de Veblen (2007, 2014) es analizar el proceso de cambio y transforma-
ción en las economías modernas. Para ello, subraya la necesidad de concentrarse
en el proceso de evolución económica y la transformación tecnológica. Y añade
que en ese proceso las acciones y propósitos de los individuos emergen y se ven
afectadas por la cultura y los contextos institucionales (Hodgson, 1991d).
Asimismo, se plantea la cuestión de las maneras de pensar que subyacen a las
creencias, valores y prácticas que constituyen instituciones sociales como el mer-
cado o el Estado en una formación social particular (Chang, 2000).
Aquí se cuestiona la posibilidad de hacer generalizaciones a partir de las exposi-
ciones o descripciones contenidas en el trabajo de Veblen (Hodgson, 1991c). Por
ejemplo, La teoría de la clase ociosa (Veblen, 2007, 2014) parece a primera vista
más una descripción realista que un marco teórico de referencia. A partir de la
interpretación de dicha obra, se busca presentar de manera esquemática algunos
resultados útiles para pensar una síntesis que aporte al análisis socioeconómico.
El sistema capitalista puede ser entendido desde una perspectiva socioeconómica
como un conjunto de instituciones, a saber: empresas, entendidas como institu-
ciones de producción; los mercados, instituciones de intercambio; y el Estado,
una institución dentro del cual se ubican intereses colectivos con representación
política de diferente tipo. En este contexto, el mercado no se identifica de manera
inmediata con la economía, sino que es una institución más del sistema económi-
co capitalista (Chang, 2000), pues la economía y las prácticas económicas están
incrustadas en un sistema institucional (Polanyi, 2003).
Por otra parte, el análisis de diferentes modos de producción a través del tiempo
es una de las principales contribuciones de Marx (1975), que identifica conflictos
subyacentes a cada momento histórico (explicación relacional del cambio social).
Aunque la correspondencia o relación entre diferentes modos de producción y dis-
tintas formas de poder social no sea estrictamente identificada o aclarada, la visión
teleológica del cambio social (Polanyi, 2003), por ejemplo, implica un modo de
análisis histórico como insumo necesario para estudiar las fuentes del cambio
social (Hodgson, 1991a).
394 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

En Veblen (2007, 2014) se organiza un tratamiento del tiempo histórico a través de


fases o etapas de desarrollo asociadas al tipo de relaciones sociales basadas en la
distinción y estratificación social. Sin embargo, tener en cuenta el tiempo histórico
no equivale a formular un tiempo secuencial de manera mecanicista, pues puede
implicar procesos de causación cumulativa, mediante un proceso de adaptación de
medios afines que cambian a lo largo del proceso y llegan a constituir así entida-
des cualitativamente diferentes (Veblen, 2011).
Por otra parte, se subraya que los mecanismos de apropiación y usos del excedente
económico son explicados a partir del ejercicio de capacidades que presentan nive-
les diferenciales de poder, lo cual requiere identificar mecanismos de estratifica-
ción social y desigualdad. Así, vale la pena hacerse la siguiente pregunta: ¿cuáles
son las pistas institucionales para entender las formas de estratificación social y de
desigualdad que los mecanismos de apropiación y uso del excedente conllevan?
La hipótesis de Veblen (2007, 2014) es que entender el origen, desarrollo y con-
solidación de una clase ociosa como institución social contribuye a explicar dife-
rentes perfiles a partir de la ponderación y los efectos que dicha institución tiene
sobre el desarrollo económico.
Así las cosas, la diferenciación social tiene como fundamento la distinción entre
clases, según el carácter del empleo o de la actividad económica a la cual se dedica
el uso del tiempo.
En particular, las denominadas etapas culturales pueden estar asociadas a fases
históricas, según la distinción que se haga entre diferentes tipos de actividades:
productivas, las cuales corresponden a trabajo directo o manual; o actividades que
no implican un gasto de tiempo o de energía orientado a alcanzar un fin rentable,
eficiente o útil. A su vez, esta distinción entre tipos de empleo supone una cone-
xión con la división social del trabajo en cada formación social (Veblen, 2007,
2014).
Las clases altas pertenecen a aquellos grupos sociales liberados del trabajo manual,
por lo que, al estar exentos de actividades económicas con orientación hacia un fin
de utilidad o rentabilidad, su motivación es la distinción social, la cual se obtie-
ne de ocuparse en actividades que suponen cumplir el criterio de prestigio pres-
crito por una convención social. Así pues, la clase ociosa14 se identifica con las cla-
ses altas, que no son homogéneas, sino que tienen diferentes gradaciones y clases
ociosas subsidiarias que marcan una estratificación basada en la reputación
(Veblen, 2007, 2014).

14
El adjetivo ocioso hace referencia a hacer un uso improductivo del tiempo. Esto como expresión
de la ausencia de trabajo manual directo y como evidencia de la capacidad pecuniaria para man-
tener un modo de vida sin preocupaciones sobre la utilidad, rentabilidad o finalidad de alguna
actividad (Veblen, 2007, 2014).
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 395

Es necesario resaltar que, para Veblen (2007, 2014), existe una distinción social
entre empleos industriales y no industriales15. Por tanto, las maneras de pensar
dominantes mantienen una clasificación de los propósitos y orientaciones de las
actividades o acciones de los individuos y, por ende, generan un sistema de valo-
ración social.
Una hipótesis sugerente de Veblen (2007, 2014) y que se conecta con los análisis
de Marx y Engels (1973), es que la emergencia de la propiedad privada está aso-
ciada a la emergencia de una clase ociosa: la apropiación privada del excedente
económico estaría en la base de la estratificación social y de unas clases sociales
liberadas del trabajo manual (Hobsbawm, 2011; Marx, 1967).
Sin embargo, en Veblen (2007, 2014), esta idea tiene una diferente connotación.
La propiedad privada como institución social se asocia al conflicto por la posesión
de bienes. Este conflicto no lleva a una tendencia hacia el nivel de subsistencia,
o no suscita un conflicto entre los trabajadores por sostenerse en este nivel. Más
bien, la posesión de riqueza16 es útil como evidencia honorífica de la propiedad.
La motivación de la posesión o de la apropiación es obtener cosas honoríficas que
implican una comparación odiosa17 entre clases sociales e individuos en cuanto a
un grado de éxito social (Veblen, 2007, 2014). Por tanto, se generan convenciones
sociales para valorar la autoestima en el fuero individual y la pertenencia o no a
una determinada clase social.
Una pregunta que podría articular las perspectivas de Marx y de Veblen podría
ser la siguiente: ¿por qué, si los trabajadores son la potencia creadora de riqueza
social, sus actividades productivas son por convención social las menos prestigio-
sas o meritorias, las más indignas? ¿Por qué están asociadas a empleos en activi-
dades y usos del tiempo subvalorados socialmente? Se puede intuir con Veblen
(2007, 2014) que es una cuestión de reconocimiento social, que se trata de un sis-
tema de convenciones a los que subyacen mecanismos de diferenciación social.
Se advierte que, dentro de las explicaciones funcionales de los potenciales usos
del excedente económico, está el consumo conspicuo18. A través del tiempo, en
la experiencia de la diferenciación social, se genera un proceso de distinción que
da lugar a maneras de pensar según las cuales el consumo con fines demostrati-
vos y comparativos en cuanto a la reputación es evidencia de posesión de riqueza
(Veblen, 2007, 2014).

15
El empleo industrial puede caracterizarse por su carácter manual, orientado a un fin productivo,
eficiente, con una utilidad determinada. La actividad industrial supone un esfuerzo orientado a
mejorar la vida humana mediante el aprovechamiento de su entorno natural (Veblen, 2007, 2014).
16
La noción de riqueza en Veblen se asocia más a una idea de stock de bienes que a una idea de
acumulación de capital por valorización.
17
La comparación odiosa hace referencia a un proceso de valoración de la dignidad social de un
individuo con respecto a otros (Veblen, 2007, 2014). Esta dignidad personal se da con relación
tanto a la tenencia de bienes que expresan reputación como al uso del tiempo.
18
Como ejemplos de este tipo de consumo por parte de la clase ociosa, Veblen subraya actividades
de gobierno, actividades de guerra, deportes, educación universitaria, etc.
396 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

El consumo improductivo de bienes asociados a la honorabilidad y al estatus


implica tanto la posesión de riqueza, como una innovación en las formas de con-
sumo. Asimismo, supone unos ideales opuestos al “instinto de trabajo eficaz”, a la
eficiencia productiva, dado que se repudia todas las formas de empleo industrial
orientadas a una finalidad o utilidad (Veblen, 2007, 2014).
Por último, es en la composición del gasto de las diferentes clases en donde se
pueden identificar aquellos gastos honoríficos asociados al “derroche ostensible”
como expresión de ociosidad. Veblen (2007, 2014) añade que las formas de con-
sumo del estrato superior de la clase ociosa configuran un esquema de vida domi-
nante, marcado por sus prácticas e ideales que se constituye en canon para las
demás clases sociales. Es en la evidencia de la capacidad de pagar por bienes dife-
renciados donde se prueba el consumo honorífico.
En general, las motivaciones que guían el consumo (en tipo, cantidad y grado)
están asociadas a un canon de reputación y decencia que expresa una jerarquía
social.
Todo esto puede tener una influencia en la estructura productiva y el modo de
desarrollo, dado que supone una valoración determinada de actividades, prácticas
y esfuerzos y, por ende, una orientación específica del excedente económico gene-
rado en una formación social dada.

ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN
DE UNA SÍNTESIS POSIBLE
Para lograr síntesis teóricas entre diferentes aproximaciones o enfoques, se hace
necesario establecer principios organizadores, por ejemplo, la distinción entre
resultados comportamentales y resultados institucionales (Bortis, 1997), así como
ordenar los elementos relevantes de la realidad en diferentes capas en función de la
estabilidad de los fenómenos a través del tiempo (regularidades). El punto de par-
tida analítico sigue siendo el estudio de la interacción entre el origen y las formas
de apropiación y uso del excedente.
La moderna teoría clásica tiene como punto de partida una síntesis teórica y ana-
lítica de la perspectiva clásica y (pos)keynesiana (Cesaratto, 2016). Sin embargo,
la dimensión institucional es predominantemente marxista en la propuesta de Bor-
tis (1997).
En cuanto a la perspectiva de Keynes, se pueden resaltar elementos críticos para
la economía política. Por ejemplo, la crítica a la ley de Say y su reducción a mero
instrumento analítico, más que a una propiedad o tendencia del sistema económi-
co. La advertencia de que los problemas de demanda agregada son relevantes para
estudiar las condiciones de viabilidad de un sistema económico (Cesaratto, 2016),
tratamiento que es parcialmente compartido por Marx (Shaikh, 1990). Por último,
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 397

el tratamiento dado a la cuestión de la moneda en una economía monetaria de pro-


ducción (Cesaratto, 2016).
La posibilidad de extensiones analíticas de la perspectiva clásica del excedente
mediante la inclusión de elementos de agencia, esto es, de las decisiones dentro
del Estado —política pública— y de las decisiones de los capitalistas o de los tra-
bajadores (Lee y Jo, 2010), supone analizar la composición del producto social y,
por ende, relajar el supuesto del producto como dado, es decir, cambiar las delimi-
taciones de las relaciones incluidas en el núcleo analítico.
Para Lee y Jo (2010), el vínculo entre la perspectiva clásica del excedente y la
dimensión institucional es el análisis de la provisión social. Si se entiende la pro-
visión social como un sistema que provee, a individuos y colectivos, los bienes y
servicios necesarios para la reproducción social y biológica a través del tiempo,
entonces estos están vinculados de manera directa a las formas de generación del
producto social y del excedente.
Este aspecto adquiere una connotación histórica y cultural, lo que significa que, en
un tiempo y en un espacio particular, estos bienes y servicios adquieren una pon-
deración social basada en las instituciones sociales en cuanto sistemas de valora-
ción aceptados o dominantes, en los criterios de deseabilidad que son subyacentes
a los sistemas de normas sociales y en las creencias sociales (Lee y Jo, 2010).
Se establece así un vínculo entre la viabilidad del sistema económico —reproduc-
ción de relaciones sociales productivas— y de los sistemas de protección, por una
parte, y el modo de garantizarlos, por otra, lo cual incluye elementos de carácter
distributivo y, por ende, de representación política diferencial en el contexto del
Estado capitalista (Lee y Jo, 2010).
En Lee y Jo (2010), la inclusión del aspecto institucional en la perspectiva del
excedente implica un cambio en los supuestos de definición del núcleo analítico,
especialmente con referencia al nivel y composición del producto social, por lo
que se incluyen las decisiones que se toman dentro de las firmas y el Estado.
La definición del producto social pasa por decisiones de los agentes en función del
aumento de la magnitud del excedente (Lee y Jo, 2010). Dentro de esta visión, el
excedente no es un residuo. La relación establece que las decisiones que determi-
nan el nivel de excedente implican un análisis de los factores determinantes del
nivel y composición del producto social y del nivel del empleo.
En esta perspectiva, la cuestión es cómo las decisiones y la acción social-indivi-
dual generan un excedente económico y cómo esto se relaciona con el proceso de
satisfacción de necesidades sociales (estratificadas), dentro de lo cual se incluyen
los canales de acción o fuente en el Estado capitalista (Lee y Jo, 2010).
Para Bortis (1997), es Marx quien desarrolla una síntesis de la economía política
clásica, con la noción de “superestructura social” como un esquema para abordar
las cuestiones socioeconómicas. En particular, en este autor se trata de una síntesis
398 Cuadernos de Economía, 42(89), enero-junio 2023

de la cuestión clásica del valor y la distribución, la relación entre demanda efectiva


y nivel de actividad de Keynes en el corto y el largo plazo (Bortis, 1997).
Dadas las diferentes líneas de investigación y pensamiento, tanto en la perspec-
tiva clásica de la economía política como en la perspectiva institucional, ¿cómo es
posible hacer referencia a una teoría sintética?
Para Bortis (1997), en la perspectiva clásica se entiende el proceso de produc-
ción como una macroinstitución, cuyo carácter está determinado por las relaciones
sociales de producción y constituye la base material para el sistema institucional
(una superestructura social, política y cultural)19, dado que en el proceso de pro-
ducción se genera un excedente económico.
En este punto, existe una “convergencia analítica” con la perspectiva marxista, tal
como es presentada por Shaikh (1990). Las relaciones sociales que subyacen a
la generación, apropiación y uso del excedente económico están reguladas, en el
largo plazo, por un conjunto complejo de instituciones sociales (Bortis, 1997). Por
último, hay que señalar que, en Bortis (1997), se reduce a Marx a unos elementos
de carácter institucional y metodológico más que de contenido teórico-analítico.

CONCLUSIONES
En esta reflexión se han propuesto algunos elementos esenciales de una socioeco-
nomía del desarrollo, entendiendo que se trata de un análisis del cambio social a
través del tiempo y del espacio. Esta visión de la socioeconomía puede tener al
menos tres dimensiones analíticas relacionadas, a saber: economía política, pers-
pectiva institucional y prácticas sociales. (Esta última se deja para un análisis pos-
terior y separado).
Se propone que una síntesis parcial e incompleta puede constituirse a partir de los
trabajos de los autores aquí estudiados. Se reitera que se ha propuesto más una
agenda de investigación que resultados acabados o innovadores.
Establecer las condiciones, extensiones y límites posibles de los núcleos analíticos
tanto de la economía política, como del análisis de las instituciones sociales, es útil
para plantear problemas de investigación en ciencias sociales, pues permite iden-
tificar las características de los problemas tratados y, con ello, determinar tanto las
mejores aproximaciones analíticas, como las “herramientas” o instrumentos más
funcionales para tratarlos.
Por una parte, en el contexto de la perspectiva institucional, toda economía polí-
tica supone un marco teórico implícito que da cuenta de mecanismos de estabi-
lidad, generación de órdenes y movimientos turbulentos y, por tanto, supone una
visión institucional.

19
Esta relación hace referencia a la posible existencia de una superestructura, antes que al vínculo
entre las relaciones sociales de producción y el contenido de la superestructura.
Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo Manuel Rubio-García 399

Más aún, en la medida en que parte de supuestos para explicar las motivaciones de
las acciones sociales, contiene sistemas de valoración, mensurabilidad y normas
de decisión de los agentes.
Por otra parte, la perspectiva de la economía política clásica es funcional para
investigar las condiciones de viabilidad del capitalismo en una determinada situa-
ción histórica y espacial, pues da cuenta de la determinación de los valores, los
precios relativos y la distribución del ingreso.
En general, aquí se ha resaltado que la cuestión sobre los orígenes, usos y desti-
nos sectoriales del excedente económico, tienen especial relevancia para conec-
tar la pregunta sobre los órdenes inestables y turbulentos derivados de diferentes
formas de conflicto social alrededor de las formas de apropiación y uso del exce-
dente con la pregunta sobre la sostenibilidad y el patrón de crecimiento del pro-
ducto social en el largo plazo.

RECONOCIMIENTOS
El artículo es parte del trabajo del semillero de Economía Heterodoxa del Grupo
de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo (GSEID) de la Universidad Nacio-
nal de Colombia, Sede Bogotá. También ha sido resultado del proceso de discu-
sión con los integrantes del GSEID en el marco del Seminario de Socioeconomía,
ofrecido por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional y
orientado por Juan Pablo Sandoval. Sin financiación. En especial, agradezco los
elementos de discusión y de corrección. Asimismo, agradezco a los evaluadores
anónimos, que hicieron aportes muy valiosos. La responsabilidad de los errores o
de las omisiones es exclusiva del autor.

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cana España / Portugal, Ulrich’s Directory, ProQuest, DOAJ (Direc­tory of Open Access
Journals), CLASE -Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades, IBSS
-International Bibliography of the Social Sciences, e-revistas, HLAS -Handbook of Latin
American Studies, RePEc -Research Papers in Economics, CAPES -Portal Brasilero de
Información Científica, SSRN (Social Sciences Research Network), Econlit -Journal of
Economic Literature (JEL), DoTEc -Colombia, Publindex, LatAm-Studies y Econpapers.
La revista tiene como objetivo divulgar, en el ámbito académico nacional e internacional,
los avances intelectuales en teorías, metodologías y aplicaciones económicas, así como los
resultados de investigaciones y trabajos especializados.
Su público está integrado por académicos (investigadores, docentes y estudiantes universi­
tarios), miembros de instituciones gubernamentales y de entidades privadas, que se
ocupen del estudio de la teoría económica, la política económica, el desarrollo socioeco-
nómico y otros temas de interés para la disciplina.
El Editor y el Consejo Editorial de Cuadernos de Economía son las instancias que deciden
sobre la publicación de las contribuciones. Es importante aclarar que el envío de material
no exige su publicación y que el contenido de los artículos es responsabilidad de los auto-
res y no compromete, de ninguna manera, a la revista o a la institución.
El autor interesado en someter a evaluación una contribución, debe hacerla llegar a la
revista, conforme a las especificaciones contempladas en las pautas para autores. Esta
información se encuentra disponible al final de cada número y en el sitio web: http://fce.
unal.edu.co/cuadernos/pautas.html
Los evaluadores son seleccionados de acuerdo con sus conocimientos en los temas
cubiertos por cada artículo. La evaluación toma en cuenta aspectos como la originalidad
del contenido, el rigor conceptual, los aspectos metodológicos, la claridad y la coheren-
cia, tanto en la argumentación como en la exposición, y la pertinencia de las conclusiones.
La versión en pdf de los artículos puede ser consultada y descargada en el sitio http://fce.
unal.edu.co/cuadernos/numeros-anteriores.html. Para la adquisición en formato físico de
números anteriores, el interesado puede comunicarse con la dirección de la revista: Facul-
tad de Ciencias Económicas, Edificio 310, primer piso, Universidad Nacional de Colom-
bia; al correo electrónico [email protected] o al teléfono 3165000 extensión
12308.
Pautas para autores

La revista Cuadernos de Economía toma en consideración contribuciones académicas


inéditas, artículos de investigación, revisiones bibliográficas, debates y reseñas analíticas,
con redacciones en español, inglés, francés o portugués, que no hayan sido propuestos en
otras revistas académicas. Los textos deben ser un aporte al avance del conocimiento en
las áreas económica, política, social, administrativa y/o demográfica.
La recepción de artículos se realiza durante todo el año y no tiene ningún costo para los
autores. El proceso de postulación se hace por medio del sistema de gestión editorial OJS
en el siguiente enlace: http://bit.ly/ZsvX1j.
La revista podrá desestimar la publicación de un manuscrito si, por decisión interna, se
determina que no cumple con ciertos estándares académicos o editoriales. Los manuscri-
tos que pasen la revisión inicial serán enviados a evaluadores seleccionados de acuerdo
con sus conocimientos en las temáticas abordadas en cada artículo. Con el fin de garan-
tizar la imparcialidad de la evaluación emitida, nuestra publicación emplea el sistema de
arbitraje doble ciego, es decir, que tanto los evaluadores como los autores permanecen
anónimos.
La evaluación toma en cuenta aspectos como la originalidad del contenido, el rigor con-
ceptual, los aspectos metodológicos, la claridad y la coherencia (tanto en la argumen-
tación como en la exposición), y la pertinencia de las conclusiones. Los resultados del
arbitraje pueden ser: aprobado sin modificaciones, publicación sujeta a incorporación de
cambios y observaciones, reescritura del documento y rechazo del material. La tasa de
rechazo de materiales sometidos a evaluación durante 2020 fue del 76 %.
Culminado el proceso de arbitraje, las evaluaciones se enviarán a los autores, quienes
contarán con un periodo máximo de 30 días para realizar los respectivos ajustes si hay
exigencia de ellos. Posteriormente los artículos que superen el proceso editorial entrarán
en lista de espera para ser publicados en números posteriores de la revista.

NORMAS EDITORIALES
1. Someter un artículo a Cuadernos de Economía supone el compromiso, por parte
de los autores, de no someterlo simultáneamente a otras publicaciones, ya sea en
forma parcial o completa.
2. En caso de que una versión preliminar del manuscrito sometido al proceso edito-
rial haya sido presentada como documento de trabajo (working paper), se debe
incluir la referencia completa.
3. Los trabajos se enviarán en LaTeX o archivo de texto (Word para Windows o
Ritch Text Format) y deben cumplir con los siguientes requerimientos: una exten-
sión entre 4.000 y 10.000 palabras incluyendo notas y referencias bibliográficas
(teniendo en cuenta que los artículos en economía tienen en promedio una exten-
sión de 4.000 a 6.000 palabras); espacio sencillo; letra Garamond tamaño 13;
papel tamaño carta y márgenes de 3 cm. Para los documentos sometidos a la sec-
ción de reseñas la extensión máxima se reduce a 4.000 palabras.
4. El título del artículo debe ser explicativo y recoger la esencia del trabajo.
5. Los datos sobre el autor se indicarán en nota al pie de página con asterisco: nom-
bre del autor, profesión u oficio, nivel de estudios, empleo actual, lugar de trabajo
y, obligatoriamente, su correo electrónico (preferiblemente institucional).
6. Debe incluirse un resumen en español y otro en inglés con una extensión de 100
palabras cada uno. Deben ser claros y proporcionar la información suficiente para
que los lectores puedan identificar el tema del artículo, metodología y principales
resultados.
7. Es necesario especificar cuatro o cinco palabras clave en español y en inglés, y
cuatro o cinco códigos de clasificación de la nomenclatura JEL, la cual puede ser
consultada en la siguiente dirección web: https://www.aeaweb.org/jel/guide/jel.
php
8. Se requiere que los cuadros, gráficas o mapas sean legibles, con las convenciones
definidas, que se cite su fuente de información en la parte inferior y que se envíen
los archivos en los programas empleados para su elaboración (hoja de cálculo
para cuadros, tablas y gráficos, e imagen para figuras o mapas). Se debe indicar la
página en la que deben ser insertados o si se incluyen como anexos. Si se utiliza
material protegido por copyright, los autores se hacen responsables de obtener la
autorización escrita de quienes poseen los derechos.
9. Los encabezados de cada sección se escribirán en negritas, alineados a la izquierda
y en mayúscula sostenida. Los títulos de segundo nivel se escribirán en negritas,
alineados a la izquierda, y combinando mayúsculas y minúsculas. Los títulos de
tercer nivel irán en itálica, alineados a la izquierda, y combinando mayúsculas y
minúsculas.
10. Las ecuaciones deben estar numeradas de manera consecutiva y entre paréntesis:
(1), (2)... Esta numeración debe estar alineada a la derecha de la página.
11. Los símbolos matemáticos deben ser muy claros y legibles. Los subíndices y supe-
ríndices deben estar correctamente ubicados.
12. Si el documento propuesto incluye citas textuales es necesario seguir las siguien-
tes indicaciones según normativa APA: si posee cinco líneas o menos irá precedida
de dos puntos y entre comillas; si poseen más de cinco líneas o más de 40 palabras
se ubicará en un párrafo aparte, a 4 centímetros del borde izquierdo de la hoja, con
letra Garamond tamaño 12 y alineado a la derecha.
13. Las notas de pie de página serán, exclusivamente, de carácter aclaratorio o expli-
cativo, no deben incluir referencias bibliográficas.
14. Para emplear una sigla o una abreviatura se indicará su equivalencia completa y a
continuación, entre paréntesis, el término que será utilizado en el resto del docu-
mento.
15. Las referencias al interior del texto deben conservar el estilo autor-fecha, por ejem-
plo: López, 1998. Cuando la referencia se hace textualmente, el número de la
página de donde se tomó debe ir después de la fecha, separado por coma (López,
1998, p. 52), o si incluye varias páginas (López, 1998, pp. 52-53); en caso de tres
o más autores se menciona el primero seguido de “et al.” (López et al., 1998).
16. La redacción, las menciones en el texto, ya sean textuales o paráfrasis y las refe-
rencias bibliográficas deben seguir estrictamente el estilo APA. La bibliografía
debe listar solamente las fuentes citadas en el trabajo en la sección de “Referen-
cias”.
17. El autor cede los derechos de publicación a la Escuela de Economía de la Facultad
de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. Cuadernos de
Economía se reserva el derecho de publicación impresa, electrónica y de cualquier
otra clase, en todos los idiomas.
18. Se recomienda a los autores escribir con el mayor rigor, verificando la ortografía,
empleando párrafos cortos y homogéneos, y utilizando adecuadamente los signos
de puntuación. La revista puede realizar los cambios editoriales que considere per-
tinentes para dar al artículo la mayor claridad posible.
19. Excepcionalmente, es posible proponer la reproducción de textos difundidos en
otros medios o que requieran traducción, siempre y cuando no impliquen costos
adicionales para la publicación.
20. Algunos ejemplos y aclaraciones sobre el uso de normas APA pueden encon-
trarse en http://www.apastyle.org/learn/faqs/index.aspx y http://flash1r.apa.org/
apastyle/basicshtml5/index.html?_ga=2.198992360.670361098.1544630386-
2074163288.1530031378
Concerning Cuadernos De Economía

“Cuadernos de Economía” is published every six months by the Universidad Nacional de


Colombia’s School of Economics (Economics’ Faculty). It is one of the oldest economic
journals in Colombia; its first edition appeared during the first semester of 1979.
This is a refereed journal, indexed in SCOPUS, Redalyc, SciELO Brasil, EBSCO, ESCI
(Clarivate Analytics) / Thomson Reuters Web of Science (antiguo ISI)- SciELO Citation
Index, Dialnet, Latindex -Sistema regional de información en línea, CIBERA (Biblioteca
Virtual Iberoamericana España / Portu­gal, Ulrich’s Directory, ProQuest, DOAJ (Direc-
tory of Open Access Journals), CLASE -Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y
Humanidades, IBSS -International Bibliography of the Social Sciences, e-revistas, HLAS
-Handbook of Latin American Studies, RePEc -Research Papers in Economics, CAPES
-Portal Brasilero de Informa­ción Científica, SSRN (Social Sciences Research Network),
Econlit -Journal of Econo­mic Literature (JEL), DoTEc -Colombia, Publindex, LatAm-
Studies y Econpapers.
The journal’s objective is to broadcast (within a national and international academic set-
ting) intellectual advances regarding economic theory, methodology and applications, as
well as the results of research and specialized work.
We aim at contributing to the academic debate among national and regional scholars
allowing a wide spectrum of competing theoretical approaches. Its public consists of
academics (researchers, teachers and university students), members of government insti-
tutions and private entities interested in studying economic theory, economic policy,
socioeconomic development and other topics of interest for the discipline. Cuadernos de
Economía can reject a manuscript if, after an initial internal revision, it is stated that the
manuscript does not fulfill certain academic or editorial standards. Those manuscripts
passing this first revision, will go through double blind refereeing.
Our publication uses double-blind refereeing (i.e. both the evaluators and the authors
remain anonymous). The foregoing guarantees the impartiality of the concept being put
forward. The referees are selected according to their knowledge of the topics being covered
by each article. Evaluation takes into account such aspects as: the originality of the con-
tent, conceptual rigor, methodological aspects, clarity and coherence in both the argument
and how it is expressed and the pertinence of the conclusions. The content of an article is
the author’s responsibility and does not commit the journal or the institution in any way.
Any author interested in submitting a contribution to be evaluated must ensure that it
reaches the journal conforming to the specifications laid down in the author guideli-
nes. This infor­mation can be found at the end of each issue and on the journal’s web site:
http://www.ceconomia.unal.edu.co. A PDF version of the journal’s articles can be consul-
ted and down­loaded from web site http://fce.unal.edu.co/cuadernos/numeros-anteriores.
html If one is interested in acquiring back numbers in physical format then one can get
in touch with the journal directly at the following address: Facultad de Ciencias Econó-
micas, Edificio 310, Universidad Nacional de Colombia; at the following e-mail address:
[email protected], or on telephone 3165000, extension 12308.
Author Guidelines

Cuadernos de Economía takes into consideration for possible publication unedited aca-
demic contributions, research articles, reports and case studies, essays, bibliographic
reviews, criticism and analytical reports of books written in Spanish, English, French or
Portuguese which have not been previously published (except as a working paper) and
which are not under consideration for publication elsewhere. If such material has been
presented as a working paper, then the complete reference must be included. The texts
must make a contribution towards advancing knowledge in economic, political, social,
administrative and demographic areas.
Candidates must apply through the OJS editorial management system and include the
documents listed following the link http://bit.ly/ZsvX1j.
In case it is decided that an article is publishable, then the peer evaluations will be sent
to the authors so that they can make the respective adjustments (if so requested) within a
maximum period of 30 days.
Cuadernos de Economía’s editorial committee is the final body deciding on whether con-
tributions should be published. It should be stressed that simply sending material does not
oblige the journal to publish it. The journal’s publication-team is committed to keeping
authors informed during the different stages of the publishing process.
Articles will be received throughout the whole year.

EDITORIAL NORMS
1. Work must be sent in a Latex or text file (Word for Windows (.doc) or Rich Text
Format (.RTF)) and must comply with the following requirements: material shall
have between 4,000 and 10,000 words including notes and bibliographic referen-
ces (be aware that documents in Economics have between 4.000 and 6.000 words);
the text shall be written in single space, Garamond font size 13, on letter-sized
pages having 3 cm margins.
2. Data concerning the authors must be indicated in footnotes by an asterisk: author’s
names, profession or job, level of studies, actual post held, place of work and (obli-
gatorily) their e-mails and their address.
3. An analytical abstract in written in Spanish and English must be included, contai-
ning a maximum of 100 words. The summary must be clear and provide sufficient
information for the readers to be able to easily identify the article’s subject.
4. Four or five key words must be given in Spanish and English and four or five
classification codes using JEL nomenclature which can be consulted at the
following web site: https://www.aeaweb.org/jel/guide/jel.php
5. The article’s title must be explanatory and illustrate the essence of the work.
6. Tables, graphs, plots and/or maps must be legible, having very clearly defined con-
ventions; source information must be cited in the lower part of them and the files
must be sent in the software used for drawing them (spreadsheet for tables, plots
and graphs, and image for figures or maps). The page on which they must be inser-
ted or whether they should be included as appendices must be clearly indicated. If
material which is protected by copyright is to be used, then the authors are solely
responsible for obtaining written authorization from those who hold the rights.
7. The headings for each section must be written in bold, aligned to the left and in
sustained capitals. Second level titles must be written in bold, aligned to the left
and combine capital and small case letters. Third level titles must be written in ita-
lics, aligned to the left and combine capital and small case letters.
8. Equations must be numbered in a consecutive manner and be placed within square
brackets ([1],[2],[3] ...). Such numbering must be aligned with the right-hand side
of the page.
9. Mathematical symbols must be clear and legible. Subscript and superscript must
be correctly used.
10. If the proposed document should include textual citation, then the following indica-
tions should be followed: if the quotation has five lines or less then it must be prece-
ded by a colon and be placed within inverted commas; if the quotation runs for more
than five lines then it must be placed in a separate paragraph, 1 centimeters from the
left-hand edge of the page, in Garamond font size 12 and aligned to the right.
11. Footnotes will be exclusively explanatory or explicative; they must not include
bibliographic references.
12. If an abbreviation or acronym is to be used then it must indicate its complete equi-
valent and the term (placed within brackets) which will be used from that point on
in the rest of the document.
13. Bibliographic references must retain the author-date style, inserted within the
text (López, 1998). When a reference is given textually then the number of the
page from which it was taken must be given after the date, separated by a comma
(López, 1998, p. 52), if it includes several pages (López, 1998, pp. 52-53) and in
the case of several authors (López et al., 1998).
14. The bibliography must only list the sources cited in the work; the section is thus
entitled Bibliographic References. Examples of the norms for citing other work
as used by the journal are the rules of APA Style: http://flash1r.apa.org/apastyle/
basics/index.htm.
15. All authors cede their publication rights to the Universidad Nacional de Colombia’s
School of Economics (Economics’ Faculty). Cuadernos de Economía reserves prin-
ted and electronic publication rights and any other type of rights, in all languages.
16. The journal reserves the right to make any editorial changes which it considers
pertinent for providing an article with the greatest clarity possible. It is thus recom-
mended that authors write with the greatest rigor, verifying their spelling, use
short, homogeneous paragraphs and use punctuation marks correctly.
17. Exceptionally, it may be proposed that texts be reproduced which have been bro-
adcast in other media or which require translation, always assuming that this does
not imply any additional publication costs.
Àpropos de la revue
Cuadernos de Economía

La revue Cuadernos de Economía est semestriellement publiée par l’École d’Économie


de la Faculté de Sciences Économiques (Université Nationale de Colombie). C’est l’une
des plus anciennes du pays dans le domaine économique. Sa première édition a été réali-
sée pendant le premier semestre de 1979.
La revue a l’objectif de divulguer, dans l’enceinte académique nationale et internationale,
les avances intellectuelles dans des théories, des méthodologies et des applications éco-
nomiques, ainsi que les résultats de recherches et de travaux spécialisés.
Son public est composé par les académiciens (chercheurs, enseignants et étudiants uni-
versitaires), les membres d’institutions gouvernementales et d’entités privées qui s’occu-
pent de l’étude de la théorie économique, de la politique économique, du développement
socioéconomique et d’autres sujets d’intérêt pour la discipline.
Notre publication emploie le système de paires évaluateurs en appliquant les normes d’un
arbitrage aveugle, c’est-à-dire, que tant les évaluateurs comme les auteurs restent ano-
nymes. Le précédent, afin de garantir l’impartialité du concept émis.
Les évaluateurs sont choisis conformément à leurs connaissances dans les sujets couverts
par chaque article. L’évaluation prend en compte des aspects comme : l’originalité du
contenu, la rigueur conceptuelle, les aspects méthodologiques, la clarté et la cohérence,
tant dans l’argumentation comme dans l’exposé, et la pertinence des conclusions.
Le contenu des articles est responsabilité des auteurs et il ne compromet, d’aucune
manière,
à la revue ou à institution. L’auteur intéressé à soumettre à évaluation une contribution,
doit la faire arriver à la revue, conforme aux spécifications contemplées dans les para-
mètres pour les auteurs. Cette information est disponible à la fin de chaque numéro et
dans le site web http://fce.unal.edu.co/cuadernos/numeros-anteriores.html
La version en pdf des articles peut être consultée et être déchargée dans le site web:
http://www.ceconomia.unal.edu.co. Pour l’acquisition dans un format physique de numé-
ros précédents, l’intéressé peut s’adresser à la revue : Facultad de Ciencias Económicas,
Edificio 310, Universidad Nacional de Colombia ; ou à la boîte mail : revcuaeco_bog@
unal.edu.co ou au téléphone 3165000 extension 12308.
Parametres pour les auteurs

La revue Cuadernos de Economía prend en considération, pour sa publication, de contri-


butions académiques inédites, d’articles d’investigation, de rapports et études de cas, d’es-
sais, de révisions bibliographiques, de critiques et des descriptions analytiques de livres,
en Espagnol, en Anglais, en Français ou en portugais, qui n´aient pas été proposés dans
d´autres revues académiques. Au cas où ils se sont présentés comme documents de travail,
il faut inclure la référence complète. Les textes doivent contribuer à l´avancée de la connais-
sance dans les domaines économique, politique, social, administratif et démographique.
Le processus de postulation se fait par le système de gestion éditoriale OJS et les docu-
ments doivent être joints dans le link suivant http://bit.ly/ZsvX1j.
Dans le cas des articles à publier, les évaluations seront envoyées aux auteurs pour qu´ils
puissent réaliser les ajustements respectifs, s’il y a exigence de d’eux, dans un délai maxi-
mum de 30 jours.
L´Editor et le Conseil d’Edition de Cuadernos de Economía sont les instances qui prend
la décision de publier les contributions.
Il est important de clarifier que l’envoie de matériel n’oblige pas à effectuer son publica-
tion. L’équipe de travail de la revue se engage à maintenir informé au (aux) auteur (s) pen-
dant les différentes étapes du processus éditorial.
La réception des articles se fait tout au long de l´année.

NORMES ÉDITORIALES
1. Les travaux seront envoyés en fichiers Latex ou de texte (Word pour Windows ou
Ritch Text Formart) et doivent remplir les demandes suivantes : une dimension de
10.000 mots en incluant des notes et des références bibliographiques ; l’interligne
simple ; lettre Garamond taille 13 ; papier lettre et marges de 3 cm.
2. Les données sur l’auteur seront indiquées en note de bas de page avec un asté-
risque : nom de l’auteur, son occupation ou office, le niveau d’études, l’emploi
actuel, le lieu de travail et, obligatoirement, son courrier électronique.
3. On doit inclure un résumé en Espagnol et en Anglais de 100 mots au maximum.
Celui-ci doit être clair et fournir l’information suffisante pour que les lecteurs puis-
sent identifier le sujet de l’article.
4. Trois ou quatre mots clés en Espagnol et en Anglais, et trois ou quatre codes de
classification de la nomenclature JEL, laquelle peut être consultée dans le site web:
https://www.aeaweb.org/jel/guide/jel.php
5. Le titre de l’article doit être explicite et recouvrir l’essentiel du travail.
6. On requiert que les tableaux, les graphiques ou les cartes soient lisibles, avec les
conventions très définies, qu’on cite sa source dans la partie inférieure et que soient
envoyés dans les programmes employés pour leur élaboration (feuille de calcul
pour les tableaux et les graphiques, et d’image pour les figures ou les cartes).
On doit indiquer la page dans laquelle ils doivent être insérés ou s’ils sont inclus
comme annexes. Si on utilise du matériel protégé par copyright, les auteurs seront
les res­ponsables d’obtenir l’autorisation écrite de ceux qui possèdent les droits.
7. Les entêtes de chaque section seront écrits dans des caractères gras, alignés à
gauche et en lettres capitales. Les titres de second niveau seront écrits dans des
caractères gras, alignés à gauche, et en combinant de lettres capitales et minus-
cules. Les titres de troisième niveau iront dans itálica, alignés à gauche, et en com-
binant de lettres capitales et minuscules.
8. Les équations doivent être numérotées de manière consécutive et dans des cro-
chets ([1],[2],[3] ...). Cette numération doit être alignée à droite.
9. Les symboles mathématiques doivent être très clairs et lisibles. Les indices doi-
vent être correctement placés.
10. Si le document proposé inclut de cites textuelles, il est nécessaire de suivre les
indications suivantes : s’il possède cinq lignes ou moins il sera précédée de deux
points et ira entre des guillemets ; s’ils possèdent plus de cinq lignes se placera
dans un paragraphe à part, à 1 centimètres du bord gauche de la feuille, avec lettre
Garamond taille 13 et aligné à la droite.
11. Les notes de bas de page seront, exclusivement, de caractère explicatif, elles ne
doivent pas inclure des références bibliographiques.
12. Pour employer un sigle ou une abréviation on indiquera son équivalence complète
et ensuite, entre parenthèses, le terme qui sera utilisé dans le reste du document.
13. Les références bibliographiques doivent conserver le style auteur-date, insérées
dans le texte (López, 1998). Quand la référence est faite de façon textuelle, le
numéro de la page d’où est tiré l’extrait doit être mentionné après la date, séparé
par une virgule (López, 1998, 52), si elle comprend plusieurs pages (López, 1998,
52-53), et dans le cas où il y aurait plusieurs auteurs (López et al., 1998).
14. La bibliographie ne doit mentionner que les sources citées dans le texte, pour
cette raison la section s´intitule Références bibliographiques. Les normes de cita-
tion employées par la revue sont celles de l’American Psychological Association
(APA) : http://flash1r.apa.org/apastyle/basics/index.htm.
15. L’auteur cède les droits de publication à la Escuela de Economía de la Facultad
de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. Cuadernos de
Economía se réserve le droit de publication en papier, électronique et de tout autre
classe, dans toutes les langues.
16. La revue peut effectuer les changements éditoriaux qu’elle considère pertinents
pour donner à l’article la plus grande clarté possible. Par conséquent, on recom-
mande aux auteurs d’écrire avec la plus grande rigidité, vérifiant l’orthographie,
employant de paragraphes courts et homogènes, et utilisant, adéquatement, les
signes de ponctuation.
17. Exceptionnellement, il est possible de proposer la reproduction de textes diffu-
sés dans d’autres moyens ou qui requièrent d’une traduction, pourvu qu’ils n’im-
pliquent pas de coûts additionnels pour la publication.
88
Revista DESARRO. SOC., segundo cuatrimestre 2021
ISSN 0120-3584, E-ISSN 1900-7760

Desarrollo y Sociedad
Nota editorial
Jorge H. Maldonado 7
Artículos
Femicide in Latin America: An economic approach
Carolina Álvarez Garavito y Hugo Nicolás Acosta González 11
Analysis of Principal Nonlinear Components for the Construction
of a Socioeconomic Stratification Index in Ecuador
Katherine Morales, Miguel Flores y Yasmín Salazar Méndez 43
Índice de Desarrollo Local para Ecuador con datos del 2010
Adriana Vélez-Tamay, Viviana Carriel y Yonimiler Castillo-Ortega 83
Estructura productiva laboral y pobreza en México:
análisis municipal en tres regiones
Owen Eli Ceballos Mina y Abelardo De Anda Casas 129
Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola
a inicios del siglo XXI: rentas, salarios, petróleo y productividad
Hernán Alejandro Roitbarg 169
Tratados de libre comercio y duración de las exportaciones:
evidencia a nivel de firma para Colombia
Margalida Murillo y Cindy Paola Leal 201
La brecha de remuneraciones entre segmentos del mercado
de trabajo en la Argentina
Jorge A. Paz 239

Los resúmenes de los artículos pueden consultarse por medio de la página: https://revistas.uniandes.
edu.co/journal/dys. Para compras comunicarse con la Librería Uniandes al teléfono: 339 49 49
extensión 2181. Para información sobre las guías para enviar artículos, comunicarse con el Comité
Editorial al correo [email protected]
Para suscripciones ingresar al link:
http://economia.uniandes.edu.co/suscripciones_dys
APUNTES DEL CENES

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y
TECNOLÓGICA DE COLOMBIA
ESCUELA DE ECONOMÍA
VOL 40 N° 72
ISNN 0120-3053
E-ISSN 2256-5779 JUL - DIC 2021

https://dx.doi.org/10.19053/issn.0120-3053

Contenido
Editorial
Magnitud e implicaciones de la pobreza en Colombia
Luis E. Vallejo Zamudio
Artículos
El comportamiento económico desde la perspectiva biológica y sicológica
Cindy Cifuentes Gómez, Siervo Tulio Delgado, Jorge I González

Impacto de la amenaza financiera en el cambio de comportamiento del inversor: el efecto moderador del apoyo
social durante la Covid19 en Pakistan
Hussain Mehdi, Muhammad Shaukat Malik, Huma Ali, Zeeshan Rasool

La afiliación a la seguridad social de los trabajadores y sus efectos en las finanzas de las empresas en México
Carlos Mauricio Tosca Vidal, Germán Martínez Prats, Candelaria Guzmán Fernández

Tipo de cambio, nivel de precios y divergencias: un análisis regional para la República Argentina
Ernesto Gabriel Pizarro Levi

Los trabajadores informales en Colombia


John Ariza, Alexander Retajac

La evaluación multicriterio en la ubicación de las ventas ambulantes en Tibasosa, Boyacá, Colombia


Andrés Fernando Pava Vargas, Luis Felipe Fajardo Pineda

La autonomía económica de las mujeres latinoamericanas


Edith Johana Medina Hernández, Maria José Fernández Gómez

La probabilidad de contagio y deceso por COVID-19 en pacientes indígenas y no indígenas durante la pandemia en
México
Jorge Horbat Corredor

Desarrollo sostenible del cultivo agroindustrial de la palma de aceite en Norte de Santander - Colombia
Dennys Jazmín Manzano López, Eder Alexander Botello Sánchez, Mario de Jesús Zambrano Miranda

La revista se encuentra en los siguientes índices: Contacto:


Scielo - Redalyc - Bibilat - Publindex Categoría B - ESCI (WoS) Luis E. Vallejo Zamudio (Editor)
Agregadores: EBSCO - Dialnet - REDIB - CLASE - ProQuest Ricardo Tejedor Estupiñán
Directorios: DOAJ - Latindex - EconLit - Latinrev -DOTEC—RepEc -ERIH (Asistente Editorial)
Plus - Econpapers - EconBib - [email protected]
E-ISSN 2248-6968 I S S N 0121 - 5 0 51

Número volumen

31
80
Abril - Junio
Categoría B en el Índice Bibliográfico Nacional de Colciencias

EDITORIAL
Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez
2021

CONTABILIDAD Y FINANZAS
Management accounting and control system in the u-model
internationalization process. A case study
Ana Filipa M. Roque, Mário Raposo, Maria do Céu Alves
Cálculo de la rentabilidad financiero-fiscal de una operación de
capital diferido a prima periódica. Un enfoque estocástico
María José Pérez , Antonio Alegre Escolano

MARKETING
Planteamiento estratégico para la financiación inclusiva del turismo
por parte de los organismos financieros internacionales
Isabel Carrillo Hidalgo, Juan Ignacio Pulido
Segmentación por motivaciones y valoración del turismo
interior en el destino Manta, Manabí, Ecuador
Nelson Garcia Reinoso

GESTIÓN Y ORGANIZACIONES
Propuesta de modelo para la autogestión del conocimiento para la
productividad de las empresas de menor tamaño en la era del conocimiento
Héctor Gonzalo Rojas Pescio , Verónica Alejandra Roa Petrasic
Análisis de los efectos de la inversión en innovación sobre el
progreso técnico del sector industrial de plásticos en Bogotá
Andrés Giovanni Guarín Salinas, Javier Hernando García-Estévez

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N.°
La comunicación corporativa de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE):
El caso de las empresas de la provincia Sabana Centro de Cundinamarca
Jeffer Darío Buitrago Betancourt
Enero - Marzo La separación entre sostenibilidad organizacional y desarrollo sostenible: una
reflexión sobre herramientas emergentes para disminuir la brecha Sebastián
Dueñas-Ocampo, Jesús Perdomo-Ortiz, Lida Esperanza Villa Castaño
Relaciones con la organización y el trabajo en los millennials colombianos
Oscar Gallo, Diego René Gonzales-Miranda, Juan Pablo
Román-Calderón, Gustavo Adolfo García
N.°

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APORTES A LA INVESTIGACIÓN Y A LA DOCENCIA
Pensando la Contaduría Pública en su ejercicio profesional:
William Rojas Rojas, Andrés Mauricio Sánchez Grijalba
Octubre - Diciembre Cómo medir la apropiación social de la ciencia y la tecnología:
La definición de indicadores como problema
Jorge Manuel Escobar Ortiz

77
N.°

Julio - Septiembre SUSCRIPCIONES Y CANJE INTERNACIONAL:


Por favor comuníquese con la Coordinación de INNOVAR
CORREO ELECTRÓNICO: [email protected]
TELÉFONO: (57) (1) 3165000, ext. 12367 | APARTADO AÉREO: 055051

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Cuadernos de Economía, 42(89)
se terminó de editar, imprimir y encuadernar
en Proceditor, en junio del 2023,
con un tiraje de 100 ejemplares,
sobre papel bond blanco bahía de 70 g.
Bogotá, D. C., Colombia.
ASESORES EXTERNOS

COMITÉ CIENTÍFICO
2023

89 89
Ernesto Cárdenas
Pontificia Universidad Javeriana-Cali UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
José Félix Cataño
Universidad de los Andes Rectora
Dolly Montoya Castaño
Philippe De Lombaerde
NEOMA Business School y UNU-CRIS Vicerrector Sede Bogotá
Jaime Franky Rodríguez
Edith Klimovsky
Universidad Autónoma Metropolitana de México
José Manuel Menudo FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
Universidad Pablo de Olavide
Decana
Gabriel Misas
ARTÍCULOS Juanita Villaveces
Universidad Nacional de Colombia
ESCUELA DE ECONOMÍA
Mauricio Pérez Salazar Carlos Dabús y Fernando Delbianco
Universidad Externado de Colombia Economic growth regimes: Evidence from Latin America 129 Directora
Nancy Milena Hoyos Gómez
Fábio Waltenberg
Universidade Federal Fluminense de Rio de Janeiro Paul Carrillo-Maldonado, Emanuel Daniel Yaselga Alvarado y María Isabel García Mosquera CENTRO DE INVESTIGACIONES PARA EL DESARROLLO
EQUIPO EDITORIAL Un método para obtener datos de alta frecuencia del mercado laboral ecuatoriano 147 - CID

Daniela Cárdenas Karoll Gómez


Karen Tatiana Rodríguez Juan Manuel Candelo-Viáfara y Andrés Oviedo-Gómez
La volatilidad de la moneda: un análisis de la tasa de cambio colombiana DOCTORADO Y MAESTRÍA EN CIENCIAS ECONÓMICAS
Andrés Díaz Y PROGRAMA CURRICULAR DE ECONOMÍA
Estudiante auxiliar y los mercados de materias primas energéticas 177
Coordinadora
Proceditor Ltda. Olga Lucía Manrique
Corrección de estilo, traducción, armada electrónica,
Nicolás Esteban Lara Rodríguez
finalización de arte, impresión y acabados Deforestación y desigualdad de la tierra: un análisis econométrico en el posconflicto
Tel. 757 9200, Bogotá D. C. colombiano (2015-2019) 203 CUADERNOS DE ECONOMÍA
Luis Tarapuez EDITOR
Área de Comunicaciones - Facultad de Ciencias Económicas Wilman Carpeta Camacho Gonzalo Cómbita
Fotografía de la cubierta Universidad Nacional de Colombia
Big data analytics in programme evaluation: Examining models for the assessment of
Indexación, resúmenes o referencias en sustainable development goals in Colombia 233
SCOPUS CONSEJO EDITORIAL
Thomson Reuters Web of Science Lina Mercedes Guerrero Durán, Alejandro David Martínez Amariz, Juan Carlos Córdoba
(antiguo ISI)-SciELO Citation Index Édgar Luna González y Diego Orlando Rodríguez Ortiz Iowa State University
ESCI (Emerging Sources Citation Index) - Clarivate Analytics
Validación de la hipótesis de eficiencia de mercado en las acciones del COLCAP Liliana Chicaíza
EBSCO mediante la aplicación de análisis técnico 265 Universidad Nacional de Colombia
Publindex - Categoría B - Colciencias
SciELO Social Sciences - Brasil Paula Herrera Idárraga
RePEc - Research Papers in Economics Carlos Alberto Suescún-Barón, César Augusto Giraldo Giraldo, Pontificia Universidad Javeriana
SSRN - Social Sciences Research Network Juan Pablo Sandoval Castaño y Vivian Andrea Cantor Ávila Juan Miguel Gallego
EconLit - Journal of Economic Literature
IBSS - International Bibliography of the Social Sciences
La frontera agraria en disputa: análisis de algunos conflictos territoriales sobre Universidad del Rosario
PAIS International - CSA Public Affairs Information Service comunidades étnicas y campesinas en Colombia 297 Mario García
CLASE - Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades Universidad Nacional de Colombia
Latindex - Sistema regional de información en línea Víctor Mauricio Castañeda Rodríguez Iván Hernández
HLAS - Handbook of Latin American Studies
DOAJ - Directory of Open Access Journals El esfuerzo tributario de los municipios colombianos entre 2011 y 2017. ¿Hay espacio Universidad de Ibagué
CAPES - Portal Brasilero de Información Científica para aumentar su recaudación? 331 Iván Montoya
CIBERA - Biblioteca Virtual Iberoamericana España / Portugal Universidad Nacional de Colombia, Medellín
DIALNET - Hemeroteca Virtual
Hernán Vallejo Juan Carlos Moreno Brid
Ulrich’s Directory
DOTEC - Documentos Técnicos en Economía - Colombia Not all giffen goods, are inferior goods 359 Universidad Nacional Autónoma de México
LatAm-Studies - Estudios Latinoamericanos Manuel Muñoz
Redalyc Manuel Rubio-García Universidad Nacional de Colombia
Universidad Nacional de Colombia Elementos esenciales de una socioeconomía del desarrollo 379 Ömer Özak
Carrera 30 No. 45-03, Edificio 310, primer piso Southern Methodist University
Correo electrónico: [email protected]
Marla Ripoll
89
Página web: www.ceconomia.unal.edu.co
Universidad de Pittsburgh
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Juanita Villaveces
Cuadernos de Economía Vol. 42 No. 89 - 2023 Universidad Nacional de Colombia
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