SQZ Revision 17
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Los gatos de Louis Wain (1860- 1939). Pintor inglés, que gustaba de pintar gatos en actitudes
humanas. Cuando su esposa enfermo de cáncer y murió, su salud mental se afectó tanto que sus
pinturas cambiaron drásticamente, adquiriendo formas irreales. Se presume que sufría de
esquizofrenia y es un ejemplo de cómo la percepción se altera en estos pacientes.
Tomado de https://revistaimpresionarte.wordpress.com/2017/03/09/puede-haber-arte-en-la-locura-los-gatos-de-louis-wain/
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental grave, que altera severamente el funcionamiento de la persona, es
de curso crónico y variable, causando perdida de la calidad de vida del enfermo y sus familiares, siendo una
de las diez primeras causas de discapacidad por enfermedad según la OMS. Tiene una prevalencia
promedio del 1% en la población y mayormente en hombres. (1)
Los síntomas de la esquizofrenia suelen manifestarse de forma gradual y lenta, a lo largo de un período de
3 a 5 años.
Los síntomas negativos son los que primero aparecen, seguidos de los cognitivos.
1. Genética
La probabilidad de que una persona sufra la enfermedad es mayor si están afectados otros miembros de su
familia.
El riesgo es de un 8% para hermanos no gemelos de un paciente con esquizofrenia, un 12% para un hijo, un
12% para un gemelo dicigótico, un 40% para un hijo con dos progenitores que padezcan la enfermedad y un
47% para un gemelo monocigoto.
En los estudios de familiares se muestra que los parientes biológicos de pacientes esquizofrénicos tienen
mayor incidencia de patología, más aún si son de primer grado.
La edad del padre podría ser otro factor, debido a que nacidos de padres mayores de 60 años eran
vulnerables a desarrollar el trastorno, debido al daño epigenético de la espermatogénesis. Existen múltiples
genes identificados, así como cromosomas, y mutaciones relacionadas con síntomas de la esquizofrenia. (1,
3)
2. Factores biológicos
Estudios de tomografía por emisión de posición de receptores de dopamina, muestran que un aumento en
los receptores D2 en el núcleo caudado en pacientes sin tratamiento. Existe además un aumento de la
concentración de dopamina en la amígdala, disminución de la densidad del transportador de dopamina, y
aumento de los receptores de dopamina tipo 4 en la corteza entorrinal. (3)
Una administración de fenciclidina, que es un antagonista del glutamato, produce un síndrome agudo
similar a la esquizofrenia. Los mecanismos por los cuales se daría esto son los de hiperactividad,
hipoactividad y neurotoxicidad inducida por glutamato.
El hallazgo funcional más replicado mediante pruebas funcionales (PET y SPECT) es el conocido como
patrón de «hipofrontalidad» (disminución relativa del metabolismo y/o del flujo sanguíneo cerebral
regional del córtex prefrontal), especialmente del córtex prefrontal dorsolateral. La hipofrontalidad es
mucho más evidente ante tareas de activación cognitiva frontal.(1)
3. Acontecimientos vitales
Ninguna evidencia indica que un patrón familiar específico es un factor de riesgo para el desarrollo de la
esquizofrenia. Aunque algunos pacientes con esquizofrenia provienen de familias disfuncionales, es
importante no pasar por alto el comportamiento familiar patológico que puede aumentar
significativamente el estrés emocional que un paciente vulnerable con esquizofrenia debe enfrentar. (3)
En el otro tipo de familia, una relación sesgada entre un niño y un padre implica una lucha de poder entre
los padres y el predominio resultante de uno de los padres.
Estas dinámicas acentúan la tenue capacidad de adaptación de la persona con esquizofrenia. (3)
Curso de la enfermedad
• Un tercio permanece asintomático después del primer episodio psicótico y puede llevar una vida
relativamente normal
• Un tercio presenta síntomas moderados, pero conserva el funcionamiento social
• Un tercio presenta un marcado deterioro.
Entre un 10 y un 15% de pacientes con esquizofrenia se suicidan. En general tienen una supervivencia
menor, debido a causas orgánicas, por una mayor prevalencia de obesidad, enfermedades
cardiovasculares, cáncer y consumo de tabaco y otras sustancias. (1)
Los medicamentos antipsicóticos son el pilar del tratamiento, pero las intervenciones psicosociales, incluida
la psicoterapia, pueden aumentar la mejoría clínica.
Lo complejo de la esquizofrenia dificulta cualquier enfoque terapéutico único e insuficiente para hacer
frente al trastorno multifacético. Existe un beneficio mayor con el uso combinado de antipsicóticos y
tratamiento psicosocial. (3)
1. Hospitalización
Indicada con fines diagnósticos, estabilización farmacológica, seguridad del paciente ante ideas de suicidio
o ideación homicida, agitación psicomotriz e incapacidad de atender las necesidades básicas como
alimentación, ropa y refugio. Los planes de tratamiento hospitalario deben orientarse hacia prácticas como
el autocuidado, calidad de vida, empleo y actividades como relaciones sociales. (3)
2. Farmacoterapia
Todos estos medicamentos tienen una eficacia similar para tratar los síntomas positivos, con pobre acción
sobre los síntomas negativos y cognitivos.
Los antipsicóticos disminuyen la expresión de los síntomas psicóticos y reducen las tasas de recaída.
En un 70 por ciento de los pacientes logran tener remisión de sus síntomas. Todos los antipsicóticos actúan
bloqueando el receptor D2 de la dopamina, con diferentes grados de afinidad. El bloqueo de receptores D2
mesolímbico disminuye la activación de las neuronas dopaminérgicas, reduciendo los síntomas positivos de
la enfermedad.
Se dividen en convencionales o de primera generación que son antagonistas de la dopamina y los de
segunda generación que son antagonistas de la serotonina/dopamina.
El bloqueo dopaminérgico a otros niveles produce efectos secundarios: síntomas extrapiramidales a nivel
nigroestriado, y el aumento de la secreción de prolactina a nivel tuberoinfundibular. (1, 3)
Un punto importante es el déficit cognitivo y social. Dentro de los tratamientos en rehabilitación, tenemos
el entrenamiento para aumentar las habilidades sociales, autosuficiencia, habilidades prácticas, los cuales
son efectivos como coadyuvante en la reducción de la sintomatología y en la mejora del funcionamiento
psicosocial.
Bibliografía
Julio Vallejo Ruiloba. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. 8.a ed. Barcelona, España: ELSEVIER;
2015.
Neil R. Carlson. Fisiología de la Conducta. 11.a ed. MADRID: PEARSON EDUCACION; 2014. 800 p.
Benjamin James Sadock, Virginia Alcott Sadock, Pedro Ruiz. Kaplan & Sadock’s synopsis of psychiatry:
behavioral sciences/clinical psychiatry. 11th ed. Wolters Kluwer; 2015.
World Health Organization. The ICD-10 classification of mental and behavioral disorders: clinical
descriptions and diagnostic guidelines [Internet]. Geneva: Geneva: World Health Organization; 1992 [citado
16 de septiembre de 2018]. Disponible en: http://apps.who.int/iris/handle/10665/37958