Abril 2024
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Immanuel Kant, (1724-1804); Johann Heinrich Pestalozzi, (1746-1827); Joseph
Lancaster (1778-1838); Justo Sierra Méndez, (1848-1912); Carl Gustav Jung (1875-
1961); José Vasconcelos, (1882-1959); Rafael Ramírez (1885-1959); Jean William
Fritz Piaget (1896-1980); Lev Semyonovich Vygotski, (1896-1934); Célestin Freinet,
(1896-1966); Burrhus Frederic Skinner (1904-1990); David Paul Ausubel, (1918-
2008); Paulo Freire, (1921-1997); Margarita Gómez Palacio Muñoz (1940–2018);
Melquiades Morales Flores (1942-); Ángel Díaz Barriga (1949-); Emilio Chuayffet
Chemor (1951-); Esteban Moctezuma Barragán, (1954-), por mencionar a los más
representativos.
De mayor actualidad, en función de los fundamentos de la Nueva Escuela Mexicana,
el magisterio ha recibido conceptos y directrices de actuación didáctica y
pedagógica influenciadas por aportaciones de Juan Manuel Cantú Vázquez; Carlos
Ornelas; Cecilia Fierro, entre otros.
En el ciclo escolar que transcurre, 2023-2024, en pleno Siglo XXI, los Consejos
Técnicos Escolares, que son los órganos de deliberación colegiada para dar cauce
a las necesidades y dificultades que en cada plantel escolar se presentan, todavía
dirimen aplicaciones de la Escuela Rural Mexicana o la Escuela Lancasteriana; aún
siguen siendo área de discusión e interpretación personal los conceptos de
condicionismo, constructivismo, andamiaje, conductismo, lateralidad, tipos de
inteligencia, por señalar algunos de los tópicos de mayor argumentación.
Distante estoy de señalar que estudios efectuados en el Siglo XIX y anteriores, así
como las propuestas que surgieron de esas investigaciones, no deban o puedan
aplicarse y ser efectivas en los educandos del Siglo XXI o posteriores, lo que es
detectable es que en su momento no ha existido un proceso de eslabonamiento que
permita identificar los mejores elementos de las teorías previas, para aplicarlos con
efectividad en los programas educativos de actualidad.
Las principales áreas de intervención que los docentes tienen sobre los estudiantes
son: las habilidades sobre lectura y escritura, el pensamiento lógico matemático y
las habilidades de relación ecológica y social, las metodologías para intervenir han
variado con el devenir histórico y aunque existe cierta relación indisoluble es
necesario reconocer las diferencias, porque si en un tiempo fue posible desarrollar
las competencias lectoras y escritoras de la mayoría de los educandos a través de
metodologías con sustentos teóricos del siglo XIX, hoy resultan insuficientes para
acceder al tipo de lectura y escritura que requieren los diferentes lenguajes de la
tecnología aplicada; valga la analogía también para los aspectos numéricos, en un
tiempo era suficiente memorizar algoritmos para la generalidad de la población,
luego, para ciertos sectores sociales era necesario analizarlos y buscar alguna
aplicación, pero hoy lo indispensables es la creación de nuevos algoritmos y la
forma en que influyen sobre el resto del conocimiento.
Lo mismo ocurre con las habilidades de relación con el entorno natural y social, las
concepciones filosóficas de la época del magisterio formado de los años 70 en
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adelante, del Siglo XX, fueron muy distintas de las que adquirió el profesorado con
formación inicial bajo pensamiento de autores de finales de ese mismo Siglo y
principios del siguiente, diferente también de quienes han recibido una formación
inicial durante las dos primeras décadas del Siglo XXI, en que el medio ambiente y
las relaciones sociales han sufrido una transformación superlativa.
Cierto es que la Secretaría de Educación Pública y las autoridades estatales han
realizado esfuerzos permanentes por ofrecer procesos de capacitación,
actualización y superación profesional, cuyos objetivos primordiales han sido los de
situar al personal docente en el contexto de las tendencias educativas nacionales e
internacionales del momento, para que al aplicarlas en su actuar profesional
impacten positivamente en el posicionamiento exitoso de los educandos ante su
realidad del momento y la de un futuro provisorio.
No obstante, estos esfuerzos han quedado romos al decantarse mayoritariamente
por proporcionar información, dejando de lado, o tocando tangencialmente la
evaluación, una de las partes más importantes que permiten asegurar el grado de
impacto que tienen los procesos de cambio o de vanguardia, especialmente en el
campo de la educación.
Tomar en cuenta lo anterior ha de permitir que el diseño de los programas
educativos pueda hacerse con visión, que sean de vanguardia y tengan
características de pertinencia.
Por supuesto que un Programa Educativo es necesario que se diseñe a partir de
intencionar una educación integral, en la que se forme para la vida, con el fin de
desarrollar en los seres humanos capacidades cognitivas, socioemocionales y
físicas que les permitan alcanzar su bienestar.
Las dos concepciones anteriores, formar para la vida y alcanzar el bienestar, en un
programa educativo deben tener una connotación de amplio sentido, porque la vida
de una persona es más significativa que sus posesiones materiales o su estado de
confort, es elevarse hasta dignificar su condición de ser humano para llegar hasta
el bien ser.
Es innegable que ese mismo Programa Educativo debe favorecer también una
educación incluyente, que tome en cuenta las diversas capacidades, circunstancias
y necesidades de los estudiantes y que con base en el principio de accesibilidad, el
docente realice los ajustes razonables e implemente medidas específicas con el
propósito de disminuir cualquier barrera para el aprendizaje y la participación; así
como una educación con equidad que proporcione todos los recursos necesarios
de acuerdo a las necesidades de los estudiantes, y una educación relevante que
apunta a que los alumnos logren aprendizajes fundamentales significativos que
sirvan más allá del contexto local y nacional, que los ubique en un escenario
internacional.
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Delinear bajo este esquema un Programa Educativo, permite hacer posible de
manera universal en las escuelas y figuras educativas la presencia de estos cuatro
elementos y de todo lo que subyace a ellos, para llegar a cumplir el mandato
constitucional de “excelencia educativa”, entendida esta como el mejoramiento
integral constante que promueve el máximo logro de aprendizaje de los educandos,
para el desarrollo de su pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre
escuela y comunidad.
Se reconoce en México que la práctica pedagógica, al constituirse como el elemento
central de la formación de los educadores, ha de permitir a los estudiantes de
instituciones formadoras de docentes y al personal en activo, comprender las
dinámicas institucionales, políticas, curriculares, metodológicas, didácticas y
existenciales (confrontarse con su verdadero interés profesional y cualificarse desde
la experiencia). Este proceso formativo no se lleva a cabo como un ejercicio
deliberado y estratégico en ninguna otra experiencia de formación profesional, por
tal motivo, es necesario reconocer, estimular y exigir a quienes se forman para el
trabajo en las aulas.
Asimismo es preciso asumir como agentes emancipadores de las prácticas
docentes, a las figuras directivas y transformar la supervisión escolar, (trans) formar
a los supervisores y directores bajo un enfoque de formación situada, un esquema
de apoyo para el acompañamiento formativo y un ejercicio profesional y ético de
corresponsabilidad con los resultados de aprendizaje. Se esperaría que, con el
acompañamiento constante de las figuras directivas, los docentes consoliden
prácticas educativas apoyados por una planeación didáctica contextualizada y un
ejercicio formativo de la evaluación, que atienda de manera oportuna y pertinente,
las necesidades de los alumnos en el aula.
Por mucho tiempo, la formación, capacitación y actualización ha sido determinada
en función de las demandas nacionales e internacionales, que poco entienden y
atienden las necesidades particulares que enfrentan los trabajadores de la
educación en las entidades. Con un enfoque situado de formación profesional, un
Programa reconoce y sostiene el carácter situacional de la práctica directiva,
docente, administrativa y de servicios, mismo que es determinado por el contexto
en que se produce a partir de la subjetividad, saberes y conocimientos que el
personal ha adquirido a lo largo de sus historias profesionales y de vida. También
lo es respecto del territorio, que no es tan sólo un contexto con características
identificables, sino un espacio complejo, con tensiones entre las subjetividades y las
instituciones donde convergen procesos sociales, recursos, sujetos, pautas
culturales y conflictos, entre otros.
Este enfoque situado de formación profesional permite identificar las necesidades
específicas de formación, capacitación, y actualización profesional del personal de
un Sistema Educativo; favorecer el ofrecer programas de la misma índole para
propiciar el desarrollo de las competencias profesionales; diseñar e implementar las
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directrices bajo los criterios de excelencia y equidad para el desarrollo de programas
formativos, dirigidos a personal que labora en zonas de atención prioritaria o con
grupos vulnerables; enriquecer la oferta de formación continua para brindar una
educación intercultural equitativa e inclusiva con perspectiva de género y sostenible.
Es insoslayable considerar en un Programa Educativo la prospectiva, como la
disciplina que aporta teorías, métodos y herramientas útiles para la construcción de
un futuro deseado. Utilizar las diferentes herramientas que pueden incidir en la
Prospectiva para constituir un Programa Educativo, permite la construcción de
mapas de Influencia y dependencias directas entre los factores de cambio, y las
relaciones entre ellos, su ubicación, así como su nivel de proximidad, permitiendo
determinar gráficamente los principales factores influyentes y dependientes para
identificar los escenarios futuribles que conlleven al diseño de los proyectos
prioritarios para un Sistema Educativo.
El escenario deseado, necesariamente debe atender las problemáticas más
sentidas; el tiempo en el que se desea alcanzar ese escenario, la calidad educativa
que se pretende, el universo de estudiantes en el que se impactará, el sentido de la
educación, sobre todo en términos de integralidad y los estándares de excelencia.
Todos los componentes que he señalado han sido considerados en la elaboración
del Programa Educativo de Durango 2023-2028, de ahí que la visión prospectiva es
que en el año 2028, los alumnos de las escuelas pertenecientes al Sistema
Educativo de Durango habrán mejorado los aprendizajes fundamentales, contarán
con hábitos saludables y una gestión adecuada de sus emociones, valorarán su
identidad, apreciarán las diversas manifestaciones artísticas e incrementarán su
nivel de aprendizaje, posicionando al Estado entre los primeros lugares del país en
el contexto de las evaluaciones estandarizadas de orden nacional. Este logro se
transferirá a indicadores como el de eficiencia terminal que se incrementará a un 95
por ciento en Educación Básica y 75 por ciento en Educación Media Superior.
En la población de entre cuatro y 14 años, la cobertura en educación para este grupo
se incrementará dos puntos porcentuales. En la Educación Media Superior,
alcanzará el 88 por ciento y en la Educación Superior será de un 40 por ciento.
Las trayectorias educativas de las niñas, niños y jóvenes serán completas y
regulares, principalmente en aquellos en condición de vulnerabilidad, reduciendo el
índice de deserción a 3 tres por ciento en educación básica y un cinco por ciento en
media superior.
Los resultados obtenidos se lograrán por la atención a las políticas nacionales en
educación inclusiva, lo cual generará el enriquecimiento del capital cultural en la
población en condición de pobreza extrema, gracias al uso de las tecnologías de la
información y la comunicación.
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La contextualización del currículo a las condiciones del alumno se logrará porque
los docentes y directivos participarán en procesos de formación y superación
profesional reconociéndose como profesionales de la educación.
El modelo de atención a las escuelas multigrado se habrá consolidado, gracias a la
incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación con la
estrategia de Aulas Virtuales, como un mecanismo para atender a la diversidad y a
la dispersión poblacional en el Estado.
El programa de asesoría, acompañamiento y seguimiento permitirá la
transformación de las prácticas pedagógicas de acuerdo con el enfoque del Plan y
Programas de estudio vigentes.
La implementación de mecanismos para la adecuada gestión de los recursos
humanos y materiales habrá logrado una mejor planeación y administración en la
prestación del servicio educativo.
Ante todo, las estrategias de evaluación implementadas localmente, habrán de
permitir el incremento en el resultado de los indicadores prospectivos y en la
modificación de estrategias y líneas de acción que se han considerado en el diseño
del Programa.
Para consultar el contenido total del referido Programa, proporciono a los lectores
el siguiente enlace: https://programaeducativo.educadgo.gob.mx/PED_2023.pdf,
ahí podrán encontrarse los sustentos teóricos y metodológicos que le dieron origen,
así como las líneas de acción para llevarlo al hecho.
Para comentarios, sugerencias o solicitudes de mayor información u otros aspectos
relacionados con la presente, anteriores o posteriores publicaciones, por favor
dirigirse al correo electrónico [email protected] con el Dr. José
Guillermo Adame Calderón, o bien a [email protected] , con el Profr. Juan César
Mendoza Delgado.