Bases Teóricas de Psicoterapia Infantil
Bases Teóricas de Psicoterapia Infantil
Bases Teóricas de Psicoterapia Infantil
Infantiles”
Objetivo particular:
Por otro lado, para autores como Quitmann el proceso histórico de surgimiento de la
Psicología humanista-existencial se da entre los años 1929 y 1962, año de la fundación de la
American Association of Humanistic Psychology.
En los años treinta, cuando Estados Unidos vivía la crisis económica y luego cuando
asume la presidencia Roosevelt, en 1933, con su reforma económica llamada “New Deal”, que
abogaba por una orientación más humanística destinada a favorecer el bienestar social de todos los
ciudadanos porque “consideraba la naturaleza humana como buena y razonable” y logró reorientar
el sentimiento social hacia valores más positivos y un optimismo pragmático y humanístico. Dicha
renovación cultural y humanística que se iniciaba en Estados Unidos, se vio apoyada y favorecida
por la inmigración de una gran cantidad de europeos durante el dominio nazi, lo que evidencia un
incremento en el interés por la literatura y el arte que estimulaba a la sociedad a ocuparse más
intensamente de temáticas como el valor y el sentido de vida.
anterioridad, en la primavera del mismo año, apareció el primer número del Journal of Humanistic
Psychology. De manera que puede considerarse 1961 como el año en que la Psicología humanista
existencial nace a la luz pública.
La terapia Gestalt tarda mucho en prestar atención al mundo de la infancia, Perls, deja
de lado este campo centrándose en los adultos.
Como primeras referencias bibliográficas tenemos el libro de Violet Oklander, Ventanas
a nuestros niños, aunque su traducción al castellano no se publica hasta 1992. Las primeras
publicaciones en castellano aparecen en el libro de Carmen Vázquez y Ángeles Martín, " Cuando me
encuentro con el capitán Garfio....... no me engancho" en 1983. Y en 1995 aparece al libro “”La
magia de los niños” –psicoterapia Guestalt Infantil de Guadalupe Ame3zcua Villela. Más
recientemente en 1996 aparece el libro de Loreta Cornejo "Manual de Terapia Infantil Gestáltica",
en el mismo año se publica un artículo de Mª Antonia Sala en el libro "Gestalt de Persona a Persona".
La documentación encontrada es poca, tal vez estemos en los inicios, tal vez sea un
tiempo de construcción. Me resulta sorprendente el carácter eminentemente práctico de los textos
publicados en Terapia Infantil, es por ello que quisiera incluir en este artículo los elementos teóricos
de la Psicoterapia Infantil Gestáltica.
La Terapia Gestalt como terapia humanista que es concibe al niño desde una
perspectiva optimista es decir cree en sus potencialidades y en su tendencia innata a la salud y al
crecimiento. Cuando esto no es así, hay algo o alguien que se lo impide. El Contexto es una parte
fundamental.
La Terapia Gestalt tiene una concepción holística del niño, es decir tiene en cuenta su
la parte sensorial, la afectiva, la intelectual, la social y la espiritual. La concepción holística del niño
es lo que hace que la Terapia Gestalt no se ocupe exclusivamente del síntoma, no es una terapia
que sólo quiere curar enuresis, tics, miedos etc., sino que trata de favorecer el desarrollo integral
del niño, el síntoma es sólo una manifestación de que algo ocurre, de que la tendencia al crecimiento
sano está bloqueada, por tanto vamos a atender al niño como un todo, no vamos a ir contra el
síntoma.
El enfoque Gestalt enfatiza la visión del niño como un ser creativo en constante
crecimiento y capaz de guiar conscientemente su comportamiento desarrollando su máximo
potencial para satisfacer sus necesidades como un ser único e irrepetible.
La terapia Gestalt tiene en cuenta que el niño es un ser en evolución, para ello el
terapeuta tiene que apoyarse en otros conocimientos como la psicología evolutiva, la pedagogía y
la psicopatología.
También puede haber una dificultad sensorial que aún no esté detectada como pérdida
de audición o de vista y que debe ser descartada. En otros casos son necesarios los exámenes
neurológicos cuando aparecen problemas de aprendizaje a temprana edad o síntomas de déficit de
atención con hiperactividad entre otros.
1-- El Darse cuenta: Ampliar el campo de conciencia, fomentar el darse cuenta es uno
de los objetivos más importantes de la gestalt.
Que el niño aumente la conciencia de su propio cuerpo, de sus sensaciones y
sentimientos y de toda la realidad que esté viviendo es fundamental para su pleno desarrollo.
Con los niños el Darse Cuenta es más sutil, hay que atender más a la fenomenología,
aquí el contacto es esencial. El Darse Cuenta no suele ser verbalizado, es el terapeuta el que puede
mostrarlo para que el niño asienta o no, a veces simplemente hará un gesto o tendremos que
esperar a futuras sesiones para comprobar el resultado.
Darse cuenta del mundo exterior de lo que puede oler, tocar, ver, gustar, oír. Darse
Cuenta de la zona Interna, todo lo que le pasa de la piel hacia dentro, tensión, picor, relajación.
Darse Cuenta de la zona de la fantasía con todo lo que puede haber sentimientos, emociones,
pensamientos etc.
Los ejercicios que fomenten el Darse cuenta de mundo sensorial son muy adecuados
para los niños porque es una forma de estar en el presente, de tomar contacto con el aquí y ahora.
Los ejercicios que favorecen el Darse Cuenta de la fantasía ayudan a entrar en contacto con sus
emociones y favorecen la expresión. Para favorecer el Darse Cuenta de la zona interna se puede
utilizar el trabajo corporal mediante relajación o visualizaciones.
2-- El aquí y ahora. La terapia gestalt es una terapia que cree en el presente, es sólo en
el momento presente donde la terapia puede actuar donde el niño puede vivir experiencias que
fomenten el crecimiento y eliminen los bloqueos. Es el experimento el que crea oportunidades para
construir el yo y recobrar la autoconfianza. La terapia Gestalt rechaza el pasado porque no existe
ya, no se ocupa del futuro porque aún no ha llegado, enfatiza el poder del presente. (16)
3-- Figura- Fondo: Siempre hay una figura, algo que resalta del fondo, algo con más
fuerza, más relevante. Es labor del terapeuta ayudar al niño a centrar la figura. El niño nos va mostrar
la figura según su estar en la sesión, qué juegos elige, cómo juega o bien a través de lo que elige
dibujar o de la forma en que dibuja lo que le hemos pedido, es muy importante atender a la
fenomenología. El terapeuta pregunta para facilitar la expresión, juega o espera.
Según Shub la trampa de los terapeutas de la Gestalt, es preocuparse demasiado por
encontrar las figuras del presente y tratar de manera superficial los dilemas más complejos de los
pacientes, descuidando la emergencia de los patrones generales que marcan el desarrollo que ha
tenido el paciente hasta el presente.
El identificar y trabajar con estos patrones es importante, porque provienen del pasado
del paciente y se repiten sin conciencia. Fueron aprendidos a través de la introyección de conductas,
sentimientos, pensamientos, posturas ante la vida que no son cuestionadas, simplemente se
aprendieron de los padres, se repiten en automático, aun cuando a veces no tengan razón de ser o
vaya en contra de las necesidades, simplemente, la conducta introyectada es más fuerte que la
razón. Las personas cuentan con muchas horas de información y vivencias que han cincelado su ser,
su yo, su personalidad y que tienen un efecto muy profundo en su salud física y emocional. En el
desarrollo infantil estos patrones están en formación, el niño adquiere un sistema de creencias
acerca de sí mismo que conformará un patrón introyectado de comportamiento y manejo
emocional que lo marcará de por vida.
4-- El Contacto: Entrar en contacto con algo o alguien significa situarse y sentirse como
un ser viviente frente a otra persona a la que también se le reconoce su existencia. Entrar en
contacto con el self, con el cuerpo, con la respiración, con las actitudes corporales. Es muy
importante al tiempo que difícil, al niño no se le engaña con el lenguaje, él sabe cuándo el otro está
ahí para él. Los episodios de contacto son vitales para el niño, porque en muchos casos el niño que
acude a terapia está carente de ellos. El niño necesita ser reconocido por otro para poder llegar a
ser realmente el mismo.
5-- Las polaridades: El trabajo con polaridades es muy importante para los niños, su
aprendizaje parte de opuestos polares a partir de los cuales van conociendo la realidad. De esto
saben mucho los cuentos de hadas donde la realidad se muestra en opuestos, el bueno y el malo, el
feliz y el desgraciado etc.
Es gratificante y liberador para el niño poder utilizar en terapia polo opuesto al que
utiliza en su vida, es difícil pero gratificante atreverse a ser malo, contestón o triste. Actuar en
terapia aquello que no usa en la vida real facilita la integración de las polaridades.
6-- Satisfacción de necesidades: En el trabajo con niños es importante fomentar el
descubrimiento de sus necesidades, para ello en algunos casos tendrá que reaprender a escucharse.
La segunda parte será buscar vías para poderlas cubrir. En este aspecto es muy importante el trabajo
con el Contexto. (16)
La terapia Gestalt tiene un modelo teórico que lo describe, el Ciclo de la experiencia o
ciclo de satisfacción de las necesidades.
y las plantas necesitan un intercambio de alimentos, aire y desechos. Los seres humanos
necesitamos además un gran número de intercambios de tipo social: atención, cariño, sexualidad,
recono-cimiento, etc. Así como el cuerpo físico y las funciones fisiológicas se desarrollan mediante
la incorporación de nutrientes y la expulsión de desechos, los aspectos de interacción social nos
construyen como seres sociales y son una necesidad humana tan importante como el comer y el
beber. Si nombramos a esta idea como el “campo organismo/entorno”, vemos que hay una serie de
disciplinas que se ocupan únicamente del estudio del organismo (la medicina, la biología o la
fisiología) y otras que se ocupan únicamente del estudio del entorno (la sociología, la economía o la
historia). La psicología, desde el punto de vista de la terapia gestalt, no se ocuparía ni de una cosa
ni de la otra. En la expresión “organismo/entorno” la psicología estudia la barra inclinada, es decir,
estudia lo que ocurre en la frontera entre el organismo y su entorno: cómo se producen los
intercambios entre ambos, cómo hace el organismo para acceder al entorno y tomar de él lo que
necesita, cómo reacciona en función de cómo reacciona el entorno, cómo integra lo que toma del
entorno y lo convierte en una parte de sí mismo, cómo expulsa lo que no necesita. Si pensamos en
particular en las relaciones interpersonales, todo esto se puede traducir de múltiples formas: cómo
nos relacionamos con el otro, cómo pedimos lo que necesitamos de los demás, cómo nos afectan
sus reacciones, qué tomamos de los otros y qué no, cómo lo asimilamos para que nos nutra y
contribuya a nuestro crecimiento, etc.
Es importante recalcar que la terapia gestalt no concibe al organismo de forma aislada.
Un organismo es un organismo y su entorno, de forma indisoluble.
Como veremos más adelante, esto tiene un gran número de implicaciones. Por
ejemplo, las emociones no se pueden concebir como algo que pertenece únicamente al individuo
(que “tiene” tristeza, alegría o ira). Son más bien un fenómeno de la frontera, del intercambio: en la
orientación del organismo en su entorno aparecen las emociones como algo que tiene que ver con
ambos.
La idea de concebir al organismo/entorno como un campo organismo/entorno
extrapola un concepto, el de campo, que proviene de la Física. La extrapolación de esta idea al
ámbito de lo psicológico, concretamente a la psicología social, fue desarrollada por Kurt Lewin. La
terapia gestalt recoge ideas similares y habla del “campo organismo/entorno” de forma parecida a
como podríamos hablar del campo magnético de un imán. Un organismo afecta a los elementos de
su entorno, que están en su campo, y al mismo tiempo es afectado por ellos. El cómo “se siente” el
organismo es influido por lo que hay en su entorno, y el cómo “se siente” el entorno es influido por
lo que pasa en el organismo. Un paradigma de pensamiento individualista, por otro lado, tiene un
punto de vista centrado en el individuo como una entidad autocontenida, que se puede comprender
por sí misma sin dar una gran importancia al entorno que la rodea. La adopción de un paradigma u
otro tiene grandes implicaciones en la forma de hacer psicoterapia. Por ejemplo, desde un
paradigma individualista, el psicoterapeuta se puede concebir como un profesional que observa al
paciente desde una posición externa. Desde un paradigma de campo, la situación terapéutica se ve
necesariamente como un contexto en el que se juntan dos campos, el del paciente y el del
terapeuta, y es necesario tener en cuenta que el paciente está siendo influido por el terapeuta y el
terapeuta por el paciente. El encuentro entre ambos es una co-construcción y tiene características
de ambos. Un paciente no es el mismo paciente ante diferentes terapeutas y un terapeuta no es
el mismo terapeuta ante diferentes pacientes.
Una consecuencia de esta forma de entender lo que ocurre en la situación terapéutica
es que el terapeuta gestalt utiliza sus propios impactos en la sesión (cómo se siente, qué
pensamientos le asaltan, qué del paciente despierta su curiosidad) como una importante fuente de
información sobre el estado del campo co-construido que orienta su intervención. Por ejemplo, si
empieza a sentir tristeza ante el paciente, una tristeza que el paciente no nombra como propia, el
terapeuta se puede preguntar qué hace que la tristeza aparezca en el campo compartido. Esto
posiblemente le podría orientar hacia explorar los sentimientos de tristeza del paciente, o sus
pérdidas, o la inminencia de una separación, por nombrar algunas posibilidades.
Otra consecuencia de adoptar un paradigma de campo es el énfasis en el presente. La
realidad de la persona, el lugar donde se puede comprender o explicar su comportamiento, es el
campo presente. La transformación de ese campo tiene que tener lugar necesariamente en el ahora.
Desde ese punto de vista, los hechos pasados o los planes de futuro sólo interesan en tanto que
cobran interés ahora. Interesan el presente del pasado (cómo se recuerda el pasado ahora) y el
presente del futuro (cómo afecta ahora la anticipación del futuro). No hay un énfasis, por tanto, en
la reconstrucción de la historia pasada o en la preparación de conductas futuras, excepto si es algo
que tiene sentido desde el momento presente. El trabajo con el modelo de campo implica también
que cada situación es única. En consecuencia, el terapeuta gestalt debe sospechar de las
generalizaciones. Aunque los conceptos y teorías puedan proporcionar hipótesis que orienten la
exploración, la comprensión de cada situación se debe construir en cada situación y de forma
individualizada. La experiencia se concibe como algo provisional, en continuo cambio, y la
comprensión de esa experiencia ha de estar sometida también a una continua revisión. Lo que
parecía no relevante puede volverse relevante y viceversa. Una referencia interesante para
profundizar en el modelo de campo en terapia gestalt es Contacto y relación en psicoterapia, de
Jean-Marie Robine
17.- La autorregulación organísmica y el contacto:
La terapia gestalt considera que el organismo tiene una capacidad de autorregulación.
Es decir, el organismo, si se le deja en marcha, tiende a regular sus necesidades por sí solo, tiende a
corregir sus desequilibrios e ir hacia la estabilidad. Esta afirmación, aparentemente inocente, es una
importante declaración de principios. Significa que, para la terapia gestalt, el objetivo de la
psicoterapia no es “reprogramar” al organismo, instruirlo en unas conductas o inhibir otras para
conformarse a un criterio preestablecido de “salud”. El objetivo es más bien facilitar la recuperación
de la capacidad autorregulatoria del organismo, si ésta está dañada. Es el propio organismo el que
encuentra gracias a esto su propio equilibrio. En el trabajo terapéutico el énfasis está puesto en
cómo toma consciencia el paciente de sus necesidades y sus emociones, y en cómo puede
encontrar sus propias soluciones desde su propia experiencia y sus recursos, más que en
adiestrarlo en habilidades o proporcionarle hábitos de conducta que tengan sentido desde la óptica
del terapeuta. El cuestionamiento de fondo es: ¿cómo puede saber el terapeuta qué es más sano
para el paciente? La actitud del terapeuta que sabe qué es bueno para sus pacientes puede ser
puerta de entrada para prejuicios y estándares sociales que sean tomados como verdades
inamovibles sin ser puestos en cuestión. La terapia gestalt advierte contra esta posibilidad
proponiendo una actitud terapéutica de apertura hacia la autorregulación del paciente.
Así, pues, la terapia gestalt centra su atención en el conjunto de fenómenos que se dan
en la frontera entre el organismo y el entorno, conjunto de fenómenos que denomina también la
“frontera-contacto”. La primera frase del libro fundador, Gestalt Therapy dice: “La experiencia tiene
lugar en la frontera entre el organismo y su entorno, principalmente en la superficie de la piel y los
otros órganos sensores y de respuesta motora.” Ese mismo párrafo dice más adelante: “Usamos la
palabra ‘contacto’–’en tacto con’ objetos– como algo que subyace tanto a la consciencia por los
sentidos como al comportamiento motor.” El contacto es, por tanto, donde tiene lugar la
experiencia. Lo que llamamos experiencia nos llega como un conjunto de percepciones sensibles y
de movimientos musculares. Por eso, para el organismo el contacto es “la realidad primera, la más
simple”. Sin embargo, como veremos más adelante, el organismo puede reducir su contacto con el
entorno. Los seres humanos desarrollan mecanismos para regular su exposición al entorno que
reducen la calidad del contacto. Los sentidos pueden desensibilizarse y reducir la calidad de
percepción del entorno o de uno mismo. La persona puede moverse por el mundo con ideas
preconcebidas de la realidad que no corresponden con la realidad misma. Puede también inhibir su
movimiento y su acción para evitar una acción sobre el entorno que lo modifique. Hay múltiples
modalidades que consiguen que la energía del organismo (los sentidos, la musculatura) no se
movilice hacia el entorno. Así, la terapia gestalt tiene como objetivo recuperar la capacidad de
contacto de la persona para que pueda dirigirse hacia el entorno a satisfacer sus necesidades
(fisiológicas y relacionales), confiando en reestablecer así una sana autorregulación. El trabajo en el
contacto implica, por tanto, un trabajo sobre la percepción y el movimiento, las emociones, los
aspectos cognitivos, relacionales y de vinculación. Cómo percibo al otro y a mí mismo, cómo puedo
ir hacia el otro, cómo construimos la relación el otro y yo, por ejemplo, son cuestiones
fundamentales en el trabajo terapéutico gestáltico.
Un tema muy importante relacionado con esto es el hecho de que el proceso de
contacto es un proceso del campo organismo/entorno. El terapeuta es el entorno del paciente en
la sesión de terapia y por tanto gran parte de los temas citados en el párrafo anterior también se
van a movilizar en el terapeuta a través de sus momentos de contacto con los clientes. El terapeuta
también va a ver como se le hacen figura sus propias capacidades, su percepción de sí mismo, su
forma de construir relaciones o de gestionar la frustración, o su capacidad de percepción del otro y
de sí mismo. Si un paciente, por ejemplo, le cuestiona, o le intenta seducir, o le recuerda a alguna
persona con la que tiene un conflicto no resuelto, es posible que se despierte una reacción
emocional en él o ella que dificulte un contacto sano con el paciente. Esta es una de las razones por
las que la terapia gestalt, y en general las terapias humanistas, requieren que los terapeutas hayan
pasado por un proceso personal de terapia, en el que revisen su propio sistema de contactos,
historias no resueltas, etc., y también que mantengan de forma continuada una supervisión de sus
casos que les proporcione un punto de vista externo. Esta supervisión puede ser con terapeutas más
experimentados o también con un grupo de compañeros de apoyo que realicen una covisión.
antes de poderla tragar. Para asimilar unas ideas y hacerlas propias, como estás haciendo ahora al
leer este texto, es necesario cuestionarlas, cuestionar quizá al autor, “trocearlas” en conceptos más
pequeños, tomar lo que a uno le sirve y rechazar lo que no. De no ser así, uno puede acabar
“tragándose” la manzana entera, o el texto entero, de una manera en la que no puedan ser
asimilados por el organismo. No hay nutrición, no hay aprendizaje. En el trabajo psicoterapéutico,
los conceptos de ajuste creativo y de sana agresividad dirigen al terapeuta a incentivar la
exploración activa por parte del paciente de su entorno y hacia la búsqueda de soluciones
creativas que puedan incluir no solo adaptación, sino una agresión sana y creativa del entorno.
Por ejemplo, a veces atreverse a cuestionar a los padres, o a la pareja, o al psicólogo, puede ser un
ejercicio de agresividad sana muy difícil de sostener para algunas personas, y a menudo una vía
necesaria para la creación de nuevas formas de relación más nutritivas. A menudo, lo que empieza
siendo un ajuste creativo con el tiempo acaba convirtiéndose en un ajuste conservador. Por
ejemplo, un niño pequeño puede poner en marcha su autorregulación y realizar ajustes inhibiendo
la expresión de su tristeza para adaptarse a un entorno que no tolera esa emoción, como podría ser
el proporcionado por unos padres que se angustian mucho si ven a su hijo triste. “Si yo no estoy
triste nunca, mis padres no se preocuparán.” Esta regulación es un ajuste creativo en tanto que el
niño pone en marcha habilidades nuevas (disimular su tristeza con una sonrisa falsa, por ejemplo)
para ejercer un cambio en su entorno (tranquilizar a sus padres). Con ello consigue probablemente
su supervivencia en ese entorno. Si cuando, años después, este niño se hace adulto y continúa
utilizando con otras personas el mismo mecanismo (la inhibición de su tristeza), estamos ante un
ajuste conservador. Sigue haciendo lo que aprendió a hacer. Además, es posible que las nuevas
personas no vayan a reaccionar ante su tristeza como lo hacían sus padres, y aunque lo hicieran,
como adulto tiene otros recursos ante esa reacción de los que carecía de niño. Es necesaria una
cierta cantidad de agresividad sana para cuestionar ese patrón, por un lado, y, por otro, para
arriesgarse a expresar sus sentimientos de tristeza a otras personas. Esto sí sería un ajuste creativo.
Habría novedad.
19.- El self y sus funciones:
La palabra inglesa self se utiliza con frecuencia en la literatura psicológica, en particular
en terapia gestalt. Se traduce a veces por “el sí mismo”, pero muy a menudo se utiliza directamente
en inglés ya que es difícil encontrar un término en castellano que capte los matices que expresa este
término. Según el Oxford English Dictionary, self significa “el ser esencial de una persona que le
distingue de otras, especialmente considerado como el objeto de introspección o acción reflexiva.”
Es el origen de las expresiones myself, yourself, herself,
ourselves, etc. Es importante destacar que self no denota ninguna “cosa” que haya
dentro de la persona. La palabra myself no quiere decir “mi self”. No es un sustantivo sino un
pronombre reflexivo. “Mirarme en el espejo” se dice en inglés “to look at myself in the mirror”. Por
tanto, el uso de la palabra self no se refiere a ningún objeto (como da a entender la expresión “el
self”) sino a un conjunto de características “esenciales” de la persona que le distinguen de otras. En
terapia gestalt, como explicamos antes, se considera central el concepto de contacto, que nos habla
de cómo se da la interacción entre el organismo y su entorno. El self de la terapia gestalt, es decir,
lo que la terapia gestalt considera “esencial” en la persona, al menos psicológicamente, se define
consecuentemente como “el sistema complejo de contactos necesario para el ajuste en un campo
difícil. [...]
El self no se ha de pensar como una institución fija; existe donde y cuando hay de hecho
una interacción de frontera. Parafraseando a Aristóteles, ‘cuando el dedo se pincha, el self existe en
el dedo dolorido.’” Dicho de otra forma, el self se entiende como el proceso que regula la interacción
del organismo con su entorno, su sistema de contactos. Si utilizamos un símil actual, podríamos
entender el self como algo parecido al sistema operativo de un ordenador. Un sistema operativo no
es una cosa, es un programa: una secuencia de instrucciones muy compleja que regula todas las
interacciones del ordenador con su entorno (pantalla, micrófonos, conexiones a otros ordenadores,
etc.) Siendo un programa de computadora, no tiene sentido más que cuando es ejecutado por la
CPU, instrucción a instrucción, y se convierte en un "proceso" que se desarrolla progresivamente a
lo largo del tiempo. Los informáticos, de hecho, utilizan continuamente la palabra proceso y saben
que los programas solo se pueden entender adecuadamente observando su desarrollo temporal. Si
en un momento dado no hay ninguna tarea pendiente de finalización ni interacción con el entorno
el sistema operativo se queda latente. Se vuelve a poner en marcha cuando surge una “necesidad”
interna (por ejemplo, hacer copias de seguridad a una cierta hora) o externa (por ejemplo, se recibe
una petición de información a través de la red). En ese momento el sistema operativo moviliza los
recursos del ordenador y realiza los ajustes necesarios para atender a esa necesidad (en los ejemplos
de antes, poner en marcha el disco duro para grabar algo, o recopilar una información y enviarla a
través del cable de red).
Los sistemas operativos de los ordenadores necesitan cubrir una serie de funciones
como la organización de la memoria y qué se representa en ella, la gestión del tiempo con el uso del
reloj interno, la priorización de las tareas a realizar según su urgencia, etc. Estas funciones las llevan
a cabo diferentes procesos del sistema operativo y están siempre activas de forma simultánea,
aunque unas u otras puedan tener más relevancia en un momento dado según cuál sea la tarea a la
que se está atendiendo.
La “teoría del self” de la terapia gestalt [1] tiene un planteamiento similar (heredado,
en parte, del psicoanálisis). Divide conceptualmente el proceso del self en tres funciones distintas,
la función personalidad, la función ello y la función yo, que explicamos a continuación.
La función ello se define a menudo como “lo que empuja” hacia la acción, es decir,
aquello que lleva al organismo a contactar con el entorno, lo que necesita ser satisfecho. Estarían
aquí las necesidades, los deseos, las pulsiones, los apetitos, etc. Estas necesidades pueden activarse
por una necesidad que surge del organismo (llevo varias horas sin comer y algo me “empuja” a
buscar alimentos) o que surge de la situación (veo un bebé y me siento “empujado” a expresarle
cariño mediante gestos y sonidos). La función ello del self se percibe fundamentalmente a través de
sensaciones corporales. El terapeuta gestalt interpela a la función ello, por ejemplo, cuando hace
intervenciones como “¿qué sientes en el cuerpo cuando me cuentas esto?”, “mientras escuchas
esto que digo ¿qué ocurre con tu respiración?”, “¿qué hacen tus manos? (señalando unas manos
cerradas en puños)”. La función ello nos lleva necesariamente al presente porque sólo tiene sentido
en el presente, como lo que ahora me moviliza en alguna dirección. Hablar de lo que me movilizaba
el mes pasado, que ahora no siento, está más bien en el registro de la función personalidad.
Estas funciones pueden estar perturbadas de manera que impidan o dificulten una
interacción sana con el entorno. Por ejemplo, una persona puede tener una idea de sí misma
(función personalidad) que no corresponda con la realidad. Puede no sentir sus necesidades
corporales, como el hambre o la saciedad (función ello). Puede no ser capaz de tomar una decisión
y además no saber qué necesita para poder hacerlo (función yo). Puede tener sensaciones (función
ello) relacionadas con la ira, e interpretarlas como tristeza (función personalidad). En cada caso, las
intervenciones terapéuticas desde la terapia gestalt podrían ir dirigidas a explorar cada función para
ayudar a reestablecer un contacto sano. Esto, en los ejemplos anteriores, podría ser cuestionar un
autoconcepto, resensibilizar el cuerpo, explorar las posibilidades para poder tomar una decisión, o
reelaborar la comprensión de “qué estoy sintiendo” para hacerla coherente con la sensación
corporal.
Función del terapeuta en cada una de las fases del proceso de la Psicoterapia
Éste se guía por los siguientes principios, que marcan de manera general sus funciones
a lo largo del proceso terapéutico:
1. Comprender y estar consiente de cuál es su función en cada fase de la terapia: Para
el terapeuta es importante conocer cuál es su función estratégica y de trabajo en cada fase de la
terapia y cuáles herramientas son las más adecuadas para utilizar; porque esto le permitirá moverse
con libertad en cada fase de la terapia. Así podrá anticipar lo que se puede y no trabajar en cada
fase, y los resultados que obtendrá.
3. Aceptar al niño tal y como es. Identificar en qué nivel está y empezar desde ahí:
Aceptar al niño tal y como es, es un principio de la psicología humanista. Empezar desde el nivel en
que se encuentra es aceptarlo y comprender que no posee otros medios para relacionarse con su
ambiente. Cuando un terapeuta acepta al niño tal cual es, éste deja de luchar consigo mismo, deja
de culparse y se abre a nuevas oportunidades de aprendizaje.
Para que esto suceda, la terapia necesita ser un espacio libre de prejuicios y presiones
exteriores, en donde el niño se sienta seguro para ser él mismo y empezar a explorar hacia el interior
de su ser (Moustakas,
Iniciar la terapia en el nivel en que se encuentra el niño, es ubicar la etapa del desarrollo
por la cual transita. Comprender su forma de sentir, pensar, relacionarse y percibir la vida y los
sucesos que le acontecen. Es observar las dificultades que se le presentan al hacer contacto con sus
sentimientos, pensamientos, necesidades y relaciones con los demás.
4. El proceso terapéutico deberá facilitar el autoconocimiento del niño. Primero se trabaja con
lo que es más sencillo y confortable, antes de ir a lo difícil e incómodo: La comprensión de la función
del terapeuta en cada fase de la terapia, permite guiar el autoconocimiento del niño desde lo
sencillo hacia lo problemático. En cada fase se desarrollan los recursos internos que permitirán al
niño ir abordando su conflictiva emocional. Aunado a esto, el nivel en que se encuentra el niño nos
indica cómo necesita guiarse el proceso terapéutico partiendo desde lo que el niño puede manejar;
él cuenta con ciertas habilidades sensoriales, emocionales, intelectuales y sociales que lo capacitan
para interpretar la realidad y manejarse en ella. Al ubicarlas en un perfil, el terapeuta puede darse
cuenta de cómo guiar el proceso, cuáles dificultades presenta el niño a consecuencia de su
problemática e ir poco a poco profundizando en lo que se quiere. Ir de lo suave a lo profundo se
refiere a invertir el tiempo suficiente para que el niño aprenda de su sensorio, identifique sus
emociones, empiece a manejarse con cierta autonomía de pensamiento en función de lo que se da
cuenta, diferenciándose de introyectos negativos y las creencias erróneas acerca de él, se separe un
poco del deber ser. Es prepararlo para enfrentarse con sus proyecciones, introyecciones,
polaridades, resentimientos y conflictos con las personas significativas en su vida, que han
contribuido al surgimiento de su problemática emocional.
5. No forzar al niño a hacer o decir lo que no desea. Saber contrarrestar la resistencia, al tiempo
que se respeta el proceso del niño; así mismo, aceptarla de manera natural, no defensiva u
ofensivamente: Al identificar el nivel en que se encuentra el niño, el terapeuta es consciente de lo
que es capaz de sentir, expresar o hacer. Se sigue el principio de respeto a la individualidad del niño.
Cada vez que el niño siente que se acerca a alguna situación que no puede manejar, la resistencia
aparece, en forma de risas, bromas, aislamiento, enojo, llanto, etc., indicando la dificultad que
presenta el niño para ponerse en contacto con el material que ha emergido. El proceso está
diseñado para ir contrarrestando las resistencias en cada fase de la terapia; a través de ejercicios y
juegos el niño adquiere recursos para ir enfrentándose a su problemática. Aun así, la resistencia
aparece y el terapeuta necesita ser hábil para manejarla.
6. Enfocarse en los problemas específicos que se van presentando o que surgen. Estar alerta
constante y conscientemente del proceso de cada niño: Cada niño es un ser individual que responde
de manera particular al proceso terapéutico, haciéndose evidente en su tono de voz, respuesta
emocional, lenguaje corporal y verbal. De ahí la habilidad del terapeuta para comprender las
reacciones del niño, poner atención a cómo escucha, cómo interactúa y cómo expresa sus
sentimientos y pensamientos. Una herramienta terapéutica es un medio para abrir la
autoconciencia del niño, la forma en que responde denota su problemática particular y el terapeuta
necesita ir enfocando los problemas o figuras que surgen para conectarlos con el fondo inconsciente
del niño. Cada niño responde de manera diferente a una misma figura en el presente, porque cada
uno tiene una historia de vida única, con carencias, asuntos inconclusos y emociones en conflicto,
que lo hacen responder de acuerdo a lo vivido. El proceso terapéutico se enfoca en los problemas
específicos que van surgiendo y a partir de ahí se guía al niño a la solución de su conflictiva y a la
construcción de habilidades sensoriales, emocionales, intelectuales y sociales que le sirvan como
recursos para manejarse en su medio ambiente.
FASE INICIAL
Shub (1992), en su modelo longitudinal explica que en la fase inicial la mayoría de los
pacientes inician con muy poca comprensión del proceso terapéutico y de su rol dentro de éste. Los
esfuerzos en esta etapa, según él, deben encaminarse a desarrollar las habilidades de darse cuenta
y contacto que les permitirán prepararse intelectualmente para entender su rol en la terapia y llevar
su trabajo en un continuum de darse cuenta.
En el caso de la terapia para niños y adolescentes, la situación no difiere en mucho;
también llegan con poca o ninguna comprensión de lo que es la terapia. Se hace necesario que
asimilen el estilo de trabajo y desarrollen habilidades de darse cuenta y contacto que permitan el
libre fluir del proceso terapéutico. Por un lado, asimila el encuadre y por el otro se le enseña a
escuchar, describir su vivencia interna y externa, a tener mayor conciencia y movilidad corporal, a
moverse, tocar y sentir con más profundidad y de manera más completa; a aceptar y expresar sus
emociones y sentimientos sin temor a ser juzgado.
• Contestar a las siguientes preguntas: ¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú? y ¿Qué estamos
haciendo aquí?
• Trabajar la diferenciación (límites interpersonales) en las diferentes áreas de la
psicoterapia: Límites y Fronteras del Yo; Separación y límites; Manejo emocional y Relaciones
interpersonales.
Herramientas:
• Juego con enfoque terapéutico: Utilizado para desarrollar habilidades de darse cuenta
y contacto.
• Ejercicios directivos (ejercicios impresos para trabajar con aspectos específicos:
sentimientos hacia la familia, la percepción del maestro, la relación con los amigos, etc.)
• Procesos encaminados a trabajar con la diferenciación (dramatización y descripción).
• Técnicas para recuperar proyecciones positivas y negativas a nivel superficial.
Resultado:
• Organización del sensorio manifestado por una mayor claridad para describir, sentir,
experimentar e interpretar las sensaciones vividas a través de sus sentidos, dándoles un significado
y acciones acordes a las necesidades reales propias.
• Habilidad para describir el estado actual de su organismo. Hablar en primera persona
de sus sensaciones y emociones, relacionándolas con su experiencia.
• Ampliar su habilidad de darse cuenta de sus emociones y de las de los demás,
expresando sus necesidades reales.
FASE INTERMEDIA
Cuando se lleva un proceso planeado en el tiempo, en la fase intermedia el paciente se
encuentra dispuesto a trabajar explorando y experimentando con sus sentimientos, conductas y
partes rechazadas de su Self. En la fase inicial el paciente descubre ¿quién es él?; en esta fase
aprende ¿cómo expresa su Self en el ambiente?, las creencias introyectadas del pasado se
manifiestan y se trabajan. Empieza a verse como es con más claridad y experimenta con nuevas
formas de manifestaciones de su Self (Shub)
Herramientas:
Resultado:
• Resolución de los conflictos manifestados por el niño.
• Habilidad para expresar sus emociones negativas y positivas acordes a sus
necesidades y por vías aprobadas socialmente; y para aceptar las emociones de los demás.
• Mayores habilidades emocionales, manifestadas en una conducta más integrada y
adaptada al medio.
• Capacidad de darse cuenta que le permite ser consciente de las situaciones que
provoca en el ambiente, de expresar ideas y pensamientos propios, de tomar decisiones acordes a
sus necesidades, deseos, gustos y preferencias, y de aceptar con mayor responsabilidad y menor
problemática las obligaciones que le corresponden.
FASE FINAL
En la fase final, el motivo de consulta ha desaparecido (tal vez hace tiempo), el niño
demuestra un Self fuerte con fronteras bien delimitadas, su comportamiento es más completo, se
acepta, negocia y establece buenos contactos con su entorno y las personas que lo habitan.
Es la fase de interiorización del avance terapéutico en la que el niño incrementa su
atracción hacia apoyos externos a la terapia, es consciente de sus avances y de su capacidad para
actuar de manera autónoma, dejando abierta la posibilidad de regreso cuando así se requiera. Se
utilizan las últimas sesiones para poder recapitular sobre esto y trabajar en la despedida del niño de
su proceso y del terapeuta.
• Guiar el pensamiento reflexivo en el aprendizaje y las acciones hacia los logros tenidos
en la terapia y hacia nuevas formas de enfrentar las situaciones venideras.
• Corroborar el desarrollo de habilidades, la resolución de los conflictos, con el motivo
de consulta del niño y sus padres para darle de alta.
Herramientas:
• Juego estructurado.
• Ejercicios directivos encaminados al cierre en las diferentes áreas problemáticas.
• Procesos encaminados a la práctica de los nuevos aprendizajes, a experimentar en
fantasía situaciones futuras y formas de enfrentarlas.
• Procesos en caminados a la elaboración de la separación de la terapia y del terapeuta.
Resultado:
Hacer un dibujo:
Cada uno en un hoja y con estas colores que tienen delante, van a tratar de dibujar
cómo representarían a su hijo. No tiene que ser un dibujo realista, más bien tiene que ser un dibujo
abstracto, casi sin formas y con colores. Luego que han terminado me avisan. Tienen 10 minutos
para hacerlo. Ahora que han terminado intercambien su dibujo con su pareja, ahora, tómense un
tiempo para ver el dibujo de su compañero y escriban en la parte de atrás del folio, diez
características que les sugiera el dibujo, no su hijo, sino el dibujo hecho, características de lo que
ven dibujado. Por ejemplo: suave, apagado, brillante, etc. una vez que tengan las características
escritas, vuelvan a ver el dibujo y traten de ponerle un título que les resuene. Ahora, vuelvan a
cambiarse de dibujo y cada uno quede con el que dibujó. Lean el título y traten de sentir cómo lo
sienten, y luego lean las características escritas atrás y traten de ver si es que esas características
tienen que ver más con ustedes mismos o con su hijo. Comentar el ejercicio lo que reste de la sesión.
Que por ejemplo la persona para defenderse de ser pasiva domina a todo el mundo,
cuando en verdad, lo que tendría es que ser más activo. ¿Qué características creen ustedes que
tiene su hijo ya sea de una polaridad o de la otra, y cuál creen que no es aceptada por cada uno de
ustedes?
Hoy vamos a revisar qué cosas hacemos o dejamos de hacer para que nuestro hijo
no sea como las características que pusimos en la segunda lista, en la de los opuestos. Comentemos
un poco qué cosas hago por ejemplo para que mi hijo no sea pasivo, o dominante, o débil o tonto
etc., o qué dejan de hacer para que él no sea estudioso, sano, cariñoso, conversador.
Ejercicios de fantasía
Hoy vamos a cerrar un poco los ojos, respirar unos segundos y ponernos en contacto
con nuestro cuerpo. Quiero que por un momento traten de visualizar a su hijo. Traten de ver cómo
está, con quién está, qué está haciendo, qué edad tiene. Ahora imagínenselo dentro de 5 años, qué
es lo que hace, cómo se siente, con quién está, si está solo o acompañado cómo es su vida. Ahora
imagínenselo otros 5 años mayor, nuevamente traten de visualizar dónde está, con quién está si
está con alguien, qué hace, cómo se siente, cómo es su vida, si les dice algo. Ahora imagínenselo 5
años mayor aún, ¿Qué ven en él? Los ven diferente, distinto, ¿en qué? Traten de ver qué está
haciendo, cómo se siente y qué quiere decirles. Y prosigan este ejercicio así hasta llegar por lo menos
hasta los sesenta años del hijo. Este ejercicio sirve para rescatar información de tipo inconsciente
que ha recibido los padres de parte de su hijo y que la tienen almacenada sin darse cuenta y de
algún modo les muestra de manera pausada y sin ansiedad, el desarrollo de las cosas que en la
actualidad están haciendo por su hijo.
Cierren sus ojos y respiren lentamente, tratando de llegar a todas las partes de su
cuerpo, una vez que hayan alcanzado la relajación imagínense que cada uno de ustedes va
retrocediendo en el tiempo, ahora tienen 5 años menos, luego otros cinco años menos, ahora otros
cinco y así sucesivamente hasta llegar a la edad de su hijo. Ahora traten de visualizarse cómo se ven,
cómo ven a su pareja, y luego cómo ven a su hijo. Fíjense dónde están, describan mentalmente el
sitio, cómo ven a su hijo ahora que tienen su misma edad, ¿y qué es lo que quieren hacer? Traten
de establecer algún contacto con él, físico, emocional, hablar, correr. Traten de escuchar que les
dice él, pregúntenle algún consejo que ustedes quieran saber. Pregúntenle cómo los ve a ustedes y
traten de abrirse a lo que les diga.
Ahora escojan un sitio para ir juntos, y una vez allí jueguen un rato y luego
despídanse y empiecen a crecer, tiene 5 años más y luego 5 más y así sucesivamente hasta llegar a
la edad de ahora. Ya pueden abrir los ojos. Vamos a comentar lo que vieron y lo que sintieron.
“Hoy vamos a explorar un poquito la infancia de ustedes. Cierren sus ojos, pónganse
cómodos y empiecen a respirar como han aprendido, tranquilos, suavemente, tratando de que
llegue su respiración por todo el cuerpo hasta los pies, hasta las puntas de las manos y de la cabeza,
muy bien. Ahora vamos a empezar a retroceder en el tiempo, tiene 5 años menos, visualicen dónde
están, que hacen, cómo se sienten. Ahora retrocedan 5 años más, visualicen nuevamente dónde
están, qué hacen, cómo se sienten, y así sucesivamente ir llevándolos hasta los años parecidos a los
del hijo que es nuestro paciente. Traten de ver dónde están, con quién se encuentran, traten de
ver si es que está su madre o padre cerca. Si no es así, búsquenlo. Traten de encontrarlo. Una vez
que lo hayan hecho, traten de visualizar cómo se ven junto a él, qué sensaciones tienen, cómo lo
ven a él, qué piensan de el, qué sensaciones tienen, cómo lo ven a él, qué piensan de él, qué
quisieran de él. Hagan un diálogo desde su niñez con su padre o madre, pregúntenle algo que
quieran saber, algún consejo que les pueda ayudar luego con su hijo, alguna petición que quisieran
hacerle para ustedes mismos, algo que necesitaban antes y también ahora de él (todos estos puntos
poco a poco, para que los padres tengan tiempo de conectarse con las imágenes y poder hacer el
diálogo que le estamos pidiendo)
Traten de pensar en algo que quisieran decirle antes de despedirse, ¿qué es lo que
les contesta?, ¿qué es lo que les dice? Ahora vamos a hacer lo mismo, nos despedimos del padre
con el que estábamos hablando y vamos a buscar al otro y volvemos a hacer lo mismo, tratamos de
verlo, describir cómo lo vemos, qué es lo que vemos, cómo nos sentimos delante de él, que le
queremos preguntar o decir, qué consejo nos interesa oír y cuál no. Qué queremos decirle que no
le hayamos dicho antes, cómo se sienten así de niños o prefieren hacerse mayores. Una vez que
termine su diálogo se despide también de él y poco a poco van creciendo, tienen 5 años más, y
luego otros 5 más y luego 10 más hasta llegar a su edad de ahora y llegar hasta aquí donde estamos
reunidos. Ahora vamos a comentar un poco lo que sintieron, lo que vieron y de lo que se dieron
cuenta.
Todos estos ejercicios son importantes para que los padres cooperen y se sientan
dispuestos y motivados, y que cuando les expliquemos eso, que necesitamos su colaboración desde
una experiencia propia de ellos, y no una reunión más donde solamente se hable del niño y del
informe mensual, “esto hizo bien , aquello no”. Otros padres pueden tomarlo con deportividad y
hasta de forma lúdica y divertirse. Otros padres más adaptados o más obedientes intentarán
sentirse animados y hasta motivados con nuestra propuesta. Con todo esto lo que quiero hacer
notar, es que no es común, al menos por ahora que cuando van unos padres a consultar sobre su
hijo, se vean involucrados ellos también a nivel de ejercicios y experiencias con el terapeuta de su
hijo. Por esto debemos ser tolerantes, comprensivos y amables, cuando veamos las diferentes caras
de espontaneidad que nos reflejan a pesar de todo un horror a la escena y al actuar, o a verse
expuesto (como en los teatros cuando uno va a ser espectador y al final termina actuando a la
fuerza).
Habrá padres que se lo tomen de broma y tratarán de evitar sensaciones con risas
o chistes o comentarios fuera de tono. No se impacienten ni se irriten porque no nos toman en serio.
Es comprensible, vinieron aparentemente por una cosa (un problema con el niño) ¡y terminan ellos
haciendo los deberes! Así que mi consejo es que no se desanimen, y que cuando lancen la propuesta
no la hagan con miedo ni con temor al rechazo, pues lo más probable es que suceda así, ya que
estaremos más dispuestos a buscar todos los signos que nos indiquen “estamos haciendo el ridículo”
más que las señales de bienvenida. Para esto, es mejor estar convencidos de lo que se está haciendo,
como en todo, y yo les aseguro que funciona y muy bien. Hay padres además muy entusiasmados
con todo esto, pues se animan a veces a hacer alguna experiencia de crecimiento personal, unos de
tipo breve o focalizada y otras un periodo más largo.
Otro consejo si es que son novatos, es que empiecen con padres que son
colaboradores y están muy motivados, ya que son aquellos a quienes les divertirá la idea y que
además están dispuestos a ayudarles en lo posible. Conforme la terapia está avanzando y el niño y
los padres también, de acuerdo a la evaluación que ustedes hagan del proceso, estas sesiones
mensuales pueden ser espaciadas a una cada dos meses y luego a una a cada tres. Es importante
que en esta sesión no se centre tan sólo en el rendimiento o no del niño, por ejemplo en el colegio
y donde sólo el tema de si ha avanzado o no en las notas que trae o deja de traer. Nosotros, por más
que estemos de acuerdo con que un niño debe rendir en el colegio y aprender, este no es sino uno
de los muchos puntos que se tocarán en el desarrollo del niño y que contribuirán a convertirlo en
una persona adecuada, adulta, espontánea y creativa.
Generalmente tiendo a insistir sobre este tema y desde el principio digo que así es
mi método de trabajo para que funcione. Puede haber casos en que uno de los dos empiece a faltar
o se ausente frecuentemente. Intento y sigo peleando por la cita mensual de ambos, y si en el peor
de los casos, uno de ellos se mantiene en su posición que no quiere ir para nada a las sesiones,
recibo al padre que sí están de acuerdo con ir y trabajamos algo la ausencia del otro y cómo esto
puede tener que ver con otras situaciones donde ellos no solo están en desacuerdo, desde el
pensamiento, palabra o emoción sino también desde el acto
Por último, no me canso de insistirles que lo más importante para el niño que nos
viene a sesión son sus padres, actúen ellos correctamente o no, y por esto debemos intentar
quererlos y tratar de ser un buen equipo en el tratamiento de la problemática del niño. Si están ante
nosotros, de algún modo es porque han reconocido, aunque sea con esfuerzo o lentitud, que algo
no están manejando bien, que algo se les escapa y que hay sufrimiento tanto en el niño como en
la familia. Por esto han llegado hasta nuestra consulta y por esto en algo intentan escucharnos,
aunque muchas veces la ansiedad y los fantasmas propios de cada uno, obstaculicen el claro camino
hacia el objetivo.
Recordar que son los padres y que ellos son los importantes junto a su hijo en el
éxito de la tarea. Nosotros en algún momento desapareceremos ya de sus vidas, y serán ellos los
que seguirán tratando de vivir juntos lo mejor posible, o al menos tratando de ser consecuentes con
lo que quieren y desean y nosotros trataremos de ayudarles a conseguirlo, sin mucha culpa ni
ansiedad, sin tantos temores ni angustias. Tan sólo paso a paso y aprendiendo a ver al otro,
escucharle y hablarle, esto ya es importante como logro.
Las sesiones de los padres, no deben ser aprovechadas por el terapeuta para
trabajar cosas individuales, aunque lo viera necesario, ya que sería saltarnos la ética y hacer trampa
y además no hacerlo bien. Hemos quedado que era para trabajar las cosas de ellos en relación a su
hijo y la problemática, y no estaría bien para el niño ni para los padres mezclar terapias. Si vemos
que con los ejercicios mensuales alguno de los padres se moviliza demasiado, es necesario
recomendarle alguna terapia de tipo individual.
Es cierto que muchas veces las sesiones con los padres pueden ser incómodas,
tensas, silenciosas o de mucha confrontación, otras son muy resistentes o muy manipuladas, pero
siempre, siempre, a pesar de nuestras escenas temidas puestas ahí, es necesario que las incluyamos
dentro de nuestra herramienta de trabajo de terapia infantil, y no nos defraudarán los resultados.
Jugando a la fila
Este ejercicio se puede hacer en grupo o nosotros hacerlo con el niño. Nos ponemos
en el centro de la habitación y uno va a indicar diferentes cosas que el otro va a hacer. Por ejemplo:
“supongamos que estamos nadando, uno, dos, uno, dos”
“ahora que estamos remando sentados en el bote”
“ahora somos gondoleros y remamos de pie”
“ahora viene un avión volando muy bajo y nos tenemos que agachar”
“ahora la lluvia nos empapa y nos protegemos con nuestras manos”
“estamos yendo por un túnel y no vemos nada así que cierren sus ojos y traten de
caminar despacito”
“ahora tenemos que entra a una cueva pequeñita”
¿Cómo hacemos?
“ahora tenemos que soplar para apagar unas velas”
“soplar para apagar el fuego”
“soplar para que se vaya un mosquito”
“soplar para espantar una mariposa”
“soplar para que se quite un pelo de la nariz”
“de los ojos”
“de la frente”
“de la boca”
“del vestido”
“ahora nos ponemos a hacer clases de aeróbicos”:
abdominales
ejercicios de piernas
de caderas
de cintura
de cuello
de pies
de correr en el sitio.
Si tú no me quisieras…
Cambiando el día
Este juego sirve para cuando el niño venga con un mal día, ya sea porque le fue mal
en el colegio, o simplemente porque es un día donde no se ha sentido bien. Vamos a hablar de todo
lo que ha pasado hoy, de cómo te has sentido, de lo horrible que ha sido. Ahora que ya lo has
contado vamos a cambiarlo a peor, mucho peor, ¿Qué cosas peores aún te podían haber pasado
que las que ya has tenido hoy? Y ahora las vamos a cambiar a peor aún más, mucho peor, que sea
pésimo ¿cómo sería? Ahora vamos a respirar unas cuantas veces y luego vamos a cerrar los ojos con
fuerza y empezar a soplar muy fuerte para hacer que este día tan malo se vaya con el aire, así muy
bien. Ahora cógelo con tu mano y tira todo por la ventana, ahora haz un dibujo de cómo te sientes.
Pintando el día
Se reparten hojas de papel a los niños, y los colores o ceras de color para pintar. Y les
explico lo siguiente: “hoy vamos a pintar el día, ¿se imaginan que pueden hacerlo? Ustedes serán
los artistas del día, fíjense, cierren los ojos un momento y traten de recordar el día de hoy, ¿de qué
color lo ven? Ahora abran los ojos e intenten pintar el día, como quieran, de color o de colores que
quieran, pinten la mañana, ahora pinten el mediodía, ahora pinten la tarde, y luego el atardecer y
la noche y la medianoche, ¿la han visto alguna vez? Y ahora el amanecer.
Ahora vamos a utilizar pinturas de dedos. En cada hoja de papel van a pintar una línea
diferente por ejemplo: “pinten unas líneas alegres”. Ahora pinten unas líneas miedosas, y ahora
pinten unas líneas muy molestas, enfadadísimas, ahora unas líneas nerviosas, ahora unas líneas
cobardes, ahora unas hambrientas, ahora unas peleándose, ahora unas amistándose, ahora unas
gritonas, ahora unas en paz, ahora unas cansadas, ahora unas dormidas.
Ahora vamos a pintar en una cartulina muy grande. Cada uno va a escoger un pedazo
de espacio de la cartulina y va a dibujar y pintar algo de vuestro mundo que quisiera darle a alguno
del grupo. Puede ser una emoción, un juguete, un recuerdo, una palabra, etc. todos juntos luego
vamos a ver el cuadro y diremos por qué hemos elegido eso que hemos pintado.