Seriec 184 Esp
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https://www.corteidh.or.cr/docs/supervisiones/castañeda_28_08_13.pdf
presentes, además,
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA
*
El 7 de mayo de 2007 el Juez Sergio García Ramírez, de nacionalidad mexicana, se excusó de
conocer el presente caso en los términos de los artículos 19.2 del Estatuto y 19 del Reglamento, lo cual fue
aceptado por el Tribunal.
2
Verduzco como agente, y al señor Joel Antonio Hernández García, a la señora María
Carmen Oñate Muñoz y al señor Alejandro Negrín Muñoz como agentes alternos 1.
II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE
1
Cfr. escrito del Estado de 31 de mayo de 2007, recibido el 1 de junio de 2007 (expediente de fondo,
tomo I, folios 108 a 110).
2
El 11 de mayo de 2007 se informó al Estado que podía designar un juez ad hoc para que participara
en la consideración del presente caso. El 15 de mayo de 2007 la Comisión Interamericana manifestó que “la
figura del juez ad hoc nos es aplicable en casos originados por denuncias sobre violaciones a derechos
humanos presentadas por individuos”. El 8 de junio de 2007, el Estado designó al señor Claus Werner von
Wobeser Hoepfner como juez ad hoc, quien manifestó su aceptación al cargo el 28 de junio de 2007.
4
3
A esta audiencia comparecieron: a) por la Comisión Interamericana: Florentín Meléndez y Santiago
Cantón, Delegados, y Juan Pablo Albán y Lilly Ching Soto, Asesores; b) por los representantes de la presunta
víctimas: Fabián Aguinaco Bravo, Santiago Corcuera Cabezut y Federico Reyes Heroles; y c) por el Estado:
Juan Manuel Gómez-Robledo, Embajador y Subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de
la Secretaría de Relaciones Exteriores; Miguel Alessio Robles, Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal; María
Carmen Oñate Muñoz, Embajadora Titular de la Embajada de México en Costa Rica; Joel Hernández García,
Embajador Consultor Jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Carlos Aguilar Suárez, Titular de la
Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación; Rolando
Wilfredo de Lassé Cañas, Director Jurídico del Instituto Federal Electoral; Alejandro Negrín, Ministro Director
General de Derechos Humanos y Democracia de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Ana Luz Brun
Iñarritu, Directora General de Consultas y Estudios Constitucionales, Consejería Jurídica del Poder Ejecutivo
Federal; Víctor Manuel Uribe Aviña, Consultor Jurídico Adjunto de la Secretaría de Relaciones Exteriores; José
Luis Alcudi Agoya, Director General Adjunto de Comunicación Social de la Secretaría de Relaciones
Exteriores; José Ignacio Martín del Campo, Director de Litigio de la Secretaría de Relaciones Exteriores; y
Jorge Ulises Carmona Tinoco, Asesor Externo del Instituto Federal Electoral.
5
12. Por otra parte, los días 24 y 31 de enero de 2008, 6 y 7 de febrero de 2008, 28
de abril de 2008, 7 y 21 de julio de 2008, el Tribunal recibió, respectivamente, escritos
en calidad de amicus curiae de parte de las siguientes personas e instituciones: Jorge
Santistevan de Noriega; Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México; un grupo de
alumnos, ex alumnos y académicos de la Maestría en Derechos Humanos de la
Universidad Iberoamericana de México; Grupo Parlamentario del Partido Convergencia;
un grupo de estudiantes de postgrado y de licenciatura de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Autónoma de México; Socorro Apreza Salgado, Ricardo Alberto
Ortega Soriano y Jorge Humberto Meza Flores de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Autónoma de México; y del señor Imer Flores del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
III
EXCEPCIONES PRELIMINARES
4
Cfr. Caso Kimel Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de mayo de 2008.
Serie C No. 177, párr. 16.
6
16. El Estado alegó que en el presente caso no hubo un acto de aplicación de la ley
debido a que el señor Castañeda Gutman solicitó el registro de su candidatura en
marzo de 2004 cuando el proceso electoral al que deseaba presentarse, que se llevaría
adelante en el año 2006, no se había iniciado. Se trató de una solicitud extemporánea
tanto respecto del inicio del proceso electoral ocurrido el 6 de octubre de 2005 como al
de registro de candidaturas iniciado el 1 de enero de 2006, conforme a lo previsto por
la legislación electoral. Asimismo, no hubo aplicación de la ley porque al responder
dicha solicitud extemporánea, la autoridad administrativa electoral sólo informó al
señor Castañeda Gutman lo establecido en las normas que regulan la materia, en tanto
su solicitud fuera de plazo condicionaba los demás requisitos. El hecho de que la
autoridad electoral aludiera en su respuesta al requisito legal de ser nominado por un
partido, no implicó la aplicación de dicha norma en detrimento de la presunta víctima,
ya que para ello tendría al menos que haber iniciado el proceso electoral y haber
presentado el señor Castañeda Gutman su solicitud en la etapa correspondiente de
registro de candidaturas. La Corte Interamericana sólo es competente para conocer de
un caso si la ley, en efecto, fue aplicada en el caso concreto, no pudiendo decidir si una
ley es contraria a la Convención Americana si la misma no afectó los derechos y
libertades protegidos por la Convención, como en el presente caso.
18. Los representantes alegaron que la Corte tiene facultad para conocer casos
sobre leyes incompatibles con la Convención cuando las mismas sean de aplicación
inmediata, e independientemente de si el artículo 175 del COFIPE reúne o no las
características de una norma de aplicación inmediata, lo que buscaba la presunta
víctima era la inaplicación de dicha norma. El acto de autoridad singular y concreto
impugnado fue precisamente la negativa del IFE a conceder el registro de la
candidatura del señor Castañeda Gutman en aplicación, entre otras normas, del
artículo 175 del COFIPE; lo que se alegó en la demanda de amparo así interpuesta fue
precisamente la incompatibilidad del artículo 175 del COFIPE con la Convención y por
ende con la Constitución Política, pues en efecto, la pretensión final era impugnar la ley
misma, no en sentido abstracto, sino para alcanzar el efecto concreto de lograr el
registro de la candidatura. Por último, señalaron que la Corte, cuando ha encontrado
5
El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) fue abrogado y sustituido
por un nuevo código que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 14 de enero de 2008. El artículo
175 y otros del COFIPE a los que se hace referencia en esta sentencia son los vigentes al momento de los
hechos. Cfr. escrito de alegatos finales de los Representantes (expediente de fondo, tomo IV, folio 1140).
7
que una disposición de orden jurídico interno no se encuentra alineada con el orden
jurídico interamericano, ha decidido que el Estado concernido debe reformar su
legislación.
*
* *
“[p]or lo antes fundado y motivado […] informo, que el derecho a ser postulado y ser
votado para ocupar un cargo de elección popular a nivel federal, sólo puede ejercerse a
través de alguno de los partidos políticos nacionales que cuenten con registro ante el
Instituto Federal Electoral.
Por último, el artículo 177, párrafo 1, inciso e) del Código de la materia, indica el plazo
para el registro de candidaturas para Presidente de los Estados Unidos Mexicanos,
mismo que abarca del 1º al 15 de enero del año de la elección.
Por lo antes expuesto, no es posible atender su petición en los términos solicitados […]”.
20. Ante esta decisión del órgano administrativo electoral, el señor Castañeda
Gutman recurrió a la vía judicial, donde dicha decisión fue considerada en primer lugar
por la Juez Séptimo de Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal, en el
marco del recurso de amparo interpuesto por la presunta víctima. Dicha Juez consideró
su competencia para conocer de la inconstitucionalidad sobre ciertas disposiciones del
COFIPE impugnadas por la presunta víctima y sobre el oficio de la Dirección de
Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE de 11 de marzo de 2004 como el acto concreto
de aplicación de los preceptos reclamados. La Juez Séptimo de Distrito en Materia
Administrativa del Distrito Federal estableció que era necesario determinar si el juicio
de amparo resultaba procedente cuando se reclamaba la afectación de derechos
sustantivos relacionados con derechos políticos, por virtud de un acto concreto de
aplicación de un ordenamiento de materia electoral, considerando que el oficio
mencionado constituía el acto concreto de aplicación de la ley. En igual sentido, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación consideró dicha actuación como el acto de
aplicación de la ley a los efectos de su examen y resolvió sobreseer “[…] en el juicio de
garantías promovido por Jorge Castañeda Gutman respecto del acto concreto de
aplicación contenido en el oficio número DEPPP/DPPF/569/04 de once de marzo de dos
mil cuatro, emitido por el Director Ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos del
Instituto Federal Electoral”.
*
* *
21. La Corte observa que el señor Castañeda Gutman solicitó su registro como
candidato ante el IFE, es decir, ante el órgano administrativo que conforme a la ley, el
Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, es la autoridad
encargada de recibir las solicitudes de registro de candidaturas. El 11 de marzo de
2004 la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE comunicó al
solicitante que de acuerdo con lo establecido en el artículo 175 de dicho Código “ el
derecho a ser postulado y ser votado para ocupar un cargo de elección popular a nivel
8
federal, sólo puede ejercerse a través de alguno de los partidos políticos nacionales”.
Asimismo, le comunicó que el artículo 177, párrafo 1, inciso e) del mismo ordenamiento
establece que el plazo para registrar candidaturas para Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos abarca del 1 al 15 de enero del año de la elección. Esta autoridad
concluyó que por dichos motivos “no [era] posible atender [la] petición en los términos
solicitados”, decisión que fue recurrida judicialmente por el señor Castañeda Gutman y
revisada por tribunales locales. En efecto, la Corte observa que las propias autoridades
judiciales del Estado consideraron la decisión del Instituto Federal Electoral como un
acto de aplicación de la ley en virtud del cual realizaron el examen pertinente (supra
párr. 20).
23. El Estado argumentó que la Corte carece de competencia para conocer sobre el
fondo del presente caso debido a la ausencia absoluta y deliberada de la presunta
víctima al proceso electoral que inició el día 6 de octubre de 2005. Al respecto, señaló
que al no presentar el señor Castañeda Gutman su solicitud de registro de candidatura,
dentro del plazo establecido, es decir, entre el 1º y el 15 de enero de 2006, “[…] la
autoridad electoral quedó en imposibilidad fáctica y jurídica de considerar los méritos
de la procedencia de la inscripción del [señor Castañeda Gutman] para participar en el
proceso electoral”, situación que hizo imposible otorgarle la calidad de candidato e
impidió su participación en el proceso electoral. Asimismo, sostuvo que la presentación
de la solicitud dentro del plazo es el requisito sine qua non para participar en el
proceso electoral y de ser el caso, para agotar los procedimientos jurisdiccionales
ulteriores previstos como medios de impugnación. Dicho requisito no puede ser
sustituido, obviado ni anticipado. Con base en lo anterior, el Estado sostuvo que la
Comisión debió proceder a declarar la inadmisibilidad de la petición “[…] por una
evidente falta de agotamiento de recursos internos […] por la falta de presentación del
[señor Castañeda Gutman] de solicitud alguna en la fecha de registro dentro del
proceso electoral”.
*
* *
*
* *
30. El Tribunal ha desarrollado pautas claras para analizar una excepción basada en
un presunto incumplimiento del agotamiento de los recursos internos. Primero, la Corte
ha interpretado la excepción como una defensa disponible para el Estado y, como tal,
puede renunciarse a ella, ya sea expresa o tácitamente. Segundo, esta excepción debe
presentarse oportunamente con el propósito de que el Estado pueda ejercer su
derecho a la defensa. Tercero, la Corte ha afirmado que el Estado que presenta esta
11
excepción debe especificar los recursos internos que aún no se han agotado y
demostrar que estos recursos son aplicables y efectivos 6.
31. El Estado alegó por primera vez la supuesta falta de agotamiento de recursos
internos en su primera actuación en el procedimiento ante la Comisión, de fecha 18 de
enero de 2006, cumpliendo así con la presentación oportuna de la excepción
preliminar. Asimismo, en dicha comunicación el Estado señaló que los artículos 8, 79 y
83 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral (en
adelante “Ley de Impugnación Electoral”) prevén el juicio para la protección de los
derechos político-electorales del ciudadano, el cual debe interponerse cuatro días
después de que se tenga conocimiento del acto de autoridad que se quiera impugnar y
será resuelto en única instancia por la Sala Superior del Tribunal Electoral. El Estado
alegó que dicho recurso era la vía idónea prevista en la Ley de Impugnación Electoral
para la protección de los derechos políticos que alegadamente se habrían violado, y
que el señor Castañeda Gutman no lo agotó sino que, en cambio, presentó un recurso
inadecuado conforme al ordenamiento jurídico mexicano para impugnar un acto de una
autoridad en materia electoral. De esta manera el Estado cumplió su obligación de
señalar los recursos que entendía que aún no habían sido agotados.
33. Al interponer dicha excepción preliminar ante la Corte, el Estado alegó, como lo
hizo ante la Comisión, que el citado juicio para la protección de los derechos político-
electorales del ciudadano era un recurso disponible, adecuado y eficaz. Al respecto, la
Comisión y los representantes de la presunta víctima sostuvieron que dicho recurso no
era efectivo, y que por ello, en primer lugar, no debió ser agotado y, en segundo lugar,
la falta en México de un recurso sencillo, rápido y efectivo para impugnar la
constitucionalidad de una ley que presuntamente afectaba los derechos políticos del
señor Castañeda, constituía una violación del artículo 25 de la Convención Americana.
7
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 6, párr. 91; Caso Fairén Garbi y Solís Corrales Vs.
Honduras. Excepciones Preliminares. Sentencia de 26 de junio de 1987. Serie C No. 2, párr. 90; y Caso
Godínez Cruz Vs. Honduras. Excepciones Preliminares. Sentencia de 26 de junio de 1987. Serie C No. 3, párr.
93.
12
35. Por ello, en reiteradas ocasiones la Corte ha analizado los argumentos relativos
a dicha excepción preliminar conjuntamente con las demás cuestiones de fondo 8.
36. En razón de que un análisis preliminar sobre la efectividad del juicio para la
protección de los derechos político-electorales del ciudadano significaría una
manifestación sobre la compatibilidad de dicho recurso con la Convención Americana,
lo que podría llevar eventualmente a la determinación de una violación a la
Convención, este Tribunal considera indispensable analizar los argumentos de las
partes a ese respecto en el fondo del caso al determinar la existencia o no de una
violación al artículo 25 de la Convención Americana.
38. La Corte establecerá los criterios relevantes para analizar los planteos
mencionados, sintetizará los alegatos de las partes y, finalmente, resolverá dichos
cuestionamientos.
9
Cfr. Caso Las Palmeras Vs. Colombia. Excepciones Preliminares. Sentencia de 4 de febrero de 2000.
Serie C No. 67, párr. 34; y Caso Luisiana Ríos y otros Vs. Venezuela. Resolución de la Corte de 18 de octubre
de 2007, Considerando 2.
13
41. Asimismo, en este sentido la Corte destaca lo dicho desde su primer caso
contencioso, en el sentido de que en la jurisdicción internacional la inobservancia de
ciertas formalidades no siempre es relevante, pues lo esencial es que se preserven las
condiciones necesarias para que los derechos procesales de las partes no sean
disminuidos o desequilibrados, y para que se alcancen los fines para los cuales han
sido diseñados los distintos procedimientos15.
42. Por último, la parte que afirma que una actuación de la Comisión durante el
procedimiento ante la misma ha sido llevada a cabo mediante un error grave que
10
Cfr. Control de Legalidad en el Ejercicio de las Atribuciones de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (arts. 41 y 44 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva
OC-19/05 de 28 de noviembre de 2005. Serie A No. 19, Punto Resolutivo primero.
11
Cfr. Control de Legalidad en el Ejercicio de las Atribuciones de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (arts. 41 y 44 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos), supra nota 10,
Punto Resolutivo segundo.
12
Cfr. Control de Legalidad en el Ejercicio de las Atribuciones de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (arts. 41 y 44 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos), supra nota 10,
Punto Resolutivo tercero.
13
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 6, párr. 29; Caso Trabajadores Cesados del Congreso
(Aguado Alfaro y otros) Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24
de noviembre de 2006. Serie C No. 158, párr. 66; y Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No.
170, párr. 15.
14
Cfr. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros), supra nota 13, párr. 66; y
Caso del Pueblo Saramaka, supra nota 6, párrs. 32 y 40.
15
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 6, párr. 33; Caso Baena Ricardo y otros. Excepciones
Preliminares. Sentencia de 18 de noviembre de 1999. Serie C No. 61, párr. 41; y Caso de los 19 Comerciantes
Vs. Colombia. Excepción Preliminar. Sentencia de 12 de junio de 2002. Serie C No. 93, párr. 28.
14
afectó su derecho de defensa debe demostrar efectivamente tal perjuicio 16. Por ello, a
este respecto, no resulta suficiente una queja o discrepancia de criterios en relación a
lo actuado por la Comisión Interamericana.
*
* *
43. En primer lugar, el Estado alegó que la Comisión no debió haber dado trámite a
la solicitud de medidas cautelares por parte de la presunta víctima, entre otras
consideraciones, debido a que: i) otorgó medidas cautelares a favor de Jorge
Castañeda Gutman sin invitar al Estado a ofrecer información o brindar sus
observaciones previas, es decir, inaudita parte; ii) exigió al Estado violentar su propia
norma jurídica interna al disponer como medida cautelar el registro del beneficiario
como candidato al cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; iii) otorgó
medidas cautelares que evidenciaban prejuzgamiento de inicio mostrando inusual
celeridad en la tramitación del asunto; y iv) procedió de manera irregular al conceder
las medidas cautelares, tal como queda evidenciado por la Resolución del 25 de
noviembre de 2005 de la Corte Interamericana, la cual decidió que la cuestión no
ameritaba el otorgamiento de medidas provisionales, ya que las mismas habrían
significado “un juzgamiento anticipado por vía incidental con el consiguiente
establecimiento in limine litis de los hechos y sus respectivas consecuencias, objeto del
debate principal”.
16
Cfr. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros), supra nota 13, párr. 66; y
Caso del Pueblo Saramaka, supra nota 6, párr. 32.
15
*
* *
47. En segundo lugar, el Estado alegó que la Comisión debió haber finalizado el
trámite inicial de la petición a partir de su respuesta a las medidas cautelares
requeridas y luego de conocer que la presunta víctima no se presentó a la etapa de
registro dentro del proceso electoral. Tan pronto como la Comisión tuvo conocimiento
de que la presunta víctima no había presentado documento alguno en el plazo para la
recepción válida de solicitudes de registros de candidatos y establecida su ausencia
absoluta y voluntaria en el proceso electoral, la Comisión debió decretar de oficio la
inadmisibilidad o improcedencia de la petición.
*
* *
51. En tercer lugar, el Estado planteó que la Comisión debió pronunciarse sobre la
admisibilidad de la petición, pero decretó sin motivación suficiente y clara, el traslado
de las cuestiones de admisibilidad a la consideración del fondo de la petición; entre
otros argumentos sostuvo que: i) en el mismo documento a través del cual la Comisión
envió al Estado las observaciones de la presunta víctima al documento del Estado, le
comunicó su decisión de abrir un caso y diferir el tratamiento de la admisibilidad con la
decisión del fondo, sin dar al Estado la oportunidad de ofrecer puntos de vista o
elementos adicionales, dejando al Estado en manifiesta indefensión; ii) el artículo 37.3
del Reglamento de la Comisión habla de ‘circunstancias excepcionales’ para unir el
tratamiento de la admisibilidad con el fondo del asunto y la Comisión no justificó en
qué consistieron tales circunstancias y sólo aludió a afirmaciones abstractas, sin
satisfacer el requisito básico de razonabilidad; iii) la Comisión nunca precisó la
“naturaleza de los hechos objeto de la petición”, ni qué aspecto del proceso electoral
16
“[e]n circunstancias excepcionales, y luego de haber solicitado información a las partes de acuerdo
a lo dispuesto en el artículo 30 del presente Reglamento, la Comisión podrá abrir el caso pero diferir
el tratamiento de la admisibilidad hasta el debate y decisión sobre el fondo. La apertura del caso se
efectuará mediante una comunicación escrita a ambas partes.”
55. La Corte advierte que dicha norma establece un reducido número de requisitos
formales respecto de la apertura de un caso y de la facultad de la Comisión de diferir el
tratamiento de la admisibilidad junto con el fondo. Ello brinda flexibilidad a la Comisión
al respecto. La Corte considera que la Comisión ha actuado en ejercicio de sus
facultades reglamentarias, y que independientemente de que se haya verificado esta
acumulación facultativa de la Comisión, de acuerdo a las constancias del expediente,
las partes tuvieron la oportunidad de presentar sus alegatos relativos tanto a la
admisibilidad como al fondo del asunto, y la Comisión los analizó y se pronunció sobre
ellos, no verificándose una lesión al derecho de defensa. Por su parte, el Estado no ha
demostrado de qué manera la actuación de la Comisión habría conllevado un error que
haya afectado su derecho de defensa. Por las razones expuestas, la Corte desestima
esta excepción preliminar.
*
* *
56. En cuarto lugar, el Estado sostuvo que la Comisión debió haber declarado la
inadmisibilidad de la petición con fundamento en el artículo 47 de la Convención
Americana. Entre otras consideraciones México señaló que: i) la Comisión desestimó
17
57. La Comisión argumentó que: i) el descontento del Estado con el trámite del caso
se traduce en un mero desacuerdo con la forma en la cual el pleno de la Comisión
interpretó el alcance del artículo 46 de la Convención. En este sentido, la Corte ha
señalado que la Comisión, “como órgano del sistema interamericano de protección de
los derechos humanos, tiene plena autonomía e independencia en el ejercicio de su
mandato conforme a la Convención”; ii) no existe una disposición convencional o
reglamentaria que obligue a la Comisión a explicar de manera detallada las razones
por las cuales considera que una petición cumple con los requisitos de admisibilidad.
La admisión no requiere de un acto expreso y formal, sin embargo, la Comisión analizó
con detenimiento y explicó con detalle las razones por las cuales decidió aplicar una de
las excepciones a la regla del previo agotamiento de los recursos de jurisdicción
interna, en su Informe No. 113/06; iii) “el Estado busca retrotraer el procedimiento a
una etapa procesal precluida”, en la cual la Comisión dio debida consideración a los
argumentos de ambas partes sobre la admisibilidad del asunto; y iv) la Corte ha
señalado que “no existe un fundamento para reexaminar razonamientos de la
Comisión en materia de admisibilidad que son compatibles con las disposiciones
relevantes de la Convención”. Con base en lo expuesto, la Comisión solicitó el rechazo
de esta excepción preliminar.
Estado formula bajo este apartado otros alegatos que se refieren a la existencia de un
recurso idóneo y a la no obligatoriedad de las candidaturas independientes en el
derecho interno. La Corte advierte que la existencia o no de un recurso idóneo también
fue planteada en otra excepción preliminar por el Estado y ya se pronunció al respecto
(supra párrs. 30 a 36). Los alegatos sobre las candidaturas independientes se refieren
al fondo del asunto, por lo que no se trata de una excepción preliminar. Con base en lo
anterior, la Corte desestima este alegato.
*
* *
61. La Comisión planteó, entre otros, los siguientes alegatos: i) no corresponde a las
partes en este procedimiento, en esta etapa procesal de objeciones formales, proponer
excepciones que se basen en la verdad sobre los hechos, sino que corresponde que
sea la Corte la que determine cuál es esa verdad, pues ésta tiene la facultad de hacer
su propia determinación de los hechos del caso y de decidir aspectos de derecho no
alegados por las partes con base al principio iura novit curia; y ii) la Convención
establece un sistema calificado de protección que involucra a la Corte como órgano
jurisdiccional de la materia, por lo cual, si un Estado está en desacuerdo con los
hallazgos de la Comisión y considera que no es de justicia cumplir con sus
recomendaciones, la Convención le ofrece la posibilidad de someter al asunto a la
competencia de la Corte. Con base en lo expuesto, la Comisión solicitó el rechazo de
esta excepción preliminar.
63. La Corte observa que los cuestionamientos del Estado relacionados con el
Informe de admisibilidad y fondo No. 113/06 de la Comisión Interamericana en el
sentido que brindaba una “exposición parcial e incompleta de los hechos”, que los
hechos “no corresponden a la verdad histórica de lo ocurrido”, y que “tanto el fondo
como las recomendaciones” estaban sustentados sobre “bases erróneas, falsas e
incompletas” son alegatos propios de los méritos del caso ante esta Corte. En efecto, el
examen por parte de este Tribunal relativo a si la interpretación que hizo la Comisión
sobre los hechos o las conclusiones en el presente caso están equivocadas,
evidentemente se refiere a cuestiones de fondo, y sólo entonces podrá este Tribunal
examinar dichos alegatos del Estado. Por otra parte, la Corte estima oportuno advertir
que en caso de discrepancia con el Informe emitido por la Comisión Interamericana en
19
*
* *
64. Por último, en sexto lugar, el Estado entre otros argumentos sostuvo que: i) más
allá de la autonomía de la Comisión para valorar los motivos para el envío del caso a la
Corte, lo cual no puede ser objeto de excepciones preliminares, las violaciones
cometidas por la Comisión a las normas de procedimiento de su Reglamento
provocaron un desequilibrio procesal que devino en la indefensión del Estado; ii) las
facultades de la Comisión son discrecionales pero no arbitrarias, al momento de
considerar y satisfacer los parámetros del artículo 44 del Reglamento de la Comisión.
Particularmente, a este respecto, el Estado alegó que: a) la propia decisión de remitir el
caso a la Corte no estaba inspirada en la obtención de justicia en el caso particular
debido al desinterés de la presunta víctima en presentarse al proceso electoral; b) la
gravedad de la supuesta violación quedó desvirtuada frente a la existencia de un
medio eficaz de protección de los derechos políticos ante el Tribunal Electoral; y c) el
eventual efecto de la adopción de una decisión en los ordenamientos jurídicos de los
Estados miembros bajo los términos planteados por la Comisión, sería sin duda
negativo, pues implicaría que no basta con que cuenten con órganos administrativos
electorales, ni tribunales de protección de derechos políticos, viéndose obligados a
adecuar sus ordenamientos para crear una figura específica para impugnar la
constitucionalidad de leyes electorales por parte de personas.
IV
COMPETENCIA
V
PRUEBA
b) Valoración de la prueba
70. En este caso, como en otros, el Tribunal admite el valor probatorio de aquellos
documentos presentados por las partes en su oportunidad procesal que no fueron
controvertidos ni objetados, ni cuya autenticidad fue puesta en duda 19.
18
Cfr. Caso del Pueblo Saramaka, supra nota 6, párr. 40.
19
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No. 4,
Párr. 140; Caso Yvon Neptune Vs. Haití. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 6 de mayo de 2008,
párrs. 29 y 30; y Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs.
Venezuela. Excepción preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008. Serie C
No. 182, párr. 16.
21
71. Asimismo, el Tribunal admite los documentos aportados por el Estado y los
representantes en el transcurso de la audiencia pública, puesto que los estima útiles
para la presente causa y, además, su autenticidad o veracidad no fueron puestas en
duda.
72. Respecto del testimonio rendido por la presunta víctima ante la Corte, el
Tribunal lo estima pertinente en cuanto se ajuste al objeto definido por la Corte en la
Resolución en que ordenó recibirlo (supra párr. 10). Sin perjuicio de lo anterior, la Corte
estima que la declaración testimonial rendida por el señor Castañeda Gutman no
puede ser valorada aisladamente dado que el declarante, presunta víctima, tiene un
interés directo en este caso, razón por la cual será apreciada en conjunto con las
demás pruebas del proceso20.
73. Respecto de la prueba remitida por los representantes como anexo a su escrito
de alegatos a las excepciones preliminares, la Corte observa que ésta no fue objetada
por las partes y que es pertinente para la resolución del presente caso, por lo que el
Tribunal la admite, y la valorará en conjunto con el acervo probatorio, tomando en
consideración las observaciones formuladas por el Estado en su escrito de 27 de
noviembre de 2007.
75. En lo que se refiere a los documentos remitidos por la presunta víctima junto
con su escrito de alegatos finales sobre las costas y gastos procesales relacionados con
la audiencia pública (supra párr. 11), el Tribunal ha señalado que “las pretensiones de
las víctimas o sus representantes en materia de costas y gastos, y las pruebas que las
sustentan, deben presentarse a la Corte en el primer momento procesal que se les
concede, esto es, en el escrito de solicitudes y argumentos, sin perjuicio de que tales
pretensiones se actualicen en un momento posterior, conforme a las nuevas costas y
gastos en que se haya incurrido con ocasión del procedimiento ante esta Corte” 21. En
razón de lo anterior, el Tribunal admite dichos documentos. En relación con los demás
20
Cfr. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Serie C No. 33,
Párr. 43; Caso Yvon Neptune, supra nota 19, párr. 33; y Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo”), supra nota 19, párr. 20.
22
documentos remitidos, la Corte observa que no han sido objetados y en su caso los
valorará en conjunto con el resto del acervo probatorio.
VI
ARTÍCULO 25 (PROTECCIÓN JUDICIAL)22 EN RELACIÓN CON LOS ARTÍCULOS
1.1 (OBLIGACIÓN DE RESPETAR LOS DERECHOS) 23 Y
2 (DEBER DE ADOPTAR DISPOSICIONES DE DERECHO INTERNO)24
DE LA CONVENCIÓN AMERICANA
21
Cfr. Caso Molina Theissen Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de julio de 2004.
Serie C No. 108, párr. 22; Caso Kimel, supra nota 4, párr. 34; y Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de
lo Contencioso Administrativo”), supra nota 19, párr. 258.
22
El artículo 25 de la Convención estipula:
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá
sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial; y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se
haya estimado procedente el recurso.
23
El artículo 1.1 de la Convención establece que:
Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y
libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta
a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.
24
El artículo 2 de la Convención establece que:
las facultades del Tribunal Electoral. Por último, el Estado alegó que el juicio para la
protección de los derechos político-electorales del ciudadano cumple cabalmente con
las exigencias de acceso a la justicia, y era el recurso idóneo, adecuado y eficaz para la
protección que buscaba la presunta víctima ya que el amparo no está contemplado
para reclamar derechos políticos.
79. A su vez, el deber general del Estado de adecuar su derecho interno a las
disposiciones de dicha Convención para garantizar los derechos en ella consagrados,
establecido en el artículo 2, incluye la expedición de normas y el desarrollo de
prácticas conducentes a la observancia efectiva de los derechos y libertades
consagrados en la misma, así como la adopción de medidas para suprimir las normas y
prácticas de cualquier naturaleza que entrañen una violación a las garantías previstas
en la Convención27.
80. En razón de lo alegado por las partes, la Corte analizará si existía, al momento
de los hechos, en el ordenamiento jurídico mexicano un recurso efectivo en los
términos del artículo 25 de la Convención Americana. Para ello, el Tribunal determinará
los hechos relevantes y luego hará las consideraciones pertinentes, primero, en
relación con el recurso de amparo interpuesto en el presente caso por la presunta
víctima y, finalmente, en relación con el juicio para la protección de los derechos
político-electorales del ciudadano, recurso que debió haber sido interpuesto por el
señor Castañeda Gutman, conforme a lo alegado por el Estado.
I. Hechos
25
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C
No. 70, párr. 191; Caso del Pueblo Saramaka, supra nota 6, párr. 177; y Caso Yvon Neptune, supra nota 19,
párr. 77. Ver también Garantías Judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2, 25 y 8 Convención
Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987. Serie A No. 9,
párr. 24.
26
Cfr. Caso Castillo Páez Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 3 de noviembre de 1997. Serie C No. 34, párr.
82; Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C
No. 149, párr. 192; y Caso Claude Reyes y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de
septiembre de 2006. Serie C No. 151, párr. 131.
27
Cfr. Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de mayo
de 1999. Serie C No. 52, párr. 207; Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie C No. 166, párr. 57; y Caso Salvador Chiriboga, supra nota 6, párr.
122.
24
81. El 5 de marzo de 2004 la presunta víctima presentó al Consejo General del IFE
una solicitud de inscripción como candidato independiente al cargo de Presidente de
los Estados Unidos Mexicanos para las elecciones del 2 de julio de 2006. Alegó que
solicitaba su registro “en ejercicio del derecho que [le] otorga el artículo 35, fracción II
de la Constitución”28, presentó ciertos documentos y declaró “bajo protesta de decir la
verdad” que cumplía los requisitos constitucionales para ejercer dicho cargo electivo.
83. Contra dicho pronunciamiento del Instituto Federal Electoral, la presunta víctima
presentó el 29 de marzo de 2004 una demanda de amparo ante el Juzgado Séptimo de
Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal. El señor Castañeda Gutman
fundamentó su amparo con base en los siguientes argumentos: a) infracción de las
garantías individuales de ejercicio de la libertad de trabajo y participación en el
desarrollo del régimen democrático de la vida política nacional; b) violación de la
garantía individual de igualdad ante la ley; y c) trasgresión de la garantía individual de
libertad de asociación, todos con base en la Constitución mexicana. Dicho asunto fue
admitido el 30 de marzo del mismo año.
28
Artículo 35. Son prerrogativas del ciudadano:
[…]
II. Poder ser votado para todos los cargos de elección popular, y nombrado para cualquier otro
empleo o comisión, teniendo las calidades que establezca la ley;
[…]
25
-con fuerza legal- que recaiga y que trate sobre un objeto específico”. Finalmente,
consideró que el amparo hubiera sido la vía idónea si no fuera por la exclusión de su
ámbito de la materia electoral y que no es irrazonable que un Estado limite el recurso
de amparo a ciertas materias, siempre que habilite otro recurso de tutela rápido y
sencillo para las materias no protegidas por el amparo.
89. Los representantes señalaron que interpusieron el amparo por ser el único
recurso con visos de procedibilidad, ya que para obtener la protección que buscaba la
presunta víctima era necesario declarar inconstitucional el artículo 175 del COFIPE y
únicamente la Suprema Corte de Justicia tenía competencia para hacerlo. Como
consecuencia, la resolución de la Suprema Corte consistente en que el amparo era
improcedente en este caso, cerró a la presunta víctima todas las puertas de la justicia
en el Estado, violando su derecho a la protección judicial, dispuesto en el artículo 25 de
la Convención. Al igual que la Comisión Interamericana, los representantes
argumentaron que no había recursos disponibles en México que pudiesen haber sido
efectivos en el presente caso al momento de los hechos.
90. El Estado no argumentó sobre la efectividad del recurso de amparo para este
caso, sino que alegó que el recurso efectivo para proteger derechos políticos en México
es el juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano y
argumentó sobre su efectividad, sencillez, accesibilidad y rapidez.
*
* *
91. La Corte observa que tanto la Comisión como los representantes destacaron la
ausencia de un recurso sencillo, rápido y efectivo para que la presunta víctima
reclamara la protección de sus derechos reconocidos por la Constitución, para
sustentar la alegada violación del artículo 25 de la Convención. En este sentido, la
Corte considera, al igual que la Comisión y el Estado, que el recurso de amparo
interpuesto por la presunta víctima no era la vía adecuada en ese caso, dada su
improcedencia en materia electoral.
92. Este Tribunal estima que no es en sí mismo incompatible con la Convención que
un Estado limite el recurso de amparo a algunas materias, siempre y cuando provea
otro recurso de similar naturaleza e igual alcance para aquellos derechos humanos que
no sean de conocimiento de la autoridad judicial por medio del amparo. Ello es
particularmente relevante en relación con los derechos políticos, derechos humanos de
tal importancia que la Convención Americana prohíbe su suspensión así como la de las
garantías judiciales indispensables para su protección (infra párr. 140).
93. Por otra parte, la Corte estima pertinente referirse a lo afirmado por la Comisión
Interamericana en el sentido de que, más allá de que el amparo no era la vía idónea,
por la exclusión de la materia electoral de su ámbito de competencia, “la efectividad
implica que el órgano judicial ha evaluado los méritos de la denuncia”. Al respecto,
este Tribunal ha establecido que “el análisis por la autoridad competente de un recurso
judicial […] no puede reducirse a una mera formalidad, sino que debe examinar las
razones invocadas por el demandante y manifestarse expresamente sobre ellas, de
acuerdo a los parámetros establecidos por la Convención Americana” 29. En otras
palabras, es una garantía mínima de toda persona que interpone un recurso que la
decisión que lo resuelva sea motivada y fundamentada, bajo pena de violar las
garantías del debido proceso.
29
Cfr. Caso López Álvarez Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de
2006. Serie C No. 141, párr. 96.
27
96. Por su parte, los representantes resaltaron que la Ley de Impugnación Electoral
excluye del ámbito de dichos medios de impugnación el cuestionamiento de la no
conformidad de leyes federales o locales con la Constitución. Señalaron también que el
Tribunal Electoral llegó a pronunciarse sobre la constitucionalidad de normas jurídicas
en materia electoral, pero que posteriormente la Suprema Corte de Justicia dejó
definitivamente aclarada la incompetencia del Tribunal Electoral para pronunciarse
sobre la constitucionalidad de normas electorales, y determinó que la facultad para
resolver sobre la contradicción de normas electorales y la Constitución está limitada al
Pleno de la Suprema Corte de Justicia, para lo cual la única vía para plantear la no
conformidad de dichas leyes con la Constitución es la acción de inconstitucionalidad.
Por otra parte, los representantes manifestaron que la Ley de Impugnación Electoral
establece que el juicio para la protección de los derechos político-electorales ante el
TRIFE sólo puede ser promovido por un ciudadano que haya sido propuesto por un
partido político. Afirmaron que, al no haber sido propuesta la presunta víctima por un
partido, el juicio hubiera sido declarado improcedente y la demanda se hubiera
rechazado in limine.
97. El Estado señaló que la presunta víctima debió demostrar que existe un derecho
a una candidatura independiente “antes de afirmar que no contó con un recurso
30
Al respecto la Corte ha dicho: “[…] Por razones de seguridad jurídica, para la correcta y funcional
administración de justicia y la efectiva protección de los derechos de las personas, los Estados pueden y
deben establecer presupuestos y criterios de admisibilidad de los recursos internos, de carácter judicial o de
cualquier otra índole. De tal manera, si bien esos recursos internos deben estar disponibles para el
interesado y resolver efectiva y fundadamente el asunto planteado, así como eventualmente proveer la
reparación adecuada, no cabría considerar que siempre y en cualquier caso los órganos y tribunales internos
deban resolver el fondo del asunto que les es planteado, sin que importe la verificación de los presupuestos
formales de admisibilidad y procedencia del particular recurso intentado” (énfasis agregado). Cfr. Caso
Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros), supra nota 13, párr. 126.
28
*
* *
100. Este Tribunal considera que el sentido de la protección otorgada por el artículo
25 de la Convención es la posibilidad real de acceder a un recurso judicial para que la
autoridad competente y capaz de emitir una decisión vinculante determine si ha
habido o no una violación a algún derecho que la persona que reclama estima tener y
que, en caso de ser encontrada una violación, el recurso sea útil para restituir al
29
*
* *
102. La Convención establece que las personas bajo la jurisdicción del Estado deben
tener acceso “a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante
jueces o tribunales competentes, que las ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales”.
103. Para esta Corte la controversia entre las partes en este caso se restringe a dos
de las mencionadas características relacionadas con la efectividad del recurso: a) si la
presunta víctima tenía acceso a un recurso; y b) si el tribunal competente tenía las
facultades necesarias para restituir a la presunta víctima en el goce de sus derechos, si
se considerara que éstos habían sido violados. A la primera característica la Corte se
referirá como “accesibilidad del recurso” y a la segunda como “efectividad del
recurso”.
que los “requisitos para la procedencia del juicio para la protección de los derechos
político-electorales del ciudadano están previstos en el artículo 79 (y no en el 80) de la
[Ley de Impugnación Electoral]”. Con base en dicha jurisprudencia, el Estado señaló
que el artículo 79 de la Ley de Impugnación Electoral “abre el juicio de protección a
cualquier ciudadano que estime que sus derechos fueron afectados, incluyendo
aquellos que afirmen no haber sido postulados por partido alguno”, y que el artículo 80
de dicha ley establece “algunas modalidades específicas, por ejemplo, tratándose del
caso de candidatos propuestos por partidos políticos”. Para reforzar el argumento de la
procedencia del juicio para la protección de los derechos político-electorales sin la
necesidad de hacerlo a través de un partido político, en la audiencia pública el Estado
hizo referencia, entre otros casos, al del señor Hank Rhon, en el cual “[…] el citado
ciudadano al proveer el recurso lo hizo a título personal, es decir, no estaba apoyado
por partido político alguno cuando acudió al Tribunal a defender sus derechos de
participación, y una vez que el Tribunal falló en su favor fue cuando un partido político
lo acogió y, gracias a eso pudo participar en las contiendas correspondientes.”
*
* *
[e]l juicio para la protección de los derechos político-electorales, sólo procederá cuando el
ciudadano por sí mismo y en forma individual, haga valer presuntas violaciones a sus
derechos de votar y ser votado en las elecciones populares, de asociarse individual y
libremente para tomar parte en forma pacífica en los asuntos políticos y de afiliarse libre e
individualmente a los partidos políticos.
109. Por su parte, el artículo 80.1, inciso d) de la misma ley dispone que el juicio
podrá ser promovido por el ciudadano cuando:
[c]onsidere que se violó su derecho político-electoral de ser votado cuando, habiendo sido
propuesto por un partido político, le sea negado indebidamente su registro como candidato
a un cargo de elección popular (énfasis añadido).
110. La Corte destaca la importancia de que los Estados regulen los recursos
judiciales de forma tal que las personas tengan certeza y seguridad jurídica de sus
condiciones de acceso. Del análisis de los argumentos y de las pruebas aportadas,
particularmente la legislación y la jurisprudencia presentada por el Estado sobre los
requisitos para la procedencia del juicio, la Corte entiende que los requisitos para la
31
112. Como observa esta Corte, además de que tanto el artículo 79 como el artículo
80 de la Ley de Impugnación Electoral se encuentran dentro del capítulo “De la
procedencia”, existe una distinción entre los requisitos generales de procedencia del
juicio para la protección y los supuestos particulares que condicionan dicha
procedencia en ciertos casos respecto de los derechos político-electorales. En cuanto a
la procedencia, el juicio debe ser promovido en carácter individual y efectivamente no
es necesario que la persona lo interponga bajo los auspicios de un partido político, tal
como sostiene el Estado al afirmar que los requisitos de admisibilidad son los del
artículo 79 de la Ley de Impugnación Electoral. Sin embargo, la ley estableció y la
jurisprudencia del Tribunal Electoral así lo ha ratificado, una condición con la que debe
cumplir todo aquél que reclame específicamente su derecho a ser registrado como
candidato a elección popular: haber sido propuesto por un partido político. Dicha
causal, aún cuando no fuera un requisito de procedencia general del juicio conforme al
artículo 79, condiciona la procedencia del mismo cuando se alega la negativa indebida
de registro a una candidatura de elección popular, lo cual se traduce en que el juicio
para la protección de los derechos político-electorales sólo sea accesible, en lo que
respecta a dicho aspecto del derecho político de ser votado, a las personas que fueron
propuestas por un partido político, y no a toda persona titular de derechos políticos.
113. De la lectura de la sentencia de la Sala Superior del TRIFE del 6 de julio de 2007
en la que resolvió el caso Hank Rhon, a la cual el Estado se refirió en la audiencia
pública, esta Corte aprecia que si bien el juicio fue promovido por la persona legitimada
activamente, es decir, el ciudadano por sí mismo y en forma individual, el mismo
cumplía con la condición fáctica de haber sido “propuesto por un partido político” a que
se refiere el artículo 80 de la Ley de Impugnación Electoral. En el referido caso una
coalición de partidos políticos denominada “Alianza para que Vivamos Mejor” solicitó el
registro de dicha persona como candidato a gobernador de un estado de la Federación,
lo cual fue concedido por acuerdo del Consejo Estatal Electoral del Instituto Estatal
Electoral de Baja California y revocado por el Tribunal de Justicia Electoral del Poder
Judicial de dicha entidad federativa. La revocación de dicho tribunal electoral al
acuerdo de registro del candidato propuesto por la coalición de partidos políticos fue el
32
Cfr. Jurisprudencia J.02/2000 de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (alegatos finales del Estado, expediente de fondo, tomo IV, folios 1256 y 1257).
32
acto de autoridad que dicha persona impugnó ante el TRIFE a través del juicio para la
protección de los derechos político-electorales. Si bien el tribunal de la entidad
federativa revocó el acuerdo de la autoridad electoral que le concedió el registro, dicha
resolución no podía considerarse como firme sino hasta que el TRIFE resolviera el juicio
para la protección de los derechos políticos-electorales. Como se observa en la
sentencia, el TRIFE confirmó que Hank Rhon se ubicaba en el supuesto fáctico, al
resolver “se confirma el acuerdo de registro de Jorge Hank Rhon, como candidato a
gobernador del estado de Baja California, postulado por la coalición Alianza para que
Vivamos Mejor […]” (énfasis agregado)33.
115. La Comisión señaló que el fundamento del acto administrativo del IFE por el que
se rechazó la inscripción de la presunta víctima era la aplicación del artículo 175 del
COFIPE, por lo que la única forma de declarar la inaplicabilidad de dicho artículo al caso
concreto era mediante el examen de su constitucionalidad. Es decir para declarar
inaplicable dicho artículo al caso particular era preciso considerarlo contrario a la
Constitución. Sin embargo, el sistema legal mexicano no contemplaba un mecanismo
para que los particulares como el señor Castañeda Gutman pudieran realizar
cuestionamientos constitucionales de las leyes electorales. Según la Comisión, la
decisión negativa de la Suprema Corte sobre el amparo cerró de manera definitiva la
aspiración de la presunta víctima a una determinación oportuna de sus derechos.
33
Cfr. sentencia SUP-JDC-695/2007 de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación del 6 de julio de 2007 (expediente de anexos a la contestación a la demanda, tomo II, anexo 2,
folio 1640).
33
*
* *
118. Sobre este punto la Corte está llamada a determinar si el juicio para la
protección de los derechos político-electorales del ciudadano constituía o no un recurso
efectivo. Un recurso judicial efectivo es aquel capaz de producir el resultado para el
que ha sido concebido34, es decir, debe ser un recurso capaz de conducir a un análisis
por parte de un tribunal competente a efectos de establecer si ha habido o no una
violación a los derechos humanos y, en su caso, proporcionar una reparación 35.
119. En el presente caso las partes discrepan sobre si el Tribunal Electoral, el cual es
el órgano competente para resolver el juicio de protección, tenía o no la competencia
para analizar y resolver el planteamiento de la presunta víctima sobre la
inconstitucionalidad del artículo 175 y otros del COFIPE y, en su caso, no aplicar dicho
precepto en el caso concreto para que la presunta víctima fuera restituida en el goce
de sus derechos.
[…]
34
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 19, párr. 66; Caso Ximenes Lopes, supra nota 26, párr.
192, Caso Yvon Neptune, supra nota 19, párr. 77.
35
Cfr. supra notas 29 y 31. Ver también: Garantías Judiciales en Estados de Emergencia, supra nota
25, párr. 24.
34
121. Sin perjuicio de que la Constitución y la Ley del Poder Judicial otorgaran
competencia al Tribunal Electoral para conocer de impugnaciones de actos y
resoluciones que violen los derechos político-electorales, el artículo 105, fracción II de
la Constitución, que regula la competencia exclusiva de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación para conocer de las acciones de inconstitucionalidad, establece desde 1996
que la “única vía para plantear la no conformidad de las leyes electorales a la
Constitución es la prevista en [dicho] artículo”36.
36
Artículo 105. La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá, en los términos que señale la ley
reglamentaria, de los asuntos siguientes:
[…]
II. De las acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto plantear la posible contradicción
entre una norma de carácter general y esta Constitución.
Las acciones de inconstitucionalidad podrán ejercitarse, dentro de los treinta días naturales
siguientes a la fecha de publicación de la norma, por:
a) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de la Cámara de Diputados del
Congreso de la Unión, en contra de leyes federales o del Distrito Federal expedidas por el Congreso de la
Unión;
b) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes del Senado, en contra de leyes
federales o del Distrito Federal expedidas por el Congreso de la Unión o de tratados internacionales
celebrados por el Estado Mexicano;
d) El equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de alguno de los órganos legislativos
estatales, en contra de leyes expedidas por el propio órgano;
f) Los partidos políticos con registro ante el Instituto Federal Electoral, por conducto de sus
dirigencias nacionales, en contra de leyes electorales federales o locales; y los partidos políticos con registro
estatal, a través de sus dirigencias, exclusivamente en contra de leyes electorales expedidas por el órgano
legislativo del Estado que les otorgó el registro.
La única vía para plantear la no conformidad de las leyes electorales a la Constitución es la prevista
en este artículo.
Las leyes electorales federal y locales deberán promulgarse y publicarse por lo menos noventa días
antes de que inicie el proceso electoral en que vayan a aplicarse, y durante el mismo no podrá haber
modificaciones legales fundamentales.
Las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia sólo podrán declarar la invalidez de las normas
impugnadas, siempre que fueren aprobadas por una mayoría de cuando menos ocho votos.
35
125. Este criterio de 2002 fue reiterado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en agosto de 2005 al resolver la revisión del amparo contra leyes promovido por el
señor Castañeda Gutman:
37
Artículo 235.- La jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación será
obligatoria para el Tribunal Electoral, cuando se refiera a la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en los esos casos en que resulte exactamente
aplicable.
Artículo 236.- De conformidad con lo previsto por el párrafo quinto del artículo 99 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y la fracción VIII del artículo 10 de esta ley, cuando en forma directa
o al resolver una contradicción de criterios una Sala del Tribunal Electoral sustente una tesis sobre la
inconstitucionalidad de un acto o resolución o sobre la interpretación de un precepto de la propia
Constitución, y dicha tesis pueda ser contradictoria con una sostenida por las Salas o el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia, cualquiera de los ministros, de las Salas o las partes, podrán denunciar la contradicción
para que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, en un plazo no mayor a diez días, decida en definitiva cuál
es la tesis que debe prevalecer.
38
Cfr. Tesis de jurisprudencia 25/2002 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación del 10 de
junio de 2002 (Escrito de solicitudes y argumentos de los Representantes, expediente de fondo, tomo I, folios
139 y 140).
39
Cfr. Sentencia del 8 y 16 de agosto del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que
resolvió el amparo en revisión 743/2005 promovido por el señor Castañeda Gutman (expediente de anexos a
la demanda, Anexo 9, folio 1077).
36
la Sala Superior del TRIFE aplicó la jurisprudencia obligatoria cuando el señor Héctor
Montoya Fernández alegó la inconstitucionalidad del artículo 175 del COFIPE ante la
negativa de registro del IFE como candidato independiente a la Presidencia de la
República:
[…]
Por tanto, la única manera en la que podría acogerse su pretensión, sería a través de la
desaplicación del artículo 175, párrafo 1, del Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales.
Sin embargo, tal desaplicación, por un lado, no le está permitida al Consejo General del
Instituto Federal Electoral, pues no tiene facultades conferidas para ello y, por otro, esta
Sala Superior tampoco se encuentra en condiciones de desaplicar preceptos de ley, aun
cuando se estime que éstos son contrarios a la constitución, ya que al respecto la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, emitió los criterios cuyos rubros son: "LEYES ELECTORALES.
LA ÚNICA VÍA PARA IMPUGNARLAS ES LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD" y "TRIBUNAL
ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. CARECE DE COMPETENCIA PARA
PRONUNCIARSE SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES" […]40
128. Conforme a lo anterior, si bien antes del 2002 el TRIFE emitió sentencias en las
que desaplicó leyes locales contrarias a la Constitución en casos concretos, a partir de
la jurisprudencia de la Suprema Corte de mayo de 2002 dicho tribunal resolvió
definitivamente que el TRIFE no tenía competencia para pronunciarse sobre la
constitucionalidad de las leyes a efectos de dejar de aplicarlas en casos concretos. Por
lo tanto, el TRIFE no podría resolver una controversia planteada contra un acto o
resolución de alguna autoridad electoral cuando su resolución implicara pronunciarse
sobre la constitucionalidad de la ley en la que se fundamentó dicho acto o resolución.
Por otra parte, ya fue mencionado que a partir de la reforma constitucional de 1996 la
única vía para impugnar una ley federal electoral era la acción de inconstitucionalidad,
que es un recurso extraordinario y de restringida legitimidad activa. Del texto del
artículo 105 fracción II de la Constitución, se deriva que para interponer dicha acción
sólo están legitimados activamente determinadas fracciones parlamentarias federales
o locales, el Procurador General de la República y, a partir de la reforma constitucional
de 1996, los partidos políticos registrados, de forma que los individuos no pueden
interponerlo42. Asimismo, el carácter extraordinario se deriva del efecto de dicho
recurso de declarar la invalidez con efectos generales de una ley sólo cuando la
resolución obtiene la mayoría de ocho votos de los ministros de la Suprema Corte de
Justicia. Finalmente, en cuanto al momento procesal oportuno para promoverlo, dicha
40
Cfr. Sentencia SUP-JDC-67/2006 de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación del 2 de febrero de 2006 (Escrito de alegatos finales de los Representantes, expediente de fondo,
tomo IV, folios 1130 y 1131).
41
Cfr. Versión taquigráfica de las sesiones del 4, 6 y 10 de septiembre de 2007 del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en las que se resolvió la solicitud de modificación de jurisprudencia
2/2006 (Escrito de alegatos sobre excepciones preliminares de los Representantes, expediente de fondo,
tomo II, folio 438).
42
Por reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de septiembre de
2006 se legitimó activamente a la Comisión Nacional de Derechos Humanos para ejercer las acciones de
inconstitucionalidad en contra de leyes federales o locales y por tratados internacionales que vulneren los
derechos humanos consagrados en la Constitución, y a órganos análogos en las entidades federativas para
ejercer ese tipo de acciones respecto a leyes locales.
37
acción sólo se puede interponer dentro de los treinta días naturales siguientes a la
fecha de publicación de la ley de que se trate.
129. Por último cabe señalar que si bien el Estado alegó que “[…] acceder al TRIFE
habría significado […] una forma interna de control convencional de las leyes”, lo cual
“[…] deja fuera de toda duda la existencia de un recurso judicial adecuado y eficaz de
protección de derechos humanos de índole política […]”, esta Corte observa que, a
diferencia de los casos mencionados por el Estado como los de los señores Hank Rhon,
Manuel Guillén Monzón, María Mercedes Maciel y Eligio Valencia Roque, en el caso del
señor Castañeda Gutman no está probado en el expediente ante esta Corte que el
TRIFE hubiera podido realizar tal “control convencional” respecto de una ley federal
electoral43.
130. Para ser capaz de restituir a la presunta víctima en el goce de sus derechos en
ese caso, el juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano
debía posibilitar a la autoridad competente evaluar si la regulación legal establecida en
el Código Federal en materia electoral, y que alegadamente restringía de forma no
razonable los derechos políticos de la presunta víctima, era compatible o no con el
derecho político establecido en la Constitución, lo que en otras palabras significaba
revisar la constitucionalidad del artículo 175 del COFIPE. Ello no era posible, según se
señaló anteriormente, por lo que el Tribunal Electoral, conforme a la Constitución y los
criterios obligatorios de la Suprema Corte de Justicia, no tenía competencia para
analizar la compatibilidad de disposiciones legales en materia electoral con la
Constitución.
*
* *
43
Cfr. Sentencias SUP-JDC-037/2001, SUP-JDC-695/2007, SUP-JDC-710/2007 y SUP-JDC-717/2007 de la
Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (expediente de anexos a la
Contestación de la Demanda, Anexos 1, 2, 3 y 4, folios 1168 a 1908).
44
Cfr. Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros) Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73, párr. 87; Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de noviembre de 2006. Serie C No. 162, párr. 171; y Caso Zambrano
Vélez y otros, supra nota 27, párr. 79.
38
135. Por el contrario, los representantes solicitaron al Tribunal que declare que
México es responsable por la violación del derecho a la participación política
consagrado en el artículo 23 de la Convención Americana y de los artículos 1.1 y 2 de
dicho tratado en perjuicio de Jorge Castañeda Gutman. Sostuvieron que su derecho a
ser elegido fue violado mediante el oficio de fecha 11 de marzo de 2004 emitido por el
IFE mediante el cual, con fundamento entre otras disposiciones en el artículo 175 del
COFIPE, le fue denegado el registro de su candidatura independiente al cargo de
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Los representantes alegaron, entre otros
argumentos, que: i) los partidos políticos no son los únicos vehículos que pueden hacer
que los ciudadanos puedan postularse a cargos de elección popular, conforme con lo
previsto en las normas respectivas y al desarrollo progresivo de los precedentes del
sistema interamericano de protección de los derechos humanos, especialmente lo
resuelto por esta Corte en el caso Yatama; ii) no pueden existir otras restricciones al
ejercicio de los derechos políticos consagrados en la Convención fuera de los supuestos
que el artículo 23.2 de dicho tratado establece; en este sentido, el término
“exclusivamente” previsto en dicha disposición refuerza el hecho de que no puede
45
Cfr. supra nota 27.
46
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de
1998. Serie C No. 39, párr. 68; Caso La Cantuta, supra nota 44, párr. 170; y Caso Zambrano Vélez y otros,
supra nota 27, párr. 55.
47
Artículo 23. Derechos Políticos.
1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades:
a) de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de
representantes libremente elegidos;
b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio
universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los
electores; y
c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su
país.
2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere el inciso
interior, exclusivamente por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción,
capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal.
39
haber otras restricciones que las allí indicadas y cualquier otro requisito distinto a los
expresamente establecidos en dicho artículo es contrario a la Convención; iii) conforme
a la Observación General No. 25 del Comité de Derechos Humanos, el derecho de las
personas a presentarse a elecciones no debe limitarse de forma excesiva mediante el
requisito de que los candidatos sean miembros de partidos políticos o pertenezcan a
determinados partidos políticos, lo cual aplica al caso; y iv) las candidaturas
independientes son necesarias y constituirían una válvula de escape ante la poca
credibilidad en los partidos políticos y la baja participación electoral.
137. Por su parte, el Estado sostuvo que la alegada violación al artículo 23 no forma
parte de la materia litigiosa en el presente asunto en tanto la demanda de la Comisión
se refiere “solamente a la presunta violación del articulo 25 de la Convención”, y que la
Corte “no tiene competencia para conocer de planteamientos abstractos de violación
de la Convención Americana por supuestas leyes en vigor que no han sido aplicadas a
casos concretos”. Asimismo, argumentó que en el presente caso no ha ocurrido una
violación a los derechos políticos del señor Castañeda Gutman por las siguientes
razones: i) los derechos políticos no son absolutos, y pueden ser restringidos siempre
que se observen los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad en una
sociedad democrática; ii) el monopolio de nominación de candidatos por los partidos
políticos tiene fundamento en el derecho de los Estados de dotarse de un sistema
político propio, no es contrario al derecho internacional, y por ello no resultó necesario
hacer una reserva sobre la postulación de candidaturas por partidos políticos ni al
momento de ratificar la Convención ni posteriormente; iii) deben distinguirse las
limitaciones directas a los derechos políticos (como exclusiones por razones de género
o étnicas) de las modalidades que los Estados realizan para el ejercicio de los derechos
políticos; iv) el caso Yatama no es aplicabe al presente caso; v) la Observación General
No. 25 del Comité de Derechos Humanos no se refiere al monopolio de nominación de
candidatos por los partidos políticos, sino al requisito de que los ciudadanos deban
afiliarse a determinados partidos para ser votados; el artículo 175 del Código Electoral
no plantea la pertenencia o afiliación necesaria de un ciudadano a un partido político
para su postulación a un cargo público de elección, existiendo la posibilidad y el
derecho a que un partido político postule a un cargo de elección a ciudadanos que no
pertenecen al mismo, derecho ejercido con gran frecuencia; y vi) la exclusividad de
40
*
* *
139. Por otra parte, la Corte ya estableció que hubo una aplicación de la ley
cuestionada en el presente caso (supra párr. 22). A continuación el Tribunal analizará
los argumentos de las partes y decidirá sobre la alegada violación de los derechos
políticos consagrados en el artículo 23 de la Convención Americana.
48
Cfr. Caso “Cinco Pensionistas” Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de febrero
de 2003. Serie C No. 98, párr. 155; Caso Escué Zapata Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 4 de julio de 2007. Serie C No. 165, párr. 92; y Caso del Pueblo Saramaka, supra nota 6, párr.
27.
49
Cfr. La Expresión "Leyes" en el Artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Opinión Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo de 1986. Serie A No. 6, párr. 34; y Caso Yatama Vs. Nicaragua.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C No. 127,
párr. 191.
50
Algunos de estos instrumentos internacionales son: Carta Democrática Interamericana (artículos 2,
3 y 6); Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 23); Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre (artículo XX); Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 21);
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 25) de 1993; Protocolo No. 1 al Convenio Europeo
para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (artículo 3); y Carta Africana
de los Derechos Humanos y de los Pueblos “Carta de Banjul” (artículo 13).
51
Cfr. La Expresión "Leyes" en el Artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humano,
supra nota 49, párr. 34.
41
143. La Corte considera que el ejercicio efectivo de los derechos políticos constituye
un fin en sí mismo y, a la vez, un medio fundamental que las sociedades democráticas
tienen para garantizar los demás derechos humanos previstos en la Convención.
144. El artículo 23.1 de la Convención establece que todos los ciudadanos deben
gozar de los siguientes derechos y oportunidades, los cuales deben ser garantizados
por el Estado en condiciones de igualdad: i) a la participación en la dirección de los
asuntos públicos, directamente o por representantes libremente elegidos; ii) a votar y a
ser elegido en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e
igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de los electores; y iii) a
acceder a las funciones públicas de su país.
146. La participación política puede incluir amplias y diversas actividades que las
personas realizan individualmente u organizadas, con el propósito de intervenir en la
designación de quienes gobernarán un Estado o se encargarán de la dirección de los
asuntos públicos, así como influir en la formación de la política estatal a través de
mecanismos de participación directa.
53
Cfr. Caso Yatama, supra nota 49, párr. 195.
42
148. Por su parte, la participación política mediante el ejercicio del derecho a ser
elegido supone que los ciudadanos puedan postularse como candidatos en condiciones
de igualdad y que puedan ocupar los cargos públicos sujetos a elección si logran
obtener la cantidad de votos necesarios para ello.
151. Los representantes alegaron que “el marco jurídico mexicano, al exigir como
requisito indispensable para que una persona pueda participar en una contienda
electoral el que la postulación sea presentada exclusivamente por un partido político,
es violatoria del segundo párrafo del artículo 23 de la Convención”, el cual establece
que la ley puede reglamentar los derechos políticos exclusivamente por las razones allí
previstas. Dichas restricciones son taxativas, no enunciativas, por lo que el derecho
interno no puede incluir otras no previstas expresamente en dicha norma, dado que
dicho precepto utiliza la palabra “exclusivamente”. De acuerdo con la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados, el término “exclusivamente” debe
interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que se le atribuye a los
términos del tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin. En
este sentido, el significado del término exclusivamente equivale a “con exclusión”, es
sinónimo de “solamente” o “únicamente”, y por lo tanto excluye toda posibilidad de
agregar a las restricciones previstas, otras no incluidas expresamente. Sin perjuicio de
que no es necesario recurrir a los medios complementarios de interpretación previstos
por la Convención de Viena, señalaron que los términos usados en los cuatro idiomas
oficiales de la Convención Americana (“only”, en la versión inglesa, “exclusivement”,
en la versión francesa, y “exclusivamente”, en la versión portuguesa) tienen idéntico
significado y no revelan ninguna diferencia de sentido entre ellas. La enumeración de
requisitos del artículo 23.2 de la Convención Americana se integra con lo previsto en
los artículos 29 y 30 de dicho tratado, por lo que la ley interna no puede dictar una
norma por razones de interés general con un propósito que contradiga a una
disposición expresa de la Convención. Las restricciones previstas en el artículo 23.2 de
54
Cfr. Caso Yatama, supra nota 49, párr. 207.
43
la Convención son lex specialis, aplicable a los derechos humanos de carácter político,
mientras que los artículos 29 y 30 del mismo tratado son normas aplicables en forma
general a todas las disposiciones de la Convención. Finalmente, sostuvieron que el
TRIFE ya se pronunció sobre la compatibilidad con la Convención Americana y la
Constitución Política de una disposición legal que establece que la solicitud de registro
de candidatos sólo la puedan presentar los partidos políticos, pero lo hizo de manera
incorrecta omitiendo analizar el vocablo “exclusivamente” del artículo 23.2 de la
Convención.
152. Por su parte, el Estado, entre otras consideraciones, argumentó que “un sistema
electoral que establece la postulación de candidatos por los partidos políticos no
resulta per se violatorio de la disposición sobre derechos políticos de la Convención
Americana”. Los derechos políticos no son absolutos, por lo que pueden estar sujetos a
limitaciones, siempre que dicha reglamentación observe “los principios de legalidad,
necesidad y proporcionalidad en una sociedad democrática”. El artículo 175 del Código
Electoral que establece la exclusividad de los partidos políticos para presentar
candidaturas a los cargos de elección popular en el ámbito federal no constituye
violación alguna al derecho al voto pasivo previsto en el artículo 23 de la Convención
Americana, en tanto es una modalidad de ejercicio de ese derecho político congruente
con los estándares internacionales en la materia, en términos de legalidad, necesidad y
proporcionalidad. Afirmó que se debe distinguir entre limitaciones o restricciones
directas, como podría ser la exclusión de un grupo determinado de individuos de su
derecho de voto pasivo por razones de género o étnicas, y las modalidades que el
legislador establezca para el ejercicio de los derechos políticos. Para poder ejercer ese
derecho, el Estado puede exigir que se “utilice una vía jurídica determinada o bien se
cumplan con determinadas condiciones y modalidades”, como por ejemplo, la
imposibilidad de registrar a un candidato para distintos cargos de elección popular en
un mismo proceso electoral, la imposibilidad de ser candidato para un cargo federal de
elección popular y, simultáneamente, candidato para otro cargo de los estados. Ello no
debe ser entendido como limitación del derecho de voto pasivo sino como modalidad
de su ejercicio, que no sólo no es excesiva sino que responde a una racionalidad
jurídica, política e histórica.
*
* *
157. Esta obligación positiva consiste en el diseño de un sistema que permita que se
elijan representantes para que conduzcan los asuntos públicos. En efecto, para que los
derechos políticos puedan ser ejercidos, la ley necesariamente tiene que establecer
regulaciones que van más allá de aquellas que se relacionan con ciertos límites del
Estado para restringir esos derechos, establecidos en el artículo 23.2 de la Convención.
Los Estados deben organizar los sistemas electorales y establecer un complejo número
de condiciones y formalidades para que sea posible el ejercicio del derecho a votar y
ser votado.
160. Son éstas las bases que la Corte estima deben guiar la resolución de esta causa,
que se refiere a la manera cómo México diseñó este sistema. Los representantes
alegan que “el marco jurídico mexicano, al exigir como requisito indispensable para
que una persona pueda participar en una contienda electoral el que la postulación sea
presentada exclusivamente por un partido político, es violatoria del segundo párrafo
del artículo 23 de la Convención”.
*
* *
162. Previo a ello, la Corte considera necesario señalar que, en términos generales,
el derecho internacional no impone un sistema electoral determinado ni una modalidad
determinada de ejercer los derechos a votar y a ser elegido. Ello se desprende de las
normas que regulan los derechos políticos tanto en el ámbito universal como en el
regional, y de las interpretaciones autorizadas realizadas por sus órganos de
aplicación.
56
Cfr. Naciones Unidas, Comité de Derechos Humanos, Observación general Nº 25, Derecho a
participar en los asuntos públicos, derecho a votar y derecho al acceso, en condiciones de igualdad a las
funciones públicas (art. 25) de 12 de julio de 1996, párr. 21.
46
pertenezcan a determinados partidos. Toda exigencia de que los candidatos cuenten con un
mínimo de partidarios [para presentar su candidatura] deberá ser razonable y no constituir
un obstáculo a esa candidatura […]57.
164. La Corte advierte que este aspecto de la Observación General No. 25 se refiere
a la obligación de no limitar, de forma excesiva, que los candidatos sean miembros de
partidos o pertenezcan a determinados partidos para ejercer estos derechos. Ello es un
supuesto de hecho distinto al registro exclusivo por parte de los partidos de los
candidatos. En el presente caso, ni la norma que se alega contraria a la Convención ni
otras del COFIPE establecen como requisito legal el estar afiliado o ser miembro de un
partido político para que se registre una candidatura y permite que los partidos
políticos soliciten el registro de candidaturas de personas no afiliadas a ellos o
candidaturas externas.
167. Respecto de los estándares establecidos por esta Corte, los representantes
alegaron que la Corte Interamericana en el caso Yatama concluyó que “no existe
disposición en la Convención Americana que permita sostener que los ciudadanos sólo
pueden ejercer el derecho a postularse como candidatos a un cargo electivo a través
de un partido político”. Afirmaron que los principios de la jurisprudencia deben ser
aplicados por el Tribunal “en forma evolutiva, progresiva y expansiva […] no sólo a
organizaciones políticas o a grupos de ciudadanos, sino también a un ciudadano como
persona individual” como el señor Castañeda Gutman. Finalmente, sostuvieron que
“[…] lo señalado en el párrafo 215 y 217 de la Sentencia del caso Yatama es
perfectamente aplicable por analogía al caso que nos ocupa”.
57
Cfr. Naciones Unidas, Comité de Derechos Humanos, Observación general Nº 25, supra nota 56,
párr. 17.
58
Cfr. ECHR, Case Mathieu-Mohin and Clerfayt v Belgium, judgment of 2 March 1987, Series A, No.
113, § 54.
59
Cfr. ECHR, Case Zdanoka v Latvia, judgment of 16 March 2006 [GC], no. 58278/00, § 103.
60
Cfr. ECHR, Case Mathieu-Mohin and Clerfayt, supra nota 58, § 54, y Case Zdanoka, supra nota 59, §
115.
47
168. Por su parte, el Estado señaló que dicho caso “no se refiere a candidaturas
independientes, sino al derecho de agrupaciones diferentes a partidos políticos a
participar en elecciones municipales mediante sus usos y prácticas tradicionales”.
Aquel precedente resulta inaplicable en el presente caso porque el asunto de fondo es
la restricción a la participación política de un sector específico de la población,
mientras que el señor Castañeda Gutman “pretende que ‘los ciudadanos sin partido’
sean considerados un ‘cierto grupo o sector de la población”. Asimismo, el Estado
destacó lo dicho por la Comisión en su Informe No. 113/06 en el sentido de que la
conclusión de la Corte en tal caso fue que “la Convención Americana es
completamente compatible con sistemas de representación distintos al tradicional
sistema de partidos políticos, pero no dice que un sistema de partidos sea en sí mismo
contrario a dicho instrumento internacional”. Finalmente, México sostuvo que el caso
Yatama “[…] no coincide con el que nos ocupa en la parte fáctica (en dicho asunto la
comunidad acudió al proceso electoral en las fechas de registro), ni en la cualidad del
peticionario involucrado (una comunidad indígena), ni en el objeto de la petición, por
ello se trata de un precedente inaplicable al presente asunto”.
169. La Corte estima oportuno recordar que en el caso Yatama hizo las siguientes
consideraciones:
“202. Al analizar el goce de estos derechos por las presuntas víctimas en este
caso, se debe tomar en consideración que se trata de personas que pertenecen a
comunidades indígenas y étnicas de la Costa Atlántica de Nicaragua, quienes se
diferencian de la mayoría de la población, inter alia, por sus lenguas, costumbres y
formas de organización, y enfrentan serias dificultades que los mantienen en una
situación de vulnerabilidad y marginalidad […]”
171. La Corte advierte que no puede sostenerse que exista identidad entre las
circunstancias de hecho y el conflicto jurídico subyacente en el caso Yatama y las
circunstancias de hecho y lo solicitado por la presunta víctima en el presente caso,
para poder concluir que a este último es aplicable la consecuencia jurídica del primer
caso.
174. Salvo algunos derechos que no pueden ser restringidos bajo ninguna
circunstancia, como el derecho a no ser objeto de tortura o de tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, los derechos humanos no son absolutos. Como lo ha
establecido anteriormente el Tribunal, la previsión y aplicación de requisitos para
ejercitar los derechos políticos no constituyen, per se, una restricción indebida a los
derechos políticos61. Sin embargo, la facultad de los Estados de regular o restringir los
derechos no es discrecional, sino que está limitada por el derecho internacional que
exige el cumplimiento de determinadas exigencias que de no ser respetadas
61
Cfr. Caso Yatama, supra nota 49, párr. 206.
49
179. La Corte observa que el requisito por el cual corresponde a los partidos políticos
solicitar el registro de los candidatos a cargos electivos a nivel federal se encuentra
previsto en el artículo 175 del COFIPE, una ley en sentido formal y material.
Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos y
libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren
por razones de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas.
64
Cfr. La Expresión "Leyes" en el Artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
supra nota 49, párrs. 27 y 32.
50
protección del orden o salud públicas, de los artículos 12.3, 13.2.b y 15, entre otras), o
bien, en las normas que establecen finalidades generales legítimas (por ejemplo, “los
derechos y libertades de las demás personas”, o “las justas exigencias del bien común,
en una sociedad democrática”, ambas en el artículo 32).
182. México ha invocado algunas razones para sostener que el sistema que opera en
ese Estado es una modalidad de ejercicio de los derechos políticos congruente con los
estándares internacionales en la materia, en términos de legalidad, necesidad y
proporcionalidad y que esto se advierte ya del COFIPE. El artículo 175 de dicho Código,
que establece que “corresponde exclusivamente a los partidos políticos nacionales el
derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular”,
reglamenta el artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
que prevé que “los partidos políticos tienen como fin promover la participación del
pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de la representación nacional
y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del
poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y
mediante el sufragio libre, secreto y directo […]”.
183. La Corte considera que el artículo 175 del COFIPE bajo examen tiene por
finalidad organizar el proceso electoral y el acceso de los ciudadanos al ejercicio del
poder público en condiciones de igualdad y de manera eficaz. Dicha finalidad resulta
esencial para el ejercicio de los derechos de votar y a ser votado en elecciones
periódicas auténticas, por sufragio universal e igual, y por voto secreto que garantice la
libre expresión de la voluntad de los electores, de acuerdo con el artículo 23 de la
Convención Americana.
184. No obstante, el hecho de que una medida persiga un fin permitido por la
Convención no implica que la misma sea necesaria y proporcional, lo que se examinará
a continuación.
185. En el sistema interamericano existe un tercer requisito que debe cumplirse para
considerar la restricción de un derecho compatible con la Convención Americana. La
Corte Interamericana ha sostenido que para que una restricción sea permitida a la luz
de la Convención debe ser necesaria para una sociedad democrática. Este requisito,
que la Convención Americana establece de manera explícita en ciertos derechos (de
reunión, artículo 15; de asociación, artículo 16; de circulación, artículo 22), ha sido
incorporado como pauta de interpretación por el Tribunal y como requisito que califica
51
186. Con el fin de evaluar si la medida restrictiva bajo examen cumple con este
último requisito la Corte debe valorar si la misma: a) satisface una necesidad social
imperiosa, esto es, está orientada a satisfacer un interés público imperativo; b) es la
que restringe en menor grado el derecho protegido; y c) se ajusta estrechamente al
logro del objetivo legítimo.
192. Los sistemas que admiten las candidaturas independientes se pueden basar en
la necesidad de ampliar o mejorar la participación y representación en la dirección de
los asuntos públicos y posibilitar un mayor acercamiento entre los ciudadanos y las
instituciones democráticas; por su parte los sistemas que optan por la exclusividad de
las candidaturas por partidos políticos se pueden basar en diversas necesidades tales
como fortalecer dichas organizaciones como instrumentos fundamentales de la
democracia u organizar de una manera eficaz el proceso electoral, entre otras. Estas
necesidades deben obedecer, en última instancia, a un fin legítimo conforme a la
Convención Americana.
53
194. El Estado, entre otros argumentos, señaló que la medida de registro exclusivo
de candidaturas por parte de partidos políticos cumple el requisito de proporcionalidad
en tanto “no constituye, de ninguna manera, la exclusión o discriminación de persona o
grupo de personas alguna del acceso al poder público por las vías democráticas; las
normas electorales federales mexicanas, en efecto, posibilitan canales de acceso a las
candidaturas, abiertos para todos los ciudadanos, no excluyentes ni discriminatorios
[…]”. Asimismo, indicó que el COFIPE contempla alternativas mediante las cuales los
ciudadanos pueden acceder a una candidatura a un cargo de elección popular: i) la
posibilidad de afiliarse a un partido político para que el mismo lo postule como
candidato a un cargo de elección popular; ii) la posibilidad de que un partido político lo
postule como candidato, sin necesidad de pertenecer al mismo (candidatura externa);
y iii) la posibilidad de crear un partido político propio. Al respecto, añadió que existe
una “creciente flexibilización de los requisitos y procedimientos para constituir partidos
políticos” lo que llevó a que en las elecciones federales de 2006 dos partidos de nueva
creación que competían por primera vez refrendaron su registro al obtener el 2% de la
votación nacional emitida y accedieron a escaños en el poder legislativo; que el COFIPE
obliga “a los partidos políticos a incorporar en sus Estatutos y normas de
procedimiento interno los procedimientos democráticos para la renovación de sus
órganos directivos así como las normas para la postulación democrática de sus
candidatos”, y existen “procedimientos de control y sanción de apego a la legalidad y
los principios democráticos a cargo del Instituto Federal Electoral y del Tribunal
Electoral”. Por todo ello, concluyó que la regulación de este aspecto “no se trata […] de
una modalidad de ejercicio excesiva o que conculque el derecho de voto pasivo”.
197. Como ha sido señalado, la Convención Americana, al igual que otros tratados
internacionales de derechos humanos, no establece la obligación de implementar un
sistema electoral determinado. Tampoco establece un mandato específico sobre la
modalidad que los Estados partes deben establecer para regular el ejercicio del
derecho a ser elegido en elecciones populares (supra párrs. 149 y 162 a 166).
200. Ninguno de los dos sistemas, el de nominación exclusiva por parte de partidos
políticos y el que permite candidaturas independientes, resulta en sí mismo más o
menos restrictivo que el otro en términos de regular el derecho a ser elegido
consagrado en su artículo 23 de la Convención. La Corte considera que no hay una
posibilidad de hacer una valoración en abstracto respecto de si el sistema que permite
las candidaturas independientes es o no una alternativa menos restrictiva de regular el
derecho a ser votado que otro que no lo permite. Ello dependerá de diversas
circunstancias, especialmente, de cómo se regulen los aspectos mencionados
anteriormente de las candidaturas independientes o de la regulación de las
candidaturas presentadas por partidos.
66
En algunos Estados de la región para el registro de estas candidaturas se ha requerido: un número
de ciudadanos inscriptos no menor al 0.5% de los ciudadanos que sufragaron en la anterior elección de
Diputados (Chile); el respaldo de firmas equivalente al 5% de electores empadronados (Ecuador); la nómina
de ciudadanos que representen el 2% de electores en la República (Honduras); adherentes no inferiores al
4% de los ciudadanos hábiles para votar a nivel nacional (Perú); manifestaciones de voluntad firmadas por
un número de electores inscritos equivalente a 0.5% de los electores de la circunscripción de que se trate
(Venezuela).
55
204. Finalmente, la Corte considera que ambos sistemas, uno construido sobre la
base exclusivamente de partidos políticos, y otro que admite también candidaturas
independientes, pueden ser compatibles con la Convención y, por lo tanto, la decisión
de cuál sistema escoger está en las manos de la definición política que haga el Estado,
de acuerdo con sus normas constitucionales. A la Corte no se le escapa que en la
región existe una profunda crisis en relación con los partidos políticos, los poderes
legislativos y con quienes dirigen los asuntos públicos, por lo que resulta imperioso un
profundo y reflexivo debate sobre la participación y la representación política, la
transparencia y el acercamiento de las instituciones a las personas, en definitiva, sobre
el fortalecimiento y la profundización de la democracia. La sociedad civil y el Estado
tienen la responsabilidad, fundamental e inexcusable de llevar a cabo esta reflexión y
realizar propuestas para revertir esta situación. En este sentido los Estados deben
valorar de acuerdo con su desarrollo histórico y político las medidas que permitan
fortalecer los derechos políticos y la democracia, y las candidaturas independientes
pueden ser uno de esos mecanismos, entre muchos otros.
*
* *
VIII
56
207. Los representantes, entre otros argumentos, señalaron que el artículo 175 del
COFIPE “contiene restricciones, no solamente excesivas, sino innecesarias en una
sociedad como la mexicana, que pretende ser democrática” e indicaron que “los
Estados de Sonora y Yucatán cuentan con legislaciones electorales que permiten las
candidaturas independientes, y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, [las] ha
considerado como permisibles en el régimen constitucional mexicano”. Afirmaron que
“es imposible demostrar que Yucatán y Sonora tengan una realidad a tal grado distinta
que la de Coahuila o Campeche, o que México entero, como para que sea necesario,
útil y oportuno para proteger el interés público, prohibir las candidaturas
independientes a nivel federal o en Nuevo León y Chiapas, y considerar que no es así
en Yucatán y Sonora, en donde están permitidas”. Alegaron que el Estado “no da un
trato igual a sus candidatos en circunstancias iguales, lo que resulta contrario al
principio consagrado en el derecho de igualdad ante la ley, reconocido en el articulo 24
de la Convención Americana” y que “dicho trato diferenciado e injustificado, produjo
una violación concreta en [su] perjuicio […], al no haber podido registrarse como
candidato sin partido para las elecciones federales del 2 de julio de 2006”. En
definitiva, los representantes sostuvieron que la exclusividad de registro de
candidaturas por parte de partidos políticos además de violar el derecho a ser elegido
previsto en el artículo 23 de la Convención Americana, violó el derecho a la igualdad
consagrado en el artículo 24 de dicho tratado.
208. El Estado por su parte sostuvo entre otros argumentos que “la afectación de la
igualdad prevista en el artículo 24 se surte para aquellos que están o se colocan en la
misma situación fáctica que hace aplicable la hipótesis normativa en su ámbito de
vigencia […]”, por lo que “la existencia de un orden normativo federal y diversos
locales, no implica que estos tengan que ser idénticos, pues ambos tienen ámbitos de
validez diversos”. Asimismo, señaló que “la interpretación de la Constitución admite la
posibilidad de que, si así lo decide el órgano legislativo, pueden configurarse otras
opciones distintas a la postulación exclusiva de los partidos políticos de candidatos a
puestos de elección popular, lo cual es una decisión potestativa que no implica que la
opción vigente a nivel federal sea contraria a la Constitución o a los tratados
internacionales de los que el Estado mexicano forma parte […]”, y que la ley electoral
en México, “establece de manera igual para todos y sin base alguna para afirmar la
existencia de discriminación, que corresponde a los partidos políticos la postulación de
candidatos, sin exigir que los ciudadanos propuestos deban ser miembros o afiliados de
dichos partidos”. Finalmente concluyó que “para garantizar la igual protección de los
derechos humanos, los Estados pueden establecer diferenciaciones entre situaciones
distintas y establecer categorías para ciertos grupos de individuos toda vez que se
persiga un fin legítimo y siempre que la clasificación sea razonable y se relacione con
el fin que persigue el ordenamiento jurídico”, lo cual se cumple en el presente caso ya
que “la regulación en el ejercicio del derecho a ser votado para la participación de
candidatos en las elecciones federales a un cargo de elección popular con el apoyo de
67
Artículo 24. Igualdad ante la Ley.
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a
igual protección de la ley.
57
210. El artículo 24 de la Convención prevé que todas las personas son iguales ante la
ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.
212. La Corte estima que las elecciones locales y las federales no son comparables,
de modo que no es posible concluir que las diferencias de organización entre unas y
otras, sean discriminatorias y violen el derecho a la igualdad ante la ley establecido en
el artículo 24 de la Convención Americana.
*
* *
IX
REPARACIONES
(Aplicación del Artículo 63.1 de la Convención Americana) 70
68
Cfr. Propuesta de modificación a la Constitución Política de Costa Rica relacionada con la
naturalización. Opinión Consultiva OC-4/84 del 19 de enero de 1984. Serie A No. 4, párr. 56; Condición
jurídica y derechos humanos del niño. Opinión Consultiva OC-17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie A No. 17,
párr. 46; y Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinión Consultiva OC-18/03 del
17 de septiembre de 2003. Serie A No. 18, párr. 89.
69
Cfr. Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, supra nota 68, párr. 84.
70
El artículo 63.1 de la Convención dispone que:
Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en [la] Convención, la Corte
dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá
asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que
ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte
lesionada.
58
A) PARTE LESIONADA
216. La Corte considera como “parte lesionada” en los términos del artículo 63.1 de
la Convención Americana al señor Jorge Castañeda Gutman, en su carácter de víctima
de la violación al derecho a la protección judicial consagrado en el artículo 25 de la
Convención Americana, en relación con la obligación de garantizar y adoptar medidas
establecidas en los artículos 1 y 2 del mismo tratado, declarada en la presente
Sentencia, por lo que es beneficiario de las reparaciones que el Tribunal ordena a
continuación.
B) INDEMNIZACIONES
a) Daño material
218. La Comisión Interamericana señaló los criterios generales relacionados con las
reparaciones y costas que consideró que la Corte debía aplicar en el presente caso y
solicitó al Tribunal que ordene al Estado “otorgar una indemnización al señor Jorge
Castañeda Gutman por el daño derivado de la violación de sus derechos”.
219. La presunta víctima consideró “que se justifica realizar una cuantificación por
los daños materiales en los que ha incurrido y por los perjuicios (lucro cesante) sufridos
71
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio de
1989. Serie C No. 7, párr. 25; Caso Yvon Neptune, supra nota 19, párr. 152; y Caso Apitz Barbera y otros
(“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”), supra nota 19, párr. 224.
72
Cfr. Caso Aloeboetoe y otros Vs. Surinam. Fondo. Sentencia de 4 de diciembre de 1991. Serie C No.
11, párr. 44; Caso del Pueblo Saramaka, supra nota 6, párr. 186; y Caso Yvon Neptune, supra nota 19, párr.
152.
73
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez, supra nota 71, párrs. 25-27; Caso Garrido y Baigorria, supra nota 46,
párr. 43; y Caso de la “Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de mayo de 2001. Serie C No. 76, párrs. 76 a 79.
74
Este Tribunal ha establecido que el daño material supone “la pérdida o detrimento de los ingresos
de las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y las consecuencias de carácter pecuniario
que tengan un nexo causal con los hechos del caso”. Cfr. Caso Gómez Palomino Vs. Perú. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 136, párr. 124; Caso García Asto
y Ramírez Rojas. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de
2005. Serie C No. 137, párr. 259; y Caso Blanco Romero y otros vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2005. Serie C No. 138, párr. 78.
59
220. El Estado señaló que “al no existir violaciones a la Convención Americana […]
no se encuentra obligado a reparar los presuntos daños reclamados por el [señor
Castañeda Gutman]”, y en relación con los alegados daños sobre los gastos en que el
mismo habría incurrido para financiar su pre-campaña electoral, añadió que “no
constituyen un daño atribuible al Estado, pues no son consecuencia directa de una
acción u omisión de [é]ste, sino de una decisión libre y espontáneamente tomada por
el [señor Castañeda Gutman]”. Asimismo, sobre el alegado lucro cesante argumentó
que el señor Castañeda Gutman “jamás menciona en qué consisten tales pérdidas,
tampoco presenta prueba alguna tendiente a acreditar que efectivamente dejó de
percibir ingresos profesionales y a cuánto ascendieron, pero asumiendo incluso que
esto fuese cierto, tal reclamo resulta igualmente improcedente”. Finalmente, el Estado
sostuvo que “la Ley Electoral mexicana no contemplaba la etapa de pre-campaña
electoral, ni mucho menos prevé su financiamiento”, por lo que resulta “absurdo
imaginar siquiera que el Estado mexicano pudiera ser responsable de gastos erogados
en un proceso que no está regulado por la ley y en el cual el [p]eticionario participó
voluntaria y espontáneamente”.
221. La Corte advierte que la víctima fundó su solicitud de una indemnización por
concepto de daño material en relación con la alegada violación al ejercicio de su
derecho a ser elegido previsto en el artículo 23 de la Convención Americana. El
Tribunal no constató en el presente caso una violación a dicho derecho humano, por lo
que no se deriva un daño material que requiera una medida de reparación al respecto.
b) Daño inmaterial
222. La Comisión Interamericana señaló los criterios generales relacionados con las
reparaciones y costas que consideró que la Corte debía aplicar en el presente caso y
solicitó al Tribunal que ordene al Estado “otorgar una indemnización al señor Jorge
Castañeda Gutman por el daño derivado de la violación de sus derechos”.
que ha continuado durante todo el período de litigio ante la Comisión y ante [la] Corte
Interamericana de Derechos Humanos. En particular, en los últimos meses han surgido
ataques en la prensa cuya coincidencia con momentos decisivos del proceso jurídico
difícilmente pueden atribuirse a mera casualidad”. Finalmente, el señor Castañeda
Gutman señaló que “deja[ba] a […] criterio [de la Corte] la consideración de los hechos
ya invocados, y los de tan reciente acaecimiento en relación con los daños causados
[…]”.
224. Por su parte, el Estado señaló que resulta jurídicamente improcedente el pago
de una indemnización por daño inmaterial. Respecto de la alegada afectación del
proyecto de vida hecha por la víctima el Estado indicó que “el [p]eticionario contaba
con el mismo acceso a sus aspiraciones políticas que el resto de los ciudadanos
mexicanos [y que] es necesario señalar que los resultados de cualquier proceso de
elección presidencial son sumamente impredecibles, pues involucran diversos factores
de índole política, económica y social. De ahí que se encuentre fuera de cualquier
expectativa razonable que el [p]eticionario, cuyas aptitudes, potencialidades y
aspiraciones el Estado no juzga, se fijase un proyecto de vida sujeto a una serie de
condicionantes de muy diverso origen y de realización incierta, en primer lugar, la
voluntad misma del electorado mexicano”. El Estado concluyó que, en todo caso, la
sentencia misma podría ser suficiente reparación para el daño moral.
75
“[E]l daño inmaterial puede comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones causados a la
víctima directa y a sus allegados, el menoscabo de valores muy significativos para las personas, así como las
alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia de la víctima o su familia”. Cfr. Caso
Neira Alegría Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de septiembre de 1996. Serie C No. 29, párr.
57; Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 10 de julio de 2007. Serie C No. 167, párr. 175; y Caso Apitz Barbera y otros (“Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo”), supra nota 19, párr. 237.
61
229. Por su parte, el Estado expresó que “[…] esta petición resulta infundada y sin
sustancia, toda vez que como ya se argumentó, el propio texto constitucional
garantizaba y garantiza en su artículo 99, fracción tercera, la existencia de un recurso
adecuado y eficaz que atiende reclamos como el que hace valer hoy el [señor
Castañeda Gutman]”. Más aún, la reciente reforma electoral de 13 noviembre de 2007,
“complementa dicho artículo desarrollando las acciones que puede llevar a cabo el
Tribunal Electoral cuando éste ejerce sus facultades de conformidad con el artículo 99
constitucional, fracción tercera. Así, el Estado mexicano, en su propia ley fundamental,
garantiza la existencia de un recurso adecuado y eficaz […]”.
solicitó a la Corte que, dada “la naturaleza de los hechos del presente caso”, ordene la
publicación de la Sentencia en un medio de circulación nacional.
233. Los representantes no realizaron una petición u observación sobre esta medida
de reparación.
235. Como lo ha dispuesto la Corte en otros casos 76, como medida de satisfacción, el
Estado deberá publicar en el Diario Oficial y en otro diario de amplia circulación
nacional, por una sola vez, los párrafos 77 a 133 de la presente Sentencia, sin las notas
al pie de página, y la parte resolutiva de la misma. Para realizar estas publicaciones se
fija el plazo de seis meses, a partir de la notificación de la presente Sentencia.
237. Los representantes no realizaron una petición u observación sobre esta medida
de reparación.
D) COSTAS Y GASTOS
77
Cfr. Caso Garrido y Baigorria, supra nota 46, párr. 79; Caso Yvon Neptune, supra nota 19, párr. 184;
y Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”), supra nota 19, párr. 257.
63
243. Por su parte, el Estado manifestó que “[...] una condena al pago de gastos y
costas resulta improcedente por la simple razón de que no habiendo incurrido el Estado
en ninguna de las violaciones que le atribuye el [señor Castañeda Gutman],
corresponde a éste y a sus representantes legales soportar las consecuencias
económicas de una estrategia jurídica notoriamente improcedente así como de su
injustificado recurso a instancias internacionales”. Asimismo, puntualizó que ha sido
señalado “de manera reiterada y pública en varias ocasiones, que el apoyo jurídico que
ha recibido ha sido pro bono y que sus abogados no han cobrado honorarios. En
consecuencia, resulta infundada la pretensión de obtener una reparación respecto de
gastos derivados de actividades relacionadas con el presente caso ante instancias
internas e internacionales, cuando el propio [señor Castañeda Gutman] ha afirmado
que dichas gestiones no le representaron erogación alguna”.
78
Cfr. supra nota 21.
64
246. Si por causas atribuibles al señor Castañeda Gutman no fuese posible que éste
reciba el reintegro de costas y gastos dentro del plazo indicado, el Estado consignará
dicho monto a favor del beneficiario en una cuenta o certificado de depósito en una
institución financiera mexicana solvente, y en las condiciones financieras más
favorables que permitan la legislación y la práctica bancaria. Si al cabo de 10 años el
monto asignado de las costas y gastos no ha sido reclamado, las cantidades serán
devueltas al Estado con los intereses devengados.
247. El Estado deberá cumplir con las obligaciones monetarias mediante el pago en
dólares estadounidenses o en la cantidad equivalente en moneda de México, utilizando
para el cálculo respectivo el tipo de cambio que se encuentre vigente en la bolsa de
Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica, el día anterior al pago.
249. En caso de que el Estado incurriera en mora, deberá pagar un interés sobre la
cantidad adecuada, correspondiente al interés bancario moratorio en México.
X
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE
DECIDE,
por unanimidad:
DECLARA,
65
Y DISPONE,
Comuníquese y ejecútese,