Clase Hipólito Martignone
Clase Hipólito Martignone
Clase Hipólito Martignone
Hipólito, está presente también en “El cuento de los dos hermanos” de la tradición
portador de corona o Hipólito II) sería el segundo tratamiento del tema por parte de
Eurípides, tras un primer intento (Hipólito velado o Hipólito I) que habría causado
el rechazo del público y de los jueces hacia el carácter osado de la heroína Fedra,
habría sido representada entre la primera obra euripidea y la segunda y que pudo
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Sin contar Bacantes que, según vimos en la clase sobre Eurípides, recibió el primer premio de manera
póstuma.
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El núcleo del motivo de Putifar consiste en que una mujer casada se enamora de un hombre que no es su
marido; al confesarle su pasión amorosa, ese hombre la rechaza y entonces ella le dice a su esposo que el
otro trató de seducirla o forzarla.
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Barrett (1966: 12) sostiene: “The first Hippolytus met with disfavour: the ordinary conventional Athenian
disapproved of the portrayal of illicit passion in a woman, and we may surmise that Euripides had done
nothing to spare him in his depicting of Phaidra’s psychology”. El cambio fundamental de un texto a otro
radicará, para Barrett (1966: 14), en un tratamiento dramático diferente del personaje de Fedra. Mills (1997:
187), por su parte, señala que “Euripides (...) may have been the first Athenian playwright to dramatize the
Hippolytus story”.
versión a la otra.4 En Ranas (v. 1043), Aristófanes le hace decir a Esquilo en su
velado.
ss.), estas últimas del poeta Ovidio. El joven Hipólito resulta de interés para
entre ellas, son citadas de forma elogiosa por los autores de la llamada “segunda
(que remite a la rhêsis misógina de Hipólito 616 y ss.) en el Paraíso perdido de Milton
(10.888 y ss.).
4
Gibert (1997) ha puesto en duda tanto la fecha de representación del Hipólito II como el orden
tradicionalmente aceptado en el que fueron puestas en escena las obras (primero el Hipólito velado y
después el Hipólito portador de corona), aunque sin proponer una solución. Su artículo ha provocado
diversas respuestas y reacciones.
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En el caso de la obra homérica, se trataría de una interpolación ática del siglo VI a. C., lo cual indicaría
que la leyenda, posiblemente originada en Trecén, ya estaba establecida en Atenas para esa fecha.
El siglo XVII francés (e incluso el final del XVI) fue pródigo en versiones
teatrales del amor de Fedra por Hipólito: se registran por lo menos seis piezas
sobre el tema, entre las que se destaca Phèdre (originalmente titulada Phèdre et
Hippolyte) de Jean Racine (1677). En relación con este autor, podemos traer a
sobre Filosofía de la Religión, del primer tercio del siglo XIX– como ejemplo de una
colisión entre dos fuerzas éticas supremas. Según él, el paradigma al respecto es
por Racine:
En Fedra Hipólito se vuelve desdichado porque consagra su veneración
solamente a Diana y desdeña el amor que se venga de él; la caza es su pathos y
él desconoce el amor. En la reelaboración francesa de Racine [hay] necedad en
atribuir a Hipólito otros amoríos –luego tampoco hay ahí castigo del amor en
cuanto pathos padecido sino una mera desdicha por estar enamorado de una
joven y por no prestar atención a otra figura femenina, la cual ciertamente es
esposa de su padre, impedimento ético que es disimulado por su amor hacia
Aricia; por eso la causa de su derrumbe no es afrentar o desdeñar una potencia
universal como tal, no es nada ético, sino una particularidad, una contingencia.
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Lauriola (2015: 462) indica que “In the 18th and 19th centuries the tragedy of Hippolytus and Phaedra
was rather out of favor”. Hay, no obstante, dos óperas sobre el tema en el siglo XVIII, basadas en la Phèdre
de Racine: una francesa, de Rameau (Hippolyte et Aricie, 1733), y otra italiana, de Traetta (Ippolito ed
Aricia, 1758).
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Con Anthony Perkins, protagonista de Psicosis de Alfred Hitchcock, en el papel de Hipólito, y Μελίνα
Μερκούρη en el de Fedra.
Izq. Póster de la película de Dassin. Der. Hipólito con su “carro”.
de los dioses” (1969, D’Artagnan 210, pp. 205-215), obra de Robin Wood (guion)
y Lucho Olivera (dibujo). Y dos excelentes novelas del año 2017 retoman esta
Docente y estudiantes de la carrera de Letras UCA tras la proyección del Hipólito de Katerina Evangelatos,
CC Borges, domingo 12 de mayo de 2024.
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Mills (2002: 109-129 y 156-157) propone un recorrido por lo que ella llama “The Afterlife of Hippolytus”
y brinda una lista cronológica de diferentes adaptaciones desde 1571 hasta 1998. Cf. también Foley (1999-
2000), quien se dedica a analizar las características de las puestas en escena del teatro euripideo en el siglo
XX. Para las reelaboraciones (especialmente modernas) del tema de Hipólito, véanse Looney (2013) y
Lauriola (2015: 462-475).
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Más información sobre esta puesta: https://centroculturalborges.gob.ar/events/hipolito-de-euripides-de-
katerina-evagelatos/ y https://www.n-t.gr/en/events/hippolytos/ .
Argumento
alcanzaría con decir que “es la historia de Fedra”, ya que suele ser más
hecho la mayoría de los dramas que trata este tema recibe por título Fedra, como
argumento podría resumirse así: el joven y casto Hipólito (hijo de Teseo, héroe
ateniense, con una amazona innominada y devoto de la diosa Ártemis, con quien
se aísla en los bosques para cazar) rechaza cualquier tipo de unión sexual.
Afrodita, la diosa del amor, se siente deshonrada por él y para castigarlo induce
Teseo en una tablilla, por medio de la cual le hace creer a su esposo que el
monstruoso toro que Poseidón envía desde el mar para cumplir el pedido de
Teseo. Ártemis se presenta como dea ex machina para revelarle a Teseo la verdad
y comunicarle a Hipólito las honras que le brindará una vez muerto. Finalmente,
Estructura
manera:10
10
Tomado de Nápoli, J. (2007), Tragedias I. Alcestis. Medea. Hipólito. Andrómaca, traducción, notas e
introducción de ---, Buenos Aires, Colihue.
1. Prólogo (1-120)
1.1. Monólogo ex machina de Afrodita (1-57)
1.2. Monodia de Hipólito y sus sirvientes (58-71)
1.3. Rhesis de Hipólito (73-87)
1.4. Diálogo entre Hipólito y su criado (88-107)
1. 5. Rhesis de Hipólito (108-113)
1. 6. Rhesis del criado (114-120)
2. Párodo (121-169)
3. Primer episodio (170-524)
3. 1. Anapestos del corifeo (170-175)
3. 2. Diálogo anapéstico entre Fedra y la Nodriza (176-266)
3. 3. Diálogo entre el corifeo y la Nodriza (267-287)
3. 4. Diálogo entre Fedra y la Nodriza (288-361)
3. 5. Estrofa del corifeo (362-372)
3. 6. Diálogo entre Fedra y la Nodriza (373-524)
4. Primer estásimo (525-564)
5. Segundo episodio (565-731)
5. 1. Diálogo lírico entre Fedra, el corifeo y el coro (565-600)
5. 2. Diálogo entre Hipólito y la Nodriza (601-668)
5. 3. Estrofa de Fedra (669-679)
5. 4. Diálogo lírico entre Fedra, el corifeo y el coro (680-731)
6. Segundo estásimo (732-775)
7. Tercer episodio (776-1101)
7.1. Diálogo entre la Nodriza y el corifeo (776-789)
7. 2. Diálogo entre Teseo y el corifeo (790-810)
7. 3. Diálogo lírico entre el coro y Teseo (811-855)
7. 4. Diálogo entre Teseo y el corifeo (856-901)
7. 5. Diálogo entre Hipólito y Teseo (902-1101)
8. Tercer estásimo (1102-1150)
9. Éxodo (1151-1466)
9. 1. Diálogo entre Teseo y un Mensajero (1151-1267)
9. 2. Estrofa del coro (1268-1281)
9. 3. Anapestos pronunciados ex machina por Ártemis (1282-1295)
9. 4. Ártemis interrumpida por exclamaciones de Teseo (1296-1341)
9. 5. Anapestos del corifeo (1342-1346)
9. 6. Versos líricos y anapésticos de Hipólito (1347-1388)
9. 7. Diálogo entre Ártemis, Hipólito y Teseo (1389-1461)
9. 8. Despedida anapéstica del corifeo (1462-1466)
Dramatis personae
señalado que en ninguna otra tragedia la determinación de los hechos por una
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Knox, B. (1952), “The Hippolytus of Euripides”, YClS 13, 3-31.
fuerza externa (en este caso Afrodita, como se aprecia en el prólogo de la
cuanto la de Ártemis en el cierre sirven para mostrar una de las posibles formas
de tratamiento de las figuras divinas (y de sus acciones, y los principios que las
analiza el uso de las ideas religiosas por parte de Eurípides y ve, por su
también como una de las marcas centrales del drama euripideo, según puede
apreciarse en Ranas (vv. 948-950). Allí dice Eurípides: “Después, desde los
primeros versos, no dejaba nada sin acción, sino que me hablaban la mujer y el
y las heroínas trágicas, el crítico español Carlos García Gual los caracteriza del
presenta sobre la escena unos héroes complejos, más escépticos, más vacilantes,
y más próximos al hombre corriente, justamente por esas angustias ante la acción
destino con una voluntad lúcida, pero las pasiones pueden influir en la decisión
con más fuerza que la mera razón. (...) La reflexión no garantiza una elección feliz,
que su razonamiento]. (...) Obcecados por su misma grandeza trágica, los héroes
Son humanos, demasiado humanos, ceden y vacilan, dudan con respecto a sus
como para equipararlo a otros héroes trágicos (como Medea o Edipo, con 562 y
circunstancia hace de esta pieza una obra indudablemente singular, que habilita
misma situación dramática, situación que les impone una misma elección: hablar
o callar (“silence and speech”, en términos de Knox). Esto también ha dado lugar
a que otros críticos (entre ellos Mills, 2002) perciban la particular riqueza de
análisis de sus personajes. Fedra puede entonces ser vista como una mujer
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Knox (1952: 3-5) señala que los cuatro personajes principales pronuncian aproximadamente la misma
cantidad de versos cada uno (Hipólito 271, Fedra 187, Teseo 187 y la Nodriza 216), lo que vuelve al
Hipólito una obra particular, dado que en la mayoría de las tragedias el protagonista pronuncia un número
de líneas mayor al del resto de los personajes. Grube (1961[1941]: 177) señala que “The chief character is
Hippolytus, and it is around him that the drama is built”, así como Barrett (1966: 14 y 167) lo considera
“the central figure”, y Roisman (1998: 167-168) y Schamun (2004: 97) el héroe trágico de la obra.
notable que, aunque termina actuando mal (como siempre en el mito), lo hace
después de tremendos esfuerzos para evitar obrar así, y que lo hace como
cazadora Ártemis, vive una vida hermosa y pura, pero es un fanático (en su
extrema del “Otro” para la cultura griega), es quizás el personaje más ambiguo
lo hace sin saber si será eficaz, por lo que también, sirviéndose de su poder como
Ártemis dirá en el final que aunque actuó engañado y “mal” (por no haber
hijo), sin embargo lo hizo sin “malicia”, y eso propiciará también el perdón por
Hernán Martignone
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Ya no hay respeto...