Modulo N1 Cs. Sociales

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Módulo N°1

Materia: Ciencias sociales 1ro 1ra Docente: Echeverria Alejandro

Las primeras sociedades o sociedades ágrafas


Según el criterio tradicional que divide la historia en edades, se denomina prehistoria (es decir, lo que está
antes de la historia) al largo período anterior a la invención de la escritura, hacia el año 3000 a. c. Esto se debe a que,
durante mucho tiempo, los historiadores privilegiaron las fuentes escritas y, en consecuencia, consideraron que solo
era posible conocer la historia de los pueblos que dominaban la escritura.
Actualmente, muchos especialistas cuestionan el concepto de prehistoria, ya que todas las acciones humanas
forman parte de la historia. Por eso, prefieren conceptos como los de primeras sociedades o sociedades ágrafas (es
decir, sin escritura).
Para tener una mejor comprensión de este largo proceso histórico, los arqueólogos establecieron una
periodización basada en los materiales y el uso que hacían de ellos los primeros seres humanos. Esta periodización
distingue las siguientes edades arqueológicas que, a su vez, se dividen en subperíodos:
• Edad de piedra: Se divide en Paleolítico y Neolítico. El Paleolítico (en griego, piedra vieja) es la etapa en la
que los seres humanos fueron cazadores-recolectores y fabricaron herramientas de piedra tallada. Durante
el Neolítico (en griego, piedra nueva), los seres humanos iniciaron la agricultura y elaboraron herramientas
con piedras pulidas.

• Edad de los metales: Se inició hacia el final del neolítico, con la utilización del cobre y del bronce, una
aleación de cobre y estaño. Posteriormente, algunos pueblos trabajaron el hierro, el metal más resistente.

¿Siempre fuimos iguales?


Desde siempre, la humanidad ha desplegado diferentes estrategias de supervivencia interactuando con una
naturaleza cambiante generando rasgos culturales que la acompañan desde entonces, como la vida social, el
lenguaje y el desarrollo de las manifestaciones artísticas.
La hominización es el proceso de evolución que permitió el desarrollo del ser humano actual. Este proceso
abarcó un período muy largo durante el cual los antecesores del ser humano fueron adquiriendo las características
físicas y culturales que hoy nos definen.
Hace unos 20.000.000 millones de años empezó a elevarse la temperatura del planeta y el clima se volvió
más seco. Los cambios climáticos provocaron una reducción de las selvas en el continente africano y la extensión de
llanuras sin árboles. Así, las condiciones naturales se fueron haciendo cada vez menos beneficiosa para los primates.
Hace unos 6.000.000 millones de años, algunas poblaciones de primates similares a los actuales gorilas o
chimpancés que vivían en los árboles comenzaron a buscar sus alimentos en el suelo. Para tomar estos alimentos y
moverse por el territorio adoptaron el bipedismo, que consiste en mantener la posición erguida y caminar en dos
pies. Esta nueva situación, les permitió liberar las otras dos extremidades para favorecer la recolección de alimentos
y la manipulación de objetos. Así surgieron los primeros homínidos, que se diferenciaron del resto de los primates.
Algunos de ellos, fueron los:

• Australopithecus: Son los primeros homínidos de los que se tiene registro fósil, los cuales fueron encontrados
en el sudeste de África. Su antigüedad ha sido calculada en 3.250.000 años. Medía entre 1,10 y 1,30 mts. Por
estudios de su dentadura, se deduce que su dieta era omnívora (quizás se alimentaban de carne de animales
muertos –carroña-, frutos que recolectaban, hojas y raíces).
• Homo habilis: Es considerado el primer representante del género Homo. Vivió en el este y sur de África entre
2.500.000 y 1.500.000 millones de años. En los yacimientos donde fueron encontrados sus restos fósiles, había
restos de hachas de piedra e indicios de su fabricación. Median entre 1,20 y 1,50 mts y pesaba entre 32 y 52
kilos. Su capacidad cerebral era de entre 510 y 600 cm³; y su dieta también era omnívora.
• Homo erectus: De origen africano apareció hace aproximadamente 2.000.000 de años y los últimos grupos de
esta especie vivieron hasta hace unos 50.000 años. Su altura promedio era de 1,60 mts, llegando a pesar entre
54 y 60 kilos. Su capacidad cerebral era de entre 900 y 1.100 cm³. Se caracterizó por ser un experimentado
cazador que se desplazó desde África hasta Europa y Asia. Además, utilizaba el fuego, lo que le permitió mejorar
su dieta y vivir en zonas más frías.
• Homo neandertal: Ocupó zonas de Europa y del Cercano Oriente entre los 120.000 y 36.000 años. Tuvo una
cultura muy desarrollada con manifestaciones artísticas en pintura y en tallado de huesos. Median entre 1,70
mts y su capacidad cerebral llegaba a los 1.550 cm³. Fueron cazadores especializados. Estos homínidos
enterraban a sus muertos con ajuares funerarios, por lo que se supone que podían tener algún tipo de creencia
religiosa.
• Homo sapiens: Habría surgido en África hace aproximadamente 150.000 años, y desde allí se expandió hacia
todos los continentes (Oceanía, América, Europa y Asia). Su promedio de altura era de 1,70 mts y su capacidad
craneal oscilaba entre los 1.200 y los 1.600 cm³. Desarrollaron nuevas tecnologías como la talla de piedra para
fabricar utensilios. Eran cazadores muy eficaces, manejaban el fuego y utilizaban vestimentas adaptadas a los
diferentes medios. Desarrollaron formas de comunicación como el lenguaje y las manifestaciones artísticas.

Formas de vida del Paleolítico


Llamamos paleolítico al período más largo de la historia de la humanidad en el que se desarrolló gran parte
del proceso de hominización. Inicia con la creación de herramientas a partir de los Homo habilis hace unos 2.500.000
años, y termina hace unos 10.000 años aproximadamente. Su nombre deriva del uso que les dieron a las piedras
durante ese período.
Durante esos años, la forma de organización social que predominó fue la de grupos nómades, esto quiere
decir que no tenían una residencia permanente, sino que se trasladaban hacia los sitios con recursos abundantes.
Tampoco construían viviendas, generalmente se refugiaban en cuevas. Entre estos primeros grupos no había
diferencias de poder ni de riquezas; eran sociedades igualitarias.
Estos pueblos se organizaban en grupos o bandas de entre veinte y doscientos individuos. Las distintas
bandas se relacionaban entre sí a través de las parejas que se formaban entre sus miembros. Luego de producirse la
unión, la pareja se integraba a la banda del hombre.
La dieta de estos homínidos variaba según la disponibilidad de recursos y las técnicas que habían logrado
desarrollar. Como tenían una alimentación omnívora, podían adaptarse a condiciones variadas. Al principio, estos
humanos basaban su alimentación en la recolección de hierbas, frutos, raíces y cortezas. Eventualmente eran
carroñeros. Lentamente fueron aprendiendo estrategias de supervivencia: desde robarles las presas cazadas a otros
animales, hasta idear estrategias para la caza propia. A partir de ese entonces, el consumo de carne se volvió más
importante en la alimentación humana.
Estas sociedades no producían sus alimentos, su economía dependía de los recursos naturales que estaban
disponibles en el lugar, así como tampoco podían almacenarlos para el futuro. A estas sociedades de cazadores-
recolectores que tomaban lo que la naturaleza les ofrecía y consumían alimentos sin producirlos se las llamaba
sociedades depredadoras.
Durante el paleolítico, la esperanza de vida era muy reducida. Las mujeres morían alrededor de los treinta
años, debido principalmente, a complicaciones de salud relacionadas con el embarazo y el parto. Los hombres vivían
un poco más, pero generalmente no superaban los cuarenta años.
A su vez, durante este período, estos grupos humanos aprendieron a controlar el fuego, un elemento
fundamental para la mejora de la vida de los homínidos del paleolítico. Al principio, los humanos aprovechaban el
fuego que se había iniciado durante una tormenta, pero con el paso del tiempo fueron aprendiendo a conservarlo y
transportarlo. El dominio del fuego les permitió ahuyentar a los predadores y tener tranquilidad a la hora de dormir.
También les proporcionó iluminación para poder realizar más tareas durante la noche, así como calentarse frente al
frío. Sin embargo, la principal función fue la cocción de los alimentos, lo que les permitía eliminar bacterias, poder
digerirlos mejor y asimismo reducir las causas de muerte.
Las actividades realizadas de manera conjunta por los grupos humanos y la transmisión de las técnicas para
la fabricación de herramientas, hicieron que las personas necesitaran comunicarse entre sí. De esta necesidad surgió
el lenguaje, que es uno de los principales elementos que diferencian al ser humano de otros seres vivos.
La fabricación de herramientas, el dominio del fuego y el desarrollo del lenguaje fueron pasos decisivos en el
proceso de evolución de los seres humanos. Todas estas capacidades llevaron a que los grupos comenzaran a
funcionar de manera colectiva en diversas actividades y, por otro lado, a que se repartieran las tareas entre sus
miembros.
Los hombres del Paleolítico desarrollaron su propia cultura artística a través de la producción de pinturas en
piedra, grabados y esculturas. Las pinturas rupestres más antiguas que se conocen tienen más de 35.000 años y se
encuentran, principalmente, en Francia y España. Las pinturas se encontraron en las paredes y los techos de cuevas
que no funcionaban como viviendas. Para pintar, se utilizaban materiales como carbón, sangre, ocre y arcilla, que se
extendían con los dedos o con brochas hechas con pelo o plumas de animales. Estas pinturas representaban temas
relacionados con la caza y los animales: caballos, ciervos, bisontes y mamuts. Otras pinturas son abstractas e
incluyen puntos, líneas y otros signos más complejos.
Los grabados se realizaban con algún instrumento punzante, y para los relieves usaban aquellas rocas que
tuvieran forma similar a la de los animales a los que querían representar. Para aligerar el trabajo, se elegían paneles
de roca lo más blanda posible, como la arenisca, una piedra no muy dura que se tallaba fácilmente.
Con el tiempo, cuando estos pueblos se dieron cuenta de que las condiciones climáticas tenían incidencia sobre
la disponibilidad de recursos, comenzaron a creer en espíritus maléficos y benéficos que tenían influencia sobre la
naturaleza. Para que actuaran los buenos espíritus y para evitar maldiciones, comenzaron a realizar actividades
rituales, como danzas y cantos. Esta religiosidad se expresó también en el arte, mediante imágenes abstractas con
signos y símbolos.
El arte paleolítico incluye, además, numerosas esculturas decoradas, entre ellas, unas estatuillas femeninas de
formas abultadas, realizadas en hueso, marfil o piedra. Para algunos arqueólogos, estas figuras, llamadas Venus, eran
muñecas utilizadas para el intercambio. Otros especialistas, en cambio, les atribuyen una función religiosa y afirman
que simbolizaban algún tipo de culto a la fertilidad femenina.

De las bandas a las Jefaturas


El hombre es un ser social porque puede desarrollarse plenamente en sus capacidades cuando vive con otros
seres humanos, recibiendo, creando y transmitiendo cultura.
Cuando sus recursos eran escasos, el hombre vivía en grupos pequeños de entre veinte a doscientos
individuos, nómades llamados bandas u hordas.
En el momento en que la base para la organización de los grupos fue la relación de parentesco, se formaron los
clanes. Esto implicaba una evolución en la sociedad, porque los seres humanos debieron tomar conciencia de su
relación como familia, y unirse en muchos casos en torno a un antepasado en común. Las comunidades que eligieron
la exogamia (el matrimonio que se realiza entre miembros de distintos grupos, clanes o aldeas) como modelo
cultural de parentesco, tuvieron mayor posibilidad de supervivencia que las sociedades endogámicas (casamiento
dentro de una misma unidad social). Estos lazos familiares entre aldeas les daban un sentimiento de identidad frente
a otros grupos alejados, cohesionándolos en la lucha por los territorios más aptos, y adaptando rituales religiosos
propios, quedando en mejores condiciones para enfrentar y eliminar a otros grupos que, por no practicar la
exogamia, no hallaban fácilmente aliados.
A medida que las bandas iban alcanzando un mayor número y su organización se hacía más compleja
aparecieron nuevas formas de organización, como las jefaturas.

Los primeros habitantes de América


El poblamiento del continente americano se inició hace unos 40.000 años a. c., cuando el Homo sapiens ingresó
por lo que hoy son el estrecho de Bering y Alaska. Estos grupos perseguían manadas de animales que emigraban en
busca de climas más cálidos y alimentos. La entrada en el continente americano fue posible debido a que, como
consecuencia de la última glaciación, grandes volúmenes de agua se solidificaron. Esto provocó el descenso del nivel
de los mares y el surgimiento de un corredor terrestre que comunicaba el continente asiático con América del Norte.
El poblamiento se produjo en distintas oleadas migratorias. En un largo proceso, que se extendió durante
miles de años, distintas bandas de cazadores-recolectores poblaron el continente desde el norte, hasta que llegaron
al extremo sur alrededor del año 8.000 a. c.
Por lo general, los desplazamientos por el territorio americano no fueron planificados, sino que obedecieron a
una combinación de causas, entre ellas:
• Las disputas entre otras bandas por la ocupación de un territorio.
• La disminución de los recursos de un lugar debido a cambios climáticos, migraciones estacionales de los
animales o sobreexplotación.
• El aumento del número de integrantes de una banda, que planteaba la necesidad de más alimentos.

Debido a estos desplazamientos, los primeros pobladores del continente americano atravesaron un complejo
proceso de adaptación a condiciones medioambientales muy diferentes.
Actualmente, ningún científico discute que el poblamiento de América se produjo a través del estrecho de
Bering. Sin embargo, algunos especialistas agregan que hubo migraciones tardías de pobladores procedentes de
Melanesia y Polinesia que atravesaron el océano Pacífico y se establecieron en las costas americanas, entre lo que
hoy conocemos como México y el norte del Perú.
Las culturas paleoindias
La clásica periodización en Edad de Piedra y Edad de los Metales resulta adecuada para comprender las
culturas de África, Asia y Europa. Sin embargo, cuando se trata de América, aparecen diferencias en la cronología y
los avances culturales. Por eso, los arqueólogos periodizan el proceso americano de otra manera y denominan
paleoindias a sus culturas.
Los primeros pobladores de América formaban bandas de cazadores-recolectores que cazaban animales de la
llamada megafauna, como le mamut, el mastodonte y el bisonte, con complejas técnicas de cacería grupal. Además,
pescaban y recolectaban frutos, semillas y huevos.
Estos cazadores fabricaban herramientas de piedra y madera, o de otros materiales que obtenían de la caza y
la pesca, como huesos, tendones y espinas. Como muestras del tipo de armas de las que disponían estos grupos, los
arqueólogos encontraron las denominadas puntas Clovis, en el norte de América, y las llamadas puntas cola de
pescado, en el sur.
Las puntas Clovis son hojas de piedra talladas por presión, con una hendidura que llega a la mitad de la pieza
en la cual se insertaba al palo de la lanza, y servían para cazar animales grandes.
En cambio, las puntas cola de pescado se elaboran, primero, por percusión y luego, por presión en ambas caras
de la piedra. Su forma indica que insertaban el palo de la lanza en la base, aunque algunas también tenían una
hendidura hasta la mitad para lograr una mayor estabilidad.
Los primeros habitantes del continente elaboraron vestimentas de cuero, pieles o fibras vegetales. También
usaron esos materiales para hacer viviendas, como tiendas desmontables de cuero y pieles, y chozas de ramas y
hojas.

Una época de grandes cambios


El Neolítico es la última etapa de la Edad de Piedra. Se caracterizó por el desarrollo de una técnica nueva en la
fabricación de herramientas, basada en el pulido de las piedras. Sin embargo, la característica más sobresaliente de
esta etapa es que algunos grupos humanos cambiaron su forma de relacionarse con la naturaleza: pasaron de una
economía predatoria, en la que consumían los recursos disponibles en la naturaleza, a una economía productiva, en
la que podían generar sus alimentos. Este gran cambio fue llamado Revolución Neolítica.
Durante el Neolítico se produjo una serie de transformaciones que modificaron la vida cotidiana de los seres
humanos. El desarrollo de la agricultura fue una de ellas. Otros grandes cambios que tuvieron lugar durante esta
etapa fueron los siguientes:

• El sedentarismo: La práctica de la agricultura estuvo acompañada por el desarrollo de los primeros


asentamientos humanos estables.
• Domesticación de animales: Los seres humanos del Neolítico criaron y cuidaron animales. Algunos, para obtener
de ellos alimentos, como leche, carne y queso, o lana, con la cual confeccionar prendas de vestir. Otros, para
utilizarlos en tareas de carga, labranza o transporte.
• Pulido de piedras: Los hombres y mujeres utilizaron técnicas y materiales novedosos para fabricar herramientas
y utensilios de uso cotidiano. El pulido de piedras como el sílex, por ejemplo, permitió realizar raspadores,
perforadores, puntas de flecha, hoces, azadas, hachas y cuchillos más filosos y precisos que los que se usaban en
el Paleolítico. Algunas de estas herramientas facilitaron y agilizaron el arado de la tierra, lo que permitió obtener
más alimentos.
• Alfarería: Consiste en elaborar vasijas con barro amasado o cerámica que servían no solo para almacenar
granos, sino también para cocinar la comida y hervir agua.
• Hilado: El cultivo del algodón y del lino permitió obtener fibras vegetales con las que se elaboraban diversos
tejidos, que se usaron para fabricar vestimentas.
Las ocupaciones depredadoras, como la caza y la recolección, fueron sustituidas poco a poco por otras de
carácter productivo, como la domesticación de animales y el cultivo de la tierra y, de esta manera, las sociedades
de Homo sapiens abandonaron paulatinamente el nomadismo y la economía de subsistencia para convertirse en
sedentarias y productoras de sus propios alimentos.
La revolución Neolítica se inició de manera independiente, en momentos distintos, en sociedades que no
tenían contacto entre sí. Por este motivo no debe entenderse como un período cronológico concreto, sino como una
etapa dentro de la evolución de las diferentes sociedades humanas.
Cada núcleo original, que coincide con zonas de la Tierra donde existían animales y plantas susceptibles de ser
domesticados -como Oriente Próximo, China, Mesoamérica o la región andina-, evolucionó y se difundió de forma
independiente. Es por eso, que no se puede hablar de una “cultura neolítica “, sino de infinidad de éstas. Cada
cultura surgió y se desarrolló en un entorno natural distinto y, consecuentemente, tuvo que adaptarse a recursos y
materiales muy dispares.

El origen científico del universo: La teoría del Big - Bang

¿Cómo se formó el Universo? ¿Qué indujo a que se formaran las estrellas, los planetas y galaxias? Estas son
algunas de las preguntas que se han formulado millones de personas a lo largo de la historia. En concreto, los
científicos quieren buscar explicación a todos los fenómenos que existen. De aquí nace la teoría del Big Bang. Para
quien no lo sepa aún, es la teoría que da explicación al origen de nuestro universo. También recoge la explicación de
la existencia de los planetas y las galaxias.
• Características de la teoría del Big Bang

También es conocida como teoría de la Gran Explosión. Es la que sostiene que nuestro universo tal y como lo
conocemos se inició hace miles de millones de años en una gran explosión. Toda la materia existente en el universo
estaba concentrada en tan sólo un punto.
Desde el momento de la explosión, la materia comenzó a expandirse y aún lo está haciendo en la actualidad.
Los científicos no paran de repetir que el universo está en continua expansión. La materia almacenada en un solo
punto no sólo comenzó a expandirse, sino que también comenzó a formar estructuras más complejas formando
organismos vivientes.
La fecha del inicio del Big Bang la han estimado los científicos, este tuvo su origen hace aproximadamente
13.810 millones de años. A esta etapa en la que el universo recién estaba creado, se la denomina universo
primigenio.

• Formación de estrellas y galaxias

Nuestro sistema solar se encuentra dentro de la galaxia conocida como Vía Láctea. Todos los astros que
conocemos hoy día se comenzaron a formar mucho tiempo tras el Big-Bang. Las primeras estrellas se cree que
comenzaron a formarse hace 13.250 millones de años. Aproximadamente 550 millones de años tras la explosión
empezaron a aparecer. Las galaxias más antiguas se originaron hace 13.200 millones de años, lo que las hace
también más antiguas. Nuestro sistema solar, el Sol y los planetas se formó hace 4.600 millones de años.
La tierra en el sistema solar
El Sistema Solar forma parte de la Vía Láctea, la cual es una de las muchas galaxias del Universo. Está se
encuentra formada de estrellas, gases y polvo cósmico, agrupados en el espacio. La Tierra, el planeta que habitamos,
forma parte del Sistema Solar, que está formado por el sol, los planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter,
Saturno, Urano, Neptuno; estos giran a su alrededor siguiendo un curso llamado orbita, además de otros astros de
menor tamaño como asteroides, cometas y meteoritos. Algunos planetas tienen uno o varios satélites que giran en
torno a ellos, otros como Mercurio y Venus, no tienen ninguno. Todos los planetas se encuentran unidos al sol por la
fuerza de gravedad; esta fuerza varía entre los planetas debido a las diferencias de tamaño, peso y distancias que los
separan.
El lugar que ocupa la Tierra en el Sistema Solar es el tercero, esto resulta fundamental para la vida, pues si
estuviera más cerca o más lejos del Sol no se habrían dado las condiciones para el surgimiento de los seres vivos tal y
como ocurrió.
La energía solar llega a la Tierra en forma de luz y calor. La Tierra se encuentra rodeada por una capa gaseosa
llamada atmosfera. Esta capa se compone de oxígeno, nitrógeno y vapor de agua, los cuales son indispensables para
los seres vivos.
La Tierra realiza dos movimientos principales: al girar continuamente alrededor de su eje de oeste a este
efectúa el movimiento de rotación, dando origen al día y la noche. Po otro lado, realiza otro movimiento al girar
alrededor del sol. La vuelta completa tarda poco más de 365 días (un año); este es el movimiento de traslación. La
traslación y la inclinación del eje terrestre originan las estaciones del año que le dan a la Tierra gran variedad de
climas, de especies de plantas, animales y otros seres vivos.
Las primeras civilizaciones

Las primeras civilizaciones de la Historia reciben el nombre de civilizaciones fluviales porque se


desarrollaron a la orilla de grandes ríos hace 5.000 años aprox. Las orillas de estos ríos estaban ocupadas por tierras
muy fértiles y fáciles de regar, lo que provocó un gran desarrollo de la agricultura. El crecimiento económico produjo
grandes cambios; la población aumentó y las hasta entonces pequeñas aldeas crecieron hasta convertirse en
grandes ciudades con varios miles de habitantes.
El proceso de surgimiento de las ciudades es considerado la Revolución Urbana. A partir de ese momento,
surgieron las civilizaciones: una forma de organización social compleja, basada en la vida urbana, la división social del
trabajo, la diferenciación social y un desarrollo tecnológico, cultural y artístico.

LA GENERACIÓN DE EXCEDENTES
Con el tiempo, los pueblos neolíticos que practicaban la agricultura desarrollaron técnicas y conocimientos
para aumentar la cantidad de alimentos que producían. El arado de madera impulsado por la fuerza de animales de
tiro (los bueyes), la construcción de canales de riego, la rotación de las parcelas de cultivo y la selección de las
semillas de las especies más resistentes fueron algunas de las innovaciones que les permitieron obtener más
alimentos que los necesarios para el abastecimiento de los grupos familiares que integraban cada comunidad. Así, se
generaron excedentes, granos y otros alimentos no consumidos, que se almacenaban en silos y depósitos.

INVENCIÓN DE LA ESCRITURA
Como consecuencia de la producción de excedentes y el surgimiento de las ciudades, se produce la
invención de la escritura como un método de contabilización. En su origen tenía la finalidad de registrar y controlar
los excedentes que se reunían y almacenaban para poder distribuirlos.
Más tarde, la escritura también fue utilizada para dejar testimonio de las acciones de los dirigentes, para
redactar leyes o cuestiones religiosas.
Los primeros registros escritos se realizaron sobre soportes diferentes. Por ejemplo, sobre arcilla húmeda,
mientras esta estaba fresca se hacían las inscripciones con punzones, luego se la dejaba al sol o la cocían al fuego.
Otras formas fueron la talla de piedras, sobre cuero o papiros.

LA DIVISIÓN DE TAREAS Y LA DIFERENCIACION SOCIAL


El aumento de la disponibilidad de alimentos generó un importante crecimiento de la población y permitió
dividir tareas entre los miembros de la comunidad. Como ya no era necesario que todos se dedicaran a producir
alimentos (porque se generaban excedentes), mientras unas personas cultivaban los campos y otras cuidaban el
ganado, las demás podían fabricar tejidos, cerámicas, cestas o armas.
Como consecuencia de la división de tareas, también aparecieron jefes, funcionarios y sacerdotes, que se
encargaban de organizar y dirigir las distintas actividades de la comunidad. Así surgió un grupo dirigente que
controlo el poder político y religioso de la comunidad. En un primer momento, los sacerdotes formaron parte de ese
grupo dirigente y tuvieron funciones religiosas, políticas y administrativas. Como estos sectores se mantenían gracias
al trabajo del resto de la comunidad, poco a poco fueron diferenciándose en razón de su poder, prestigio social y
riquezas.
La generación de excedentes y la división del trabajo también dieron origen a las primeras formas de
comercio. Para poder abastecerse de todo lo que necesitaban, los habitantes de las ciudades intercambiaban a
través del trueque los artículos que les sobraban por otros de los que carecían o de los que no tenían excedentes.

LAS PRIMERAS FUNCIONES DEL ESTADO


El cercano Oriente fue el escenario en el que aparecieron, entre el 3500 y el 3000 a.C., los primeros Estados.
A través de las instituciones estatales, las clases dirigentes, compuestas por reyes, funcionarios, jefes guerreros y
sacerdotes, establecieron un poder centralizado capaz de ordenar la vida de sociedades cada vez más numerosas y
complejas.
Algunas de las principales funciones de estas primeras organizaciones estatales fueron: dirigir el ejército,
mantener el orden y defender a la población de los ataques de otros pueblos. También dictaban leyes y normas para
garantizar la convivencia y organizar obras de infraestructura necesarias para la comunidad, como canales de riego,
diques para controlar las inundaciones, murallas defensivas o monumentos.

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