Lineamientos y Principios de La Ley 26061

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LINEAMIENTOS Y PRINCIPIOS EN LOS QUE SE BASA LA LEY 26061 DE

PROTECCIÓN INTEGRAL DE DERECHOS DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

¿Qué se entiende por sistema de promoción y protección integral de derechos de niñas,


niños y adolescentes? Alejandro Morlachetti dice: “Se entiende como sistema de
protección integral de la infancia el conjunto de órganos, entidades, mecanismos e
instancias a nivel nacional, regional y local orientados a respetar, promover, proteger,
restituir y restablecer los derechos de los niños y niñas y reparar el daño ante la
vulneración de los mismos establecidos por las legislaciones nacionales de infancia.
También se tendrán particularmente en cuenta los mecanismos de relacionamiento
entre las instituciones públicas y privadas del país, sus interacciones y
complementariedades, en especial describiendo el vínculo entre el Estado y las
organizaciones de la sociedad civil”.
Unicef en su documento sobre “Estado de la situación de la niñez y la adolescencia en
Argentina (2016)” define la protección integral como el conjunto de acciones destinadas
a prevenir y remediar las violaciones más serias de los derechos de las niñas, los niños
y los adolescentes, tal como la violencia, el abuso, el abandono, el maltrato, el trabajo
infantil y la explotación sexual. Es decir, hace referencia a un sistema de protección
especial relacionado con vulneraciones graves.
El Sistema de Promoción y Protección Integral de Derechos (SPID) de niñas, niños y
adolescentes tiene como principios básicos la corresponsabilidad de los
actores/efectores que la integran en el goce de los derechos de niños, niñas y
adolescentes y la coordinación y los diálogos entre ellos y/o los (sub)sistemas, de forma
tal que permita identificar sus funciones, competencias y características y de qué
manera son o no funcionales al objetivo común de la protección de derechos.
Siguiendo a Morlachetti (2013), para asegurar que existe un sistema de protección de
derechos de la niñez y adolescencia se debe, como mínimo:
- contar con un organismo o institución rectora,
- un ámbito deliberativo y de participación paritaria de los organismos públicos y de la
sociedad civil,
- institucionalidad descentralizada,
- una coordinación bien regulada (en lo posible protocolizada) y con
- clara distribución de competencias, entre todas las entidades públicas y privadas que
se ocupan de las cuestiones relacionadas con la infancia y la adolescencia tanto a nivel
nacional, provincial y municipal y
- que cuenten con los recursos técnicos y financieros necesarios para el funcionamiento
de toda la institucionalidad.
- Además, se necesita determinar las fronteras y la relación estructural entre un sistema
de protección y los otros (sub) sistemas (educación, salud, otros) identificando también
las responsabilidades primarias, relacionales o conjuntas de los efectores del SIPD.

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Sintetizando: La ley sancionada crea un Sistema de Protección de Derechos
para niños, niñas y adolescentes, considerando a estos como sujetos de derecho.
Tiene como objetivo la protección integral por parte del Estado de todos los derechos
de este sector de la sociedad, para que su ejercicio pueda ser pleno, efectivo y
permanente (arts. 1 y 2).

Los PRINCIPIOS en los que se basa el Sistema son:


El sistema de promoción y protección de derecho SPD está sustentado en principios de
carácter sustantivo y operativo.

Principios sustantivos:
1 - Los cuatro principios de la CDN:
a) “INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO” entendiéndose por tal concepto “la
máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías
reconocidos en la ley”.
b) Igualdad y no discriminación.
c) Derecho a la vida, supervivencia y desarrollo.
d) Derecho a participar (opinar, y que sus opiniones sean tenidas en
consideración) y respeto a la autonomía progresiva.
2- Los principios de los derechos humanos en general (universales, interdependientes,
inalienables, indivisibles, progresivos).

Principios operativos:
1. Corresponsabilidad e institucionalización.
2. Enfoque integral,
3. Exigibilidad. (Deriva del carácter de derechos humanos)
4. Efectividad (art. 29, ley 26061y art.4, CDN).
5. Coordinación y cooperación intersectorial e interjurisdiccional e intersistemas.
6. Especificidad
7. Enfoque territorial Jerarquización de los gobiernos locales.
8. Enfoque de ciclo de vida.
9. Desconcentración y descentralización de la gestión.
10. Recursos técnicos y financieros suficientes.

El sistema de protección integral que la ley establece es el conjunto de


políticas que consideran a la niña, el niño y el adolescente como Un Sujeto Activo De
Derechos, en un sentido abarcativo de los mismos y a lo largo de todo su crecimiento.
Define las responsabilidades de la familia, la sociedad y el Estado en relación con los
derechos universales y especiales por su condición de personas en desarrollo.

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La base de este Sistema de protección integral de derechos es el conjunto de
Políticas Públicas que los Organismos del Estado deben garantizar con absoluta
prioridad, lo cual implica:
- Protección y auxilio en cualquier circunstancia;
- Prioridad en la exigibilidad de la protección jurídica cuando sus derechos
colisionen con los intereses de los adultos, de las personas jurídicas privadas o
públicas;
- Preferencia en la atención, formulación y ejecución de las políticas públicas;
- Asignación privilegiada e intangibilidad de los recursos públicos que las
garantice;
- Preferencia de atención en los servicios esenciales. (Art.5)

Respecto de las Política estatales, impone a los organismos del Estado adoptar
las medidas administrativas, judiciales, legislativas, presupuestarias y de
cualquier índole, destinadas a garantizar la plena efectividad de los derechos y
garantías fundamentales de las niñas, niños y adolescentes. (Artículo4º CDN). Toda
acción u omisión que se oponga a este principio constituye un acto contrario a los
derechos fundamentales de las niñas, niños y adolescentes. La ley brinda una
legitimación activa amplia a los fines de reclamar que el Estado cumpla con su
obligación (así el art. 1 hace referencia a “todo ciudadano”).

Por otro lado, el Objetivo de las Políticas Públicas promueve:


• Fortalecimiento del rol de la familia en la efectivización de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes;
El derecho del niño a vivir en familia en la ley 26061 se encuentra en el art. 4 inc. a); art.
7, art. 11, art. 18. El reconocimiento, tanto del lugar que ocupa la familia en la vida del
niño –su rol de protección, cuidado y crianza–, como la estrecha relación de la familia
con la efectiva vigencia de todos los demás derechos de los niños, niñas y
adolescentes nos conduce a la necesidad de establecer un “sistema de protección
especial” de este derecho del niño, que contemple políticas públicas de apoyo,
fortalecimiento y asistencia familiar, leyes, procedimientos y medidas de remoción de
obstáculos y de protección integral y medidas excepcionales, interpretando el desarrollo
y el fortalecimiento del núcleo familiar como medida de protección del niño.
• Descentralización de los organismos de aplicación y de los planes y programas
específicos de las distintas políticas de protección de derechos, a fin de garantizar
mayor autonomía, agilidad y eficacia;
• Gestión asociada de los organismos de gobierno en sus distintos niveles en
coordinación con la sociedad civil, con capacitación y fiscalización permanente;
• Promoción de redes intersectoriales locales;
• Impulso a la constitución de organizaciones y organismos para la defensa y
protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.

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Sobre las medidas de Protección Integral de Derechos, la ley las define como
aquellas emanadas del órgano administrativo competente local ante la amenaza o
violación de los derechos o garantías de uno o varias niñas, niños o adolescentes
individualmente considerados, con el objeto de preservarlos, restituirlos o reparar sus
consecuencias.
La ley impone un orden en la aplicación de las medidas de protección: se
aplicarán prioritariamente aquellas medidas de protección de derechos que tengan por
finalidad la preservación y el fortalecimiento de los vínculos familiares con relación a las
niñas, niños y adolescentes. En segundo lugar, cuando la amenaza o violación de
derechos sea consecuencia de necesidades básicas insatisfechas, carencias o
dificultades materiales, económicas, laborales o de vivienda, las medidas de protección
serán los programas dirigidos a brindar ayuda y apoyo incluso económico, con miras al
mantenimiento y fortalecimiento de los vínculos familiares. (art. 35).

El límite para su aplicación está dado por los arts. 33 y 36 que prescriben “la
falta de recursos materiales de los padres, de la familia, de los representantes legales o
responsables de las niñas, niños y adolescentes, sea circunstancial, transitoria o
permanente, no autoriza la separación de su familia nuclear, ampliada o con quienes
mantenga lazos afectivos, ni su institucionalización “.

En ningún caso estas medidas podrán consistir en privación de la libertad. (art.


19). Esta novedosa concepción de las Políticas Públicas resuelve además un serio
problema institucional e intersectorial que implicaba que las cuestiones asistenciales, la
amenaza o vulneración de derechos básicos de los niños por cuestiones socio-
económicas pasaban a la órbita de la justicia. De ahora en más es el Estado –en su
esfera administrativa- el encargado de asegurarla efectiva realización y goce de los
derechos que la ley le reconoce a los niños.

Comprobada la amenaza o violación de derechos deben adoptarse las


siguientes medidas (art. 37):
•Aquellas tendientes a que las niñas, niños o adolescentes permanezcan
conviviendo con su grupo familiar;
•Solicitud de becas de estudio o para jardines maternales o de infantes, e
inclusión y permanencia en programas de apoyo escolar;
•Asistencia integral a la embarazada;
•Inclusión de la niña, niño, adolescente y la familia en programas destinados al
fortalecimiento y apoyo familiar;
•Cuidado de la niña, niño y adolescente en su propio hogar, orientando y
apoyando a los padres, representantes legales o responsables en el cumplimiento de
sus obligaciones, conjuntamente con el seguimiento temporal de la familia y de la niña,
niño o adolescente a través de un programa;

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•Tratamiento médico, psicológico o psiquiátrico de la niña, niño o adolescente o
de alguno de sus padres, responsables legales o representantes;
•Asistencia económica.

Como medidas excepcionales (art. 40) la ley define aquellas que deben
adoptarse en situaciones específicas cuando las niñas, niños o adolescentes deban ser
temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo interés superior así
lo exija.
Son limitadas en el tiempo y excepcionales, y sólo se pueden prolongar mientras
persistan las causas que le dieron origen. Serán procedentes una vez que se hayan
agotado todas las posibilidades de implementar las medidas de protección integral, no
pudiendo nunca implicar la privación de libertad del niño, niña o adolescente.
El organismo administrativo local de infancia (SENAF) será quien decida y
establezca la medida excepcional, quedando la autoridad judicial competente de cada
jurisdicción como instancia de garantía del procedimiento, por ser una medida que,
aunque necesaria, limita temporalmente derechos.

En cuanto a las Garantías Mínimas de Procedimiento el Estado debe atender a


la necesidad del niño a ser oído, a que su opinión sea tomada primordialmente en
cuenta, a ser asistido por un letrado especializado (ABOGADO DEL NIÑO), a participar
activamente de cualquier proceso que lo involucre hasta llegar a la instancia superior
(art.27) tomando en cuenta el principio de igualdad y no discriminación (art.28) y el
principio de efectividad del Estado (art.29).

La Institucionalidad de la ley se construye a partir de un conjunto de organismos


administrativos en la instancia federal, nacional y provincial y con la participación de las
Organizaciones no Gubernamentales. A nivel nacional se crea la Secretaría Nacional
de Niñez Adolescencia y Familia en el ámbito del PEN, organismo especializado en
materia de derechos de infancia y adolescencia, la que funcionará con representación
interministerial y de las organizaciones de la sociedad civil (art. 43).
En segundo lugar, se crea el Consejo Federal, organismo de concertación en la
formulación de propuestas, integrado por el representante del organismo Nacional de
Niñez y Adolescencia, por cada una delas provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
La ley define las atribuciones específicas de cada uno y les asigna a ambos
organismos atribuciones conjuntas para la elaboración del Plan Nacional de Infancia.
Las provincias constituyen una tercera instancia que tendrá un órgano
administrativo de planificación y a partir de este nivel se prevé la ejecución de la política
pública conjuntamente con la última instancia que es la municipal para la que se prevé
la creación de un organismo de seguimiento de programas y la articulación con las
organizaciones no gubernamentales.

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El Defensor de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes tendrá a su
cargo velar por la protección y promoción de los Derechos de Niños y jóvenes. Lo
interesante de esta figura es su especificidad técnica y su calidad de institución externa
al Poder Ejecutivo. Esta última cualidad permite instancias de supervisión, control y
establecimiento de garantías no contaminadas por intereses políticos o de gestión,
dando más independencia al sistema de control. De esta manera se establecen
diferentes instancias en el sistema, que permiten establecer articulaciones y controles
cruzados en el mismo.

Sobre los fondos para la aplicación de la ley, el Presupuesto General de la


Nación preverá las partidas necesarias para los organismos que son creados.
Establece que la previsión presupuestaria en ningún caso podrá ser inferior a la mayor
previsión o ejecución de ejercicios anteriores, disponiendo asimismo la intangibilidad de
los fondos para la infancia establecidos en el Presupuesto Nacional.

Esta aseveración no sólo dispone del presupuesto actualmente ejecutado por el


Consejo de la Niñez, Adolescencia y Familia, sino también de aquellas otras partidas de
las otras áreas vinculadas a políticas públicas de infancia.

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