Epilogo - Sebastian Pasquariello

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Sebastián Pasquariello

Al momento en que el presente libro sale a la luz, la Argentina se en-


cuentra atravesando una dura crisis, que genera grandes dosis de in-
certidumbre de cara al futuro. Las últimas elecciones presidenciales,
ballotage
triunfador al economista Javier Milei, representante de una fuerza
política de reciente creación denominada “La Libertad Avanza”.

como un outsider de la política nacional, dado que su trayectoria y


reconocimiento público derivan de reiteradas participaciones en me-
dios de comunicación.
-

La condición de outsider, además, constituye una de las bases


centrales de la legitimidad que busca darse el presidente argentino.
En efecto, su pretendida cruzada40 apunta a terminar con un único

-
camente una constante en años previos a su triunfo en la elección presidencial. A su

sociales, aspecto central de las formas en las que gran parte de la población suele in-
formarse de cuestiones políticas en el presente.

llama a todo aquel que lo acompaña como un “integrante de las fuerzas del cielo”, sino
-
curso de Milei en este aspecto es bastante sencillo: existe una “clase
política parasitaria” que vive en condiciones de privilegio, frente al
resto de los “argentinos de bien” que, a pesar de su esfuerzo, nunca

Por su condición de economista, Milei suele asociar la supuesta


estafa de la “casta” a elementos muy puntuales que denotan, a su vez,

(problema crónico de la Argentina) es de carácter monetario y, como


los “políticos ladrones” aumentan el gasto público a mansalva para
mantener sus privilegios, la misma no pudo ser erradicada en el país.
Esta lógica, es anclada a una óptica muy particular de nuestra

siglo y principios del como un “modelo exitoso”, que sería


necesario retomar. En términos generales, se pondera el especta-
-

granjeó el famoso apodo de “granero del mundo”. Desde una pos-


tura simplista y poco rigurosa, Milei retoma esta idea, y no se cansa
de repetir que la Argentina llegó a ser la primera potencia mundial
-
plicadas “ideas de la libertad”, solo expresadas por la Constitución

como indicador el
1860 en adelante el país llegaría al tope de un ranking mundial tan
solo en tres décadas.

que sostienen la teoría de la “Argentina Potencia”, llevados al extre-

de los datos tomados41, sino también por la interpretación de lo que

41 El discurso de Milei se basa en el conocido estudio del economista británico Angus


Maddison, de quien se tomó una metodología para elaborar series estadísticas y crear
el “proyecto Maddison”, que desde la establece los Ranking de per cápita
medir el
de Luxemburgo como la principal potencia mundial, mientras que
Estados Unidos corre detrás de países como Suiza, Catar o Singapur.
Evidentemente, las necesidades de construir un discurso sencillo y
-
tiones vinculadas al poder, al desarrollo o a la distribución de la ri-
queza generada por las naciones.
Por su parte, la caracterización política de la supuesta “época glo-
riosa” brilla por su ausencia, lo que no nos resulta una cuestión aza-

argentina, sin dudas fue en aquellos años, cuando las instituciones


republicanas funcionaban de manera muy precaria, el fraude electo-
ral era moneda corriente y la participación de las grandes mayorías
era vedada. El poder político y el poder económico eran dos caras de
una misma moneda, mientras que los recursos del Estado estaban al
servicio de los intereses de pocas familias locales y de los capitales ex-
tranjeros, principalmente de origen británico. No por casualidad, los
principales partidos políticos opositores, reclamaban por elecciones
limpias y ampliación democrática, mientras que sectores trabajado-
res e intelectuales, ligados al proceso de inmigración, se asociaron a
ideas anticapitalistas y anti sistema.

Estado abrió el juego de la política mediante la famosa Ley Sáenz


Peña de 1912, que permitió la llegada al poder del primer presidente
-
-
brían comenzado con la democratización de la política y, posterior-
mente, de la economía y la sociedad. No por casualidad, al igual que

de la decadencia.

siglo

-
tica normalizada.
-
listas”, en los cuales la “opresión” del Estado seria puesta al servicio
de la expoliación de la sociedad y la destrucción de la economía.42 Es

Menem de 1989 a 1994.

parece olvidar que la intervención del Estado no es ajena al proceso

él mismo en el presente, los resortes del Estado resultan centrales


para regular la economía a la medida de su pensamiento. Así como la
acción estatal fue el corazón de la creación y el mantenimiento del ré-
gimen de convertibilidad de los años 90, también lo es en las medidas
Milei parece
-

caso omiso al real vínculo entre ambos. Son los propios Estados, de

los cuales se introdujeron la lógica de la competencia y el modelo de


la empresa que caracterizan al pensamiento del presidente argentino.

-
ses endebles sobre las cueles se sostiene, deberíamos preguntarnos,
entonces, por las posibles explicaciones de su éxito.

42 El Estado resulta el problema central en la lógica que suele expresar Milei, quien se

primeros meses de su mandato, mediante el envío de una Mega Ley denominada Ley
Bases, pero principalmente a través de un muy cuestionado decreto de necesidad y
urgencia ( ) que interviene en múltiples aspectos de la economía y la sociedad.
-

adepto al sistema democrático, al tiempo que exponente de una vi-


sión negacionista de la última dictadura en Argentina. El concepto de

a posiciones contrarias al sistema democrático, sino al descontento


con su funcionamiento y gestión en la realidad. Esto, nos remite a un

incompleta sin su componente económico y social.

Peña de 1912 dio comienzo a la democracia política, mientras que en


la época del peronismo se amplió fuertemente al plano de lo econó-
mico y social. Tras varios ciclos de sucesivos golpes cívico-militares,

pobreza, no solo no fueron superadas, sino que profundizadas en la

dudas, fue el que apuntó a ampliar la tarea pendiente de democratiza-

un fuerte desendeudamiento público y privado, y mayores grados de


distribución de la riqueza.
Sin embargo, el mundo de comienzos del siglo resulta muy
diferente al de las décadas de 1940 y 1950, cuando las ideas de indus-

acompañado de un Estado Social fuerte y garante del bienestar. El


modelo de producción fordista, se adecuaba a un poder adquisitivo
mayor en el conjunto de la población, con menor desigualdad eco-
nómica y un peso político fuerte de las organizaciones obreras. La
existencia de la Unión Soviética, con un modelo económico y cultural
alternativo, representaba un aspecto de fuerte peso en todo ello.
transformaciones que nos llevaron al mundo actual. La revolución
tecnológica y la aceleración de la globalización capitalista, en con-

comportamiento social, constituyen elementos que destacan en este


proceso. Así, asistimos actualmente a la vigencia de un nuevo para-
digma simbólico y productivo, con implicancias en la organización
del trabajo y la economía global, y con cambios en los modelos de
negocio, junto con la digitalización de la producción. A su vez, el cre-
cimiento de grandes corporaciones multinacionales y fondos de in-
versión, ponen en riesgo la capacidad de acción de la democracia po-

en términos políticos, con la consecuente implicancia de su relación


con el Estado.
La gestión de los gobiernos democráticos en Argentina, parece no

A partir de 2015, con la llegada de Mauricio Macri al poder, la demo-


cracia política fue puesta, una vez más, al servicio de los intereses del
poder económico. Esto tuvo como consecuencia un fuerte retroceso
de los avances realizados en los años anteriores. La sociedad argenti-
na supo dar una respuesta, evitando la reelección de Macri y trayendo
nuevamente al peronismo al poder en 2019 aunque, esta vez, bajo el
formato de la coalición Frente de Todos, liderada en las urnas por
Alberto Fernández.
Un primer punto de referencia, ineludible del nuevo gobierno de
Fernández, lo constituye la pandemia de y sus consecuen-
cias, tanto económicas como simbólicas. En cuanto a lo primero, el
caso argentino tuvo la particularidad de que el impacto de la misma
se dio en medio de las consecuencias de la gestión macrista. Durante
-
có una aceleración frente a los años previos promediando un 40,6%
anual, y el stock de deuda sobre paso a casi el 90%. Esta última,

contraído el crédito Stand By en


2018. Es decir, las condiciones económicas en las que Argentina in-

que en otras latitudes la gestión de la misma.


parte del gobierno del Frente de Todos, la cual no pudo superar las
falencias de una economía que, si bien logro recuperar índices de cre-
-
dida del poder adquisitivo de los salarios.
-
lica. Sin dudas, los mecanismos sanitarios adoptados y sus conse-
cuencias (sobre todo el aislamiento obligatorio) resultaron elementos
fácilmente adaptables al discurso de “atentado a las libertades indi-
viduales”. En este sentido, las palabras de un todavía panelista Javier

que intentaban cuestionar al gobierno de turno.

en condiciones normales, tuvo que ver la prioridad de vacunaciones


contra el
se involucró en un festejo en la quinta de olivos en Julio de 2020. Al

explotados por los medios) le sumaron, sin dudas, fuertes dosis de


credibilidad al discurso de la “casta política” privilegiada.

arrastrado desde casi una década, el discurso de Milei encontró un


espacio para lograr instalarse. Pero si nos detenemos solamente en
los efectos de la pandemia y los últimos gobiernos, la mirada estaría
incompleta. Evidentemente la efectividad de los planteos libertarios
no se comprendería sin el análisis realizado previamente sobre las
cuestiones estructurales de más largo plazo.
-
torias fallas en la democracia económica y social (altos índices de po-
breza y desigualdad, salarios bajos, precariedad laboral), con el agra-
vante de que se encuentra en riesgo, también, la democracia política.
En el mundo neoliberal actual, con un modo de producción digita-

una desigualdad cada vez mayor en la distribución de los recursos, los


desafíos para la inclusión social y un acceso más equitativo a la rique-
za adquieren nuevos rasgos. El triunfo de Milei expone en Argentina
no solamente una crisis de la gestión política, sino el peso que detenta
el imaginario neoliberal en las diferentes capas de la sociedad. A su
vez, si bien las malas condiciones materiales de vida de gran parte de
pesado tanto como las mismas. Y esto, lamentablemente, puede darle
una vitalidad y duración a sus políticas de ajuste que podría sorpren-
der a más de uno.
Por lo tanto, es momento de comprender todos los condiciona-
-

busquen recuperar el poder simbólico y práctico de la buena gestión


democrática y torcer el destino, sin dudas adverso, al que nos lleva el
gobierno actual. Esto último, solo puede lograrse con una verdadera y
completa democracia, que refuerce su componente político centrado
en la gestión, permita recuperar su valor simbólico y obtenga resulta-
dos visibles en lo económico y lo social.

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