La Teoria de La Relacion Entre Progenitores

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TEORÍA DEL DESARROLLO EMOCIONAL

La teoría de la relación entre progenitores-infante(1961)

DONALD WINNICOTT

Este trabajo, junto con uno de la doctora Phyllis Greenacre sobre el mismo
tema, fue sometido a discusión en el 22° Congreso Internacional
Psicoanalítico, realizado en Edimburgo en 1961. Se publicó por primera vez
en el Int. J. Psycho-Anal., 41, págs. 585-95.

Es posible que el tema principal de este escrito pueda exponerse del mejor
modo mediante una comparación del estudio de la infancia con el estudio de
la transferencia psicoanalítica. Nunca podrá subrayarse lo bastante que lo
que digo se refiere a la infancia, y no primordialmente al psicoanálisis. La
razón por la cual es indispensable comprenderlo toca las raíces de la
cuestión. Si este escrito no realiza un aporte constructivo, no hará más que
sumarse a la confusión existente acerca de la importancia relativa de las
influencias personales y ambientales en el desarrollo del individuo.

En el psicoanálisis tal como lo conocemos no hay ningún trauma al margen


de la omnipotencia del individuo. Todo cae finalmente bajo el control del yo,
y por lo tanto queda relacionado con los procesos secundarios. Al paciente
no lo ayuda que el analista diga "su madre no fue lo bastante buena", "en
realidad su padre la sedujo", o "su tía la abandonó". En un análisis se
producen cambios cuando los factores traumáticos entran en el material
psicoanalítico a la manera del paciente, y en el seno de la omnipotencia del
paciente. Las interpretaciones que producen cambios son las que pueden
realizarse en términos de proyección. Lo mismo se aplica a los factores
benéficos, los factores que conducen a la satisfacción. Todo es interpretado
en los términos del amor y la ambivalencia del individuo. El analista está
preparado para aguardar hasta encontrarse en condiciones de hacer
exactamente este tipo de trabajo.

Pero al infante le ocurren cosas buenas y malas que están totalmente fuera
de su alcance. De hecho, la infancia es el período en el cual todavía está en
proceso de formación la capacidad para recoger los factores externos en el
ámbito de la omnipotencia del infante. El yo auxiliar del cuidado materno le
permite vivir y desarrollarse a pesar de no ser aún capaz de controlar o de
sentirse responsable por lo bueno y malo del ambiente.

En los escritos de Freud, la mayor parte de las formulaciones concernientes a


la infancia derivan del estudio de los adultos en análisis. Hay algunas
observaciones directas (el material de 1920 sobre el carretel), y está el
análisis de Juanito (1909). A primera vista, parecería que gran parte de la
teoría psicoanalítica trata sobre la niñez temprana y la infancia, pero en
cierto sentido puede decirse que Freud ha desatendido a la infancia como
estado. Lo pone de relieve una nota al pie de "Formulaciones sobre los dos
principios del acaecer psíquico" (1911, pág. 220 de la edición inglesa), en la
cual se ve que reconoce que está dando por sentadas las mismas ideas que
sometemos a discusión en este artículo. En el texto, Freud rastrea el
desarrollo desde el principio de placer hasta el principio de realidad,
siguiendo su curso usual de reconstrucción de la infancia de sus pacientes
adultos. La nota dice lo siguiente:

Se me objetará con todo derecho que una organización que era esclava del
principio de placer y desatendía la realidad del mundo externo no podía
mantenerse viva ni un tiempo mínimo, de modo que no podría haber llegado
a existir en absoluto. No obstante, el empleo de una ficción como ésta se
justifica cuando uno considera que el infante -siempre y cuando se incluya
con él el cuidado que recibe de su madre casi realiza un sistema físico de este
tipo.

Freud rinde tributo a la función del cuidado materno, y debe suponerse que
abandona el tema porque no está preparado para discutir todo lo que
implica. La nota continúa:

Probablemente el niño alucina la satisfacción de sus necesidades internas;


revela su displacer cuando se produce un incremento del estímulo y una
ausencia de satisfacción mediante la descarga motriz del llanto y agitando
brazos y piernas; entonces experimenta la satisfacción que ha alucinado. Más
tarde, como niño mayor, aprende a emplear intencionalmente esas
manifestaciones de descarga como métodos para expresar sus sentimientos.
Puesto que el cuidado ulterior de los niños sigue el modelo del cuidado de los
infantes, el dominio del principio de placer sólo puede llegar realmente a su
fin cuando el niño ha logrado un desligamiento psíquico completo respecto
de sus progenitores.

Las palabras "siempre y cuando se incluya con él el cuidado que recibe de su


madre" tienen una gran importancia en el contexto de este estudio. El
infante y el cuidado materno, juntos, forman una unidad. Sin duda, si se
estudia la teoría de la relación progenitores-infante, es necesario tomar una
decisión sobre estas cuestiones, que conciernen al significado real de la
palabra dependencia. No basta con reconocer que el ambiente es
importante. En una discusión de la teoría de la relación progenitores-infante,
se forman dos grupos antagónicos si hay quienes no admiten que en las
primeras etapas el infante y el cuidado materno se pertenecen
recíprocamente y son inextricables. Estas dos cosas, el infante y el cuidado
materno, se deslindan y disocian en la salud, y la salud, que significa tantas
cosas, en alguna medida significa desenredar el cuidado materno en algo que
entonces llamamos el infante o los principios de un niño en crecimiento. Esta
idea queda cubierta por las palabras de Freud en el final de la nota al pie: "el
dominio del principio de placer sólo puede llegar realmente a su fin cuando el
niño ha logrado un desligamiento físico completo respecto de sus
progenitores".

La palabra "infante"

En este escrito entendemos que la palabra infante designa al niño muy


pequeño. Es necesario decirlo, porque en las obras de Freud esta palabra
parece incluir al niño hasta la edad de la superación del complejo de Edipo.
En realidad, "infante" implica "que no habla" (infans), y no resulta inútil
pensar en la infancia como la fase anterior a la aparición de la palabra y al
empleo de símbolos verbales. Se infiere que Freud está refiriéndose a una
fase en la cual el infante depende de un cuidado materno basado más en el
empatía de la madre que en lo que es o puede ser expresado verbalmente.

Este es en lo esencial un período de desarrollo del yo, y la integración es el


rasgo principal de ese desarrollo. Las fuerzas del ello reclaman atención. Al
principio son externas al infante. En la salud, el ello se recoge al servicio del
yo, y el yo lo domina, de modo que las identificaciones del ello pasan a
fortalecer al yo. No obstante, éste es un logro del desarrollo sano, y en la
infancia hay muchas variantes que dependen del fracaso relativo de este
proceso. En la mala salud los logros infantiles de este tipo sólo han sido
alcanzados en un grado mínimo, o quizá se alcanzaron y perdieron. En la
psicosis infantil (o esquizofrenia) el ello sigue siendo relativa o totalmente
"externo" al yo; sus satisfacciones siguen siendo físicas, y tienen el efecto de
amenazar la estructura del yo, hasta que se organizan defensas de calidad
psicótica.

Estoy sosteniendo que la razón principal por la cual en el desarrollo infantil el


infante por lo común llega a ser capaz de dominar al ello, y el yo capaz de
incluirlo, es el hecho del cuidado materno, mientras el yo materno
instrumenta el yo del infante y de ese modo le da poder y estabilidad. Habrá
que examinar cómo se produce este proceso, y también cómo el yo del
infante llega finalmente a liberarse del yo auxiliar de la madre, de modo tal
que el niño se desliga mentalmente de ella, consiguiendo diferenciarse en un
self personal separado.

Para examinar la relación progenitores-infante es necesario en primer lugar


intentar una breve exposición de la teoría del desarrollo emocional del
infante.

Una mitad de la teoría de la relación progenitores-infante tiene que ver con


el infante: es la teoría del recorrido del infante desde el principio de placer
hasta el principio de realidad, y desde el autoerotismo hasta las relaciones
objetales. La otra mitad de la teoría de la relación progenitores-infante se
refiere al cuidado materno, es decir, a las cualidades y los cambios de la
madre, que satisfacen las necesidades específicas y el desarrollo del niño
hacia el que ella se orienta.

A. El infante

En esta parte del estudio, la palabra clave es dependencia. Los infantes no


pueden empezar a ser sino en ciertas condiciones. Las estudiamos más
adelante, pero forman parte de la psicología del infante. Los infantes llegan a
ser de modo diferente, según las condiciones sean favorables o
desfavorables. Al mismo tiempo, esas condiciones no determinan el potencial
de la criatura. Este es heredado y resulta legítimo estudiarlo como un tema
separado, siempre y cuando se acepte que el potencial heredado por un
infante no puede convertirse en un infante a menos que esté vinculado con
el cuidado materno.

El potencial heredado incluye la tendencia al crecimiento y desarrollo. A


todas las etapas del crecimiento emocional pueden asignárseles fechas
aproximadas. Es presumible que todas las etapas del desarrollo tienen su
fecha especial en cada niño individual. No obstante, no se trata sólo de que
esas fechas varían de niño a niño, sino también de que, aunque se las
conociera de antemano en el caso de un niño dado, no podrían utilizarse
para predecir el desarrollo real de ese niño, a causa del otro factor, el
cuidado materno. A lo sumo, sólo pueden tener algún valor predictivo si se
da por sentado un cuidado materno adecuado en los aspectos importantes.
(Obviamente, esto no significa "adecuado" sólo en el sentido físico; más
adelante examinamos el significado de la adecuación y la inadecuación en
este contexto.)

El potencial heredado y su destino

En este punto es necesario intentar describir brevemente lo que sucede con


el potencial heredado cuando éste se convierte en un infante, y más tarde en
un niño, un niño que se orienta hacia la existencia independiente. A causa de
las complejidades del tema, es preciso basar esta descripción en el supuesto
de un cuidado materno satisfactorio, que en realidad significa cuidado
parental. El cuidado parental satisfactorio puede dividirse aproximadamente
en tres etapas que se superponen:

a) Sostén. b) La madre y el niño viven juntos. El infante no conoce la función


del padre (ocuparse del ambiente para la madre). c) Padre, madre e infante
viven juntos.

Empleamos el término "sostén" para denotar no sólo el sostén físico del


infante, sino también toda la provisión ambiental anterior al concepto de
vivir con. En otras palabras, se refiere a una relación tridimensional o
espacial, a la que gradualmente va añadiéndose el tiempo. El sostén, aunque
comienza antes, después se superpone con las experiencias instintivas que
con el transcurso del tiempo determinarán las relaciones objetales. Incluye el
manejo de experiencias intrínsecas de la existencia tales como el
completamiento (y por lo tanto el no-completamiento) de los procesos,
procesos éstos que desde fuera pueden parecer puramente fisiológicos, pero
que son propios de la psicología del infante y se producen en un campo
psicológico complejo, determinado por la conciencia y la empatía de la
madre. (Más adelante examinamos detalladamente el concepto de sostén.)

La expresión "vivir con" implica relaciones objetales, y que el infante emerge


de su estado de fusión con la madre, o su percepción de los objetos como
externos al ser.

En este estudio nos interesa especialmente la etapa de "sostén" del cuidado


materno, y los acontecimientos complejos del desarrollo psicológico del
infante relacionados con esa fase. Pero debe recordarse que la división entre
fase y fase es artificial, y sólo se la adopta por conveniencia, para llegar a una
definición más clara.

Dependencia

En la fase de sostén el infante se encuentra en una dependencia máxima. La


dependencia puede clasificarse como sigue:
(I)Dependencia absoluta. En este estado el infante no tiene modo alguno de
conocer el cuidado materno, que en gran medida tiene que ver con la
profilaxis. La criatura no tiene el control de lo que está bien y lo que está mal
hecho; sólo puede sacar partido o sufrir la perturbación.

(II)Dependencia relativa. El infante se da cuenta de la necesidad que tiene de


los detalles del cuidado materno y en medida creciente los relaciona con sus
impulsos personales; más tarde, en un tratamiento psicoanalítico, puede
reproducirlos en la transferencia.

(III) Hacia la independencia. El infante desarrolla medios para pasar sin


cuidado real. Lo logra gracias a la acumulación de recuerdos de cuidado, a la
proyección de las necesidades personales y a la introyección de detalles de
cuidado con el desarrollo de confianza en el ambiente. Debe añadirse el
elemento de la comprensión intelectual, con sus enormes consecuencias.

La función del cuidado materno

A continuación trataré de describir algunos aspectos del cuidado materno,


especialmente el sostén. En este estudio el concepto de sostén es
importante, y necesitamos desarrollar más esta idea. Utilizamos la palabra
para introducir un desarrollo completo del tema contenido en la frase de
Freud "...cuando uno considera que el infante -siempre y cuando incluya con
él el cuidado que recibe de su madre- casi realiza un sistema psíquico de-
este tipo". Me refiero al estado real inicial de la relación infante-madre,
cuando el primero aún no ha separado un self del cuidado materno, respecto
del cual está en una dependencia absoluta en el sentido psicológico.

En esta etapa el infante necesita, y de hecho habitualmente obtiene, una


provisión ambiental con ciertas características:

Satisface sus necesidades fisiológicas; la fisiología y la psicología aún no son


distintas o están en proceso de diferenciación; y es confiable, pero no
mecánicamente confiable; es confiable de un modo que indica empatía de la
madre.
El sostén:

protege de la agresión fisiológica; toma en cuenta la sensibilidad dérmica del


infante -el tacto, la temperatura, la sensibilidad auditiva, la sensibilidad
visual, la sensibilidad a la caída (a la acción de la gravedad)- y su
desconocimiento de la existencia de nada que no sea el self; incluye la
totalidad de la rutina del cuidado a lo largo del día y la noche, que no es la
misma para dos infantes cualesquiera, porque forma parte del infante, y no
hay ningún par de infantes que sean iguales; también sigue los minúsculos
cambios cotidianos, tanto físicos como psicológicos, propios del crecimiento
y desarrollo del infante.

Debe observarse que las madres que espontáneamente proporcionan un


cuidado suficientemente bueno, pueden mejorarlo si ellas mismas son
cuidadas de un modo que reconozca la naturaleza esencial de su tarea. Las
madres que no proporcionan un cuidado suficientemente bueno de modo
espontáneo, no estarán en condiciones de hacerlo como consecuencia de la
mera instrucción.

El sostén incluye especialmente sostener físicamente al infante, lo que es una


forma de amar, quizá la única con la que la madre puede demostrarle su
amor al niño. Hay quienes pueden sostener a un infante y quienes no
pueden. Estas últimas generan rápidamente en la criatura una sensación de
inseguridad y llanto angustiado.

Todo esto conduce al establecimiento de las primeras relaciones objetales y


las primeras experiencias de gratificación instintiva y también lo incluye y
coexiste con él.

El cuidado materno satisfactorio, no advertido

En esta cuestión del cuidado materno del tipo del sostén, es axiomático que
cuando todo va bien el infante no puede darse cuenta de lo que se le está
proveyendo ni de lo que se le evita sufrir. Por otra parte, cuando las cosas no
marchan bien el infante toma conciencia no del fracaso del cuidado materno
sino de los resultados, sean cuales fueren, de ese fracaso, es decir que toma
conciencia de que reacciona a alguna intrusión. Como resultado del éxito del
cuidado materno en el infante se establece una continuidad de ser que
constituye la base de la fuerza del yo, mientras que el resultado de cada
fracaso del cuidado materno consiste en que la continuidad de ser se ve
interrumpida por reacciones a las consecuencias de ese fracaso, con un
consiguiente debilitamiento del yo.

Los cambios de la madre

En este contexto es importante examinar los cambios que se producen en las


mujeres cuando están por tener un bebé o acaban de tenerlo. Estos cambios
son al principio casi fisiológicos, y se inician con el sostén físico del bebé en la
matriz. No obstante, algo faltaría en la descripción si empleáramos la frase
"instinto materno". El hecho es que, en la salud, las mujeres cambian de
orientación respecto de ellas mismas y el mundo; ahora bien, por más
profundamente arraigados en la fisiología que estén tales cambios, la mala
salud mental de la mujer a veces los distorsiona. Es necesario pensar esos
cambios en términos psicológicos, a pesar de que pueden existir factores
endocrinológicos susceptibles de modificarse por medio de medicación.

No hay duda de que los cambios fisiológicos sensibilizan a la mujer a los más
sutiles cambios psicológicos que se producen a continuación.

Poco después de la concepción, o cuando se conoce su posibilidad, la mujer


comienza a modificar su orientación, y a preocuparse por los cambios que
tienen lugar dentro de ella. De diversos modos su propio cuerpo la alienta a
interesarse en ella misma. La madre desvía hacia el bebé que crece dentro de
ella una parte de su sentido del self. Lo importante es que aquí se origina un
estado de cosas que merece la descripción y cuya teoría es necesario
elaborar.

En general, las madres se identifican de un modo u otro con el bebé que


crece dentro de ellas, y así llegan a tener una sensación muy intensa de las
necesidades de la criatura. Se trata de una identificación proyectiva. Esta
identificación dura un cierto tiempo después del parto, y a continuación va
perdiendo gradualmente importancia.

En los casos corrientes, esta especial orientación de la madre hacia el infante


va más allá del proceso del parto. La madre sin distorsiones en este aspecto
está preparada para abandonar su identificación con el infante cuando éste
necesita separarse. Es posible proporcionar un buen cuidado inicial, pero no
completar el proceso por la incapacidad para dejar que llegue a su fin, de
modo que la madre tiende a seguir fusionada con su infante y a demorar la
separación de éste respecto de ella. En todo caso, es difícil para la madre
separarse de su infante a la velocidad con la que el infante necesita separarse
de ella.

A mi juicio, lo importante es que a través de su identificación con el infante la


madre sepa cómo se siente la criatura, y pueda proporcionarle casi
exactamente lo que necesita en el modo de sostén y, en general, en la
provisión de un ambiente. Sin esa identificación, entiendo que el infante no
obtiene lo que necesita al principio, que es una adaptación viva a sus
necesidades. Lo principal es el sostén físico, que constituye la base de todos
los aspectos más complejos del sostén y de la provisión ambiental en general.

Es cierto que una madre puede tener un bebé muy diferente de ella, que la
lleve a cometer errores de cálculo (quizás el bebé sea más rápido o más lento
que la madre, etcétera. Entonces pueden producirse momentos en los que lo
que la mujer siente como necesidades del bebé no sean las reales. Pero
parece ser común que las madres no distorsionadas por la mala salud o la
tensión ambiental del día tiendan en general a conocer con bastante
exactitud lo que necesitan sus infantes, y además les gusta satisfacer esas
necesidades. Esta es la esencia del cuidado materno.

Con "el cuidado que recibe de su madre", cada infante está en condiciones
de tener una existencia personal, y así empezar a establecer lo que podría
denominarse "una continuidad de ser". Sobre la base de esta continuidad de
ser se desarrolla gradualmente el potencial heredado, hasta constituir al
infante individual. Si el cuidado materno no es lo suficientemente bueno, el
infante en realidad no llega a entrar en la existencia, puesto que no hay
continuidad de ser; en lugar de ello, la personalidad se establece sobre la
base de reacciones a la intrusión ambiental.

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