Pasion de Cristo Punto de Vista Medico
Pasion de Cristo Punto de Vista Medico
Pasion de Cristo Punto de Vista Medico
Por el Dr. C. Truman Davis, M.D., M.S. Editado en Marzo de 1965. Arizona
Medicine.
Dice: “en medio de su gran sufrimiento, Jesús oraba aún más intensamente
y el sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre”. Cada intento
imaginable ha sido por los estudiosos modernos para explicar
científicamente esta frase, ante la idea errónea de que esto no podría
suceder.
El dolor extenuante se esparce sobre los dedos hacia los brazos hasta
explotar en el cerebro. Los clavos en la muñeca presionan los nervios.
Mientras Jesús se impulsa hacia arriba para evitar este tormento inmenso,
pone su peso completo en el clavo de sus pies. De nuevo, otra horrible
agonía de desquebrajamiento de los nervios entre los huesos metatarsianos
de los pies.
Es indudable que fue durante este tiempo cuando Jesús dijo las siete frases
cortas que han quedado escritas: La primera, mirando hacia abajo a los
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soldados romanos echando suerte por su capa sin costura: “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
La segunda, al ladrón arrepentido: “Hoy estarás conmigo en el paraíso. La
tercera, mirando al joven Juan, angustiado y dolido, su apóstol amado: “He
ahí a tu madre” y mirando a María, su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. El
cuarto grito proviene del comienzo del Salmo 22: “Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?
En Juan 19:34, dice, “Y al momento salió sangre y agua.” Por eso hubo un
flujo de agua de la bolsa que rodeaba al corazón, y sangre del interior
cardíaco. Lo que concluimos es que nuestro Señor murió, no por la asfixia
común producida por la crucifixión, sino por el paro de corazón debido al
shock y contracción de éste por la presencia de fluidos en el pericardio.