Dialogo Entra Francisco Pizarro y Atahualpa

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Dialogo entra Francisco Pizarro y Atahualpa

FP- Soy francisco Pizarro conquistador de las tierras el norte, quiero que te unas a mi causa con
tu gente y no tendremos guerra que pelear

A.- Yo ser Atahulpa emperador de este reino Hijo del Sol y no tengo miedo a luchar hasta la
ultimas consecuencias.

FP.-No puedes hacer nada esta rodeado habrá muchos muertos y tu serás el primero,
aprénselo

A.- Te ofrezco mucho oro y plata por mi libertad y la de mi pueblo para que se vallan y dejen
nuestro imperio

FP.- Bueno cuando tengamos el oro y la plata te dejaremos libre

A.- Es un acuerdo traigan el oro y la plata su emperador les pide.

FP.- Qu bien pero no quedaras libre mátenlos.


LA CONQUISTA DE PERÚ – RESUMEN HISTÓRICO

Las campañas de Francisco Pizarro, Diego de Almagro y sus fuerzas en el


territorio de Tawantinsuyo empiezan en 1524; apenas diez años más tarde,
habrían ejecutado al último soberano (Atahualpa) y derrumbado efectivamente
el imperio inca, sembrando las raíces de lo que sería el segundo centro
administrativo de España en el Nuevo Mundo: el Virreinato de Perú.

Desde Panamá zarparon en 1524 siguiendo la costa Pacífica (que entonces


llamaban el Mar del Sur) hacia el sur, incitados por informes de la riqueza del
río “Biru” que venían del viaje de reconocimiento encargado a Pascual de
Andagoya. Este primer viaje tuvo poco éxito; demacrados, hambrientos y
desilusionados, Pizarro, Almagro y sus huestes regresaron a Panamá para
planear un segundo intento en 1526, en el que, tras dos años de hambre,
enfermedad y conflicto interno, recibieron noticias de Pedro de Candía sobre la
abundancia de oro y plata encontrados en la ciudad de Tumbes. Alentado por
la promesa de oro e inconforme con la autoridad del gobernador de Panamá,
Pizarro viajó a España para procurar la autorización real para la nueva
campaña, autorización que le fue concedida en junio de 1529.

Aunque la mayor parte de Tawantinsuyo (“las cuatro partes del mundo” en


quechua, nombre del imperio inca) había tenido poco o ningún contacto directo
con los españoles antes de 1532, las enfermedades traídas por éstos–sobre
todo la viruela y la influenza–se difundieron rápidamente por la población
andina, matando al sapa inca Huayna Capac y dejando un vacío amenazante
en el seno de la autoridad imperial. Después de su muerte, el trono fue
disputado por dos de sus hijos, Huáscar y Atahualpa, en un conflicto
sangriento. Al emprender su tercera y final campaña a Tawantinsuyo en 1530,
Pizarro y Almagro llevaban varios andinos capturados en los viajes anteriores,
ya versados en la lengua castellana, que les servían de intérpretes. De tal
modo aprendieron los españoles, al entrar de nuevo a Tumbes–ya diezmado
por el ejército de Atahualpa–que el imperio era azotado por una guerra civil y
que el bando de Atahualpa estaba asentado en la ciudad de Cajamarca.

Informado por sus súbditos de la llegada de los españoles, así como de su


aspecto (hombres pálidos y barbudos), su número (menos de 200) y sus
probables intenciones, Atahualpa aceptó en noviembre de 1532 otorgarles una
entrevista directa en la plaza de Cajamarca, aun a sabiendas de que se
planeaba una emboscada. El encuentro ilustrado en el dibujo de Guaman
Poma terminó con un estruendo violento de caballos, armas y sangre:
perdiendo uno solo de sus soldados, los españoles saquearon la ciudad de
Cajamarca y tomaron preso a Atahualpa. Éste les ofreció llenar toda una
habitación dos veces con oro y plata, pensando comprar su libertad saciando la
codicia española de metales preciosos. Pizarro aceptó; ya poseso del oro
(cantidad que se afirma ha sido el rescate más grande de oro en la historia del
mundo), decidió no cumplir su promesa. Ansiosos por rumores (infundados) de
la inminente llegada del ejército inca, los españoles estimaron más prudente
ejecutar a Atahualpa. Murió, después de ser bautizado, el 26 de julio de 1533.
Con la muerte de Atahualpa empezó la conquista definitiva de Tawantinsuyo y
la fundación del “Perú”.

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