Sistema Holístico
Sistema Holístico
Sistema Holístico
Introducción.
Existen vestigios desde la más remota antigüedad que denotan cómo el hombre de aquellos
tiempos fijó su atención en la relación que guarda todo aquello que le rodea. A veces en la
talla, pintura, transmisión oral y más tarde en forma escrita, nuestros antepasados narraron la
vinculación existente entre la propia naturaleza, de ésta con el hombre y en la convivencia
grupal.
En la primera mitad del siglo XX, desde los diversos ángulos de las aportaciones de Jan
Smuts, Norbert Weiner, Shannon y Weaver, Neumann y Morgenstern, se abrió la senda a un
nuevo modelo de comprensión: el holismo (del gr. Olós: todo, entero), es decir la visión que
busca totalidades en lugar de fragmentaciones.
A partir de 1968 cobra especial interés la Teoría General de los Sistemas expuesta por
el biólogo Ludwing Von Bertalanffy (1901-1972). En la Teoría General de los Sistemas se
define a un sistema como un conjunto de elementos que, relacionados ordenadamente entre
sí, contribuyen a determinado objeto, asimismo que todos los sistemas están formados por
elementos de interacción, y que estos elementos son a su vez sistemas; es decir, que todo lo
que nos rodea tiene una vinculación entre sí.
Por otra parte, a pesar de que a lo largo de la historia han existido mujeres y hombres
de cualquier edad que han realizado descubrimientos, es hasta la segunda mitad del siglo XX
cuando se empieza a valorar la necesidad de replantear el paradigma educativo. Durante
mucho tiempo se consideró que la educación era exclusiva para niños y jóvenes (esto lo
podemos comprobar en el concepto pedagogía, que se refiere etimológicamente a la
conducción de los niños).
Hasta hace algunos años pensábamos que nuestros pensamientos y descubrimientos eran
como una cadena lineal, horizontal o vertical, es decir uno tras otro.
Hoy cada vez es más claro que el pensamiento es una compleja red de combinaciones
ilimitada.
Generalmente el sujeto observa las cosas a partir de una óptica reductora, de tal forma que
lo percibido es sólo un “pálido reflejo” de la realidad. Un ejemplo cotidiano se manifiesta en la
convivencia, cuando entender al “otro” es muy difícil, cuando “ponerse en los zapatos del otro”
es una rareza. Lo anterior indica que en gran parte no entendemos el sentir de quiénes nos
rodean, porque nuestro pensar y sentir se reduce a nosotros mismos, a mis necesidades, a
mis inquietudes, etc.
El hombre que piensa desde otro punto de vista al que normalmente asume, cuenta con
mayores elementos para tomar una decisión en cualquier ámbito de su vida.
La historia está llena de vidas sumamente fructíferas, individuos que destacaron lo mismo
en las ciencias exactas que en las humanas, pareciera que es exclusivo de genios y de
personas de países desarrollados, esto no es así.
Al ritmo tan acelerado de los descubrimientos actuales, no nos alcanza la vida para
asimilar y comprender lo que avanza la humanidad en un solo día. El individuo del presente
tiene que cumplir con distintos compromisos en todos los ámbitos de su vida, por lo tanto el
pensamiento holístico le representa una enorme oportunidad: aprender a partir de redes,
telarañas de información consolidadas en conocimiento. El aprendizaje se convierte en una
responsabilidad grupal, solidaria; asumiendo compromisos, porque los aprendizajes del
grupo dependen de mí y de los otros.
Los grupos multidisciplinarios tienen mucho por aportar y aprender unos de otros.
La realidad es modificable porque el sujeto tiene mucho por aportar y más por
descubrir. Retos presentes y futuros. La formación permanente está íntimamente
relacionada con la solución de problemáticas actuales y el apropiamiento del futuro.
En los distintos foros internacionales se han discutido los problemas de las sociedades
posmodernas y en todos se ha coincidido de que en caso de no redoblar esfuerzos en las vías
alternativas de desarrollo y de continuar con estrategias como hasta ahora, la humanidad está
en peligro de extinguirse.
En septiembre del 2000, Jefes de Estado y de Gobierno han efectuado la Declaración del
Milenio, dentro de los planteamientos se establecen metas muy específicas en cobertura de la
educación básica, analfabetismo, terrorismo, pobreza, racismo, armamentismo, delincuencia
transnacional entre otras. En todo ese panorama destaca la preocupación de un eminente
colapso ecológico, con el consiguiente agotamiento de los recursos naturales que no nos
pertenecen, pues son legado de la humanidad pasada, presente y futura.
A pesar de los esfuerzos desde todos los sectores, aún el desarrollo no se concibe y vive
desde una visión de sustentabilidad. La inmediatez y avaricia han predominado.
No se podrá arribar a nuevas formas de desarrollo sin considerar las causales económicas,
políticas, tecnológicas, sociológicas, etc., es decir, desde una perspectiva holística-sistémica, en
constante construcción y renovación. La educación formal, informal y no formal no puede ni
debe mantenerse al margen de los retos mundiales.
A manera de conclusión.
Son valiosísimos todos aquellos que dedicándose a las ciencias exactas escudriñan el
campo de las ciencias sociales, es imprescindible que quienes nos dedicamos a las
humanidades profundicemos nuestro andar en las recientes aportaciones de la física cuántica,
la nano robótica, la informática y la genética.
SISTEMAS HOLISTICOS
Desde hace casi medio siglo y superando a la costumbre de hablar de "organización social", se
ha comenzado a caracterizar a las sociedades humanas como "sistemas sociales", entendiendo
con ello que existen una serie de fenómenos colectivos interdependientes, -de alguna manera
ordenados e interactuantes- que finalmente constituyen, producen y reproducen a la sociedad
humana. Se hace referencia al sistema o sistemas sociales para indicar a la sociedad local,
regional o nacional. A esos niveles de referencia, el concepto de "sistema" resulta útil como
herramienta conceptual y de análisis, porque permite visualizar a un "todo" heterogéneo de
seres humanos, ordenado y en interacción recurrente. A partir de lo anterior, podemos
comenzar a hablar de una visión holística de la sociedad humana.
La visión holística asume que el todo es superior o diferente a las partes, algo que nos viene
del mundo de la física y la química desde comienzos de siglo. Como dice Johansen, "...los
fenómenos no sólo deben ser estudiados a través de un enfoque reduccionista. También
pueden ser vistos en su totalidad. En otras palabras, existen fenómenos que sólo pueden ser
explicados tomando en cuenta el todo que los comprende y del que forman parte a través de
su interacción."A su vez, la totalidad es una propiedad inherente de los sistemas, "es decir, un
sistema se comporta como un todo inseparable y coherente. Sus diferentes partes están
interrelacionadas de tal forma que un cambio en una de ellas provoca un cambio en todas las
demás y en el sistema total."
Como un sistema es un todo inseparable, resulta "que un sistema no es la simple suma de sus
partes, sino que la interrelación de dos o más partes resulta en una cualidad emergente
(gestalt) que no se explica por las partes consideradas separadamente"
Dicho de otra manera, la "sinergia" se refiere a que la totalidad del fenómeno no es igual a sus
partes, sino algo diferente y superior, por lo que, si queremos conocer y analizar un fenómeno
sitémico, tendremos que mirar no a sus partes una por una, sino a (la complejidad de) su
organización y a las resusltantes que de ella surjan. Watzlawick sostiene que: "Así, la no-
sumatividad (que la totalidad del fenómeno no es igual a sus partes), como corolario de la
noción de totalidad, proporciona una guía negativa para la definición del sistema. Un sistema
no puede entenderse como la suma de sus partes; de hecho, el análisis formal de segmentos
artificiosamente aislados destruiría el objeto mismo de estudio. Se hace necesario ... prestar
atención al núcleo de su complejidad, a su organización".
El ejemplo clásico es el del reloj: ninguna de sus partes contiene a la hora en el sentido de que
ninguna pieza del reloj es capaz de mostrar el factor tiempo: podría pensarse que las piezas
pequeñas deberían indicar los segundos; las piezas medianas los minutos y el conjunto, la
hora; pero nada de eso ocurre, como bien sabemos. Sin embargo, el conjunto de piezas del
reloj una vez interrelacionadas e interactuando entre ellas –es decir, su organización
interna--, sí es capaz de indicarnos la hora o medir el tiempo. Esto es lo que se llama sinergia.
En cuanto a los sistemas sociales, estos son siempre sinérgicos. Por ejemplo, el sistema social
de una comuna de Chile -en cuanto a lo que es y produce como un socioespacio en que se
desarrolla un conjunto de seres humanos- no puede ser explicado ni analizado tomando cada
una de sus partes por separado, como el sistema vial, el de salud, el de educación, etc. Lo
mismo sucede si tomamos a una escuela como sistema social, ninguna de sus partes por
separado puede producir en pequeño lo que es su producto final: miembros de la sociedad en
condiciones de desempeñarse plenamente como tales.
El holismo y la teoría de sistemas
Curiosamente, los descubrimientos científicos sobre las facultades holísticas del cerebro -la
capacidad de su hemisferio derecho de comprender globalmente- han hecho surgir serias
dudas sobre el método científico en cuanto tal. La ciencia siempre ha intentado comprender la
naturaleza reduciendo las cosas a sus partes integrantes. Ahora bien, resulta
incuestionablemente claro que las totalidades no pueden ser comprendidas por medio del
análisis. Esto es un boomerang lógico, lo mismo que la prueba matemática de que ningún
sistema matemático puede ser realmente coherente consigo mismo. El prefijo griego syn
("junto con"), en palabras como síntesis, sinergía, sintropía, resulta cada vez más significativo.
Cuando las osas se juntan, sucede algo nuevo. Toda relación supone novedad, creatividad,
mayor complejidad. Ya hablemos de reacciones químicas o sociedades humanas, de moléculas
o de tratados internacionales, hay en todas ellas cualidades que no pueden predecirse a partir
de la simple observación de sus componentes.
"Cada una de las partes de un sistema está relacionada de tal modo con las otras que un
cambio en una de ellas provoca un cambio en todas las demás y en el sistema total. Esto es, un
sistema se comporta no sólo como un simple compuesto de elementos independientes, sino
como un todo inseparable y coherente. Quizás esta característica se entienda mejor en
contraste con su opuesto polar, el carácter sumatorio: si las variaciones en una de las partes
no afectan a las otras o a la totalidad, entonces dichas partes son independientes entre sí y
constituyen un "montón" (para utilizar un término tomado de la literatura sobre sistemas)
que no es más complejo que la suma de sus elementos. Este carácter sumatorio puede
ubicarse en el otro extremo de un continuo hipotético de totalidad, y cabe decir que los
sistemas siempre se caracterizan por cierto grado de totalidad."
Del mismo modo, entenderemos a todo sistema social como una totalidad, con todas sus
partes y elementos, de tal manera interrelacionados, que cualquier variación o cambio en una
de sus partes afecta a cada uno de los elementos restantes.
Sin embargo un "todo" puede ser, o una porción muy amplia del mundo, o un fenómeno muy
vago e impreciso (en alguna parte hay que poner los límites), de modo que aquí es donde se
prefiere al concepto de "sistema" -refiriéndose a un conjunto con partes reconocibles como
interrelacionadas- como un concepto que permite el análisis científico de cualquier "todo" que
nos interese analizar o conocer en detalle y con rigurosidad científica... Según Johansen, "ante
la palabra sistema'', todos los que la han definido están de acuerdo en que es un conjunto de
partes coordinadas y en interacción para alcanzar un conjuntos de objetivos. También aporta
otras definiciones tales como: "según Hall... conjunto de objetos y sus relaciones, y las
relaciones entre los objetos y sus atributos", y según el General Systems Society for Research,
"un conjunto de partes y sus interrelaciones".
Origen del concepto de "sistema"
Al respecto hay que recordar que el concepto de sistema surge con fuerza con las operaciones
bélicas de la Segunda Guerra Mundial, las que por su complejidad logística y magnitud en
cuanto a la cantidad de soldados y materiales comprometidos, como en la invasión del Día D,
requirió desarrollar una metodología que permitiera incorporar al análisis estratégico a un
conjunto numeroso de sistemas que se convertían en interdependientes en el momento de la
gran batalla. Después, en la postguerra, las grandes industrias modernas incorporan esta
nueva disciplina en la planificación empresarial con el nombre de Operación de sistemas,
donde aparece claramente la importancia de la interdiciplinariedad y la cooperación
organizada de lo heterogéneo. Con Bertalanffy, se establece claramente la importancia de los
estudios de sistemas para diversos campos de la ciencia, solo que con este autor, dichos
estudios dejan de pertenecer solo a la biología, para buscar realizar el sueño (de Bertalanffy)
de transformarlo en un lenguaje universal para la ciencia, incluyendo a los estudios de la
sociedad. Es en este punto en que los estudios de sistemas se unen a la concepción holística de
la sociedad.
Recursividad y subsistemas.
Los sistemas son sinérgicos y también recursivos. Cuando hablamos de totalidades, desde
una perspectiva holista, podemos estar refiriéndonos a todo el universo, porque en el fondo
esa es la mayor totalidad conocida. Sin embargo cuando estamos analizando a algún
fenómeno humano necesitamos poner límites en algún lado. Ayudados por la Teoría de
Sistemas, podemos ubicar aquel "conjunto de partes interrelacionadas" que constituyéndose
en un sistema reconocible -porque identificamos sus límites- nos permite analizarlo,
describirlo y establecer causas y consecuencias dentro del sistema o entre el sistema y su
entorno, lo esencial es tener presente lo que ya se dijo más arriba: que podemos considerar
como sistema a cualquier entidad que se muestra como independiente y coherente, aunque se
encuentre situada al interior de otro sistema, o bien, aunque envuelva y contenga a otros
subsistemas menores, eso es lo que llamamos la recursividad de los sistemas.
Por ejemplo, la totalidad del país contiene un sinnúmero de subsistemas. El sistema país
contiene a los subsistemas regiones. Las regiones contienen a los subsistemas provincias, y las
provincias a los subsistemas comunas. A su vez las comunas contienen a otros subsistemas
como el de Salud, Educación, Arte, etc. Como cualquier de estos subsistemas es a su vez una
entidad independiente y coherente, pueden a su vez ser considerados como un sistema en sí
mismo, siendo el conjunto mayor que lo contiene el supersistema y los menores, los
subsistemas, es decir, podemos tomar cualquiera de esos "subsistemas" y convertirlos en la
totalidad/ sistema que nos interesa estudiar. Así, podemos estudiar el "sistema Comunal",
"Regional", "educacional", "de Salud", etc.
Los sistemas sociales -que son los que nos preocupan esencialmente- no se producen en el
vacío, aislados completamente de otros fenómenos, por el contrario, los sistemas tiene un
entorno, es decir, están rodeados por otros fenómenos que usualmente incluyen a otros
sistemas. Como dicen Rodríguez y Arnold, explicando a Luhmann, "El sistema se constituye en
su diferenciación del entorno. Se puede decir que el sistema "es" su diferencia respecto del
entorno".
Los sistemas pueden ser cerrados o abiertos. En los primeros nada entra ni nada sale de
ellos. Todo ocurre dentro del sistema y nada se comunica con su exterior. En cambio los
sistemas abiertos requieren de su entorno para existir. Los sistemas biológicos y los sistemas
sociales son sistemas abiertos, y a ello se debe que la teoría de sistemas haya tenido tanta
aceptación en el campo de las ciencias sociales en décadas recientes.
"Algunas formas naturales son sistemas abiertos, esto es, están implicados en un contínuo
intercambio de energía con el entorno. Una semilla, un huevo fecundado, un ser vivo, son
todos ellos sistemas abiertos. También hay sistemas abiertos fabricados por el hombre.
Prigogine cita el ejemplo de una ciudad: absorbe energía de la zona circundante (electricidad,
materias primas), la transforma en las fábricas, y la devuelve al entorno. En los sistemas
cerrados, por el contrario –tendrímos como ejemplos una roca, una taza de café frío, un tronco
de leña—no existe una transformación interna de energía."
Sistemas abiertos y su necesidad del entorno: "Entradas / Salidas" (Imput-Output).
"Un sistema cerrado es aquel que, no recibiendo imputs del exterior, tiende al agotamiento
interno, a la entropía. Por el contrario, un sistema abierto es el que, recibiendo energías o
ímputs del exterior es capaz de renovarse; entonces se dice que tiene entropía negativa."
La cibernética tiene que ver o se refiere a los sistemas autónomos, es decir, que son capaces
de encontrar u objetivo o finalidad (o su camino) por sí mismos, sin necesidad de ser guiados
o controlados por alguien o algo fuera del sistema.
Por lo tanto la cibernética es una ciencia de la acción, por un lado, y dentro de ella, de los
mecanismos de comunicación y de control que permiten que el sistema reoriente o replantee
continuamente su andar para llegar a su meta, objetivo o fin de su existencia, par lo cual
necesita contar con algún tipo de servomecanismo que lo redirija permanentemente. Uno de
los sistemas cibernéticos más corrientes es el misil antiaéreo que encuentra a su blanco
(objetivo) automáticamente, corrigiendo su dirección continuamente hasta dar en el blanco.
Para entender este concepto pensemos en la persona que conduce una bicicleta, que es una
experiencia que la mayoría de los lectores de este artículo seguramente habrá vivido. En la
medida que avanza, el ciclista corrige la dirección, ya que la bicicleta tiene una fuerte
tendencia a derivar hacia los lados. El acto de corregir la dirección impuesta es producto de la
retroalimentación que se produce en la mente del ciclista, quien continuamente reexamina si
va en la dirección que quiere, si ello no ocurre, corrige la dirección. Esta cualidad de
autocorrección sucede en todos los sistemas y es la base de la cibernética "que concierne en
especial a los problemas de la organización y los procesos de control" y en el caso de los
sistemas sociales se refiere a la capacidad que tiene éstos para mantener estables su dirección
o finalidad. Comprende todos aquellos aspectos que incorporamos cuando hablamos de
retroalimentación y de autoevaluación y que más adelante veremos incorporados en el
concepto de autopoiesis.
La "Autopoiesis"
Desde comienzos de la década de los 70 y como una forma de superar la caída del edificio
teórico del estructural funcionalismo, que los sociólogos del todo el mundo han estado
desarrollando un constructo teórico que pueda dar cuenta del hecho que algunos sistemas
(¿o todos?) a pesar de ser el producto de los individuos que lo han generado consciente o
inconscientemente, tienden a cobrar ciertos niveles de autonomía propia, independiente de
quienes lo crearon y de las personas que los hacen realidad. Lo anterior viene a significar que,
en algún momento de su existencia, estas formas de actuar (¿o agencias?) "son capaces de
producirse continuamente a sí mismas". O como dice el sociólogo británico Anthony
Giddens, se trata de agencias que "producen y reproducen las condiciones de su propia
existencia", o bien, que "se levanta por sus propios cordones, y se constituye como distinto
del medio circundante por medio de su propia dinámica, de tal manera que ambas cosas son
inseparables".
2. Cuando esta información pone en marcha algún mecanismo o sistema menor de corrección
de la marcha, finalidad o dirección del sistema total, está el juego el principio de la
cibernética, ya que los sistemas cibernéticos son todos aquellos que pueden corregir su
propia marcha para alcanzar su objetivo o finalidad, como los robots, por ejemplo. Dentro
del sistema cibernético, el mecanismo o subsistema de retroalimentación o feedback opera
como "cana negra" u órgano censor y rector en la mediación tanto del proceso de acción
(todos los procesos que permiten que el sistema opere o actúe) como de la dirección o
producto del sistema (que debe ser siempre el establecido por sus fines u objetivos)
cumpliendo el principio de equifinalidad, que es la capacidad de los sistemas de llegar a un
mismo fin a partir de puntos iniciales distintos. Es decir, que el sistema puede enviar
señales correctivas de su marcha (para alcanzar su finalidad u objetivo) desde distintas
partes del mismo. En un sistema social esto podría significar que distintas instituciones
internas pueden presionar o intentar corregir la dirección que sigue el conjunto de la
sociedad implicada en tal sistema.
3. En segundo lugar puede actuar la homeostasis, término que describe la tendencia de los
sistemas, especialmente naturales, a mantener ciertos factores críticos (temperatura del
cuerpo, densidad de población, etc.) dentro de cierto rango de variación estrechamente
limitado. En el caso de los sistemas sociales esto significa que el sistema en estudio
soportará cierto rango de variación en su estructura manteniéndose estable y corrigiendo
su finalidad en forma natural (de acuerdo al principio de equifinalidad), pero que pasado
los rangos soportables por la estructura que forman sus instituciones, el sistema entra en
un proceso de cambios profundos de desintegración o de orientación hacia una nueva
finalidad. El punto es importante en el área de estudios sociales llamado Cambio Social
(que se verá más adelante). Si la comunicación dentro del sistema no opera correctamente,
el sistema entra en un proceso en que las fuerzas entrópicas (tendencias hacia el desorden
y el caos) superen los límites establecidos por la HOMEOSTASIS alterándolo
completamente o haciéndolo desaparecer.
4. El conjunto de estos mecanismos o procesos hará que se cumpla el fenómeno que antes
hemos enunciado con el nombre de autopoiesis, que consiste en que los sistemas sociales
son capaces de mantener su finalidad o propósito estable, a pesar de que a menudo sean
objeto de presiones para que cambien. (Es necesario tener en consideración eso sí, que la
autopoiesis no tiene relación alguna el fenómeno de que algunos sistemas sociales cambien
sin razón aparente o fuera del control de sus actores
El enfoque sistémico ha sido frecuentemente aplicado al estudio del contexto escolar, aunque
más preferentemente se trata de estudios centrados en la psicología pedagógica y muy pocos
en las aspectos culturales y sociales. La propuesta de este trabajo es que los profesores
utilicen la perspectiva sistémica para examinar los aspectos sociales y culturales de su trabajo
pedagógico examinando los distintos proceso que involucran a la actividad educativa y
utilizando los conceptos que conforman la teoría de sistemas. El principio de recursividad nos
permite ver los distintos niveles de la educación como sistemas unitarios: el sistema
educativo nacional, que contienen sistemas educativos regionales, los que a su vez contienen
sistemas educativos menores, hasta llegar a la unidad educativa (la escuela) como un sistema
en sí mismo. Cualquiera de esos sistemas son susceptibles de ser analizados a partir de los
elementos que ingresan en su corriente de entrada (imputs) y lo que egresa hacia su entorno
(outputs), pasando por sus procesos internos, los que aquí proponemos como los más básicos:
el de socialización (que permite la autopoiesis del sistema), de institucionalización (donde
habitan las fuerzas entrópicas), de control social (que representa la negentropía y la
homeostasis) y de cambio social (la adaptación del sistema y la otra parte de su autopoiesis), y
el proceso cultural (una especie de sumario de todos los proceso juntos); todo lo cual se da en
un entorno o ambiente con el que el sistema escolar en estudio está en permanente
comunicación. La Teoría sistémica no le dice al profesor a qué sistema mirar, éste dispone de
ella como una herramienta o un instrumento para ver la educación hacia su interior
relacionando cada parte con las otras partes y con el todo, buscando percibir su sinergia para
optimizarlo o, simplemente, hacer su trabajo cotidiano.
"Los sistemas sociales son a su vez sistemas en una escala menor: subsistemas, y se relaciona
con otros sistemas en un nivel más amplio de organización: los suprasistemas (Skynner,
1976). Si consideramos a la escuela como un sistema, podemos distinguir en él varios
subsistemas: cada uno de los grupos o cursos con su profesor, el subsistema directivo, el
subsistema docente, etc. A la vez, la escuela es en sí un subsistema de un sistema más amplio
que es el sistema escolar básico, el sistema escolar nacional, etc."
El enfoque sistémico "enfatiza el análisis del sistema total, en vez de detenerse en las partes o
subsistemas componentes ... se esfuerza en conseguir la eficacia del sistema total, más que por
mejorar la eficiencia de las partes o subsistemas sin tener suficientemente en cuenta la
interdependencia e interconexión de cada una de las partes que interactúan. Estas
consideraciones no sólo son válidas para aplicar en una institución docente, sino también para
todo el sistema educativo. (No) afirmamos que sea la única manera significativa de estudiar la
administración y las organizaciones. En este momento, nos parece la más significativa, habida
cuenta del desarrollo actual de la ciencia y las transformaciones que se han ido dando en las
organizaciones".