Tema 2. El Texto y El Comentario de Texto
Tema 2. El Texto y El Comentario de Texto
Tema 2. El Texto y El Comentario de Texto
El texto es una unidad lingüística emitida por un hablante en un contexto concreto y con una
intención comunicativa determinada. Una simple frase (¡qué horror!) o una novela, un poema o un
discurso político, una canción o un decreto, etc., son sólo unos pocos ejemplos de la gran variedad de
textos que podemos emitir o recibir a lo largo de nuestra vida. Sean cortos o largos, orales o escritos,
todos utilizan palabras con una intención comunicativa precisa y totalmente comprensibles en un
contexto determinado.
El examen de la PAU propone un texto escrito de entre 25 y 30 líneas, de carácter informativo
o divulgativo, habitualmente de género periodístico. Estos textos están integrados por palabras,
oraciones y párrafos que se relacionan de forma coherente en torno a un significado global o una idea
central.
Las propiedades de todo buen texto, además de la corrección gramatical, son tres:
1.- Coherencia: El texto debe aparecer ante el receptor como una unidad semántica e informativa que
le permita captar su significado global. Esta unidad de sentido o “idea central” a la que se subordinan
todas las demás recibe el nombre de tema.
Si un texto posee una cierta extensión, el tema aparece articulado en diferentes párrafos, cada uno de
ellos debe aportar una idea principal nueva, relacionada siempre con la idea central.
Todo texto posee una estructura interna o esquema organizativo que lo articula en diferentes partes o
unidades de contenido; así los textos expositivos suelen presentar un esquema tripartito (introducción
– desarrollo – conclusión) e igualmente los argumentativos (introducción -cuerpo argumentativo –
conclusión). Esta división puede coincidir, unas veces sí y otras no necesariamente, con el número de
párrafos o estructura externa.
2.- Adecuación: Es la propiedad por la que un texto se adapta al contexto comunicativo. No hablamos
igual a un niño de cuatro años que ante un auditorio especializado en cualquier tema, ni cuando
hablamos con los amigos o redactamos un examen final, etc. Un texto es adecuado si tiene en cuenta
estos aspectos: la tipología, que variará según el ámbito de uso, la intención comunicativa, el tono
elegido, la forma de elocución y el tipo de documento; la función o funciones comunicativas
empleadas, los participantes en la comunicación y el registro idiomático.
3.- Cohesión: Es la propiedad que dota al texto de una unidad, tanto léxica como gramatical, entre
todas sus partes. Para lograr una buena trabazón del texto el emisor utiliza una serie de mecanismos
léxicos y gramaticales, por ello hablamos de cohesión léxica y cohesión gramatical.
El comentario de texto es un análisis crítico y valorativo del mismo que consiste en detectar los
principales rasgos de coherencia, adecuación y cohesión del mismo. En líneas generales, debemos
explicar qué se dice en el texto, cómo está organizado el texto, qué procedimientos lingüísticos
ha utilizado el autor, qué valoración crítica hacemos del texto y qué opinión nos merece y por qué.
En el examen de la PAU se otorga al comentario de texto 6/10: Análisis de los rasgos de coherencia
(3 puntos), valoración crítica del texto y opinión personal (1 punto), análisis de determinados rasgos
de adecuación o cohesión (2 puntos).
Un comentario de texto es una prueba de madurez intelectual en la que el estudiante demuestra que
no sólo es capaz de hacer una lectura comprensiva, sino que también es capaz de interpretar la forma
y el contenido del texto y reaccionar personalmente ante lo que se le dice y ante cómo se le dice,
produciendo a su vez un texto escrito, cuya primerísima condición es la corrección ortográfica y
gramatical. Son inadmisibles en la etapa del bachillerato las faltas de ortografía, acentuación, o los
errores de tipo morfológico o sintáctico (*cafe, *cantava, *a hecho, *habían dos coches, etc.)
Hacer un buen comentario de texto es demostrar que se ha comprendido al máximo toda la información
que el texto muestra, sugiere e, incluso, intenta ocultar. Es demostrar que somos capaces de extraer la
idea central (tema), hacer un resumen del texto con nuestras propias palabras (capacidad de síntesis),
determinar la estructura interna del mismo, localizar la tesis, si la hay y los argumentos, identificar
el tipo de texto, la actitud del autor ante el tema tratado, reconocer si el autor nos quiere convencer o
persuadir, hacer una valoración crítica del mismo, mostrar nuestra propia opinión, etc.
De entrada hay que advertir que se debe evitar en todo buen comentario de texto cualquier tipo de
palabrería innecesaria ( “el autor , en este brillante texto publicado en el excelente periódico, de
periodicidad diaria y con sede en Madrid, “El Mundo”…, “Y una vez que hemos hecho el resumen,
nos disponemos a hacer el análisis de la estructura del texto…), toda repetición (“como he dicho
antes”) o el utilizar el texto como pretexto para incluir en el comentario algo que sabemos pero que
ahora no es pertinente, esto es, no debemos irnos por las ramas, sino “ir directamente al grano”.
Durante este curso abordaremos el análisis de los rasgos de coherencia y la expresión de la valoración
crítica y la opinión personal, dejando para 2º de Bachillerato el análisis de los rasgos de adecuación
y cohesión.
1.2.- La Coherencia.
Un texto es coherente cuando todos sus apartados presentan significados relacionados entre sí y con
el tema o idea central del mismo, lo que hace que sea percibido como una unidad comunicativa lógica
y bien estructurada. Podemos hablar de coherencia temática y coherencia estructural:
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Lee el siguiente texto de Mercedes Salisachs y formula el tema del mismo, teniendo en
cuenta la idea central y la intención comunicativa de la autora:
Hace poco tiempo he leído una noticia escalofriante: una niña de corta edad había sido apaleada por
sus compañeros de clase sólo porque era una buena estudiante y la envidiaban.
Al parecer, la niña en cuestión resultaba “molesta” por su facilidad de aprender y por su afición al
estudio. Semejante “impertinencia” no podía despertar en sus compañeros más que hostilidad,
envidia y un afán desmesurado de abatirla como fuera. Así que no vacilaron en desafiarla para tener
una excusa propicia al ataque del que fue víctima, hasta dejarla medio rota y con el ánimo
destrozado.
Hasta tal punto me parece que esos pequeños monstruos pueden llegar a ser casi inocentes, que in-
cluso con frecuencia se me antojan más víctimas que las propias víctimas. Porque, ¿no tendrá algo de
culpa la educación que esas criaturas reciben no sólo en sus casas sino en las escuelas? ¿Se han
preocupado los educadores de enseñarles que la envidia, el odio y la violencia están prohibidos en
una sociedad civilizada? ¿Les han explicado que una de las metas más sólidas de la democracia
consiste en favorecer la feliz convivencia entre los que nos rodean? Y ¿les han advertido que lo más
importante para convivir consiste en frenar los impulsos desbocados, los instintos ancestrales y las
salvajadas que todo ser humano hereda de su condición animal? ¿Se han preocupado las escuelasde
instruir sobre lo que está bien y está mal, lo que debe vencerse o practicarse, en suma, lo que
siempre se ha considerado ético o lo que se considera aberración?
Llevamos demasiados años soportando que los niños vayan creciendo en un mundo enturbiado por
la anarquía, impulsado por la violencia y dirigido por una televisión que lejos de procurar el
bienestar colectivo sólo se preocupa de conquistar audiencia.
B.- EL RESUMEN
N.B.: En un buen resumen no se cita textualmente ni se entrecomilla, no se copian frases completas
ni se reproducen expresiones inusuales. También está fuera de lugar opinar aquí o valorar el texto
ni a favor ni en contra. Resumir básicamente es decir lo mismo pero con menos palabras y con
nuestras propias palabras (pero, atención, nunca con palabras populares o vulgares impropias de
un texto escrito, pues en el resumen se valora no sólo la capacidad de comprensión y síntesis del
estudiante, sino también su calidad en la expresión). Hay que hacer un esfuerzo de síntesis, para
distinguir lo esencial de lo accesorio y no incluir en el resumen todo aquello que no es necesario para
la comprensión global del texto, eliminando expresiones innecesarias como “el autor del texto, A.
Fernández, en su artículo del País dice que…” Para ello deberemos detectar las ideas principales del
texto, aquellas que explican el tema defendido por el emisor, y las ideas secundarias, aquellas que
ayudan a demostrar o ejemplificar, como estadísticas, datos, ejemplos, comparaciones, anécdotas,
experiencias personales, etc.
Un buen resumen debe estar compuesto únicamente por las ideas principales del texto, la tesis, si la
hay, los argumentos y la conclusión. Una vez identificadas las ideas principales, éstas nos permitirán
inferir el tema del texto y elaborar el resumen.
El resumen no puede ser parcial, debe abarcar todo el texto, nunca debe superar el 20% del texto
original, y debe ser escrito en un solo párrafo y no presentar la forma de un esquema.
Pautas para elaborar el resumen:
Aunque la mayoría de las veces resumimos de modo intuitivo, los mecanismos que se ponen en
marcha son los de supresión y generalización.
1.- Supresión de todo lo accesorio como ejemplos, anécdotas, descripciones y digresiones. Si estos
elementos ocupan un espacio muy importante en el texto, se podrán reflejar en el resumen de forma
aglutinada, con expresiones del tipo “el texto aporta abundantes ejemplos de machismo en la sociedad
actual”…, pero siempre y cuando no haya ideas principales, como ocurre en algunos textos pobres
de contenido.
2.- Generalización: En muchos artículos de opinión, las ideas o las intenciones del autor se muestran
una y otra vez, aunque ligeramente remodeladas. Estas aparentes redundancias sirven la mayoría de
las veces para asegurar el entendimiento del texto y a la vez proporcionan diferentes perspectivas
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para acceder a una misma idea o llegar a una misma conclusión, y al no ser reproducciones exactas
introducen diferencias de matiz. En este caso deberemos hacer un esfuerzo para generalizar todo
aquello que el texto ha tratado de explicar de una manera más pormenorizada.
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aborto a las chicas de 16 años”, etc.
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A.- Tema:
Advertencia de los peligros del resurgimiento de la energía atómica.
B.- Resumen:
Hoy en día hay un gran debate sobre las ventajas e inconvenientes del uso de la energía atómica,
a pesar de que el accidente de Chernobyl había frenado la expansión de este tipo de energía.
Pero, olvidada esta tragedia, hoy los principales partidarios de su uso son algunos ecologistas que
argumentan que es un tipo de energía limpia que no aumenta el calentamiento global, además de ser
más barata y, permitir así, un uso menor de otras energías contaminantes como el carbón, el petróleo
o el gas. Por ello algunos países europeos como Francia, Reino Unido o Finlandia han retomado e
incrementado el uso de plantas nucleares. Pero los que se oponen argumentan que sigue siendo un
problema el almacenamiento de los residuos radiactivos, activos durante cientos de años, que las
centrales nucleares pueden ser objeto de ataques terroristas y que es muy peligrosa para la humanidad
la proliferación de las armas nucleares en todo el mundo. La reciente catástrofe de Fukushima lo
demuestra.
Tesis:
La energía nuclear presenta muchos más peligros que ventajas. (Explícita, localizada en el párrafo V,
última línea)
Argumentos:
1.- Estadísticos y de datos:
a- 16 millones de personas sufren las consecuencias del accidente de Chernobyl.
b- el 20% de la energía consumida en R.U. es de origen nuclear.
c- hace unos 15 años que no se construyen plantas nucleares en R.U.
d- una pastilla nuclear de 2 cm. = 1,5 toneladas de carbón.
e- el 80% de la energía consumida en Francia es de origen nuclear.
2.- De autoridad:
a- Bruno Comby, fundador de EFN.
b- La BBC.
3.- De citas:
a-Bruno Comby: “si se utiliza bien... la energía nuclear es muy limpia…”
4.- Analógicos o comparativos:
a- la energía nuclear es limpia y no aumenta el efecto invernadero.
b- es más barata.
c- reduce la dependencia de otras fuentes de energía más caras, contaminantes y
expuestas a los vaivenes políticos.
5.- De experiencia personal:
a- la casi olvidada catástrofe nuclear de Chernobyl.
b- la reciente catástrofe nuclear de Fukushima.
6.- Generalizaciones indiscutibles:
a- el almacenamiento de los residuos es problemático y un riesgo a muy largo plazo.
b- las plantas nucleares pueden ser atacadas por terroristas.
c- la proliferación de armas nucleares en distintos países es un peligro para toda la
humanidad.
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Ahora haz tú el análisis de los rasgos de coherencia del siguiente texto de Fernando
Trías de Bes, “Los límites de la publicidad”:
A finales del pasado mes de junio, la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) denunció
a la firma Volkswagen por el anuncio en que un niño compite con otro por quién aguanta más
tiempo imitando el ruido de un motor sin cambiar de marcha, momento que uno de ellos aprovecha
para tomar aire. El otro aguanta hasta enrojecer porque su automóvil tiene cambio automático. La
AUC considera que viola una directiva comunitaria en la que se establece que “la publicidad por
televisión no contendrá imágenes o mensajes que puedan perjudicar moral o físicamente a los
menores”. La noticia causó estupor no sólo en los medios de comunicación, sino también entre la
comunidad de los publicitarios. Sin embargo, en la provincia de Granada, un niño sufrió un
desmayo y varias lesiones de carácter leve al querer comprobar cuánto tiempo podía aguantar sin
respirar, imitandoel ruido del motor.
Si bien no es la primera ocasión en que se retira un anuncio que pocos hubieran pensado podía
resultar perjudicial, sí es cierto que este hecho ha reabierto un viejo debate y el número de denun-
cias ha aumentado considerablemente. Entre los anuncios más recientemente denunciados, se lleva
la palma el de la marca de desodorante masculino Axe, con el eslogan “Márcales el Camino” y
que recibió la friolera de 153 reclamaciones por parte de diversas asociaciones que defienden los
derechos de la mujer.
Estas denuncias muestran cómo la libertad de los publicitarios para dar rienda suelta a su crea-
tividad está acotándose más y más. Si bien es cierto que una queja infundada y exenta de razón
devolverá al anunciante la posibilidad de emitir su anuncio, la dinámica de los mercados va a otra
velocidad que la dinámica jurídica, así que no hay tiempo para tales debates. El daño se produce
en cuanto salta la noticia y, aún más, las marcas no pueden permitirse estar sin publicidad hasta
que se dilucida el asunto. Por tanto, los fabricantes no pueden correr el riesgo y, ante la duda,
acabarán aceptando campañas más seguras desde un punto de vista de comunicación, aunque
puedanresultar más insulsas.
Ante esta restricción creciente a lo que se puede y no se puede mostrar en televisión, los publici-
tarios han desenterrado el hacha de guerra. Aducen, no exentos de razón, que se está ejerciendo
una discriminación en tanto que las propias televisiones no dejan de emitir programas inundados
de violencia, sexo e insultos (por no mentar la televisión basura y los contenidos morbosos que
tanta audiencia concentran). ¿Resulta que si se muestra violencia para vender es pernicioso y si se
muestra violencia en un filme para distraer sí es legítimo?
De hecho, aún es más doliente en el caso de los anuncios, pues éstos pagan para ser emitidos,
mientras que las películas cobran para ser emitidas. Al final, sucede que aquellos que pagan por
sus contenidos están más perseguidos que aquellos a los que se financia. Tal es el argumento de los
anunciantes y publicitarios. Y el debate está servido.
Otro ejemplo de la contradicción legislativa, en lo que en materia de comunicación y venta se
refiere, es el consabido y ya manido tema del alcohol y el tabaco. No se pueden anunciar en
televisión, pero ¿por qué está permitido vender lo que está prohibido publicitar? Desde luego,
expresado así, no tiene ningún sentido.
Los límites de la publicidad deben ser aquellos que marque la ley, pero no una legislación hipócrita
que prohíbe unas cosas, para proteger supuestamente a la infancia y la juventud, y tolera otras
mucho más graves, que perjudican mucho más a los niños y a los jóvenes y los corrompen.
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d- Sistema de valores sobre el que se apoya el texto: Los sistemas de valores más habituales en los
textos son:
1- Epistémico: Se reflexiona sobre la veracidad o falsedad de lo tratado.
2- Estético: Se reflexiona sobre la belleza o fealdad de lo planteado.
3- Ético: Reflexión sobre la bondad o la maldad de lo abordado.
4- Pragmático: Reflexión sobre la utilidad o inutilidad de lo tratado.
Normalmente en los textos domina uno de estos sistemas, pero es posible combinar también más de
uno.
e- Profundidad en el tema tratado: debemos valorar positivamente el rigor en la exposición y la
argumentación, la actualización y variedad de datos aportados, la especialización y el prestigio de
las fuentes utilizadas, y la capacidad del autor para analizar y sintetizar la información y extraer
conclusiones relevantes. En cambio valoraremos negativamente, la frivolidad en el tratamiento de
temas serios, la superficialidad, la falta de conocimientos, el que no se analicen causas y consecuencias
importantes o no se llegue a ninguna conclusión, siempre teniendo en cuenta que un articulo
periodístico tiene limitaciones de espacio y no se le puede exigir el mismo nivel de profundidad que
a un ensayo o un texto científico.
f- Grado de modalización del texto: Valoraremos el grado de objetividad o subjetividad que presenta
el texto y la efectividad de los recursos utilizados para tal fin.
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Texto comentado: “La piedra”, de Manuel Vicent.
Sísifo había sido condenado por los dioses a cargar con una pesada roca hasta la cima de un mon-te.
Logrado su propósito la roca se le escapaba de las manos y rodaba hasta el fondo del valle. Sísifo
debía empezar de nuevo. Una y otra vez. El mito de Sísifo es eterno y puede aplicarse, como
castigo, a cualquier orden de la vida. Hace ya muchos años mi generación comenzó a acarrear esa
roca de Sísifo a la cumbre de la montaña. Primero con alpargatas, luego con zapatos de Segarra,
después con gasógeno, con el biscúter, con la vespa, con el seiscientos. Los obreros se fueron a
Alemania y aquí la clase media jadeaba con la piedra al hombro, pero comenzó a celebrar la vida
con un pollo al ast y los domingos al salir de misa unos pedían una de calamares o de gambas al
ajillo en el bar y otros se iban a la sierra a comer una tortilla de patatas con la suegra. Los Beatlesse
pusieron a cantar, murió aquel sátrapa, llegó la libertad y la democracia con el diario EL PAÍSbajo
el brazo. Con el golpe del 23-F la roca de Sísifo estuvo a punto de rodar hasta el fondo del valle,
pero la ascensión siguió su curso. Del chato de vino se pasó al gin tonic, llegó el gobierno
socialista, Europa, la movida, la cultura del pelotazo, el milagro español, la fiebre del ladrillo, el
crédito a mansalva, el placer de la especulación y la codicia. La derecha se instaló en el gobierno y
con ella siguió la fiesta procaz de los sobresueldos, el impúdico despilfarro político, los banqueros y
consejeros delegados que cargaban con pala los millones de euros y blindaban sus contratos con
cifras fuera de la imaginación de los simples empleados. Sísifo llegó, por fin, a la cima del monte y,
como es lógico, la roca se le fue de las manos y ahora está rodando cuesta abajo. Nadie sabe a qué
altura de la ladera se detendrá, si en los años cincuenta del siglo pasado ante la cola del aceite o en
los sesenta ante unas sardinas en papel de estraza, pero eso solo es economía. Puede que la rocade
Sísifo en su caída se lleve consigo por delante la democracia, la cultura, la libertad de expresióny
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planeta. Hace diez años un piso de 90 m. en Valencia costaba igual que una casa de 300 m. con un
jardín de 1.000 m. en Bruselas, la capital europea. Y si la gente no tenía dinero para pagar esos precios,
pedía un préstamo abusivo y eterno al banco y éste se lo concedía sin tener en cuenta las garantías
necesarias. Un día en la Ciudad de las Artes y las Ciencias un joven londinense me dijo que Londres,
que es la capital financiera de Europa y que tiene una población cercana a los 12 millones en su área
metropolitana, no había emprendido una obra faraónica como esa y me preguntaba si una ciudad que
no llega al millón de habitantes se lo podía permitir. Ahora sabemos que no, ahora que la burbuja ha
estallado y nos ha devuelto a la realidad de una economía que se basaba sobre todo en la construcción
y el turismo, pero sin un verdadero y poderoso tejido industrial como el de los países ricos a los que
nos queríamos equiparar y a los que debemos una cantidad enorme de millones para pagar la deuda
de todo lo que se construyó con dinero prestado, intereses que nos asfixiarán durante decenios y nos
pondrán muy difícil la recuperación económica, como les pasa a los países del tercer mundo. Mucha
gente ha perdido su piso, su trabajo, el consumo ha descendido enormemente, la asistencia social es
cada vez más deficitaria, la educación y la sanidad públicas sufren los mayores recortes de la historia
reciente y no es fácil ver la luz al final del túnel.
Pero no estoy totalmente de acuerdo en acusar a políticos, ejecutivos y banqueros de ser los únicos
responsables de la situación actual. Por supuesto que tienen la mayor parte de la responsabilidad y
tendrían que rendir cuentas ante la justicia por el enorme daño que le han hecho a toda una sociedad,
que justamente se indigna y protesta en las calles. Pero creo también que hay una responsabilidad
colectiva: la antigua picaresca sigue viva en nuestra sociedad y todo el que puede no paga lo que
debe, sea una multa de tráfico, el IVA o el billete del tranvía, declara menos de lo que gana, no se da
el recibo o la factura en los comercios, todo el mundo sabía que la compra de las viviendas se hacía
en “negro” al menos por la mitad de su valor, incluidos los notarios que daban fe de la legalidad del
contrato de compra-venta, las reformas en las casas se hacían sin permiso municipal, las señoras de la
limpieza, los fontaneros y demás profesionales trabajan en “negro”, con lo cual el Estado no recauda
lo suficiente, etc., etc.
Creo que se necesita una regeneración de la clase política, empresarial y financiera española, más
ética, más preocupada por el bienestar común y no sólo por el suyo propio, pero también es necesaria
una regeneración moral de la población en general, porque si no tendremos los dirigentes que nos
merecemos y no estaremos legitimados para protestar, si los ciudadanos hacemos a pequeña escala lo
mismo que los políticos y banqueros han hecho a gran escala.
Haz tú ahora la valoración crítica y expresa tu opinión personal en relación al siguiente texto
de Carmen Rigalt:
La Secta
La vida es más virtual que real. Las nuevas tecnologías van a toda leche y los filósofos de última
hora construyen teorías a orillas de la Red. Hemos tardado 5.000 años en hacer el primer ordena-
dor, pero sólo 40 en inventar el 2. 0. A este paso, dentro de nada habremos dejado atrás el futuro:
tal vez un día progresar consista en despojarse de aparatos.
Recuerdo los balbuceos del MS-DOS, el primer sistema operativo de Microsoft. Aquello parecía
morse (en realidad, a mí me parecía morse todo lo que no fuera una simple máquina de escribir),
y enseguida pasó a la historia. Pero cuando quise darme cuenta ya me tuteaba con un PC para
tratamiento de textos (suficiente). Muchas veces amenacé con tirar aquel trasto por la ventana:
más que para tratar textos parecía hecho para borrarlos, pues cientos de folios se evaporaban
por mi torpeza. Jamás recibí una clase de informática ni leí un manual de instrucciones, pero el
segundo ordenador, ya con Windows 95, lo instalé yo solita, que tengo probada fama de inútil.
Mi relación con el nuevo PC fue menos épica. Establecí con él (y más tarde, con mi portátil) unos
lazos de dependencia semejantes a los que tengo con mi bolso. Ahí adentro guardaba la vida. Los
padres del MS- DOS están ahora jubilados. En este tiempo, las nuevas tecnologías han avanzado
a la velocidad de la luz.
Ahora, cualquier niño de dos años (y cuando digo dos años me refiero exactamente a dos, no a tres
ni cuatro) maneja el iPad. Yo no concibo ya vivir sin ordenador. Teniendo un paraguas wi-fi, no
necesito ir a ninguna parte. Dicho esto, aviso: no estoy en Twitter. Las redes sociales siempre me
han inspirado cierto recelo. No es que no me fíe de ellas. En realidad de quien no me fío es de mí.
Twitter es un invento hecho a la medida de las personas con tendencias adictivas. Yo sería una de
esas que se pasan la vida en el excusado tuiteando y retuiteando como descosidas. Desde fuera, en
cambio, veo las cosas muy claras.
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En la secta, como yo llamo a Twitter, hay gente que colecciona horas libres y gente que no tiene
ni tiempo de ir al excusado. Gente de pulsiones exhibicionista y ansiosas, gente que se anuncia y
gente que intenta darle una utilidad al asunto argumentando que Twitter es un arma indispensable
para ejercer la profesión (periodismo, en este caso). Gente que vive para que hablen de ella y gente
que habla de la gente. Gente efímera que se resume a sí misma en 140 caracteres. Gentecilla, o sea.
El cuerpo
Cuentan las noticias que la modelo Gisele Bündchen se ha convertido en lo que los estadouniden-
ses llaman una “milmillonaria”: su fortuna ha superado los 1.000 millones de dólares, casi 800
millones de euros. No cabe la menor duda de que Bündchen es una mujer bellísima. Supongo que
es, además, una gran profesional y que ha sido lo suficientemente inteligente como para
gestionar muy bien su carrera. Incluso puede que sea una tía estupenda, por qué no. Pero no deja
de ser asombroso –tristemente asombroso– que una persona pueda ganar semejantes cantidades
de dine-ro en razón únicamente de su físico.
No es nada nuevo, por supuesto. La belleza siempre ha sido muy cotizada. Las mujeres hemos sido
sabias durante siglos y siglos a ese respecto, en buena medida porque no nos permitían serlo en
ningún otro campo. Hemos aprendido a cuidar de nuestra piel y nuestro cabello, a embellecernos
con maquillajes y peinados, a encontrar la ropa que mejor nos sienta. Es natural: mientras los
hombres vivían de su valentía en las guerras, de su inteligencia o de sus conocimientos, nosotras
sólo teníamos el cuerpo como moneda de cambio. De hecho, ser hermosas fue para muchas –y aún
sigue siéndolo el único camino para lograr un matrimonio ventajoso o una buena fortuna en la
prostitución de lujo.
A todos nos gusta la gente guapa, claro que sí. El cerebro se siente atraído por lo armonioso y
simétrico, y descansar durante un rato la mirada en un rostro hermoso –de mujer o de hombre– es
sin duda algo muy agradable. De ahí a valorar económicamente el aspecto por encima de otras
muchas cosas hay, sin embargo, un abismo. Pero en esta sociedad que pone precio a todo, las cosas
son así. Las modelos y los modelos pueden hacerse ricos, y hasta milmillonarios, exhibiendo sus
rasgos y sus cuerpos. Hay actores o actrices que triunfan tan sólo por su guapura, sin que se les
haya conocido nunca ni un gramo de talento. Y presentadores de televisión –hombres y mujeres–
que acumulan enormes cuentas bancarias a costa de su físico (con el añadido de una buena dosis
de desparpajo, reconozcámoslo).
Entretanto, los médicos de la sanidad pública, de los que dependen nuestras vidas, son funcionarios
con sueldos mediocres y sometidos a los recortes. Lo mismo ocurre con los maestros y profesores
de todos los niveles, a los que exigimos que nos den la mejor formación. Y con los investigadores,
a quienes debemos tanto bienestar y tantos avances, y que para colmo se pasan años trabajando
minuciosamente a cambio de becas miserables (cuando no les cierran sus centros, como está em-
pezando a ocurrir). Y con los hombres y las mujeres sabios, aquellos que escriben y nos iluminan y
hacen que nuestras vidas sean más ricas y más libres, a cambio de cantidades de dinero a menudo
ínfimas.
Algo raro le ocurre a una sociedad que valora por encima de todo lo superficial. Ese culto des-
aforado al cuerpo y al esplendor de la juventud, esa pasión sin límites por la demostración de
resistencia física que hacen los deportistas –sustitutos en el imaginario colectivo de los antiguos
guerreros–, huele a malsano y a decadente. Sólo el día en que una mujer o un hombre consigan ser
milmillonarios en unos pocos años salvando vidas, estaré dispuesta a cambiar de opinión.
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