Tema 1 La Romanizaci-N

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TEMA 1 LA ROMANIZACIÓN

INTRODUCCIÓN

Se conoce como Romanización al proceso de adaptación gradual de los diversos pueblos prerromanos a las
estructuras económicas, sociales, políticas y culturales del imperio mediante la unificación lingüística, las
ciudades, el ejército y la red de comunicaciones. La romanización afectó a todos los territorios conquistados
por los romanos, cuya rapidez dependía del grado de urbanización y desarrollo. Hispania fue de las
provincias más romanizadas y prueba de ello fue que varios emperadores nacieron en Hispania (Trajano,
Adriano y Teodosio). En el siglo III se iniciará el declive del Imperio romano, que finalizará con la llegada a la
península de los pueblos bárbaros.

DESARROLLO

La romanización comienza con la conquista del territorio peninsular por parte de Roma (218-19 a C.)a raíz
de la Segunda Guerra Púnica que le enfrenta con Cartago, conquistando toda la fachada mediterránea y
continua con la conquista del interior peninsular en la que destacan las guerras lusitanas y el sitio de
Numancia, finalizando con el sometimiento de los pueblos de la cornisa cantábrica. Los factores del proceso
de romanización son:

La organización político-administrativa: el espacio hispánico fue dividido provincias. Cada una de ellas
estaba dirigida por un pretor asesorado por el Consilium. Se subdividían en conventos jurídicos como
centros judiciales. Había dos tipos de provincias: senatoriales (controladas por el Senado romano) o
imperiales (controladas por el emperador). Inicialmente fueron dos provincias: la Citerior (la más cercana a
Roma –costa mediterránea y valle del Ebro–) y la Ulterior (la más lejana: valle del Guadalquivir y parte
occidental de la Península)

Augusto (27 a.C.) creó tres provincias: Bética, con capital en Corduba; Lusitania, con capital en Emerita
Augusta, y Tarraconense, con capital en Tarraco. Diocleciano en el siglo IV creó cinco provincias:
Tarraconense, Cartaginense, Bética, Lusitania y Gallaecia. Se añadieron dos posteriormente, la Baleárica y la
Mauritana-Tingitana.

Las vías de comunicación (calzadas), tuvieron una gran importancia puesto que comunicaban todo el
territorio peninsular e integraban a la península en los circuitos comerciales y culturales de Roma. Las
principales calzadas eran la Vía Augusta, la Vía de la Plata y la Vía transversal.

Las ciudades eran centros político-administrativos, económicos, sociales y culturales. No todas poseían el
mismo status. Podemos distinguir entre colonias (fundaciones romanas como Barcino, Tarraco, Emerita
Augusta) y ciudades indígenas o municipios entre las que podemos distinguir ciudades estipendiarias
(tomadas por la fuerza, obligadas a pagar un tributo y sometidas al pretor), federadas (habían firmado un
pacto con Roma y gozaban de autonomía) e inmunes (disfrutaban de autonomía y habían combatido con
Roma sin necesidad de pacto).

Las nuevas ciudades eran de planta ortogonal con dos grandes ejes que se cruzaban perpendicularmente: el
cardo o eje norte- sur y el decumano o eje este- oeste. El foro o plaza mayor era el centro de la vida
ciudadana y en torno a él se construían los principales edificios.

La economía de Hispania era colonial: los romanos sacaban materias primas para transformarlas en Roma y
luego volvían estos productos a un precio superior. También era esclavista porque los esclavos eran el motor
d la producción. En agricultura destaca el regadío, el arado romano y la creación de grandes latifundios que
aumentaron la producción agrícola, basada en la trilogía mediterránea (trigo, vid y olivo)

Hispania era famosa por su riqueza mineral (oro en León y Asturias, plata en Sierra Morena, cobre en Río
Tinto, Plomo en Cartagena). También destacaron los textiles y salazones en Levante y la pasta de pescado
llamada garum.
La sociedad se dividía en hombres libres y no libres. Entre la población libre encontramos ciudadanos (con
derechos políticos) y tres órdenes: senatorial (miembros del Senado y altos magistrados), ecuestre
(hombres de negocios y finanzas) y decurional (magistrados locales) y no ciudadanos (sin derechos políticos
hasta que el emperador Caracalla en el 212 les concedió la ciudadanía) la plebe o pequeños propietarios
agrícolas, artesanos y trabajadores. Entre la población no libre estaban los libertos (esclavos que habían
sido liberados pero seguían dependientes de sus antiguos amos) y los esclavos, que trabajaban en el campo,
minas o servicio doméstico.

El ejército fue un vehículo para la romanización, pues los soldados difundieron la lengua, costumbres y
creencias por todo el imperio. Muchos campamentos romanos se transformaron en ciudades.

El latín se extendió como lengua oficial y el derecho romano se impuso para cohesionar la sociedad y
difundir los principios de justicia y convivencia. Fueron dos de las aportaciones más valiosas a la civilización
occidental.

La religión romana era politeísta. Adoptaron los dioses griegos con otros nombres y añadieron el culto al
emperador y el cristianismo. En un principio los cristianos fueron perseguidos porque se negaban a adorar a
los dioses romanos y a dar culto al emperador. Pero el Edicto de Milán (313) decretó la libertad religiosa y
reconoció legalmente el cristianismo, que pasó a convertirse en la religión oficial del Estado con el
emperador Teodosio I en el año 380.

Las obras públicas se caracterizan por su monumentalidad y espíritu práctico. Entre las obras de ingeniería
destacan las calzadas, puentes (Alcántara), acueductos (Segovia)… También construyen edificios para
espectáculos como teatros (Mérida, Cartagena), anfiteatros, circos… Otros edificios importantes fueron las
termas, los templos y la basílica (de uso mercantil o judicial), de la que saldrán las iglesias cristianas.

Pero durante el siglo III el Imperio Romano entra en crisis debido al debilitamiento del poder imperial,
revueltas campesinas, guerras civiles, presión de los pueblos bárbaros, etc. La vida en las ciudades comenzó
a decaer y dada la inseguridad, el pueblo buscó la protección los terratenientes a cambio de entregarles sus
tierras y trabajo. Es el sistema de colonato, antecedente del feudalismo. Finalmente, ante la creciente
presión de los pueblos bárbaros el imperio romano cayó en el 476 y la península conoció la llegada de
diferentes pueblos bárbaros: suevos, vándalos, alanos y visigodos.

CONCLUSIÓN:

Supuso la primera integración administrativa del territorio peninsular, aunque fuese dependiente de Roma,
y económicamente su integración en las rutas comerciales del Mediterráneo. Y desde el punto de vista
cultural destaca la difusión del derecho, la filosofía, el latín y el cristianismo.

Después de Roma, Hispania podía definirse por una lengua, una religión, una cultura y unas instituciones
comunes. Fue la romanización la que dio una identidad común a Hispania. Por eso, puede decirse que Roma
hizo a Hispania.

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