Sintesis de La Divina Comedia
Sintesis de La Divina Comedia
Sintesis de La Divina Comedia
Un canto introductorio.
El purgatorio está formado por nueve estancias divididas en: la antesala, los siete gradas y el
paraíso terrenal.
Todos los cantos están escritos en terza rima —verso creado por Dante—, cuyas estrofas están
compuestas por tercetos endecasílabos de rima entrelazada.
¿Por qué Dante organiza la obra de este modo? Debido al valor simbólico que tenían los números
en el imaginario medieval. Por ello, juegan un papel importante en la organización del texto y en la
exposición de las ideas de la Divina comedia. A saber:
El número cuatro, referido a los cuatro elementos, tierra, aire, agua y fuego;
El número siete, símbolo de lo cabal, completo. Referido también a los pecados capitales;
Conozcamos ahora, con más detalle, el argumento de la obra y el resumen por cada capítulo:
Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Dante, alter ego del poeta, se encuentra perdido en medio de una selva oscura. Al amanecer, llega
a una montaña iluminada, donde es asediado por tres animales simbólicos: un leopardo, un león y
una loba. El alma de Virgilio, el poeta latino, acude en su auxilio y le hace saber que su amada
Beatriz le ha encomendado llevarlo hasta las puertas del paraíso. Para eso, deberán pasar primero
por el infierno y el purgatorio.
En la segunda parte, el poeta peregrino conoce el Purgatorio, lugar en que las almas pecadoras,
pero contritas, purifican sus pecados para ascender al cielo.
En la tercera parte, Dante es recibido por Beatriz en las puertas del paraíso, ya que Virgilio tiene la
entrada prohibida por haber sido pagano. Dante conoce el firmamento y atestigua la victoria de los
santos y la gloria del Altísimo.
Iluminado y convertido por la revelación, el poeta peregrino regresa a la Tierra y decide dar
testimonio de su viaje en un poema para advertencia y consejo de la humanidad.
Junto a estos, Dante hace mención, a lo largo del poema, de diversos personajes de la historia
antigua, bíblica y mitológica. Hace referencia también a figuras reconocidas de la vida florentina
del siglo XIV.
El INFIERNO
Cerbero y Ciacco.
Reservado al pecado de la avaricia. Los despilfarradores también tienen un lugar en él. El lugar está
presidido por Pluto, a quien el poeta representa como un demonio de la riqueza.
Reservado a los pecados de la pereza y la ira. Flegias, hijo del dios Ares y rey de los lápitas, es el
barquero que lleva las almas por la laguna Estigia hasta la ciudad infernal de Dite. Los poetas se
encuentran a Felipe Argenti, enemigo de Dante. Al verlos, los demonios se encolerizan.
Se manifiestan las Furias de la torre de Dite y Medusa. Un ángel los socorre abriendo las puertas
de la ciudad para avanzar al círculo de los incrédulos y heresiarcas, condenados a los sepulcros
ardientes. Se encuentran a los nobles epicúreos Farinata degli Uberti, gibelino y adversario de
Dante, y Cavalcante Cavalcanti, de la casa güelfa. Virgilio le explica al poeta los pecados según la
escolástica.
Reservado a los violentos, entre quienes se cuenta a los tiranos. El guardián es el Minotauro de
Creta. Los poetas son llevados por el centauro Neso a través de un río de sangre. El círculo se
divide en tres aros o girones, según la gravedad del pecado: violentos contra el prójimo; violentos
contra sí mismos (suicidas incluidos); y violentos contra Dios, la ley natural y el arte.
Reservado a los fraudulentos y seductores. Se divide en diez fosos circulares y concéntricos. Aquí
se castiga a los rufianes, aduladores, cortesanas, practicantes de la simonía, adivinos e impostores,
barateros (corruptos), hipócritas, ladrones, consejeros del fraude, cismáticos y promotores de
discordia y, finalmente, falsificadores y alquimistas.
Reservado a los traidores. Los poetas se encuentran con los titanes y el gigante Anteo los lleva en
brazos al último abismo. Está dividido en cuatro fosas distribuidas de la siguiente manera: traidores
a los parientes, a la patria, a sus comensales y a sus benefactores. En el centro se encuentra el
mismo Lucifer. Desde allí, salen al otro hemisferio.
EL PURGATORIO
El purgatorio es el lugar del trasmundo donde las almas purifican sus pecados para poder aspirar al
cielo. Esta idea, muy anclada en el imaginario medieval, es la que toma Dante.
Por invocación de las Musas, el poeta llega a las orillas de la isla del purgatorio, ubicada en el
hemisferio austral. Allí se encuentran a Catón de Útica, a quien Dante representa como el guardián
de las aguas. Catón los prepara para el tránsito por el purgatorio.
Antepurgatorio
Los poetas llegan al antepurgatorio en la barca impulsada por un ángel. Se encuentran el músico
Casella y otras almas. Casella canta una canción del poeta. Al llegar, Catón les reprende y el grupo
se dispersa. Los poetas notan la presencia de los conversos tardíos y de los excolmulgados por su
contumacia (negligentes procrastinadores de la conversión, los muertos repentinamente y los
muertos violentamente).
Más adelante, el trovador italiano, Sordello da Goito, los guía a la presencia de los monarcas que
deben purgar su ambición de poder. Entre ellos se cuentan las casas reales de Bohemia, Francia,
Aragón, Provenza, Sicilia y de la Pulla.
En la noche, mientras Dante duerme, Lucía lo transporta hasta la puerta del purgatorio. Al
despertar, el custodio graba en su frente siete “P” en alusión a los pecados capitales, marcas que
desaparecerán en la medida en que ascienda al cielo. El ángel abre las puertas con las llaves
místicas del arrepentimiento y la conversión.
El paraíso terrenal
En el paraíso terrenal, Matilde, una virgen del medioevo, se ofrece a guiarlo y mostrarle las
maravillas del paraíso. Inician una travesía por el río Leteo y aparece una procesión precedida por
los siete dones del Espíritu Santo. La procesión representa el triunfo de la Iglesia. Beatriz aparece y
lo insta al arrepentimiento. El poeta es sumergido en las aguas del Eunoes y se regenera.
El PARAISO
El paraíso de la Divina comedia está estructurado en nueve esferas, y las almas están distribuidas
según la gracia alcanzada. Virgilio y Dante se separan. El poeta inicia con Beatriz el viaje hacia el
empíreo, donde Dios habita.
El espíritu del emperador Justiniano le informa a Dante que en Mercurio están aquellos que
dejaron grandes obras de acción o pensamiento para la posteridad. El poeta pregunta por qué
Cristo decidió el destino de la cruz como salvación. Beatriz le expone la doctrina de la inmortalidad
del alma y la resurrección.
La esfera tercera es Venus, destino de los amantes que lograron dominar su pasión. El poeta se
encuentra a Carlos Martel, heredero del trono húngaro, quien expone dos casos contrarios en su
propia familia. Luego, Fulco de Marsella que señala los pecados de Florencia, especialmente la
avaricia del clero.
La cuarta esfera es el Sol, donde se encuentran los doctores en teología y filosofía. Ante las dudas
que Dante manifiesta, los sabios responden y enseñan. Santo Tomás de Aquino aclara la
superioridad de Adán y de Jesucristo respecto a la sabiduría de Salomón. Le habla también de san
Francisco de Asís. San Buenaventura elogia a Santo Domingo.
La quinta esfera es Marte. Está dedicada a los mártires de la cristiandad, tomados como guerreros
de la fe. Las almas de los mártires son luces que se aglomeran formando una cruz. Beatriz elogia a
los caídos en las cruzadas, y Dante se encuentra con su antepasado Cacciaguida, quien fue
cruzado. Este predice el exilio de Dante.
Es la esfera dedicada a los buenos gobernantes, donde Júpiter funciona como alegoría (como dios
de los dioses griegos). Allí, Dante se encuentra con los grandes jerarcas de la historia considerados
justos, como Trajano, de quien una leyenda dice haberse convertido al cristianismo.
El poeta atisba la luz de Dios, rodeado por nueve anillos de cortes celestiales. Beatriz le explica a
Dante la correspondencia entre la creación y el mundo celeste, y son descritos los ángeles
siguiendo las enseñanzas de San Dionisio.
Dante asciende, finalmente, al empíreo, un lugar más allá del mundo físico conocido, la verdadera
morada de Dios. El poeta es envuelto en la luz y Beatriz se revestida de inusual belleza. Dante
distingue una gran rosa mística, símbolo del amor divino, en la que las almas santas hallan su
trono. Beatriz obtiene su lugar junto a Raquel. Dante será conducido en su tramo final por San
Bernardo. La Santísima Trinidad se manifiesta a Dante en forma de tres círculos idénticos. Tras ser
iluminado, Dante abre su entendimiento y comprende el misterio del amor divino.