Bachelard - La Nocion de Obstaculo Epistemologico

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Prof: Barani 'ft- ck ¡c:~\c...l I{itito , 5fl() X,k', -1'1t3 7. , .
Autor: Bachelard
'Yroe:
La nociónA.rt "l"b 't:>b"~
de obstáculo espistemológico

CAP ITULO 1

LA Noc ró N DE OnS TACULO EPISTEMOLóGICO


PL AN DE LA OBRA

CU;lnJo se investigan LB condiciones psicológicas del


progreso de la cimcia . se llega muy pronto a la convicción
de qur har¡ qUt . p[c1.nUar tI pr oQIl'ma ¿rl conocim;tnro
c;rnri(;co en términos de obsráculos. No se trata di eóns, -'
de~~r- f;;'·~bsiáculo$ ·;xter n°oS,--ro;;;-¡a complejidad o la fu­
gacid;¡d de los rtn óm.enos, ni de incrim inar a la debilid"d
de los sentidos o del esp íritu hu m an o: f5 en ti acto mismo
de ~n~.~. íntima me n te, do nde apuw~ñ:-porUn¡ts¡;«it
deO' necesidad fUndo'iuJ,' ¡os ' tiiiorpeCimTtñtos y {as conru­
sionrs, Es ahí Jo-nCIe mmtraremos causas de est anca miento
Y·T;~;ta de rrtromo. es ahí don de discerni remos c¡usas de
iorrci" que lI.1maremos obstácu las episte m ológicos. El co·
nocimiento de lo real es 'Una lU·z · q ue si t mprr pro yec ta al­
guna sombra, Jamás u inmediata y p lma. Las nVl laciont'S
de lo rul son sie m pre r!CUfn nttS, Lo ru l no f'! janús "lo
que podría creerse", sino siempre lo que d r bie ra b .. buse
pensado. EJ.--peruamitoto rmp i..ti.co u duo. inm t d ;o lp.
Cl.!llldoÍliuiQ..o...bien m onud.o...tl aparejo d, las r3zonrs Al
vol VH sobrt IIn pasa do d e f rr or~s, se r ncu tntr:a la ver dad
en \In vtrdadero estado 'de arrt pen t imitnto intele( t ual. En
rfrcto, se conoce rn conrra dt un wnoc;mi(ntQ antrrior.
de.srruyrndo con oc imientos mal adquirido! o lup~[and
en ti I'soírítu mismo, ob

11
.

La idel de putir dd cero para fundar y acrl'cl'ntar sus tcl ectuales q ue. fu eron ól ilrs y sa n., pueden. a la ¡¡fil. 't ribu
bienes. no puede Sil rgir ~ino en culturas de simple yuxta­ !.t.. in \'w iSifián, "N uestro espírit u -"-<Iic!: justamente B~rg.
posición. en I.t~ que todo l1<'cl1o conocido es inmedialamentl' so:,! (1) -' '- ti~nr un a tendenci a irru isttblt a consider~r 'má,.
una riqUtZ3, M.l$ frente al misterio de lo re.ll t>1 alm~ no cJaus las ideas que Ir son úti les mis fre c uc ntem~ntr." ·.. [a
puede. por decreto. torn.1rsr ingenu" , Es entonces imposible idea conquisla así una claridad intrinsera abusiva. • Con ti
hacer. de golpe. tab!.l rJS.l de los cOnocimientos usuales. u¿o. las ideas se valorizan i 'da e e. Un valor tn'Sí se
r-rrñ'lcal6 real. lo fJm cree uhirse clar.ll1lC'ltle ofusca lo que Q CIrCul ación e 0$ v .. ' Es un factor de inercia
debiera s¡berse. CUatlJo s... prl'senta .lnte la cultura cienti· p¿,ra e esplm u. A Veces una idu dorriinante polariza al ts­
fica, el espiritu jam~s es joven. lbsta es mur vit'jo. pues píritu en su totalidad. Hace u nos veinte años. UD episte­
tiene la edad ele sus pl,juicios, T~ner acceso a la ciencia tS mólogo irreverente decía q ue los grandes hombres son útiles
rejuvenecer espirit!l~lmentl'. es aceptar un ;¡ mut;¡ción brusca a la ciencia en la primera mi tad de su vida; nocivoll en la
que hidt - conlr.ldeCtr ;¡ u~o, ' se :~unda mitad . El inSlinto' f ormativo rs tan persilltente rn
, La' ,íCñCIa:t3iiIOiósü-pnncipio como en su nmsídad de ciutos hombres de pe nu micnto que no debemos alarm'inioll
coron~. ~e opone en absoluto a la opinión. Si en por esta boutade. Pe ro al fin al el instinto formativo acaba
alguna cu~stión p;-rlicular de6e le'gJtlmar la opinión. 10--¡j"3ce púr ceder frente al inst in to ·conservativo. L1ega' . un · mo~
por ra,z.QILeJ..4iiGDill :ºdii que fundamentan la opinión; l!l'wto..w. d 'iU~ 81 -«púitll prefiere J~ gue conlTrmi-¡¡l"üo:er
~::rt q;~~:"~i~ió~
: i:A;f ;'0" ~ . ;~~~b~ ja~ásRecuidades
; J ~:I tient rnr)n.
en
a !2...QlI.e..JQ~mn[wl ic,. en el que ~refi trt las ,re~ pU estlS ' a las
pregunta,L Entonces el ' espíritu conservativo 'domina, ' y el
cQl1ocimirntQs. Al design;n J los objetos por su utilidad. crecimiento espiritual sl'detiene. ' . , ' . .. " ' ,,1. " ':: " ;
1'11.1 S( prohibe el conocerlos. . Nada puede fundar~e sobf1! Como se ve. no titubeamos en invorar los instintos para
..j.,
la opinión: antr todo n nl'ctS.lrío destruirla. Ella e! ~I. señalar la cabal resistenci a de dUIOS o bs t~c u l05 epístemo.!
primer obst~culo a Sl,lpsr¡r, No es suficiente. por ejrmplo. lógicos, Es una concepción que n uest ros desa rr olloll tratadn
rtctificula In casos particulan!!. manteniendo. cama una de justificar. Pero. desde ya. hay que darse cuent a q ue ~ I .
tsptcie dI' moral provísoria. un conocimiento vulgar provi­ conocimiento empírico. que eS el que tst udi aremos'ca!í úrií·
sorio. .EI ~spíritu científico nos impide tenl'r opinión sobre ZJlfleme en I'sta obra. ~!.T!E!..0mete al hombre $CQsib lt a t ra.
CUl'srioou que fín comprend rmos. sobre cUl'stionu q~ VfS dr todos IRs..íaracteres de su sensibilidad. C ua ndo el ' 9 .
sabemos formuju claram en te. Ante todo es ne(fsari~ saber ñocimíento rmpírico se -racionaliza. nunca se est4l segurd de
51anteu los problema!. Y dígasr lo que ~ quiera. en la ~TOS' valores sen5ibles primitivos no a(((tt[! a IQs rad~
vida cientifica \.ps....pr.oblem.1S no sr plantran por sí mismos. fLn.!.Q!'- De una manera muy visible, puede reconocerse que
Es preci~amentr este sentido del problema el que sindica la idea científica demasiado familiar se carga con un con~
,q el verdadero espíritu científico. I:.1H. un Espíritu ci,prif.i.c..o ~to psicológico demasiado p!udo. que ella anusa ':In nú':
' :.,,'
todo conocimiento es una mpllesta a una prrgl'n U. Si no
hubo re no puede ha r cono<:imient ·entmm.
, mero exce~ivo de analogías. im~grn·ts . metHoras. " qut, ~-º­
a..:122SQ pil'rde SUlJf!Ctor dr abst rarrión j J1I afilada Quilla ' abs;
-ad !.!act ~ En particular. es cae r en ' Un vano o timismo (uando
Un conocimiento adquirido por un esfuerzQ científico se picns3 ue sabrr si rve automática e a ' : que ' la
p.!1~d! dl'c1inar. La pre¡ l,I n!a abstracljI y (r¡ocjl sr deSiil$la: cu t ura se torna tan to mis f.icil cuanto está más utendída
la respuesta concreta Qllliia. Con eso. la act iv ichd rspirit ual y .s!:!!. en fi n. la in teligencia,: san~ion'aúa por éxitos pmo­
sé ;nvltrte y se endurece, Un o~~.!~lo "pis l t.m.a.lQ~ • -; 0, ' .~ ' . ~·;--. ' '' j ' l ' : '. ! . . . .. . ; ~ \ '. "

í!1_crusta e,r:!.. ~1~ono~i'!1!~~~~~_~~~~o, Cos.!...u mjJrl!s in ­ . (1) BERGSON : La Ptmk d rt Mouvarit. PHíl. 19H; p,! H1.' .~

16 17

~;
(es o por ~jDlplf$ (oncuno~ univHsit;lrios. 5t capit~!i~ . com9 pleta, t~íritu cientíE~~ja~~ise siente impedido de va­
una riq ut''l.l m¡ttri ",1. I\ un <l dm itie ndo qll !! una buma cabe ­ riar las condiciones, en un;¡ palabra de sali r de la conttm­
za~« ;lp¡ al narcisismo int electual tan frrcuente rn 13 cu lt UrJ placíón de 10 mismo y buscar 10 otro, de dialectizar la ex·
littraria. cm 1.. 3dh~~ión ap.l~iona(h a los juicios de l gusto. ~n~ri(Ta . Así es ~o mo la Química multiplica y completa sus
p urde Sfp: uumtnte decirse que una buena c<lbn:a es desgracia­ series homólo gas, hasta salir efe la Naturaleza materializan­
damen te una cabn,a crrrada. Es un producto de tsc uela . do cut'rpos más o menos hipotrticos sugeridos por el pensa­
En e(Hto. las cr'isis del crtcimiento del ~nsamirn to im­ miento inventi vo. E~ 35í como en todas las ciencias rigu­
r.lican una rcfu'ñdici6nt~tal dfr'mlCm'a:-(fcrs~}jt~, ' -'E ;íon­ rosa!, un pe nsa mien to ansioso desconfía de las ~dt.nW!JZdtl
(es la obe7.a bien hréh¡d'flJtsH rehecha. Cambia de ('S­ ~s O menos aparf !!!eS, para reclamar incesantemtnte m.~or
~(ie. Sr opone ~ la e!p<'cie precedente por una función prÚíSiOñ , rpso f acto m ayores <xasiones de distin~ir. . Preci­
decisiva . 1\ travé! de las revoluciones espirituales que exige sar. rectif.i{~ r, <!i~~~ili~~LhLahUº~JÚ?9j -dtr Pensamiento
la invención científica. ti hombre .~e convierte en una es~cie . dJñ'á m ic? que se al.e ja!, 1e !a ce~!du.~.!Ht' .I_Q~.Jªypi~Q,. J..gue .. ..
m¡Jtantt o, par" n:presarlo aún mejor. I'n una es~cie que en los su!em as homogene~s erlc!l!nt~t1wJs o~tacDlos que < ~',
necesita mutar. que surre si no cambia. Espiritualmente el .. . .J i(T1puhOJ. En resumen. el. hombre animad.C? P9.r_.~Le;Pír¡fa .. i: . ,
hombre necesita necesidadu, Si se considerara adecuadamen­ científico, sin duda Q~Sta sa~r, pe~q _~~. porJq_ p.roº,t~Era . ' ,'1 \
te, por ej"mplo. la modificación psíquica que se realiza a tra­
ves de la compren.5iÓn de d<xtrinas como la Relatividad o la
ir:!terrogar mejor.
-... - ~ -.... ­
_........ ~

Mecánica ondulat'Jria. quizá no se encontrarían estas txpre­


sionrs lngendas , sobre todo si se reCluion3ra en la rul JI ,:
-.
solidez de la ciencia prtrrelativistl. Mas ya volvertmos so­
La noción de obstáculo epistemológico ppede ser utudia­ .. H·
bre est os juicios tn nue!tro último capítulo. cuando habre­
mos aportado numermos ejemplos de revolucione! espiri­ da en el desarrollo histórico dd pensamiento científico y en
tu;¡lu. la práctica d" la educación. En uno y otro caso, este estudío
~ !'tpít" también frtcuentemente que la ciencia es ávida no es cómodo. La historia , por princi p io, es en títcto h ost il ;,! "
de unidad. que tiende a unificar fenómenos de asprcto dis­
tinto, que busca la ~ncillez o la economía en los principios
a todo juicio normativo. Sin em bargo, si se quine juzgar ('.,1
la eficacia de un pensamiento, hay que colocarse rn un pun to . ,.
..
y en los mttodos. Esu unidad la tncontraría muy pronto, de vista normativo. Todo Jo que sr en cutnt u en la histo~a .,:'.'
si pudiera complacerse con dIo. Por el contrario. el progre­ del pensamiento cientí11(0~ dista much2. Qi~ srrvit!7fctiva ­ j. ­
I! f
so científico muca sus m ~s purH etapas...ab1.ndoóin.do...lo, rrurflTá'i-ti"olucIoii ~a·i ~sÚ piñsar;n~r1¡to. Ciertos conocí ­
· ridb"'rtttosóFiCó~--arunlTic-.1ciOri nc,r:i~ltS como la unidad mit'r.tos aun justos, detient'n demasla o pronto a ínvtstiga­
d~ aCCIón d~1 Creador, b unIdad de plan de la Naturaleza. la cion~$ útile~ . El epistemólogo debe, pues, seleccion ar los do':
unidad lógica. En el h"cho l ('.'Itos factoru de unidad que aún C\lmentos recogidos por d histori ador. Debe juzgarlos du­
actuaban en el pensamiento cie ntífico del siglo XVUL ya no de el punto de vista de la razón y hast3 de la razón evo­
Pt inv<xan mh. Al sa bio contemporáneo que quisiera lucio·nada, pues solamente en nuestro! días es cU:1ndo po ­
reunir la cosmología y la teología se le reputaría muy pre ­ demos juzgar plenammti' los errores del pasado espiritual. f ;
tenciO$O. Por otra parte, aun en 1:2$ ciencías experimentaJes. ewemprf
y entrando en el detalle miJmo de la inve.1tigacíón cien­ .la ;nterprttación racional la que ubica Jos hechos rn su .Ju­
tifica. rrente a una t'X~ritnc;a bien determinada que pueda ,ga, exacto. Es so bre el ej~ lxperirncia-razón,' yen el sentido , .
d€ Il ra cionalización; dond" se encuentran, 31 mismo tiem­ ;/
ser registrada como tal, vHdadenmen tf co mo una y co m­
.1

18 19
po, tI rie'go y tI h ito. Sólo la razón dinamiza a la in­
vestigación. pues ,ólo dla sugitre. mi~ allá de la ex periencia ~ no ha tenido ruonan cia (I) . Los profesons de c~ncia. &t
común (inmediata y espt'ciosa). la experiencia cirntifica (i n ­ imaginan que el rspíri tu comienza como Un¡ lecci6n, que
directa y frcunda). Es, pues, el esfuerzo de racionalidad y de úemp re puede. l't'h olCerSe una cultura perezosa repitiendo una
construcción d que debe atraer la atención del epistemó­ clase. que p uede hacerse com prender una demostcación rt­
logo. El historiador de la ciencia debe tomar las ideas p itil1ndola punto por punto. No han reflexionado sobre
como hl!cnos. El cpistemólogo debe tom.1r los }~chos como d hec ho de q ue el ad olescente llega al curso de Física con
idea,. insertándolas en un sistema de ~nsamientos . Un conoc imien tos emp íricos ya constitu idos; no se trata, pues.
hecho mal interpretado por una tpoca. sigue siendo un de adquirir una cultura experimental. sino de cambiar una
hrcho para el historiador. Según el epistemólogo es un obs· cultun experime ntll. de dert iba r los obstácu los amon tonados
táculo. un contrapensamitnto. por la vida cotidiana. Un' solo eje mplo: el equilibrio de 101
Será, ~obre todo, profundizando la noción de obstáculo cuerpos flolantes es objeto de una in tuició n famiJía r que ea
epistemológico cómo St otorgará su pleno valor espiritual una marañol de euores. De una ma nera más o menos clara se
a la historia del pensamiento científico. Demasiado a me· atribuye una activi dad al cuerpo q ue flota. o mejor. al cuerpo
nudo la preocupación por la objrtividad, que lleva al histo· que nada. Si se trata con la mano de hundir en el agua un
riJdor de las cienci,u a re~rtoriar todos los textos. no llega t rozo de madera. éste resiste, . No se alribuye fácilmente esa
a la apreciación de las variacionts psicológicas en LI interpre­ resi5tencía al agua. Es. entonces. bastante difícil hacer com­
tación de un mismo texto. í En una misma época, bajo una prend~r el principio de A rquímedes. en su asomb.ro.sa sencillez
misma palabra. hay conceptos tan diferentes! Lo que nos nutem¡Ítica. si de antemano no se h a criticado y desorgani­
engaña u que la misma palabroJ designa y explica al mismo zado el conjunto impuro de las intuiciones bisk,u. En
tiempo. La designación es la misma; la explicación es dif.e· particular. sin este psicoanálisis de Jos errores iniciales. ja­
rente. Por ~jemplo. al teIrcono corresponden conceptos que mis se hará comp render que el cuerpo que emerge y el CUtr­
difit rt n totalmente para rl abonado. para la telefonista. po totalmente su mergido obedtcen a la misma ley.
pa ra el ingeniero, para tI matemático preocupado en las Oe ahi que toda cultura cien t ífica deba comenzar. como
rcu acionu diferencialu de las corrientes teldónicas. El epis­ lo explicaremos ampliolmente, por una ca tarais intelectual y
tcmólogo tendrá. purs. que esforzarse en captar los conceptos afectiva . Queda luego la lolrn mls dificil: poner la cullun
científicO! en dectivas síntesis psicológicas; vale decir, en cientifica en estado de movilizació n permanentr. " e mpJa~
sínte5i.oJ p!icológicas progruivH, estableciendo. ru~cto de Zar ti saber cerrado y estitico por un conocimiento abirrro ,
cada noción, una escala de conceptos. mostrando cómo un din¡Ímico, dialectinr todu las varia ble.s u:puimtntaJe.s, du
concepto produce otro, cómo se vincula con otro. Entonces finalmentr a la raZón motivos para tvolucionu. ¡

tendrá cierta posibilidad de apreci ar una eficacia epistemoló­ Por otra parte, estas obstrvacionu pueden ser generali.
gica. Y de inmediato el ~ns¡mitnro ~ presentará como unr zadas; ellas son más visibles rn la enseñanza cit ntüiu . pe ro
dificultad vencida. como un o bstácu lo superado. . tienen cabida en todo ufue n o educativo. E n el tunKurao
En la educación. la noc ión de obstáculo pedagógico tS de una carrera ya larga y variada. jamás he vislo a un educa­
igualmente duconC'<ida . Frt.cuente me nte me ha chocado ti dor cam bi ar de método de educación. Un educador no tiene
hecho de que lo, profesoru de de ncias. aún m~ qu~ lo, el S(ntido dtl fracaso, precisa mente porqur sr cree un m41es­
olros si cabe, no comprendan que no $It comprend a. Son t ro. Quitn enseña manda. DI: ahí una oleada de instintos..
pocC' numerosO$ los que han so ndeado la psicología del error.
··t;¡ de la igno~ncía y de la irreflexión. El lib ro de Gt!~rd. Varet (1) G~RARD· Y ARET: EssQi dI P''tchologi, obírctj~, L'¡vno rrJnc ,
rt I'lrrr/l,xion. ·Puí., 1898.
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gro de seguir las gentulirfades del p rimt>r aspecto, pues como
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Von M on akow y MO\lr¡(\lt h:m obsr rvad o j \lstamentt uta Un bien lo dice d'Alem btrt. Se genera liz an las p rim eras co n,
diric u!t ;¡J de r~ form;1 en los m~todos de educación. invocan­ sideracíonu, en cuan to no $t tiene más nada que considerar.
<.lo d p~50 d~ los instintos rn los educóldo~! (') . " Ha y in ­ Veremos asi el espíritu cient ífi co trabado desde su nacimien,
dividuos paa l('l _~ cu~\cs todo con.~do relóltivo a los prroru to por dos o bstáculos, en ci erto senti d o o puestos. Tendre­
dI' rrlllC(lción rruc cometen, es :1bsolutamente inútil porq ue mos. pu es, la ocasión de capt ar el pen samiento empírico en
esOS I\atn~dos errorr~ no 50n ~ino la rxpresión de un com­ u na oscilación lI~na de sacudi das y de tirones, y finalmente.
portólmimto ins.lintivo." En \'cr(bd. von Monakow y todo desarticul ado. Mas esta desarticulación torna posible
Mourguc se rdirren a "individuos p~icópatas", p<'tO la rela­ movim ien tos útiles. D e ma n era que el epistemólogo mismo
ción de m;¡cstro a alumno rs una relación fácilmente pat ó­ es juguete de valorizacion es cont rarias que se resomiríart
genél. El eduodor y el educando participan de 'Jn psi co­ bastante bien en las sig uientu objeciones: 8 necesario qu~ .~

~n~1isis espccbl. [)e todos modo!. el examen de las formas _el pensamiento abandone al empirismo inmediato. El pen­ (.
inferiores del psiquismo no debe ~ r descui dado, si se de!:u n samiento empírico adopta. entonce!, un sistema. Pero el pri­
caracteriur todos los c1ementos de la en ergía espiritual y mer sistema ts falso. Es falso. pero tiene por lo menos la uti­
prrparar una regulación gnóseo.arcctiva i n dis~nsable para lidad de desprender el pensamiento alejándolo del conoci­ f.'
el progreso del espíritu cirntírico. lfi una m anera más prc­ miento sensible: el primer sistema moviliza al pensamiento.
cisa: discernir los obstác\l105 t'pistemológicos es contribuir a Entonces el espiritu. constituído en si5tema. puede volver a
fllndar los rudimentos de un psicoanálisis de 101 razón. la experiencia con pensamientos barroc05 pero agrtsivos, in­
terrogantu. con una especie de ironía metafísica muy mar­
cada en los experimentadores jóvenes. tan seguros de al mis­
111 mos. Un dispuestos a observar 10 rul en función de a~ pro­
pias teorías. lA la observación al sistema, se va así de los
El ~entido de ~stJS observ;!cionc! generales resaltará m e­ ojos embobados a los ojos cerrado!.
jor cuando habremo! estudi;¡do ob.~táculos t'pistemológicos E" por otra parte muy notable que, de una mIiIntra gene­
muy part icu lares y dificultades bien definida!. He aquí nI. lo! obstáClllos a la cultura científica u pruentan aiemp re
entonces el plan que seguiremos en este estudio: por part:<!o A tal punto que podría hablarse de una ley psi­
La eXp<'riencia bisic;! o, para hablar con mayor exacti­ cológica de la bipolaridad de los errores. En cuan to un a
tud. la observ Jci ó n básica es siempre un primer obstáculo dificultad se revela importante. puede uno a!egunr que al
pJra \;¡ cultura cientifica. En efecto. esta obsHvación bá­ tntar de eludirla. $e tropezará con un obsticulo opuesto.
~mejante regularidad en la dialictica dt los trro~s no pue­
.~
sica St pn:sen la con un derroche de im;Ígenes : es pintoresca.
concreta. natural. fácil. No hay más que describirla Y ma­ de provenir naturalrntntt del mondo objetivo. - A n untro
ravillarse. ~ cree entoncr' com prenderla. Comenzaremos entender. proviene de la actitud poli mica del pensamiento !
nuestra encue.~ta carólcterizando est e obstáculo y poniendo de
)
científi co frente al mundo de la cttncia. C'on1O en una ac'
rdieve que cntre la ob~crvació n Y la ex p erimentación no hay tividad científica debemos inventar. dehfmos encarar ti fe­
continuidad. sino ruptura. n6rTll'no desde o tro punto de vis ta . Mas hay que legitimar
Inmrdiaumente después de h aber descrito la seducción de nuestra inven ción: entonces concebimos nuestro fen6meno
la obsc>rvación p:nticular y coloreada . mostraremos el p4'li­ criticando al fenómen o a jeno. Poco a poco, nos vemos con­
ducidos a convntir nuestras objeciones en objetos. a tnns­
(1) VOl'l /l.fOI'AKOW r! MOL'RGUr:: r1nlr odl1e 1ion biolo r¡iq ut el " ¡ ,u­ formar nuestras crític3$ en leyes. Nos encarnizamos en va­
dt dt la r:rurologit t'd. la pH¡chopcrhologit. 1' . 89.)
2J
22
ri.lr el frnúntno cn rI sentido de nuestra oposición al .~aber tal que. a nuest ro parectr. consti tuyr un rasgo caracteri5tlco
ajeno. Es. natur.11 mentr. sobre todo rn una ciencia jO\'en del I:splri t u preci'o!nt ¡fico. adoptaremo! la regla casi absoluu
donde podr.i rcconocerSe est.1 ori~inalidad de mala ley que de caracterizarlo siguiendo los fí~icoj -de los siglos XVII y
no hJcr siao' rtfor7.,H los obstáculos contraríos. XVIII . Esta li mitación har~ qu izá más pertinente a la dt­
Cuando h,hrrmos bord~atlo .Hi nUf~tro problema medí,l n­ mostración. pursto que se ve rá el poder de un obstáculo
tI' el rXJrnrn del espirilu concreto y dd e~píritu sistemático, en la rnis m.1 époCl en que Va a sr.r superado. Por lo demh
\' oI\'cremo~ \!;\Ci,l oust.Üulns algo más p.1rticulares. En to nces eSlr o bstác ulo a nim ista no tien e sino un a lej olna vinculacíón
nuestro pLn será nccr5.1riamrnte flot.lnte y no trilt.u r mos de co n la men tali dad animist a que todos los etnólogo, han
c\it.H las Icpcticion.~~. purs está rn la nJtur.lle7.a de u n o bs­ exa minado arn pli tllnentc. Darrmos un.l gran exten3ión a
t~clllo cpi~t emológico ser confu~o y polimorfo. Es lam bién este ca p itulo precisamr nte M r que podría cre'use que no
mu~' difícil rS(,lblecrr una jerarquía de los errores y se guir hay en est o si no un rasgo p.lr¡¡cular y pobre.
un orden para describir los desórdwes dd pt'nsam iento. Con la idea de susta ncia y con !" idea dc vida, conce­
Expondrenlos. pllrs. rn montón nuestro museo de horrores. bidas ambas a la manera in genua. r~ i,!troducen en las cien­
dejando al lector ti cuidado de p.lSJr por alto los ejemplos cías Psicas innumerables va lor izJeíon\'s que contradicen .1
aburridos cuando haya comprfndido el sentido de nuestras ' Ios verdaderos valares dd pe nsamien to ( ientífico. Propon­
tesis . EXlminaremo, ~1I"5ivamrntl' el peligro de la expli­ drem:Js pues psicoanál isis espec ia les para desembaraz.1r al
c.lción por h unidad de la nJlUrJleza. por la utilidad de los espírit u cie nt ¡fico de esos f.lIsos valores_
fcnómenos ryaturJlrs. Ddic.1Cem05 un capítulo l'spccial para Después de los obstáculos q ue debe superar d conoci·
señal.u rl obstáwlo verbal, \"Jle decir la falsa explicación 10­ miento empírico. en el pcnú h imo capít ulo. llegaremos a
Rrad .l n1Clii .1nte un" pJbbra E'Xplicativa. a través de esa extra­ mostrar las dificltltades de la inform ación geom i tric.1 y
ña in\'c esión que pretende desarrollar el pensamiento anafi­ matemática. las dificultades en fundar un a F ísiu matemi­
zando un concepto. rn lugH de ímplicar un concepto particu­ ticl susceptible de provocar descubri mientos . Ah í tam bién .
br en un3 síntesis r.lcjonal. reuniremos ejemplos tomados de los sist emas torpes, de las
El obstjculo vtrbal nos conducirá bastante naturalmente geometrizJcioMs desgraciadas. Se ve rá cómo el f also rigor
al examen de uno de los obstáculos más difíciles de superar, bloquea al pensamiento. cómo un pri mer síst ema matemá·
porque e5lóÍ apoyado en una filosofía fácil. Nos referimos tico impide a v('ces la comprensión de un sistema nuevo. N os
al 5ustanci;t!ismo . .J 1" monórona txplicación de las propie­ limitaremos por otra parte a observacioMS muy drmenu lea
dades por la !ustancia . Mostraremos entonces que pJra el para conservar a nuestro libro su aspecto fá cil. Po r Jo de­
físico y. sin prejuz~JC de su valor. para el filósofo. el rea­ más. para completar nuestra Urea en esta d irrcció n. debe ­
lismo rs una metafísica infrcunda. puesto que detiene la
ríamos estudiar, desde el mismo pun to de vista cr ítico. la
innstig.lción en lu~ar de pro\·ocarla .
formación del espiritu matemá tico. He mos reservado seme­
T~rminarrmo~ rsta primcr parte de nuestro libro co n el
ja nte tarea pJra otra obra. Según nuestro parecer. tal divi­
fXamcn de un obstáculo muy espccí.l1. que podremos deli ­
sió n es posible porque el crecim ie nto dd espíritu matemá­
mitar con suma p~cisión y qUt. por tanto. nos ofrrc erá un
rjcmplo -lo máj claro posible de J¡, noción de obstáculo tico es mu y diferente del crecimiento del espíritu científico
('pistemoló~ico . Con su nombre completo lo designaremos:
en su esfuer zo para comprender los f~nómeno, físicos. En
tI ob5láculo an;misla en las ciencias físicas . Ha sido casi efecto. la his to ria de las m.Hemáticas es una maravilla de
completamente superado por la física del siglo xrx: pero regularidad . E lla COnoce pausas. Ella no conoce períodos de
como en los siglos XV II y XV[If SI.' presenta de un modo erro res. N ingunJ de las tesis que sostenemos en este libro

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