La Pluralidad Cultural. George Robert Coulthard PDF
La Pluralidad Cultural. George Robert Coulthard PDF
La Pluralidad Cultural. George Robert Coulthard PDF
LA
PLURALIDAD
CULTU AL
GEORGE ROBERTCOULTHARD ~~
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Es Im prescin di ble est ablecer desde el p rincip io (/ lU' n o habria ap ort es in digenas sin el int ermediario
d el caste llan o, y has ta Ciert o punto, t'n cu an to a aportes ai rican os, sin el [ron ces v el inglvs , n i e
sentido p uram en te lingúi stico . ya g Ul: ningu na de las grand es CU I ! III (LI inilig en as ten ia un alj áb e to.
L os có dic es pictográf icos de los aztecas, z ap otccas, ma l'as, etc., iurm osi si m os . a un n u.atiar cs de
con tar f ábulas, " n o velas ", o de reda c tar p oem as, dram as, canc io nes: (J lo S U II/O srn -ui n rI,' aid e-m é-
m otres v representa ban ac on tecimien tos histó rico s, ac tos de las deidad es. rch us. Si in at irm ad o
más arrib a es ciert o con respecto a la "literatu ra" in digen a, lo es au n 111 11.I en lo que se rctierc al a-
p o rte d e A frica , como rcrcm os m ás adelan te.
pero que ti en e en cuent a h ech os eco nómi- Sin embargo, es un error hacer de masia do
cos, políticos, consideraciones lingüís ticas, hincapié en la semicultura de G uam á n Po-
geogr á ficas y clim atológicas, todo evocado m a. En est a "monstruosa miscelánea" , como
con arr eglo a la historiografía hum anist a, la llama Porras Barrenechea, ha y de rod a , re-
métod o que permitía el ejercicio de la fan ta- peticiones, falta de claridad a veces, una in -
s ía y la ficción con tal de que el producto no cr eíble cronología, pero al mismo tiem po e-
se alejar a demasiado de la realidad y de la ve- voc aciones de los preincas lle nas de col orido
rosimili tu d. Sin duda la otra refleja la preo- y hasta de ternura crítica mor da z del co m-
cupación posrenacentista de una Edad de o- portamiento hipócrita de los es pa ñoles , y
ro , ya que no es una historia escueta y veraz
au n una prefiguración de lo que Alej o Car -
(aunque esto hubiera sido factible ) ; pero el
pen tier h abía de llamar "10 real mar avillo-
entretejimiento de la fantasía con los he -
ch os, de visión y realidad ha producido una so " , que descubrió en Haití para lu ego caer
obra maestra. en la cuenta de que toda la historia de A mé-
rica estaba empapada de est a esen cia. La ma-
En sus·Siete ensay os de inter pretación de dre del primer Inc a, Manc o Ca pac , por eje m-
la realida d peruana"(1928) José Carlos Mari á- plo, que hablaba con demonios, y hacía ha-
te gui escribió una verdad ap aren te al decir : b lar a los pe ñascos , árboles, monta ñas y la-
ttuna li ter atu ra ind ígen a, si debe venir, vendrá gos, que cont estaban sus pregunras ; lo s he-
a su tiempo. Cuando los propios indios estén chi ceros que sabían predecir la mu erte de
en grado de pro ducirla ". Sin embargo uno los rey es de Castilla y otros ac o ntecmuen-
no puede men os que preguntarse si esta con- tos en el mundo entero. Su descripción del
dición no se había cumplido ya, si no en Cori-Cancha durante los sacrificios, con el
Garcilazo de la Vega, por lo menos en Felipe sol brillando sobre el oro del tem plo y los
Guamán Poma de Ayala con su Primer nueva arc oíris formados por el aliento de la muche-
crónica y buen gob ierno (escrito entre 1613 dumbre de indios en el frío del ama necer
y 16 14 ). Los dos eran mestizos, es cier to , pe- cuzq ueño , es una obra maestra de la imagina-
ro al hablar de su cultura y su pasado, y so- ción de Gu amán Poma, que no había presen-
bre todo en el caso de Gu amán Poma, del ciado este espectáculo , aunque mu y proba-
presen t e, hablan como indios. R aúl Porras blemente algu nos indios viejos qu e lo recor-
Bar reneche a critica a Guamán Poma por su dab an se lo habían descrito. No fal ta tam po-
" semicult ura" , pero parece reconocerlo co- co humo rismo, como cuando cuenta cómo
mo in dio : "Hay una nota auténtica de dolor un españ ol sediento de oro se disfraz ó de In-
y de queja, que proviene de la situación des- ca y se hIZO transportar en litera por un pue-
venturada del indio en los obrajes , e n las mi- blo pidiendo oro y plata, pero los indios al
tas y en los mismos pueblos indios sujetos a ver al In ca barbudo huyeron des pavoridos.
t odas las tiranías". 2 Reconoce asimismo al Guam án Poma también recogió varias
indio hasta en el estilo f'Es el método de la canc io nes en quechua y aym ará, qu e han si-
albañilería incaica trasladado a la crónica" . do traducid as por varios aut ores y constitu-
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En el Apu O lla n ray el tema es netamente tensi ón con desdén, puesto que. como se sa-
indio. Se trata de la seducción de una h ija be, la familia del Inca era una casta cerrada.
del Inca por un general del ejército , Ol1a n- Ollantay, aunque gran capitán, no tiene san-
tay. Este quiere casarse con la princesa que gre real. Lleno de resentimiento, se subleva y
está embarazada, pero el Inca rechaza su pre- durante años hace la guerra al Inca, hacién-
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dose así doblemente criminal según las leyes guerrero, un hombre de acción. ¿Pesa sobre
incaicas. Al fin, derrotado, aparece ante el él un sentimiento de culpabilidad por haber
nuevo Inca Tupaj Yupank.i, esperando la sen- mandado asesinar al verdadero Inca, Huás-
tencia de muerte. Este sorpresivamente, no car, y por la matanza de toda la familia de
sólo perdona sino que lo nombra gobernador su padre, Huaina Capac (aún Garcilaso, en
del Antisuyo y le entrega a Kusi Co yUur co- general idealizador del incanato, describe su
mo esposa. El desenlace parece inverosímil acción como "mayor y más sedienta de su
dada la severidad de las leyes incaicas,pues propia sangre que la de los otomanos fue la
merece la muerte por haber manchado la crueldad de Atawallpa"). Si es así, no hay la
sangre real y por haberse sublevado contra el más leve alusión a semejante sentimiento de
Inca. Jesús Lara, sin embargo, mantiene que culpa. Lo que tal vez sea más probable es
el desenlace como recurso dramático es vero- que, como en los libros proféticos de Clilam
simil, porque, como lo dice Garcilaso, el sol Balam, escritos después del desastre de la
encargó a sus hijos tratar al pueblo "con pie- conquista, el autor proyecta el fatalismo de
dad, clemencia y mansedumbre", y este de- lo ya acontecido, Jesús Lara utilizó la ver-
senlace demuestra al público que el Inca po- sión de Chayanta, que le parece la más au-
día comportarse como padre piadoso.(En la téntica y que, además, contiene pasajes poé-
versión argentina de Ricardo Rojas , el Inca ticos de carácter muy andino, como:
manda a matar a Ollantay, y destierra a su Tarukas de los páramos,
hija , pero Rojas tenía una tes is qu e quería cón dores de alto vuelo,
demostrar al hacer uso de la ley enda incai- ríos y roquedales,
ca.) venid y llorad con nosotros.
Nuestro padre y señor el Inca
la otra pieza que vamos a mencionar es nos ha dejado solos,
La tragedia de la muerte de Atawallpa, en la
en honda congoja sumidos
que alienta un sentimiento de catástrofe ine-
¿Qué sombra vamos a buscar
luctable. Cuenta en forma dramatizada los
y a quién hemos de recurrir?
sueños y temores de Atawallpa, la Uegada de
¿En qué martirio viviremos
los españoles, la muerte de Atawallpa y la
yen qué lágrimas nos anegaremos?
destrucción de su imperio. Un rasgo curioso
Atawallpa, Inca mío,
es que los españoles no hablan, sólo mueven
quizá debemos refugiarnos
los labios. Felipillo, un mulato, traduce lo
en las entrañas de la tierra. 5
que se proponen, en términos groseros, des- los pers on ajes indios tienen un código moral
preciativos e insultantes. El lector queda a-
que reman ta a la época prehispánica, Sería
sombrado, por la absoluta sumisión de Ata-
un grave error de parte del lector prescindir
wallpa a su destino. Parece entregarse a él
de las canciones; son muy hermosas, expresi-
con una impotencia absoluta; sin embargo,
vas, y Arguedas sabe colocarlas con un tino
se sabe que Atawallpa había sido un gran
que refleja su maes,tría literaria, Por ejemplo ,
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y en'í'Todas las sangrei'(1964), el impresionante p ersonaje R endo n Wilka, expresa con giros
quechuas su moral. Por ejemplo, al ingeniero Cabrejos qu e lo quien ' sobornar con testa: "{Ti: bo-
rracho patrón! Yo sano. Yo ganando plata con trabajos no mas: ot ra plata es maldición de Dios;
hace crecer gusano feo en el tuétano, en la sangre también. ". }' a otro indio, que le habla con ci-
nismo, diciendo "Nadie es Iimpio ", le contesta : "¿ Na dú?1 Ca r l i u ama v u. Si le ech an sucie dad a tu
cabeza, no eres culpable. Si tú alimentas la enoidia, la am bicio» d e tu alm a, tú mis mo en ton ces, en-
tonces tú mismo eres sucio". Esto nos recuerda los conse j os d e! Iru (. R oca en Garcilaz o: " La envi-
dia es una carcoma que roe y consume las en trañas del cn riiiio so ", "El qu e tien e envidia de los
buenos saca de ellos mal para si, como hace la araña en sacar ¡)1m ::. ! >' ro ". Se trata, como m uy acer-
tadamente escribe Alberto Escobar, de "la invitaci ón a reco noca en ( 1 que chua rasgos de un modo
de ser, de entender la realidad y nombrarla". 6
En México, como en el Perú, la preocu- por Ca mi o. se co nsagraro n dos gran des erudi
pación por lo indígena nació en las primeras t o S me xicanos : el padre Angel Mar ía Garibay
décadas del siglo xx como parte de un movi- K .. en su "Hist oria de la literatura náhuatr'
miento a la vez nacionalista y político. Aun- (México, 1953), y Miguel León-Portilla en
que pensador de menos envergadura que el "La filosofía náhuatr, estudiada en su fuentes
peruano José Carlos Mariátegui, Manuel Ga- (México, 1956 ). Estos dos escritores no se li-
mio, en algunos de los ensayos reunidos bajo mitaron a sus dos obras básica, escribieron a-
el título de"F orjando patria" ( 1 9 16 ), Puso de dem ás varios liGros de tr aducciones e inter-
relieve ciertas ideas fundamenta les. Ent re o- pretaciones qu e lOcorporaron la literatura y
tras cosas afirma que la masa del puebl o me - el pensamiento azteca a la corr ien te general
xicano no siente el arte europ eo im puesto de la cultura mex icana. Ambos afirman el
por la burguesía extranjerizam e, ljue " hay valor literario de la literatura y del pensa-
que forjarse, ya sea temporalmen te , una mien t o azteca ~. los e quiparan con lo mejor
alma indígena", y que además de revalorar de la literatura de otras culturas. Garibay,
las artes plásticas indígenas es preciso por ejemplo, en" La poe sía lírica azteca"(Mé
"publicar las escasas producciones literarias xico , 19 3 7 ), decl ara que se había acercado
de origen prehispánico que hoy existen casi a la literatura de los an tiguos mexicanos
perdidas en museos y polvorosas bibliotecas, con la misma " sed de belleza" que lo había
pues, visten importancia fundamental para Impulsad o a su s estudios de la literatura
nuestro futuro literario". grie ga y hebre a. y en La visión de los venci-
A esta obra de publicación, recomendada dos (México , 1959 ), cuadr o muy completo
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En''La filos o fí a náhua tl? León-Po rr illa ,1- Los t ex tos se pue e n t raducrr de 111 L1 ~ IlL _
firma que ex istió entre los "tlalatin ime " , [os n o d os . pues, CO Ill O afir ma el padre G ;lrlb J~ .
pensadores mexicanos . u na verdade ra f oso- " ¿han a . b. d o las ver ione (e Ho raci . t
fía . si se acep ta qu e u na filosofía ue dc ser las tra d uc io nes de I Sal m os. para lJ amCL -
me ta física, asisrerná tica v lite ra ria . Es ta f 0 - te dar do eje m pl s ?" La im por tan 1,) uc e -
so fí a consist e en rec ono ce r la t ra ns itoried ad t os d os au t ores onsis re . po r up uest o. n sus
universal , pero con un m od o de co n ocer lo o bras e pro fu nda eru dici ó . pero , 1 ni rno
verdadero a tr avés de la poesía y d el ulro tie m po han lo grado hac -r un a o bra e d ivu l-
de la belleza (inx o tid , incuica tl), la filoso fía gaclo n al publicar sus tra d ucciones e n li b ros
de can to s y flores: " Una co nce pción valed e- ap to s para el lec tor me dio . Ya exist en mu -
ra, quizá, en su esen cia para un mu ndo t an chas ed icion es de"'La visió n d e Jos vencidos'v
atormentado com o el nuestro". La esen cia " La lit era tur a de los az recas'{ sciecci ón publi-
de esta filos ofía , especie de hedo nis m o an- ca da en 196 4 ) es obra al al cance de cualq uier
gustia d o, se pal pa en este po ema: lector.
Ad em ás M 'La visión de los ven cid os"y de
'"La filo sofía náhu atI" Le ón -Portilla ha publi-
¿Es verdad que se vive sob re la tierra ?
ca do u na obra lllarav illosa ;'T rece po etas del
No para siempre en la tierra: sólo un poco
mund o az teca' (1967 ), qu e co n tiene poemas
aq uí.
latgos de vario s puetas mex ica no s preh ispá-
Aunque se a jade se quiebra ,
nicos, de Ne tz ahualcóyorl y o t ros , cuy os
au nq ue se a oro se ro mpe,
n o mb res no son co noc idos.
au nq ue sea plumaje de quetzal se d esgar ra ,
Las trad ucc io nes de l náhuad no ago tan
n o para siempre en la tierra: só lo un poc o a-
ni much o me nos el riq uísimo vene ro de la li-
qu í.
tera tu ra indígena de Meso amé rica . De la re-
gión ma ya-q uiché ( Yuca tán . Ch ia pas , Guate-
y en el he rmoso po ema incl uido por el padre m ala ) h an salid o ver d aderas obras maes tras.
Garib ay en"La poesía lírica az teca':
El Po pa l Vuh, conocido V trad ucid o des -
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de principi os del siglo XVIII (la primera t ra - qUI los : :\t ral1)<' r'-s, Y . re aq u í ll ue que d a -
d ucción es del frail e esp añol. P. Fr ancisco ro n los h ijos (~ l: ~ , . s h ijos aqu en medio del í
Xi ménez), ha lle gado a ser un o de los cl ási- pueblo. v ésos recibe! .; ' ama ruura .' 8
cos de América, Aunque libr o religioso , q ue En su tr ad ucci ón del Libro de los c. ma-
cuenta el ori gen del ho mb re y los hec l OS de res (te Dzit k . c h~ .México . 1 6 5 . Alfred o
los di oses y semid ioses , se puede leer co mo Bar rera V ásquez prescn t,¡ poe m as suma me n-
novel a. En un sentido mu y am plio es un a de te he rmosos. llul' I1t· se ['ar ecen a nincu na
las grandes novelas de Am érica , tal vez del poe sía euro pe;" Así -1 Kav- licre. c.in r de
mundo. Con una fant asía libre de roda tr.i ba flo res 'h ay U Cl: te ner e l ! c uenta ql:t' . u n t
lógica (la magia desempeñ a un papel prirno r- entre los ma vas ' u 110 c ru rc ¡ lIS I Ile X I Cdl10S la
dial en el libro) relata las fechorías y tr iq ui- flo r es raba estrec ian e nt e rela cio nad a "U IJ 1.1
ñ uelas de Hunaph ú y Xbalenq ue para desrru- se xual idad y Lr r:~ (" t.: ll d i d a d ~ :
ir al grotescamente o rgullos o V ucub -Ca.-uix
el guacamay o , o par a bur lar e el e los d u c n os Hemos i l e ga <~ " a .i c n [ 1',
de Xibalbá, el infiern o. C o n d e cir que t ie ne del in t c ri.ir ' l ~ l' o ) l jl. e or Oc
algo de Las mil y una noc hes, de Ali cia en el nad ie
país de las mar avillas y de la novel., . IIl •• ;,1 • ,<; lLi Irá r
: el ~:r ~ . ll de : r ll l ü p .icm al .
" Ha bía en ellos sabidu ría . No habla e n-
: nu ev.. pes;.
t onces pecado. Había santa devoción en e-
la llL " . t .U , , ,'e hila,lc¡ ;
llos. Saludables vivían. No hab ía enton ces
el presen te dcl I' d \ ' l l :
en fer med ad; n o hab ía J ulO[ en liucs s: no
nu ey" l dZilcL.,
h abía fiebre para ellos, no ha bí a viru elas. 110
Tod o nuevo .
había ard o r de pecho. no hab ía dolor de
incl us ive 13s bandas l¡ue atan
vie ntre, no había co nsu nció n. Rec rarne uce
nues tras ca beuer " us para
ergu id o ib a su cuer po, en ton ces.
to caru . . con el ucnú ía r :
"No fue así lo ljUe hicieron los dzulc s
Igua lm ente el zu mb. . io r
cuand o llegaro n aqu í. Ellos enseñar on el
-ar acu] ~: la anCl.,;",.l maest r:.. Ya, ya
mi edo ; y viniero n a march itar las flores , Par a
esta u os en el C I ' ; 'I / ":' I : del h U~<IL e .
que su flor viviese. da ñaro n y sorbiero n la a or i 1. 1 ~ de la P I;/' , en 1.1 roe...
flo r de o t ros.
" No había Alt o Co no cimie nto . no b b ia ' Iue su rja la bella
Sagra d o Len gu aj e, nc hab ía Divin a Enseñan- est rella (1ue h umea sobre
za en los sustit ut os de los di oses e¡u e llegar o ll el bos qu e . Qu itaos
aqu í. i Castrar al Sol! Eso viniero n a hacer a- vuest ras ropas, desatad
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Habria que agregar que much os escritores han aprovecha do la obra de au t ores co mo Garibay ;
L eón-Portilla y Alfonso Caso p ara sus p ropias creacion es. Men cionamos La región más transpar en-
te, de Carlos Fu entes; Cuauh té moc, vida y m uerte de una cu lt ura, de H éct or Pérez Mart mez; L os
premios, del argentino J u lio Cori ázar, q ue para U1l 0 de los p asajes m ás im p resionan tes de su n ovela
se inspiró en varias creacio nes de los dioses m ay as. Tam po co ha. que olv ida r dos ob ras de Migu el
I
Angel Asturias, Las ley endas de Guatem ala, so bre Guacam ay )' el Sol, creación de un m ito de a-
plicación un iv ersal, y Ho m bres de niaiz . d onde lo real maravillo so o el realismo m ágico . co mo lo
llama ,S e)'m ou r Men t on, se ma nifi est a co m o una presencia tangible , desc oncertan te y encan tadora.
Si Mariátegui dij o que un a litera tura indi- porq u fue ro n com puestas allá en Afri a y
ge nista sólo vendrí a cuando los pro pios in- viniero n e 11 los negr os de nación. Lo si gu-
di os estuviesen en condiciones de pro duci rla. Íar es ljue jam ás se olvidan : vienen pequ e ñue-
co n más justi ficación h ubiera podi do hacer los, co rre n años y años , envejecen, y luego,
la misma observació n del a po rt e afric: no a la cua nd sólo sirven de ouardia nes, las ento-
lit eratura de América. El tem a del negro a- nan solítarios en un bahío, lleno de ceniza y
parece en la primera déc ad a del siglo X IX en cal e nt án d o se co n la fogata qu e ar de delan te ;
las novelas antiesclavist as de Cuba. se acue rdan de su patria, au n próxim os a des -
La prim era, "Fra ncisco " . cender al se pulcro " . ¿Nos encont ra m os ante
de Anselm o Suárez Ro me ro, publicada p r ot ra cosa tIue colorido local, entra ñablemen-
la Sociedad Antiescla vist a de Lo nd res (en te sent ido tal vez, pe ro al 6n y al cab o, c 10-
inglés) en 1840 y en españ ol en Nu eva York rido local ? La gran nov ela de Ciril o Villaver-
en 1880, fue escrita para promover un senti- de,"Cecilia Vald és" de la que apareció un es-
miento de re pu gnancia contra los ho rro res bozo en 183 9, pe ro que no llegó a pu blicar-
de la esclavitu d y a su autor, escribe J osé se ín tegra men te hasta 188 2 en ueva Yo rk.
Antonio Portuondo, "le cabe el méri to indis- también tra ta del tema negr con pro fundi-
cutible de haber sido el que más agu dame nte dad , ya qu aho nda en la psicol ogía del ne-
advirtiera en su tiempo la riqueza poétic a es- gro, del mulato . y del amo de escl avos. y
condida en las canciones folk1 óricas de ne- co ntiene en germe n, a unque no como fórmu -
gros y campesinos, el tesor o latente en el fol- la la ide a del C ésai re : "c olo nisario n est chosi-
klore cubano de da nzas y tradicion es, de ficatio n" . ¿Pero se puede hablar con respec-
to est: s no velas de un " aporte africano " ?
cantares de la tierra y de rit mos tr ansplant a-
dos desde el Africa." 9 Su árez Romero es-
cribe cosas como las siguientes:. "El tambor , Son no velas escritas por blancos q ue se
para los negros de nación y para los criollo s pr eocu fía ban del es ad o 1 negro en Cuba.
que con ellos se crían, los en ajen a, les arreb a- Esto es as í incluso en el"Franc isco" Je nro -
ta el alma; en oyé ndolo , paréceles que es tán nio Zamb ran a (San tiago de Chile, 1873) , en
en el cielo, Pero hay to nad as qu e no varían, q ue el au tor parece comprender la rnen tali-
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da d del negro co n may o r sutil ez a q u e S u ár ez ra r el terre n o para una literat ura im p regn a da
Rom ero , ya que no trata d e h ac er de su s per- de gen uinas esen cias a fric a n as. La a frica nía,
son aj es , negros con psrcolog ía de blan cos, para ernul ar un t é rm ino de F e rn a n d o Or t íz,
víc timas de un sist ema inj usto . Pa ra Zam- -xist ía en cie rt as re gion es de Am é rica , s o b re
brana el negro es un ser pri m it ivo; n o se ol- ro d a e n las A n tillas d e habla española. fra n -
vide qu e unos añ os m ás tarde l o s partid ari os cesa e in glesa, pero a u n nivel c o m pl e ta m e n -
d e la " né gr itude" h abía n d e rei vin di car el te po pul ar. Es te m un d o co m plejo - sa n t er ía .
primitivis m o como cali da d pos itiva. " El vudú , co st u mb res , creencias, ca nt os y b ai-
hombre civilizad o - escri be - co m pren d e a- les- no h a b ía en co ntr ad o una ex p re sió n li te-
penas ci erto o rde n de ide as y sentim ien tos, raria, sól o hab ía s ido descri to. Gra cias , e n
los cuale s so n en ma y or part e ar tificiales y gra n part e . a las o b ras d e Fernan d o Ort íz
llegan a de bilitarse e n lo q ue dep ende n ex - (los n egros b ru j o s, 1906, Los negr o s escla-
clusiva mente d e la natural ez a. Co m para , vos, 1916, El glosario de atr o-cu banism os,
c ua ndo se trata de l esclavo , la idea t e la civ i- ] 9 24 ). la exis t en c ia de es te murid c su m e rgi-
lizació n con la ruda exis t e n cia de la se lva, y do, visl u m b ra d o , pe ro n o cono c id o . e m pez ó
juzga e n ton ces q ue el negro ha ga n a d o en el a in ter esa r a va rios a n tillanos. en s u m a y o ría
cambi o . Pero el n egro ana lo qu e vo s otr os cuba n os, S e t:IlJ pezaron a e x am in ar las posi-
despre ciáis: s u bosq ue, su música ~ r () e ra . bilidadcs d utilización de este a rte op ular ;
sus cost u m b res primi tivas . Pr oba dl e cJue es y en ] 9 2 " co m ie nza n lo s ta m b o res a retu m -
feliz, se d elocu e nt es y raz o n ad o res : su cora- bar en la lí rica cu b a n a" , co m o escri bió el
z ó n le dice ot ra cosa lllUY di sti nt a ." Estas i- m ism o O rtiz (R evista Bimestre C u ba na . vol.
deas so n, co m o hemos s ugerid o, exac tam e n - X X XVII 1 93 6 , p. 26 ). Se refiere a c n m p o si-
te las q ue va a pr ocla m ar casi d ogm :í tica lllt'Il- cion es co m o"La bail a d ora de r u m b a" de J os é
te la " ne gritude " c ua n d o los fra n co a n tillan os Z. Tallet y "La liturgia ñá ñ iga"clc Alej o Car -
la fo rmu le n c o m o co n cep t o u nos sesent a a- pen ti er. Per o en los tres libros de Nicolás
ñ os m ás tarde. G u illé n - Mn t ivos e Son ( 193 ), S ó n go r o
c oso n go ( 1<)31 , ~ so b re todo \Ve t 1nd ies
¿Se p u ed e ace ptar como a po rt es c u lt u ra- Lrd. ( 1934 )- e nco n t ram os la au r én tica voz
les a frican o s el c ontenid o y el estil o de es ta afro cu ban a . R itn ll s de la m úsica de 1 s n e-
literatura , o sería m ás razon abl e rec hazarl os gro s de C u ba. pala b ras d e los ca n ros vo ru ba ,
com pl etamente ? Se trata , como hem os di - hl rn o r isrru y pa te tism o . [Ocio es t'.) esc r it o y
cho, d el tema n egr o, pero n o escrit o p or ne- se n tid o d esde a de ntro . se en cuen t ra e n la
gros n i m u latos , y au ncJ ue h ay d escr ipci ones po es ía d e G u iUé n de esta é p o ca . La bal a da
de b ail es, ce re mon ias, ac ti tu des ne gr as, t o d o Ce los d o s a bu el os. Bala da d el <Yüi ¡e . el fa m o -
está vist o desde fuera. Sin e m b argo . s u in- so S ense rn a y¡Í, so n a u r én n carn c n e a tr oc u ba -
clusi ón en este ca p í tu lo pod ría , acas o , justi- no s en c u an to a la ex presi ó n y ¡d co n te nid o ;
fica rs e , pu es to q ue u na preoc u paci ó n tan lo so n poe mas co m o Eba n o re a l o Acaná .
persist ent e puede ha ber servid o par a p re pa- vers os COIl1 :
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Una gran parte de la obra de Césaire y sus seguidores deb e su técnica al surrealismo, aunque al-
gunos corifeos de la "n égritude " como el alemán Jahnheinz [ahn han tratado de negarlo, al afirmar
que el arte negro siempre tiene un significado claro. En una en trevista en Casa de las Américas, ju-
lio-agosto de 1958, el mismo Césaire reconoce su deuda con el surrealismo. ARené Depestre le
contesta : "El surrealismo me interesaba en la medida en qu e era un factor de liberacion" , Pero a-
grega : "Para mi era el llamado a Africa ", y lo describe como un llamado a las fu erzas profundas,
a las fuerzas inconscientes, una desintoxicacion del cartesianismo, de la retórica franc esa y agrega
significatioamente : "La zam bullida en las profundidades. Era la z am bullida en Africa para mi" .
Aunque las Antillas no desaparecen del todo, escribe sobre la cultura y costumbres de los
Césaire parece cada vez más preocupado con Akan, nación de habla twi. No se trata de
Africa, su historia, la vida del negro en todas colorido local sino del examen de su estilo
partes, y su obra va dejando la impresión de
de vida y de sus reacciones personales como
que el aporte africano no es tanto de subsue-
lo africanizado de las Antillas como de Afri- antillano que regresa. Emplea ritmos de can-
ca misma. Este es un fenómeno sobremane- tos africanos, y hasta escribe poemas casi en-
ra cunoso. teramente en twi : En barcos nuevos descri-
La influencia africana existe en las Anti- be su llegada :
llas francesas V británicas en cuanto a la ra-
za y el color de los habitantes, en su mayoría En Takoradi hacía calor.
negros. El aprovechamien to de los residuos El verde con el rojo luchaba
africanos en la cultura folk1órica ha sido pe-
cuand o desembarcamos.
queño, y no ha producido gran cosa en la li-
teratura, a lo sumo unas fábulas de animales
Senderos de barro zarpaban
como Amansi the spider man, 1964, de Phi-
lip M. Sherlock, de Jamaica. En cambio, la hacia el polvo, hacia el silencio.
nostalgia de Africa, que se convirtió en el
movimiento político de la vuelta a Africa del Negras arrebujadas en telas,
jamaicano Marcus Garvey, que perdura aún florecían y reían, dientes blancos,
entre los miles de rastafris de Jamaica, y la voces suaves como guijarros
inspiración sacada directamente de la músi- removidos por el mar de su idioma.
ca, ritmos y canciones de varias regiones de
Africa, parecen tener hondas raíces y están "-Akwaba", sonreían,
creciendo. También la preocupación por la significando bienvenido
posición del hombre negro en el mundo con- " -Akwaba", llamaban,
temporáneo tiene una fuerza vigorosa. "aye kooo".
La "négritude", la toma de conciencia Has caminado mucho
del negro , puede haber nacido en las Anti-
has viajado mucho, bienvenido.
llas, y puede haber surgido de las condicio-
nes sociales y económicas de las Antillas, pe- Tú que has regresado, un forastero,
ro no es un movimiento estrechamente anti- después de tresc ientos años . Bienvenido.
llano. En su último libro, Masks, Londres, Aquí tienes tu taburete,
1968, el poeta barbadiano Edward Braith- siéntate, ¿recuerdas?
waite, que ha pasado ocho años en Ghana, Aquí tienes agua,
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