Vinculos Afectivo Sexuales, Responsabilidad Afectiva

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VINCULOS AFECTIVOS Y SEXO AFECTIVOS

Los vínculos afectivos se entienden como aquellas relaciones de cariño y


amor que existen entre las personas; van más allá de los lazos de
parentesco que se tengan ya que representan la unión indispensable que
le da soporte y equilibrio a las decisiones y situaciones que se presentan
en el curso de la vida.
Un vínculo socio afectivo es una relación entre personas que implica un
nivel de conexión emocional y responsabilidad sexual. En estos vínculos,
las personas se sienten cómodas, se alegran de verse y tienen una
sintonía intuitiva.

En las relaciones sexoafectivas, las personas pueden tener acuerdos para


decir lo que sienten y piensan, pero no necesariamente son relaciones
abiertas o cerradas.

La comunicación es fundamental en las relaciones sexoafectivas, ya que


ayuda a evitar malentendidos y a mantener una conexión más sólida. Es
importante hablar abierta y honestamente sobre las expectativas, deseos
y límites.

Existen diferentes tipos de vínculos sexoafectivos, como la monogamia, la


poligamia y las no monogamias éticas. La monogamia es un vínculo
cerrado entre dos personas o cónyuges, mientras que en la poligamia hay
más de una persona en el vínculo marital. Las no monogamias éticas
buscan establecer diferentes vínculos sexuales, afectivos o sexo-afectivos
desde acuerdos comunes.

El concepto “sexoafectividad” a “afectivosexual”, que grafica los


“escalones” que se transitan desde una apertura emocional, hacia
mayores niveles de disfrute, placer y aprendizaje, compromiso y
profundidad en la conexión:
Primer escalón: La afectividad

Es el nivel de relación que una persona establece con otras con las que
hay una sintonía intuitiva, un cierto nivel de conexión emocional, son
personas que te caen bien, te hacen sentir cómoda, cómodo y que te
alegras de ver. Son parte de tu grupo más amplio de amistades o de
personas con las que te agrada estar, como profesores favoritos, vecinos
de toda la vida, compañeros y compañeras del gimnasio o con quien
juegas a la pelota, amistades de la época de infancia, etc.

Segundo escalón: La intimidad

Cuando las personas sienten afecto por otras, con algunas empieza a
compartir su intimidad, la vida privada, cosas personales. Esta es la
esfera de la intimidad, que comúnmente es llamada amistad y ocurre con
personas a las que es posible contarles secretos, miedos, problemas. Para
llegar a este nivel de intimidad hace falta tiempo y confianza para llegar a
sentir la seguridad, el cariño y la lealtad recíproca.

Tercer escalón: La sexualidad

El nivel de intimidad que se establece con algunas personas puede


despertar un deseo de contacto más cercano, tanto emocional como
físico, diferente al que se tiene con amigos o familiares. Este deseo puede
incluir caricias más íntimas, como besos, y puede ser experimentado
tanto con personas conocidas como desconocidas. Este es el punto en el
que comienza la seducción y el erotismo, donde las personas se atraen
mutuamente a través de gestos, conversaciones y miradas. Es importante
tener en cuenta la reciprocidad y el consentimiento en este nivel de
intimidad, ya que puede haber placer si la seducción es correspondida,
pero también puede causar molestias y sufrimiento si no lo es, e incluso
puede ser considerado acoso

Cuarto escalón: La genitalidad

Las relaciones genitales son una parte de las relaciones sexuales. En


algunas ocasiones pueden ocurrir gradualmente a medida que se avanza
en la relación afectiva, o puede suceder rápidamente en algunas
situaciones. Sin embargo, es importante que todas las personas
involucradas se sientan preparadas y den su consentimiento. Si alguien
no está preparado o no da su consentimiento, la genitalidad puede ser
dañina y considerada una violación o agresión sexual.

Generar acuerdos: dado que se encuentran dos sistemas de vida


diferentes, interesados en convivir en armonía es necesario acordar
diversos aspectos que contribuyan a ello.

Responsabilidad emocional y afectiva:

Esto implica Ser consciente de nuestras


emociones y de cómo estas afectan a las relaciones interpersonales, tener
la capacidad de comunicarlas de manera clara y respetuosa, sin manipular
o herir a la otra persona. A su vez, involucra la capacidad de escuchar y
validar las emociones de la otra persona, sin minimizarlas o invalidarlas.

La responsabilidad afectiva, por su parte, implica que cada persona se


haga responsable de sus propias necesidades emocionales, en lugar de
buscar que la otra persona las cubra. Esto requiere de una comunicación
clara y abierta sobre las necesidades y expectativas de cada uno, así
como la capacidad de ofrecer y recibir apoyo emocional de manera
equilibrada en la relación. De esta manera, se puede evitar que la
dependencia emocional genere un desequilibrio en la relación y se
promueva una dinámica más saludable y satisfactoria para ambas partes.

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