Capitulo Educación Inicial 2023.docx - Documentos de Google
Capitulo Educación Inicial 2023.docx - Documentos de Google
Capitulo Educación Inicial 2023.docx - Documentos de Google
2. MARCO LEGAL.
2.1 Definición del área de preescolar.
La educación según el artículo 10 de la Ley 115 “es un proceso de formación
permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una orientación
integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y sus deberes”.
● Educación:
Todo niño tiene derecho a la educación y es obligación del estado asegurar por lo
menos la educación primaria gratuita y obligatoria. La aplicación de la disciplina
escolar deberá respetar la dignidad del niño en cuanto persona humana.
● Objetivos de la educación:
El Estado debe reconocer que la educación debe ser orientada a desarrollar la
personalidad y las capacidades del niño a fin de prepararlo para una vida adulta
activa, inculcarle el respeto de los derechos humanos elementales y desarrollar su
respeto por los valores culturales y nacionales propios y de civilizaciones distintas
a las suyas.
● Artículo 29, los estados partes convienen en que la educación del niño debe
de estar encaminada a:
a). Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño
hasta el máximo de sus posibilidades.
b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades
fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones
Unidas;
c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su
idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de
que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;
d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con
espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre
todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen
indígena;
e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.
2.4.1 Decreto 1870 los niños menores de 6 años cuentan con tres niveles de
educación.
● El Artículo 2º, que señala que este nivel educativo se ofrecerá los
educandos de tres a cinco años, y comprenderá tres grados: Pre jardín,
dirigido a los de tres años; Jardín para cuatro, y Transición (Preescolar),
destinado a los de cinco años, que corresponde al grado obligatorio
constitucional.
Artículo 7°. Protección integral. Se entiende por protección integral de los niños,
niñas y adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la garantía y
cumplimiento de los mismos, la prevención de su amenaza o vulneración y la
seguridad de su restablecimiento inmediato en desarrollo del Principio del interés
superior.
La protección integral se materializa en el conjunto de políticas, planes, programas
y acciones que se ejecuten en los ámbitos nacional, departamental, distrital y
municipal con la correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y
humanos.
Artículo 8°. Interés superior de los niños y las niñas y los adolescentes. Se
entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga
a todas las personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus
Derechos Humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes.
Artículo 9°. Prevalencia de los derechos. En todo acto, decisión o medida
administrativa, judicial o de cualquier naturaleza que deba adoptarse en relación
con los niños, las niñas y los adolescentes, prevalecerán los derechos de estos,
en especial si existe conflicto entre sus derechos fundamentales con los de
cualquier otra persona.
En caso de conflicto entre dos o más disposiciones legales, administrativas o
disciplinarias, se aplicará la norma más favorable al interés superior del niño, niña
o adolescente.
De acuerdo con esta nueva política educativa, los niños y niñas que están entre
los 0 y 5 años que reciben una adecuada atención durante la primera infancia
obtienen mayores oportunidades de ingresar a tiempo a su educación formal,
desempeñarse con mayor éxito a lo largo de sus estudios, mejorar sus
posibilidades de acceso a la educación superior y aumentar sus oportunidades
para desenvolverse competentemente en su vida laboral.
Los DBA son el conjunto de aprendizajes estructurantes que construyen los niños
a través de las interacciones que establecen con el mundo, con los otros y consigo
mismos, por medio de experiencias y ambientes pedagógicos en los que está
presente el juego, las expresiones artísticas, la exploración del medio y la
literatura.
Los D.B.A son una herramienta para construir estrategias que permitan la
continuidad y articulación de los procesos que viven las niñas y los niños en su
paso grado a grado en el entorno educativo; aportan en la construcción de
acuerdos sobre aquello que deben aprender y a la complejización de los
aprendizajes que desarrollarán en su vida escolar. En síntesis, son referentes para
la planeación de las estrategias individuales y conjuntas entre las docentes, en la
perspectiva del tránsito armónico entre grados.
2.10 Decreto 1411 del 29 de julio del 2022. Subroga al decreto 2277 donde se
propone que la educación sea integral.
Reglamenta la educación inicial como servicio educativo para los niños y niñas
menores de 6 años estableciendo disposiciones generales, defendiendo la
organización del servicio, su prestación y las responsabilidades de las prestadoras
del servicio de orden nacional y territorial.
2. 11 Decreto 459 de 2024, abril 10. Por medio del cual se reglamenta la
participación de las familias en los procesos educativos de los establecimientos
educativos oficiales y no oficiales, de educación preescolar, básica y media para
promover el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.
Esto nos permitirá unir esfuerzos y actuar conjuntamente con metas comunes para
el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.
3. MARCO CONCEPTUAL
Las edades de los niños y las niñas que ingresan a la institución oscilan entre los 3
años y medio (pre jardín) 4 años y medio (jardín) 5 años (transición).
● Construir identidad.
● Explorar.
● Ser felices.
Estos son esenciales para el desarrollo y aprendizaje de los niños y las niñas.
● Los niños y las niñas construyen su identidad en relación con los
otros; se sienten queridos, y valoran positivamente pertenecer a una
familia, cultura y mundo.
La construcción de identidad es el proceso que les permite a los niños y las niñas
tomar conciencia sobre la importancia de ser sujetos únicos, con rasgos distintivos
como el género, la edad y la pertenencia a un grupo étnico, una familia y una
cultura. A este proceso de construcción de la identidad individual, se articula el
desarrollo de la identidad colectiva, que “presupone que los niños y las niñas
cuentan con espacios de participación en la cultura a través de los cuáles apropian
los saberes y prácticas sociales ampliando su capacidad de acción en el entorno.”
(Bejarano y Sánchez, 2014, p. 133) “En síntesis, el desarrollo de la identidad
incluye varios procesos relacionados: El desarrollo del sentido o conocimiento de
sí mismo, como un ser con capacidad de agencia, con intereses y capacidades
particulares; la configuración de la identidad de género, a partir del establecimiento
de diferencias sociales y biológicas entre los sexos; el desarrollo del sentido de sí
mismo como un miembro activo de una comunidad, que define los modos de
participación en la vida social.” (Bejarano y Sánchez, 2014, p. 134) En la
educación inicial y preescolar, los niños y las niñas construyen su identidad a partir
de las interacciones consigo mismos, con su familia, sus pares, maestras y
maestros, en las que se crean oportunidades únicas e irrepetibles para
encontrarse con diversos lenguajes, juegos e historias (Malajovich, 2006). Además
de esto, se favorece la generación de lazos que les permite sentirse parte de una
familia, de un grupo de pares y una cultura, que los acoge y les aporta la confianza
necesaria para interactuar en el mundo y relacionarse con los otros.
En las experiencias cotidianas, los niños y las niñas exploran el mundo natural, de
los objetos y social, y esto los lleva a plantear hipótesis y hacer inferencias acerca
de ellos. Desde “su dominio sensorial y perceptivo, los niños y las niñas exploran
con su cuerpo y, en la medida que adquieren mayor autonomía en sus
movimientos, se desplazan por diferentes espacios, ampliando sus posibilidades
de exploración” (Ministerio de Educación Nacional, 2014 e, p. 13); a partir de allí
construyen sus propios planteamientos y conocimientos. Al tocar, oler, probar, oír y
mover los objetos, descubren sus propiedades físicas, crean e inventan nuevas
exploraciones que se convierten en formas de leer su realidad y de apropiar las
herramientas culturales de su grupo social. Utilizan y transforman lo que hay en el
medio para identificar, comparar, contar, relacionar, ubicar, asociar, clasificar, crear
situaciones y proponer alternativas de solución a problemas cotidianos, a partir de
sus conocimientos e imaginación. “Este reconocimiento del mundo le permite a las
niñas ir comprendiendo que los objetos están en un espacio no solo físico sino
social y cultural. Cuando los niños y las niñas exploran el medio, construyen
diversos conocimientos: identifican que existen objetos naturales y otros que son
construidos por el ser humano; se acercan a los fenómenos físicos y naturales;
reconocen las diferentes formas de relacionarse entre unas y otras personas,
construyen hipótesis sobre el funcionamiento de la naturaleza o de las cosas, y se
apropian de su cultura.” (Ministerio de Educación Nacional, 2014, pág. 13) Los
niños y las niñas siempre están observando, indagando por lo que sucede a su
alrededor y se preguntan el porqué de los sucesos familiares, así como de los
fenómenos naturales. De allí que se interesen en saber la razón por la que mamá
está triste o por qué llueve. Entonces plantean sus propias hipótesis, hacen sus
propias indagaciones y crean posibles soluciones o explicaciones, que pueden
desembocar en nuevas preguntas y temas de interés. En este sentido, se puede
afirmar que los niños y las niñas construyen sus propias “teorías-en-acción”, a
partir del encuentro entre sus ideas e interpretaciones sobre los fenómenos del
mundo, y su experiencia o acción sobre él (Karmiloff-Smith, 1974). Esta es la
manera como se interpreta la exploración del medio, al entender que no se agota
en los objetos o en los espacios naturales, sino que abarca las experiencias
familiares, culturales y sociales, en donde se ponen en juego las formas en que los
niños y las niñas resuelven situaciones problema de formas creativas y en que
participan en las dinámicas sociales, usando las herramientas culturales que
tienen a su alcance.
6. PROPUESTA PEDAGÓGICA:
El objetivo de los temas ejes consiste en trabajar las actividades rectoras, las
cuales le permiten estructurar su inteligencia construyendo su propio conocimiento
a partir del contacto con su realidad.
Se potencia el desarrollo integral de los niños y las niñas, como una manera de
proyectar el quehacer de las docentes y darle identidad a lo que se vive en la
educación inicial. El para qué se potencia responde a los propósitos de desarrollo
y aprendizaje que la educación inicial y preescolar están llamadas a promover, que
reconocen a los niños y las niñas como ciudadanos y sujetos de derechos, con
capacidades para enfrentar las diferentes situaciones que se presentan en su vida
cotidiana de manera creativa, en sana convivencia y en el respeto por los
derechos humanos y los valores democráticos. Así mismo, como seres sensibles y
comunicadores activos que se relacionan de diversas maneras con el mundo, que
cuidan y conservan el medio ambiente y fomentan actitudes de respeto hacia los
recursos naturales como parte de la conciencia ecológica. El qué, se potencia se
relaciona con el conocimiento y la lectura permanente que hacen las docentes de
los intereses, capacidades, gustos de los niños y las niñas, y las formas como van
transformándose a partir de las mediaciones pedagógicas que los motiva a
explorar, preguntar, jugar, conocer y comprender los sucesos de la vida; enfrentar
las diferentes situaciones que se presentan en la cotidianidad; comunicar, crear y
establecer relaciones con los otros y la naturaleza de manera cuidadosa y
respetuosa.
Las maestras y los maestros asumen el compromiso de conocer los niños y las
niñas con quienes van a trabajar, sus familias, las comunidades en que viven y las
dinámicas de los entornos en donde se lleva a cabo la educación inicial. Este es un
compromiso que les invita a profundizar en torno a lo que está sucediendo para
cada niño y niña en relación con su desarrollo y aprendizaje, así como sobre las
formas de vida de sus familias y comunidades, para reconocer aquello que quiere
potenciar desde la práctica pedagógica. La observación, la escucha activa y la
consulta de documentos aportan a este proceso de conocimiento y comprensión.
Conocer a los niños y las niñas implica tomarse un tiempo para observarlos,
escucharlos y dejarse sorprender por aquello que evidencian de su identidad, sus
formas de comunicación, los saberes que han construido en sus interacciones
consigo mismos, los adultos, sus pares y el entorno, y las características propias de
su desarrollo. Indagar es interpretar aquello que hay tras las palabras de los niños y
las niñas: sus balbuceos, gestos, dibujos, juegos, cantos, exploraciones, que son
los puntos de partida de su proyección de la práctica pedagógica. Así, las maestras
y los maestros identifican a qué juegan, qué les gusta hacer, qué saben, qué les
genera temor y cuáles son sus intereses y sus capacidades.
Por su parte, conocer a las familias implica tener presente que Colombia es un país
pluriétnico y multicultural; esto invita a maestras y maestros a indagar sobre las
historias, orígenes, intereses, estructuras, dinámicas, costumbres, hábitos
alimenticios, creencias y expectativas de las familias frente al aprendizaje de sus
hijos, así como sobre las relaciones que establecen en la comunidad en la que
viven, para enriquecer las propuestas pedagógicas.
Para indagar, es importante que las maestras y los maestros cuenten con espacios
y tiempos en los que puedan reconocer las capacidades y saberes previos de los
niños y las niñas, y las expectativas de las familias en torno a la educación inicial y
preescolar.
Así mismo, estar actualizados con respecto a los referentes técnicos para la
educación inicial y preescolar, y generar procesos para articular las apuestas
institucionales entre los diferentes niveles y grados educativos, posibilita mejores
oportunidades de desarrollo y aprendizaje para los niños y las niñas.
Esta indagación sirve de base para que las maestras y los maestros tomen
decisiones para proyectar experiencias, estrategias pedagógicas y formas de
valoración tanto del proceso pedagógico como del desarrollo y aprendizaje de cada
niña o niño.
6.2.2 Proyectar.
Proyectar se refiere a las formas en que las maestras y los maestros organizan los
procesos que ocurren en la práctica pedagógica, con miras a potenciar el
desarrollo y los aprendizajes de los niños y las niñas a partir de las interacciones.
Parte de la indagación alrededor de sus capacidades, intereses y características
propias, de sus familias y comunidades, y las condiciones del contexto en el que
ocurre su desarrollo.
Por ende, es un proceso flexible y abierto, que permite tomar decisiones en medio
de la acción que ajustan lo planeado, para dar paso al descubrimiento de otros
modos de potenciar el desarrollo y los aprendizajes de los niños y las niñas. No
existen formas ni formatos únicos para proyectar la planeación pedagógica, pues
esta obedece a la experiencia de cada maestra o maestro, y se articula con el
Proyecto Pedagógico -P.P.- o el Proyecto Educativo Institucional -PEI- de su
unidad de servicio, institución educativa o escenario educativo donde tenga lugar
su práctica pedagógica.
Cada rincón de trabajo o juego tiene una planeación previa, en tanto se eligen y
disponen los materiales para generar el interés de los niños y las niñas. Por
ejemplo, se pueden organizar rincones paralelos y diferenciados de juego. Uno
con material desestructurado como cucharas y elementos para explorar con
imanes; otro con cubos, trozos de madera y elementos que inviten a construir; otro
más con telas, espejos y maquillaje; y uno con una canasta de libros.
Esta estrategia surge de las preguntas espontáneas que hacen los niños y las
niñas o que son promovidas por la maestra o el maestro cuando propone
experiencias pedagógicas. Los proyectos de aula y de investigación son un
proceso colectivo que se va estructurando a través de la indagación, el
planteamiento de soluciones a las preguntas y los problemas que surgen en el
conocimiento del mundo. Su tiempo de duración es proporcional al interés de los
niños y las niñas, y de la maestra o el maestro.
El proyecto de aula teje las vivencias y aprendizajes de los niños y las niñas que
subyacen a esta experiencia; el juego, las expresiones artísticas, la literatura y la
exploración del medio están presentes durante su desarrollo.
● Los talleres
Los talleres parten de los saberes previos de los niños y las niñas desde los
cuales se propone la exploración, la experimentación, la formulación de preguntas,
la contrastación de hipótesis y la realización de actividades para elaborar y
reelaborar sus comprensiones e interpretaciones de lo que viven de manera
individual y grupal. Esta estrategia se desarrolla teniendo en cuenta un momento
de apertura, de acción y un cierre, en el cual se materializa un producto creativo.
Es una estrategia para los más pequeños, que permite la exploración sensorial de
diversidad de objetos, preferiblemente desestructurados, como: pelotas, plumas,
estropajos, espumas, botellas, tapas, tubos de cartón y diversos elementos de la
naturaleza, entre otros, que los niños y las niñas tienen la posibilidad de tocar, oler,
sentir, observar, esconder y golpear. Es necesario satisfacer la necesidad de
exploración y descubrimiento de los niños y las niñas, su interés por experimentar
cómo al manipular las cosas se producen cambios en su ubicación, sus texturas y
su sonido, entre otros. Los cestos de tesoros cumplen esta función y además les
permiten realizar estos experimentos siendo protagonistas de su propia actividad,
mientras conocen nuevas cosas y materiales (Goldschmied y Jackson, 2000)
Desde que las maestras y los maestros indagan y proyectan las propuestas
pedagógicas, recogen información que les conduce a elegir las maneras más
pertinentes de plantear los encuentros con los niños, las niñas, las familias, las
estrategias pedagógicas, y los ambientes que disponen.
La experiencia deja huella. Es la vivencia que sirve de motor para que los niños y
las niñas desplieguen todas sus capacidades. Por ello:
Valorar el proceso tiene que ver con observar, escuchar y reflexionar sobre aquello
que se indaga, se proyecta y se vive en la cotidianidad de la práctica pedagógica.
Constituye una posibilidad que tienen las maestras y los maestros de hacer
consciente el sentido de su práctica, de evaluar las experiencias que propiciaron al
estar con los niños y las niñas y tomar decisiones de acuerdo con las
intencionalidades que definieron.
Desde allí, los maestros y maestras pueden enriquecer sus propuestas iniciales, o
proyectar nuevas rutas que les permitan reformular sus acciones y ajustarlas para
responder de manera más propicia a los intereses de los niños, las niñas y las
familias. Con esto, pueden fortalecer su saber pedagógico, potenciar sus
capacidades para acompañar, cuidar y provocar, ser cada vez más sensibles y
crear ambientes, espacios, momentos y tiempos para que los niños y las niñas
puedan crear y construir sus propios conocimientos.
La valoración puede enfocarse en distintos aspectos, pero esencialmente, debe
considerar volver sobre: lo indagado, lo proyectado y su relación con la
experiencia vivida; y, el proceso de desarrollo y aprendizaje de los niños y las
niñas.
Se pretende que los niños y las niñas adquieran herramientas que les permita
aprender a aprender, aprender a vivir, aprender a convivir, hacer, a saber y saber a
hacer, sentir a pensar y actuar; no existen contenidos predeterminados; lo único
que está previamente establecidos son los propósitos de la educación inicial como
son: exploración, identidad y comunicación y los DBA.
7. APRENDIZAJES:
7.1 Prejardín (hablar y explorar)
Desde que nacen los niños y las niñas viven entre palabras, signos, señas y
múltiples formas de expresión. Las palabras que en un primer momento son
enunciadas por sus madres, padres, hermanos o maestras, son apropiadas. De
este modo, entre los 2 y 3 años los niños y las niñas cuentan con posibilidades
para apropiarse del mundo cultural y simbólico, al usar las palabras o las señas
para nombrar las cosas y sus características, para contar lo que les ha ocurrido o
lo que quieren hacer. Cuando el niño o la niña habla, el lenguaje se convierte en
una herramienta cultural que organiza lo que percibe, piensa o siente; con él
puede nombrar las acciones u organizar su pensamiento, así como expresarlo y
planear qué van a hacer y luego ejecutarlo. Por ejemplo, Matías está comiendo y
le dice a su maestra “dame más”; la maestra le pregunta: “¿Más arroz?”, él
responde: “No”; la maestra vuelve y pregunta: “¿Más carne?” y Matías responde:
“Un poquito”. Ahí ha comunicado su intención de comer un poco más de lo que le
gusta. Esas primeras palabras, gestos y señas con los que se comunicaban los
niños y las niñas se complejizan y concretan cuando hablan, porque a partir del
lenguaje ponen en palabras sus pensamientos, emociones e ideas.
7.2 Jardín (Preguntar y representar el mundo)
Entre los 3 y los 5 años la lengua materna es para los niños y las niñas una forma
efectiva de comunicarse con los otros, “les da la posibilidad de explorar mundos
imaginarios en los cuales está presente lo que no se ve y se puede nombrar en el
lenguaje” (MEN, 2014, p.40). El lenguaje amplía las posibilidades de interacción y
de conocimiento del mundo de forma tal que los niños y las niñas se interesan por
preguntarse e indagar sobre el mundo social y físico desde sus propias
explicaciones; de allí que sea habitual escuchar preguntas como ¿por qué el sol
sale de día?, ¿por qué se mueve el agua del río?
Las diferentes experiencias que los niños y las niñas han vivido les han llevado a
hacerse preguntas y a pensar en el mundo y las personas más allá del momento
presente, entonces se animan a hacer predicciones con mayor seguridad, a dar a
conocer sus supuestos y sus propias explicaciones del mundo, y en medio de esa
acción se interesan por compartir sus pensamientos, sentires y propuestas con
otras niñas y niños. Así es que, entre los cuatro años y medio y los seis años, los
niños y las niñas juegan a ponerse en el lugar del otro y disfrutan de representar
situaciones de la vida social como una manera grupal de comprenderla, apropiarla
o interrogarla. La interacción con el otro, con el par, se vuelve el centro de la
acción; esto les implica encontrarse en medio de una comunidad desde su
individualidad, por ello intentan descifrar lo que los otros quieren, interpretan sus
intenciones y motivos, de allí que estén en la capacidad plena de fluir en el juego
de roles, ya que pueden tomar distancia entre lo que “quiero yo” y “quiere el otro”.
Los niños y las niñas tienen ideas, conjeturas y suposiciones construidas sobre
qué quieren hacer y cómo pueden suceder las cosas; planean, predicen y
anticipan, y les interesa hacerlo junto a los otros. Por ello conforman grupos y
amistades basadas en la empatía y se acentúa la afirmación de la identidad como
movimiento entre lo colectivo y lo individual. Pueden llegar a acuerdos y reconocer
las características propias de la comunidad y la familia en que viven. Se interesan
con mayor intensidad en las herramientas culturales como la lectura y la escritura,
de ellas también hacen hipótesis y las ponen a prueba.
8. VALORACIÓN DEL DESARROLLO Y DE LOS APRENDIZAJES.
Hacer una entrega amorosa y respetuosa, el docente que recibirá a los niños y
niñas en el 2024 debería visitarlos a inicio de noviembre y acompañarlos varias
veces como su docente, para que ellos y ellas sepan quien será su docente el año
siguiente y tener oportunidad de familiarizarse con su nuevo espacio, compañeros
y compañeras.
11. Referencias
AUTORAS: