Querido Hijo

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Querida hija.

Mi capitana Bembona…

Esto que te escribo más que una carta es un regalo, una reflexión, un
recordatorio. Es un regalo porque te lo doy con todo mi cariño y porque quiero
que la guardes siempre. Es una reflexión porque quiero hacerte pensar en ti, en
la vida y en los pasos que das. Es un recordatorio porque quiero que sepas que
estoy aquí para ti, siempre y en todo momento, para apoyarte, para
escucharte, para pedirte perdón y para verte cometer tus propios errores.
En la vida te vas a encontrar con diferentes situaciones, algunas fáciles, otras
no tanto. Cuando veas que algo se convierte en un obstáculo, lucha y sé
valiente. Elige lo que creas más correcto y, si te equivocas, aprende y sigue
adelante. Tú eres una persona maravillosa que puede lograr todo lo que se
proponga, solo tienes que decir en voz alta: 'Yo creo en mí'.
Que nunca nadie te diga que no puedes porque no es así. Que nadie te frene ni
te haga andar para atrás. No permitas que nadie reprima tus ganas de volar,
de llegar lejos. El límite solo lo pones tú, porque eres única y muy especial y
porque encima de ti solo está el cielo.
Lee esta carta las veces que te haga falta. Léela ahora, cuando estas allí en
estos espacios que solo Dios sabe llegaste allí. Cuando te sientas feliz o sientas
que has perdido el rumbo léela. Te digo esto porque hay veces que para
sentirnos bien solo tenemos que recordar quiénes somos, creer en nosotros,
creer en ti tanto como yo lo hago mi capitana mi TODO.
Eres una gran persona, tienes un corazón noble; eres divertida, sabes estar al
lado de los tuyos, eres comprensiva, tiendes tu mano a los demás, les haces
sonreír. Eres única, diferente al resto, por eso y por todas las cualidades
maravillosas que te van a acompañar toda la vida, debes creer en ti por
encima de todo.
Debes saber que tus metas y sueños se pueden hacer realidad si así te
empeñas. Cuando alguien te diga 'no', no lo veas como un freno, sino como
una oportunidad para buscar un nuevo camino. Lo que debes tener claro es
que ese 'no' nunca te lo debes decir a ti misma.
Nosotros tu mama, y yo tu papa. Creemos en ti y siempre lo vamos hacer. Y
ahora repite esto: 'Yo creo en mí. Yo puedo, y dilo una y otra vez, las veces que
te haga falta, será tu amuleto de la buena suerte.
Con amor, papa.
Hola Sabina, mi niña, mi TODO. me gusta llamarte así, porque has sido, eres y
serás siempre mi niña.
Eres como una mariposa de colores, que anhelas la libertad, pero debes
recordar que las mariposas a pesar de ser libres tienen una vida muy corta.
Aprovecha cada momento de tu vida, créate un futuro que te aporte cosas, que
te satisfagan, que te den independencia, porque sin ella tú no podrías vivir.
Eres alegre como un pájaro, utiliza esa alegría para rodearte siempre de
personas que merezcan tu dedicación. No te rebajes, porque si lo haces
perderás parte del encanto que tienes.
Eres bonita como una flor, pero recuerda que las flores en momentos
determinados pierden sus pétalos. Conócete a ti misma, reconoce lo que te
sienta y lo que no te sienta bien, crea tu propio estilo, porque tú eres exclusiva,
eres única.
Vive tu vida lentamente, sin correr, pensando y reflexionando cada paso que
das, porque cada vivencia deja recuerdos que pueden ser tristes y
angustiantes o llenos de alegría y satisfacción.
Recuerda siempre que la vida no es fácil, y que tú estás actualmente
construyendo los cimientos sobre los cuales se sustentará tu futuro.
Tienes todos los ingredientes para lograr tener una vida estupenda: belleza,
alegría, cariño, inteligencia, pero recuerda que únicamente sabiendo utilizar
adecuadamente todos ellos podrás alcanzar lo que te propongas, pero por
favor te ruego que no te quedes con un objetivo fácil, porque tú puedes
alcanzar la luna.
Ya sabes que en todo momento puedes contar conmigo, y no dudes nunca que
cuando tu relumbras de belleza, yo también lo hago, cuando tu ríes
sanamente, me transmites alegría, cuando me llamas o me envías un mensaje
me siento el hombre más feliz del mundo, cada triunfo que consigues es una
gran satisfacción y orgullo para mí.
Adelante, lucha, vive, triunfa y no olvides que mi mano estará siempre cerca de
la tuya en todo momento para que tú puedas agarrarte de ella en un momento
de duda, de debilidad, de tristeza, o de necesitar cualquier tipo de ayuda.
Te Amo. Hija
Querida hija:
Aprovecho esta carta para contarte algunas cosas que me hubiera gustado
saber a tu edad, o incluso algunos años más tarde. Quiero que sepas que te
quiero mucho y que pienso cada día en ti. Estás siempre presente en mis
pensamientos, en mis sueños y en mi corazón.
Quiero que sepas también, hija, que me siento orgulloso de ti, de la chica que
eres y de la mujer en la que te estás convirtiendo. Me siento honrado de ser tu
padre; es de las mejores cosas que me han ocurrido en la vida. Y ello es
independiente del hecho que estemos separados por la distancia.
No sé cuándo será la próxima vez que podamos volver a hablar, que podamos
vernos. Espero que no pasen muchos años. Pero en cualquier caso quiero
decirte algunas cosas ahora, pensado que pueden ayudarte en la vida, porque
aprenderlas me ayudó a mí.
 Busca siempre en tu interior, dentro de ti, para saber qué es lo
que te gusta hacer en esta vida. Nunca sabemos el tiempo que
vamos a vivir, pero sea el que sea, es más limitado de lo que crees
ahora. ¿Cómo se busca dentro de uno? Pues, por ejemplo, dedicando
tiempo para pensar y reflexionar tú solo sobre tu vida y sobre lo que
deseas.
 Haz siempre aquello que te apasione, aquello que te haga vibrar,
incluso aunque a tu mamá o a mí no nos guste mucho. Vive tus sueños,
nunca los de nadie más, porque ese es el secreto para una vida plena y
feliz.
 Sirve a los demás. Una vida en plenitud es una vida de servicio. Ayuda
y apoya a otros, entrégate a aquello que haces, sea lo que sea. Actúa
con generosidad, conectado con tu propósito, porque nadie recibe más
que aquel que contribuye sin esperar nada a cambio.
 No te tomes nada demasiado en serio, ni siquiera a ti misma o esta
carta, Diviértete y ríete, también de ti mismo. Sobre todo, cuando te
equivoques o cometas errores.
 Ocúpate de las cosas que dependen de ti (¡no son muchas, pero
son las más importantes y más que suficientes!) y no te preocupes de
las que no dependen de ti, de aquellas que no puedes controlar. Esto
también te llevará a la plenitud y a la serenidad
 Quiérete sin excusas. Tras pasarme décadas estudiando y trabajando
sobre el comportamiento humano, sobre el desarrollo del talento y las
competencias en las personas, he descubierto que la más importante de
todas es la autoestima, la confianza en ti mismo. También es de las más
críticas en muchas personas, porque todos somos muy sensibles a
perderla, sobre todo en la infancia y en la etapa en la que tú ya has
entrado, la adolescencia. Sé siempre amable, respetuoso y amoroso
contigo mismo, incondicionalmente cariño.
 Arriésgate, hija. No me refiero a que hagas cosas estúpidas como
saltar de un balcón a otro por la noche cuando además hayas bebido de
más; o engancharte a alguna droga o cosas así. Lo que quiero decir es
que te atrevas a hacer cosas que te dan miedo, que te desafían en tus
creencias, que no sabes si las lograrás hacer o directamente crees que
no las puedes hacer. Durante miles de años los seres humanos hemos
aprendido a superar infinitos límites, sin llegar a saber nunca dónde está
realmente el definitivo. Y yo lo llevo aprendiendo desde hace casi 35
años: siempre es mucho mejor intentar algo y arrepentirse después si no
se consigue, aprendiendo de ello, que no hacerlo y arrepentirse por no
haberlo intentado. Siempre.
 Lee cada día, aunque sea un poco. Leer es vivir otras vidas. Leer te
ayuda a pensar mejor, a saber mejor quién eres y quién puedes llegar a
ser. Leer te hace libre y grande: abrir un libro para leerlo es como abrir
tus alas. Leer te da la oportunidad de contar con inmejorable
compañía. Después del perro el libro es el mejor amigo del hombre
¡Cultiva tus amistades!
Y nunca olvides que te quiero un montón y que siempre lo haré. Eres mi hija
del alma y siempre lo serás. Te adoro y no hay nada ni nadie en el mundo
que pueda cambiar eso. Es mucho el tiempo en el que no hemos podido
estar el uno con el otro, pero ello no cambia nada de lo que siento por ti, mi
campeona. Estaré siempre disponible para ti, para guiarte, apoyarte o
ayudarte, para todo lo que tú necesites.
Cuídate, Papá.

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