S PECHist Med II

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NOMBRE: Francisco Javier

APELLIDOS: Angulo Arriaga


CALLE: Manuel de Falla, 5, portal D, 3ºB
C.P. y POBLACIÓN: 28224 Pozuelo de Alarcón
E-mail: [email protected], [email protected]
CENTRO ASOCIADO AL QUE PERTENECE: Gregorio Marañón (Madrid)

GRADO EN GEOGRAFÍA E HISTORIA


HISTORIA MEDIEVAL II
SIGLOS XIII-XV

PRUEBA DE EVALUACIÓN A DISTANCIA

CURSO 2020/2021
BLOQUE 1

1. El apogeo de la monarquía feudal francesa durante el siglo XIII

Durante el siglo XIII se produjo la culminación del poder real de los Capeto, que se inicia con la

recuperación territorial del reino, sobre todo a partir de la batalla de Bouvines (1214), en la que

Felipe II Augusto (1180-1223) derrota al monarca inglés Juan Sin Tierra. Inglaterra pierde en favor

de Francia todos los territorios al otro lado del Canal de la Mancha a excepción del ducado de

Aquitania.

En una segunda fase, y con la justificación del combate contra la herejía cátara convocada

en 1208 por Inocencio III, se produce la restauración del poder real en el sur del reino, culminada

durante el reinado de Luis VIII (1223-1226).

Con Luis IX (1226-1270) la monarquía alcanza su cénit. Este rey llevo a cabo reformas

administrativas que hicieron disfrutar a Francia de un periodo de prosperidad, paz interior y

estabilidad, favorecida por su actitud pactista respecto a sus reinos vecinos de Aragón e Inglaterra.

A pesar de los más que dudosos resultados de la séptima y octava cruzada bajo su reinado, Francia

se convierte en el nuevo poder hegemónico en Europa Occidental.

Bajo el reinado de Felipe III (1270-1285) la monarquía sufre un importante revés por su

apoyo a los Capeto en Sicilia. El reinado de Felipe IV (1285-1314) supone la culminación del

autoritarismo regio. El rey se apoya en una serie de consejeros, llamados “legistas”, que sientan

las bases de un auténtico Estado. La crisis económica, el enfrentamiento con el papa Bonifacio

VIII, cuya máxima expresión se materializa en el ´atentado de Anagni´ en 1303, y la muerte del

monarca sin descendencia, pondrán fin al reinado de la dinastía que había convertido a Francia en

la principal potencia europea.


2. Las modificaciones en las rutas comerciales en los siglos XIV y XV

Durante los siglos XIV y XV, la expansión de los turcos otomanos en el Mediterráneo Oriental

comprometerá severamente los imperios comerciales genovés y veneciano. Génova se vio

obligada a desplazar sus intereses desde el Mar Negro hacia el Mediterráneo Occidental y hacia el

sur de la Península Ibérica. Por su parte los venecianos, cada vez más amenazados en el Egeo y el

Adriático, potenciarán las rutas hacia tierra firme. El pujante comercio catalán y mallorquín del

siglo XIII decaerá, a pesar de la creciente importancia del puerto de Valencia. Serán ahora los

marinos castellanos los que dominarán el tráfico marítimo, si bien como meros transportistas.

En el norte de Europa la Hansa, una liga de ciudades comerciales alemanas controlará el

comercio de productos básicos controlará el comercio en el Báltico y el Mar del Norte a lo largo

de los siglos XIV y XV, si bien perderá su dominio en beneficio de los comerciantes ingleses y

holandeses al final del periodo. En el sur de Alemania las ricas ciudades mineras recuperarán

asimismo el control del comercio en el siglo XV.

En el Canal de La Mancha el comercio de lana entre Inglaterra y Flandes entra en crisis

tras recortar Inglaterra las exportaciones. La nueva lana, de peor calidad, procede de Castilla y son

los marineros vascos y cántabros los que controlan su transporte, así como el de hierro, hasta

Flandes. Brujas seguirá siendo el puerto principal en la región en constante pugna con la floreciente

Amberes. En Castilla Burgos se convertirá en un relevante polo comercial durante el siglo XV.

La victoria castellana en la Batalla del Estrecho a principios del siglo XIV habilitará el

acceso de los italianos hacia Flandes por vía marítima, redundando en el declive de las ferias de

Champagne, situadas en la ruta terrestre. Otras ferias de alcance más territorial adquirirán una

cierta importancia.
BLOQUE 2

1. Situación de Rusia y el mundo ortodoxo entre los siglos XIII y XIV

Los principados rusos: Tras la toma de Kiev en el 1240 por la Hora de Oro de Batu los principados

necesitan agruparse alrededor de un gran príncipe. Solo Novgorod puede hacer frente a los

impuestos de los mongoles y mantiene una cierta independencia. Alexander Nevski frena el afán

expansionista de los Teutónicos en el Lago Peipus (1242). Los metropolitanos respaldarán las

acciones su príncipe. Gracias al buen trato con los mongoles, Nevski extenderá su control sobre

Kiev, Novgorod, Vladimir y Suzdal.

Serbia: Esteban II (1217-1227) es el primer monarca independiente de Bizancio. Esteban Uros II

Milutin (1282-1321) anexiona Macedonia y sella la paz con Bizancio, propiciando la victoria sobre

los búlgaros (1330). Esteban Dusan (1331-1355) conquista Albania, Épiro y Tesalia y nombra

patriarca independiente. Su hijo Esteban Uros (1355-1371) debe hacer frente a revueltas de

algunos nobles, que reconocen a Bizancio, y a la rebelión de Simeón en Épiro y Tesalónica. Su

muerte y las luchas intestinas favorecerán la victoria de Bayaceto.

Bulgaria: Los enfrentamientos de Constatino Asen (1257-1277) con bizantinos, húngaros,

boyardos y turcos culminarán con el fraccionamiento, la sumisión a Bizancio y la invasión tártara.

Teodoro Svatoslav (1300-1322) reunifica el territorio. Miguel Sisman funda una nueva dinastía.

Su alianza con Bizancio contra Serbia queda frustrada con su muerte. Iván Alejandro (1331-1371)

se casa con la hermana de Dusan. Las revueltas de boyardos y príncipes fraccionan el territorio.

Algunos patriarcas se someten a Constantinopla y Vidin pasa a Hungría. El movimiento bogomilita

agrava la situación. Tras la derrota frente de Cirmen (1371) se convierten en tributarios. En 1388

Murad I invade la zona oriental y en 1395 el zar es ejecutado por Bayaceto.


2. La génesis bajomedieval del Estado Moderno

A finales de la Edad Media surgen estructuras burocratizadas con un poder público fuerte en cuya

cúspide se encuentra el monarca, sostenidas por un ejército permanente y una potente fiscalidad y

en las que el vínculo de naturaleza pública prevalece sobre los vínculos vasalláticos y se inspira

en el modelo el instaurado por los Papas de Aviñón.

En torno al rey un consejo real de oficiales especializados concentra el poder ejecutivo. Se

profesionaliza un tribunal de jueces (“Chancillería”, “Cámara Estrellada”, Parlamento francés)

ante el que se pueden apelar sentencias de los tribunales señoriales. El poder legislativo sigue

reservado para el monarca, pero muchas leyes son promulgadas por asambleas que se reúnen con

frecuencia creciente y en las que nobles, clero y burgueses se ven representados. Su importancia

decaerá en el siglo XV (Parlamento inglés, Cortes españolas, Estados Generales en Francia).

Aparecerán organismos de recaudación y supervisión (“Exchequer”, Cámaras de Cuentas), se

constituye una fuerza permanente de soldados asalariados directamente dependientes del monarca,

surgen las primeras embajadas con vocación de permanencia. La estabilidad de todas estas

instituciones promoverá el surgimiento de un complejo aparato administrativo.

En el ámbito eclesial, los monarcas aspirarán a recortar la jurisdicción del Papa e

incrementar el control de la Iglesia en sus territorios para evitar la salida de fondos hacia Roma y

el otorgamiento de cargos eclesiásticos a extranjeros.

El pensamiento político secularizará los fundamentos del poder monárquico, rechazando

la injerencia de los papas y afirmando el principio de “rex est imperator in regno suo”.

El surgimiento del Estado Moderno sólo tendrá éxito en el siglo XV en las monarquías de

Francia, Inglaterra, Portugal y Castilla.


BLOQUE 3

1. El ideal de caballería en Occidente en la Baja Edad Media ¿presenta una evolución?,

¿tiene alguna relación con la “caballería futuwa”?

Evolución: Con la decadencia de los vínculos feudales y la aparición del mayorazgo la actitud del

caballero se hace menos belicosa y más terrateniente, e incluso, urbana. Se hacen frecuentes las

manifestaciones de lujo y prestigio en justas y torneos, en las que se conciertan acuerdos,

matrimonios, campañas y peregrinaciones.

Aparecen las Órdenes de Caballería, versión laica de las Órdenes Militares, siendo las más

prestigiosas las vinculadas a las familias reales. Algunos nobles fundan ´confraternidades´ para

promover el ideal caballeresco en actos públicos y devocionales y surgen las ´fraternidades´ de

lealtad mutua entre nobles y un segundo orden de caballería cuya pertenencia simplemente supone

un premio a los servicios prestados a la causa de algún príncipe.

El caballero deja de ser el paladín de la cristiandad para convertirse en una suerte de reflejo

de virtudes de personajes clásicos, paralelismo que se empleará también para alabar la condición

de algunas mujeres nobles.

Relación con la “caballería futuwa”: El término “Futuwah” es el conjunto de atributos del “fatá”,

Fatá es aquél el hombre que en la plenitud de sus fuerzas está dispuesto a ofrecer su vida por los

ideales del profeta El término Futuwah empieza a ser utilizado en tierras del Jorasán y Persia

asociado a grupos de jóvenes practicantes de artes marciales y oficios relacionados con armas. En

una segunda acepción se vincula con la espiritualidad sufí, que vincula la nobleza no solo al linaje

sino al comportamiento. Los caballeros “futuwa”, a diferencia de los caballeros bajomedievales,

sustancian su actividad en la vida espiritual y su origen no es necesariamente aristocrático.


2. Estancamiento científico y cultural del Islam en el siglo XIV en comparación con los

avances occidentales

Durante los siglos XIV y XV los dominios del Islam sufren un periodo de decadencia cultural

motivada en gran medida por la invasiones tártaras procedentes de Oriente, que aíslan al régimen

mameluco en Egipto y Palestina. Existe un cierto consenso en datar el inicio del declive con la

caída de la dinastía abbasí tras el saqueo de Bagdad en 1258 por parte del mongol Hulegu. Algunos

autores afirman que la importancia de este suceso fue relativa, pues ya se percibía un declive en la

producción escrita literaria y científica, en el siglo XIII en áreas no asediadas por los mongoles.

Ciertos autores apuntan otras dos causas como determinantes de la divergencia en la

evolución del saber respecto a la tendencia marcada en épocas anteriores: La primera, la

inexistencia de un proceso de secularización en las sociedades de musulmanes. La apuesta por la

“ijtihad”, un esfuerzo cultural para la interpretación del Corán desde fuera de éste, acabó con las

condenas por herejía a diversos pensadores de siglos anteriores. Junto con esta apuesta por la

ortodoxia desaparecieron los titubeantes mecenazgos de jerarcas ilustrados mientras surgía un

cierto desprecio en las madrazas por las “ciencias extranjeras”.

La otra causa que habría limitado sobremanera la difusión cultural habría sido la resistencia

para adaptar la imprenta al idioma árabe, algo que no se produjo a gran escala hasta finales del

siglo XIX. El rechazo a esta innovación tuvo en el fondo una raíz religiosa: La convicción impuesta

por la élite mahometana de que el progreso de la humanidad comenzó y concluyó en el siglo VII,

con Mahoma y el Corán.

El propio Ibn Jaldún consideraba en su obra “Introducción a la Historia Universal” que el

mundo cristiano acabaría doblegando al Islam en el terreno político y cultural.


BLOQUE 4

1. Comentario del mapa sobre la evolución plenomedieval del reino cristiano de Etiopía
Clasificación.- Estamos ante un mapa histórico de carácter político que representa el territorio

enclavado en el nordeste de África, en concreto el área que ocuparon los sucesivos reinos de

Etiopía entre el siglo XIII y el XV. Se trata de una fuente secundaria elaborada a efectos didácticos

Análisis.- Es un mapa monocromo cuya leyenda determina tres categorías de contenido: Las

fronteras de los reinos de la región, las principales rutas de comercio y los complejos eclesiásticos

más relevantes del reino etíope. El propio mapa recoge los principales núcleos poblacionales y los

lagos más extensos

Comentario.- Apenas se tiene información acerca de la historia de Etiopía desde la destrucción

del imperio de Aksum en el 960 por la reina Gudit hasta la derrota del último descendiente de ésta

en el 1137 por Mara Takla Haymanot, primero de la dinastía Zagwe.

Uno de los miembros de la dinastía, Yimrehane Kristos, unió su condición de rey a la de

sacerdote y podría haber dado origen a la Leyenda del Preste Juan. Los súbditos profesaban el

cristianismo copto desde la evangelización de las tierras por Frumencio en el siglo IV. El rey más

famoso de la dinastía fue Lalibela (1180-1235), constructor del complejo eclesiástico de Tana

Kirkos (donde la leyenda afirma que se custodia el Arca de la Alianza) y de las iglesias excavadas

en la ciudad de Lalibela, la antigua capital Roha, honrada ahora con el nombre del rey.

Alrededor de 1270, se estableció una nueva dinastía en el altiplano etíope bajo el rey

Yekuno Amlak, quien depuso al último rey Zagwe, Yetbarak. Los nuevos monarcas se declararon

descendientes de los antiguos emperadores de Aksum, descendientes éstos a su vez, según la

leyenda, de Salomón, de quien tomaría nombre la dinastía, y que gobernará Etiopía hasta 1974.
El reino etíope abarcaba entonces las provincias de Tigré, en el norte, Amhara, en el centro,

y Shoá en el sur. Los reyes más importantes de esta época fueron Amdé Tsion (1314-1344),

conquistador de algunos enclaves en el Mar Rojo y Zar´a Ya´qub (1434-1468), ferviente cristiano

opuesto radicalmente a la presencia musulmana en la región.

En 1490 el portugués Pedro de Covilha creyó haber encontrado el reino del Preste Juan al

arribar a las costas etíopes y a principios del siglo XVI el emperador David II enviará una embajada

a la corte del rey portugués solicitando auxilio militar para hacer frente a la presión musulmana.

Desde el siglo XIII se constata la presencia musulmana en la región de Shoá. En 1285

Omar vencerá a los diversos caudillos locales y creará el estado de Ifat, vasallo alternativamente

de los etíopes y del reino vecino de Damot. Ifat se rebelará varias veces contra los abisinios. En

1328 Haqq al-Din será derrotado por el negus Amda-Seyon Seyon. Hacia el 1400 el sultán de Ifat

Sa'd al-Din será de nuevo derrotado y el sultanato anexionado por los etíopes. Sus hijos regresarán

desde Yemen en 1415 para retomar el poder y trasladar la capital a la ciudad de Dakar. Tras 1468,

los gobernantes optan por la paz con Etiopía y sufrirán por ello de los emires locales.

La principal ruta comercial recorría la región de norte a sur, aprovechando la depresión del

Rift para desviarse hacia el puerto de Zeile en el Mar Rojo y hacia el origen de abastecimiento de

marfil, incienso, mirra y esclavos, destinados a los mercados musulmanes en el norte.

Conclusión.- Al margen de la importancia histórica que Etiopía tuvo en su ámbito regional, que

llevó al propio León a Africano a considerarla uno de los cuatro imperios más allá del

Mediterráneo, Etiopía constituyó en el imaginario europeo medieval el lugar desde donde el

paladín de la cristiandad, el Preste Juan, partiría junto a sus huestes para derrotar definitivamente

al Islam.
2.- Comentario de texto “Relato sobre la toma de Constantinopla” de Néstor Iskander

“He aquí que con tales inmensos e indescriptibles favores la Santísima Theotokos dignificó esta ciudad, de
modo que en todo el mundo, creo yo, no hay ciudad comparable a ésta. Pero he aquí que por nuestra
naturaleza de corazón atroz y negligente volvemos insensatos la espalda a la gracia y generosidad de Dios
para con nosotros y nos dirigimos hacia la fechoría y la injusticia, con lo que encolerizamos a Dios y a Su
Purísima Madre y nos privamos de Su gloria y honor, como está escrito(...), y así la ciudad imperial con
incontables pecados e injusticias se privó de tantas gracias y favores de la Purísima Madre de Dios e
innumerables desgracias y diversas tentaciones durante muchos años sufrió. Y así también, en los últimos
tiempos, por nuestros pecados, unas veces por invasiones de infieles, otras veces por el hambre y en parte
por las plagas, y otras veces por guerras internas, los fuertes perdían su poder y la gente se empobrecía, y
la ciudad iba cayendo en el vilipendio y debilitándose desmesuradamente, era como una choza en una viña
y como un tugurio en un jardín. Así pues, cuando se enteró de todo esto el que gobernaba entonces a los
turcos, el ateo Mohamed, hijo de Murad, aunque estaba en paz y acuerdo con el emperador Constantino,
al punto reclutó un gran ejército de tierra y de mar, llegó a la ciudad de súbito y la rodeó con grandes
fuerzas. Y el emperador, con los arcontes que se encontraban allí y todos los ciudadanos, no sabía qué
hacer puesto que no había milicia popular y los hermanos del emperador no estaban. Enviaron entonces
una embajada al sultán Mohamed para saber qué había ocurrido y acordar la paz. Y éste, que era infiel y
astuto, envió de vuelta a los embajadores y ordenó atacar la ciudad con cañones y arcabuces, disponer los
artefactos para destruir las murallas y prepararse para atacar la ciudad. Y los hombres que se encontraban
en la ciudad, griegos y francos, saliendo de la ciudad, luchaban con los turcos y no les permitían emplazar
los artefactos para destruir las murallas, pero corno la fuerza de los enemigos era grande y pesada, no
pudieron hacerles ningún daño, pues uno solo luchaba contra mil y dos contra diez mil. Y conociendo lo
ocurrido, el emperador ordenó a los arcontes y a los prohombres que dispusieran a los soldados a lo largo
de todas las murallas, las torres de vigía y las puertas de la ciudad y también a todos los hombres de la
ciudad, y que colocasen por todas partes campanas marciales para que cada uno conociera y defendiese
su parte y preparase todo lo necesario para el combate, y para que se enfrentase con los turcos sin salir
de la ciudad. Asimismo para la defensa de las murallas ordenó emplazar cañones y arcabuces en los
lugares que se preveía que podían ser atacados. Y el mismo emperador, el patriarca, los prelados, el clero
al completo y cientos de mujeres y niños fueron a las iglesias de Dios e hicieron súplicas y oraciones,
lloraron y sollozaron”.
Néstor Iskander: Relato sobre la toma de Constantinopla, trad. M. Casas Olea. Granada: Centro de
Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas, 2003, pp. 47-49.
Naturaleza.- Se trata de una narración en forma de relato histórico-militar con tintes épicos.

Pertenece a una obra autóctona más amplia de la literatura medieval eslava oriental que enlaza la

leyenda de la fundación de la ciudad y su conquista definitiva por los turcos en 1453.

Origen.- Existe un debate acerca de la existencia del propio autor. Podría tratarse de una fuente

primaria redactada por un testigo directo o de la reelaboración de un autor ruso (¿un monje?) a

partir de las notas de un autor primigenio, en cuyo caso se trataría de una fuente secundaria.

Encuadre cronológico.- Se compuso a finales del siglo XV, quizás una o dos décadas después de

los hechos narrados y tuvo gran difusión a lo largo de los siglos siguientes en el ámbito eslavo.

Autoría.- La obra está vinculada al nombre de Néstor Iskander por el colofón de la copia que se

conserva en el monasterio de la Trinidad de San Sergio. Algunos autores defienden la existencia

del autor y que fue testigo presencial. Apresado por los turcos siendo adolescente, se habría

convertido al Islam nominalmente, pero habría sido un criptocristiano ortodoxo entre los

asediadores que escribió en secreto las acciones del campamento turco. Tras la caída de la ciudad

recogió testimonios de testigos griegos sobre lo ocurrido durante el asedio. Otros autores ponen en

duda la existencia de Iskánder y postulan que el autor fue un miembro de la colonia rusa de

Constantinopla, cuya obra posteriormente fue a parar a tierras rusas, donde otro redactor la dotó

de su significado político e ideológico.

Encuadre geográfico.- En función de la tesis acerca de la autoría que se suscriba podría haber

sido redactado en el imperio bizantino o en territorio ruso a partir de las notas de otro autor. Existen

manuscritos con el mismo contenido tanto en el Monasterio de la Trinidad de San Sergio en Rusia

como en el Monasterio serbo-ortodoxo de Hilandar, en el Monte Athos.


Destino y finalidad.- Si bien tiene el valor de una crónica con valor expositivo, la obra está

cargada de gran significación ideológica y religiosa: Lo sucedido era castigo “por los pecados de

los griegos”, por lo que se observa cierta vocación admonitoria. En toda la obra muchos autores

detectan una filiación prorrusa muy notoria (aunque no patente en este pasaje). De hecho, la caída

de Constantinopla fue interpretada por Moscú como un castigo divino a los bizantinos por recabar

la unión con Roma en el Concilio de Ferrara-Florencia. La narración recoge descripciones las

escenas de guerra cargadas de dramatismo y ensalza la figura del emperador Constantino XI y el

heroísmo de la resistencia griega frente a la vileza de Mohamed II y sus secuaces.

Comentario.- Constantino XI, partidario de la unión con Roma, suscitó los recelos de Mohamed

II, hijo de Murad II, que había prometido inicialmente no penetrar en territorio bizantino. El asedio

de Constantinopla se inició el 7 de abril de 1453 y concluyó el 29 de mayo tras casi dos meses de

resistencia a la acción de la armada otomana y la artillería pesada, descrita con detalle y

conocimiento de la tecnología militar de la época. Con la caída de la ciudad se extinguía el imperio

bizantino, un actor imprescindible de la historia universal a lo largo de la Edad Media, dando paso

al predominio otomano en la región. Algunos elementos del texto hacen referencia a cuestiones

estudiadas en la asignatura, como la implicación de los arcontes o grandes señores instalados en la

ciudad en su defensa, el escaso número de tropas o la implicación de francos entre los defensores,

circunstancia que efectivamente se conoce, así como la participación en menor o mayor grado de

tropas venecianas y, sobre todo, genovesas. La indicación de la presencia del patriarca lleva a

algunos expertos a dudar del testimonio narrado, pues parece que éste no se encontraba en la ciudad

durante el asedio. Al inicio del texto se enumeran guerras civiles, asedios anteriores por parte del

turco, hambrunas y epidemias de peste que efectivamente asolaron el imperio bizantino entre los

siglos XII y XIV y que justifican el tono fatalista de la exposición.


BLOQUE 5.- Comentario de libro
LIBRO ELEGIDO: “Las Vísperas Sicilianas”, obra de Steven Runciman (1903-2000), historiador

británico especializado en la Edad Media y más en concreto en Bizancio. La primera edición del

libro data de 1958. He empleado la traducción de Alicia Bleiberg publicada por Reino de Redonda

en 2009, que consta de 484 páginas.

a) Esquema comentado del contenido

Tras una nota previa de Francisco Rico con algunos apuntes biográficos sobre Steven Runciman

y un prefacio del propio autor reivindicando la importancia de lo ocurrido en Sicilia el 30 de marzo

1282 para los destinos de instituciones y naciones enteras, la obra se estructura siguiendo un

riguroso orden cronológico. El prólogo relata de forma sucinta la importancia estratégica de la isla,

así como su historia desde los primeros pobladores, pasando por romanos, vándalos, ostrogodos,

bizantinos, musulmanes y normandos hasta llegar al dominio imperial de los Hohenstaufen, lo que

encuadra históricamente el inicio del conflicto del que trata la obra.

Las dos terceras partes del libro están dedicadas a dibujar el escenario de enfrentamiento

entre el papado y los herederos del emperador Federico II en las figuras de Manfredo y Conradino

y el apoyo de los pontífices a Carlos de Anjou para hacer frente a las pretensiones de los

Hohenstaufen. El descontento siciliano respecto al dominio angevino, azuzado y financiado por

Miguel VIII Paleólogo desembocará en el único capítulo dedicado propiamente a las Vísperas,

cénit material del conflicto. A partir de este acontecimiento y la definitiva intervención de Pedro

III de Aragón, el libro desgranará las trascendentales consecuencias del conflicto para la propia

Sicilia y el sur de Italia, para el Papado, para Bizancio y para todo el Occidente Europeo.

El libro concluye con un apéndice que abunda en el rol desempeñado por Juan de Prócida,

sus hipotéticas intrigas y el efecto catalizador de su rol en la revuelta siciliana.


b) Resumen

A la muerte de Federico II en 1250, Inocencio IV trata de colocar en el trono siciliano a un príncipe

favorable a él frente a los Hohenstaufen. Tras rechazar la propuesta el hermano del rey de

Inglaterra, Carlos de Anjou, hermano de Luis IX de Francia, acepta, estimando que Sicilia podría

ser una cabeza de puente para conquistar el imperio bizantino, siendo nombrado rey en Roma en

1266. Pero el territorio sigue en manos de los Hohenstaufen en la figura de Manfredo, hijo

ilegítimo Federico II. Carlos derrota a los sicilianos en Benevento, en la que muere Manfredo. El

nieto de Federico II, Conradino, trata de recuperar el poder con el apoyo de los gibelinos italianos,

pero es derrotado y ejecutado por Carlos, que se hace con el control del sur de Italia y Sicilia. El

autoritarismo del ausente Carlos, la entrega de las mejores tierras a los franceses, la presión fiscal

y el traslado del centro de poder de Palermo a Nápoles le enfrentó muy pronto a la nobleza siciliana.

En la primavera de 1282 Carlos de Anjou prepara su flota en el puerto de Mesina para

lanzar una cruzada contra el Imperio bizantino, pero en Sicilia una violenta rebelión frustra sus

planes. El 30 de marzo, al grito de "¡Muerte a los franceses!", los palermitanos masacran a todos

los franceses que se encontraban en la ciudad. El levantamiento se extiende por la isla y se trata de

establecer un gobierno republicano organizado en comunas bajo la tutela del Papa. Pero éste es

Martín IV, de origen francés, que rechaza furioso a los que se rebelan contra Carlos. Una

delegación siciliana viaja al encuentro de Pedro III de Aragón en Collo y le ofrece la corona. Pedro

defendía el derecho de su esposa Constanza, hija de Manfredo, sobre Nápoles y Sicilia. Llega a la

isla y el 8 de septiembre el obispo de Cefalú le corona como rey. Pedro III es excomulgado por el

Papa Martín IV, que convoca cruzada contra Aragón, justificando así una frustrada invasión del

reino por parte de Felipe III de Francia y su aliado eventual, Jaime de Mallorca. En Sicilia, las

maniobras de Juan de Prócida, la financiación bizantina de Miguel VIII Paleólogo y las victorias
de Roger de Lauria desalojan definitivamente a los franceses de Sicilia. Carlos de Anjou seguirá

conservando el sur de Italia.

La guerra continuará tras las muertes en 1285 de Carlos I de Anjou y de Pedro III de

Aragón, sostenida por Carlos II por la parte angevina, y por Alfonso III y Jaime II por la aragonesa.

En 1295 Jaime II, con el apoyo del papa Bonifacio VIII, se compromete en el Tratado de Anagni

a devolver Sicilia a cambio de Córcega y Cerdeña. Los sicilianos no lo aceptan y coronan a

Fadrique, hermano de Jaime II, rey. Carlos II tratará en diversas ocasiones recuperar la isla hasta

que en 1302 se firme la Paz de Caltabellota, que reconocerá la independencia de Sicilia bajo el

gobierno de Fadrique y la permanencia de Nápoles permaneció en manos de Carlos II de Anjou.

c) Aportación para el estudio de la Historia Medieval

Las Vísperas Sicilianas merecen una consideración mucho más amplia que el de un mero

levantamiento contra las autoridades angevinas, e incluso más allá que el enfrentamiento güelfo y

gibelino entre los partidarios de Roma y Carlos de Anjou. Dicho hito histórico frustra el afán

expansionista de uno de los monarcas más poderosos del momento, Carlos de Anjou, retrasan muy

probablemente la caída del imperio bizantino de los Paleólogo a manos de los nuevos “latinos”

angevinos y son un hito clave en la expansión aragonesa por el Mediterráneo, que sustituyen como

principal potencia mediterránea a los anteriores.

Quizás éstas sean las implicaciones de mayor calado, pero existen otras consecuencias de

indudable trascendencia política surgidas al hilo de lo ocurrido en 1282 entre las que cabe destacar

las siguientes: a) Tras la grave amenaza de la invasión francesa de Aragón, la derrota de Felipe III

aplaca las reivindicaciones galas sobre el territorio aragonés. b) Génova y Pisa, ciudades gibelinas

posicionadas del lado aragonés, verán favorecidos sus intereses mercantiles en el Mediterráneo, si
bien catalanes y mallorquines cobrarán un protagonismo creciente en el ámbito comercial de la

época. c) Las Cortes Aragonesas obtendrán el reconocimiento por parte de Pedro III de importantes

fueros y privilegios para la nobleza en el conocido como Privilegio General, tras haber sido

soslayada su opinión y consulta respecto a la toma de Sicilia. d) Epílogo de la cuestión siciliana y

consecuencia del Tratado de Caltabellota, se produjo el envío de los almogávares de Roger de Flor

al Imperio Bizantino la petición de auxilio del emperador bizantino Andrónico II frente a los

turcos.

Si bien resulta esencial reconocer el carácter determinante del enfrentamiento de Aragón con

los Anjou y el papado en el desarrollo de los acontecimientos, Runciman concede una importancia

extraordinaria a los auténticos desencadenantes de los sucesos acaecidos: 1) La animadversión de

los sicilianos hacia el dominio francés. Éstos, antes incluso de acudir al auxilio de los aragoneses,

buscan el amparo del propio pontífice. 2) El sustento financiero de Bizancio, reconocido por el

propio Miguel VIII Paleólogo e instrumentado gracias a las negociaciones multilaterales de Juan

de Prócida, a quien el autor dota de un protagonismo extraordinario en su relato de los

acontecimientos.

d) Opinión personal

Steven Runciman elabora con extraordinaria fuerza narrativa un relato que evoluciona trazando un

amplio esquema de intereses para situar el clímax en las Vísperas del 30 de marzo de 1282. La

acción, nacida de la conspiración urdida entre Barcelona y Bizancio, abarca todo el Mediterráneo

del siglo XIII y se ramifica en Inglaterra, Alemania, Túnez, Constantinopla o Jerusalén.

Si bien la narración está cuajada de personajes para una historia con decenas de

ramificaciones, el autor enfatiza muy especialmente el antagonismo de dos agentes perfectamente


caracterizados: Un príncipe francés capaz e inteligente, pero arrogante y despótico, y el pueblo

siciliano, orgulloso, hermético y despechado. Y como testigo, nada pasivo, los papas, que

certifican a la vez que provocan la degradación de su proyecto de monarquía universal, cuando el

camino quedaba pretendidamente expedito tras la desaparición de los Hohenstaufen.

La prosa de Runciman es sencilla y viva sin caer ni en el tremendismo ni en la anécdota,

que sin duda domina en atención a otros muchos escritos del autor. En cuanto a la temática, la

deriva de la narración en numerosas ocasiones hacia Oriente denota el explícito interés del

ensayista por la Historia de Bizancio.

Si bien existe cierto apoyo visual en forma de fotografías y mapas, éstos apenas ilustran la

esencia del conflicto y se refieren a cuestiones accesorias, haciéndose evidente la falta de

cartografía propia de las campañas del periodo.

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