Técnicas Psicológicas de Investigacion Criminal
Técnicas Psicológicas de Investigacion Criminal
Técnicas Psicológicas de Investigacion Criminal
Se han utilizado las entrevistas hipnóticas para ayudar a los problemas de recuerdo que
pueden presentar algunos testigos presenciales. La hipnosis forense básica incluye una
serie de fases: la primera es la actividad preliminar que se lleva a cabo antes de la sesión de
hipnosis, incluye el repaso a la información básica del suceso. La sesión de hipnosis
propiamente dicha incluye las siguientes fases.
1. Pre inducción
Se debe explicar el papel y la identidad de cada persona presente. Se prepara la habitación:
nivel de luz, temperatura, eliminación de lentes de contacto y si es necesario utilización del
baño.
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Es útil dar una breve explicación de lo que va a consistir la sesión y verificar la
motivación del sujeto. Las técnicas típicas utilizadas durante esta fase son: la fijación de la
vista, la respiración profunda, la relajación muscular y repetición de las instrucciones de
relajarse.
2. Profundización
Se ayuda al sujeto a alcanzar un nivel óptimo de confort. Las técnicas típicas utilizadas
durante esta fase son: contar de 10 a 0, imaginarse descender varios pisos en ascensor,
escaleras, abrir y cerrar los ojos, levitación del brazo y uso de técnicas de
imaginación como escenas en la playa, campo o montaña.
3. Elicitación de información
Es el recuerdo de la escena del crimen y los parámetros temporales. La técnica que se suele
utilizar: el sueño inducido.
4. Deshipnotización
Son las instrucciones para que se sienta calmado, relajado en todos los aspectos. Se
puede ayudar a salir de la hipnosis contando o instruyéndole mediante alguna orden que
salga totalmente despierto, alerta.
El uso de esta técnica se apoya en casos reales en que su empleo logró proporcionar
información que el testigo fue incapaz de ofrecer en condiciones normales. Sin
embargo, la investigación experimental no ofrece un soporte empírico sólido para el
empleo de esta técnica en la recogida de información.
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Según algunos autores, las diferencias existentes entre las situaciones reales de testimonio y
las simulaciones de laboratorio pueden estar tras los fracasos obtenidos con esta técnica
en la investigación psicológica.
Así, para Smith (1983), los estudios que encontraban ineficacia de la hipnosis se
caracterizaban y diferenciaban de los casos reales de testimonio por las siguientes
características:
Este tipo de técnica favorece que el sujeto disminuya su criterio para recordar
información relacionada con el evento presenciado. Por ejemplo, se enfatiza al
sujeto que recuerde mucha información sin preocuparse de que ésta sea errónea.
Reinstauración del contexto de codificación, ya que se suele indicar al testigo que
trate de situarse en la situación real del hecho.
Incremento del número de intentos de recordar información del evento: dado
que la hipnosis suele realizarse tras el fracaso del sujeto para recordar la
información solicitada, este nuevo intento supone otra oportunidad de recuerdo.
En conclusión, lo importante es comprobar el efecto de las entrevistas hipnóticas, pero
utilizando entornos naturales para incrementar la validez ecológica de estos estudios.
También con este tipo de estudios se podrán ofrecer datos de cuestiones tales como la
forma en que se adquiere, almacena y recupera información de la memoria.
o Interrogatorio inicial y fase previa a la prueba
o Fase de prueba (examen poligráfico)
o Fase posterior a la pruebaPost-test phase
Interrogatorio inicial y fase previa a la prueba
Le preguntarán sobre el tema que será cubierto en el examen real y puede ser que
también le pregunten cómo usted siente sobre los castigos y las sospechas posibles
referente a él.
Aparte de éstos, hay varias razones más para la fase de la pre-prueba que se piensan
principalmente para el examinador:
Las pruebas poligráficas pueden dividirse en varios tipos específicos, cada uno con
su propio enfoque y metodología.
Hay ciertos entornos estándar que puede prever; sin embargo, la ubicación de la
prueba depende de la finalidad del examen y de la organización que lo realice. Por lo
general, incluirá:
Investigaciones de seguimiento
Una vez realizada la fase posterior a la prueba y después de que el examinador haya
determinado su veracidad o engaño, puede llevarse a cabo una investigación de
seguimiento.
Si los resultados del examen indican engaño, puede ser necesaria una investigación
adicional para determinar la naturaleza y el alcance del engaño. Esto puede implicar
la realización de entrevistas adicionales, la recopilación de más información y el
examen de pruebas físicas. Es importante que el examinador aborde la investigación
con una mente abierta y evite hacer suposiciones basadas únicamente en los
resultados del examen poligráfico.
Por otra parte, si los resultados del examen indican veracidad, la investigación puede
considerarse completa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el examen
poligráfico no es infalible, y pueden producirse falsos negativos. Por lo tanto, si hay
razones para sospechar un engaño, se puede seguir investigando.
Conclusión
En resumen, cada fase del proceso del examen del polígrafo desempeña un papel
importante en la determinación de la veracidad del examinado. La entrevista de la
pre-prueba establece una línea de fondo para la comparación, la fase de la colección
del gráfico registra datos fisiológicos, la fase del análisis de datos interpreta esos
datos, y la fase de la investigación de la carta recordativa aclara cualesquiera
ediciones que pudieron haber surgido. A través de un proceso minucioso y
profesional del examen del polígrafo, los examinadores pueden proporcionar la
información confiable para ayudar a tomar decisiones informadas en varios
contextos, tales como exámenes del empleo, investigaciones criminales, y
evaluaciones de la autorización de seguridad.
La autopsia psicológica
La autopsia psicológica es una técnica forense utilizada en la instancia de investigación
criminal, mayormente en casos de suicidios.
Cuando las circunstancias de la muerte de una persona no están claras, como en el caso de
un posible suicidio, los psicólogos pueden realizar una autopsia psicológica, en la que un
profesional de la salud mental intenta evaluar el estado mental de una persona fallecida en
algún momento antes de su muerte.
Una autopsia psicológica es una evaluación del estado mental reconstructivo que se enfoca
en comprender el estado mental de un individuo fallecido en el momento de su muerte (es
decir, suicidio o accidente).
Es decir, se elabora un perfil psicológico para determinar el estado mental de alguien que
ya ha fallecido.
Se les atribuye el termino a Norman Faberow, Robert Litman y Edwin Shneidman quienes
desarrollaron el concepto y fueron pioneros en la técnica de la autopsia psicológica.
La autopsia psicológica puede definirse como una investigación centrada en discernir cual
era el estado mental de una persona fallecida en el momento de morir.
Este procedimiento puede ser considerado una evaluación forense cuyo objetivo es
proporcionarle al juez o al jurado información para que pueda tomar una decisión más
informada y precisa sobre el asunto legal en cuestión.
El informe pericial sobre el estado mental de una persona fallecida se utiliza en ciertos
casos, por ejemplo:
Además, los profesionales de la salud mental y las agencias de salud mental a veces
emplean las autopsias psicológicas como mecanismo de garantía de calidad en los casos en
que los clientes se suicidan.
Tales indagaciones sirven para ayudar a comprender qué causó el suicidio e identificar las
buenas o malas prácticas profesionales que rodean la atención de la persona.
Debido a que la persona de interés (es decir, el difunto) no está disponible, el profesional de
salud mental que realiza una autopsia psicológica debe basarse únicamente en fuentes de
información colaterales o de “terceros”, incluyendo:
Una vez recopilada esta información, los psicólogos forenses pueden comenzar a
reconstruir la autopsia psicológica.
Una de las razones por las que no se utiliza con mayor frecuencia esta técnica es por la
duda sobre su fiabilidad y validez.
En segundo lugar, una limitación obvia es la incapacidad del psicólogo para evaluar al
individuo cuyo estado mental en algún momento anterior es relevante (ya sea a través de
una entrevista o de la administración de pruebas psicológicas, si se indica).
Un caso particular que afecta la fiabilidad de la autopsia suelen ser los casos cuando los
informantes que son entrevistados por el psicólogo pueden distorsionar las
representaciones del estado mental y la conducta del difunto.
Este tipo de información, por ejemplo, sirve para conocer la mente de los suicidas e intentar
comprender por qué sacrifican sus propias vidas.
Una de las “verdades” más arraigadas en la suicidología es que casi todos (90% o más) de
los que se suicidan padecen uno o más trastornos mentales, y que existe un vínculo causal
entre ambos. Los estudios de autopsia psicológica constituyen una de las principales bases
de evidencia para esta conclusión.
Pero, ¿es posible realizar un diagnóstico psicológico o psiquiátrico sobre las personas que
han muerto tan solo con entrevistar a sus familiares o amigos?
¿Es confiable un diagnóstico a partir de la información obtenida por las preguntas que se
hacen a los apoderados?