Resumen Básico de Historia Argentina

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CLASE 1 – Descubrimiento, conquista y evangelización de América

España era un conjunto de reinos en proceso de unificación con los reyes católicos para
el momento de la llegada de Colón a América en 1492. Para el momento, recién se
finalizaba con el movimiento de Reconquista ante las invasiones musulmanas, por lo
que el español que llega a América es fuertemente católico ante la lucha contra
invasores islámicos, forma parte de su identidad tras ocho siglos luchando por
expulsarlos del territorio.
Colón pactó con la corona de Castilla, por lo que América dependía de este reino (y
luego dependería del rey de toda España, Carlos V). Luego del primer viaje y en medio
de conflictos con Portugal, los reyes deben validar su derecho internacional, lo que
hacen con ayuda de la máxima autoridad del momento, el Papa. Se dictan bulas en las
que Portugal y Castilla (y otros reinos españoles) tienen concesiones de tierra en los
lugares que van descubriendo y explorando, siempre y cuando se encargaran de
evangelizar a los nativos. Así, con el Tratado de Tordesillas, se dividieron el territorio
africano y americano y desde España se ordenaron viajes menores para recorrer el
continente y así ir conociendo el “nuevo” territorio, bordeando las costas.
En 1506 Solís descubre el río de La Plata, siguiendo rumores de yacimientos de plata
surgidos en Potosí. En 1520 Magallanes encontró el paso entre los dos océanos, dando
la vuelta al mundo. Se produce a la par un proceso más intenso de exploración y, en
consecuencia, uno de establecimiento.
Se produce el contacto con nativos que hablan de un “gran imperio”, los aztecas. Tras la
conquista del gran núcleo se descubre otro imperio, el inca. Pizarro logra imponerse y
conquista Lima. La zona del río de La Plata, actual Argentina, fue la última zona en ser
poblada, con corrientes provenientes del norte, del oeste y el este. Este proceso se dio
durante la dinastía de los Austrias.
La primera fundación en Argentina fue la de Santiago del Estero en 1553.
Posteriormente se fundaron Sal Salvador de Jujuy y Salta, entre otras, para mantener un
nexo con la ciudad de origen, el Alto Perú, plantando puntos de contacto en medio de
una gran zona desértica. Un segundo núcleo proveniente de Chile resultó en la
fundación de Mendoza y San Luis, la región de Cuyo. Finalmente, la última corriente,
fundó la ciudad en el río de La Plata y en Asunción. El primer adelantado Pedro de
Mendoza habría llegado en 1536 con la intención de fundar una ciudad en un punto
estratégico para detener el avance de Portugal, pero esto no está confirmado. De haber
sido así, Buenos Aires tuvo una buena relación con los indios hasta que se produjeron
hostilidades y tras un sitio, en 1537 se funda Asunción en Paraguay y se abandona
Buenos Aires. Desde Asunción se volvió a Buenos Aires y Garay fundó la ciudad en
1580.
En cuanto a las autoridades, tanto en España y en América, la máxima autoridad era el
Rey. En lo que respecta a las decisiones sobre América, se reunían funcionarios del rey
en el Consejo de Indias y hacían leyes, en la Casa de Contratación de Sevilla se
regulaban el comercio, los impuestos, los ingresos desde América y otras cuestiones
como la inmigración. Por otro lado estaban los adelantados, los primeros en llegar a
América, que cubrían sus propios gastos y llevaban parte de las ganancias a la Corona a
cambio de obtener títulos y la autorización para viajar a América; el virrey, que era el
representante del rey en América y ponía las leyes en práctica y cumplía funciones de
guerra; las audiencias, que contaban con el poder judicial. Eventualmente se dividió el
territorio en virreinatos, a su vez divididos en gobernaciones y/o capitanías generales
(en zonas de mayor peligro), dirigidos por gobernadores y/o capitanes generales. La
institución clave era la del Cabildo, la autoridad en la ciudad, que se encargaba de las
leyes y la justicia local, del abastecimiento de la ciudad y su defensa. Los representantes
del Cabildo eran elegidos por los vecinos (hombres con armas y caballos, padres de
familia, con trabajos específicos como el comercio, la guerra, etc.).
En lo que respecta a la evangelización, el Estado y la Iglesia estaban unidos. Para la
conquista y la colonización llegaban tanto soldados como religiosos, para evangelizar
América, es decir, promover la conversión de los indígenas al catolicismo. El peso
cultural de España radica en estas misiones religiosas evangelizadoras. En este afán por
evangelizar se desarrolla la encomienda: se encomienda un grupo a evangelizar y
proteger (alimentar, abrigar, cuidar, etc.) al conquistador español, algunos cumplían
pero otros abusaban usándolos de mano de obra, por ejemplo. La Corona intentó cuidar
a los indios dentro de lo posible.
Al principio de la colonización lo que se buscaba principalmente era producción y
extracción de oro y plata, por lo que no se prestaba tanta atención a Buenos Aires. Sí
usaban el río Paraná como ruta comercial, ya que conectaba todo el virreinato
internamente por el este y externamente hacia España. Al oeste conectaba con Cuyo, el
norte con el Alto Perú y Buenos Aires o Asunción con Europa. Así, Buenos Aires fue
elegida como capital del virreinato por su conexión con Europa, pero sin un puerto
autorizado, lo que facilitó el contrabando.
El virreinato fue creado principalmente por la amenaza del avance portugués e inglés.
Siendo este un problema militar, se eligió como virrey a un hombre con experiencia
militar, Pedro de Cevallos. Los Borbones decidieron reorganizar el territorio americano
y así se creó el virreinato del río de La Plata, que contenía Argentina, Uruguay,
Paraguay y Bolivia en 1776 (de forma provisional, oficialmente un año más tarde).

CLASE 2 – Virreinato del río de La Plata, Malvinas, conflictos con Portugal


Causas de la creación del Virreinato
Durante el siglo XV con la conquista iniciando, España consiguió legitimarla al firmar
las bulas papales y el Tratado de Tordesillas (1494). Sin embargo, se generaron
conflictos por los límites del territorio con Portugal, y esta fue una de las causas de la
creación del virreinato. Cuando se conoce el potencial y las riquezas de América, las
potencias se interesaron en el territorio. Con el crecimiento de Holanda y de Inglaterra
se generaron más conflictos, como los ingleses instalándose en algunas islas del Caribe
e interceptando barcos.
Los portugueses eran aliados de los ingleses y transportaban su mercadería. España
protegía el comercio con un sistema restrictivo, indicando qué puestos se podían usar,
qué productos se podían comerciar y con qué países: Inglaterra tenía prohibido el
comercio con América. Aún así, existía el contrabando. Había una lucha constante en
América entre españoles, ingleses y portugueses, llegando a tener batallas (como la
defensa de Cartagena en 1741).
Según el Tratado de Tordesillas, a Portugal no le correspondía tanta extensión territorial
pero fueron expandiéndolo, aprovechando los espacios que España no había poblado
para favorecer los límites y el comercio (ya que querían ocupar la Banda Oriental y la
mesopotamia argentina, esclavizar y vender a los guaraníes). Este avance portugués
llevó a la creación del Virreinato del Río de La Plata. Tras la batalla de Mbororé en
1641, sobre el río Uruguay, en la que jesuitas y guaraníes se unieron para proteger la
zona, se determinó que este río sea el límite entre Argentina, Uruguay y Brasil.
Con la fundación de Colonia en la costa uruguaya-argentina en 1580, para tener un a
base para el comercio (sobre todo el contrabando) que rompa el monopolio español.
España invadió la ciudad y ganó por la fuerza, pero perdió por la diplomacia, ya que las
derrotas en Europa se saldaban con territorios en América. A los criollos les importaba
más que a los peninsulares, por lo que los americanos financiaban sus propias batallas.
Toda la región estaba en conflictos y lejos del centro político, lo que causó la necesidad
de concentrar el poder más cerca de la zona de peligro, otra de las causas de la creación
del virreinato. Se eligió Buenos Aires por su puerto con más acceso al interior.
Carlos III, ignorando un acuerdo, ordenó respuesta militar ante Portugal, nombrando al
militar Cevallos como virrey para hacerle frente a los portugueses y terminar con el
problema. Como medida, Cevallos destruye Colonia pero no logró cumplir con su
objetivo de destruir San Pablo, la base de las invasiones portuguesas, por la diplomacia.
Por otro lado, el avance británico fue otra de las causas de creación del virreinato,
especialmente por el conflicto en Malvinas y la usurpación de recursos como el petróleo
y la pesca. Según el principio UTI POSSIDETIS, un país que se independiza mantiene
los límites territoriales coloniales; el territorio que dependía de España pasa a ser del
país independizado, por lo que las islas Malvinas son de soberanía argentina. El
antecedente más antiguo son las bulas papales y el Tratado de Tordesillas, que le daban
legítima posesión a España.
Por lo tanto, las invasiones, la competencia con Portugal y la lejanía entre Buenos Aires
y Lima (el centro político del virreinato) fueron las principales causas de la creación del
Virreinato del Río de La Plata.
El río de La Plata no tenía tanto atractivo al no generar metales, contar con indígenas
hostiles y tierras poco fértiles, además de que el puerto de Buenos Aires no estaba
habilitado, por lo que la región estaba aislada. Para en siglo XVIII la situación cambió,
cuando la fisiocracia avanza y se les da importancia a los recursos naturales, materias
primas. El litoral del río tenía muy buenas condiciones para la ganadería vacuna, lo cual
favorecía a la región al poder producir carne y cuero (en un momento de crecimiento de
la industria textil a nivel mundial).
Con la “segunda” fundación de Buenos Aires el ganado llega de la Banda Oriental y se
adapta muy bien a la llanura pampeana, un terreno ideal para la reproducción rápida del
ganado vacuno, lo que implica más riqueza para la región y que no se pase hambre por
la gran cantidad producida. Esta es otra causa menor por la que los Borbones deciden
crear el virreinato.
Situación de las Islas Malvinas
En lo que respecta al descubrimiento de las islas, hay varias posibilidades. Podría haber
sido Américo Vespucio entre 1501 y 1502, Hernando de Magallanes en 1520 o el
obispo de Plasencia en 1540, según fuentes españolas. Según los ingleses, fue John
Davis en 1592 quien las descubrió, aunque su relato fue hecho ocho años después del
descubrimiento aceptado (Sebald de Weert) y el texto es un posible plagio del islario de
Santa Cruz, o Richard Hawkings en 1594, aunque esta versión ya fue descartada. La
fecha aceptada para el descubrimiento es 1598, una expedición holandesa liderada por
Sebald de Weert, aunque no realizaron toma de posesión del territorio y el
descubrimiento sin asentamiento no da derecho.
En cuanto a la población en las islas, en 1768 empiezan a llegar franceses cazadores de
animales marinos de la zona. Cinco años antes habían perdido Canadá, Lousiana y parte
de la India, por lo que buscaban nuevos territorios para colonizar. Los marinos de Saint
Maló se dirigieron a las islas “Malouines”, Malvinas, y conforman el primer
asentamiento, fundando el puerto y fuerte Luis el 5 de abril de 1764. En 1776 los
británicos llegaron y fundaron el fuerte George, aunque ya tenían un puerto, Egmont,
desde 1765.
España reclamó al gobierno francés, aliado en ese momento, por los franceses que
estaban invadiendo el territorio español. Debido a pactos, tratados y alianzas entre las
dos corona, Francia se retira de las Malvinas y reconoce la legitimidad de España sobre
las islas. En 1767. Bougnavielle le entregó la colonia a Felipe Ruiz del Puente, enviado
del gobierno de Buenos Aires (ya que Malvinas y Patagonia dependían de la ciudad de
Buenos Aires, que sería luego el Virreinato del Río de La Plata), a cambio de que se le
paguen los costos de las construcciones que había financiado, España aceptó y brindó
una compensación. El puerto Luis pasó a ser Nuestra Señora de la Soledad.
Una vez que se toma noción de la presencia de ingleses en otra parte de las islas en
1769, el gobierno de Buenos Aires ordenó acción y el capitán Madariaga obligó a los
ingleses a rendirse en 1770, ocupando ininterrumpidamente el territorio hasta 1833.
Tras procesos diplomáticos, se firma la Declaración de Masserano el 22 de enero de
1771, en la que Inglaterra reconoce la soberanía española sobre las islas y su ocupación,
que fue solamente en el puerto Egmont, se termina cuando lo dejan en 1774 para evitar
una guerra. Esta ocupación fue limitada y por pocos años, no había intención de
permanecer ni dominar. Además, con la creación del virreinato en 1776, las Malvinas
pasan a depender formalmente de Buenos Aires. En 1790 se firma el Tratado de Nootka
Sound, en el que Gran Bretaña reconoce la soberanía española de los territorios
australes. Ya van dos instancias en los que Inglaterra acepta la legitimidad de España
sobre las Malvinas.
Durante 1806 y 1807 se producen las invasiones inglesas. El primer gobierno patrio se
preocupó por Malvinas. Argentina tiene a favor la ocupación y la herencia de España,
mientras que Inglaterra no.
En 1823 Luis Vernet empezó a reconstruir los edificios abandonados por los españoles.
En 1825 se firmó el Tratado de comercio y amistad con Gran Bretaña, reconociendo la
independencia de Argentina. Tercera instancia diplomática en la que se reconoce
Argentina (antes España y el virreinato) tiene soberanía sobre Malvinas. Los ingleses no
tuvieron nada que les diera derecho sobre las islas, solamente tuvieron el puerto Egmont
por unos pocos años e incluso reconocieron la soberanía de España y luego la
independencia y el derecho de Argentina sobre las islas.
En 1831 hubo una agresión estadounidense, barcos de pesca ilegal que fueron enviados
a Buenos Aires para ser juzgados.
En 1833 aparece en el puerto San Luis la HSM Clío, recibida diplomáticamente al estar
en buenas relaciones con Gran Bretaña. Sin embargo, se les ordena a los pobladores a
abandonar las islas porque le pertenecen a Inglaterra, y así los argentinos son
desalojados. Se instalaron los colonos ingleses en su lugar (que ahora sirven de
argumento por querer ser ingleses, aunque la ONU no lo acepte por ser población
colonial e insta a que se vayan de las islas).

CLASE 3 – BORBONES, VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA


Reformas borbónicas
Los Borbones son una dinastía de origen francés, originada luego de las guerras de
sucesión, que se instaló en España alrededor del 1700 y siguen gobernando en la
actualidad. Tras la muerte de Carlos II, el último Austria, llega a reinar Felipe V.
Llegaron a España con la intención de centralizar, pero se encuentran con la autonomía
de los antiguos reinos, unidos bajo la corona pero todavía autónomos. Además, no
tenían el sentido ni el espíritu de la Reconquista ni el misionerismo religioso de los
Austrias y las generaciones de españoles que venían de luchar siete siglos por su
religión. La mentalidad que traían era muy distinta y para centralizar el poder como
querían tenían que someter a la Iglesia, institución igual de poderosa que la monarquía,
para lo que echan a los jesuitas. Además, veían el centro en Europa y no en América,
por lo que las reformas que proponen no son favorecedoras para el Nuevo Mundo,
quitando en lugar de otorgando libertades a las colonias. Traen una nueva cosmovisión,
completamente distinta, con cambios no solo en las colonias sino también en España.
Una de sus reformas es la modificación del Consejo de Indias, reemplazado por la
Secretaría del Despacho Universal de Indias para encargarse del poder legislativo,
dictando leyes para todo América, lo que golpea directamente al Cabildo local, que daba
un gran sentido de autonomía en las ciudades de cada virreinato. Esta centralización del
poder se basaba en la idea del derecho divino de las monarquías absolutistas. Otra
reforma fue la creación del Sistema de Intendencias, para recaudar y con atribuciones en
Hacienda, es decir, administración de dinero en menos manos para optimizar el sistema
de recaudación.
Otras reformas incluyen: en lo referido a la justicia, los alcaldes pasan a ser autoridades
por encima de la justicia eclesiástica; en lo referido a la hacienda, la recaudación
impositiva ya no queda en América sino que va a Europa y se usa para financiar las
guerras, eliminando el ida y vuelta entre España y América, llevándose recursos sin dar
nada a cambio (y esto funcionaba en Francia pero no funcionaría en América). Cambia
el sistema de comercio de un monopolio en el que pocos puertos estaban autorizados en
América y solo Cádiz en España a un modelo de libre comercio, habilitando 13 puertos
en España y 21 en América, incluido el de Buenos Aires, lo que afecta el contrabando.
Se produce el libre ingreso de esclavos africanos para fomentar la agricultura desde
1791 y desde 1795 el libre comercio con colonias extranjeras.
En Buenos Aires el libre cambio es favorecedor, ya que pueden exportar y no hay
competencia además de que se pagan pocos impuestos para importar, pero en otras
regiones es negativo ya que compiten con países como Inglaterra, en plena
industrialización, y los bajos impuestos dificultan el pago de sueldo a los funcionarios
públicos.
Los Borbones, entonces, realizaron reformas políticas (instituciones), económicas
(comercio) y geopolíticas (virreinatos y capitanías). Esta última se ve en la creación de
virreinatos y capitanías como el Virreinato de Nueva Granada (1739, actuales
Colombia, Ecuador, Panamá y Perú), el Virreinato del Río de La Plata (1776), la
Capitanía General de Venezuela (1773) y la Capitanía General de Chile (1778).
Además, se le quitó a Chile el Corregimiento de Cuyo y se incorporó al Río de La Plata.
Se produjo una reestructuración política del territorio en la que América fue tomando su
forma actual muy lentamente, buscando una mayor facilidad para gobernar, administrar
y recaudar.
Los Borbones eran lo que se llama un despotismo ilustrado, con el poder personal
centralizado, el fuerte de la Ilustración. Se trataba de un rey gobernante fuerte que le
daba importancia a las ciencias, el arte, la educación, el comercio, que contaba con la
ayuda de una aristocracia. El pueblo no tenía educación ni libertad política, solamente
para un grupo selecto, educado, y nada para el pueblo.
Virreinato del Río de La Plata
En lo que pasó a ser el territorio del Virreinato del Río de La Plata estaban la
Intendencia de Buenos Aires (Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Patagonia
y Malvinas), la Intendencia de Córdoba del Tucumán (Mendoza, San Juan, La Rioja y
San Luis), la Intendencia de Salta (Tucumán, Jujuy, Salta, Santiago, Catamarca). En el
Alto Perú también había cuatro intendencias, una en Paraguay y cuatro gobernaciones
militares o capitanías (Misiones, Montevideo, Moxos, Chiquitos, esta última la frontera
con el territorio perteneciente a Portugal).
Los virreyes fueron:
 1er Virrey – Pedro de Cevallos (1776-1778): militar experimentado, ante la
necesidad de enfrentar y detener el avance de Portugal. Recuperó Colonia del
Sacramento y firmó un tratado de paz por cese de la guerra en Europa. Le tocó
empezar a administrar. Fomentó la actividad agroganadera, pero su función era
militar. Falleció en 1778.
 2do Virrey – Juan José Vértiz (1778-1784): criollo, en su gestión empezaron a
implementarse “servicios” para el pueblo, como la Casa de Corrección para
mujeres, la Casa Cuna para niños abandonados, se creó el Protomedicato para
supervisar el desempeño de los médicos, se alumbraron y se arreglaron las calles
de la ciudad de Buenos Aires, se desecaron pantanos. También fundó la Aduana
en su primer año de gestión y estableció la Real Audiencia de Buenos Aires en
1782.
 3er Virrey – Nicolás del Campo, Marqués de Loreto (1784-1789): ordenó la
Hacienda Real, mejoró calles, repobló de hacienda los campos, luchó contra el
contrabando, delimitó territorios con los portugueses, fomentó la producción y
exportación de trigo.
 4to Virrey – Nicolás de Arredondo (1789-1795): luchó contra la matanza de
animales y el desperdicio, pidiendo certificados de propiedad a vendedores de
cuero, mejoró el sistema de policía y alcaldes para combatir los robos, reforzó
las defensas fronterizas con los portugueses y en 1794 se instaló el Consulado
para fomentar el comercio.
 5to Virrey – Pedro Melo de Portugal (1795-1797): reglamentó el abastecimiento
de agua en la ciudad, avanzó las líneas de fronteras con el indio, mejoró las
defensas de la ciudad de Montevideo.
 6to Virrey – Antonio Olaguer Fellú y Heredia (1797-1799): mejoró las defensas
del virreinato.
 7mo Virrey – Gabriel de Avilés y del Fierro (1799-1801): mejoró el estado de
las calles de capital y las fuerzas de policía, luchó contra los charrúas para
asegurar la Banda Oriental contra el avance portugués, mejoró la situación de los
indígenas de los pueblos administrados antes por los jesuitas, mejoró las
defensas contra Portugal.
 8vo Virrey – Joaquín del Pino (1801-1804): mejoró las calles, se comenzaron a
publicar “El Telégrafo Mercantil” y el “Semanario de Agricultura y Comercio”,
se establecieron cátedras de Anatomía, Química y Medicina.
 9no Virrey – Rafael de Sobremonte y Núñez (1804-1807): difundió la vacuna
contra la viruela, mejoró los edificios públicos, fundó San Fernando en 1805, y
tuvo que defender el virreinato durante las invasiones inglesas.

CLASE 4 – INVASIONES INGLESAS (1806-1807)


Antecedentes
Para 1789 había ocurrido ya la Revolución Francesa, cambiando todo en Europa a nivel
cultural, político, geográfico, económico. El foco de interés de los Borbones estaba
puesto en Europa en vez de América, con monarquías atacando Francia para evitar la
expansión de la revolución. Ya entonces aparece Napoleón, que triunfa en Italia y
continúa su expansión, logrando estabilización. España entra en guerra con Francia,
aunque luego llegan a aliarse. Ante esto, España descuida América, lo que favoreció a
las invasiones.
Sobremonte dejó Buenos Aires y se dirigió a Córdoba para organizar un ejército, pero el
Cabildo le quitó el poder militar tras recuperar la ciudad, recuperando el poder. En la
segunda invasión le quitan también el poder político. El rey Fernando VI se opone a esta
nueva autonomía del Cabildo, pero la autoridad en el interior recaía en los gobernadores
e intendentes y, sobre todo, en los cabildos locales. Este es el germen de la
independencia, aunque inicio como un pedido de autonomía. No sucede lo mismo en
toda América, ni están de acuerdo todas las figuras, por lo que hay una situación
cambiante.
La situación en el virreinato había sido tranquila hasta las invasiones, que parten de la
guerra entre España y Gran Bretaña como culminación de los proyectos que tenían los
ingleses. La intención era la de fundar una colonia en el río de La Plata, favoreciendo la
independencia de esta y otras regiones de América o tomando el territorio a la fuerza.
Con ayuda de una red de espías y el servicio de inteligencia, el proyecto británico se
concreta con la primera usurpación de las Malvinas (1766) y la vista ya es puesta en la
Patagonia y en el río. En 1776 inicia la guerra de independencia de Estados Unidos, lo
que significó perder una de las colonias más importantes para Gran Bretaña (y, por
ende, perder impuestos y ganancias usadas en Europa, incluso colonos como material de
guerra contra Francia). Al perder una fuente de ingreso y un mercado tan importante,
sufrieron un golpe muy duro a su estructura económica.
En 1801 surge un proyecto para invadir Buenos Aires, con intereses de apoyar la
independencia para lograr la apertura comercial. Gran Bretaña tenía el apoyo de
Holanda y Portugal, contaba con una gran frota.
En 1804 se desata una guerra entre Gran Bretaña, España y Francia (primero por la
revolución francesa, aunque luego se vuelven aliados). Ante la guerra, cualquier colonia
española podía ser blanco de un ataque y Buenos Aires era fácil de atacar al tener poca
defensa y contar con rumores, como el de un supuesto tesoro y un grupo de
independentistas que recibirían a los ingleses como héroes. En 1805 se produce la
batalla de Trafalgar en la que los buques franceses y españoles son destruidos, quedando
Gran Bretaña como único con dominio marítimo. Napoleón, que planeaba invadir las
islas británicas, pierde el poder naval, ante lo que desiste pero impone bloqueos en cada
puerto de cada país que tiene invadido, impidiéndole el comercio y dañando
económicamente a Gran Bretaña. No obstante, la corona británica obtiene permiso para
circular por España y Portugal.
Primera invasión (1806)
En 1806 se toma la Ciudad del Cabo en Sudáfrica, de Holanda. Se hace un pedido de
tropa para invadir Buenos Aires desde ahí, con especial interés en el supuesto tesoro.
Con una fuerza de más de 1300 hombres en 11 buques, salen hacia Buenos Aires, con
poco despliegue porque sabían que la ciudad no tenía buena defensa y pensaron que la
población estaría harta de España y los aceptaría. El 25 de junio llegaron a Quilmes, el
26 se produjo un combate con las fuerzas de Pedro Arce y el 27 los ingleses cruzaron el
Riachuelo y tomaron la ciudad.
Se juzga a Sobremonte, que sabía sobre la invasión y no tomó las medidas militares
necesarias, sino que llevó el tesoro a Córdoba, donde planeaba usar su prestigio para
formar un ejército y recuperar la ciudad, pero fue cuestionado por dejar la ciudad. El 2
de julio firman la Capitulación alcaldes, regidores, síndicos y abogados del Cabildo,
pactando que sin el virrey quedan la Audiencia y el Cabildo como autoridad que debe
negociar con los invasores, que no podrían imponer un gobierno militar siendo tan
pocos y menos por haber sido recibidos por un pueblo hostil. La Capitulación pactaba el
respeto por la propiedad privada y la religión, para evitar la resistencia del pueblo. Solo
se toman la propiedad pública (de España) y se impone jurar lealtad a la corona
británica. El 4 de agosto se firma un tratado de libre comercio, el verdadero objetivo de
Gran Bretaña. Al descubrir que el tesoro real estaba en el interior, los británicos mandan
a un grupo a recuperarlo tras acordar que no mandarían a los prisioneros, oficiales
criollos, a Gran Bretaña. Sobremonte deja el tesoro a Luján, los ingleses lo toman y lo
llevan a Londres.
Los españoles y los criollos empiezan a planear cómo recuperar la ciudad desde que
estuvo invadida. El oficial francés Liniers, enviado por ser aliados España y Francia en
el momento de la invasión, explica lo sucedido y su proyecto de reconquista al
gobernador de Montevideo, Ruiz Huidobro, que le da tropas bien equipadas. Para el 2
de agosto, ya tiene forma su proyecto. En la ciudad también se planea, Gran Bretaña
mantiene guardias en las costas por la posible llegada de las fuerzas de Liniers. Se van
armando y juntando voluntarios, las fuerzas concentradas se reunían con las de Liniers.
El 2 de agosto se produce el combate de Pedriel.
Liniers sale el 3 de agosto de Colonia, desembarca el 4 en Tigre aunque su intención era
ir a San Isidro, pero lo detuvo un temporal que lo terminó favoreciendo, ya que sus
tropas pudieron cruzar mientras que los barcos ingleses quedaron más dañados. Liniers,
muy religioso, había pedido protección a la Virgen y sentía rechazo por los ingleses al
saber que habían destruido una iglesia. Sus tropas marcharon desde Tigre hasta San
Isidro, el 10 de agosto llegaron a los corrales de Miserere. Desde el desembarco se
fueron uniendo más voluntarios, el pueblo, marchando juntos soldados y civiles. El 10
de agosto toman los cuarteles de Retiro las tropas de Mordeille (corsarios) y Bofarrul
(migueletes).
El 11 de agosto hay un intercambio de fuego con la Justina, un barco mercante armado,
y se toma el cuartel de Ranchería. Los vecinos y soldados iban ocupando casas y
atacaban desde los techos en la zona de Plaza de Mayo, la cual iban rodeando para
recuperar el fuerte, aprovechando que los ingleses estaban concentrados ahí. Los
invasores se habían encerrado en el fuerte y levantaron bandera blanca, pero la gente
seguía atacándolos, parando solamente al ver la bandera de España. Así, los ingleses se
rinden, entregan las armas y son enviados al interior, lejos de la ciudad. El 13 de agosto
se entierran los muertos y el 14 se celebra Te Deum, una celebración religiosa.
El 24 de agosto se entregan en Santo Domingo trofeos, 7 banderas.
El 28 de agosto Sobremonte accede a entregar el mando militar a Liniers bajo la presión
del Cabildo, aunque lo sintió como un golpe de estado. El 6 de septiembre se proclama a
Liniers, convocando la formación de cuerpos militares. Había necesidad de un mando
militar fuerte para rechazar la posible segunda invasión, por los refuerzos ingleses que
aún no habían llegado. Liniers convocó a los vecinos para que se unan como voluntarios
a las milicias, llenando con entusiasmo 8000 puestos para defender la patria. Así,
Liniers empieza a preparar la defensa para la segunda invasión, que termina llegando en
1807.
Segunda invasión (1807)
Londres había recibido el tesoro y enviaron refuerzos por temor a una reconquista, que
fue lo que sucedió. El 29 de octubre llegan los ingleses a Maldonado, unos 15000
aproximadamente, en más de 100 buques, que reciben informes de lo que pasó. Como la
reconquista vino de Montevideo, deberían tomar primero Montevideo, que sería más
difícil, y luego Buenos Aires. El 16 de enero desembarcan en Montevideo, el 3 de
febrero abren una brecha en la muralla y entran y toman la ciudad, cayendo prisionero el
gobernador. Sobremonte acude a ayudar con el ejército cordobés pero escapa
nuevamente por lo que le quitan el poder político (y el rey lo acepta, lo que muestra el
poder del Cabildo y la importancia del vecino).
Con esta nueva invasión llega un militar más antiguo y experimentado, Whitelocke, que
toma el mando. El 28 de junio los ingleses desembarcan en Ensenada, unos 9000
hombres (el resto quedaron en Montevideo) y van avanzando, a la vez los criollos les
iban quitando el ganado y los atacaban rápido y se iban, los ingleses no podían seguirlos
porque no tenían caballos. La mala alimentación, el mal clima, el poco descanso, la
tierra pantanosa y el hostigamiento iba debilitando sus fuerzas. Se dividen en tres: la
vanguardia con 2500 hombres a cargo de Levinson, el cuerpo principal de 4400
hombres al mando de Whitelocke y la retaguardia con 2100 hombres al mando de
Mahon, y así avanzan lentamente, cansados.
El 2 de julio se produce el primer enfrentamiento, llega la vanguardia con Crawfurd,
donde vencen a las trolas de Liniers en corrales de Miserere, pero no se atreven a seguir
avanzando.
En el Cabildo, Martín de Álzaga estaba a cargo de la defensa. Reunió al Cabildo y tomó
el proyecto de Doglas, que implicaba no enfrentarse en campo abierto debido a que los
ingleses tenían más experiencia y disciplina, sino que se harían cuatro anillos alrededor
del fuerte para ir desgastando al invasor y que se encuentren allí con los más fuertes. Se
forman trincheras y barricadas y se ponen cañones en el camino. Liniers reúne a sus
tropas y vuelve a defender la ciudad, aunque no quería luchar en el medio. La gente
empezó a armarse con sus propias armas de caza, con palos, piedras y cualquier
elemento a su alcance. Los ingleses no podrían tomar casas por su construcción y por
los ataques provenientes de las otras casas, desde las que les arrojaban piedras, muebles
y cualquier otra cosa y les disparaban, además de que las habían fortalecido.
Whitelocke intimó la rendición el 4 de julio pero Liniers se negó. Las tropas que van
avanzando son masacradas, en Retiro se produce una batalla y los ingleses toman el
sector. Del otro lado, en la ciudad, se escapan o se refugian en casas para evitar los
ataques de los vecinos. Con los ingleses aislados, los vecinos salen de las casas y los
rodean, no los dejan salir ni los dejan refugiarse, los atacan con cañones. Algunos
ingleses se rinden y entregan las armas en la Plaza del Cabildo. Entre muertos, heridos y
prisioneros, un 43% de los hombres que iniciaron el ataque quedaban fuera de combate,
vencidos por los vecinos. El 5 de julio Liniers nota la ventaja al tener a los ingleses
aislados, rendidos y desanimados, entonces escribe una intimación pidiendo que se
rindan y abandonen Montevideo y el río de La Plata, devolviendo la libertad a los
prisioneros de la invasión anterior. El 7 de julio Whitelocke acepta las condiciones y se
rinde, acuerda el cese de las hostilidades, la retirada en 10 días y el intercambio de
prisioneros, además es despedido del ejército. Liniers resalta que esta vez los invasores
no llegaron al fuerte y fueron vencidos, incluso siendo más hombres y con mucha más
experiencia.
Las invasiones, vencidas por los propios vecinos, generaron una transformación en el
virreinato: el Cabildo le quitó poder al virrey, primero militar y luego político, creció un
orgullo y se tomó consciencia de la propia fuerza por la hazaña lograda sin ayuda de
España, además se militarizó la sociedad. Había una tercera invasión planificada, pero
el comandante, que tenía más de 30000 hombres, fue vencido por Napoleón en
Waterloo. Aún así, la ciudad se mantiene armada, preparada para tener que defenderse
ante una posible nueva invasión. Además, los militares pasan a enriquecerse, como
antes lo harían los comerciantes. Todo esto tendrá peso en los sucesos que vendrán
después.
CLASE 5 – TRABAJO DE FUENTES
Las fuentes primarias pueden ser documentos oficiales y privados, testamentos de
testigos o protagonistas de los hechos. Las secundarias pueden ser escritos sobre los
hechos, que no se presenciaron directamente. Todas las fuentes dan una ubicación
temporal y espacial. Se tienen que analizar según el contenido y el contexto, valorizarla
según su trascendencia e importancia, y sobre todo contrastarla con otras fuentes.

CLASE 6 Y 7 – REVOLUCION DE MAYO


SEMANA DE MAYO
Debates previos
El 22 de mayo de 1810 el Obispo Lué y Rega defendió la autoridad del Virrey, debía
continuar con sus funciones al haber todavía vocales de la Junta Superior (mientras
existiera uno, habría autoridad). La postura era mantener al virrey porque seguían
conectados a España por la Junta Central de Sevilla, había una indivisibilidad de la
soberanía. Juan José Castelli rechazó esta postura porque no participaron de la
elección de la Junta Central de Sevilla, propone el poder para el Cabildo, que representa
a los vecinos (el pueblo) y no para el virrey, nombrado por el rey que estando preso ya
no tiene poder.
Manuel Genaro Villota agrega que lo que se discute está en el Cabildo de Buenos
Aires, y Buenos Aires no puede decidir por todo el virreinato, no tenía derecho a decidir
sobre la legitimidad del Gobierno de Regencia sin representación nacional, con
diputados del interior del virreinato; Buenos Aires solo tiene autoridad sobre Buenos
Aires. Juan José Paso tiene ideas del derecho civil. Ante una emergencia, la Junta de
Sevilla nombró a Cisneros y se reconoce su autoridad porque Buenos Aires (el
virreinato entero) no participó de la elección por la urgencia. Propone lo mismo con
Buenos Aires ahora, dada la urgencia había que aceptar que se establezca un gobierno
provisorio. Buenos Aires, la capital del virreinato, era lo mismo que la Junta Central de
Sevilla. Aún así tiene en cuenta la postura de Villota, propone que la medida de Buenos
Aires sea una Junta Provisoria Gubernamental, con representantes solo de Buenos
Aires, hasta diciembre de 1810, para formar luego con representantes del interior la
Junta Grande.
Pascual Ruiz Huidobro, gobernador de Montevideo, proponía cesar la autoridad del
virrey y que el poder recayera en el Cabildo. Cornelio Saavedra también proponía dar
el poder del virrey al Cabildo, porque así lo querían los vecinos. El Cabildo tendría que
designar una Junta, con el pueblo confiriendo el poder. Se mantiene la idea de una
participación “popular”, con el poder dividido pero en manos del Cabildo. Manuel
Belgrano reproduce el voto de Saavedra y propone que el caballero síndico procurador,
Leiva, tenga voto decisivo. Martín Rodríguez, héroe de las invasiones inglesas, sigue
la línea de Belgrano, que el pueblo, la opinión pública, decida. Mariano Moreno hace
eco. Juan Nepomuceno Solá también propone dar el mando al Cabildo y que el voto
del caballero síndico procurador sea decisivo, que se forme una Junta provisional hasta
tener diputados de todo el virreinato para una Junta oficial.
Todos, o casi todos, coinciden con esta visión muy hispánica en que el poder debe ir al
Cabildo, con variaciones, pero siempre sin el virrey.
El resultado de la votación es, entonces:
 Fórmula Saavedra-Castelli con 87 votos, la autoridad recae en el Cabildo que
debe designar una Junta, el pueblo le da la autoridad
 Fórmula Ruíz Huidobro con 25 votos, la autoridad sería temporalmente del
Cabildo hasta que se designe un nuevo gobierno
 Fórmula García, Paso y Chorroarín con 20 votos, la autoridad al Cabildo para
formar una Junta
 Fórmula Nepomuceno de Solá con 19 votos, el poder recae provisoriamente en
el Cabildo hasta que lleguen diputados del interior (es el único que lo menciona
explícitamente)
 Fórmula según la cual la autoridad recae en el Cabildo con 4 votos.
Según el conteo, 164 votaron a favor de la destitución del virrey y solamente 69 votaron
por su continuidad. Predomina la idea de que el Cabildo asuma, de forma provisoria, el
gobierno hasta poder formar una Junta. En síntesis, el virrey debe cesar en el mando y
este recae en el Cabildo provisoriamente hasta que se nombre una Junta.
Leiva propone una Junta provisoria con el virrey como presidente, ya que estaba a favor
del virrey, hasta que llegaran representantes del interior. Esta es la Junta del 24, con
vocales Saavedra (militar), Castelli (abogado), Solá (sacerdote) e Incháurregui
(comerciante) pero cuando se divulga esta Junta, que aún no firmaba, se reunieron
oficiales del cuartel de los Patricios en la casa de Rodríguez Peña y hacen un
documento, el Petitorio (con 401 firmas: 95 de civiles, 16 de sacerdotes y 289 de
militares) generado por 15 comandantes militares como Belgrano, Díaz Vélez, French y
Chiclana. Este documento circula el 25 a la madrugada y rechazan que Cisneros
conserve el mando militar, más no cuestionan su autoridad como presidente de la Junta.
Cisneros no acepta y debe renunciar porque no cuenta con el respaldo de los jefes
militares, así fracasa la Junta del 24 (el Cabildo había pedido el respaldo a los jefes
militares pero estos se negaron y la Junta renunció).
Junta Provisional Gubernativa
Se forma entonces el 25 de mayo el primer gobierno autónomo (no se habla de
revolución ni de independencia), la Junta Provisional Gubernativa, monárquica, que
le jura fidelidad al rey, ya que busca autonomía sin quebrar vínculos con Fernando VII,
y rechaza la España anglófila y pro-francesa y cualquier tutela británica. Conformada
por:
 Presidente: Saavedra (Potosí, 1759-1829), patricio. Licenciado en teología,
integrante del Cabildo (regidor, síndico procurador), y militar, comandante de la
Legión de Patricios.
 1er Vocal: Castelli (Buenos Aires, 1764-1812), carlotino. Secretario interino del
Consulado, abogado.
 2do Vocal: Belgrano (Buenos Aires, 1770-1820), carlotino. Abogado, secretario
del consulado en 1794, creador de la bandera.
 3er Vocal: Azcuénaga (Buenos Aires, 1754-1833). Militar, regidor del Cabildo,
desterrado en 1811 por su apoyo a los morenistas.
 4to Vocal: Alberti (Buenos Aires, 1793-1811), patricio. Sacerdote y doctor en
teología
 5to Vocal: Matheu (Barcelona, 1765-1831), alzaguista. Comerciante, presidente
de la Junta Grande, combatió en las invasiones inglesas
 6to Vocal: Larrea (Cataluña, 1782-1847), alzaguista. Comerciante, morenista
desterrado en 1811.
 Secretario: Paso (Buenos Aires, 1758-1833), carlotino. Sin voz ni voto,
redactaba actas. Abogado, integrante de los dos Triunviratos.
 Secretario: Moreno (Buenos Aires 1778-1811), alzaguista. Abogado, integrante
de la Real Audiencia.
Según las distintas fuentes escritas, hay más de una versión de los hechos. Todas
coinciden en que los vecinos y los militares participaron, pero difieren en que fue un
movimiento popular o un golpe de estado. Según Mitre, el movimiento fue de carácter
totalmente popular, pero según Cisneros solo dejaban pasar a ciertos vecinos (lo que se
puede respaldar con que de 401 firmas, la mayoría eran de militares).

CLASE 8 – JUNTA PROVISIONAL GUBERNATIVA/JUNTA GRANDE,


CAMPAÑAS Y TRIUNVIRATO
La Junta tenía que cumplir con lo planteado, ser una solución temporal hasta que los
diputados fueran enviados a Buenos Aires desde otras ciudades para formar la Junta
Grande.
Con la conformación de la Junta Provisional se jura fidelidad al rey Fernando VII,
todavía preso. El 29 de mayo las milicias de Liniers se convierten en fuerzas
permanentes, ante la necesidad de tener un ejército por las zonas que no reconocen a la
Junta y mantienen su lealtad con el Consejo de Regencia, que el 10 de junio exige una
jura de fidelidad, porque no acepta a la Junta.
El 22 de junio la Junta ordena la expulsión de Cisneros y de los miembros de la
Audiencia para reconocer al Consejo. En el interior y otras regiones del virreinato no
aceptan a la Junta (Córdoba, Paraguay y el Alto Perú) y mantienen la lealtad al Consejo
de Regencia. En Perú se buscaba la revolución, sin fidelidad al rey, pero allí estaban los
mejores ejércitos españoles y un virrey muy estricto. Esto genera que salgan
expediciones auxiliares y se produzcan las guerras por la autonomía. La revolución
empieza lentamente a tomar un carácter más republicano y antimonárquico.
Al principio, Moreno no tiene peso porque no participó mucho en los debates de la
Junta, pero por los movimientos dentro de la misma fue tomando más protagonismo. Él
y sus seguidores consideraban que el interior era inculto y atrasado, por lo que Buenos
Aires tenía que tomar las decisiones por tener más cercanía con las nuevas ideas, más
contacto con el exterior y más cultura. Hay tensión entre los morenistas y los
saavedristas. Cuando se forma la Junta Grande el 18 de diciembre, Moreno renuncia y
va en una misión diplomática a Inglaterra, donde debía comprar armas para la
revolución, pero muere en el viaje.
Dentro de la Junta Grande permanece la división entre morenistas y saavedristas. Se
busca entonces depurar los elementos morenistas. Hay ya una tendencia a los grandes
cambios. Las primeras campañas de la Junta Grande fracasaron. Se buscaba autonomía,
todavía no se hablaba de independencia. Hay dos visiones: progreso gradual o cambio
rotundo. Durante 1810 y 1811 predomina el cambio gradual pero por los problemas en
el interior se inician las campañas.
Campañas a la Banda Oriental
Ante lo sucedido en Buenos Aires hay dos reacciones; en Montevideo se rechaza por
completo. Al ser la ciudad manejada por comerciantes, los grupos gobernantes quieren
mantener el poder. En el interior, en cambio, la población rural está a favor de la
revolución. El 12 de enero de 1811 llega el nuevo virrey del Río de la Plata a
Montevideo, Francisco Javier de Elío, nombrado por el Consejo de Regencia. Elío
declaró a Buenos Aires en rebeldía y puso a Montevideo en contra de la revolución,
estableciendo un bloqueo naval (con la ventaja de que Montevideo era la base naval del
virreinato) para ofuscar el levantamiento.
La primera campaña fue entre 1811 y 1812. La Junta decidió mandar una campaña de
3000 hombres con Belgrano al mando para aplastar el foco anti revolucionario, mientras
que en la zona rural José Gervasio y Manuel Artigas sublevan la campaña. La Junta
reemplaza a Belgrano con José Rondeau.
La vanguardia de Artigas vence a Posadas en la batalla de las Piedras y logra sitiar
Montevideo el 1 de junio. Se logra un control en toda la zona rural y en las cercanías de
Montevideo, pero la ciudad se abastecía por mar. Elío pide apoyo a l a corte portuguesa,
aliada de España en ese momento, que manda 5000 hombres con Diego de Souza. Ante
la falta de hombres, la Junta Grande negocia y el 21 de octubre se firma un tratado entre
Buenos Aires y Montevideo, se retiran las fuerzas de ambos. Artigas no estaba de
acuerdo y se va a orillas del río Negro en entre Ríos.
El desacuerdo entre Buenos Aires y Artigas fue porque Artigas creía que tendrían que
haber luchado contra los portugueses, pero al tener Montevideo la ventaja marítima, el
sitio era solo terrestre y poco efectivo. En el combate de San Nicolás Montevideo vence
a la pequeña flota de Buenos Aires.
La segunda campaña fue en 1812. Los portugueses se habían retirado y Artigas había
migrado al arroyo Ayuí. Elío había sido reemplazado por Gaspar de Vigodet, lo que
llevó a la Junta a decidir una nueva campaña que inicia el 21 de abril. Sarratea es
designado comandante de la misma. El 26 de mayo se firma el tratado de Rademaker y
se retiran las fuerzas de Buenos Aires y las portuguesas.
Primera campaña auxiliadora al Alto Perú
Las masas indígenas del Perú estaban a favor de la revolución, pero las fuerzas armadas
apoyaban al virrey y eran tropas numerosas y experimentadas. La Junta decidió mandar
campañas para apoyar a los revolucionarios, para hacer respetar su autoridad, revocar a
los contrarrevolucionarios, terminar con el foco rebelde de Córdoba en el camino e
incrementar el poder de las fuerzas revolucionarias.
La primera campaña fue en 1810. Con los comandantes Arribeños, Ortíz de Ocampo,
González Balcarce (militares) e Hipólito Vieytes (político) con Chiclana como auditor
salen de Buenos Aires el 9 de julio 1350 hombres con 4 piezas de artillería. El ejército
tenía que parar primero por Córdoba, ya que el ayuntamiento presidido por el
gobernador Juan Gutiérrez de la Concha desconoce a la Junta y reconoce al Consejo de
Regencia como autoridad, subordinándose al virrey de Perú y coordinando fuerzas con
Perú, Montevideo y Paraguay.
El deán Gregorio Funes se sublevó y no dio tiempo a los rebeldes para prepararse.
Cisneros había ordenado la resistencia Liniers pero las tropas de Buenos Aires iban en
camino, por lo que inician la marcha al Perú y son capturados en el norte el 6 de agosto.
Se da la orden de fusilamiento, firmada por la Junta, aunque Ortíz de Ocampo y Vieytes
se oponían (ya que Liniers era un héroe), por lo que son reemplazados por González
Balcarce y Castelli. El 25 de agosto en Cabeza de Tigre Liniers, Gutiérrez de la Concha,
Allende, Victorino Rodríguez y Joaquín Moreno fueron fusilados y tirados sus cuerpos
en una fosa común, junto a la Iglesia de Cruz Alta. La junta impone el terror para
imponerse, posiblemente siguiendo ideas de Moreno y el sector más extremista, que
sugería aplastar la contrarrevolución con fuerza y fuego.
A 400 km del norte de Jujuy los patriotas, bajo mando de Cotagaita, se enfrentan a 2000
realistas bajo mando de José de Córdoba y pierden, por lo que Balcarce debe retirarse.
El 7 de noviembre de 1810 se produce la batalla de Suipacha, se toman Potosí y la Paz y
se fusila al general José de Córdoba, a Vicente Nieto y a Francisco de Paula Sanz, otra
prueba del terror de la Junta, con lo que se logra el control de ciudades estratégicas
como Chuquisaca.
El 20 de junio de 1811 camino a Lima se produce la batalla de Huaqui, en la que
Balcarce se enfrenta a los realistas con Manuel Goyeneche, que destruye al ejército
patriota en la frontera del virreinato, por lo que Balcarce nuevamente retrocede a Jujuy.
Balcarce termina renunciando y es reemplazado temporalmente por Pueyrredón y luego
por Belgrano.
Campaña al Paraguay
La intención era hacer que Asunción acepte la Junta Provisional, o al menos lograr la
neutralidad e impedir la coordinación entre fuerzas de Paraguay, Montevideo, Córdoba
y el Alto Perú. Paraguay tenía hombres y armamento, era una amenaza ante los ríos
Paraná y Uruguay. La Junta envía a Belgrano, que debe atravesar Corrientes y Misiones
hacia Asunción.
Primero se intentó la vía diplomática, la Junta había mandado a Espinola y Peña para
informar de lo sucedido en Buenos Aires y reemplazar al gobernador Bernardo de
Velasco, quien se resiste y Espinola debe irse. El 24 de julio de 1810 el gobernador y el
Cabildo juran lealtad a Fernando VII y reconocen la autoridad del Consejo de Regencia.
Se realizan dos misiones diplomáticas más, de Juan Francisco de Arias y Juan Francisco
Agüero, para anticipar la expedición de Belgrano. Agüero es detenido al llegar a
Asunción mientras Belgrano marchaba.
La expedición de Belgrano tenía menos de 1000 hombres. El 19 de diciembre de 1810
se enfrentan con la contraguardia paraguaya al otro lado del Uruguay, al mando de
Thompson, y aunque Belgrano los vence y tienen que retirarse, van retirando el ganado
y quemando las cosechas para devastar y degastar a los patriotas.
El 19 de enero de 1811 se produce la batalla de Paraguarí o Cerro Porteño, los ahora
700 hombres de Belgrano se enfrentan contra 6000 paraguayos dirigidos por Velasco,
ante lo que tienen que replegarse. El 9 de marzo se produce la batalla de Tacuarí, con
ahora solo 400 hombres contra 2500 paraguayos al mando de Manuel Atanasio
Cabañas. Belgrano logra retirarse. Tras un intercambio de correspondencia entre
Belgrano y Cabañas, se logra que Paraguay no intervenga y queden aparte. Entre 1814 y
1840, además, hubo un dictador que aisló Paraguay totalmente, rodríguez de Francia,
que sustrajo a Paraguay de las guerras civiles y los conflictos de independencia.
Primer Triunvirato
Para 1812 con Paraguay aislado, Montevideo en contra, Perú vencedor en la frontera,
había peligro en dos frentes y solamente se había aplastado el foco
contrarrevolucionario de Córdoba. En este contexto, los fracasos hacen que se decida
cambiar la concentración de poder. Con el Primer Triunvirato se establecería un
gobierno en menos manos para tomar decisiones, aunque en un primer momento la
Junta Grande mantiene el poder ejecutivo.
Segunda campaña al Alto Perú
La segunda campaña se realiza entre 1812 y 1814. Cuando Belgrano regresa de
Paraguay se le ordena proteger el río Paraná, en Rosario, para evitar el tráfico que
abastecía a Montevideo, sitiado por Artigas. Llega en febrero de 1812 y establece las
baterías de la Libertad y de la Independencia (en costanera e isla), junto a Monasterio,
para atacar las incursiones realistas. Para distinguir sus tropas de las enemigas crea un
símbolo y comunica al Triunvirato que, inspirado por los colores de la escarapela (a su
vez inspirada por el manto de la Virgen) creó una bandera que fue izada por primera vez
el 27 de febrero en Rosario. El Triunvirato dudó de este símbolo porque Fernando VII
ya se preparaba para volver al poder.
Le llega a Belgrano la noticia de la derrota de Huaqui y que esas tropas de Goyeneche
avanzan a Córdoba, rumbo a Buenos Aires. Belgrano avanza al norte para reunir las
fuerzas de Jujuy con un refuerzo y ve al ejército desmoralizado. Ante el peligro, copia la
táctica de Paraguay, quemando cosechas y retirando ganado.
Se produce el Éxodo Jujeño el 23 de agosto de 1812, el pueblo quema sus casas y
acompañan a Belgrano retrocediendo a Tucumán. El 3 de septiembre se produce la
batalla de las Piedras en Salta, en la que se logra frenar a las fuerzas realistas y tomar
ventaja. Belgrano llega a Tucumán para reabastecerse y esperar ahí a los realistas,
desobedeciendo órdenes del Triunvirato.
El 24 de septiembre se da la batalla de Tucumán, los realistas llegaron confiados por ser
casi el doble de hombres pero Belgrano se vale de tácticas que estudió. Se impone el ala
derecha y el centro, pero se cede y retrocede en el ala izquierda. En la retaguardia ataca
por sorpresa la caballería escondida con Balcarce y Dorrego. Belgrano retrocede,
creyéndose vencido, y Pío Tristán, pensando que Tucumán era realista, lo sigue.
Balcarce y Dorrego atacan por retaguardia y roban municiones, logrando que Pío
Tristán se retire y así se salva la revolución (ya que de haber perdido, no quedaban
obstáculos hasta Buenos Aires). Belgrano a continuación sigue a Pío Tristán, que
buscaba reunirse con Goyeneche, y avanza al norte.
El 20 de febrero de 1813 se produce la batalla de Salta, enfrentándose 3700 patriotas a
3400 realistas. Pío Tristán esperaba en Salta, en el Camino Real, pero los patriotas
tomaron otro camino gracias a Saravia. La batalla fue rápida, con victoria por el ala
derecha y repliegue realista. Pío Tristán y todo su ejército se rinden y entregan las armas
el 21 de febrero. Belgrano explica los ideales y hace prometer que no volverán a tomar
las armas.
Con la victoria, tras reabastecerse, Belgrano intenta avanzar hacia Perú. Se produce la
batalla de Vilcapugio el 19 de octubre de 1813, pero tiene que replegarse y pierde. El 14
de noviembre se produce la batalla de Ayohuma, que ya empiezan con desventaja, y tras
perder a casi todos los hombres se retiran siendo solamente 400. Esto pone fin a la
segunda campaña y Belgrano debe ser reemplazado por San Martín.
Para 1814, Fernando VII ya está reestablecido como rey y se mandan fuerzas españolas
para reorganizar América. En el virreinato se mantiene el foco revolucionario con San
Martín, Belgrano y Güemes como pilares, siguiendo la gesta sanmartiniana.

CLASE 9 – GOBIERNOS PATRIOS 1810-1820 Y SAN MARTÍN


Junta Provisional Gubernativa/Junta Grande (1810-1811)
La Junta Provisional Gubernativa (25 de mayo a 18 de diciembre de 1810) y la Junta
Grande (18 de diciembre de 1810 a 22 de septiembre de 1811) fueron los primeros
gobiernos patrios. Ambas duraron poco tiempo, la primera por ser una medida
provisional hasta que llegaran diputados de todo el virreinato a conformar la segunda,
que perdió la autoridad por las derrotas en campañas ante la amenaza de los ejércitos
realistas, lo que dañó su imagen. Se plantea una dificultad por ser tantos representantes
y por haber una puja constante entre centralistas y federales (morenistas y saavedristas).
Eventualmente se terminó el predominio federal con representación en todo el virreinato
y prevalecieron los centralistas, que creían que solo Buenos Aires debía tomar las
decisiones.
También existía el conflicto por la división entre los autonomistas y los que apoyaban al
Consejo de Regencia.
Triunviratos (1811-1814)
El Primer Triunvirato (23 de septiembre de 1811 a 8 de octubre de 1812) estaba
compuesto por Feliciano Chiclano, Juan Manuel de Sarratea y Juan José Paso. Era un
gobierno centralista, al principio mantuvo activa a la Junta Grande como órgano
dedicado al poder legislativo, pero luego la disuelve y se queda con esa función, al igual
que el poder ejecutivo y judicial. Cuando el rey Fernando VII vuelve al poder sugieren
negociar con la Corona (y le piden a Belgrano que se deshaga de la bandera), por lo que
este primer triunvirato es derrocado por la Logia Lautaro y reemplazado por otro.
El Segundo Triunvirato (8 de octubre de 1812 a 31 de enero de 1814) estaba compuesto
por Nicolás Rodríguez Peña, Antonio Álvarez Jonte y Juan José Pasó (luego serían José
Julián Pérez, Gervasio Posadas y Juan Larrea). Tenía una mirada independentista.
Forma un nuevo poder legislativo con la Asamblea del año XIII (que dura del 31 de
enero de 1813 al 24 de enero de 1815) para encargarse de la independencia. Acuña las
primeras monedas patrias, eliminando las que tenían la cara de Fernando, aprueba los
símbolos (bandera, escarapela, himno), aprueba la abolición de la esclavitud de los hijos
de esclavos (libertad de vientres), elimina a la Inquisición; todas medidas que apuntan a
la independencia, pero un sector se echa hacia atrás por la restitución de Fernando VII,
las campañas fallidas y con las tropas españolas que vencieron a Napoleón en camino
para sofocar las rebeliones en las colonias. Todo esto provoca una necesidad de
centralizar el poder aún más.
Directorios (primera etapa 1814-1816, segunda etapa 1816-1820)
Son tres los directores supremos en la primera etapa: Gervasio Antonio de Posadas (22
de enero de 1814 a 9 de enero de 1815), Carlos María de Alvear (10 de enero de 1815 a
15 de abril de 1815) e Ignacio Álvarez Thomas (21 de abril de 1815 a 16 de abril de
1816). En este momento la Logia Lautaro se divide en dos bandos: Alvear, que se echa
atrás por la restitución de Fernando VII y las tropas españolas que vienen para organizar
América y sugiere negociar con España o convertirse en un protectorado de Portugal o
Gran Bretaña. Durante la primera etapa predominan las ideas de Alvear. En cambio,
durante la segunda etapa, predominan las ideas de San Martín. Son cuatro los directores
supremos en esta etapa: Antonio González Balcarce (16 de abril de 1816 a 3 de mayo de
1816), Juan Martín de Pueyrredón (3 de mayo de 1816 a 11 de junio de 1819), José
Rondeau (11 de junio de 1819 a 1 de febrero de 1820) y Juan Pedro Aguirre (1 de
noviembre de 1820 a 11 de febrero de 1820).
Si bien se reconocía la autoridad de Fernando VII, se deseaba la autonomía, pero el rey
venía con intenciones absolutistas y no estaba dispuesto a negociar. Esto despertó el
deseo de lucha de los independentistas.
San Martín
El general José Francisco de San Martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778, hijo
de Juan de San Martín, capitán de trayectoria y administrador de Yapeyú (una fundación
de los jesuitas). En 1784 la familia es trasladada a Cádiz y permanecen en España. José
ingresa en el ejército en 1789. Participó en campañas en Melilla y Orán, contra los
franceses en los Pirineos, británicos en el Mediterráneo, portugueses, etc., logrando
adquirir mucha y muy variada experiencia militar hasta que solicitó la baja en 1811, al
regresar a Cádiz (único territorio que mantiene dominio español) luego de guerrear
contra los franceses al mando de Napoleón y ver la decadencia en España. Su deseo es
viajar a América para crear algo nuevo que supere esa decadencia de una España
dividida, fragmentada y ocupada por británicos y franceses.
En 1811 pide la baja del ejército para viajar a Lima, argumentando problemas
económicos ante la falta de pago. Lo autorizan y viaja a Buenos Aires a los 33, luego de
22 años en los que luchó contra los mejores ejércitos de Europa (Francia, Gran Bretaña,
Portugal) en distintos escenarios (desierto, montaña, mar) combinando guerra regular e
irregular, lo que le serviría en América.
El 9 de marzo llega a Buenos Aires y el 16 el primer Triunvirato aprueba su proyecto de
crear el Regimiento de Granaderos a Caballo, tomando toda su experiencia para formar
un grupo militar de elite, para lo que trae reclutas del mismo origen que él y
participando activamente. Se forma un primer escuadrón que tiene la misión de frenar
las incursiones a Montevideo en el río Paraná, patrullando las costas ante el inminente
desembarco de los realistas. El 3 de febrero de 1813 se produce la batalla de San
Lorenzo, en la que es salvado por uno de sus hombres, el sargento Cabral.
Su escuadrón no solamente tenía un impecable entrenamiento militar, sino que también
se regía por una ética pactada en el Código de Honor, que listaba delitos por los que
eran penados arduamente los soldados (cobardía en acción de guerra, no defender al
cuerpo cuando ultrajado, no socorrer a un compañero en acción de guerra, etc.). San
Martín era un hombre honrado y humilde, y su relación con Belgrano fue próspera por
compartir similares valores. Intercambiaron correspondencia antes de encontrarse en el
norte, en estas cartas Belgrano lo puso al tanto de la situación, sobre el pueblo, el
ejército y el enemigo y así San Martín fue gestando su plan, ya sabiendo que por tierra
no se podría llegar a Lima (y así decide que el único camino es por mar, por lo que
tendrá que atravesar la cordillera para llegar a Chile, que deberá librar del dominio
realista). Era tanto el respeto mutuo que San Martín pidió al gobierno que Belgrano
permanezca con él en el ejército del norte.

CLASE 10 – GÜEMES
Durante la gestión de los directorios hay un cambio en la mentalidad. Los movimientos
liberales, que buscaban autonomía, proponen reformas y una monarquía más liberal,
como la británica, algo que Fernando VII no estaba dispuesto a negociar tras su regreso.
Fernando VII contaba con el apoyo de otras monarquías europeas, pero el movimiento
liberal creía en América.
Cuando todavía se gobernaba con el Triunvirato, empezaron a llegar oficiales de
Fernando VII a América, entrando por Montevideo, lo cual ponía en peligro a Buenos
Aires. Esto llevó a la necesidad de centralizar el poder, para lo que se optó por formar
los directorios, lo que generó conflictos con Artigas, federal que pretendía
descentralizar.
Durante el gobierno del primer Director Supremo, Posadas, se logró desarmar una
cuadrilla española en el Río de la Plata, concretando el sitio a Montevideo con la batalla
del Buceo (el 17 de mayo de 1814) y permitiendo el dominio del río gracias a la acción
de Guillermo Brown en batalla. Se logra anular uno de los focos de poder realista y
además se toma armamento.
Ante la prevalencia de las ideas de Alvear, Posadas (su tío) intenta favorecerlo y alejar a
San Martín, por lo que lo nombran gobernador intendente de Cuyo. Para entonces, San
Martín se había encontrado con Güemes en Buenos Aires, ya que éste era tutelado por
los Escalada, la familia de la esposa de San Martín, y algo sabía sobre la situación en el
norte. Cuando lo mandan a comandar el ejército del norte, lleva a Güemes y va
confirmando sus sospechas sobre la imposibilidad de llegar por tierra a Lima, necesario
para librar a América del poder español.
Posadas le cede el cargo a su sobrino, Alvear, que no contaba con el apoyo interno ni
tenía la lealtad de su ejército, además de un sector de oposición dentro de la Logia
Lautaro. Alvear negocia con Artigas, pero tras el fracaso de la misión de García, su
autoridad cae y tiene que renunciar. Con su caída, cae también el sector que lo apoya y
pasa a predominar el sector sanmartiniano una vez que su director reemplazante,
interino, Thomas, es reemplazado por Balcarce, a su vez también provisorio y
reemplazado por Pueyrredón, aliado de San Martín.
Cuando Belgrano vuelve de una misión diplomática en Europa queda a cargo del
ejército del norte y en el poder tucumano, Güemes está en el poder de Salta y Jujuy y
San Martín en Cuyo. Ya con luchas en Lima desatándose y habiendo logrado el acuerdo
con la Banda Oriental, solamente quedaba liberar Chile y Perú. San Martín comprendía
la necesidad de otros aspectos más allá de tomar las armas y contaba con un aliado,
Tomás Guido, que lo acompañaba en todas sus campañas y logró convencer a
Pueyrredón de la causa. Ante su ausencia, lo reemplazaba en Cuyo.
Belgrano informó al Congreso de Tucumán sobre la situación en Europa. En Perú, la
gente no estaba a favor de la revolución y había cercad e 25000 hombres entre las tropas
realistas, veteranos y bien entrenados. Así como las campañas de Buenos Aires
buscaban llegar a Lima, había campañas desde Lima que buscaban llegar a Buenos
Aires para sofocar el foco revolucionario. Güemes logra desarticular la campaña que
venía por tierra desde el norte y San Martín desarticula la que llegaba por el Atlántico.
En total, Güemes frenó ocho incursiones del norte, por lo que fue una figura clave para
los planes de San Martín.
Güemes era salteño y tenía formación militar. Nacido el 8 de febrero de 1785, ingresó
como cadete en la Sexta Compañía del Tercer Batallón del Regimiento Fijo de
Infantería de Buenos Aires a los 14, y allí sirvió por seis años. Su bautismo de fuego
fueron las invasiones inglesas y para 1810 fue nombrado capitán. Participó en batallas
con Belgrano pero fue enviado a Buenos Aires por un castigo y allí conoció a San
Martín. Cuando San Martín recibe la orden de reemplazar a Belgrano, lo lleva como
parte de los refuerzos y le ordena formar en río Pasaje en Salta para sitiarla.
El 19 de julio de 1814 Rondeau releva a San Martín, ascienden a Güemes a coronel y
queda a cargo de Salta, luego lo nombran gobernador el 16 de mayo de 1815. Para 1816
comienzan las sesiones del Congreso de Tucumán y se designa a Pueyrredón como
director supremo.
El 5 de junio de 1816 se reúnen Cobos y Güemes, se retira el ejército del norte hacia
Tucumán y Güemes debe defender la frontera. Con los frentes cubiertos (Salta,
Tucumán, Cuyo y Buenos Aires – Güemes, Belgrano, Rondeau y Pueyrredón), los
realistas de Perú y Chile intentan detener el avance de San Martín, conociendo sus
intenciones de cruzar la cordillera (aunque no lo creían posible). La intención de los
realistas era destruir el ejército de San Martín en Cuyo y luego aplacar a Buenos Aires,
hacer que se enfrente con La Serna y sus 7000 hombres, que venían de vencer a
Napoleón, en Tucumán.
Pero, según Belgrano, estos hombres subestimaron el territorio y al ejército americano,
su nivel militar y su convicción, así como la ventaja sobre el terreno que tenían al
conocer bien los caminos y saber luchar en esos tipos de territorio, cosa que los
españoles no sabían.
La Serna inicia su avance en 1816 mientras San Martín prepara al ejército de los Andes.
Va ganando algunos combates y toma Jujuy el 25 de diciembre de 1816, mientras San
Martín avanza por la cordillera y gana la batalla de Chacabuco (12 de febrero de 1817).
Güemes va hostigando a La Serna retirándole el ganado y quemando las cosechas,
desgastando a sus hombres. Luego toma Humahuaca en marzo, quitándole a los realistas
la base logística y atacando por sorpresa. Sin comida ni recursos, La Serna se va de
Salta el 1 de mayo y de Jujuy el 21. Con las tácticas y las batallas que libra Güemes, se
logra el objetivo de que San Martín haga su campaña en Chile sin que los realistas
perturben a su ejército.
Hay varios de intentos de hacerlo volver a Cuyo a luchar, como la invasión de Olañeta
pactada en 1817, pero no llegó a pasar de Jujuy.
Se produce otra invasión en 1818 de Olañeta y Valdez, toman Jujuy el 14 de enero, pero
se retiran pronto nuevamente por el hostigamiento de las fuerzas de Güemes. San
Martín, mientras tanto, logra la victoria de Maipú el 5 de abril. Una nueva invasión en
Jujuy, esta vez con el objetivo de impedir que San Martín lleve su campaña a Perú, con
Olañeta y Vigil tomando Humahuaca y Orán en 1819, pero otra vez Güemes los obliga
a retirarse. La siguiente invasión fue con el general Juan Ramírez Orozco en 1820, 4000
hombres toman Jujuy y avanzan sobre Salta en mayo y junio, pero son tantas las bajas
que deben replegarse. El 29 de agosto zarpa la expedición libertadora a Valparaíso. La
siguiente invasión fue en 1821, Olañeta y Marquiegui, intentando aliviar la presión
sobre Perú, avanzan. El 27 de abril se produce la batalla de León en la que se derrota a
Marquiegui.
El 8 de junio ingresan los realistas a Salta desde el Despoblado. Güemes resulta herido
por una bala que se infectó y, aunque logro escapar, falleció por la herida el 17 de junio.
Su segundo coronel, de Vidt, recibió la orden de echar a los realistas de Salta.
Finalmente, el 9 de julio de 1821 se declara la independencia en Lima.

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