Causas de La Revolución en América
Causas de La Revolución en América
Causas de La Revolución en América
(1776-1820)
Introducción.
Las regiones que conforman nuestro territorio y los pueblos que la habitaban integraban en
el siglo XVIII el imperio hispano: conjunto de posesiones de la Corona de Castilla derivadas
del descubrimiento, la conquista y la donación pontificia.
El Tucumán, colonizado por las corrientes pobladores del norte, provenientes del Perú y del
oeste de Chile, comprendía las regiones del Centro y Noroeste, contaba con las ciudades
de Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy. Era una
zona de tránsito entre el Alto Perú y el Océano Atlántico y, además, era el área más
poblada.
La gobernación del Río de la Plata integrada por las zonas aledañas a los ríos de la cuenca
del Plata, brindaba la posibilidad de comunicación directa con España a través del puerto de
Buenos Aires. Su población se concentraba en las ciudades de Santa Fe, Buenos Aires y
Corrientes.
En la Banda Oriental del Uruguay el proceso de conquista poblador fue más tardío: se inició
en el siglo XVIII. Como consecuencia de la expansión portuguesa surgió la Colonia de
Sacramento; los españoles, como respuesta, fundaron Montevideo.
Cuyo, volcada sobre la zona andina, fue colonizada por la corriente pobladora originaria de
Chile, contaba con las ciudades de Mendoza, San Juan y San Luis. Mantuvo su
dependencia de la capitanía de Santiago hasta la creación del virreinato; sus rutas
comerciales se prolongaron en la etapa independiente.
Estas tres regiones junto al Alto Perú, el Paraguay, parte norte de Chile y algunos territorios
del sudeste de Brasil, conformaron a partir de 1776 el Virreinato del Río de la Plata dentro
del cual se pueden observar las primeras manifestaciones de la identidad localista a la que
luego se llamará nacionalismo.
1
Prusia, Rusia y Austria eran las principales potencias continentales. Gran Bretaña
consolidaba su poder marítimo y colonial; su expansión hacía peligrar los imperios
coloniales de España y Francia unidas por los pactos de familias.
La decadencia española ponía en riesgo sus posesiones en América. Los portugueses,
aliados de Gran Bretaña, aspiraba a expandirse sobre los territorios del Río de la Plata.
Con la finalidad de mejorar el gobierno, centralizar la administración y revitalizar la
economía, los Borbones impulsaron una serie de reformas en el Imperio Hispano.
La Guerra de la Independencia de los Estados Unidos dio a España y a Francia la
posibilidad de perjudicar a Estados Unidos, razón por la cual se aliaron a los rebeldes
americanos.
La Corona española aprovechó la oportunidad en que Portugal no podría recibir auxilio de
Gran Bretaña y envió, en 1776, una poderosa expedición con destino al Río de la Plata
comandada por Pedro de Cevallos con título de virrey provisorio.
Las acciones militares favorecieron a los hispanos: Cevallos tomó la Isla de Santa Catalina,
derrotó a los portugueses y recuperó la Colonia de Sacramento. El Tratado de San
Ildefonso reconoció el derecho de los españoles sobre el Río de la Plata.
Terminado el problema, el rey Carlos III transformó el Virreinato en una jurisdicción
permanente, ya que respondía a la necesidad de solucionar problemas de gobierno en el
extremo sur de sus posesiones.
2
La expansión comercial del siglo XVIII hizo más frecuentes los viajes hacia Oriente por la
ruta del Estrecho de Magallanes y el Atlántico Sur adquirió un valor estratégico. Las Islas
Malvinas y las costas patagónicas se transformaron en puntos de recalada para las
expediciones que debían continuar por el Océano Pacífico.
Los franceses fundaron Puerto Saint Louis en 1764 en las Islas Malvinas y los ingleses
Puerto Egmont en 1776. Los reclamos diplomáticos españoles lograron que los franceses
retiraren su gente en 1767. Como los ingleses se negaron a reconocer los derechos
españoles, el gobernador de Buenos Aires los expulsó en 1770. Se inició una difícil
negociación en la que España devolvió Puerto Egmont pero los ingleses se retiraron
voluntariamente en 1774. Sin embargo, continuaron recalando en los puertos del Sur.
3- El desarrollo socio- económico.
En el siglo XVIII la región del Río de la Plata adquirió importancia por la producción de
cueros. Sucesivos permisos autorizaron la llegada de navíos, organizándose el comercio
directo con la península por el puerto de Buenos Aires. Las posibilidades económicas del
Río de la Plata se presentaron promisorias, los ministros de Carlos III trataron de
preservarlas.
Durante el siglo XVIII se produjo un incremento de la población; la inmigracion española fue
atraída por las nuevas posibilidades económicas, especialmente a Buenos Aires.
3
1- Buenos Aires con zona de influencia hasta Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. 2-
Córdoba del Tucumán integrada por las jurisdicciones de Córdoba, La Rioja, Mendoza, San
Juan y San Luis. 3- Salta de Tucumán que abarcaba Santiago del Estero, San Miguel de
Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca. 4- Asunción del Paraguay. 5- Potosí. 6- Cochabamba.
7- Chuquisaca. 8- La Paz.
Las gobernaciones militares fueron Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos.
La creación del virreinato posibilitó la organización de una entidad política con un perfil
propio dentro del Imperio Hispano. Sin embargo, el proceso de integración fue lento, en
particular por la desconfianza que despertaba en los pueblos la preponderancia de Buenos
Aires.
4
España apoyó a los rebeldes americanos con el objeto de perjudicar a Gran Bretaña, sin
advertir que contribuía a difundir el modelo en sus propias colonias.
En 1787 los Estados Unidos se dieron una organización definitiva que adoptó la forma de
gobierno republicana, representativa y federal; su influencia se tornó decisiva en el proceso
de organización de América Hispana.
3- La Revolución Francesa.
Fue el estallido revolucionario que marcó el fin de la monarquía absoluta y del principio de
legitimidad que fundamenta la autoridad de los reyes en el derecho divino. Difundió la
doctrina de la soberanía popular y los principios de igualdad, fraternidad y seguridad
individual.
4- La Revolución Industrial.
La revolución industrial consistió en una serie de cambios económicos producidos a partir
de la invención de la máquina de vapor y el surgimiento de las fábricas que originaron
profundas transformaciones en el mundo contemporáneo.
Se inició en Gran Bretaña en el siglo XVIII. En la primera etapa afectó a la industria textil y
minera; en el siglo XIX se extendió a los transportes. Se caracterizó por elaborar el proceso
de elaboración de los productos, incrementar la producción en serie y reducir los costos. La
producción inglesa superó a la demanda: el futuro de la industria pasó a depender de la
demanda externa.
Gran Bretaña vio, en la desintegración del Imperio Hispánico, la oportunidad para incorporar
nuevos mercados a su sistema económico. Alentó a los movimientos revolucionarios,
desprestigió al monopolio español y difundió los principios del libre cambio.
Londres fue el lugar de encuentro de los americanos que trabajaban por la independencia.
5
diferencias entre españoles peninsulares y españoles criollos, pero en la práctica los
cargos más importantes recaen en los primeros.
La burguesía criolla, fortalecida por la revitalización del comercio e influida por las nuevas
ideas, esperaba la oportunidad para acceder a la conducción política.
3- Rivalidad entre criollos y peninsulares.
En el siglo XVIII las diferencias entre criollos y peninsulares se agudizaron como
consecuencia del incremento de inmigracion desde la metrópoli. Los recién llegados
lograron dominar el comercio monopólico y hacer grandes fortunas. Los americanos
competían con ellos.
4- El enfrentamiento de intereses economicos.
En el aspecto económico el descontento se manifestó en la organización general del
sistema comercial que privilegiaba los intereses metropolitanos. El comercio organizado por
intermediación de la metrópoli, bajo el sistema del monopolio español, garantizaba las
ganancias de los metropolitanos de la península.
El contrabando y la apertura del comercio con neutrales, que España debió conceder en
tiempos de guerra, permitió el contacto con comerciantes norteamericanos, ingleses y
portugueses. Los criollos advirtieron los beneficios del comercio directo y adhirieron al
sistema del librecambio. Se inició una sorda lucha contra el monopolio que España trataba
de mantener.
5- Cambios generados por las invasiones inglesas.
Las invasiones inglesas pusieron de manifiesto la crisis política que aquejaba al Imperio
Hispano. Los ingleses fueron expulsados pero se habían producido transformaciones
políticas y económicas que prepararon el camino de la revolución.
La debilidad de la monarquía quedó en evidencia cuando no pudo enviar refuerzos para la
defensa de sus posesiones.
Se inició la participación del pueblo en los procesos políticos; el virrey Sobremonte fue
separado del cargo en el Cabildo abierto del 14 de agosto de 1806 y la Junta de Guerra del
10 de febrero de 1807, bajo la presión de los vecinos.
La formación de las milicias, cuerpo armado integrado por vecinos de Buenos Aires, crearon
un nuevo factor de poder; su acción sería decisiva en 1810.
Surgieron líderes locales que tomaron la conducción abandonada por el virrey: Santiago de
Liniers, designado Comandante de Armas y luego virrey; Martín de Álzaga, comerciante
peninsular que participó en la defensa y Cornelio Saavedra, Comandante del Regimiento de
Patricios, con prestigio en las milicias.
6- Los movimientos ideológicos que fundamentan la revolución.
6
Tres grandes movimientos de ideas influyeron en los líderes criollos para conformar los
fundamentos filosóficos y jurídicos de la revolución: las ideas hispano- indianas de los siglos
XVI y XVII, el iluminismo y el despotismo ilustrado español.
- Las ideas hispano- indianas: desde comienzos de la conquista de América surgieron
en España doctrinas que cuestionaban el derecho absoluto del Reino de Castilla
sobre las Indias. Hay quienes, como el Fray Bartolomé de las Casas, se opusieron a
reconocer el derecho de la corona a la conquista.
En el siglo XVII, el padre jesuita Francisco Suárez elaboró una doctrina opuesta al
absolutismo monárquico y antecesora de la soberanía popular. El poder procedía de
Dios, fuente de toda autoridad, quien lo delegaba en el pueblo, que lo transmitía al
monarca. Por lo tanto, la monarquía tenía su origen en la voluntad popular, como
depositaria de la autoridad divina.
Uno de los principales centros de difusión de estas ideas fue la Universidad de
Charcas, donde estudiaron Moreno y Castelli, importantes dirigentes revolucionarios.
- El iluminismo: fue el movimiento cultural y filosófico europeo desarrollado en el siglo
XVIII que mediante la razón y la educación se propuso resolver los problemas de la
humanidad e iniciar una era de progreso. Ubicaba al hombre como centro del
universo y le reconocía como derechos inalienables la libertad, la igualdad, la
seguridad, la propiedad, la libertad de expresión y la asociación.
En el orden político combatió a la monarquía absoluta que otorgaba a los monarcas
la soberanía sin limitaciones, fundamentándose en el origen divino. Difundió la teoría
de la soberanía popular, por lo cual el poder residía en la totalidad de los miembros
de una sociedad y, por lo tanto, la autoridad derivaba del pueblo, quien tenía
derecho a elegir a sus gobernantes.
Rosseau desarrolló el concepto de ‘contrato social’ o pacto originario entre los
hombres para explicar el origen de la autoridad. A su vez, Montesquieu fundamentó
la teoría de la división de poderes para garantizar la libertad.
Los reyes trataron de evitar la entrada de libros peligrosos en América, sin embargo,
no pudieron impedir la difusión de nuevas ideas en los círculos de la burguesía
criolla.
- El despotismo ilustrado español: Las nuevas ideas se difundieron en España pero la
importancia de la monarquía impuso el despotismo ilustrado, que se proponía
transformar la sociedad y la economía por acción de los monarcas, dejando de lado
los aspectos políticos de la ilustración.
Exaltó el poder de los reyes a los cuales consideró motor de las reformas que
debían transformar a la sociedad. Se fomentaron las actividades útiles: la industria,
7
los oficios, el comercio, la educación. La Iglesia quedó sujeta, en este marco, a la
autoridad real.
7- El proyecto criollo.
Estos tres grandes movimientos ideológicos permitieron conformar un cuerpo de ideas en
base a las cuales los criollos elaboraron proyectos para superar la crisis del Imperio
Hispanp.
Llamamos ‘proyectos’ al conjunto de propuestas inspiradas en ideas u observaciones de la
propia realidad, tendientes a originar cambios que se consideran favorables. La coexistencia
de proyectos implica la existencia de distintas alternativas o cambios por seguir.
A pesar de la diversidad, el proyecto de los criollos se caracterizó por las siguientes
propuestas:
- América era un reino dependiente de la Corona de Castilla y no una colonia
española;
- Caída la monarquía española, la soberanía recaía en el pueblo, quien tenía derecho
al ejercicio del gobierno propio;
- La soberanía popular debía adoptar el principio de la división de poderes;
- Los españoles americanos debían gozar de los mismos derechos que los españoles
peninsulares;
- La sociedad debía organizarse bajo el principio de libertad, igualdad y seguridad;
- Debía mantenerse el respeto y la adhesión a la religión católica;
- El librecambio era la base de la transformación económica;
- Necesidad de ilustrar al pueblo a través de la educación.
8- Causa desencadenante: la invasión napoleónica a España.
Con la finalidad de asegurar el bloqueo continental al comercio británico, Napoleón decidió
someter a Portugal, aliada de Gran Bretaña. España, vinculada a la política del emperador
francés, autorizó el paso de tropas francesas que debían combatir a los lusitanos.
Napoleón, que dudaba de la alianza de los reyes de España, aprovechó las fuerzas
residentes en la península ibérica y decidió tomar el poder. Columnas imperiales ocuparon
Pamplona, Barcelona y marcharon sobre Madrid.
Ante el avance de las fuerzas francesas, el pueblo salió a las calles acusando de traición a
Godoy; las tropas españolas se plegaron al movimiento, conocido como el Motín de
Aranjuez.
Carlos IV abdicó el favor de su hijo Fernando VII. El pueblo se lanzó a las calles en favor del
nuevo monarca al que consideraban como el hombre providencial que salvaría a España y
le devolvería su antigua grandeza.
- La farsa de Bayona.
8
Carlos IV, arrepentido por su abdicación, reclamó a la corona. Napoléon se ofreció para
mediar entre los reyes, invitando a la familia real española a la ciudad francesa de Bayona.
Bajo la presión de Napoleon, Fernando VII devolvió la corona a su padre y Carlos IV cedió
sus derechos al Emperador quien designó a su hermano José Bonaparte como rey de
España y de Indias.
El pueblo español llamó a este episodio la ‘farsa de Bayona’, considerando que la cesión
derechos había sido forzada por Napoleon y carecía de valor.
- El levantamiento del pueblo español y el movimiento juntista.
El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid reaccionó contra las tropas francesas. La
insurrección fue rápidamente aplastada pero en todo el país se produjeron levantamientos a
favor de Fernando VII.
Desaparecida la autoridad legítima, los españoles sostuvieron que la soberanía revertía al
pueblo, quien debía darse un gobierno provisorio a nombre del legítimo monarca. Surgieron
juntas supremas en cada región o ciudad. Para dar coherencia al movimiento, se estableció
una Junta Central en Madrid que, ante el avance francés, se trasladó a Sevilla.
Simultáneamente se libró la guerra de independencia de España contra las tropas
francesas; José I tuvo que retirarse de Madrid mientras Napoleon tomó la dirección de las
acciones en España en 1809 a partir del cual derrotó al ejército español ocupando
Andalucía. La Junta Central se refugió en Cádiz que fue sitiada.
- Repercusiones en América.
Las autoridades residentes en América y los principales sectores de la sociedad indiana
siguieron con preocupación los sucesos de la península. La totalidad de las provincias
americanas juraron lealtad a Fernando VII, reconocieron a la Junta Central y rechazaron a
José I.
El juntismo repercutió en varias ciudades que intentaron constituir juntas como en España.
Este movimiento se generaliza hacia 1810, iniciando el proceso revolucionario.