Cuando La Comunidad Dice El Derecho

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N° 92, 2024

junio-noviembre
https://doi.org/10.18800/derechopucp.202401.009 pp. 301-327

Cuando la comunidad «dice» el derecho: las


asambleas de justicia indígena en Oaxaca
When the Community “Says” the Law: The Indigenous
Justice Assemblies in Oaxaca
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z *
Universidad Nacional Autónoma de México (México)

A Tomás López Sarabia y Bernabé Hernández Flores

Resumen: Las asambleas representan un elemento esencial en la justicia


indígena de las comunidades de Oaxaca. En este tipo de reuniones, la
colectividad se erige en órgano jurisdiccional colectivo con el fin de resolver
una infracción a su sistema normativo. ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo
funcionan? ¿Qué elementos destacables incorporan en su desarrollo? El
presente estudio pretende ser una aproximación a estas cuestiones desde las
herramientas del análisis del discurso y los estudios sobre la oralidad. Para
cumplir con su objetivo, se divide en cuatro secciones: la primera analiza la
tipología, naturaleza y estatuto de las asambleas de justicia indígena; mientras
que las siguientes secciones se centran en analizar su dinámica procedimental,
discursiva y oral.

Palabras clave: Asambleas de justicia indígena, órganos jurisdiccionales


comunitarios, evento comunicativo, discursividad, oralidad

Abstract: Assemblies represent an essential element in the indigenous justice


of the communities in Oaxaca. In these types of gatherings, the community
becomes a collective judicial body in order to address a violation of its
normative system. What is their nature? How do they function? What notable
elements do they incorporate in their development? This study aims to
provide an approach to these questions through the tools of discourse analysis
and studies on orality. To achieve its goal, it is divided into four sections: the
first analyzes the typology, nature and status of indigenous justice assemblies;
while the following sections focus on examining their procedural, discursive
and oral dynamics.

Keywords: Indigenous justice assemblies, community judicial bodies,


communicative event, discursivity, orality

* Investigador, abogado y doctor en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad


Nacional Autónoma de México (México). Miembro de la Asociación Latinoamericana de Estudios del
Discurso-Delegación México.
Código ORCID: 0000-0003-0085-9993. Correo electrónico: [email protected]
302 CONTENIDOS: I. INTRODUCCIÓN.- II. TIPOLOGÍA Y NATURALEZA.- III. LA
DINÁMICA PROCEDIMENTAL.- IV. LA DINÁMICA DE LA DISCURSIVIDAD.-
IV.1. ELEMENTOS VERBALES.- IV.2. ELEMENTOS NO VERBALES.- V. LA DINÁMICA
DE LA ORALIDAD.- VI. EPÍLOGO: JUSTICIA, DISCURSO Y ORALIDAD.

I. INTRODUCCIÓN
13 de marzo de 2016. En la comunidad de Villa Hidalgo Yalalag, en
la Sierra Norte de Oaxaca, los habitantes se reúnen en la explanada
municipal para abordar el caso de un exfuncionario que presuntamente
falsificó documentos durante su administración. Se trata de una reunión
donde las personas del lugar se constituyen en un órgano jurisdiccional
llamado Asamblea General Comunitaria, el cual representa «la máxima
autoridad para la toma de decisiones, en la que participan mujeres y
hombres, quienes tienen derecho a voz y voto» (Sistema normativo
indígena de Villa Hidalgo, Yalalag, CIJI Oaxaca, 2023). El presidente
municipal en turno coordina la asamblea: después de hacer el pase de
lista y comprobar que existe el quorum legal, declara abierta la sesión.
Acto seguido, el síndico municipal expone el asunto de la falsificación
de documentos ante todos los miembros de la asamblea, la cual, tras
escuchar la relatoría de los hechos, da inicio a una deliberación colectiva
en la que cada uno de sus miembros va expresando lo que considera
que debe hacerse en el presente caso. Este proceso dura alrededor de
tres horas. Al final, la asamblea llega a un consenso mayoritario: la
falsificación de documentos no está permitida por las normas del lugar,
por lo que se determina sancionar al infractor con la «separación de la
comunidad». De todo esto se levanta un acta que servirá como registro
para la memoria del pueblo y en caso de que el infractor desee acudir
ante las autoridades del Estado. Asunto cerrado.
Casos como el antes mencionado constituyen una práctica recurrente en
las comunidades indígenas de Oaxaca. Desde una perspectiva jurídica, se
enmarcan en lo que se conoce como «justicia indígena», que comprende
un conjunto de normativas, procedimientos, prácticas y valores, además
de diversas instancias y autoridades encargadas de la resolución de
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conflictos en la comunidad. En este estudio nos referimos a estas reuniones


como «Asambleas de Justicia Indígena» (en adelante, AJI) y, para fines
puramente estipulativos, las definimos como aquellas asambleas públicas
en las que la comunidad actúa como órgano jurisdiccional colectivo para
deliberar acerca de las transgresiones a sus normas comunitarias y, en su
caso, determinar sanciones para los infractores.
Hasta el momento existe muy poca bibliografía sobre este tema.
Al respecto, cabe destacar el estudio realizado por Martínez (2011),
que se enfoca en el análisis de la justicia indígena en dos comunidades
de Oaxaca e incluye comentarios perspicaces sobre las AJI. En la
misma línea, es relevante mencionar el libro coordinado por Cordero y
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Juan-Martínez (2021), donde se aborda el tema de las AJI en el contexto


de la comunidad de San Cristóbal Suchixtlahuaca, aunque de manera
periférica. Asimismo, existen otros estudios que han tratado el tema de
las reuniones comunitarias ofreciendo algunos comentarios respecto
303
de las AJI, como los trabajos de Nahmad (2003), Bautista y Juárez CUANDO LA
COMUNIDAD
(2016), Nava (2018), y Torres-Mazuera y Recondo (2022).
«DICE» EL
En este sentido, el presente estudio tiene como objetivo contribuir a este DERECHO: LAS
tema específico bajo las siguientes cuestiones: ¿cuál es la naturaleza de ASAMBLEAS DE
las AJI? ¿Cómo funcionan? ¿Qué elementos destacables incorporan en JUSTICIA INDÍGENA
su desarrollo? No obstante, se aparta de los análisis más habituales sobre EN OAXACA
de la justicia indígena, que suelen estar dominados por una perspectiva WHEN THE
jurídica y descuidan otros aspectos igualmente relevantes que el ámbito COMMUNITY
puramente legal. Si bien es cierto que el tema de la justicia indígena “SAYS” THE LAW:
posee una dimensión jurídica, también engloba otros aspectos de suma THE INDIGENOUS
importancia como el cultural, el político y el discursivo, entre otros. Estos JUSTICE
ámbitos no deben pasarse por alto si deseamos comprender el sentido de ASSEMBLIES IN
la justicia indígena y, sobre todo, si aspiramos a llevar a cabo ejercicios OAXACA
de traducción intercultural.
Dado que mi enfoque radica en establecer conexiones entre el lenguaje,
la cultura y el derecho, las reflexiones que a continuación presento
se basan en la combinación de herramientas del análisis del discurso
(Renkema, 1993; Van Dijk, 1996; Lozano et al., 2001; Calsamiglia &
Tusón, 2002; Rapley, 2014) y los estudios sobre la oralidad (Zumthor,
1991; Havelock, 1996; Lepe & Granda, 2006; Cosimano, 2006;
Ong, 2016).
Para cumplir con su objetivo, divido mi análisis en cuatro secciones.
La primera funciona como apartado de aclaraciones previas sobre la
tipología, la naturaleza y el estatuto de las AJI. Las siguientes secciones
se centran en analizar la dinámica procedimental, discursiva y la
oralidad de las AJI. El corpus que analizo se basa en las transcripciones
de videograbaciones de algunas AJI, así como en algunas conversaciones
que he realizado con algunas autoridades de las comunidades que se
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mencionan en las páginas del presente estudio1. Mi enfoque abreva


del método estructural comparativo, el cual busca regularidades o
iteraciones en los casos analizados, superando las diferencias culturales
entre ellos. Sin embargo, es importante mencionar que el análisis de la
especificidad requiere una investigación más profunda, a llevarse a cabo
mediante el enfoque etnográfico o cualquier otro método que se sumerja
en la realidad concreta de cada comunidad.

1 Agradezco a las autoridades oaxaqueñas de San Francisco Lachigolo, Santa María Sola,
San Cristóbal Suchixtlahuaca y San Miguel Albarradas por el apoyo brindado al presente trabajo.
De igual modo, extiendo mi agradecimiento a la Sala de Justicia Indígena del Poder Judicial de
Oaxaca por permitirme la consulta de algunos de sus expedientes y registros videográficos.

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304 Debo decir que el presente estudio no pretende ser un análisis exhaustivo
sobre las AJI, pues se trata más bien de una aproximación al tema como
cualquier otra que pudiera hacerse. En el fondo, intenta ser un ejercicio
de traducción intercultural para todas aquellas personas que, como yo,
se encuentran interesadas en crear zonas de inteligibilidad recíproca que
ayuden a comprender de mejor manera las relaciones entre la justicia
indígena y la justicia del Estado.

I I . T I P O L O G Í A Y N AT U R A L E Z A
La mayoría de comunidades de Oaxaca se reúnen en asambleas para
atender diferentes tipos de asuntos (Gallardo, 2012). En ocasiones,
sus habitantes se congregan para elegir a sus representantes o hacer la
designación de autoridades según su sistema de cargos; en otras, para
organizar las fiestas religiosas del pueblo o llevar a cabo la ejecución de
una acción pública de interés social; en otras tantas, para la solución
de conflictos con comunidades vecinas o para atender asuntos de
carácter agrario; y, finalmente, como en el ejemplo antes citado, para
deliberar sobre la infracción a la normatividad de la comunidad por
parte de uno de sus miembros. Cada uno de estos asuntos de algún modo
determina el sentido y alcance de cada asamblea, como se muestra en el
siguiente cuadro.

Tabla 1. Tipos de asambleas comunitarias

Asunto Función

Elección de autoridades municipales o La asamblea funciona como órgano


comunitarias electoral comunitario

La asamblea funciona como órgano


Designación de cargos o servicios
administrativo comunitario

La asamblea funciona como auxiliar


Organización de fiestas religiosas
eclesiástico
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Ejecución de obra pública o acciones de La asamblea funciona como órgano de


interés social gobierno comunitario

Resolver conflictos sobre colindancia o tenencia


La asamblea funciona como órgano agrario
de la tierra

La asamblea funciona como órgano de


Resolver conflictos con comunidades vecinas
gobierno comunitario

Resolver un conflicto sobre la infracción de la La asamblea funciona como órgano


normatividad comunitaria jurisdiccional comunitario

Fuente: elaboración propia.

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Esta tipología es puramente ideal, pues en una asamblea se pueden


abordar múltiples temas, posibilitando que la comunidad funcione de
manera diversa. En ocasiones, se presenta la situación en la que el primer
punto del orden del día trata sobre la limpieza de un área compartida por
305
la comunidad, mientras que el segundo aborda el caso de un ciudadano CUANDO LA
COMUNIDAD
que no cumple con el sistema de cargos. En este ejemplo, la comunidad
«DICE» EL
desempeñaría el papel de órgano local de gobierno en el primer caso
DERECHO: LAS
y actuaría como órgano jurisdiccional comunitario en el segundo
ASAMBLEAS DE
punto. Es evidente que las combinaciones entre los temas tratados y las
JUSTICIA INDÍGENA
funciones de las asambleas generales son diversas. Aquí nos centramos EN OAXACA
específicamente en el caso de aquellas asambleas que asumen la calidad
de AJI o están destinadas exclusivamente a desempeñar dicho papel. WHEN THE
COMMUNITY
Ahora bien, la facultad de las comunidades indígenas de erigirse en “SAYS” THE LAW:
órganos jurisdiccionales comunitarios es un derecho reconocido por THE INDIGENOUS
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917), JUSTICE
así como por los instrumentos internacionales relativos a la libre ASSEMBLIES IN
autonomía y autodeterminación indígena (Berraondo, 2006; Giraudo, OAXACA
2008). Sin embargo, debemos aclarar que este fundamento no se
limita únicamente a un mandato del Estado o a una conformidad
con el discurso internacional de los derechos humanos, pues también
es una práctica intrínseca al poder de decisión arraigado en lo que el
pensamiento crítico indígena ha denominado como «comunalidad»
(Rendón, 2003; Robles & Cardozo, 2007; Maldonado, 2016).
En este contexto, es esencial destacar que el concepto de comunalidad,
tal como lo plantea el pensador mixe Floriberto Díaz, abarca los
siguientes elementos, con especial énfasis en el segundo: a) la tierra,
como Madre y como territorio; b) el consenso en asamblea para la toma
de decisiones; c) el servicio gratuito, como ejercicio de autoridad; d) el
trabajo colectivo, como acto de recreación; y e) los ritos y las ceremonias,
como expresión del don comunal (Robles & Cardozo, 2007, p. 40).
Con base en lo anterior, se hace patente que las AJI, en tanto fenómeno
normativo, poseen un doble estatuto. Por un lado, representan un
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derecho humano, respaldado tanto a nivel nacional como internacional,


que reconoce la autonomía y autodeterminación de las comunidades
indígenas en asuntos de justicia. Por otro lado, encarnan una forma
de vida arraigada en la comunidad, donde el consenso, el servicio
desinteresado y la toma de decisiones colectivas son esenciales para la
identidad y la cohesión comunitaria. En consecuencia, las AJI no solo
son un mecanismo legal, sino también un componente fundamental de
la cultura y existencia de las comunidades indígenas.
De igual modo, se puede apreciar el doble estatuto de las AJI como
eventos comunicativos. En primer lugar, analizándolas como sucesos
puramente aislados, representan asambleas transitorias que se disuelven
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306 una vez que se ha resuelto el asunto controvertido en cuestión.
Es importante comprender que quienes pertenecen a una comunidad
indígena no van a misa, al molino, a la siembra, etc., como si siempre
fueran miembros permanentes de una AJI. En otras palabras, las AJI
no constituyen órganos jurisdiccionales con una existencia continuada
dentro de la comunidad, sino que se convocan únicamente cuando surge
un asunto que exige la aplicación del sistema normativo local. Esto es
necesario para corregir una transgresión que amenaza la cohesión social
o el equilibrio comunitario.
En el caso específico de Yalalag que hemos reseñado al comenzar este
artículo, el Centro de Información de Justicia Indígena de Oaxaca (CIJI
Oaxaca, 2023) menciona lo siguiente:
Cuando se trata de faltas menores, le corresponde conocer el asunto
al Síndico Municipal. En ocasiones se somete a la deliberación del
Presidente Municipal cuando es un asunto importante. El Presidente
cita a los integrantes de la Asamblea General Comunitaria y, en casos
especiales, se forma una comisión para analizar un asunto específico
(por ejemplo, conocer e investigar el ejercicio presupuestal del año
anterior). Finalmente, corresponde a la Asamblea General Comunitaria
conocer, resolver y señalar las sanciones en las faltas graves a las normas
de la comunidad.

Como podemos apreciar, en esta comunidad no toda infracción amerita


que la población se constituya en AJI. Desde el punto de vista de la teoría
del proceso judicial, esto puede entenderse como la existencia de al
menos dos instancias: la primera atiende faltas menores a la comunidad
y está a cargo del síndico municipal; mientras que la segunda, que se
ocupa de faltas graves, corresponde a la AJI. De este modo, las AJI
se consideran órganos de excepción.
Sin embargo, la cuestión cambia cuando analizamos el asunto desde
un punto de vista sistémico. Si bien las AJI funcionan como órganos
jurisdiccionales de excepción que solo se activan para abordar
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

infracciones graves, esto no significa que carezcan de una presencia


constante en la comunidad. Para comprender esto, podemos recurrir
a una analogía con el doble estatuto del lenguaje: una palabra solo cobra
vida cuando se pronuncia en un discurso específico, pero la posibilidad
de utilizarla en una situación determinada se deriva de su existencia
previa en el sistema de la lengua2.
En este sentido, podemos aplicar un razonamiento similar a las AJI. Estas
asambleas funcionan como órganos jurisdiccionales que la comunidad

2 Recordemos la diferencia que los lingüistas hacen entre «lengua» y «habla»: la primera representa
el sistema subyacente del lenguaje, mientras que la segunda es el uso concreto de ese sistema
(Marcos, 1994).

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activa cuando surge un asunto de justicia concreto; no obstante, debemos


reconocer que su vigencia es intrínseca a la estructura del sistema de
justicia indígena3. Esta dualidad se relaciona con el reconocimiento del
derecho de libre determinación de las comunidades indígenas y con
307
el concepto de comunalidad en el que basan sus prácticas. En conclusión, CUANDO LA
COMUNIDAD
la vigencia permanente de las AJI tiene su origen en estos dos postulados,
«DICE» EL
que integran el sistema de justicia de las comunidades.
DERECHO: LAS
No quisiera ahondar más en este aspecto, pues su tratamiento merece ASAMBLEAS DE
un estudio aparte. Aquí solo me interesa destacar el hecho de que JUSTICIA INDÍGENA
las AJI poseen un doble estatuto: son órganos jurisdiccionales que se EN OAXACA
activan y disuelven para abordar casos concretos, pero al mismo tiempo WHEN THE
son instituciones permanentes cuya existencia se encuentra arraigada COMMUNITY
en el sistema de justicia indígena. “SAYS” THE LAW:
THE INDIGENOUS
JUSTICE
I I I . L A D I N Á M I C A P R O C E D I M E N TA L ASSEMBLIES IN
Desde otro punto de vista, las AJI constituyen un proceso complejo que OAXACA
incorpora diferentes momentos, tanto en su preparación como en su
desarrollo y culminación. Para tal efecto, propongo realizar un análisis
estructural tomando en cuenta el siguiente esquema tripartito:

Tabla 2. Proceso de las AJI

Convocatoria Desarrollo Formalización

• Conflicto interno latente • Preámbulo • Levantamiento del acta

• Primeros encuentros con la • Pase de lista • Firmas


autoridad
• Presentación del caso • Seguimiento
• Convocatoria
• Deliberación

• Resolución

• Ejecución
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

Fuente: elaboración propia.

El primer momento se refiere a las circunstancias que, de alguna


manera, impulsan en la comunidad el deseo de establecer una AJI.
Es importante recordar que el conflicto interno latente surge a raíz
de un evento que causa un daño significativo al tejido social de la
localidad. En el denominado «caso Suchixtlahuaca», famoso por su
relevancia nacional en el ámbito de la justicia indígena en México, el
conflicto comenzó cuando una persona desobedeció las normas de la

3 Que, a su vez, forma parte del sistema normativo indígena, un concepto que aún requiere de la
elaboración de un estudio concreto a profundidad.

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308 comunidad al permitir que sus chivos pastaran en una zona designada
como reserva ecológica (Cordero & Juan-Martínez, 2021). Cuando
los representantes agrarios se percataron de este acto, informaron de
inmediato a la autoridad municipal, quien envió a la policía local para
abordar la cuestión (primer encuentro con la autoridad). Este incidente
se vio agravado cuando la persona reincidió en su comportamiento,
lo que fue considerado por las autoridades como un acto de desacato
grave. Como resultado, se llevó a cabo un arresto (segundo encuentro
con la autoridad), lo que intensificó aún más el desarrollo del conflicto
latente, involucrando a las autoridades de la Fiscalía y el Poder
Judicial del estado de Oaxaca. Finalmente, la autoridad municipal se
vio obligada a convocar a los habitantes del lugar (convocatoria) para que
se abordara el asunto de manera colectiva. Todos estos eventos
representaron las condiciones previas necesarias para la constitución
de la AJI.
Cabe decir que la convocatoria para una AJI, en general, puede
hacerse a través de diversos medios, tales como el citatorio directo a
través de los topiles, el anuncio en lugares públicos, el perifoneo, los
medios electrónicos, las redes sociales y, en casos urgentes, a través del
repique de campanas de la iglesia del lugar. Con estas diversas opciones
la autoridad municipal intenta garantizar que la convocatoria para una
AJI sea efectiva y accesible para todos los miembros de la comunidad,
independientemente de su ubicación o nivel de acceso a la tecnología.
En lo que respecta al desarrollo de las AJI, se debe decir que encarna la
esencia misma de este tipo de asambleas. En primer lugar, hallamos el
preámbulo, que integra todos los elementos del saludo a la llegada de los
habitantes del lugar y demás elementos paraverbales que tendremos la
oportunidad de analizar en el siguiente apartado. La oralidad juega un
papel importante en todo esto. Se puede percibir la inflexión de tono
entre esta parte de la asamblea, menos formal, y lo que viene después,
ya iniciada la sesión, donde la oralidad conversacional cede el paso a lo
que los estudios del discurso llaman «oralidad institucional», un género
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discursivo característico de los procesos donde se ejerce la gobernabilidad


(Calsamiglia & Tusón, 2002, p. 40).
En algunas reuniones se utiliza la lengua de la comunidad (zapoteco,
mixe, mixteco, etc.) y en otras se puede apreciar el uso generalizado del
castellano. También existen casos en donde acontece el fenómeno de la
diglosia (Raiter & Zullo, 2004, p. 138); esto es, el uso alternado de la lengua
de la comunidad, principalmente por parte de las personas mayores, y
del castellano, en su mayoría utilizado por los más jóvenes. La lengua
que predomina en las AJI es distinta en cada comunidad y depende de
muchos factores históricos, culturales y hasta geográficos; por ejemplo,
los procesos de transculturación que han vivido las comunidades por

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causa de la imposición del castellano como lengua oficial, la cercanía


o lejanía con la capital del estado, el cambio generacional y la falta de
un vínculo fuerte de muchos jóvenes con su comunidad, la migración
interna y externa, el contacto de la población con la industria cultural
309
y los medios masivos de comunicación, entre otros (García Canclini, CUANDO LA
COMUNIDAD
2004; Escárcega & Varese, 2004; Toribio, 2018)4.
«DICE» EL
Enfocándonos ya en el desarrollo concreto de las AJI, cabe decir que DERECHO: LAS
es una práctica que una autoridad —a veces administrativa, a veces ASAMBLEAS DE
agraria— sea quien coordine el orden del día de la asamblea. Esto es JUSTICIA INDÍGENA
natural, ya que no se trata de una interacción espontánea en la que EN OAXACA
pocas personas conversan libremente sobre un tema cotidiano, sino WHEN THE
de un evento institucional en el que se debate algo relevante para la COMMUNITY
comunidad (Tusón, 1997, p. 69). En este caso, tanto por el número de “SAYS” THE LAW:
participantes como por el asunto que se analiza, la AJI necesariamente THE INDIGENOUS
requiere la intervención de un agente que gestione el buen desarrollo JUSTICE
del evento. En la comunidad de Yalalag, por ejemplo, esta función le ASSEMBLIES IN
corresponde al presidente municipal, quien es el encargado de hacer OAXACA
el pase de lista. Si no hay quorum, la AJI se reprograma; si lo hay, él es
quien declara la AJI como constituida. En este punto, la comunidad
formalmente asume el papel de órgano jurisdiccional indígena.
A partir de este momento son evidentes algunas similitudes y diferencias
con respecto del sistema de justicia estatal. En Yalalag, por ejemplo, la
presentación del asunto controvertido es responsabilidad del síndico
municipal, una función que guarda cierta analogía con la que realiza
el ministerio público en la audiencia inicial de imputación dentro del
proceso penal. No obstante, existe una diferencia fundamental: la
actuación ministerial en el sistema estatal se lleva a cabo ante un juez,
mientras que en el contexto de una AJI se desarrolla ante la comunidad,
que actúa como un órgano jurisdiccional colectivo. Esto implica una
lógica distinta en el proceso a seguir. En el procedimiento penal, por otro
lado, a pesar de su «principio de oralidad», se observa una rigidez formal y
doctrinal basada en elementos como la definición del hecho delictivo, la
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

presentación de los eventos, la incorporación de pruebas, razonamientos


de iure y de facto, así como la determinación de la reparación del daño,
entre otros aspectos. En cambio, en el procedimiento de las AJI, la
flexibilidad es una característica distintiva, pues está fundamentada
en una comunicación oral menos estructurada por los principios
que rigen a la oralidad legal en el ámbito estatal. Mientras que las
actuaciones en el proceso penal se adhieren a un formato preestablecido
por el Código Nacional de Procedimientos Penales, las acciones en una
AJI se ajustan más a la estructura deliberativa de las asambleas. Además,
en las AJI no es necesario distinguir entre distintos tipos de argumentos

4 Este tema, por su relevancia, merece un estudio aparte.

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310 o razonamientos, ya que la justicia se construye de manera colectiva
y dialógica conforme se desarrolla el evento. Esto refleja la naturaleza
comunitaria y participativa de las AJI, que operan bajo una lógica menos
formalista y más centrada en el diálogo y la construcción consensuada
en la toma de decisiones.
La resolución que adopta la AJI tiene que lograr el consenso de la
mayoría de los pobladores; es decir, la unanimidad no es requisito para
dejar el asunto sin una respuesta. En este proceso, la sanción resulta
de las discusiones y participaciones de los miembros de la comunidad
durante el desarrollo de la AJI, en lugar de depender exclusivamente de
un reglamento o un documento escrito. En ocasiones, las autoridades
locales incluso olvidan la existencia de un Bando de Policía y Buen
Gobierno en su comunidad.
En este punto es esencial comprender que la ejecución y el cumplimiento
de las resoluciones recaen en la autoridad municipal, la cual no tiene
la libertad de desobedecer estas decisiones, pues sobre ellas existe la
amenaza de enfrentar sanciones en caso de incumplimiento. Esta
última cuestión es particularmente relevante, ya que muchas veces
las autoridades comunitarias argumentan ante la jurisdicción estatal
que no pueden oponerse a la decisión de la AJI debido a que también
serían sancionadas si lo hicieran. No obstante, es lamentable que los
operadores de justicia del Estado no comprendan la dinámica cultural
y los matices de la justicia comunitaria. En lugar de reconocer este
hecho, tienden a criminalizar a las autoridades indígenas cuando son
denunciadas por personas inconformes con las resoluciones de la AJI.
Esto revela una falta de comprensión hacia la rica diversidad de sistemas
de justicia y sus normas en las comunidades indígenas, lo que puede
llevar a malentendidos y conflictos innecesarios entre los sistemas de
justicia estatal y comunitario.
Finalmente, el tercer momento de las AJI lo constituye la formalización
de la asamblea. A causa de las políticas intervencionistas del poder
estatal, las comunidades indígenas se han visto en la necesidad de
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

levantar un acta escrita —y firmada por todos los participantes de la


AJI— para cumplir con las exigencias del Estado. Por esta razón, se
puede decir que la función de estas actas es ambigua: por un lado, y
en palabras de Boaventura de Sousa Santos (2012), a través de ellas la
justicia indígena «busca mejorar su memoria, registrar las reincidencias
y evitar dobles juzgamientos» (p. 37); por otro, se trata de una respuesta
adaptativa que las comunidades indígenas adoptaron ante la imposición
estatal de documentar sus asambleas. Reproduzco a continuación uno
de los puntos de acuerdo de una AJI de la comunidad de Santiago
Tlazoyaltepec, el cual constituye un ejemplo de cómo las actas pueden
ser un elemento conflictivo dentro de las prácticas de la justicia indígena:

Derecho PUCP, N° 92, 2024 / e-ISSN: 2305-2546


92

Se autoriza que se pase el contenido de esta asamblea en un acta en


castellano, pero la versión que vale es la oral que se desarrolló en el día
y fecha que se ha indicado, pues muchos argumentos y palabras usados
en mixteco no pueden expresarse y escribirse en castellano porque
311
no es nuestra lengua materna. Por ello, esta acta solo es una forma de CUANDO LA
explicar lo [sic] regiduría que se hizo, pero no coincide exactamente con COMUNIDAD
«DICE» EL
lo discutido en mixteco (Asamblea General de Santiago Tlazoyaltepec,
DERECHO: LAS
ASJI Oaxaca, 2023).
ASAMBLEAS DE
La ambigüedad que hemos señalado antes surge de lo siguiente: por un JUSTICIA INDÍGENA
lado, para el sistema jurídico hegemónico, el acta escrita es fundamental EN OAXACA
para otorgar validez a la asamblea y cumplir con los requisitos legales del WHEN THE
Estado; por otro lado, para la comunidad, la versión oral es la que tiene COMMUNITY
mayor importancia. Esto genera una tensión entre la validez interna y “SAYS” THE LAW:
externa de las actas, ya que son documentos que se mueven entre la THE INDIGENOUS
oralidad del evento comunitario y la cultura jurídica letrada del Estado. JUSTICE
Dado que esto escapa al objetivo del presente estudio, no podemos ASSEMBLIES IN
abundar más en este tema; no obstante, conviene concluir que la OAXACA
formalización de las AJI por medio de actas implicó una variación en
la práctica oral de la justicia indígena, ya que las actas se convirtieron
en un registro escrito de los procedimientos y decisiones tomadas,
generando lo que Boaventura de Sousa Santos (2012) denomina como
«híbrido jurídico» (p. 37).

I V. L A D I N Á M I C A D E L A D I S C U R S I V I D A D
Más allá de su aspecto procedimental, las AJI representan momentos
en los que las comunidades indígenas expresan su percepción de lo
que consideran justo o injusto, de acuerdo con su propia cosmovisión.
Comprender la forma en que se comunican se convierte en una tarea
de suma importancia. En este sentido, propongo examinar este aspecto de
las AJI como eventos comunicativos, siguiendo la perspectiva de los
estudios del discurso (Calsamiglia & Tusón, 2002, p. 18; Raiter & Zullo,
2004, p. 57). Las AJI se presentan así como interacciones complejas
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que combinan elementos verbales y no verbales en un contexto


socioculturalmente definido. En mi opinión, abordarlas de esta manera
nos permitirá comprender la dinámica discursiva que abarcan estas
asambleas, lo que permite ir más allá de una perspectiva puramente
jurídica.

IV.1. Elementos verbales


Las AJI pueden ser analizadas como macroactos de habla según la
pragmática del discurso, la cual define un macroacto de habla como el
resultado de una secuencia de actos de habla linealmente conectados
(Van Dijk, 1996, p. 63). En este contexto, las AJI representan eventos
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312 comunicativos complejos compuestos por dos momentos distintos: un
proceso y un resultado.
El proceso se integra por todos los actos de habla individuales llevados
a cabo por los participantes durante la asamblea mediante sus
intervenciones verbales. Así, aquellas personas que solicitan un turno
para expresarse no solo «dicen algo» sobre el asunto litigioso en cuestión,
sino también «realizan algo» mientras se expresan. ¿Qué realizan? Dado
que sus intervenciones se desarrollan en un contexto comunicativo
en el que la comunidad colectivamente valora la responsabilidad
de uno de sus integrantes, están efectivamente «erigiéndose» como
miembros de un órgano jurisdiccional comunitario. Aquí interviene la
performatividad del acto individual: la persona que «argumenta» a favor
o en contra de aquel que se halla bajo el escrutinio comunitario lo hace
desde la posición de un agente de la justicia local. Asume, pues, el papel
de juzgador en un ente colegiado que «dice» el derecho a nombre de la
comunidad.
Lo anterior no quiere decir que quienes no intervienen en la asamblea
no formen parte del órgano jurisdiccional comunitario. En este caso, la
ausencia de verbalización se compensa con la «actuación» que ejecutan
como sujetos institucionales. En otras palabras, las personas que no hacen
uso de la voz en las AJI «hablan» por medio de su comportamiento. Sobre
esto volveremos en breve. Lo que quiero dejar establecido es que los
actos de habla de las AJI no deben ser analizados aisladamente, sino que
su análisis debe ser completado con todos aquellos actos de las personas
que, si bien no verbalizan su sentir dentro de la reunión, aportan cierta
carga semiótica al evento por medio de su lenguaje corporal.
Ahora bien, centrándonos puramente en los elementos verbales, se
advierte que los diversos actos de habla que se suceden durante el
curso de la reunión se entrelazan en una secuencia lineal que culmina
en la integración de un macroacto de habla global, que constituye el
resultado de todo el evento. ¿En qué consiste este macroacto de habla?
De acuerdo con la tipología de John Searle (Levinson, 1989, p. 230),
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

se puede entender como un «acto declarativo», ya que la comunidad,


erigida en órgano jurisdiccional colectivo, «declara» la responsabilidad
o ausencia de responsabilidad de uno de sus integrantes. El modelo
estándar de esta declaración es el siguiente: «La asamblea acuerda
que…» o cualquier otro sintagma parecido. En este caso, tal fórmula
lingüística funciona de manera análoga a como lo hace cualquier punto
resolutivo de una sentencia de un juez del sistema estatal. Con esta
declaración, no está de más decirlo, la comunidad ejerce su derecho de
autonomía en la resolución de sus propios conflictos (según el punto
de vista de los derechos humanos) y administra justicia conforme a sus
propias prácticas culturales (según la perspectiva de la comunalidad).

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92

En resumen, desde el punto de vista pragmático, las AJI se constituyen


como un evento comunicativo complejo conformado por un proceso y
un resultado: el primero se integra por la secuencia de actos de habla
que realizan quienes intervienen en ellas (que funcionan a la manera
313
de los «considerandos» de una sentencia); el segundo, como la suma CUANDO LA
COMUNIDAD
global de toda esa secuencia integrada en un macroacto de habla de
«DICE» EL
tipo declarativo en el que la comunidad toma la decisión final (el punto
DERECHO: LAS
resolutivo)5.
ASAMBLEAS DE
Al respecto, no podemos dejar de lado que el macroacto de habla de JUSTICIA INDÍGENA
una AJI ocasiona un efecto perlocucionario, tal como lo entiende el EN OAXACA
análisis del discurso; es decir, aquel efecto que conmina a hacer algo WHEN THE
a una persona (Renkema, 1999, p. 41). En este caso, podemos dividir COMMUNITY
este efecto en dos. El primero, dirigido a la autoridad municipal o “SAYS” THE LAW:
comunitaria que, como dijimos antes, es la encargada de «ejecutar» las THE INDIGENOUS
determinaciones de la asamblea. Por otro lado, el segundo efecto se dirige JUSTICE
hacia el entorno comunitario, pues la determinación de la asamblea ASSEMBLIES IN
busca restituir las cosas a como estaban antes de que se rompiera la OAXACA
armonía de la comunidad.
En este punto, debemos señalar la divergencia de los efectos
perlocucionarios de las AJI respecto de los que se producen en el sistema
estatal. En efecto, cuando en un proceso penal se declara la culpabilidad
de una persona, la resolución modificará la esfera jurídica de esa persona

5 Como macroacto de habla, en este sentido, también se pueden analizar las condiciones de adecuación
de las determinaciones de las AJI. Recordemos que la teoría de los actos de habla se refiere a
cuatro tipos de condiciones para que el acto de habla sea efectivo (Escandell, 1996, p. 68). Tales
condiciones son: a) condición proposicional, b) condición preparatoria, c) condición de sinceridad y
d) condición esencial. Así, en lo que respecta a la condición proposicional, las resoluciones de las
AJI frecuentemente tienen la siguiente estructura lingüística: «La Asamblea General Comunitaria
determina que los vehículos de los infractores se queden bajo resguardo de la autoridad municipal
como garantía del pago por el daño causado a la comunidad» (Asamblea General de Santiago Tillo,
Nochixtlán, ASJI Oaxaca, 2018). En este ejemplo, nótese que la resolución de la AJI no dice, por
ejemplo, que «promete» que los vehículos se quedarán bajo resguardo de la autoridad municipal,
ya que en ese caso no se trataría de un acto de habla declarativo, sino promisorio, lo cual iría
en contra de la condición proposicional requerida para que se trate de una determinación de
carácter jurisdiccional. Sobre la condición preparatoria que alude a los requisitos necesarios previos
a la ejecución, se requiere que una persona de la comunidad haya infringido el sistema jurídico de la
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

comunidad y que la comunidad tenga como tradición el hecho de resolver el asunto en una AJI.
En este sentido, las condiciones preparatorias incluyen, necesariamente, la existencia de normas,
principios y valores que integren el sistema jurídico de la comunidad y, por otro lado, que cuente con
un sistema de justicia en el que la comunidad se constituya en un órgano jurisdiccional colectivo que
resuelva el asunto por medio de un procedimiento específico. Esto sin mencionar que el análisis debe
tomar en cuenta que las dos condiciones anteriores se refuerzan, además, con una tercera condición
preparatoria y que consiste en el reconocimiento constitucional del derecho de libre determinación de
las comunidades indígenas. Visto así, la condición preparatoria es en realidad el elemento esencial
de la justicia indígena. Y lo mismo puede decirse de la tercera de las condiciones para que el acto de
habla que ejecuta la AJI sea efectivo, la condición de sinceridad. En este caso, ninguna comunidad
se reúne para juzgar a uno de sus miembros para jugarle una broma. Esto va en contra del espíritu
comunitario y de la formalidad de su sistema de justicia. La sinceridad es necesaria en este caso.
Por último, la condición esencial se integra por toda la secuencia de participaciones o actos de
habla particulares que contribuyen a tomar la decisión colectiva. En este caso, lo que se determina
en la AJI ha de ser coherente con lo que se ha dicho públicamente en la deliberación colectiva.
Se trata, pues, de una cuestión lógica: no se puede determinar la inocencia de una persona cuando
las intervenciones de los participantes en la AJI hacían referencia a su culpabilidad. No está de más
decir que el anterior análisis es completamente superficial y merece un tratamiento más riguroso.

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314 concreta sin trascender directamente en el resto de la sociedad (salvo
que se trate de un asunto de trascendencia social). En el caso de las
AJI, en cambio, al tratarse de un asunto cuya solución interesa a la
mayoría de los habitantes de una localidad, la determinación tomada
en asamblea trascenderá la esfera puramente individual y alcanzará
la esfera de la comunidad. La diferencia entre la dimensión liberal que
rige el sistema de justicia estatal y la dimensión comunitaria del sistema
de justicia indígena es patente en este caso.
En cuanto a las personas del discurso (Calsamiglia & Tusón, 2002,
p. 133), las AJI se desenvuelven en encuentros donde los que participan
dirigen su discurso hacia una audiencia que cumple un doble papel: ser el
lugar de enunciación y el agente receptor de carácter colectivo. En este
contexto, el uso del plural inclusivo es determinante. Sintagmas como
«en el pueblo decidimos», «ver por el bien de todos» o «no podemos
permitir esta situación» contribuyen a generar la sensación de estar
inmersos en una voz colectiva: se habla para la comunidad en nombre
de la comunidad6. De igual modo, su uso no solo refleja la unidad y
cohesión de la comunidad, sino que también establece una clara
distinción entre quienes pertenecen a ella y quienes no. Esto resalta aún
más la naturaleza comunitaria y colectiva de las AJI.
En lo que respecta a la temática de las reuniones, es evidente que en
la mayoría de los casos prevalece una isotopía (Lozano et al., 2001,
p. 29) que desempeña un papel fundamental al conferir coherencia
al discurso colectivo. Tales isotopías están relacionadas con el daño
a la comunidad, la desobediencia a la autoridad, el mal ejemplo que
proporciona la persona infractora y la solución del asunto mediante una
sanción ejemplar que funcione como precedente para casos posteriores.
En este sentido, las isotopías de las AJI no solo funcionan como marcas
de coherencia para el discurso colectivo, también son un reflejo de las
aspiraciones de cohesión que esperan quienes habitan en la comunidad.
Estas reuniones permiten a sus miembros expresar su preocupación por
el comportamiento de ciertas personas, destacando la responsabilidad y el
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

compromiso de la comunidad hacia la justicia y la convivencia.

6 En este estudio dejamos de lado el «uso» ideológico del discurso que pudieran hacer algunas
personas de la comunidad. Por ejemplo, Juan Carlos Martínez (2011) hace la siguiente descripción
de una asamblea en la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec: «Durante las asambleas es
común ver la formación de corrillos o grupos de personas en torno a los líderes; frecuentemente son
los maestros quienes hacen rápidas reflexiones antes de que otro tome la palabra y exponga sus
puntos de vista en la plenaria […] Por su parte, quienes tienen más influencia en las asambleas son
los hombres mayores de una buena posición económica que viven en el pueblo (perfil que cubren
solamente los maestros y algunos comerciantes). Estas personas lideran grupos más grandes,
compuestos por jóvenes, algunas mujeres, campesinos y migrantes, comúnmente vinculados
por consanguinidad, aunque recientemente también por amistad o afinidad ideológica. El lugar
que anteriormente ocuparon los viejos grupos familiares, los barrios o los linajes, está siendo hoy
reemplazado por protopartidos políticos en el nivel local» (p. 184). Casos como estos requieren un
estudio aparte desde el enfoque del análisis crítico del discurso.

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IV.2. Elementos no verbales


Como hemos dicho antes, el sentido de las AJI no se limita al aspecto
puramente verbal, sino que también se enriquece con una dimensión
extradiscursiva que añade profundidad y significado a las reuniones.
315
CUANDO LA
Como práctica discursiva (Calsamiglia & Tusón, 2002, p. 23), las AJI se
COMUNIDAD
desarrollan como acontecimientos grupales que trascienden el ámbito
«DICE» EL
de la conversación espontánea. En estas asambleas se aprecia un grado de
DERECHO: LAS
ritualismo formal que contrasta con el comportamiento cotidiano ASAMBLEAS DE
de sus pobladores. Sin embargo, a diferencia de otros rituales JUSTICIA INDÍGENA
significativos para la comunidad, como festividades o ceremonias EN OAXACA
religiosas, las AJI se conciben como sucesos de carácter institucional
(no son ni festivos ni sacros, aunque conserven la riqueza de voces de WHEN THE
los primeros y la solemnidad de los segundos). Este fenómeno se debe COMMUNITY
a que los habitantes del lugar se reúnen en las AJI para deliberar y “SAYS” THE LAW:
tomar decisiones en asuntos relacionados con la impartición de justicia. THE INDIGENOUS
Al hacerlo, temporalmente abandonan su rol de ciudadanos comunes JUSTICE
ASSEMBLIES IN
para convertirse en un ente institucional que ejerce la juris dictio; es decir,
OAXACA
el poder de decir la ley en nombre de la comunidad. Esto transforma a
las AJI en órganos jurisdiccionales de carácter colectivo que reflejan la
capacidad de la comunidad para autogobernarse y resolver los conflictos
internos de manera participativa.
Por otro lado, se observa que los participantes tienen un profundo
conocimiento de las «reglas del juego» que rigen las AJI, lo que les
permite saber cuándo solicitar la palabra, qué decir y cuándo mantenerse
en silencio. Por ejemplo, en la comunidad de Candelaria Loxicha, al
momento en que las personas emiten su voto en una AJI, mantienen
la mano levantada firmemente, no obstante de que el escrutador tarde
varios minutos en hacer el conteo. Se advierte así el interés de los
participantes en la AJI de que su voluntad sea tomada en cuenta en un
asunto relevante para la comunidad. Estas acciones no son arbitrarias;
más bien, contribuyen a establecer y consolidar la institucionalidad
del evento de manera performativa. En otras palabras, la comunidad
no solo habla de justicia, sino que también la encarna a través de su
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

comportamiento ritualizado y mediante la forma en que ocupan el


espacio de la AJI.
Esta correspondencia estrecha entre la dinámica comunicativa y
actitudinal utilizada por quienes participan en ellas demuestra la
armonía entre la situación comunicativa específica de estas asambleas y
las prácticas y los valores arraigados en la comunidad. El cumplimiento
de estas normas refleja la participación activa de los miembros en el
proceso de justicia, subrayando así la importancia de la autogestión y la
resolución de conflictos dentro del marco de la comunidad.

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316 Gestos como levantar la mano o ponerse de pie en momentos específicos
son parte de una «práctica corporalizada» (Taylor, 2015) que se ejecuta
en paralelo con el discurso. Estos elementos contribuyen a dar vida a
lo que algunos expertos denominan como performance (Zumthor, 1991;
Ong, 2016; Lepe & Granda, 2006). Así pues, las AJI son algo más que
eventos lingüísticos, pues representan también acontecimientos que se
desarrollan en un escenario específico, con un número determinado
de «actantes», cada uno de los cuales aporta su voz y su tono, timbre,
velocidad, ritmo y elocución. Además, se acompañan con gestos,
movimientos del cuerpo y elementos proxémicos y cinésicos que se
suman a la riqueza de la comunicación.
Otro ejemplo que nos ayuda en este aspecto es el observado en una AJI
de la comunidad de Santa María Sola. En esta localidad, los hombres
ocupan la parte frontal de la galera municipal, mientras que las mujeres
se sitúan en la parte posterior. Aunque las mujeres pueden participar en
las AJI, es evidente que los hombres predominan en el uso de la voz,
reflejando así la perspectiva masculina preponderante en la comunidad.
Por otro lado, cuando los hombres desean hablar en la reunión, levantan
sus sombreros, que previamente habían colocado debajo de sus sillas
al llegar, y los sostienen firmemente en sus manos mientras expresan
sus opiniones. Esto no solo connota un signo de autoridad masculina
debido a la «sujeción» del sombrero por la mano7, sino también un
tipo de la legitimación en el uso de la voz, pues para ellos el sombrero
es sinónimo de distinción social. Esto demuestra que los gestos y
elementos de su atuendo desempeñan un papel importante en las AJI.
El tono de voz que utilizan, en su mayoría, es de tipo moderado, pero
cobra intensidad cuando expresan su desaprobación ante la conducta
de alguien sometido al escrutinio comunitario, lo que es recibido con
exclamaciones confirmatorias por parte de la audiencia.
Este comportamiento pone de manifiesto que las AJI no se rigen por
un proceso lógico de razonamiento judicial, como se espera en las
audiencias del proceso penal. En cambio, la deliberación está influida
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

por las emociones del público, que surgen a raíz del daño infligido a la
comunidad. Se puede decir que en las AJI el pathos y el ethos desempeñan
un papel más relevante que el logos8. Aspectos como el número de

7 Como dice Pierre Guiraud (2013): «Como órgano de prensión, la mano es el símbolo de la
“apropiación”: uno mete la mano, toma en su mano, de ahí la idea de “posesión”: se tiene bajo mano,
entre manos. La “posesión” es indisociable, tanto en nuestras culturas como probablemente en la
mayoría de las demás, del “poder” y de la “autoridad”: se cae en manos del enemigo, el príncipe tiene
a sus súbditos en sus manos, la Dirección mete la mano en los negocios. El símbolo del poder es el
cetro adornado con una mano. Se caracteriza por la “dureza”, es una mano de hierro en guante de
seda» (p. 50).
8 Por ello, más que estudios sobre argumentación jurídica indígena como los que comienzan a
circular ya en el mundo del derecho, se precisan análisis sobre la retórica discursiva utilizada en las
asambleas indígenas y, sobre todo, de las razones que apelan a la emotividad (pathos) y la moralidad
(ethos) en el proceso deliberativo.

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92

participantes, las interrupciones, los ruidos ambientales y las sonoridades


contribuyen a establecer un marco de significado para el evento. Este
marco es esencial para entender la importancia y el impacto de las
decisiones tomadas en la AJI, ya que el contexto paraverbal y no verbal
317
refuerza y amplifica su sentido como evento comunicativo complejo. CUANDO LA
COMUNIDAD
Por último, no podemos dejar de lado el elemento espacial en que «DICE» EL
se desarrollan las AJI. Los sitios más frecuentes son el salón ejidal, la DERECHO: LAS
galera, la cancha o la explanada municipal. Estos lugares, además de ser ASAMBLEAS DE
espacios físicos, poseen una profunda carga simbólica que representa el JUSTICIA INDÍGENA
resultado del trabajo colectivo de la comunidad. Desde una perspectiva EN OAXACA
política, constituyen espacios públicos que permiten el ejercicio de la WHEN THE
autoridad comunitaria y la transparencia en la toma de las decisiones COMMUNITY
más relevantes para la comunidad (Gallardo, 2012). En palabras de uno “SAYS” THE LAW:
de los habitantes de la comunidad zapoteca de San Miguel Albarradas: THE INDIGENOUS
«Aquí [en la explanada municipal] es más fácil hablar, porque aquí todo JUSTICE
se oye, nada se oculta al pueblo». ASSEMBLIES IN
OAXACA

V. L A D I N Á M I C A D E L A O R A L I D A D
Iniciaré esta parte del análisis con la siguiente reflexión de Walter J.
Ong (2011):
Hoy en día, la cultura oral primaria casi no existe en sentido estricto,
ya que toda cultura conoce la escritura y ha experimentado sus efectos.
Sin embargo, en diferentes grados, muchas culturas y subculturas,
incluso en un entorno altamente tecnológico, mantienen una parte
significativa del molde mental de la oralidad primaria (p. 20).

Esta cita es relevante para destacar que, en ocasiones, se tiende a asumir


que la justicia indígena se encuentra arraigada en comunidades que han
permanecido ajenas al impacto de lo que Ong denomina «tecnología de
la escritura» (p. 84).
En este sentido, el estudio de la oralidad en comunidades indígenas es
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

un asunto complejo que depende de factores geográficos, personales y


contextuales. Por ejemplo, en muchas comunidades la oralidad mediada
por la escritura se combina, además, con esa otra modalidad discursiva
que Paul Zumthor (1991) llama «oralidad mecánicamente mediatizada»
(p. 37); es decir, la oralidad que utiliza dispositivos tecnológicos para
su transmisión y conservación. Un ejemplo de esto es la comunidad
de San Miguel Albarradas, donde las asambleas se convocan tanto
por métodos tradicionales, como el perifoneo o el anuncio escrito en
lugares públicos, como a través de la página de Facebook gestionada
por la autoridad municipal de turno. Esto, por supuesto, contradice
la noción simplista de primordialismo que algunos asocian a las
comunidades indígenas.
Derecho PUCP, N° 92, 2024 / e-ISSN: 2305-2546
318 Beatriz Preciado (2014) ha señalado la relevancia de la tecnología
en los movimientos indígenas, identificando una suerte de «cultura
oral-digital-tecno-indígena» en las manifestaciones comunitarias de
muchos lugares. Por lo tanto, es necesario que complejicemos nuestra
comprensión de la oralidad en el contexto indígena. Creer que estas
comunidades se encuentran aisladas de la «tecnología de la escritura»
o que no tienen contacto con la cultura de masas y los medios masivos
de comunicación es un error, sin olvidar el esencialismo que subyace en
el fondo de esta creencia9.
La interacción entre las culturas indígenas y la cultura de masas en un
mundo globalizado merece un estudio aparte; lo que me interesa señalar
es la necesidad de evitar un análisis dicotómico simplificante cuando
se trata de la oralidad en estas comunidades. Por el contrario, debemos
considerar al respecto las múltiples áreas de interacción que surgen
entre las comunidades indígenas y la cultura escrituraria del Estado.
En este sentido, las AJI representan un ejemplo paradigmático de que la
justicia indígena se desenvuelve en un contexto en el que la palabra oral
y escrita se entrecruzan y adquieren nuevos significados.
Una vez aclarado el punto anterior, es necesario decir que la mezcla
del discurso oral y escrito en las AJI genera un complejo proceso de
tensiones, complementariedad e influencias recíprocas que debemos
analizar con cierto detalle. Como hemos visto antes, el desarrollo de
las AJI está condicionado por la estructura de las actas de asamblea,
cuya fuente se deriva del derecho agrario. Es decir, los actos de habla
que realizan los participantes se encuadran en un modelo estándar
previamente estatuido: a) preámbulo, b) orden del día, c) pase de lista,
d) verificación del quorum, e) asunto litigioso a resolver y f) firmas.
Este «orden» es el que guía las acciones de la comunidad durante
el desarrollo de las AJI al representar el marco formal subyacente —el
«orden del discurso»— de toda la reunión. Sin embargo, dentro de este
molde, por más regulado que parezca, subsisten elementos orales que
dirigen la práctica institucional de la comunidad. Para usar una fórmula
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

bastante común, decimos que la «forma» de las AJI proviene del derecho
estatal y la «sustancia» se deriva de la cultura local. Para ilustrar este
punto, reproduzco a continuación un fragmento de la asamblea del caso
Suchixtlahuaca10:
1.ª intervención: Es vergonzoso lo que hace este ciudadano, que haga
caso omiso a las advertencias que las autoridades le hacen. Se debe
aprovechar el Bando de Policía y Buen Gobierno, yo creo que la primera

9 En el mismo sentido, Díaz Viana (2007) señala la errónea visión del folklorismo, que asimila la
oralidad primaria con culturas populares e indígenas.
10 Las asambleas en esta comunidad se realizan completamente en castellano debido al reducido
número de hablantes de chocholteco.

Derecho PUCP, N° 92, 2024 / e-ISSN: 2305-2546


92

vez pasa, la segunda ya es burla. Lo que se debe hacer es levantarle el


acta y el comisariado se asesore para que promuevan la demanda ante
Profepa.
319
2.ª intervención: Este elemento tiene cuentas con el comisariado CUANDO LA
de bienes comunales, no es ciudadano que cumple. Este caso no se COMUNIDAD
puede dejar por desapercibido, es una persona que no cumple con «DICE» EL
servicios a la comunidad; a lo contrario destruye, lo que los ciudadanos DERECHO: LAS
han hecho por medio de tequios y faenas. Través del apoyo de Conafor, ASAMBLEAS DE
yo sugiero que el comisariado se asesore y reúna pruebas suficientes para JUSTICIA INDÍGENA
demandar ante Profepa y sea castigado. EN OAXACA
WHEN THE
3.ª intervención: Es lamentable esta situación de que este señor se burle
COMMUNITY
del pueblo y de las autoridades. Este proyecto costó gestionarlo en
“SAYS” THE LAW:
$ 5,000,000, no se debe tomar a la ligera, sí se debe hacer justicia. THE INDIGENOUS
Que vengan peritos de la Profepa a valorar los daños, los arbolitos ya JUSTICE
están logrados. ASSEMBLIES IN
OAXACA
4.ª intervención: Este señor siempre ha sido renuente con la población,
nunca ha cumplido como ciudadano. Que el comisariado se asesore y
promueva la demanda ante la Profepa para que sea un ejemplo para los
demás ciudadanos y pague el perjuicio que ha causado.

5.ª intervención: Que el comisariado vea las maneras quien compre los
animales para que el señor cubra su deuda que tiene con el comisariado;
por otra parte, si no quiere que nadie lo moleste, que tome sus
pertenencias y se vaya de la comunidad.

6.ª intervención: Es lamentable lo que hace este señor, no da ningún


servicio a la comunidad, burlándose así de las autoridades y del pueblo
en general. Él en una ocasión argumentó que con el servicio que ha
había dado de regidor ya hasta el pueblo le salía debiendo, y que no
se le volviera a molestar, así que si no quiere estar aquí, que tome sus
pertenencias y se vaya a otro pueblo donde no lo molesten, porque es un
mal ejemplo para la juventud y la niñez.
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

7.ª intervención: Este ciudadano es un mal ejemplo, yo opino que la


decisión es del pueblo, que la autoridad lo cite y se le haga saber el
acuerdo del pueblo, y si es necesario que se vaya para no tener más
problemas. Con respecto al ganado, que quede a resguardo de la autoridad
municipal (Asamblea General de San Cristóbal Suchixtlahuaca, ASJI
Oaxaca, 2016).

Según Walter Ong (2011), la oralidad es formularia, acumulativa,


redundante y depende del presente real de su enunciación (pp. 38-80).
Hallamos muchas de estas características en el fragmento anterior.
En primer lugar, la «redundancia» semántica y sintáctica. Debe
Derecho PUCP, N° 92, 2024 / e-ISSN: 2305-2546
320 entenderse este término no en un sentido peyorativo, sino más bien como
una estrategia lingüística intrínseca de todo discurso oral. Nuevamente
recurro a las palabras de Walter Ong para explicar esto:
La escritura establece en el texto una “línea” de continuidad fuera de
la mente. Si una distracción confunde o borra de la mente el contexto
del cual surge el material que estoy leyendo, es posible recuperarlo
repasando selectivamente el texto anterior […] En el discurso oral la
situación es distinta. Fuera de la mente no hay nada a qué volver pues
el enunciado oral desaparece en cuanto es articulado. Por lo tanto, la
mente debe avanzar con mayor lentitud, conservando cerca del foco de
atención mucho de lo ya tratado. La redundancia, la repetición de lo
apenas dicho, mantiene eficazmente tanto al hablante como al oyente
en la misma sintonía (p. 46).

Bajo esta idea, el análisis de las participaciones reproducidas revela


un patrón distintivo que gira en torno a dos temas recurrentes: el
daño material y simbólico que el infractor inflige a la comunidad,
y la necesidad de presentar una demanda ante Profepa por parte del
comisariado de bienes comunales. Estos dos temas se inscriben en lo
que hemos discutido páginas atrás bajo el concepto de isotopía, que
actúa como un indicativo de las aspiraciones de justicia por parte de los
miembros de la comunidad.
La redundancia en torno a los dos temas clave no solo se refleja a nivel
semántico, sino que también incide en la estructura sintáctica de las
intervenciones. Al comparar estas intervenciones, se puede observar
que la mayoría sigue una lógica de composición similar. El hablante, al
tomar la palabra, primero evalúa el caso en cuestión y, en segundo lugar,
presenta a la asamblea su propuesta de solución. La estructura sintáctica
de estas intervenciones sigue un patrón más o menos como el siguiente:
«Está mal lo que hace este ciudadano... lo que se debe hacer es...».
Es esencial destacar que este patrón no se asemeja a una estructura
condicional lógica del tipo «si… entonces…» utilizada en el razonamiento
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

jurídico convencional. En su lugar, se trata de una oración coordinada en


la que el primer elemento se enfoca en la valoración del caso, mientras que
el segundo elemento se orienta hacia la dimensión deontológica; es decir,
hacia lo que debe hacerse para resolver la situación. Este uso del lenguaje
y la estructura de la proposición refleja la interacción entre la lógica
jurídica de las AJI y la lógica inherente a la comunidad. La redundancia
como marca de la oralidad, en este contexto, se manifiesta tanto a nivel
sintáctico como semántico, lo que subraya la importancia de la repetición y
la reiteración en el proceso de deliberación y toma de decisiones en las AJI.
La observación de estos patrones revela cómo la justicia indígena
se aparta de la estructura de razonamiento jurídico convencional y
Derecho PUCP, N° 92, 2024 / e-ISSN: 2305-2546
92

adopta una estructura de proposición que refleja la interacción de la


comunidad con la cuestión de la justicia. La redundancia oral, tanto
a nivel sintáctico como semántico, es una característica distintiva de las
AJI que enfatiza la importancia de los valores, la evaluación ética y la
321
resolución de conflictos en la toma de decisiones de la comunidad CUANDO LA
COMUNIDAD
Por otro lado, en el fragmento analizado hallamos el uso de formulismos «DICE» EL
como otra característica de la oralidad comunitaria. En este caso me DERECHO: LAS
refiero al uso de expresiones coloquiales que parecen enraizarse en el ASAMBLEAS DE
lenguaje cotidiano de los habitantes del lugar y que, posteriormente, JUSTICIA INDÍGENA
se incorporan al discurso global de las AJI, asumiendo un carácter EN OAXACA
institucional. Estas expresiones, a menudo, se convierten en fórmulas WHEN THE
normativas de carácter oral una vez que ingresan en las AJI. COMMUNITY
“SAYS” THE LAW:
Un ejemplo de ello es el sintagma «yo creo que la primera vez pasa, la
THE INDIGENOUS
segunda ya es burla». Esta fórmula lingüística, comúnmente utilizada en
JUSTICE
situaciones en las que se reclama una falta o infracción, se transforma
ASSEMBLIES IN
en una norma de facto dentro del contexto de las AJI. Funciona como una
OAXACA
guía que establece un estándar de comportamiento y una advertencia
sobre las posibles sanciones que podrían derivarse del desacato a las
normas comunitarias. Además, su estructura sintáctica basada en el
paralelismo ayuda a que dicha fórmula quede fijada en la memoria de
los hablantes como un proverbio de carácter normativo.
Otro ejemplo ilustrativo del lenguaje formulaico es la expresión
utilizada en las últimas tres intervenciones del fragmento reproducido:
«si no quiere que lo molesten, que se vaya de la comunidad». Nótese
nuevamente la estructura sintáctica en paralelismo, la cual le otorga
ese ritmo sentencioso que ayuda a su fácil repetición. Esta fórmula,
frecuente en situaciones de reclamo por el incumplimiento de las
normas comunitarias, constituye una especie de advertencia que, de
algún modo, va perfilando la sanción que posiblemente se impondrá
en la AJI.
Además, se pueden encontrar expresiones como «los arbolitos ya están
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

logrados». En este caso, se personifica un elemento de la naturaleza,


lo que exige un marco de significado compartido por la comunidad.
La utilización del diminutivo apela emocionalmente a los oyentes,
destacando el impacto del daño causado a un «producto» de la
naturaleza. Dicha expresión subraya la relación de la comunidad con su
entorno natural y, en particular, destaca la connotación maternal de la
«naturaleza».
Desde luego, tales expresiones no son exclusivas de las personas que las
profieren; más bien, forman parte del patrimonio colectivo que se ha
formado a lo largo del tiempo a través de su repetición y transmisión
de generación a generación. Nos hallamos, pues, con la utilización del
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322 discurso rítmico, el poder de los refranes populares y la concisión de
las fórmulas rituales. En otras palabras, estamos en el vasto territorio
de la tradición oral, donde todas estas manifestaciones verbales nacen
y se consolidan (Cosimano, 2006). La memoria y la identidad de las
comunidades se forja a través de esta tradición, como bien señala Eric
A. Havelock (1996): «Las memorias son personales; pertenecen a cada
hombre, mujer o niño de la comunidad; pero su contenido, el lenguaje
conservado, es comunitario, es algo compartido por la comunidad y que
expresa su tradición y su identidad histórica» (p. 104).
Es importante señalar, por otro lado, que todas estas expresiones
formulaicas trascienden las categorías analíticas utilizadas en el derecho
estatal convencional. No se trata de pruebas en el sentido jurídico
tradicional, sino de elementos valorativos que contribuyen a dar un
respaldo material al proceso de toma de decisiones en las AJI. Dichas
expresiones se arraigan en el mundo vital de los habitantes de la
comunidad y se convierten en una parte integral de la lógica jurídica
de las AJI. En definitiva, las expresiones coloquiales presentes en las
AJI son ejemplos de cómo el sistema jurídico indígena se diferencia del
derecho estatal convencional. Reflejan una racionalidad afincada en la
vida cotidiana de la comunidad y en sus valores, en lugar de basarse en
la abstracción teórica. Además, proporcionan información concreta que
se utiliza para evaluar la magnitud de un asunto y respaldar el proceso
de toma de decisiones colectivas. Final del formulario
Por otro lado, en el fragmento estudiado hallamos otra marca de la
oralidad en la dependencia del presente real de la enunciación. Este
vínculo entre las categorías utilizadas en las AJI y la realidad cotidiana de
los habitantes de la comunidad se hace especialmente evidente a través
de expresiones aparentemente simples, como el uso del demostrativo
«este». En el fragmento reproducido se puede apreciar la frecuencia
con la que este adjetivo se utiliza en sintagmas como «este ciudadano»,
«este elemento» y «este señor». El uso de los demostrativos o deícticos
(Calsamiglia & Tusón, 2002, p. 116), en este caso, nos sumerge de manera
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

inevitable en el contexto específico de una situación comunicativa en la


que se señala o imputa una falta a un miembro de la comunidad.
Esta observación aparentemente trivial tiene una profunda relevancia
en el marco de las AJI. Al utilizar «este» para referirse a los individuos
implicados en un asunto, se está estableciendo un lazo directo con el
entorno y la realidad circundante de la comunidad. Esto no es una mera
coincidencia lingüística, sino un reflejo de cómo la justicia indígena
opera en un contexto profundamente arraigado en la vida cotidiana de
sus miembros.
El uso de «este» no es simplemente una cuestión gramatical, es también
una manifestación de la cercanía y la implicación personal que subyace
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92

en el proceso de toma de decisiones en las AJI. Esta elección lingüística


no solo identifica al individuo en cuestión, sino que también evoca un
sentido de comunidad, de pertenencia y de responsabilidad compartida.
Cuando se dice «este ciudadano» o «este elemento», se está señalando
323
no solo a la persona involucrada, sino a alguien que es parte integral de la CUANDO LA
COMUNIDAD
comunidad y cuyas acciones afectan a todos. En ese sentido, el enfoque
«DICE» EL
en el uso de «este» ilustra cómo la justicia indígena es una institución
DERECHO: LAS
profundamente arraigada en la cultura y la vida de la comunidad. No es
ASAMBLEAS DE
un sistema legal abstracto, sino un proceso de resolución de conflictos
JUSTICIA INDÍGENA
que se nutre de las relaciones interpersonales, las tradiciones y los valores EN OAXACA
comunes. Al reconocer a las personas de esta manera, las AJI refuerzan
la importancia de la responsabilidad colectiva y la interconexión en la WHEN THE
toma de decisiones y la búsqueda de soluciones en el contexto de COMMUNITY
la justicia indígena. “SAYS” THE LAW:
THE INDIGENOUS
Así, el uso oral de los demostrativos como «este» en las AJI es un claro JUSTICE
ejemplo de cómo las categorías utilizadas en este sistema jurídico están ASSEMBLIES IN
intrínsecamente relacionadas con la realidad vivida por los miembros OAXACA
de la comunidad. Esta elección lingüística refuerza la importancia de
la comunidad en la justicia indígena y subraya la responsabilidad
compartida en la resolución de conflictos.
En síntesis, la oralidad penetra y supera múltiples niveles y aspectos del
formato institucional de las AJI. No solo persiste como un componente
esencial arraigado en el contexto local, también se entrelaza con la
forma jurídica abstracta adoptada por las comunidades indígenas. Esta
interacción puede variar desde lo armonioso hasta generar conflictos, ya
que en ocasiones la asamblea desafía el orden hegemónico establecido
por la forma jurídica tradicional, dando paso a la diversidad de voces en
las que la oralidad se experimenta con toda su vitalidad.
Es fundamental reconocer que todos estos elementos discursivos, así
como otros que por cuestiones de espacio no he abordado en detalle,
no son incidentales en el estudio de la justicia indígena; por el contrario,
son elementos centrales que permiten una comprensión más profunda
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

de los componentes y la dinámica normativa del sistema jurídico de la


comunidad. Como dice Walter Ong (2011): «En las culturas orales,
la ley misma está encerrada en refranes y proverbios formulaicos que no
representan meros adornos de la jurisprudencia, sino que ellos mismos
constituyen la ley» (p. 42).
Un ejemplo de esto es la expresión «yo creo que la primera vez pasa,
la segunda ya es burla», pronunciada en la primera intervención
del fragmento reproducido. Como hemos dicho, esta expresión va
más allá de ser simplemente una fórmula coloquial de la comunidad.
Su validación por parte de todas las voces presentes en la asamblea, sin
ninguna contradicción a lo largo de la reunión, la perfila como posible
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324 candidata a erigirse como norma no escrita del sistema jurídico de la
comunidad. Su formulación hipotética, de acuerdo con la teoría de
la norma del derecho hegemónico, sería la siguiente: «Se prohíbe toda
conducta reincidente de desacato a la autoridad comunitaria».
Por lo tanto, comprender las normas, principios y valores que conforman
el sistema jurídico de las comunidades indígenas implica, en primer
lugar, el estudio y la comprensión de la oralidad, así como de los
elementos paraverbales y no verbales utilizados por las personas que
participan en las AJI. Así, la oralidad en las AJI es un componente
esencial y dinámico que influye en la forma en que se desarrollan las
normas y valores comunitarios. Esta interacción entre la oralidad y la
forma jurídica tradicional es crucial para la comprensión profunda de
la justicia indígena y sus fundamentos normativos.

VI. EPÍLOGO: JUSTICIA, DISCURSO Y OR ALIDAD


Después de todo lo anterior, me parece que estamos en condiciones de
señalar algunas conclusiones sobre el tema. En primer lugar, debemos
decir que las AJI desempeñan un papel fundamental en la vida de
las comunidades de Oaxaca. A través de ellas, encarna el sentido
de la justicia indígena, distinto al que se expresa en el derecho estatal de
herencia occidental. En este sentido, las AJI son mucho más que
simples mecanismos legales, son una parte integral de la cultura y la
vida comunitaria y desempeñan un papel crucial en la autonomía
y autodeterminación de las comunidades indígenas, así como en la
preservación de su identidad y cohesión
El enfoque discursivo aquí asumido ha permitido desentrañar la
naturaleza de las AJI como eventos comunicativos complejos. Hemos
dicho que estas asambleas se encuentran enmarcadas en un contexto
sociocultural específico, y que integran a un mismo tiempo tanto
elementos verbales como no verbales en su objetivo de resolver conflictos
y administrar justicia de manera colectiva. Cuando se aborda a las AJI
únicamente desde el punto de vista jurídico, por ejemplo, se corre el
I R Á N VÁ Z Q U E Z H E R N Á N D E Z

riesgo de dejar pasar desapercibidos algunos elementos en su desarrollo


que, sin embargo, resultan esenciales a ellas.
Y lo mismo puede decirse de la dinámica oral inscrita en ellas, pues en
lugar de considerar a la oralidad como una mera tradición, es esencial
reconocer su papel central en la justicia indígena y su influencia en la
construcción de un sistema jurídico arraigado en la vida cotidiana y los
valores compartidos. Así, si en verdad se desea conocer la dinámica y
riqueza de los «sistemas normativos indígenas» en donde se enmarcan
las AJI, es necesario entender que esa dimensión normativa se expresa
en diferentes niveles en el marco de las prácticas de justicia comunitaria:

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92

en lo procedimental, en lo verbal, en lo corporal, en el uso, tono e inflexión


de las palabras, en fin, en la manera de proceder comunicativamente
como comunidad.
325
Para finalizar, debemos decir que el presente estudio es solo una primera CUANDO LA
aproximación al tema, aún falta mucho por hacer al respecto. Los COMUNIDAD
resultados que hemos ofrecido aquí han de completarse, corregirse o «DICE» EL
refutarse con estudios específicos en comunidades concretas. La tarea DERECHO: LAS
es ardua y requiere de tiempo. Como hemos dicho al inicio, lo más ASAMBLEAS DE
importante en este caso es crear zonas de inteligibilidad compartida que JUSTICIA INDÍGENA
ayuden a comprender de mejor manera las relaciones entre la justicia EN OAXACA
indígena y la justicia del Estado. WHEN THE
COMMUNITY
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Recibido: 04/12/2023
Aprobado: 20/02/2024

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