Resumen Reales
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Resumen Reales
1. Ubicación de los derechos reales en las clasificaciones de los derechos subjetivos, en particular por su
oponibilidad y por la patrimonialidad de su contenido.
Los derechos subjetivos son aquellos donde la persona tiene la capacidad para exigir de los demás un determinado
comportamiento. Consiste en la facultad que tiene cada una para obrar de cierto modo frente a los demás.
Los derechos subjetivos se clasifican por el alcance de la eficacia, es decir por su “oponibilidad”, en absolutos y
relativos. Los derechos absolutos son aquellos que gozan de eficacia frente a todos (erga omnes); en cambio, los
derechos relativos solamente tienen eficacia con relación a persona o personas determinadas (inter partes).
También, los derechos subjetivos pueden categorizarse de acuerdo con su “contenido”, en patrimoniales o
extrapatrimoniales.
Por lo tanto, los derechos reales se ubican dentro de los derechos subjetivos, son de contenido patrimonial, es
decir son susceptibles de apreciación pecuniaria y por su oponibilidad son absolutos por lo que gozan de eficacia
frente a todos.
2. Origen histórico del Dualismo: derechos reales y personales. Concepción dualista clásica.
En el derecho romano primitivo no se visualizaron distintas categorías de derechos, ya que únicamente existía el
poder del pater familias sobre todas las personas y cosas que le estaban sometidas.
Con la sanción de la ley Poetelia Papiria (326 o 313 A.C.), la cual abolió el régimen contractual del nexum, aparece el
germen del deslinde conceptual entre los derechos reales y personales. La ejecución, que durante la vigencia del
nexum se entablaba contra la persona, comenzó a promoverse contra el patrimonio. Sin embargo, la clasificación
de los derechos reales y personales no aparece explícitamente en Roma, pero sí implícitamente a través de la
regulación de las acciones.
Las denominaciones ius in personam (derecho personal) y ius in rem (derecho real) no aparecen en los textos
romanos, sino que han sido encontradas por primera vez en el Corpus Legum, redactado en Lombardía entre los
siglos XI y XII.
Desde las enseñanzas romanas teorizadas por los glosadores se consideró al derecho real como un poder jurídico
que supone una relación directa entre un titular y un objeto, y al derecho personal como una relación jurídica
entre un sujeto activo (acreedor) y un sujeto pasivo (deudor), quien debe realizar determinada prestación
(objeto) en favor de aquel.
3. Teorías unitarias: personalista y realista. Otras concepciones. El problema de la existencia de sujeto pasivo
determinado en los derechos reales.
Teoría unitaria personalista (todos los derechos son personales): Los partícipes de la teoría unitaria personalista
señalan que el derecho siempre importa una relación entre personas. Para esta tesitura, los derechos reales no
serían más que derechos personales cuya prestación se concretaría en un deber de abstención a cargo de todos los
miembros de la comunidad: respetar los derechos de los otros.
Entonces se concibe al derecho real como un derecho personal en el que los sujetos pasivos (serían los integrantes
de la comunidad), quienes estarían obligados a la satisfacción de una prestación consistente en un no hacer.
Refutaciones:
a) La imposibilidad de la existencia de una relación entre una persona y una cosa: con independencia de la existencia
de otras personas, no significa que el ordenamiento jurídico no pueda garantizar el ejercicio de ciertas facultades de
la persona sobre una cosa, pues el derecho real no consiste únicamente en la posibilidad de excluir interferencias
extrañas, sino que se concretiza fundamentalmente en la obtención de las ventajas directamente del objeto. Por lo
que el deber de abstención de la comunidad está orientado a esa finalidad.
b) La mentada obligación pasiva universal no es una obligación en sentido técnico. Si bien se advierte la necesidad
jurídica de respetar los derechos de los otros, la apuntada obligación pasiva universal no es más que un reflejo del
principio general del no dañar a otro, indispensable para que en la vida en comunidad gobierne el debido respeto
por los derechos de los semejantes.
En la obligación pasiva universal los sujetos pasivos no se privan de nada, sino que únicamente deben respetar los
derechos ajenos sin entrometerse en esas órbitas. En cambio, en la obligación de no hacer en sentido técnico, el
deudor sí se priva de un derecho que —de no existir la relación obligacional— podría ejercitar.
c) Por otra parte, corresponde tener presente que el deber de respeto de los derechos de los demás integrantes de
la comunidad no se presenta únicamente con relación a los derechos reales y a los demás absolutos, sino que
también en los personales.
El deudor en una relación jurídica obligacional también tiene derecho a satisfacer la prestación debida sin que
terceros extraños al vínculo puedan impedirlo.
Teoría unitaria realista (todos los derechos patrimoniales son reales): Se ha pretendido aludir a los derechos
personales como una relación entre patrimonios y no como un vínculo entre personas. Así como el derecho real
implica una relación de una persona con un objeto, generalmente una cosa, para este criterio, el derecho personal
importaría una relación entre el acreedor y el patrimonio del deudor. Se suele invocar a favor del este criterio la
regla según la cual el patrimonio del deudor constituye la garantía común de sus acreedores.
El fundamento de este criterio se asienta en las ideas de Saleilles acerca de la pretendida despersonalización del
crédito, en el sentido de que en las obligaciones sería más importante la prestación en sí que las condiciones
personales de los sujetos vinculados.
Con ello el derecho personal ya no es un derecho sobre la persona, sino un derecho sobre los bienes de la persona, y
que la única diferencia con el derecho real es que no recae sobre una cosa determinada, sino que involucra la
totalidad de un patrimonio.
Refutaciones:
a) Únicamente considera el momento anormal de la obligación: su incumplimiento. Los bienes que integran el
patrimonio del deudor cumplen una función de garantía la se materializa frente al incumplimiento del deudor.
Por otra parte, si un tercero paga la deuda del deudor de una relación obligacional, el acreedor tampoco llegará a
contactarse con los bienes del deudor, quien estará ahora vinculado con el tercero que ejecutó la obligación, con sus
reglas propias.
b) El patrimonio del deudor no se encuentra especialmente afectado al cumplimiento de la obligación. Si el
patrimonio del deudor fuera el objeto del derecho creditorio, la experimentación de deterioros patrimoniales que
determinen la insolvencia del deudor debería significar la extinción del derecho; sin embargo, el crédito subsiste aun
frente la impotencia patrimonial del deudor. Además, no solo se compone de cosas. En cambio, en los derechos
reales, la destrucción del objeto, por regla, significa la extinción del derecho.
c) No es admisible la despersonalización del derecho creditorio porque hace a la esencia de los derechos creditorios
la persona del deudor, que, lejos de ser indiferente al acreedor, es de cabal importancia para él, y a menudo el
elemento decisivo para dar nacimiento a la relación jurídica. Por ejemplo, en las denominadas obligaciones intuitu
personae, que excluyen el cumplimiento por terceros, predomina las condiciones personales del deudor.
d) No confundir patrimonio como “prenda común de los acreedores” con el DR de prenda.
e) Existen casos en donde no hay siquiera contacto con patrimonio del deudor (cesiones o subrogaciones).
Otras concepciones:
Teoría de la comodidad (Demogue): esta teoría advierte que únicamente puede aludirse a derechos que en su
ejercicio son más cómodos o menos cómodos. Bajo esa concepción, los derechos reales, al exigir solamente el
cumplimiento del deber genérico de no dañar de los terceros en general, serían más cómodos que los personales, en
los que también requerirían de la colaboración activa del deudor para satisfacer la prestación. Además, califica a los
derechos en fuertes o débiles. Los derechos reales serían fuertes por su oponibilidad generalizada, en tanto que los
personales serían débiles pues serían eficaces contra persona o personas determinadas.
Teoría institucionalista (Hauriou): sostiene que por imperio de intereses superiores de la comunidad existen ciertos
ámbitos institucionales que están sometidos a la autoridad del Estado, debiendo los particulares sujetarse a sus
designios (relaciones de subordinación). Y que habría otro ámbito reservado a la autonomía de la voluntad
(relaciones de coordinación). Con esas premisas, los derechos reales se ubicarían en el ámbito institucional y los
derechos personales estarían fuera de él.
El problema de la existencia de sujeto pasivo determinado en los derechos reales:
En los derechos reales sobre objeto ajeno sería sujeto pasivo determinado el titular del dominio gravado con alguno
de esos derechos; por ejemplo, en el usufructo, el sujeto pasivo determinado sería el propietario.
En los derechos reales sobre dominio el sujeto pasivo determinado sería el anterior titular (persona o Estado) en
virtud de la garantía de evicción. Hasta se procuró encontrar al sujeto pasivo determinado en “los que viven más
próximos” al objeto sobre el que recae el derecho.
La alusión a la existencia de un sujeto pasivo determinado en los derechos reales sobre objeto ajeno es objetable
con fundamento en que el titular de ese derecho real sobre objeto propio es un integrante más de la sociedad que
debe respetar la titularidad ajena.
Refutaciones:
a) no hay una abstención que me priva de un derecho, sino un deber de todos.
b) la garantía por evicción nada tiene que ver con el derecho real, ella deriva del acto jurídico (título suficiente) que
integra el proceso de mutación jurídico real. debe tenerse presente que la garantía de evicción encuentra su cauce
cuando el derecho real no fue transmitido, o bien no se lo hizo de acuerdo con lo acordado.
c) la doctrina que ve al sujeto pasivo determinado en “los que viven más próximos” si el titular de un objeto gravado
con un derecho real sobre objeto ajeno no se concibe como un sujeto pasivo con mayor determinación que los
restantes integrantes de la comunidad, no puede pensarse que sí lo serían las personas que se encuentran próximas
al objeto del derecho.
4. Comparación entre los derechos reales y los personales. Relaciones.
*Esencia:
DP: el derecho personal se configura como una relación jurídica en virtud de la cual una persona (acreedor) tiene la
facultad de exigir a otro (deudor) el cumplimiento de una prestación.
DR: el derecho real consiste en un poder jurídico, es decir, un complejo de facultades que se ejercen directamente
sobre su objeto.
*Elementos:
DP: sujeto activo (acreedor), sujeto pasivo (deudor) y el objeto (prestación).
DR: el titular y el objeto –inexistencia del sujeto pasivo-.
*Objeto:
DP: la prestación, es decir, una determinada conducta que el deudor debe realizar en beneficio del acreedor, la que
puede consistir en un dar, un hacer o un no hacer.
DR: principalmente las cosas; los derechos pueden ser objeto de los derechos reales cuando la ley expresamente lo
permite.
*Obtención de la ventaja:
DP: se requiere la colaboración activa del deudor para satisfacer el interés del acreedor.
DR: El titular de un derecho real obtiene la ventaja directamente del objeto.
*Fuente:
DP: nace con un hecho idóneo que active alguna de las fuentes previstas por la ley.
DR: requiere, en el ámbito de las adquisiciones derivadas por acto entre vivos de derechos reales que se ejercen por
la posesión, la concurrencia de concausas: título y modo suficientes.
*Régimen legal:
DP: están gobernados por el principio de la autonomía de la voluntad, con el único límite de no afectar el orden
público, la moral y las buenas costumbres.
DR: impera la idea de orden público, con una mínima participación de la autonomía de la voluntad.
*Número/ cantidad:
DP: abiertos o ilimitado y los particulares pueden configurar tantos derechos creditorios como sean necesarios para
regular sus intereses.
DR: la iniciativa de los particulares es cerrada o limitada: únicamente se puede dar nacimiento a aquellos derechos
que la ley autoriza (numerus clausus).
*Oponibilidad:
DP: oponibilidad relativa (inter partes).
DR: oponibilidad absoluta (erga omnes).
*Ejercicio:
DP: las obligaciones se ejercitan a través de la facultad del acreedor de exigir el pago, o sea el cumplimiento de la
prestación que hace al objeto de la obligación, y, frente al incumplimiento, el acreedor puede ejecutar forzadamente
la obligación para satisfacer su interés en el vínculo- la idea de posesión es extraña-.
DR: se ejercita a través de la posesión (medio natural), salvo la hipoteca y la servidumbre negativa.
*Virtualidad de la tradición:
DP: en las obligaciones de dar y en las de hacer con resultado materializado, la tradición funciona como un contrato
extintivo.
DR: cuando la tradición se apoya en un título suficiente, no solo significa pago de las obligaciones, sino también un
contrato que provoca la mutación jurídico real.
*Prescripción:
DP: la prescripción opera como un modo de extinción de la acción que habilita la ejecución forzada (liberatoria).
DR: la posesión se puede adquirir por prescripción (adquisitiva).
*Permanencia:
DP: se extingue indefectiblemente con el cumplimiento de la prestación destinada a satisfacer el interés del acreedor
(se agota con su ejercicio)
DR: obtiene las utilidades del objeto durante toda la vida del derecho (permanece en el tiempo).
*Duración:
DP: temporal.
DR: temporal, perdurable o perpetuo.
*Exclusividad:
DP: admiten la concurrencia de sujetos sobre un mismo objeto tanto en su faz activa como en la pasiva.
DR: pueden ser exclusivos o no exclusivos, dependiendo de que admitan o no la concurrencia de titulares.
*Inherencia: [Unión de cosas inseparables por su naturaleza, o que solo se pueden separar mentalmente y por
abstracción]
DP: no se establece inherencia alguna (ausencia).
DR: son inherentes a sus objetos; se adhieren a ellos. La inherencia tiene como corolario las dos ventajas típicas de
los derechos reales: el derecho de persecución y el derecho de preferencia (presencia).
-Ius preferendi o derecho de preferencia: es la facultad que tiene el titular del derecho real en los casos de colisión
de dos o más derechos, se cree un mecanismo temporal donde el que primer titular este constituido en el tiempo,
da lugar a quien tenga mejor derecho. Lo que prima es el tiempo.
-Ius persecuendi o derecho de perseguir: es la facultad que tiene el titular del derecho real de perseguir la cosa de
manos de quien la tenga. En principio se concede a todo titular de derecho real, importa que si yo soy dueño de un
inmueble puedo recuperarlo en manos de quien la tenga, es oponible a todos.
*Extinción:
DP: subsiste aun frente a la insolvencia del deudor.
DR: se extingue con la destrucción total de la cosa, salvo en los casos en que la ley autoriza su reconstrucción.
*Publicidad:
DP: no hay menester de publicidad.
DR: exige publicidad suficiente para su conocimiento.
Relaciones:
El derecho personal muchas veces es camino para llegar al derecho real (título):
La regla es que, para las adquisiciones derivadas por acto entre vivos de derechos reales que se ejercen por la
posesión, se requiere la concurrencia de título y modo suficientes, que comportan actos jurídicos
contractualefinalidad económica común: la transmisión del derecho real. El acto jurídico que sirve de título
suficiente (por, ejemplo una compraventa) es fuente de obligaciones (de entregar la cosa) encaminadas a
constituir el derecho real.
El derecho personal es requisito para nacimiento de derecho real (entrega = tradición).
Cuando el modo es la tradición por actos materiales, esta es un contrato que extingue un derecho personal y da
nacimie
nto al derecho real.
El derecho personal a veces es el único camino para llegar al derecho real (derecho de garantía):
Algunos derechos reales son accesorios de derechos personales (derecho real de garantía)
5. Supuestas situaciones intermedias entre los derechos reales y los personales: a) derechos reales “in
faciendo”, b) “ius ad rem”, c) obligaciones “propter rem”.
No existen, no hay situaciones intermedias o pretendidas porque pretender ser.
a) derechos reales “in faciendo”: Concepto clásico del derecho real de raíz romanista fue estructurado como un
poder ejercido directamente sobre un objeto, tradicionalmente una cosa, por contraposición a los derechos
personales, que significan una relación jurídica que genera la facultad de exigir a una persona- determinada o
determinable- el cumplimiento de una prestación.
Entonces el derecho real inviste del poder de obtener directamente de un objeto todas sus utilidades, o algunas o
una de ellas. El personal faculta a requerir al deudor el cumplimiento de la prestación.
Con este punto de partida la expresión “derechos reales in faciendo”, o sea derechos reales que implican un hacer,
es un contrasentido, porque a través de ellos se admitiría un derecho real que tuviera el contenido de un derecho
personal. La titularidad de un derecho real nunca puede consistir en la facultad de exigir a otro un comportamiento
positivo, pues ello implicaría una obligación de hacer.
El derecho romano previno acerca de la imposibilidad referida mediante la introducción de la máxima servitus in
faciendo consistere nequit, es decir, que la servidumbre no puede consistir en un hacer; en otras palabras, que el
titular del fundo sirviente no puede quedar obligado a satisfacer una conducta positiva (un hacer) a favor del titular
del fundo dominio y obviamente este último tampoco puede exigir que aquel despliegue esa conducta.
El principio romano fue receptado por el Código Civil de Vélez. Si bien no existe una norma paralela en el Código Civil
y Comercial la conclusión no debe cambiar, pues solo se permite que la servidumbre consista en un soportar o en
una abstención a favor del titular del fundo dominante (art. 2164), o sea que está impedido que se traduzca en un
hacer, pues todo lo que no está permitido está prohibido (orden público).
b) derecho a la cosa o “ius ad rem”: La denominación ius ad rem parece encontrar su origen en el derecho canónico
durante el siglo XIII. Es sabido que el oficio eclesiástico está, normalmente, unido a un conjunto de bienes que
permiten el desarrollo de su gestión a través de rentas. El beneficiario tiene sobre esos bienes un ius in re (derecho
real) que se transmite por la colación, pues recién desde ese momento obtiene la posesión de ellos.
Ahora bien, en el interregno entre la designación y la colación, el beneficiario de los bienes tiene una expectativa de
derecho a ellos. Esa potencialidad de derecho a los beneficios unidos al cargo que recién se obtendrían con la
colación se designó como ius ad rem (derecho a la cosa).
En el Derecho Feudal se empleó el ius ad rem para referenciar la situación jurídica de los vasallos a quienes se les
había otorgado la investidura o concesión formal o simbólica pero que de no tenían la posesión efectiva de los
bienes del feudo.
En el Siglo XX algunos autores retomaron la idea del ius ad rem para reforzar la posición de quienes se encuentran en
ciertas situaciones en las que no se puede hablar de auténtico derecho real. Se presentan situaciones jurídicas como
la del adquirente de un inmueble mediando boleto de compraventa, que fue investido de la posesión de la cosa e
incluso pagó una parte significativa del precio. Sin dudas todavía no será titular de un derecho real, pero las
esperables consecuencias lógicas de la dinámica del derecho lo conducirán al derecho real que se cristalizará cuando
se alcance el título suficiente.
La necesidad de título y modo suficientes como requisito para la transmisión de los derechos reales, permite
hablar de un tránsito del derecho personal al derecho real. durante ese tránsito y hasta el nacimiento del derecho
real hay una expectativa, una vocación.
c) obligaciones “propter rem” u obligaciones que le sigue a la cosa: son obligaciones de dar, hacer o no hacer que
son debidas a alguien o por alguien, que asume la calidad de acreedor o deudor en virtud de una relación de hecho o
derecho con la cosa.
A estas obligaciones se las califica como “reales” y es de la esencia propia de ellas el nacer y transmitirse en cabeza
de los sujetos que se encuentran por lo menos en alguna relación real con una cosa. Esta relación real no debe
encontrar necesariamente apoyatura en un derecho real, sino que la obligación puede configurarse también por la
mutación del estado de hecho con la cosa.
En otras palabras, estas obligaciones no implican una situación intermedia entre los derechos reales y los personales.
Son derechos personales, cuyo único elemento “real” está constituido por la particular relación con una cosa, que
hace nacer el crédito y el débito, y determina que tanto uno como otro “ambulen” o “cabalguen” adheridos a la cosa
y a través de sus sucesivas traslaciones.
Por lo dicho, se excluye terminantemente la posibilidad de vislumbrar en las obligaciones propter rem uno de los
contenidos del derecho real. Este solo da motivo para el nacimiento de la obligación (derecho personal), pero esa
obligación no forma parte de su esencia, la cual supone una relación directa entre el titular y la cosa, con miras a
extraer de ella su utilidad.
La fuente de estas obligaciones es exclusivamente la ley (ex lege). Así, en el claro ejemplo de la medianería, el
crédito y la deuda surgen con la adquisición de la titularidad del inmueble respectivo, por la mera virtualidad de la
ley.
El principio general en materia de responsabilidad es el de que el obligado propter rem responde por el
incumplimiento de la obligación, no solo con la cosa en cuya virtud nació el crédito, sino —como todo deudor— con
la totalidad de su patrimonio. Tal extensión de la responsabilidad es aplicable tanto a las deudas originadas durante
la relación del sujeto con la cosa, como también a aquellas ya existentes antes de efectivizarse esa relación. El
abandono de la cosa libera de la obligación, ya que desvincula al sujeto de la relación que lo obligaba.
Caso expensas: no son obligaciones propter rem [se ve más adelante].
2) LA LEY
ARTICULO 1894.- Adquisición legal. Se adquieren por mero efecto de la ley, los condominios con indivisión forzosa
perdurable de accesorios indispensables al uso común de varios inmuebles y de muros, cercos y fosos cuando el
cerramiento es forzoso, y el que se origina en la accesión de cosas muebles inseparables; la habitación del cónyuge y
del conviviente supérstite, y los derechos de los adquirentes y subadquirentes de buena fe.
Son 5 los casos que están previsto en este artículo. Los primeros tres casos tienen que ver con el condominio, el
cuarto con la habitación y el quinto no tiene nada que ver con lo anterior.
1. Condominio de accesorios indispensables al uso común de dos o más fundos, inmueble o heredades: se crea un
condominio típico particular sobre un accesorio indispensable para el uso común de dos o más fundos. Por ejemplo,
un callejón para acceder a dos o más fundos.
2. Condominio de muros cercos y fosos: nos centramos en los muros, pared o medianería, pero en realidad
técnicamente es un muro divisorio. El código prevé que cuando se compra un inmueble el dueño tiene la obligación
de encerrarse ya sea por seguridad y privacidad. Esa pared de llama muro de encerramiento forzoso porque tengo la
obligación de hacer. A su vez ese muro le sirve al vecino para encerrarse, por lo tanto, a partir del momento que se
haya construido el muro se encuentra en condominio -en barrio cerrado solo se aplica en la perimetral-.
3. Condominio por accesión de cosas muebles inseparables: accesión es la unión de forma natural de dos cosas
muebles y que no pueden separarse. El código lo que dice si el valor de calidad de las cosas es lo mismo hay
condominio, siempre tiene que ser de igual valor.
4. Derecho real de habitación del cónyuge o conviviente supérstite: supérstite: sobrevive a la muerte. El código
establece que desde el mismo momento que fallece uno de conviviente o cónyuge, el supérstite tiene derecho de
habitación gratuito y vitalicio en el caso del cónyuge y por 2 años en conviviente.
5. Los derechos de los adquirentes y subadquirentes de buena fe:
Adquirente de buena fe sobre cosas muebles e inmuebles:
i) Heredero aparente: ARTICULO 2315.- Actos del heredero aparente. Son válidos los actos de administración del
heredero aparente realizados hasta la notificación de la demanda de petición de herencia, excepto que haya habido
mala fe suya y del tercero con quien contrató.
Son también válidos los actos de disposición a título oneroso en favor de terceros que ignoran la existencia de
herederos de mejor o igual derecho que el heredero aparente, o que los derechos de éste están judicialmente
controvertidos.
El heredero aparente de buena fe debe restituir al heredero el precio recibido; el de mala fe debe indemnizar todo
perjuicio que le haya causado.
El heredero aparente es aquella persona que, estando en posesión de la herencia, ha sido desplazada total o
parcialmente por el heredero real, al resultar vencida en una acción petitoria hereditaria o como consecuencia de la
admisión voluntaria del derecho que se reclama. En este supuesto el tercero adquiere de manera definitiva y queda
fuera de la posibilidad de acciones persecutorias. Tales terceros, efectivamente, adquieren por virtualidad de la ley y
a título originario, pues no derivan su derecho del heredero aparente, sino que se entiende que lo adquirieron por el
“mero efecto de la ley”.
ii) Contratación con un incapaz: ARTICULO 45.- Actos anteriores a la inscripción. Los actos anteriores a la inscripción
de la sentencia pueden ser declarados nulos, si perjudican a la persona incapaz o con capacidad restringida, y se
cumple alguno de los siguientes extremos:
a) la enfermedad mental era ostensible a la época de la celebración del acto;
b) quien contrató con él era de mala fe;
c) el acto es a título gratuito.
No se puede contratar con un incapaz es nulo, pero puede ocurrir que una persona contrate con un incapaz y que
ella no estuviese aún inscripta. La ley considera en principio válidos los actos anteriores a la interdicción valorando la
notoriedad o publicidad a la celebración del acto. El objeto es la preservación de la seguridad y tráfico jurídico y la
protección de terceros de buena fe y a título oneroso. Para ello, quien contrató con un incapaz, no podría alegar su
buena fe o desconocimiento de la situación frente a una persona cuya condición de salud mental era notoria o
pública a la época de celebración del acto y, por lo tanto, debió ser conocida o advertida por aquel.
Por ello si es tercero es de buena fe y a título oneroso adquiere un derecho real por el mero efecto de la ley.
Adquirente de buena fe sobre cosas inmuebles:
iii) Abuso de firma en blanco: ARTICULO 315.- Documento firmado en blanco. El firmante de un documento en
blanco puede impugnar su contenido mediante la prueba de que no responde a sus instrucciones, pero no puede
valerse para ello de testigos si no existe principio de prueba por escrito. El desconocimiento del firmante no debe
afectar a terceros de buena fe.
Cuando el documento firmado en blanco es sustraído contra la voluntad de la persona que lo guarda, esas
circunstancias pueden probarse por cualquier medio. En tal caso, el contenido del instrumento no puede oponerse al
firmante excepto por los terceros que acrediten su buena fe si han adquirido derechos a título oneroso en base al
instrumento.
Quien asumió el riesgo de firmar un documento en blanco o una parte de él debe cargar con las consecuencias que
su proceder genera. La elección de un representante infiel, en cualquier caso, es responsabilidad del firmante y, en
ninguna circunstancia, podría afectarse el derecho del tercero que obró de buena fe y bajo la apariencia de que lo
que hacía era correcto. Una solución contraria a la que propicia la norma implicaría atentar contra la seguridad
jurídica que debe primar en la materia. Los derechos de los terceros de buena fe quedan debidamente resguardados
frente a la eventualidad de que se impugne el documento.
Subadquirente de buena fe sobre cosas muebles registrables e inmuebles:
ARTICULO 392.- Efectos respecto de terceros en cosas registrables. Todos los derechos reales o personales
transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una persona que ha resultado adquirente en
virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser reclamados directamente del tercero, excepto contra el
subadquirente de derechos reales o personales de buena fe y a título oneroso.
Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso si el acto se ha realizado sin intervención
del titular del derecho.
El efecto principal de la nulidad es volver las cosas al estado anterior al acto declarado nulo y, en consecuencia, las
partes habrán de restituirse lo que mutuamente se entregaron en miras al acto viciado. Quedan exceptuados de la
obligación de restituir y a resguardo de la acción de reivindicación, los terceros subadquirentes de buena fe y a título
oneroso de bienes inmuebles o de muebles registrables.
La buena fe del tercer adquirente puede ser entendida de distintas maneras. Un sector de opinión puede considerar
que es suficiente con que el adquirente haya confiado en las constancias de los registros para ser considerado como
adquirente de buena fe. Este criterio se enuncia como “buena fe registral”. Para otros, en cambio, no basta con las
constancias registrales sino que es preciso que el tercero adquirente haya tomado los recaudos para asegurarse que
la realidad extra registral coincide con la registrada. Por tal razón, en materia de adquisición de inmuebles,
solamente se considera que el subadquirente es de buena fe si realizó un estudio de títulos que no reflejaba ninguna
anomalía en la cadena de dominio.
Subadquirente de buena fe sobre cosas muebles no registrables:
ARTICULO 1895.- Adquisición legal de derechos reales sobre muebles por subadquirente. La posesión de buena fe
del subadquirente de cosas muebles no registrables que no sean hurtadas o perdidas es suficiente para adquirir los
derechos reales principales excepto que el verdadero propietario pruebe que la adquisición fue gratuita.
Respecto de las cosas muebles registrables no existe buena fe sin inscripción a favor de quien la invoca.
Tampoco existe buena fe aunque haya inscripción a favor de quien la invoca, si el respectivo régimen especial prevé
la existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y éstos no son coincidentes.
El fundamento de esa norma reside en la necesidad de facilitar la circulación de las cosas muebles no registrables y
evitar que los adquirentes de derechos reales principales sobre ellas deban efectuar dificultosas investigaciones
sobre la titularidad del transmitente. También procura facilitar la prueba del derecho real a través de la posesión de
buena fe, ya que es habitual que las mutaciones jurídico reales sobre esas cosas no estén acompañadas de ningún
instrumento probatorio. La “posesión” del subadquirente puede ser a título de cualquier derecho real que se ejerza
por la posesión. Esa posesión debe ser de “buena fe”, o sea, es necesario que el subadquirente no conociera ni
pudiera conocer que carecía de derecho.
El art. 1895 tutela únicamente a los poseedores de buena fe en el caso de que ejerciten su relación real sobre cosas
muebles no registrables de las cuales su titular se desprendió voluntariamente. Si hubiera mediado “hurto” (contra
la voluntad del titular) o “pérdida” (sin la voluntad del titular) de esas cosas, el poseedor no queda protegido y el
único medio para adquirirlas sería a través de la prescripción adquisitiva. El verdadero titular no podrá reivindicar la
cosa cuando esté frente a un subadquirente de buena fe y título oneroso.
LARGA:
ARTICULO 1899.- Prescripción adquisitiva larga. Si no existe justo título o buena fe, el plazo es de veinte años.
No puede invocarse contra el adquirente la falta o nulidad del título o de su inscripción, ni la mala fe de su posesión.
También adquiere el derecho real el que posee durante diez años una cosa mueble registrable, no hurtada ni perdida,
que no inscribe a su nombre pero la recibe del titular registral o de su cesionario sucesivo, siempre que los elementos
identificatorios que se prevén en el respectivo régimen especial sean coincidentes.
Requisitos:
*Computo del plazo. En materia inmobiliaria, la posesión debe prolongarse por veinte años; en cambio, en materia
mobiliaria, en el supuesto de cosas no hurtadas o perdidas, el tiempo de posesión exigible se reduce a diez años.
*Que la posesión sea ejercida en forma continua y ostensible.
*No puede invocarse contra el adquirente falta o nulidad de título, esto es porque es un modo originario de
adquisición, por lo que no interesa el encadenamiento de títulos.
*Caso de posesión ilegítima de mala fe viciosa. No puede invocarse la mala fe para enervar la prescripción
adquisitiva larga. El artículo no distingue, y engloba a todos los casos de mala fe, salvo cuando la posesión no sea
ostensible que se entiende que es ejercida con clandestinidad.
Comparación del justo título para usucapir con el título suficiente y el título putativo:
Título suficiente respecto de una cosa determinada constituye un acto jurídico cuyo objeto consiste en la
transmisión del derecho real correlativo (dominio, condominio, usufructo, uso, habitación, etc.) que se
encuentra revestido de las formalidades establecidas por la ley otorgado por una persona capaz, que cuenta
con poder de disposición, que se halla legitimada en forma ordinaria y al efecto, para disponer de una cosa
(constituye un derecho real legítimo). En cambio, el justo título no está otorgado por una persona capaz, no
cuenta con poder de disposición o esta persona no se halla legitimada para disponer.
Título putativo se refiere a un título que, aunque puede ser verdadero, no se aplica correctamente al objeto
de la posesión. Por ej., si alguien adquiere posesión de un inmueble basado en un testamento que luego es
revocado, o si la posesión se ejerce sobre un inmueble diferente al adquirido legalmente.
*Unión de posesiones:
ARTICULO 1901.- Unión de posesiones. El heredero continúa la posesión de su causante.
El sucesor particular puede unir su posesión a la de sus antecesores, siempre que derive inmediatamente de las otras.
En la prescripción breve las posesiones unidas deben ser de buena fe y estar ligadas por un vínculo jurídico.
El principio de continuidad de la posesión entre herederos establece que el heredero continúa la posesión de su
causante. No existe una unión de posesiones propiamente dicha, ya que el heredero simplemente continúa la
posesión del causante.
Sin embargo, la verdadera unión de posesiones ocurre en la sucesión particular, donde el sucesor puede unir su
posesión a la de sus antecesores, siempre y cuando exista un vínculo jurídico entre ellas. La calidad de buena o mala
de las posesiones es relevante dependiendo del tipo de prescripción adquisitiva que se esté buscando. Es necesario
que las posesiones estén unidas por un vínculo jurídico y que no se interrumpa la continuidad entre ellas para que la
unión sea válida.
Requisitos:
Que la posesión del sucesor particular "derive inmediatamente" de la de sus antecesores: La conexión entre las
posesiones unidas tiene que expresar la idea de "continuidad“. No separadas por una posesión viciosa.
Que las posesiones unidas estén "ligadas por un vínculo jurídico“.
Que "en la prescripción breve las posesiones unidas deben ser de buena fe".
Que se opte por la unión
Interrupción: ARTICULO 2544.- Efectos. El efecto de la interrupción de la prescripción es tener por no sucedido el
lapso que la precede e iniciar un nuevo plazo.
ARTICULO 2545.- Interrupción por reconocimiento. El curso de la prescripción se interrumpe por el reconocimiento
que el deudor o poseedor efectúa del derecho de aquel contra quien prescribe.
ARTICULO 2546.- Interrupción por petición judicial. El curso de la prescripción se interrumpe por toda petición del
titular del derecho ante autoridad judicial que traduce la intención de no abandonarlo, contra el poseedor, su
representante en la posesión, o el deudor, aunque sea defectuosa, realizada por persona incapaz, ante tribunal
incompetente, o en el plazo de gracia previsto en el ordenamiento procesal aplicable.
ARTICULO 2548.- Interrupción por solicitud de arbitraje. El curso de la prescripción se interrumpe por la solicitud de
arbitraje. Los efectos de esta causal se rigen por lo dispuesto para la interrupción de la prescripción por petición
judicial, en cuanto sea aplicable.
*Renuncia.
ARTICULO 2535.- Renuncia. La prescripción ya ganada puede ser renunciada por las personas que pueden otorgar
actos de disposición. La renuncia a la prescripción por uno de los codeudores o coposeedores no surte efectos
respecto de los demás. No procede la acción de regreso del codeudor renunciante contra sus codeudores liberados
por la prescripción.
El CCYC permite renunciar a la prescripción pasada pero no aborda la futura. Sin una autorización específica, la
renuncia a la prescripción futura se considera prohibida. Surge la pregunta sobre si renunciar a la prescripción
ganada es diferente de renunciar al dominio o derechos adquiridos por usucapión. La sentencia de usucapión es
declarativa y solo reconoce la adquisición de un DR ya consumado, por lo que renunciar a la prescripción cumplida
equivale a renunciar al derecho real adquirido.
*Sentencia
ARTICULO 1905.- Sentencia de prescripción adquisitiva. La sentencia que se dicta en los juicios de prescripción
adquisitiva, en proceso que debe ser contencioso, debe fijar la fecha en la cual, cumplido el plazo de prescripción, se
produce la adquisición del derecho real respectivo.
La sentencia declarativa de prescripción larga no tiene efecto retroactivo al tiempo en que comienza la posesión.
La resolución que confiere traslado de la demanda o de la excepción de prescripción adquisitiva debe ordenar, de
oficio, la anotación de la litis con relación al objeto, a fin de dar a conocer la pretensión.
Una vez que se cumplen los requisitos para usucapir, el usucapiente se convierte en titular del derecho real
inmediatamente, sin tener que esperar por la sentencia: entonces, la sentencia es DECLARATIVA de una situación
jurídica preexistente.
ARTICULO 1903.- Comienzo de la posesión. Se presume, salvo prueba en contrario, que la posesión se inicia en la
fecha del justo título, o de su registración si ésta es constitutiva.
La sentencia declarativa de prescripción breve tiene efecto retroactivo al tiempo en que comienza la posesión, sin
perjuicio de los derechos de terceros interesados de buena fe.
*Normas procesales: tratamiento particular del art. 24 de la Ley 14.159 según el texto del Decreto-Ley 5756/58.
Incidencia de la Ley 24.374 y sus reformas:
Forma de hacer valer la prescripción:
• Como acción o excepción (Art. 2551), no pudiéndose ser declarada de oficio (Art. 2552).
• Debe oponerse al contestar demanda o excepciones (Art. 2553) junto con informe de dominio y plano de
mensura.
Carácter del proceso y requisitos de la demanda:
• Proceso contencioso (porque hay contradictor, quien resulte titula registral. Art. 24 ley 14159)
• Con la resolución que confiere el traslado de la demanda o de la excepción de la prescripción, ordene la
anotación de litis "a fin de dar a conocer la pretensión" (art. 1905).
• Se admite toda clase de prueba (Art. 24 ley 14.159)
• No puede basarse exclusivamente en testimonial. Se asigna importancia al pago de impuestos (aunque sólo
reflejaría animus).
• Sentencia con efecto declarativo. Quid de la retroactividad.
*Comparación de los efectos de la usucapión con los de la prescripción liberatoria, la extinción por el no uso, la
caducidad y la perención de la instancia.
a. Usucapión:
Efecto: La usucapión es un medio de adquirir la propiedad de un bien a través de la posesión continua y
pacífica durante un período de tiempo establecido por la ley.
Resultado: Una vez completado el período de posesión requerido, el poseedor adquiere el D de propiedad
sobre el bien, transfiriendo así el título de propiedad de forma legal.
b. Prescripción Liberatoria:
Efecto: La prescripción liberatoria extingue la acción que tenía el titular del DR para reclamar el
cumplimiento de una derivada de ese debido al transcurso del tiempo establecido por la ley.
Resultado: La extinción de la acción impide al titular reclamar el cumplimiento de la O, pero no afecta la
titularidad del DR en sí misma.
c. Extinción por el No Uso:
Efecto: La extinción por el no uso ocurre cuando el titular de un DR no lo ejerce durante un período
prolongado de tiempo, según lo establecido por la ley.
Resultado: El DR se extingue debido a la falta de ejercicio por parte del titular, lo que significa que pierde su
titularidad sobre el bien.
d. Caducidad:
Efecto: La caducidad es la pérdida de un DR debido al incumplimiento de ciertas condiciones o requisitos
establecidos por la ley.
Resultado: La caducidad puede resultar en la pérdida del DR en cuestión si no se cumplen las condiciones o
requisitos legales.
e. Perención de Instancia:
Efecto: La perención de instancia ocurre cuando un proceso judicial no avanza debido a la inactividad o
negligencia de las partes involucradas.
Resultado: La perención de instancia conlleva el cierre del proceso judicial sin un fallo definitivo, lo que
puede afectar los DR en disputa si no se resuelve el caso dentro de los límites de tiempo establecidos por la
ley.
[En resumen, mientras que la usucapión y la prescripción liberatoria afectan directamente la titularidad de los
derechos reales, la extinción por el no uso, la caducidad y la perención de instancia pueden tener efectos sobre la
validez o la existencia de los derechos reales, pero de manera indirecta o procesal]
[Todos los derechos reales principales que se ejerce por posesión se puede adquirir por prescripción. No se ejercer
las garantías y servidumbres negativa porque es un no hacer]
14. Adquisiciones derivadas. Alcances de la teoría del título y del modo. Relación temporal entre ambos. Casos
especiales. El pago del precio. Tradición traslativa del derecho real. Concepto. Requisitos.
Una adquisición es derivada cuando se funda en un derecho anterior; de allí que sea aplicable el principio del nemo
plus iuris, en virtud del cual “nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que tiene”.
La adquisición derivada puede provenir de actos entre vivos o de actos por causa de muerte, en función de si el
derecho es transmitido durante la vida de su anterior titular o en virtud de su muerte.
Adquisición por actos entre vivos:
ARTICULO 1892.- Título y modos suficientes. La adquisición derivada por actos entre vivos de un derecho real
requiere la concurrencia de título y modo suficientes.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por la ley, que tiene por
finalidad transmitir o constituir el derecho real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales que se ejercen por la
posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del propietario, y éste por un acto jurídico pasa el
dominio de ella al que la poseía a su nombre, o cuando el que la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla
a nombre de otro. Tampoco es necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la tenencia y
constituyéndose en poseedor a nombre del adquirente.
La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales sobre cosas registrables en
los casos legalmente previstos; y sobre cosas no registrables, cuando el tipo del derecho así lo requiera.
El primer uso es modo suficiente de adquisición de la servidumbre positiva.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus otorgantes deben ser capaces y
estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro Quinto.
Principio General: Los derechos reales se adquieren de forma derivada por actos entre vivos por la concurrencia del
título suficiente y modo suficiente. El modo suficiente por excelencia es la TRADICIÓN.
Aclaraciones:
*Hay derechos reales que no se adquieren por la concurrencia de estos elementos: Hipoteca y servidumbres
negativas (se adquieren sólo título)
*El modo suficiente no siempre es la tradición.
*Es muy importante no confundir la tradición de las relaciones reales (posesión) con la tradición traslativa de los
derechos reales.
TÍTULO SUFICIENTE: acto jurídico revestido de las formas establecidas por la ley, que tiene por finalidad transmitir o
constituir el derecho real.
Acto jurídico:
*Es un “…acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas” (Art. 259 CCyC).
* El vocablo “título” se emplea con el sentido de la causa fuente de la adquisición de los derechos reales.
Revestido de las formas establecidas por ley: Si el objeto es una cosa inmueble, por escritura pública.
Que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real: Actos jurídicos que puedan cumplir con esa
finalidad (compraventa, donación, permuta, dación en pago. No locación o comodato ni boleto de
compraventa).
Otorgado por disponente capaz y legitimado al efecto: El título no es suficiente si proviene de un otorgante
incapaz, que no se encuentra legitimado para disponer el objeto. En ese supuesto, se estará en presencia de
un simple justo título para usucapir, eficaz para alcanzar la prescripción adquisitiva breve, conjuntamente
con otros requisitos. Si el título no es verdadero, o es verdadero pero no se aplica al objeto, es un título
putativo. El título no es verdadero, por ejemplo, si una persona adquirió la posesión de las cosas de la
herencia en virtud de haber sido instituido heredero testamentario y luego se toma conocimiento de un
testamento posterior que revoca esa institución hereditaria. El título es verdadero, pero no se aplica a la
cosa que se posee, verbigracia, si se adquiere un inmueble, pero se ejercita la posesión sobre un inmueble
contiguo.
MODO SUFICIENTE:
Requisitos:
1. Existir título suficiente: El título suficiente, como acto jurídico que tiene finalidad traslativa, obliga la
celebración del contrato tradición cuando se encuentra involucrado un derecho real que se ejerce por la
posesión.
2. Ser capaz y legitimado al efecto (ser el propietario).
Tradición: La tradición posesoria no es lo mismo que la tradición traslativa del derecho real. La tradición de
la posesión importa el acto de entrega material de la cosa. La tradición traslativa del derecho real es un
contrato formal solemne con propósito bifronte.
En otras palabras: La tradición es un acto jurídico bilateral de contenido patrimonial, revestido de las formas
establecidas por la ley, que tiene por finalidad transmitir un derecho real y extinguir una obligación.
La finalidad de la tradición traslativa de derecho real es precisamente la transmisión del derecho real respectivo y
paralelamente la de extinguir una obligación, al importar el cumplimiento de ella, o sea, su pago. La tradición
traslativa del derecho real es un prototipo de acto jurídico bilateral y patrimonial bipolar, tanto real como personal.
En otras palabras, es un contrato traslativo de derechos reales y extintivo de derechos personales.
Inscripción registral: Un registro es constitutivo cuando el derecho nace con la inscripción,
independientemente de que se haya efectuado la tradición de la cosa. Por ejemplo: los automotores o
equinos de pura sangre.
Primer uso: En la servidumbre positiva el modo suficiente es el primer uso que su titular realice.
Relación temporal entre el título y el modo suficiente: Si bien el modo suficiente debe estar fundado en un título
suficiente y normalmente el título es anterior a la tradición, se ha entendido que no existen reparos para que la
tradición posesoria se produzca antes que el título y recién con él se convierta en tradición traslativa del derecho
real.
De esa manera se da fundamento legal a una práctica negocial muy difundida, consistente en que quienes habrán de
convertirse en dueños de inmuebles adquieran la posesión de ellos con la sola suscripción de boletos de
compraventa, comúnmente celebrados en instrumentos privados, sin que sea necesario cumplir con los formalismos
necesarios para alumbrar al título suficiente, el que por razones diversas se otorga tiempo después.
Pago del precio:
ARTICULO 1168.- Venta condicional. Presunción. En caso de duda, la venta condicional se reputa hecha bajo
condición resolutoria, si antes del cumplimiento de la condición el vendedor hace tradición de la cosa al comprador.
ARTICULO 1169.- Efecto de la compraventa sujeta a condición resolutoria. La compraventa sujeta a condición
resolutoria produce los efectos propios del contrato, pero la tradición o, en su caso, la inscripción registral, sólo
transmite el dominio revocable.
La regla es que el pago del precio no es requisito para provocar la mutación jurídico real.
Si las partes pactaran que el transmitente se reserva el derecho real hasta tanto se cumpla la obligación de pagar el
precio:
• Condición suspensiva, motivo por el cual el derecho real no se trasmitiría hasta que el precio se abonara.
• Condición resolutoria: verdadera intención ha sido transmitir el dominio en el acto del contrato y supeditar ese
dominio a la condición resolutoria de que se pague la totalidad del precio.
Supuestos en donde el pago del precio se transforma en regla: expropiación y subasta.
15. Transmisibilidad.
ARTICULO 1906.- Transmisibilidad. Todos los derechos reales son transmisibles, excepto disposición legal en
contrario.
-La regla es que todos los derechos reales son transmisibles, excepto disposición legal en contrario.
Ejemplo excepciones: el derecho real de habitación es intransmisible, y los derechos reales de usufructo, uso, y
servidumbre personal son transmisibles por actos entre vivos, pero no por causa de muerte. Los derechos reales de
garantía (hipoteca, anticresis y prenda) solamente pueden ser transmitidos juntamente con el crédito que
garantizan. Y el derecho real de servidumbre, cuando es real, únicamente puede ser transmitido con el inmueble
gravado.
-Las normas atinentes a las transmisiones de derechos reales son de carácter estatutario por estar impregnadas de
orden público.
-Las cláusulas contractuales o disposiciones testamentarias que prohíban la transmisión de los derechos reales serán
nulas de nulidad absoluta salvo que la ley lo establezca.
-Cláusulas de indisponibilidad:
ARTICULO 1972.- Cláusulas de inenajenabilidad. En los actos a título oneroso es nula la cláusula de no transmitir a
persona alguna el dominio de una cosa determinada o de no constituir sobre ella otros derechos reales. Estas
cláusulas son válidas si se refieren a persona o personas determinadas.
En los actos a título gratuito todas las cláusulas señaladas en el primer párrafo son válidas si su plazo no excede de
diez años.
Si la convención no fija plazo, o establece un plazo incierto o superior a diez años, se considera celebrada por ese
tiempo. Es renovable de manera expresa por un lapso que no exceda de diez años contados desde que se estableció.
En los actos por causa de muerte son nulas las cláusulas que afectan las porciones legítimas, o implican una
sustitución fideicomisaria.
16. Extinción.
ARTICULO 1907.- Extinción. Sin perjuicio de los medios de extinción de todos los derechos patrimoniales y de los
especiales de los derechos reales, éstos se extinguen, por la destrucción total de la cosa si la ley no autoriza su
reconstrucción, por su abandono, por la consolidación en los derechos reales sobre cosa ajena y por sentencia judicial
que así lo disponga en un proceso de extinción de dominio.
Causales de extinción de cada derecho real en particular: análisis que se efectúa en cada derecho real en particular.
PRINCIPAL POSESIÓN
VOLUNTARIAS
(PODERES DE
HECHO)
DELEGADA TENENCIA
RELACIONES
REALES SUBORDINADAS
SERVIDORES DE
INSTRUMENTAL
LA POSESIÓN
INVOLUNTARIAS YUXTAPOSICIÓN LOCAL
Las relaciones reales son tales por conectar físicamente las personas con las cosas, puede establecerse de manera
voluntaria o involuntaria. Es voluntaria por quien tiene la capacidad de querer, ósea que quiso porque tenía
discernimiento, libertad, intención y estaba dotado de la aptitud jurídica de querer. Es involuntaria cuando falta el
discernimiento, la intención y la libertad. Cuando esta conexión física es involuntaria se configura una relación física
real de grado mínimo que a la manera de entender de Ihering se puede calificar como yuxtaposición local.
Las relaciones reales voluntarias implican poderes de hecho, esto es relaciones directas, actuales o potenciales
sobre la cosa. A su vez a las relaciones voluntarias que significan poderes de hecho las subdividimos en principal y
subordinadas. Este poder de hecho es principal cuando es independiente de cualquier otra relación real. Y la única
que encuadra en la principal es la posesión. Son subordinadas cuando existe algún poder de hecho de grado
superior que las condiciona y a cuya suerte están unidas. Los poderes de hecho subordinados son los nacidos en
tenencia y servidores de la posesión donde la relación real subordinadas puede ser delegada (tenencia) o
instrumental (servidores de la posesión).
Elementos de las relaciones reales:
ELEMENTO OBJETIVO DE LAS RELACIONES REALES VOLUNTARIAS: Corpus.
La relación física entre la persona y la cosa cuando es voluntaria es configurativa del elemento corpus. El corpus es el
poder físico, la potestad de hecho sobre la cosa que se advierte cuando una persona tiene una cosa bajo su poder.
Es el ejercicio de un poder de hecho sobre la cosa (artículos 1909 y 1910). Para la posesión y la tenencia también es
extensible a los servidores de la posesión (artículo 1911). El solo contacto físico entre una persona y una cosa no
denota el corpus, es necesario que esa relación física sea querida por quien tenga capacidad para quererla. Así no
involucra corpus la relación física que mantiene un niño de meses con su chupete.
ARTICULO 1912.- Objeto y sujeto plural. El objeto de la posesión y de la tenencia es la cosa determinada. Se ejerce
por una o varias personas sobre la totalidad o una parte material de la cosa.
En definitiva, el corpus se define con un contacto físico voluntario actual o potencial entre una persona y una cosa
determinada.
En Savigny existen tres elementos para configurar el corpus: ARTICULO 1922.- Adquisición de poder. Para adquirir
una relación de poder sobre una cosa, ésta debe establecerse voluntariamente:
a) por sujeto capaz, excepto las personas menores de edad, para quienes es suficiente que tengan diez años;
b) por medio de un contacto con la cosa, de la posibilidad física de establecerlo, o cuando ella ingresa en el ámbito de
custodia del adquirente.
*Por medio de un contacto con la cosa: la relación de contacto físico refiere al corpus en toda su expresión. Pero
Savigny razonaba poniendo el acento especialmente en la posesión. Debe expandirse a las distintas relaciones reales
voluntarias, pero el mismo decía que el que tiene en su mano una pieza de moneda es sin duda poseedor de la
misma. Pero en el ejemplo citado hay todavía otro hecho que es la posibilidad material de hacer de la cosa lo que se
quiere y destruir toda acción extraña.
*Posibilidad de establecer el contacto físico: aquel que se encuentra separado de la cosa, por ejemplo, por una
puerta cerrada, no la posee. Pero el que tiene la llave puede a cada instante hacerse cargo de la cosa. Por ejemplo,
una vivienda. Recreando los tiempos actuales puede advertirse la posibilidad física con una tarjeta magnética que
habilita el acceso a un complejo vacacional o viene del empleo la contraseña necesaria para distinto acceso que sea a
través de una cerradura electrónica.
*Ingreso de la cosa en el ámbito de custodia: el corpus se conforma en este supuesto a través de una suerte de
imperio, ese imperio que tiene el sujeto sobre todo lo que se encuentra en su esfera de custodia y en esa línea de
ideas basta que una correspondencia o un periódico o hasta objeto de otra naturaleza se deje en un inmueble a
disposición de una persona para que esta tenga el corpus de ella.
ELEMENTOS SUBJETIVOS DE LAS RELACIONES VOLUNTARIAS: determinado el animus.
El elemento subjetivo se manifiesta de diferentes maneras
*En la posesión: se presenta el animus cuando el sujeto de una relación real ha direccionado su voluntad y no lo
hará de no existir un hecho exterior para el sometimiento de la cosa al ejercicio de un derecho real como propio. O
sea, comportándose como titular del derecho lo sea o no. Esos hechos exteriores que reflejan este animus pueden
ser realizados aún sin relación física de la cosa, por ejemplo, falta de corpus: el pago de impuesto, casas,
contribuciones por quien no ocupa el inmueble.
*En la tenencia: en este caso el animus se traduce en el comportamiento del tenedor de ejercitar un derecho
personal lo ostente o no, reconociendo en otro la titular de un derecho real. En este caso el tenedor actúa como un
delegado de quien ejerce la posesión. Este animus es distinto del propio poseedor. Pero de la omisión en destacar su
existencia podría inferirse que solo existe animus cuando medie posesión y no es así.
*En los servidores de la posesión: también existe en los servidores quienes al igual que los tenedores despliegan su
actividad como ejercitando derecho personal, como sujetos activos o pasivos de ellos, lo sean o no, pero obrando
como prolongaciones instrumentales del poder de hecho de otro.
3. Posesión y tenencia. Las denominadas doctrinas subjetiva y objetiva. Aproximación de sus conclusiones.
Teoría subjetiva (Savigny): toma a la posesión y la tenencia y se centra en el sujeto. Para este autor la posesión es la
suma de dos elementos: el corpus (disponibilidad fáctica de tener el objeto) y el animus domini (comportarse como
dueño y no reconocer un señorío superior sobre el objeto). En el caso de la tenencia tiene un único elemento: el
corpus. Esta teoría se fija en la voluntad que tiene el sujeto de disponer o no del objeto.
Teoría objetiva (Ihering): Para este autor la posesión es la suma de tres elementos: el corpus (disponibilidad fáctica
de tener el objeto), mínimo de voluntad (mínima intención que tiene el sujeto de tener consigo el objeto) y defesas
posesorias. Lo que se fija en este caso es la posibilidad del sujeto de defenderse ante posibles ataques que puede
sufrir la cosa. Si el sujeto se defiende es poseedor y si no se defiende es tenedor; la tenencia consta de dos
elementos: el corpus y mínimo de voluntad.
*Nuestro CCyC recepta la teoría de subjetiva.
4. Definiciones legales.
ARTICULO 1909.- Posesión. Hay posesión cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho
sobre una cosa, comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no.
Para ser titular de la relación real de posesión es menester que el sujeto se comporte como lo haría el titular de
algunos de los derechos reales que se ejercen por la posesión, aunque no lo sea. Ejercita la posesión tanto un dueño
como un usurpador. En este caso el dueño tiene la posesión legítima y el usurpador ilegítima. En consonancia con la
terminología de Savigny que es seguida por nuestro derecho vigente debe apreciarse que la posesión ha menester
de la confluencia del corpus (poder de hecho) y del animus comportándose como titular de un derecho real lo sea o
no.
ARTICULO 1910.- Tenencia. Hay tenencia cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho
sobre una cosa, y se comporta como representante del poseedor.
Es más adecuado aludir al tenedor como delegado y no como representante del poseedor. En este caso se reconoce
en otro un derecho superior al mío. En la tenencia existe una delegación para el ejercicio del corpus del mismo modo
que con la posesión, la tenencia puede ejercerse por sí o por medio de otro/a persona. Es decir que el artículo prevé
que la ejercite el tenedor u otro por él. A este otro por el encuadrara como subtenedor.
Puede haber tenencia sin ningún derecho personal que la sustente. Así quien usa y goza de un inmueble, pero
reconociendo la titularidad de un derecho real en otro a la manera de locatario, pero sin que encuadre propiamente
en esa calidad porque no se constituyó ningún vínculo de esa característica. Y es un tenedor el locatario que no se
apoya en ningún derecho real. (la locación es un derecho personal)
ARTICULO 1911.- Presunción de poseedor o servidor de la posesión. Se presume, a menos que exista prueba en
contrario, que es poseedor quien ejerce un poder de hecho sobre una cosa. Quien utiliza una cosa en virtud de una
relación de dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama, en este Código, servidor de la posesión.
El servidor carece de toda autonomía. Por ejemplo, no puede cambiar los muebles de una casa quinta cuya custodia
tiene por ejemplo cuidador, ni el empleado puede cambiar la mesa que le ha asignado su principal para que allí
realice su trabajo. El huésped de un hotel no puede cambiar la distribución de los muebles que está dentro de la
habitación. El chofer de la empresa no puede utilizar el cambio que se le entrega para salir de fiesta, lo usa para su
empleo.
La relación de servicio surge cuando el que está subordinado en virtud de ella debe realizar determinada actividad
en favor de otro y en cuyo curso está sujeto a instrucciones de este último. La relación de hospedaje nace cuando se
entabla la relación física en razón del alojamiento concedido a título oneroso. La relación de hospitalidad es la que se
genera cuando el poder físico sobre la cosa obedece relaciones de amistad, asistencia, cortesía, etc.
5. Otras relaciones reales.
Mera yuxtaposición: existe cuando en virtud de la circunstancia no resultare posible el establecimiento de una
relación real de carácter voluntario. Son aquellos supuestos del que el titular de la relación real no tiene la aptitud de
querer. Esta yuxtaposición no aparece en el código civil por carecer de valor jurídico, es una relación de mero
contacto físico con la cosa, sin voluntad relevante jurídica, ya sea porque la persona carece de consciencia de ese
contacto, o sea, porque el contacto no se produce por su voluntad (el prisionero se encuentra encadenado). En estos
casos no interviene para nada la voluntad del sujeto.
6. Naturalezas jurídicas.
Enfoque tradicional: La discusión sobre la naturaleza jurídica de las relaciones reales tradicionalmente se ha
centrado en la posesión. La doctrina clásica, que tuvo una gran influencia en el antiguo Código Civil, no llegó a un
consenso sobre si la posesión es un hecho o un derecho, y en caso afirmativo, qué tipo de hecho o derecho sería.
Aunque las disputas metodológicas presentaban argumentos válidos para diversas conclusiones, la crítica principal
es que estas controversias se limitaron mayormente a la posesión, sin profundizar en la naturaleza de otras
relaciones reales.
Nueva polémica de Savigny con Ihering: Savigny considera que la posesión es tanto un hecho como un derecho.
Aunque inicialmente la define como un hecho con consecuencias legales, posteriormente la denomina "La posesión
es a la vez un derecho y un hecho". Por otro lado, Ihering sostiene que la posesión es un derecho, argumentando
que cualquier hecho que genere consecuencias protegidas por la ley debe considerarse un derecho. Destaca que, a
diferencia de otros derechos que se separan del hecho que los genera, en el caso de la posesión, el derecho está
inherentemente ligado al hecho de poseer.
Otra aproximación de sus conclusiones: Tanto Savigny como Ihering concuerdan en que la posesión es un hecho con
implicaciones legales, es decir, un hecho jurídico. Sin embargo, difieren en la interpretación de estas consecuencias:
para Savigny, aunque la posesión genera efectos jurídicos, no se convierte necesariamente en un derecho, mientras
que para Ihering, estas consecuencias demuestran la existencia de un interés protegido legalmente, lo que la
convierte en un derecho.
7. Funciones. Análisis e integración de la sistematización de Ihering.
Funciones de las Relaciones de Poder en la Posesión:
a. Constitución de derechos reales: La posesión constituye la base de la mayoría de los derechos reales, ya que la
mayoría de ellos se ejercen a través de esta relación de hecho, exceptuando algunos como la servidumbre negativa,
la hipoteca y posiblemente la servidumbre positiva.
b. Adquisición por prescripción: El ejercicio ostensible y continuo de la posesión durante los plazos legales puede
llevar a la adquisición por prescripción de los derechos reales principales que se ejercen a través de ella.
c. Función de publicidad: La posesión actúa como medio de publicidad de los derechos reales o personales, según lo
establecido en el artículo 1170.
d. Fuente de derechos inherentes: La posesión otorga derechos inherentes, como el derecho a ejercer servidumbres
reales y a exigir el cumplimiento de los límites impuestos por razones de interés público o vecindad.
e. Causa de deberes: La posesión también genera deberes para el poseedor, como el deber de pagar impuestos,
tasas y contribuciones, y la obligación de cerramiento en la medianería.
f. Legitimación para acciones posesorias: La posesión legitima al poseedor para ejercer acciones posesorias en
defensa de la posesión.
g. Causa de obligaciones: Dependiendo de la situación legal de la posesión, puede generar obligaciones para el
poseedor en relación con los frutos, la responsabilidad por la destrucción de la cosa, entre otras.
Funciones de las Relaciones de Poder en la Tenencia
a. Constitución de derechos personales: La tenencia constituye el contenido de algunos derechos personales, como
en los casos de locación, comodato, entre otros.
b. Fuente de derechos inherentes: Al igual que en la posesión, la tenencia otorga derechos inherentes, como el D a
ejercer servidumbres reales y a exigir el cumplimiento de límites impuestos por razones de interés público o
vecindad.
c. Causa de deberes: La tenencia también genera deberes para quien la ejerce.
d. Legitimación para acciones defensivas: La tenencia legitima al tenedor para ejercer acciones para su defensa.
e. Funciones publicitarias: La tenencia también cumple funciones publicitarias, como se establece en los arts. 1189 y
2586, inciso b.
Relación de Poder de los Servidores de la Posesión
La relación de poder de los servidores de la posesión es más estrecha que las restantes, y también constituye el
contenido de los derechos personales que tienen su fuente en los vínculos que las originan. Por ejemplo, quien se
hospeda en un hotel utiliza la habitación, los muebles y demás instalaciones a través de esta relación de hecho.
8. Sujeto de la posesión. Exclusividad de la posesión. Coposesión.
ARTICULO 1912.- Objeto y sujeto plural. El objeto de la posesión y de la tenencia es la cosa determinada. Se ejerce
por una o varias personas sobre la totalidad o una parte material de la cosa.
Ser un sujeto de las relaciones de poder implica tener la capacidad legal para ejercer control sobre una cosa. La
titularidad de la relación de poder corresponde a las personas, humanas o jurídicas. Si es una persona singular,
habrá tenencia o posesión; si lo es en forma simultanea por varias, cotenencia o coposesión. Por ejemplo, en el caso
de los condóminos, todos son coposeedores de la totalidad de la cosa en cuestión. Lo mismo ocurre con los
cotitulares de la propiedad horizontal, el cousufructo y otros derechos reales que admiten múltiples sujetos. Esto no
excluye la posibilidad de acuerdos para el uso y goce alternado o exclusivo de partes específicas de la cosa
compartida.
Debe destacarse que la cotenencia o coposesión no implica que la cosa deba dividirse materialmente en tantas
partes como cotenedores o coposeedores haya; ni que cada uno de ellos limite su cotenencia o coposesión a uno de
esos determinados sectores. Antes bien, la cotenencia o coposesión, como la tenencia o posesión misma, recae
sobre toda la cosa e implica que cada coposeedor debe respetar la relación de poder de los restantes cotenedores o
coposeedores. La eventual circunstancia de que, por acuerdo entre los interesados, se haya establecido la división
del uso y goce, no quita que la cotenencia o la coposesión es ejercida sobre la cosa íntegra.
ARTICULO 1913.- Concurrencia. No pueden concurrir sobre una cosa varias relaciones de poder de la misma especie
que se excluyan entre sí.
La exclusividad de la posesión implica que no pueden coexistir dos posesiones iguales y de la misma naturaleza
sobre la misma cosa. Este principio es aplicable no solo mediando posesión sino también cuando se trata de una
relación de poder de categoría inferior, como ocurre cuando se ven involucradas dos o más tenencias con relación a
una misma cosa. Es importante destacar que la regla juega en tanto se trate de relaciones que “se excluyan entre
sí”. De ahí que no pueda haber dos poseedores a título de dueño respecto de la misma cosa. Pero no hay
impedimento en que la posesión de un usufructuario coexista con la del nudo propietario sobre la misma cosa dado
que en tal caso no hay incompatibilidad.
9. Objeto de la posesión. Requisitos.
El artículo 1912 del CCyC establece que las relaciones de posesión y tenencia se refieren a cosas materiales
específicas. Esto excluye derechos y objetos inmateriales, salvo excepciones legales. Las cosas deben ser concretas y
existentes. No se pueden poseer objetos imprecisos o inexistentes. A diferencia del código anterior, no es necesario
que la cosa esté en el comercio para ser objeto de posesión o tenencia. Sin embargo, las cosas de dominio público
del Estado no pueden ser sujetas de estas relaciones. Además, se puede ejercer la relación de poder sobre la
totalidad o una parte de la cosa. Por ejemplo, si se tiene un derecho de superficie sobre una parte específica de un
terreno, se posee solo esa porción para actividades como edificar o plantar.
10. Clasificación, cualidades y vicios de la posesión. Relaciones reales legítimas e ilegítimas previstas en el Código.
VICIOSA
*El caso del poseedor mediando boleto: interpretamos que si al tenor del art 1916 la posesión es legítima cuando
importa el ejercicio de un derecho real y no existe ese derecho en el ámbito de las adquisiciones derivadas por actos
entre vivos en materia inmobiliaria, ante la ausencia de escritura pública, 1892 y 1017 a), en el caso de ausencia de
escritura pública será ilegitima. Efectivamente el poseedor que mediando boleto será de buena fe cuando haya
adquirido del titular registral o través de una cadena regular de transmisión.
a) la extinción del objeto de la relación de poder por cualquier causa provoca la extinción de la relación.
b) se extingue la relación de poder cuando una persona priva a su titular del poder de hecho sobre la cosa es decir, el
poseedor o tenedor resulta desapoderado con o sin vicio con lo cual el sujeto puede ser privado por violencia,
clandestinidad o abuso de confianza (en casos de inmuebles) o bien por robo, estafa o abuso de confianza.
c) se extingue la relación de poder cuando por un acontecimiento cualquiera el sujeto se encuentra en la
imposibilidad física perdurable de ejercer actos posesorios sobre la cosa.
d) se extingue la relación de poder cuando no hay esperanza de encontrarla, pero no se extingue si la guardo y no se
acuerda donde la guardo porque queda en su esfera de poder. Este modo se basa en la probabilidad razonable de
encontrar la cosa, mientras exista esa probabilidad existe esa relación de poder porque sería una imposibilidad
transitoria
e) se produce cuando el poseedor o tenedor se desprende voluntariamente y de modo expreso de la relación de
hecho por ejemplo si abandona la posesión si se deja al lado del contenedor de los residuos para quien sea tomada
por quien quiera. Ese acto material exterioriza el desprendimiento e intención de abandono para que cualquiera lo
apropié. Importante: se adelanta que en caso de duda se presume que si la cosa tiene algún valor es pérdida y no
abandona. Ya que el abandono no se presume.
17. Efectos: derechos y deberes inherentes a las relaciones reales. Quid de la transmisión de obligaciones al
sucesor.
CAPITULO 3
Efectos de las relaciones de poder
ARTICULO 1932.- Derechos inherentes a la posesión. El poseedor y el tenedor tienen derecho a ejercer las
servidumbres reales que corresponden a la cosa que constituye su objeto. También tienen derecho a exigir el respeto
de los límites impuestos en el Capítulo 4, Título III de este Libro. –Límites al dominio-
Los derechos inherentes a las relaciones de poder siguen a la cosa, independientemente de quien sea el titular de la
relación de poder. Es decir, sea quien fuere quien se encuentre en posesión o tenencia de la cosa, o detente una
relación de servidor, gozará de los tales derechos.
¿Cuáles son esos derechos?
Derecho a ejercer las servidumbres reales: cuando es inherente al inmueble dominante y beneficia a cualquier
poseedor o tenedor del inmueble a diferencia de la servidumbre personal que se constituye para una o más
personas determinadas. Por ejemplo, una servidumbre de paso.
Derecho a exigir el respeto a los límites impuestos al dominio: están previstos en 1970 a 1982. El poseedor o tenedor
tenga o no derecho real o personal sobre el inmueble no debe tolerar las inmisiones que exceden la normal
tolerancia y que se propaguen de otro inmueble y tampoco que provenga de una cosa mueble.
[Power]
-Crítica a la técnica legislativa: son derechos inherentes a las relaciones reales o de poder voluntarias (posesión,
tenencia y servidores de la posesión).
-Los derechos inherentes a las relaciones reales – de poder – no nacen con relación a personas determinadas, sino
indeterminadamente con referencia al titular de una relación real sobre una cosa determinada (art. 2420 Código Civil
Vélez Sarsfield).
ARTICULO 1933.- Deberes inherentes a la posesión. El poseedor y el tenedor tienen el deber de restituir la cosa a
quien tenga el derecho de reclamarla, aunque no se haya contraído obligación al efecto.
Deben respetar las cargas reales, las medidas judiciales inherentes a la cosa, y los límites impuestos en el Capítulo 4,
Título III de este Libro.
Del mismo modo que ocurre con los derechos inherentes a las relaciones de poder, también los deberes inherentes
a las relaciones de poder siguen a la cosa, independientemente de quien sea el titular de la relación de hecho.
Tales deberes son:
1) Restituir la cosa a quien tenga el derecho de reclamarla, aunque no se haya contraído obligación al efecto: El
poseedor, tenedor o servidor de la posesión deben restituir la cosa a quien tenga derecho de reclamar, aunque no se
haya contraído obligación de hacerlo. Por ejemplo: Un locatario, que es tenedor, tiene obligación de restituir la cosa
al locador al finalizar el plazo contractual, porque tiene “obligación” de hacerlo con causa en el contrato.
2) Cargas reales: Las cargas reales, también denominadas gravámenes reales, son los derechos reales sobre cosa
ajena 1888 2do paf. Por ejemplo: si el inmueble está gravado (carga) con una hipoteca, cualquiera sea el poseedor
deberá aceptar que el acreedor hipotecario ejerza sobre la cosa el derecho real de garantía así por ejemplo solicitar
la ejecución de la finca.
3) Respetar las medidas judiciales inherentes a la cosa: El sujeto de una relación de poder debe respetar las medidas
cautelares dispuestas por la justicia por ejemplo si un juez ordena una prohibición de innovar el embargo o el
secuestro de la cosa bajo su poder de hacho deberá acatar dicha decisión.
4) Respetar los límites al dominio: del mismo modo que el titular de una relación de poder tiene derecho a exigir el
respeto de los límites, también carga con el deber de respetarlos. Por ejemplo: el poseedor o tenedor no podrá tener
arbustos que causen molestias que excedan la normal tolerancia.
18. Efectos de la buena fe, de la simple mala fe y de los vicios. Frutos, mejoras, riesgos de la cosa. Quid de los
productos.
Efectos de la buena y mala fe: cuando el tenedor o poseedor restituye la cosa a quien tiene derecho a reclamarla la
buena o mala fe de la relación de poder que haya ejercido podrá tener incidencia en la extensión de su
responsabilidad. Si es de buena fe la responsabilidad es menor.
ARTICULO 1934.- Frutos y mejoras. En este Código se entiende por:
a) fruto percibido: el que separado de la cosa es objeto de una nueva relación posesoria. Si es fruto civil, se considera
percibido el devengado y cobrado;
b) fruto pendiente: el todavía no percibido. Fruto civil pendiente es el devengado y no cobrado;
c) mejora de mero mantenimiento: la reparación de deterioros menores originados por el uso ordinario de la cosa;
d) mejora necesaria: la reparación cuya realización es indispensable para la conservación de la cosa;
e) mejora útil: la beneficiosa para cualquier sujeto de la relación posesoria;
f) mejora suntuaria: la de mero lujo o recreo o provecho exclusivo para quien la hizo.
Mejoras: es el aumento del valor intrínseco de la cosa. Las mejoras pueden ser naturales: provienen de la naturaleza,
es paulatino; o artificiales: son las que provienen del hecho de la persona. Ellas son:
1) Las mejoras de mero mantenimiento: detrimentos menores de la cosa; como reparar el picaporte de la puerta de
un placar;
2) Las mejoras necesarias: aquellas cuya realización es indispensable para la conservación de la cosa y tienden al no
deterioro o pérdida;
3) Las mejoras útiles: son las de manifiesto provecho para cualquiera que ejerza la relación de poder sobre la cosa e
incrementan el valor de la cosa, aunque no sea indispensable;
4) mejoras de mero lujo, recreo o suntuarias: de exclusivo provecho para quien las hizo.
ARTICULO 1938.- Indemnización y pago de mejoras. Ningún sujeto de relación de poder puede reclamar
indemnización por las mejoras de mero mantenimiento ni por las suntuarias. Estas últimas pueden ser retiradas si al
hacerlo no se daña la cosa. Todo sujeto de una relación de poder puede reclamar el costo de las mejoras necesarias,
excepto que se hayan originado por su culpa si es de mala fe. Puede asimismo reclamar el pago de las mejoras útiles
pero sólo hasta el mayor valor adquirido por la cosa. Los acrecentamientos originados por hechos de la naturaleza en
ningún caso son indemnizables.
El régimen previsto se aplica indistintamente a las relaciones de poder de buena o mala fe con la salvedad:
Mejoras de mero mantenimiento: En cuanto a las mejoras de mero mantenimiento, como p. ej., arreglar el
picaporte de una puerta o cambiar el cuerito de una canilla o la correa de una persiana, no pueden ser reclamadas
por el poseedor o tenedor a la persona a quien la deben restituir, porque se entiende justificado que, si usaron y
gozaron de la cosa, deban hacerse cargo de los deteriores menores causados por la utilización de ella.
Mejoras suntuarias. Las mejoras suntuarias, en tanto fueron realizadas en beneficio exclusivo del poseedor o
tenedor, tampoco son indemnizables. P. ej., una cancha de squash o un yacusi empotrado, etc. Empero, tales
mejoras pueden ser retiradas en la medida que esa remoción no perjudique a la cosa.
Mejoras necesarias. Las mejoras necesarias son indemnizables, es decir, el poseedor o tener puede reclamar los
gastos realizados para afrontar los trabajos y los materiales respectivos. La solución legal se explica, pues se trata de
inversiones indispensables para que la cosa no se pierda o destruya. P. ej., si los techos de una casa se están cayendo
abajo por humedad y son reparados. Sin embargo, si el poseedor o tenedor es de mala fe no puede reclamar la
indemnización si la mejora se ha “originado por su culpa”, como p. ej., si el techo cedió y debió repararse por la
excesiva carga que se apoyara sobre él.
Mejoras útiles. En referencia a las mejoras útiles, cualquier poseedor o tenedor, incluso el de mala fe, puede
reclamar la indemnización, aunque “sólo hasta el mayor valor adquirido por la cosa”. Esto significa que el poseedor o
el tenedor pueden reclamar el total de lo gastado para realizar la mejora útil sobre la cosa, pero nunca podrán exigir
una suma superior al mayor valor adquirido por ésta, aunque hayan invertido por encima de ese valor. P. ej., la
construcción de una piscina en el fondo de una casa; la construcción de tabiques interiores para generar un espacio
destinado como vestidor o la construcción de un sendero de cemento que comunique la casa principal con un
quincho, para evitar que se camine sobre la tierra mojada los días lluviosos; es decir, inversiones que no resultan
indispensables, pero que se suman valor a la cosa porque pueden ser beneficiosas para cualquier poseedor o
tenedor. Desde la doctrina se considera polémica la solución legal en cuanto legitima el resarcimiento de las mejoras
útiles cuando se trata de sujetos de mala fe, máxime si se repara que este derecho también se concede a los
poseedores o tenedores viciosos, pues la norma no hace distinciones.
ARTICULO 1936.- Responsabilidad por destrucción según la buena o mala fe. El poseedor de buena fe no responde
de la destrucción total o parcial de la cosa, sino hasta la concurrencia del provecho subsistente. El de mala fe
responde de la destrucción total o parcial de la cosa, excepto que se hubiera producido igualmente de estar la cosa
en poder de quien tiene derecho a su restitución.
Si la posesión es viciosa, responde de la destrucción total o parcial de la cosa, aunque se hubiera producido
igualmente de estar la cosa en poder de quien tiene derecho a su restitución.
a norma distingue tres situaciones y si bien se refiere exclusivamente al poseedor, la solución legal se expande a las
restantes relaciones de poder.
Buena fe: El poseedor de buena fe no responde por la destrucción total o parcial de la cosa, aunque hubiese sido
negligente, sino hasta la concurrencia del provecho subsistente. La solución se justifica porque al ser de buena fe el
poseedor está convencido de ser legítimo propietario de la cosa. Si posteriormente es condenado judicialmente a
restituir la cosa, cumple entregándola en el estado en que ésta se encuentra. Sin embargo, se afirma que responderá
por la destrucción si ésta se produjo por un hecho doloso de su parte o por una conducta abusiva, es decir, de
ejercicio irregular. Cuando la norma dice “sino hasta la concurrencia del provecho subsistente”, quiere decir que el
poseedor va a responder cuando hubiese obtenido algún provecho; es decir, no responderá si no lo obtuvo. La
medida de ese provecho es el que marcará el límite de su responsabilidad.
Mala fe simple. El poseedor de mala fe simple responde por la destrucción total o parcial de la cosa, excepto que
demuestre que ésta se habría producido de todos modos de haber estado la cosa bajo el poder de hecho de quien
tiene derecho a su restitución, así en los casos de caso fortuito. P. ej., si como consecuencia de una inundación, de
un huracán o de un terremoto, la cosa hubiese perecido de todos modos, el poseedor o tenedor no responden por la
destrucción.
Mala fe viciosa. Si la mala fe es viciosa, el poseedor responde siempre por la destrucción total o parcial de la cosa,
aunque demuestre que ésta igualmente se hubiera producido estando en manos de quien tiene derecho a su
restitución. No hay para él causal de exención, porque se excepciona a las reglas generales de la relación causal
adecuada como presupuesto de la responsabilidad civil. La indemnización, en este caso, funciona a la manera de un
daño punitivo. La solución legal, al igual que la precedente del 2436 del Código de Vélez que se corresponde
sustancialmente, ha despertado reparos desde la doctrina autoral.
ARTICULO 1937.- Transmisión de obligaciones al sucesor. El sucesor particular sucede a su antecesor en las
obligaciones inherentes a la posesión sobre la cosa; pero el sucesor particular responde sólo con la cosa sobre la cual
recae el derecho real. El antecesor queda liberado, excepto estipulación o disposición legal.
19. Efectos propios de la posesión.
ARTICULO 1939.- Efectos propios de la posesión. La posesión tiene los efectos previstos en los artículos 1895 y 1897
de este Código.
A menos que exista disposición legal en contrario, el poseedor debe satisfacer el pago total de los impuestos, tasas y
contribuciones que graven la cosa y cumplir la obligación de cerramiento.
La norma circunscribe su ámbito a la posesión y deja fuera de su régimen a las restantes relaciones de poder
voluntarias (tenencia y servidores de la posesión).
A- Adquisición legal (art.1895). Uno de los efectos de la posesión es el atribuido por el art.1895, es decir, la
adquisición legal por el subadquirente de los derechos reales que produce la posesión de buena fe de cosas muebles
no registrables no hurtadas ni perdidas.
B- Prescripción adquisitiva (art.1897). El efecto del art. 1897 es el de la prescripción adquisitiva, ya que quien posee
de manera ostensible y continua por el plazo previsto por la ley, adquiere el derecho real principal que se ejerce por
la posesión.
C- Pago de tributos que gravan a la cosa. El poseedor está obligado a pagar los impuestos, tasas y contribuciones que
gravan a la cosa, salvo disposición legal en contrario.
D- Obligación de cerramiento. Se trata de la obligación impuesta por los arts. 2007 y 2031 CCyC., referidos a la
obligación de cerramiento forzoso en zona urbana o rural. Tales artículos aluden exclusivamente a la obligación de
los propietarios, sin mencionar a los poseedores, por lo que deben ser completados con el art. 1939, que también
pone la obligación en cabeza de éstos.
E- Expensas de la propiedad horizontal. Debe añadirse como otra obligación inherente a la posesión, la fijada por el
art.2050, CCyC según la cual, los poseedores por cualquier título “están obligados al pago de los gastos y
contribuciones de la propiedad horizontal”, que es también aplicable a la propiedad horizontal especial de los
conjuntos inmobiliarios (art.2075).
20. Efectos propios de la tenencia y de los servidores de la posesión.
ARTICULO 1940.- Efectos propios de la tenencia. El tenedor debe:
a) conservar la cosa, pero puede reclamar al poseedor el reintegro de los gastos;
b) individualizar y comunicar al poseedor de quien es representante si se lo perturba en razón de la cosa, y de no
hacerlo, responde por los daños ocasionados al poseedor y pierde la garantía por evicción, si ésta corresponde;
c) restituir la cosa a quien tenga derecho a reclamarla, previa citación fehaciente de los otros que la pretenden.
a) Derecho de retención: El tenedor es un “representante” o más propiamente un delegado del poseedor. P. ej., un
locatario, que es tenedor, debe conservar la cosa. Los gastos que realice para conservarla (art.1934, inc. d), es decir,
los que son imprescindibles o indispensables para que la cosa no se pierda o deteriore, está legitimado para exigir
que le sean indemnizados cuando la devuelva al poseedor (art.1938), aunque no puede reclamar las mejoras de
mero mantenimiento (arts.1934, inc. c y 1938). Si al momento en que debe restituirla, el poseedor le niega el
resarcimiento de los gastos, el tenedor cuenta con el derecho de retención respecto de la cosa (art.2587 y ss. Cód.
Civ. y Com.)
b) Individualizar y comunicar al poseedor: Imaginemos que A, el verdadero dueño de un inmueble, promueve una
acción reivindicatoria para recuperarlo porque ha sido desapoderado por B, quien además lo dio en locación a C.
Como C, en tanto tenedor, es legitimado pasivo de la acción reivindicatoria (art.2255), es decir, A puede dirigir la
demanda contra C, éste al contestar la demanda debe individualizar quien es el poseedor del inmueble a quien está
representando en la relación de poder, es decir a B. Solo individualizando al poseedor, el tenedor puede liberarse de
los efectos de la acción (art.2255, segundo párrafo). Por otra parte, el tenedor deberá darle aviso al poseedor de la
situación, es decir, de que ha sido demandado por reivindicación. Por otra parte, el tenedor debe comunicar al
poseedor de toda perturbación en el ejercicio de la tenencia que ejerce, ya sea que se trate de una turbación o de un
desapoderamiento de la relación de poder. Si no le comunica al poseedor la perturbación de la que es objeto, el
tenedor responderá por los daños que la omisión del aviso le ocasione a aquél. Por eso, le resultará conveniente al
tenedor documentar la comunicación a través de un medio fehaciente. Por otra parte, el tenedor que omite la
comunicación al poseedor que exige el art.1940, le hará perder la garantía de evicción si es que cuenta con ella
(arts.1033, 1034 y 1044 y ss.).
c) Restituir la cosa a quien tiene derecho de reclamarla: El tenedor tiene que entregar la cosa a quien tenga derecho
a reclamarla, aunque debe hacerlo previa citación fehaciente de los otros que la pretenden.
EXCLUSIVO: ARTICULO 1943.- Exclusividad. El dominio es exclusivo y no puede tener más de un titular. Quien
adquiere la cosa por un título, no puede en adelante adquirirla por otro, si no es por lo que falta al título.
No puede tener más de un titular, es decir, dos personas no puede ser titulares sobre toda la cosa, sino estaríamos
frente a condominio. Y si sucede eso cada uno de los dos tiene una parte indivisa.
ARTICULO 1944.- Facultad de exclusión. El dominio es excluyente. El dueño puede excluir a extraños del uso, goce o
disposición de la cosa, remover por propia autoridad los objetos puestos en ella, y encerrar sus inmuebles con muros,
cercos o fosos, sujetándose a las normas locales.
El titular del derecho de dominio es dueño exclusivo de la cosa y en esa calidad solo él o a él le corresponde las
facultades de usar, gozar y disponer de ella. Por eso tiene esa facultad de excluir. Algo muy importante a tener en
cuenta es que no hay que confundir la exclusividad, que es un carácter del dominio con el derecho de exclusión que
le corresponde a su titular. Obviamente es la consecuencia de este carácter exclusivo por eso el único que lo lleva es
el titular.
PERPETUO: ARTICULO 1942.- Perpetuidad. El dominio es perpetuo. No tiene límite en el tiempo y subsiste con
independencia de su ejercicio. No se extingue aunque el dueño no ejerza sus facultades, o las ejerza otro, excepto que
éste adquiera el dominio por prescripción adquisitiva.
Que el dominio sea perpetuo significa que él no se extingue porque su titular no lo use, no goce o no ocupe la cosa,
es decir que es sin límite de tiempo y dura mientras dure la cosa y si la cosa se destruye el derecho se extingue por
falta de objeto.
4. Clasificación: perfecto e imperfecto. Los diversos dominios del Estado.
Clasificación del dominio:
*Domino perfecto: el dominio es perfecto y absoluto porque su titular ejerce la mayor cantidad de facultades que
un sujeto puede tener sobre una cosa. Derechos: usar, gozar y disponer.
*Dominio imperfecto: será imperfecto cuando no sea perpetuo (dominio fiduciario), cuando se cumpla determinada
condición (dominio revocable), o cuando el dueño de este dominio perfecto se desprende temporalmente de alguno
de sus atributos esenciales del dominio en virtud de la concesión de un derecho real a tercero (dominio
desmembrado).
*Dominio público del estado: está integrado por aquellas cosas que estas destinadas al uso general de los
habitantes o se hayan afectadas a una utilidad o común y pertenecen en propiedad al ente público. Son
inembargables, inalienables e imprescriptible.
*Dominio privado del estado: son aquellos que no están afectados al uso público, en forma directa o indirecta. Son
embargables, ejecutable y prescriptibles.
5. Contenido. Facultades. Extensión del dominio. Espacio aéreo. Subsuelo. Accesorios en general. Frutos y
productos.
ARTICULO 1945.- Extensión. El dominio de una cosa comprende los objetos que forman un todo con ella o son sus
accesorios.
El dominio de una cosa inmueble se extiende al subsuelo y al espacio aéreo, en la medida en que su aprovechamiento
sea posible, excepto lo dispuesto por normas especiales.
Todas las construcciones, siembras o plantaciones existentes en un inmueble pertenecen a su dueño, excepto lo
dispuesto respecto de los derechos de propiedad horizontal y superficie.
Se presume que las construcciones, siembras o plantaciones las hizo el dueño del inmueble, si no se prueba lo
contrario.
*Dominio de los accesorios: hace referencia tanto a los bienes muebles como a los inmuebles, se trata de cosas que
al estar unidas al principal han perdido su individualidad y forman una parte del todo.
*Dominio sobre inmuebles: se refieren a la extensión de un inmueble y establece que el dominio se extiende al
suelo y al subsuelo y al espacio aéreo (sobre el suelo en la medida de que su aprovechamiento sea posible). De esta
manera el derecho sobre el espacio aéreo se limita a hacer las construcciones permitidas ya sea por códigos locales,
el código aeronáutico u otras disposiciones legales.
Con respecto al suelo, el artículo 225 se considera al suelo y al subsuelo como formando una sola cosa y la propiedad
del primero implica la del segundo y a todos los componentes, agua, tierra y otros.
ARTICULO 225.- Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él
de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre.
El tercer párrafo de este artículo 1945 incorpora el derecho romano de que lo edificado o los edificios y las
plantaciones o siembras siguen el derecho del suelo, por consiguiente, es dueño: el dueño del suelo, por ello que se
presume que las obras fueron realizas por su dueño.
6. Modos de adquisición. Concepto. Clasificación. a) Apropiación. Concepto. Casos. b) Adquisición de un tesoro.
c) Régimen de las cosas perdidas. d) Transformación y accesión de cosas muebles. e) Accesión de cosas
inmuebles. Concepto. Aluvión. Avulsión. Construcción, siembra y plantación. Invasión de inmueble
colindante.
Modos especiales de adquisición del dominio:
a) Apropiación: La apropiación es la aprehensión de las cosas muebles no registrables sin dueño.
CAPITULO 2
Modos especiales de adquisición del dominio
SECCION 1ª
Apropiación
ARTICULO 1947.- Apropiación. El dominio de las cosas muebles no registrables sin dueño, se adquiere por
apropiación.
a) son susceptibles de apropiación:
i) las cosas abandonadas;
ii) los animales que son el objeto de la caza y de la pesca;
iii) el agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.
b) no son susceptibles de apropiación:
i) las cosas perdidas. Si la cosa es de algún valor, se presume que es perdida, excepto prueba en contrario;
ii) los animales domésticos, aunque escapen e ingresen en inmueble ajeno;
iii) los animales domesticados, mientras el dueño no desista de perseguirlos. Si emigran y se habitúan a vivir en otro
inmueble, pertenecen al dueño de éste, si no empleó artificios para atraerlos;
iv) los tesoros.
El código regula la apropiación de ciertas cosas como en caso de la caza de animales en general y enjambres.
ARTICULO 1948.- Caza. El animal salvaje o el domesticado que recupera su libertad natural, pertenece al cazador
cuando lo toma o cae en su trampa. Mientras el cazador no desista de perseguir al animal que hirió tiene derecho a
la presa, aunque otro la tome o caiga en su trampa.
Pertenece al dueño del inmueble el animal cazado en él sin su autorización expresa o tácita.
ARTICULO 1949.- Pesca. Quien pesca en aguas de uso público, o está autorizado para pescar en otras aguas,
adquiere el dominio de la especie acuática que captura o extrae de su medio natural.
ARTICULO 1950.- Enjambres. El dueño de un enjambre puede seguirlo a través de inmuebles ajenos, pero debe
indemnizar el daño que cause. Si no lo persigue o cesa en su intento, el enjambre pertenece a quien lo tome. Cuando
se incorpora a otro enjambre, es del dueño de éste.
También regula el régimen de las cosas perdidas.
Régimen de cosas perdidas
ARTICULO 1955.- Hallazgo. El que encuentra una cosa perdida no está obligado a tomarla, pero si lo hace asume las
obligaciones del depositario a título oneroso. Debe restituirla inmediatamente a quien tenga derecho a reclamarla, y
si no lo individualiza, debe entregarla a la policía del lugar del hallazgo, quien debe dar intervención al juez.
ARTICULO 1956.- Recompensa y subasta. La restitución de la cosa a quien tiene derecho a reclamarla debe hacerse
previo pago de los gastos y de la recompensa. Si se ofrece recompensa, el hallador puede aceptar la ofrecida o
reclamar su fijación por el juez. Sin perjuicio de la recompensa, el dueño de la cosa puede liberarse de todo otro
reclamo del hallador transmitiéndole su dominio.
Transcurridos seis meses sin que se presente quien tiene derecho a reclamarla, la cosa debe venderse en subasta
pública. La venta puede anticiparse si la cosa es perecedera o de conservación costosa. Deducidos los gastos y el
importe de la recompensa, el remanente pertenece a la ciudad o municipio del lugar en que se halló.
Y regula los tesoros.
Adquisición de un tesoro
ARTICULO 1951.- Tesoro. Es tesoro toda cosa mueble de valor, sin dueño conocido, oculta en otra cosa mueble o
inmueble. No lo es la cosa de dominio público, ni la que se encuentra en una sepultura de restos humanos mientras
subsiste esa afectación.
ARTICULO 1952.- Descubrimiento de un tesoro. Es descubridor del tesoro el primero que lo hace visible, aunque no
sepa que es un tesoro. El hallazgo debe ser casual. Sólo tienen derecho a buscar tesoro en objeto ajeno los titulares
de derechos reales que se ejercen por la posesión, con excepción de la prenda.
ARTICULO 1953.- Derechos del descubridor. Si el tesoro es descubierto en una cosa propia, el tesoro pertenece al
dueño en su totalidad. Si es parcialmente propia, le corresponde la mitad como descubridor y, sobre la otra mitad, la
proporción que tiene en la titularidad sobre la cosa.
Si el tesoro es descubierto casualmente en una cosa ajena, pertenece por mitades al descubridor y al dueño de la
cosa donde se halló.
Los derechos del descubridor no pueden invocarse por la persona a la cual el dueño de la cosa le encarga buscar un
tesoro determinado, ni por quien busca sin su autorización. Pueden ser invocados si al hallador simplemente se le
advierte sobre la mera posibilidad de encontrar un tesoro.
ARTICULO 1954.- Búsqueda por el propietario de un tesoro. Cuando alguien pretende que tiene un tesoro que dice
haber guardado en predio ajeno y quiere buscarlo, puede hacerlo sin consentimiento del dueño del predio; debe
designar el lugar en que se encuentra, y garantizar la indemnización de todo daño al propietario. Si prueba su
propiedad, le pertenece. Si no se acredita, el tesoro pertenece íntegramente al dueño del inmueble.
b) Transformación y accesión de cosas muebles: se adquiere el dominio por transformación también
denominada especificación.
Transformación y accesión de cosas muebles
ARTICULO 1957.- Transformación. Hay adquisición del dominio por transformación si alguien de buena fe con una
cosa ajena, mediante su sola actividad o la incorporación de otra cosa, hace una nueva con intención de adquirirla,
sin que sea posible volverla al estado anterior. En tal caso, sólo debe el valor de la primera.
Si la transformación se hace de mala fe, el dueño de la materia tiene derecho a ser indemnizado de todo daño, si no
prefiere tener la cosa en su nueva forma; en este caso debe pagar al transformador su trabajo o el mayor valor que
haya adquirido la cosa, a su elección.
Si el transformador es de buena fe y la cosa transformada es reversible a su estado anterior, el dueño de la materia
es dueño de la nueva especie; en este caso debe pagar al transformador su trabajo; pero puede optar por exigir el
valor de los gastos de la reversión.
Si el transformador es de mala fe, y la cosa transformada es reversible a su estado anterior, el dueño de la cosa
puede optar por reclamar la cosa nueva sin pagar nada al que la hizo; o abdicarla con indemnización del valor de la
materia y del daño.
Para que haya transformación es preciso que una persona con su trabajo sobre materia ajena realice un objeto
nuevo distinto del material utilizado y que lo haga con la intención de apropiárselo. Si falta este elemento, el de
apropiárselo, -elemento objetivo- no hay transformación o especificación.
Habrá especificación cuando la materia anterior se ha transformado en un objeto que tiene una individualidad
propia y diferente. Por ejemplo, la lana para hacer abrigos, la uva para hacer vinos.
La transformación o especificación es siempre necesaria del producto del trabajo humano.
c) Accesión de cosas inmuebles: se adquiere el dominio por accesión cuando una cosa mueble o inmueble
acreciere a otra por adherencia natural o artificial. Cuando una cosa se adhiere a otra cosa de nuestra
propiedad se puede decir que adquirimos algo nuevo a título de accesión.
Tipos:
Aluvión: ARTICULO 1959.- Aluvión. El acrecentamiento paulatino e insensible del inmueble confinante con aguas
durmientes o corrientes que se produce por sedimentación, pertenece al dueño del inmueble. No hay
acrecentamiento del dominio de los particulares por aluvión si se provoca por obra del hombre, a menos que tenga
fines meramente defensivos.
No existe aluvión si no hay adherencia de la sedimentación al inmueble. No obsta a la adherencia el curso de agua
intermitente.
El acrecentamiento aluvional a lo largo de varios inmuebles se divide entre los dueños, en proporción al frente de
cada uno de ellos sobre la antigua ribera.
Se aplican las normas sobre aluvión tanto a los acrecentamientos producidos por el retiro natural de las aguas, como
por el abandono de su cauce.
Se trata de tierras o sedimentos dejados. El terreno de aluvión solo se adquiere cuando está definitivamente
formado, es decir, cuando esta adherido al inmueble. –no interviene la mano del hombre-.
Avulsión: ARTICULO 1961.- Avulsión. El acrecentamiento del inmueble por la fuerza súbita de las aguas que produce
una adherencia natural pertenece al dueño del inmueble. También le pertenece si ese acrecentamiento se origina en
otra fuerza natural.
Si se desplaza parte de un inmueble hacia otro, su dueño puede reivindicarlo mientras no se adhiera naturalmente. El
dueño del otro inmueble no tiene derecho para exigir su remoción, mas pasado el término de seis meses, las adquiere
por prescripción.
Cuando la avulsión es de cosa no susceptible de adherencia natural, se aplica lo dispuesto sobre las cosas perdidas.
La avulsión a diferencia del aluvión, supone un hecho súbito, un desprendimiento violento de las tierras, arenas o
plantas provocado por las aguas u otras fuerzas naturales que la depositan en otras propiedades. Cuando se
producen estos desprendimientos el dueño de la tierra desprendida conserva su dominio al solo efecto de
recuperarla y se la puede reclamar al dueño donde se depositó. Mientras no se adhiera naturalmente. Pasado 6
meses el dueño del inmueble donde se adhirió lo adquiere por prescripción. Ahora bien, cuando la avulsión es de
cosa no susceptible de adherencia natural se aplica lo dispuesto sobre cosas perdidas-por ejemplo, una vaca-.
UNIDAD VI – CONDOMINIO.
1. Definición legal. Caracteres. Aplicaciones subsidiarias.
TITULO IV
Condominio
CAPITULO 1
Disposiciones generales
ARTICULO 1983.- Condominio. Condominio es el derecho real de propiedad sobre una cosa que pertenece en común
a varias personas y que corresponde a cada una por una parte indivisa. Las partes de los condóminos se presumen
iguales, excepto que la ley o el título dispongan otra proporción.
ARTICULO 1984.- Aplicaciones subsidiarias. Las normas de este Título se aplican, en subsidio de disposición legal o
convencional, a todo supuesto de comunión de derechos reales o de otros bienes.
Las normas que regulan el dominio se aplican subsidiariamente a este Título.
Características:
*el condominio es un derecho real sobre cosa propia.
*el objeto es una cosa que puede ser inmueble o mueble registrable o no.
*pertenece a más de una persona que puede ser personas humanas, jurídicas o combinadas.
*cada titular tiene una cuota, cuya proporción puede ser igual o diferente. La parte indivisa que también es llamada
cuota, cuota parte, parte ideal, parte imaginaria o abstracta que representa la proporción que cada uno de los
titulares tiene sobre la cosa. Así por ejemplo si dos personas son titulares de un automóvil, no significa que uno de
ellos es dueño de 2 ruedas y el otro 2, por el contrario, las 4 ruedas les pertenecen a ambos ya que la división es
ideal, imaginaria pero no material.
2. Constitución. Clases.
El condominio puede nacer:
*el título y modo, con la inscripción registral constitutiva (para automotores), los inmuebles son declarativas.
*por actos de última voluntad.
*por prescripción
*por ley: en ocasiones es la propia ley la fuente del condominio porque es la ley establece en qué casos se considera
que hay condominio. Así ocurre con los condóminos y condóminos de división forzosa perdurable, por ejemplo, la
medianería, accesorios comunes de varios inmuebles.
Clases o clasificación:
Condominio normal, común o sin indivisión forzosa: forzosa que se caracteriza por la facultad de los condóminos de
pedir la división en cualquier momento, desde su constitución.
Condominio anormal o con indivisión forzosa: la posibilidad de proceder a la división se encuentra limitada por
diferentes causas: por ley, por pacto de los condóminos o por voluntad del testador.
3. Disposiciones generales.
a) Presunción de igualdad. Alcances y precisiones.
Facultades sobre toda la cosa:
Ninguno de los condóminos puede sin el consentimiento de todos ejercer sobre la parte común ni sobre una parte
de ella físicamente determinada actos materiales o jurídicos que importe el ejercicio exclusivo el derecho de
propiedad. La oposición de uno bastará para impedir lo que la mayoría quiera. Por ejemplo, si pretende vender o
hipotecar toda la cosa, será necesario el consentimiento de todos los condóminos.
b) Destino de la cosa.
ARTICULO 1985.- Destino de la cosa. El destino de la cosa común se determina por la convención, por la naturaleza
de la cosa o por el uso al cual estaba afectada de hecho.
c) Uso y goce de la cosa. Convenio. Uso y goce excluyente.
ARTICULO 1986.- Uso y goce de la cosa. Cada condómino, conjunta o individualmente, puede usar y gozar de la cosa
común sin alterar su destino. No puede deteriorarla en su propio interés u obstaculizar el ejercicio de iguales
facultades por los restantes condóminos.
Si no es posible el uso entre todos o hay oposición se va a aplicar lo que está previsto en el artículo 1993, el cual
establece que si los condóminos no se ponen de acuerdo en cuanto el uso y goce deberán decidir sobre su
administración.
ARTICULO 1987.- Convenio de uso y goce. Los condóminos pueden convenir el uso y goce alternado de la cosa
común o que se ejercite de manera exclusiva y excluyente sobre determinadas partes materiales.
Los condóminos se encuentran facultados a pactar el uso y goce de la forma que estimen más conveniente. El código
permite establecer un uso y goce alternado, exclusivo o excluyente. El uso y goce alternado se configura por ejemplo
si se pacta de una semana lo use uno y otra semana lo use otro. Sería exclusivo si permite que solo uno de ellos use
la cosa y también se puede establecer que tal uso y goce exclusivo sea remunerado o gratuito. La resolución debe ser
adoptada por unanimidad artículos 1990 y 1993.
ARTICULO 1988.- Uso y goce excluyente. El uso y goce excluyente sobre toda la cosa, en medida mayor o calidad
distinta a la convenida, no da derecho a indemnización a los restantes condóminos, sino a partir de la oposición
fehaciente y sólo en beneficio del oponente.
Puede suceder que uno de ellos realice un uso excluyente sobre toda la cosa sin permiso o en medida mayor o
calidad distinta a la convenida. Ello no da derecho a indemnización a los restantes condóminos, sino a partir de la
oposición fehaciente y solo en beneficio del oponente. Mientras no hay oposición de la comunicación fehaciente se
entiende que hay un consentimiento tácito.
d) Facultades con relación a la alícuota.
ARTICULO 1989.- Facultades con relación a la parte indivisa. Cada condómino puede enajenar y gravar la cosa en la
medida de su parte indivisa sin el asentimiento de los restantes condóminos. Los acreedores pueden embargarla y
ejecutarla sin esperar el resultado de la partición, que les es inoponible. La renuncia del condómino a su parte acrece
a los otros condóminos.
Las únicas facultades que pueden admitirse al respecto son las jurídicas, por el contrario, el ejercicio de facultades
materiales se encuentra vedado por ser ello físicamente imposible. Por ende, cada condómino puede vender,
hipotecar, donar y hasta abandonar entre otros actos sin necesidad del concurso de otros comuneros.
*Derechos personales: en cuanto a la constitución de derechos personales no se puede local o alquilar ni siquiera la
parte indivisa sin el consentimiento de los demás.
*Acreedores: ARTICULO 2207.- Hipoteca de parte indivisa. Un condómino puede hipotecar la cosa por su parte
indivisa. El acreedor hipotecario puede ejecutar la parte indivisa sin esperar el resultado de la partición. Mientras
subsista esta hipoteca, la partición extrajudicial del condominio es inoponible al acreedor hipotecario que no presta
consentimiento expreso.
Si el acreedor hipotecario ejecuta la cosa por la parte indivisa antes de la partición, quien adquiera en el remate
ocupará el lugar del condómino que es el deudor ejecutado y el acreedor hipotecario cobrará del producido remate.
Si ya se hizo la participación ello no perjudica al acreedor hipotecario quien puede igualmente perseguir la cosa.
Renuncia: En este caso la renuncia beneficia a los demás condóminos cuyas cuotas de ese modo se ven acrecidas por
la renuncia (si es un inmueble es por escritura pública). Los mismo para con el abandono.
Acciones: el condómino puede ejercer tanto contra otro condómino como con respecto de terceros todas las
defensas posesorias: acción de despojo y de mantener. Y en cuanto a las reales puede promover la acción
reivindicatoria.
e) Actos de disposición sobre la cosa.
ARTICULO 1990.- Disposición y mejoras con relación a la cosa. La disposición jurídica o material de la cosa, o de
alguna parte determinada de ella, sólo puede hacerse con la conformidad de todos los condóminos. No se requiere
acuerdo para realizar mejoras necesarias. Dentro de los límites de uso y goce de la cosa común, cada condómino
puede también, a su costa, hacer en la cosa mejoras útiles que sirvan a su mejor aprovechamiento.
El código distingue entre las mejoras necesarias y las útiles. Las primeras pueden hacerlas entre todos, también
puede ser realizada por uno o algunos de ellos. En tal caso sí lo hizo alguno tiene derecho al reembolso, por ejemplo,
un gasto de conservación: poner membrana.
En cambio, el artículo 1938, permite reclamar el pago de las mejoras útiles, pero solo hasta el mayor valor adquirido
por la cosa. Sirven a un mejor aprovechamiento de la cosa, por ejemplo, hacer la instalación de una pileta.
f) Expensas.
ARTICULO 1991.- Gastos. Cada condómino debe pagar los gastos de conservación y reparación de la cosa y las
mejoras necesarias y reembolsar a los otros lo que hayan pagado en exceso con relación a sus partes indivisas. No
puede liberarse de estas obligaciones por la renuncia a su derecho.
El condómino que abona tales gastos puede reclamar intereses desde la fecha del pago.
Los condóminos están obligados a contribuir a los gastos de reparación y de conservación y las mejoras necesarias y
tiene que reembolsar a los otros lo que hayan pagado en exceso con relación a su parte indivisa.
g) Deuda en interés común.
ARTICULO 1992.- Deudas en beneficio de la comunidad. Si un condómino contrae deudas en beneficio de la
comunidad, es el único obligado frente al tercero acreedor, pero tiene acción contra los otros para el reembolso de lo
pagado.
Si todos se obligaron sin expresión de cuotas y sin estipular solidaridad, deben satisfacer la deuda por partes iguales.
Quien ha pagado de más con respecto a la parte indivisa que le corresponde, tiene derecho contra los otros, para que
le restituyan lo pagado en esa proporción.
h) Administración: imposibilidad de uso y goce en común; asamblea.
CAPITULO 2
Administración
ARTICULO 1993.- Imposibilidad de uso y goce en común. Si no es posible el uso y goce en común por razones
atinentes a la propia cosa o por la oposición de alguno de los condóminos, éstos reunidos en asamblea deben decidir
sobre su administración.
Las situaciones que puede conducir al régimen de administración son:
*cuando la cosa no es susceptible de uso común. Por ejemplo: una casa con reducidas comodidades y las respectivas
familias son numerosas.
*cuando la cosa es susceptible o no de uso común, pero alguno de los condóminos se opone.
ARTICULO 1994.- Asamblea. Todos los condóminos deben ser informados de la finalidad de la convocatoria y citados
a la asamblea en forma fehaciente y con anticipación razonable.
La resolución de la mayoría absoluta de los condóminos computada según el valor de las partes indivisas aunque
corresponda a uno solo, obliga a todos. En caso de empate, debe decidir la suerte.
Puede ser que uno solo tenga la mayoría absoluta porque tiene de su parte el 51%, lo que el condómino decida tiene
que ser acatada por otros. En primer lugar, todos deben ser citados e informados –orden del día de que se va a
tratar y con un tiempo prudencial (normalmente es 72 horas antes). Si no se cumple con este recaudo la asamblea
será nula.
ARTICULO 1995.- Frutos. No habiendo estipulación en contrario, los frutos de la cosa común se deben dividir
proporcionalmente al interés de los condóminos.
Frutos: respecto de la división de los frutos se establece la correspondencia entre su reparto y la parte de los
condóminos que depende del porcentaje de la parte indivisa.
Conclusión del condominio:
*modos generales: alguno de los modos generales de extinción de los derechos reales puede ser aplicados al
condominio. Por ejemplo, la destrucción o el abandono.
*modo especial:
La partición: consiste en la conversión de la parte ideal o indivisa que le corresponde a cada comunero en una
porción o lote material.
Adquisición por un condómino.
4. Condominio sin indivisión forzosa. Reglas aplicables. Derecho a pedir la partición. Adquisición por un
condómino.
CAPITULO 3
Condominio sin indivisión forzosa
SECCION UNICA
Partición
ARTICULO 1996.- Reglas aplicables. Rigen para el condominio las reglas de la división de la herencia, en tanto sean
compatibles.
ARTICULO 1997.- Derecho a pedir la partición. Excepto que se haya convenido la indivisión, todo condómino puede,
en cualquier tiempo, pedir la partición de la cosa. La acción es imprescriptible.
La partición produce la extinción del condominio y cada uno de los condóminos pasa a tener una parte material.
Pedir la división es un derecho potestativo si los comuneros no se ponen de acuerdo, cualquiera de ellos puede
acudir a justicia a través de la acción de división de condominio.
Formas de hacer la partición: privada o judicial.
*Privada:
CAPITULO 2
Modos de hacer la partición
ARTICULO 2369.- Partición privada. Si todos los copartícipes están presentes y son plenamente capaces, la partición
puede hacerse en la forma y por el acto que por unanimidad juzguen convenientes. La partición puede ser total o
parcial.
*Judicial:
ARTICULO 2371.- Partición judicial. La partición debe ser judicial:
a) si hay copartícipes incapaces, con capacidad restringida o ausentes;
b) si terceros, fundándose en un interés legítimo, se oponen a que la partición se haga privadamente; [acreedor
hipotecario]
c) si los copartícipes son plenamente capaces y no acuerdan en hacer la partición privadamente.
ARTICULO 2374.- Principio de partición en especie. Si es posible dividir y adjudicar los bienes en especie, ninguno de
los copartícipes puede exigir su venta.
En caso contrario, se debe proceder a la venta de los bienes y a la distribución del producto que se obtiene. También
puede venderse parte de los bienes si es necesario para posibilitar la formación de los lotes.
Ejemplo: somos 3 condóminos sobre un terreno con 3 casa entonces repartiríamos una casa para cada uno. En caso
contrario se debe proceder a la venta de los bienes y a la distribución del producto que se obtiene, si no se puede
dividir se tiene que vender.
No podrá dividirse en especie las cosas cuando ello convierta en antieconómico su uso o su aprovechamiento.
Ejemplo: somos 3 condóminos sobre un solo inmueble no se puede partir materialmente, se tiene que vender.
Si los condóminos prefieren o no es posible la división en especie deberá ser hecha por venta, en este caso podrá
arbitrarse la venta privada o subasta pública o particular, si hay acuerdo interviene el poder judicial.
ARTICULO 2372.- Licitación. Cualquiera de los copartícipes puede pedir la licitación de alguno de los bienes de la
herencia para que se le adjudique dentro de su hijuela por un valor superior al del avalúo, si los demás copartícipes
no superan su oferta.
Efectuada la licitación entre los herederos, el bien licitado debe ser imputado a la hijuela del adquirente, por el valor
obtenido en la licitación, quedando de ese modo modificado el avalúo de ese bien.
La oferta puede hacerse por dos o más copartícipes, caso en el cual el bien se adjudica en copropiedad a los
licitantes, y se imputa proporcionalmente en la hijuela de cada uno de ellos.
No puede pedirse la licitación después de pasados treinta días de la aprobación de la tasación.
Aquel condómino que pretenda quedarse con la cosa deberá ofrecer un precio superior a su tasación.
ARTICULO 2370.- Partición provisional. La partición se considera meramente provisional si los copartícipes sólo han
hecho una división del uso y goce de los bienes de la herencia, dejando indivisa la propiedad. La partición provisional
no obsta al derecho de pedir la partición definitiva.
La llamada partición provisional o del uso se produce cuando los condóminos recurren a este instituto, no con la
finalidad de concluir el condominio sino con el objeto de dividir el uso y goce de la cosa. La partición provisional no
obsta el derecho de pedir la partición definitiva.
Efectos de la partición:
ARTICULO 2403.- Efecto declarativo. La partición es declarativa y no traslativa de derechos. En razón de ella, se
juzga que cada heredero sucede solo e inmediatamente al causante en los bienes comprendidos en su hijuela y en los
que se le atribuyen por licitación, y que no tuvo derecho alguno en los que corresponden a sus coherederos.
Igual solución se entiende respecto de los bienes atribuidos por cualquier otro acto que ha tenido por efecto hacer
cesar la indivisión totalmente, o de manera parcial sólo respecto a ciertos bienes o ciertos herederos.
Los actos válidamente otorgados respecto de algún bien de la masa hereditaria conservan sus efectos a consecuencia
de la partición, sea quien sea el adjudicatario de los bienes que fueron objeto de esos actos.
Son declarativos y no traslativo de derecho, lo que significa que se considera que los derechos atribuidos al
adjudicatario le han pertenecido desde el origen mismo del condómino y que los demás condóminos jamás han
tenido parte alguna en la propiedad de la cosa común. Una vez que se produce la partición cada condómino
materializa su parte ideal y se considera que esa materialización le pertenece a cada condómino desde el origen del
condominio que sería como si ese derecho real nunca hubiese existido.
ARTICULO 1998.- Adquisición por un condómino. Sin perjuicio de lo dispuesto en las reglas para la división de la
herencia, también se considera partición el supuesto en que uno de los condóminos deviene propietario de toda la
cosa.
El condominio también cesa cuando alguno de los condóminos se hace dueño de la cosa común, esta norma dispone
que de suceder tal supuesto eso será considerado partición.
Ejemplo: somos 3 puse la plata y me quedo con todo, se puede hacer por una cesión de derecho onerosa- esto es
importante ya que por regla la partición tiene efecto retroactivo de modo que el condominio que adquirió las otras
partes del condómino será considerado como propietario exclusivo de la cosa desde el origen de la indivisión.
En el condominio sin indivisión forzosa se tiene la facultad de pedir la partición en cualquier momento.
En el condominio con indivisión forzosa hay dos tipos: a) temporario: el condómino tiene restringida sus facultades a
un plazo. No puede pedir la partición; b) perdurable: el condómino también tiene restringida la facultad de pedir la
partición, pero al ser perdurable no se sabe cuándo se va a levantar dicha restricción.
5. Condominio con indivisión forzosa temporaria. Renuncia a la acción de partición. Convenio de suspensión de
la partición. Partición nociva. Partición anticipada. Publicidad de la indivisión o su cese.
Tipos o casos:
1. Por acuerdo de partes: convenio de suspensión de partición. Los condóminos acordaron de forma unánime
suspender a la petición de la partición. Por lo tanto, si suspendo la partición suspendo la acción de partición, es decir,
los condóminos decidieron entre ellos que no pueden pedir la partición.
La suspensión de la partición es por un plazo de 10 años, si nada dice se presume que es de 10 años por ser plazo
máximo legal. Si es menor a 10, se puede extender a 10 años.
Aun existiendo este convenio, el artículo 2002 estipula que alguna de la parte puede pedir la partición anticipada,
siempre que haya causas graves, aun estando vigente el convenio de suspensión.
También el objeto se puede partir si las partes lo acuerdan por más que siga este convenio de suspensión de
partición porque se pusieron de acuerdo de vuelta para partir la cosa.
El artículo 2003 dice que los convenios deben inscribirse si le objeto es registrable.
ARTICULO 2002.- Partición anticipada. A petición de parte, siempre que concurran circunstancias graves, el juez
puede autorizar la partición antes del tiempo previsto, haya sido la indivisión convenida u ordenada judicialmente.
ARTICULO 2003.- Publicidad de la indivisión o su cese. Las cláusulas de indivisión o el cese anticipado de la indivisión
sólo producen efecto respecto de terceros cuando se inscriban en el respectivo registro de la propiedad.
2. Por decisión judicial: partición nociva.
ARTICULO 2001.- Partición nociva. Cuando la partición es nociva para cualquiera de los condóminos, por
circunstancias graves, o perjudicial a los intereses de todos o al aprovechamiento de la cosa, según su naturaleza y
destino económico, el juez puede disponer su postergación por un término adecuado a las circunstancias y que no
exceda de cinco años. Este término es renovable por una vez.
La partición de uno o varios condóminos que quieran inhibir el objeto deberán plantearle al juez la partición nociva.
Es decir, no se puede llevar adelante la partición porque hay causas graves que pueden traer perjuicios económicos
para todos. El juez resolverá por un plazo de 5 años y puede ser renovado por 5 años más a pedido de cualquiera de
las partes. La diferencia con el primero el plazo se puede establecer directamente por 10 años, pero en el judicial se
debe hacer de 5 con posibilidad de renovación por 5 años más.
3. Por disposición mortis causa:
ARTICULO 2330.- Indivisión impuesta por el testador. El testador puede imponer a sus herederos, aun legitimarios,
la indivisión de la herencia por un plazo no mayor de diez años.
Puede también disponer que se mantenga indiviso por ese plazo o, en caso de haber herederos menores de edad,
hasta que todos ellos lleguen a la mayoría de edad:
a) un bien determinado;
b) un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero, o cualquier otro que constituye una unidad
económica;
c) las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la cual es principal socio o accionista.
En todos los casos, cualquier plazo superior al máximo permitido se entiende reducido a éste.
El juez puede autorizar la división total o parcial antes de vencer el plazo, a pedido de un coheredero, cuando
concurren circunstancias graves o razones de manifiesta utilidad.
ARTICULO 2332.- Oposición del cónyuge. Si en el acervo hereditario existe un establecimiento comercial, industrial,
agrícola, ganadero, minero o de otra índole que constituye una unidad económica, o partes sociales, cuotas o
acciones de una sociedad, el cónyuge supérstite que ha adquirido o constituido en todo o en parte el establecimiento
o que es el principal socio o accionista de la sociedad, puede oponerse a que se incluyan en la partición, excepto que
puedan serle adjudicados en su lote.
Tiene el mismo derecho el cónyuge que no adquirió ni constituyó el establecimiento pero que participa activamente
en su explotación.
En estos casos, la indivisión se mantiene hasta diez años a partir de la muerte del causante, pero puede ser
prorrogada judicialmente a pedido del cónyuge sobreviviente hasta su fallecimiento.
Durante la indivisión, la administración del establecimiento, de las partes sociales, cuotas o acciones corresponde al
cónyuge sobreviviente.
A instancia de cualquiera de los herederos, el juez puede autorizar el cese de la indivisión antes del plazo fijado, si
concurren causas graves o de manifiesta utilidad económica que justifican la decisión.
El cónyuge supérstite también puede oponerse a que la vivienda que ha sido residencia habitual de los cónyuges al
tiempo de fallecer el causante y que ha sido adquirida o construida total o parcialmente con fondos gananciales, con
sus muebles, sea incluida en la partición, mientras él sobreviva, excepto que pueda serle adjudicada en su lote. Los
herederos sólo pueden pedir el cese de la indivisión si el cónyuge supérstite tiene bienes que le permiten procurarse
otra vivienda suficiente para sus necesidades.
ARTICULO 2333.- Oposición de un heredero. En las mismas circunstancias que las establecidas en el artículo 2332,
un heredero puede oponerse a la inclusión en la partición del establecimiento que constituye una unidad económica
si, antes de la muerte del causante, ha participado activamente en la explotación de la empresa.
Imponer indivisión por un plazo de 10 años o por una condición resolutoria. Por ej. que permanezca la indivisión
hasta que todos los herederos forzosos cumplan la mayoría de edad.
Cuando hablamos de disposiciones mortis causa, tenemos un caso de indivisión por oposición, pueden oponerse un
heredero o cónyuge supérstite. La oposición le otorga al objeto una indivisión por 10 años desde que se produjo el
fallecimiento art. 2232 y 2233. Sin posibilidad de renovar el plazo.
Para que el juez otorgue la indivisión deben darse los siguientes requisitos:
-que el objeto sea una unidad económica (por ej. una fábrica)
-que haya dado sustento a la familia (sustento a la cónyuge y a los herederos)
-que haya habido una causa grave que amerite la indivisión
-que el cónyuge y los herederos hayan participado en esa actividad económica.
4. Caso del condominio fiduciario: Cuando hay varios fiduciarios no pueden pedir la partición, dura 30 años salvo
que el beneficiario que el beneficiario sea un incapaz o con capacidad restringida seria perdurable porque no
sabemos cuándo va a desaparecer la incapacidad (ej. que fallezca el incapaz o desaparezca la incapacidad).
6. Condominio con indivisión forzosa perdurable:
Decimos que es perdurable porque la ley impone la indivisión, por lo tanto, si lo impone la ley, las partes tienen la
obligación de abstenerse de pedir la partición. No tienen la facultad, no pueden pedir la partición porque la ley se los
prohíbe. Artículos 2004 y 2006.
a) condominio sobre accesorios indispensables.
CAPITULO 5
Condominio con indivisión forzosa perdurable
SECCION 1ª
Condominio sobre accesorios indispensables
ARTICULO 2004.- Indivisión forzosa sobre accesorios indispensables. Existe indivisión forzosa cuando el condominio
recae sobre cosas afectadas como accesorios indispensables al uso común de dos o más heredades que pertenecen a
diversos propietarios. Mientras subsiste la afectación, ninguno de los condóminos puede pedir la división.
Ej. tenemos dos inmuebles uno al lado de otro, al ser dos propiedades pegadas, comparten un tanque de agua, por
ejemplo, que abastece a las dos viviendas. Esa cosa compartida es un condominio. La indivisión es perdurable
porque así lo dice la ley lo que no significa que la indivisión dura para siempre, sino que se extiende en el tiempo y
no sabemos cuando podremos pedir la partición. ¿Cuándo podría pedirse? Supongamos que un propietario compre
el otro inmueble, desaparece el condominio. Hay un solo titular de dominio.
Por eso decimos que es perdurable, pero no perpetua.
b) condominio sobre de muros, cercos y fosos. Definiciones legales. b.1) Cerramiento forzoso urbano. Adquisición
de la medianería. Presunciones. Prueba. Cobro de la medianería. Prescripción: inicio de su curso. Facultades del
condómino. Efectos. Reconstrucción. Mejoras. Abdicación. Readquisición. b.2) Cerramiento Forzoso Rural. b.3)
Condominio de árboles, arbustos y plantas.
Se denomina muro a cualquier obra de albañilería vertical que cierra o limita un espacio. Son sinónimos paredes,
tapiales, cercos vivos como árboles, arbustos, y cercos inertes como alambrados. Fosos son excavaciones o zanjas
que se realizan en la tierra para separar las fincas. En las zonas urbanas se utilizan los muros, en las rurales es común
que se usen las fosas o cercos.
Clasificación de muros:
SECCION 2ª
Condominio sobre muros, cercos y fosos
ARTICULO 2006.- Muro, cerco o foso. El muro, cerco o foso se denomina:
a) lindero, separativo o divisorio: al que demarca un inmueble y lo delimita del inmueble colindante;
b) encaballado: al lindero que se asienta parcialmente en cada uno de los inmuebles colindantes;
c) contiguo: al lindero que se asienta totalmente en uno de los inmuebles colindantes, de modo que el filo coincide
con el límite separativo;
d) medianero: al lindero que es común y pertenece en condominio a ambos colindantes;
e) privativo o exclusivo: al lindero que pertenece a uno solo de los colindantes;
f) de cerramiento: al lindero de cerramiento forzoso, sea encaballado o contiguo;
g) de elevación: al lindero que excede la altura del muro de cerramiento;
h) enterrado: al ubicado debajo del nivel del suelo sin servir de cimiento a una construcción en la superficie.
-Según su emplazamiento físico:
*Lindero: es aquel muro que demarca un inmueble y lo delimita del inmueble colindante.
*No lindero: (pares próxima) es que esta cerca de la línea divisoria de los heredares, pero no la toca.
En la medianería importa el lindero, esto puede ser encaballado o contiguo.
*Encaballado: es el muro que se encuentra sentado sobre la línea demarcadora de ambos fundos. Mitad de la pared
sobre un terreno y la otra mitad sobre el otro. Si el muro se asienta en el 70% de alguna de la parte, el art. 1963
entiende que hay invasión del inmueble colindante, está sacando un 20% al otro inmueble. (le puedo reclamar por
ese 20%).
*Contiguo: pared que toca la línea divisoria, pero está asentado sobre uno de los inmuebles. El anterior pasaba por
la línea divisoria por mitades, en este caso, toca la línea, pero sobre mi terreno, no hay condominio.
-Según su titularidad:
*Medianero: cuando existe un condominio, es decir, que pertenece por mitades a ambos vecinos, fue construido por
ambas partes, es decir, decidimos hacer el muro, los dos contribuimos con los materiales y la mano de obra para que
se construya el muro.
*Privativo: cuando le pertenece exclusivamente a uno solo de los vecinos.
-Según su extensión vertical: el muro puede ser de elevación o enterrado.
*Muro de cerramiento: resulta que obliga de obligación de cerramiento, tato las encaballadas como continuas deben
tener una altura mínima de 3 metros, debe ser estable y aislante. A estas paredes se las denomina muro de
cerramiento.
*Muro de elevación: cuando se supera los tres metros, se excede de la prolongación.
*Muro enterrado: por debajo del piso.
Las características altura y materiales pueden variar según las reglamentaciones locales sobre la pared divisoria. El
código es supletorio.
Medianería urbana: cerramiento forzoso como derecho y obligación.
ARTICULO 1944.- Facultad de exclusión. El dominio es excluyente. El dueño puede excluir a extraños del uso, goce o
disposición de la cosa, remover por propia autoridad los objetos puestos en ella, y encerrar sus inmuebles con muros,
cercos o fosos, sujetándose a las normas locales.
ARTICULO 2007.- Cerramiento forzoso urbano. Cada uno de los propietarios de inmuebles ubicados en un núcleo de
población o en sus arrabales tiene frente al titular colindante, el derecho y la obligación recíprocos, de construir un
muro lindero de cerramiento, al que puede encaballar en el inmueble colindante, hasta la mitad de su espesor.
Se trata de un derecho porque el propietario tiene la potestad de cerrar un inmueble y se trata de una obligación
cuando estamos en zonas urbanas, cualquiera de los propietarios linderos puede obligar a sus vecinos a contribuir en
la construcción y conservación de la pared.
Adquisición:
ARTICULO 2008.- Muro de cerramiento forzoso. El muro de cerramiento forzoso debe ser estable, aislante y de
altura no menor a tres metros contados desde la intersección del límite con la superficie de los inmuebles. Esta
medida es subsidiaria de las que disponen las reglamentaciones locales.
ARTICULO 2009.- Adquisición de la medianería. El muro construido conforme a lo dispuesto en el artículo 2008 es
medianero hasta la altura de tres metros. También es medianero el muro de elevación, si el titular colindante de un
derecho real sobre cosa total o parcialmente propia, adquiere la copropiedad por contrato con quien lo construye, o
por prescripción adquisitiva.
Cuando uno de los colindantes construye por su parte la pared divisoria encaballada o contigua hasta los 3 metros,
en ese caso, se produce un condominio, por lo tanto, el dueño del inmueble vecino deberá contribuir en el costo.
Quien afronto la construcción tiene derecho a que su condómino le pague la mitad del valor del muro. Si es contiguo
y el vecino quiere apoyarse, también debe abonar la mitad del valor del terreno en el que se apoya el muro. El costo
total de la construcción se determina por sentencia judicial.
ARTICULO 2015.- Mayor valor por características edilicias. No puede reclamar el mayor valor originado por las
características edilicias del muro y de sus cimientos, con relación a la estabilidad y aislación de agentes exteriores,
que exceden los estándares del lugar.
*Si por algún motivo el que construyo le asigno atributos especiales al muro para hacerlo más estable o reforzar su
aislación, pero excediéndose de los estándares del lugar, no tiene derecho de reclamar el valor de esos atributos
agregados.
*Por encima de los 3 metros y por debajo del suelo (enterrado), la construcción es privativa le corresponde a quien
la hizo. El otro titular, si lo desea, puede adquirir pagando el valor correspondiente y el primero no puede oponerse.
*La diferencia con la adquisición de los muros es que si se trata del divisorio (encaballado o contiguo) el condominio
nace cuando se construyen, pero si se hace a partir de los 3 metros (elevación) o del enterrado, el condominio nace
con la utilización afectiva (por ej. hacer un quincho en el fondo, lo tengo que apoyar en el muro de elevación que
uno no construyó y va a tener que pagar por eso). Esto se debe hacer a través del título y modos suficientes, ya que
vas a tener la posesión de la cosa.
*No constituye utilización efectiva el hecho de poner clavos, colgar plantas, etc.
*El colindante no está obligado a pagar y convertirse en condómino, pero si decide utilizarlo debe pagar solo por la
parte que va a utilizar.
*ARTICULO 2018.- Medida de la obligación. El titular colindante tiene la obligación de pagar el muro de cerramiento
en toda su longitud y el de elevación sólo en la parte que utilice efectivamente.
En el caso del encerramiento, pagara por la longitud del muro.
Prescripción liberatoria: Quien construye el muro lindero hasta los 3 metros y toda su longitud tiene D a exigir al
otro la mitad del valor de la pared y en su caso del terreno. Se extingue a los 5 años. 2560. Desde la construcción del
muro. El caso del terreno que se puede reclamar: si es contiguo.
Prescripción adquisitiva: Si el muro es enterrado o de elevación y el colindante realiza medios de utilización efectiva
(por ej. apoyar y hacer un quincho) esta actividad lo obliga a adquirir la medianería. Si no media contrato de
adquisición, ósea, no compre, y el dueño no reclama el cobro, transcurrido los 20 años de utilización efectiva, se
adquiere la medianería por prescripción adquisitiva.
Facultades de los condóminos:
ARTICULO 2021.- Facultades materiales. Prolongación. El condómino puede adosar construcciones al muro,
anclarlas en él, empotrar todo tipo de tirantes y abrir cavidades, aun en la totalidad de su espesor, siempre que del
ejercicio regular de ese derecho no resulte peligro para la solidez del muro.
Facultades materiales sobre el muro en todo su espesor con dos límites:
a- el derecho igual al todo.
b- no afectar la solidez del muro.
Prolongación del muro:
ARTICULO 2022.- Prolongación del muro. El condómino puede prolongar el muro lindero en altura o profundidad, a
su costa, sin indemnizar al otro condómino por el mayor peso que cargue sobre el muro. La nueva extensión es
privativa del que la hizo.
El titular colindante que necesite prolongar el muro, elevarlo o hacerlo más profundo, está facultado a hacerlo a su
costa, salvo que ambos colindante deseen hacerlo y costearlo en conjunto.
Restitución al estado anterior:
ARTICULO 2023.- Restitución del muro al estado anterior. Si el ejercicio de estas facultades genera perjuicio para el
condómino, éste puede pedir que el muro se restituya a su estado anterior, total o parcialmente.
Si uno de los condóminos se abusa de sus facultas y causa un perjuicio éste puede pedir que el muro se restituya a su
estado anterior, total o parcialmente.
Si el condómino realiza actos materiales del 2021 y 2022 y causa un perjuicio al colindante, este podría pedir la
indemnización del daño sufrido.
Gastos y mejoras:
ARTICULO 2027.- Mejoras en la medianería urbana. Los condóminos están obligados, en la proporción de sus
derechos, a pagar los gastos de reparaciones o reconstrucciones de la pared como mejoras necesarias, pero no están
obligados si se trata de gastos de mejoras útiles o suntuarias que no son beneficiosas para el titular colindante.
Se aplica esto a la medianería rural también. Ambos condóminos están obligados en la proporción de sus derechos a
pagar los gastos de reparaciones o de reconstrucciones de la pared (mejoras en la pared). Pero si el muro ha sido
dañado o destruido por culpa de uno de los condóminos, solo este será obligado al pago de la reparación o
construcción.
Abdicación de la medianería:
ARTICULO 2028.- Abdicación de la medianería. El condómino requerido para el pago de créditos originados por la
construcción, conservación o reconstrucción de un muro, puede liberarse mediante la abdicación de su derecho de
medianería aun en los lugares donde el cerramiento es forzoso, a menos que el muro forme parte de una
construcción que le pertenece o la deuda se haya originado en un hecho propio.
No puede liberarse mediante la abdicación del derecho sobre el muro elevado o enterrado si mantiene su derecho
sobre el muro de cerramiento.
Comprende el abandono de la pared indivisa del condominio sobre el muro, en beneficio del otro condómino.
La ley lo habilita a hacerlo si no quiere contribuir a los gastos derivados a la medianería (los abandona, no
contribuye). El que la realizo pasa a ser el dueño completo del muro.
Si la abandona, no puede utilizarla. Esto es para todos los muros donde tenemos un condominio.
ARTICULO 2029.- Alcance de la abdicación. La abdicación del derecho de medianería por el condómino implica
enajenar todo derecho sobre el muro y el terreno en el que se asienta.
Impedimentos para abdicar:
No se puede abdicar
1) si el muro forma parte de una construcción suya, por ejemplo, la pared es parte de tu casa. Puede suceder que mi
habitación sea el muro medianero que da a la otra cosa, no se puede abdicar por que lo estoy usando.
2) Si la deuda que se ha originado es un hecho suyo, por ejemplo, debe reparar la pared porque este mantuvo una
canilla rota perdiendo agua sin arreglarla y provoca el deterioro del muro (culpa de uno de los colindantes que
origina una deuda)
Ahí tampoco se puede abdicar. No lo puede abandonar. Hay una culpa.
Cualquiera de los condóminos puede demoler y reconstruir el muro con una altura y estabilidad igual o mayor a la
anterior. En cuanto al espesor, si es necesario hacerlo más ancho, quien reconstruye deberá tomar superficie de su
propio terreno (art 2025)
Oportunidad para abdicar: la abdicación debe ser ejercida cuando el condómino reclame el valor de la construcción
o reconstrucción, si omite hacerlo una posterior manifestación de abdicar será ineficaz para liberarlo de la deuda.
Forma de abdicación: la abdicación pone fin al condominio en el muro o el terreno donde se asienta. Debe hacerse
por escritura pública y debe registrarse para que sea oponible a terceros. Si es por instrumento privado debería
requerirse su elevación a escritura pública, según el 2018.
Readquisición de la medianería:
ARTICULO 2030.- Readquisición de la medianería. El que abdicó la medianería puede readquirirla en cualquier
tiempo pagándola, como si nunca la hubiera tenido antes.
Se trata de una facultad imprescriptible ya que puede ejercer en cualquier momento y se debe pagar todo, la mitad
de valor del muro, los cimiento y del terreno. No se permite que el condómino que readquiere el muro, se le realicen
descuentos por actos que él hubiera realizado. Tiene que pagar el 50% que le corresponde. Pero si hace pagos antes
de la abdicación, no se le debe nada. [importante]
Condóminos de árboles y arbustos:
ARTICULO 2034.- Condominio de árboles y arbustos. Es medianero el árbol y arbusto contiguo o encaballado con
relación a muros, cercos o fosos linderos, tanto en predios rurales como urbanos.
Rige tanto en predio rurales como urbanos, se estima que son medianeros los árboles y arbustos que existan en
muros ya sean de forma contigua o encaballados. El condómino solo puede exigir que el árbol o arbusto sean
arrancados si: 1) si causa daño; 2) que el daño no pueda solucionarse mediante el corte de sus raíces o ramas.
UNIDAD X – SERVIDUMBRE
1. Definición legal.
2. Objeto.
3. Clases. Positiva y negativa. Real y personal. Forzosa. Personal a favor de varios titulares.
4. Legitimación.
5. Presunciones.
6. Modalidades.
7. Alcances de la transmisibilidad.
8. Derechos y obligaciones del titular dominante.
9. Derechos del titular sirviente.
10. Modos especiales de extinción. Efectos.