Introducciã - N A Las Cã - Lulas
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¿Qué significa estar vivo? Las personas, las petunias y las algas de un
estanque están vivos; las piedras, la arena y las brisas de verano, no.
¿Pero cuáles son las propiedades fundamentales que caracterizan a los seres
vivos y los distinguen de la materia inerte? La respuesta comienza con un
hecho básico que, en la actualidad, los biólogos dan por supuesto, pero que
marcó una revolución en el pensamiento cuando fue establecido por primera
vez hace 170 años. Todos los organismos vivos están formados por células:
unidades pequeñas rodeadas de una membrana que contienen una solución
acuosa concentrada de sustancias químicas y dotadas de la extraordinaria
capacidad para crear copias de sí mismas mediante el crecimiento y la
división en dos células (fisión). Las células aisladas son las formas de vida más
simples. Los organismos superiores, como el hombre, son comunidades de
células que derivan del crecimiento y la división de una célula fundadora
única: cada animal, vegetal u hongo es una colonia extensa de células
individuales que cumplen funciones especializadas, coordinadas por sistemas
complejos de comunicación. Las células, por lo tanto, son las unidades
fundamentales de la vida, y la biología celular es el medio al que debemos
recurrir para encontrar la respuesta a la pregunta de qué es la vida y cómo
funciona. Con una comprensión más profunda de la estructura, la función, el
comportamiento y la evolución de las células, podemos comenzar a tratar los
grandes problemas históricos de la vida en la Tierra: sus orígenes misteriosos,
su diversidad asombrosa y la invasión de cada hábitat concebibles.
CELULA EUCARIOTA
Se llama célula eucariota (del vocablo griego eukaryota, unión
de eu “verdadero” y karyon “nuez, núcleo”) a toda célula que tiene
un núcleo definido. Este núcleo contiene la mayor parte de su ADN y está
delimitado por una envoltura nuclear.
Esta es la principal diferencia con respecto a la célula procariota, mucho más
primitiva, y cuyo material genético está organizado en el citoplasma en una
región llamada “nucleoide”.
Células vegetales. Son aquellas células que tienen una pared celular
(compuesta de celulosa y proteínas) que recubre su membrana
plasmática y les otorga rigidez, protección y resistencia. Además, las
células vegetales tienen cloroplastos, que son organelas que contienen la
clorofila (la biomolécula necesaria para llevar a cabo el proceso
de fotosíntesis); y una vacuola central grande, que mantiene la forma
celular y controla el almacenamiento y la degradación de sustancias.
Células animales. Son aquellas células que no tienen cloroplastos (ya que
no realizan fotosíntesis) ni pared celular. Pero, a diferencia de las células
vegetales, tienen centríolos (organelas que participan en la división
celular) y presentan vacuolas de menor tamaño, aunque más abundantes,
llamadas vesículas. Debido a la carencia de pared celular, las células
animales pueden adoptar una gran cantidad de formas.
Células de los hongos. Son células que se asemejan a las de los animales,
aunque difieren de ellas por la presencia de una pared celular compuesta
de quitina.
Células de protistas. Los protistas son organismos muy variados: no son
animales, plantas ni hongos pero, a su vez, tienen características similares
a las de todos estos organismos. Entonces, las células de los protistas son
también muy variadas. Una característica de estas células es que
presentan una vacuola que se contrae, lo que les permite controlar la
cantidad de agua en la célula. Además, las células protistas pueden
contener cloroplastos y celulosa.