Emilia y La Dama Negra Resumen

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Emilia y la Dama negra

Autoras: Jacqueline Balcells y Ana María


Guiraldes

La historia de comienza cuando sus tíos la invitan a pasar unos


días en las Termas de Colinahuel. En camino a las Termas,
compraron un cántaro de greda que el vendedor envolvió
en una hoja de un diario de 2 años atrás. En esa noticia se
señalaba un crimen de una señora a la cual le habían dejado la
carta de Dama Negra de los naipes.

Una vez instalados en el hotel, Emilia se puso a conversar con


los demás huéspedes. Joaquín, que era cineasta, invitó a
todos jugar un juego de naipes esa noche: la dama negra.
Cabe señalar que Joaquín quería filmar una película de terror en
ese lugar.

En un paseo por los alrededores de la hostería, Emilia se


consigue con Joaquín en un sendero que estaba rodeado por un
precipicio. Allí Joaquín le comentó que filmaría una de las
escenas de su película llamada «Horror Verde». Una película
sobre un crimen perfecto en que los espectadores saben
todo, pero los personajes nunca se dan cuenta.

En la película participaría su novia Betty, que es la actriz


principal, y en su papel caería por ese sendero y moriría. El
problema para Joaquín era encontrar un doble, pues
Betty sufría de vértigo. Ya en la hostelería, Emilia escuchó a
Doña Hortensia amenazar Adelina, la camarera, con echarla. No
era la primera vez que lo hacía.

Después de cenar, Joaquín organiza el juego de cartas y explica


que el juego consiste en tratar de deshacerse de la Dama
Negra. Justo en ese momento Emilia recuerda que esa era
la carta que le dejaron a aquella mujer asesinada de la
que hablaban las noticias.
Los robos
Mientras jugaban, Emilia y Betty se dieron cuenta que Doña
Hortensia discutía en voz baja con el mayordomo. La novia de
Joaquín le dijo a Emilia que pensaba que la dueña de la hostería
estaba enamorada del mayordomo y que por eso discutían.

Mientras, Hernán había dejado su bolígrafo Mont Blanc sobre la


hoja donde escribía los nombres de los jugadores. Sin duda una
lapicera llamativa, tanto que Rafael le pregunto si realmente era
una Mont Blanc, a lo que Hernán le respondió
afirmativamente. Al terminar el juego, la Mont Blanc había
desaparecido.

Doña Hortensia se puso nerviosa, pues pensaba que había un


ladrón en la hostería. En dos noches habían desaparecido la
lapicera de Hernán y el encendedor de oro de Betty. Para
Emilia la carta de naipes traía mala suerte y así lo
comentó. Doña Hortensia la escuchó y murmuro: «Por favor, no
mencionen más esa carta maldita delante mío».

El rechazo era porque el papá de Doña Hortensia le decía


“Dama Negra” a su hermana y ella nunca más la volvió a
ver. Mientras que su segunda hermana era la protagonista de
aquella noticia del periódico.

A la mañana siguiente, Emilia y sus tíos bajaron a desayunar.


Adelina se acercó a Hernán y comentó que Doña Hortensia no se
despertaba y estaba pálida. Hernán fue a verla junto con Emilia.
En la habitación ya se encontraba el mayordomo. Hernán la
examinó y dijo que estaba drogada.

Lo curioso es que Doña Hortensia no acostumbraba a ingerir


somníferos. Lo máximo que hacía cuando estaba nerviosa
era tomar una copita de licor de cacao para relajarse. Así
que Emilia dedicó a observar el cuarto de doña Hortensia. Emilia
se percató de una fotografía en la que aparecía una señora muy
parecida a ella. Así que pensó que era su madre.

La sospecha
Rafael acordó reunirse con Emilia a las 10 en la pileta de los
leones para conversar. Allí le dijo que sospechaba que doña
Hortensia se había dopado para llamar la atención de
Humberto. Rafael sabía que Hortensia estaba enamorada de
Humberto. A quien había hecho socio de la hostería.

Rafael era el único heredero de la hostería y desconfiaba de


Humberto. También le dijo a Emilia que el ladrón del Mont Blanc
era Sara y que también había robado el encendedor. Él podía
demostrarlo porque un día la vio echando en su cartera
una cuchara y, por lo tanto, podía ser ladrona o
cleptómana.

Esta misma acusación ya se la había contado a Teresa, la


enfermera, pero no le había creído. Por esa razón, Rafael le pidió
ayuda a Emilia para que registrara el cuarto de Sara. Emilia fue
a buscar un suéter para Rafael cuando de pronto escuchó
una conversación que delataba el amorío de Joaquín con
Teresa.
A la hora del almuerzo apareció doña Hortensia y se acercó a la
mesa de Hernán para agradecerle. Hernán aprovechó para
preguntarle si había tomado algún sedante y la mujer dijo que
no. Agregó que le habían robado un portarretratos de su
tocador y que pensó que para llevar a cabo este robo de
ella la habían sedado.

Emilia aprovechó un baño termal que se estaba dando Sara y


revisó el cuarto con una llave que Rafael le había proporcionado.
Emilia encontró arriba del ropero 3 cucharitas, un encendedor
de oro, un cenicero de cristal y un lápiz labial en un estuche
dorado. Además de un marco portarretratos de plata
ovalado sin foto, un llavero de nácar y la lapicera Mont
Blanc.

La ladrona y el cadáver
Emilia y Rafael se dirigieron a donde estaba Doña Hortensia y
escucharon que esta discutía con Adelina y la acusaba de
ladrona. Adelina se defendía diciendo que no era ninguna
ladrona. Cuando Adelina se retiró, entraron Rafael y Emilia y le
contaron lo que habían descubierto.

Doña Hortensia llamó a Sara y le dijo que debía abandonar el


cuarto. Sara le confesó que no podía irse todavía porque
no tenía dinero y su hijo llegaría a buscarla el domingo y
pagaría la cuenta. Le pidió por favor que no le contara nada a
su hijo. Doña Hortensia aceptó, pero le dijo que no toleraría más
robos en la hostería.

Esa noche Doña Hortensia le entregó a cada huésped el objeto


que le pertenecía. Al día siguiente, en el almuerzo campestre,
Rafael le contó a Emilia que su tía había despedido a Adelina y a
Teresa. Por algún motivo Rafael estaba contento con la
noticia.

Con la llegada de Diego, el amigo de Emilia, también llegó la


noticia del asesinato de Doña Hortensia. Ante la pregunta de
Adelina sobre su paradero todos comenzaron a buscarla,
pero fue Emilia quien la encontró abajo en el acantilado.
Con una cuerda Diego descendió para recuperar su cuerpo.

No tardó en llegar Eugenio Satelices, el inspector de


investigaciones, quien prohibió la salida a las personas que se
encontraban en la hostería. Emilia no creía en un posible
suicidio de Doña Hortensia, debido a su carácter fuerte y
decidido. Diego le comentó a Emilia que todos, salvo sus tíos
Hernán y Pepa, tenían flores de aromo en la cabeza al igual que
el cadáver.

Otro cadáver más


De las investigaciones, tanto de Emilia, Diego y del inspector
Satelices se encontró una piedra con restos de sangre de Doña
Hortensia. Con lo cual el inspector declaró el hecho como
homicidio. Uno a uno fueron rindiendo declaraciones ante el
inspector. Después de hablar con todos los huéspedes, el
inspector pensó que entonces el asesino de las 2
hermanas podría ser la misma persona.

En medio de las investigaciones un nuevo cadáver aparece, el


de Teresa. Emilia encontró a Adelina desmayada en el piso. Ella
descubrió el cadáver de Teresa, el cual tenía un cuchillo
en el pecho clavado y la Dama Negra al lado. El inspector
ordenó a todos presentarse en el bar y en 15 minutos todos
estaban allí menos Lila. Humberto fue a buscarla, pero la
encontró dopada.
A Lila le robaron sus joyas del maletín de cosméticos y en su
lugar dejaron la foto que le había robado a Doña Hortensia.
Después de un largo interrogatorio, todos se fueron a dormir. Al
despertar a la mañana siguiente Diego le comentó a
Emilia que habían tratado de asesinarla, pero que el
atacante había huido.

Emilia le comentó a Diego que la hermana menor de


Hortensia estaba en la hostería y que sabía quién era el
asesino de las 3. El inspector nuevamente reunió a todos y dijo
que si el culpable confesaba le rebajaría la pena.

Agregó que había abierto el testamento de Hortensia y que su


único heredero era Rafael. Sin embargo, también había
dispuesto una cantidad considerable de dinero a Violeta,
la hermana menor de Hortensia, en el caso que estuviera
viva y apareciera. Doña Hortensia también dejaba dinero a
Humberto y Adelina.

Los culpables
Mientras el inspector mencionaba a los sospechosos y hacía un
recuento de las muertes, Emilia pidió la palabra. Emilia contó
lo de las fotografías y que la mirada del padre de
Hortensia es la misma de uno de los huéspedes de la
hostería.
Pero no coincidía con la nariz pequeña de la persona. Sin
embargo, recordó una conversación que la llevó a darse
cuenta de que esa mujer había cambiado su rostro por
medio de cirugía. Que además las tres hermanas tenían
nombre de Flor: Violeta, Margarita y Hortensia y que la asesina
había cambiado su nombre a Lila.

Así Emilia continuó el relato y desenmascaró Lilia, que había


asesinado a Teresa. Quien estaba chantajeando a Sara por el
asesinato de Doña Hortensia. En ese momento Lila empezó a
hablar y dijo que su padre siempre prefirió a sus otras hermanas
que a ella. Pues al nacer su madre murió, por eso le decía
“la damita negra”.

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