CAPÍTULO II-12junio2023
CAPÍTULO II-12junio2023
CAPÍTULO II-12junio2023
2.1.1. Para ello señalaremos que el texto vigente de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos de 1917, en adelante la Constitución, establece:
Artículo 73. El Congreso tiene facultad:
I.….
IX. Para impedir que en el comercio entre entidades federativas se establezcan
restricciones.
X. Para legislar en toda la República sobre hidrocarburos, minería, sustancias
químicas, explosivos, pirotecnia, industria cinematográfica, comercio, juegos con apuestas
y sorteos, intermediación y servicios financieros, energía eléctrica y nuclear y para expedir
las leyes del trabajo reglamentarias del artículo 123;
XI. …
XIII. Para dictar leyes según las cuales deben declararse buenas o malas las presas de
mar y tierra, y para expedir leyes relativas al derecho marítimo de paz y guerra.
XIV. ….
XVII. Para dictar leyes sobre vías generales de comunicación, tecnologías de la información y
la comunicación, radiodifusión, telecomunicaciones, incluida la banda ancha e internet,
postas y correos, y sobre el uso y aprovechamiento de las aguas de jurisdicción federal.
XVIII Para establecer casas de moneda, fijar las condiciones de ésta deba tener, dictar reglas
para determinar el valor relativo de la moneda extranjera y adoptar un sistema general de
pesas y medidas;
a) Energía eléctrica;
b) Producción y consumo de tabacos labrados;
c) Gasolina y otros productos derivados del petróleo;
d) Cerillos y fósforos;
e) Aguamiel y productos de su fermentación; y
f) Explotación forestal.
g) Producción y consumo de cerveza.
XXIX-A. Para expedir la ley general que establezca los principios y bases en materia de
mecanismos alternativos de solución de controversias, con excepción de la materia penal; …
XXIX-G. …
XXIX-K. Para expedir leyes en materia de turísmo, estableciendo las bases generales de
coordinación de las facultades concurrentes entre la Federación, las entidades federativas,
los Municipios y, en su caso, las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, en el
ámbito de sus respectivas competencias, así como la participación de los sectores social y
privado.
XXIX-L. …
XXIX-M Para expedir leyes en materia de seguridad nacional, estableciendo los requisitos y
límites a las investigaciones correspondientes.
XXIX-N. …
XXIX-R Para expedir la ley general que armonice y homologue la organización y el
funcionamiento de los registros públicos inmobiliarios y de personas morales de las
entidades federativas y los catastros municipales;
2.1.3. Luego, la materia mercantil, por ser de la competencia exclusiva del Congreso de la
Unión su reglamentación, es del ámbito federal.
2.1.4. Las operaciones que se realizan entre un particular y un comerciante o entre
comerciantes están regidas, entre otras leyes, por el Código de Comercio también conocido
como el Código Mercantil. Esta es una realidad digna de más observaciones.
2.1.7. El Código de Comercio señala las actividades que rige cuando dice:
Artículo 1°.- Los actos comerciales sólo se regirán por lo dispuesto en este Código y las
demás leyes mercantiles aplicables.
…..
Artículo 75° La Ley reputa actos de comercio:
I.- Todas la adquisiciones, enajenaciones y alquileres verificados con el propósito de
especulación comercial, de mantenimientos, artículos, muebles o mercaderías, sea en estado
natural, sea después de trabajados o labrados;
II.- Las compras y ventas de bienes inmuebles, cuando se haga con dicho propósito de
especulación comercial;
VIII.- Las empresas de transportes de personas o cosas, por tierra o por agua; y las empresas
de turismo;
XVIII.- Los depósitos en los almacenes generales y todas las operaciones hechas sobre los
certificados de depósito y bonos de prenda librados por los mismos;
XIX.- Los cheques, letras de cambio o remesas de dinero de una plaza a otra, entre toda
clase de personas;
XX.- Los vales ú otros títulos a la orden o al portador, y las obligaciones de los comerciantes,
a no ser que se pruebe que se derivan de una causa extraña al comercio;
XXV.- Cualquiera otros actos de naturaleza análoga a los expresados en este código.
En caso de duda, la naturaleza comercial del acto será fijada por árbitro judicial.
Artículo 76.- No son actos de comercio la compra de artículos o mercaderías que para su
uso o consumo, o los de su familia, hagan los comerciantes: ni las reventas hechas por obreros,
cuando ellas fuesen consecuencia natural de la práctica de su oficio.
2.1.8. El mismo Código aclara que no se requiere que en una actividad mercantil participen
dos comerciantes, uno por cada parte, para que se considere de comercio y por ello, se
deban seguir las reglas del Derecho Mercantil, lo cual se establece cuando dice:
Artículo 1050.- Cuando conforme a las disposiciones mercantiles, para una
de las partes que intervienen en un acto, éste tenga naturaleza comercial y
para la otra naturaleza civil, la controversia que del mismo se derive se
regirá conforme a las leyes mercantiles.
2.1.9 El Código de Comercio reconoce explícitamente como contratos posibles que puede
realizar un comerciante, los siguientes: Comisión mercantil (Artículo 273), Mandato de
factores y dependientes (Artículo 309), Depósito mercantil (Artículo 332), Préstamo
mercantil (Artículo 358), Compra venta (Artículo 371), Cesión de créditos (Artículo 389),
Consignación mercantil (Artículo 392) y Transporte terrestre (Artículo 576).
2.1.10 Otra ley de carácter mercantil, la Ley General de Sociedades Mercantiles (LSM),
expedida originalmente por delegación de facultades del Congreso de la Unión y luego
reformada muchas veces, da posibilidad a la existencia a las sociedades mercantiles,
permitiendo y reglamentando los contratos de: Sociedad de nombre colectivo (Artículos 1 y
25 a 50), Sociedad en comandita simple (Artículos 1 y 51 a 57), Sociedad de responsabilidad
limitada (Artículos 1 y 58 a 86), Sociedad anónima (Artículos 1 y 87 a 206), Sociedad en
comandita por acciones (Artículos 1 y 207 a 211), Sociedad por acciones simplificada
(Artículos 260 a 273) y de la Asociación en participación (Artículos 252 a 259). Además
existen las leyes de sociedades de responsabilidad limitada de interés público, de
sociedades cooperativas y de sociedades de solidaridad social. De las sociedades
mercantiles hablaremos con más detalle en el capítulo III.
2.1.11. Otra ley, también de carácter mercantil, emitida originalmente por delegación del
Congreso de la Unión, la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (LGTOC), entre
otras reconoce la posibilidad de pactar y dejar prueba de obligaciones y derechos en
diversos documentos, entre los que señala: La letra de cambio (Artículos 76 a 169), Pagaré
(Artículos 170 a 174), Cheque (Artículos 175 a 207), Obligaciones (Artículos 208 a 228
Artículos 259 a 266), Depósito bancario (Artículos 267 a 279), Depósito de mercancías
(Artículos 280 a 287), Crédito (Artículos 288 a 301, y 317 a 320), Cuenta corriente (Artículos
302 a 310), Certificados de participación (Artículos 228 a 228 v), Certificados de depósito
(Artículos 229 a 251), Bono de prenda (Artículos 229 a 251), Reporto (Artículos 302 a 310),
Carta de crédito (Artículos 311 a 316), Crédito de habilitación o avío (Artículos 321 a 322, y
325 a 333), Crédito refaccionario (Artículos 323 a 324, y 325 a 333), Prenda (Artículos 334 a
380), Fideicomiso (Artículos 381 a 407), Arrendamiento financiero (Artículos 408 a 418) y
Factoraje financiero (Artículos 419 a 431).
2.1.12. Las disposiciones de estas leyes antes señaladas, dan parte importante del material
de estudio mínimo que los buenos administradores deben conocer.
Suplencia del Código Civil a la Ley Mercantil
Artículo 3°.- …
2.2.2. Es oportuno traer algunos antecedentes sobre el Código Civil, para entender la
existencia de muchas disposiciones que prácticamente atienden la misma materia, la cual
básicamente debía ser estrictamente estatal.
2.2.5. Hace años, para legislar esta materia civil en el Distrito Federal y en los entonces
territorios federales, correspondía al Congreso de la Unión la expedición de las normas
relacionadas. Entonces tenía sentido señalar que en caso de deficiencia de la ley mercantil,
que se aplicara supletoriamente el Código Civil para el Distrito Federal y Territorios
Federales, pues había sido aprobado por la misma autoridad que le daba vida a la
legislación mercantil y de esa forma se evitaba hacer una copia del Código Civil en el Código
de Comercio.
2.2.6. Entre los muchos cambios ocurridos después, los territorios federales de Baja
California Sur y Quintana Roo adquirieron la condición de estados libres y soberanos y con
ello la competencia para expedir su propio código civil. Luego se estableció un órgano
legislativo para el Distrito Federal, la Asamblea de Representantes, la que adquirió la
facultad de expedir su propio código civil. La Asamblea de Representantes no optó por
expedir totalmente un nuevo código, pues tomo el que había estado vigente, le señaló
algunas modificaciones y lo asumió como el Código Civil del Distrito Federal. El anterior
Código Civil del Distrito Federal por modificación a la ley del Congreso de la Unión pasó a
ser el Código Civil Federal. Así nacieron los Códigos Civiles Federal y para el Distrito Federal
(CCDF) vigentes.
2.2.7. Ante esta situación se fueron diferenciando dos Códigos Civiles, uno de aplicación
federal (CCF) y otro de aplicación local (CCDF), que nacieron de una misma norma original,
pero aunque en partes son iguales, ya tienen en determinadas materias suficientes
diferencias. Los códigos civiles estatales tomaron como modelo el del Distrito Federal y sus
legislaturas estatales, les hicieron las modificaciones que consideraron convenientes, pero
no deja de percibirse mucha similitud entre estas normas.
2.2.8. El cambio de nombre del Código Civil del Distrito Federal (CCDF) a Código Civil
Federal (CCF) fue una medida para que el Congreso de la Unión controlara el contenido de
la legislación mercantil, además de adecuar la suplencia en la forma vigente. Por eso hoy
debemos entender al CCF como una continuación de la ley mercantil. El Código Civil local
aunque sigue utilizando el nombre de Código Civil del Distrito Federal debemos reconocerlo
como el Código Civil de aplicación en la Ciudad de México, (CCCM).
Las operaciones de crédito que esta Ley reglamenta son actos de comercio.
Artículo 2°.- Los actos y las operaciones a que se refiere el artículo anterior, se rigen:
I.- Por lo dispuesto en esta Ley, y en las demás leyes especiales, relativas; en su defecto,
II.- Por la Legislación Mercantil general; en su defecto,
III.- Por los usos bancarios y mercantiles y, en defecto de éstos,
IV.- Por el Derecho Común, declarándose aplicable en toda la República, para los fines de
esta ley, el CCDF.
2.2.10. Nótese que esta ley posterior es de 1932 y está señalando como supletoria al
CCDF, que por efecto de otra reforma constitucional sería de la Ciudad de México. La
pregunta a plantear es la siguiente:
¿Qué Código Civil debe aplicarse en primer lugar, el Federal, el último local vigente
cuando el Distrito Federal pasó a ser la Ciudad de México o el vigente cuando se aprobó la
ley que estableció la suplencia?
2.2.12. Por ello debemos concluir, que el Código Civil de la Ciudad de México, sea CCDF o
CCCMX, sólo se aplicará como supletorio en último lugar, si ninguno de los criterios
prioritarios contenidos en la LGTOC, ni el Código de Comercio, ni el CCF resuelven la
situación de un conflicto que tenga origen en una operación con títulos de crédito.
2.2.13. Del hecho que el CCF sea supletorio en materia mercantil se deduce la posibilidad
de reconocimiento legal de los siguientes actos: Contratos (Artículos 1792 a 1859),
Declaración unilateral de voluntad (Artículos 1860 a 1881), Enriquecimiento ilegítimo
(Artículos 1882 a 1895), Gestión de negocios (Artículos 1896 a 1909), Actos ilícitos
(Artículos 1910 a 1934 bis), Obligaciones condicionales, a plazo, conjuntivas, alternativas,
mancomunadas y solidarias (Artículos 1938 a 2010), Cesión de derechos (Artículos 2019 a
2050), Cesión de deudas (Artículos 2051 a 2057), Subrogación (Artículos 2058 a 2061),
Pago (Artículos 2062 a 2118); Evicción y saneamiento (Artículos 2119 a 2162),
Compensación (Artículos 2185 a 2205), Confusión de derechos (Artículos 2206 a 2208),
Remisión de la deuda (Artículos 2209 a 2212), Inexistencia y la nulidad (Artículos 2224 a
2242), Contrato de promesa (Artículos 2243 a 2247), Compra-venta (Artículos 2248 a
2326), Permuta (Artículos 2327 a 2331), Donación (Artículos 2332 a 2383), Mutuo simple y
con interés (Artículos 2384 a 2397), Arrendamiento (Artículos 2398 a 2496), Comodato
(Artículos 2497 a 2515), Depósito (Artículos 2516 a 2538), Mandato (Artículos 2546 a
2604), Prestación de servicios profesionales (Artículos 2606 a 2615), Obra a precio alzado
(Artículos 2616 a 2645), Porteadores y alquiladores (Artículos 2646 a 2665), Hospedaje
(Artículos 2666 a 2669), Asociaciones (Artículos 2670 a 2687), Sociedades (Artículos 2688 a
2736), Aparcería rural (Artículos 2739 a 2763), Contratos aleatorios (juego, renta vitalicia,
compra de esperanza), (Artículos 2764 a 2793), Fianza (Artículos 2794 a 2855), Prenda
(Artículos 2856 a 2892), Hipoteca (Artículos 2893 a 2943) y Transacciones (Artículos 2944 a
2963).
2.2.14. Cada uno de los contratos o actos jurídicos señalados en el punto inmediato
anterior merecen alguna nota que se refiera al objeto de la operación, las formalidades y
las características de la misma. Escapa al objeto de este trabajo el hacer una presentación
muy completa al respecto, dadas las limitaciones de tiempo y espacio planteadas al
decidirse su elaboración, pero si se intentará más adelante dar un visión general de cada
una, sólo ahondando someramente en los casos más importantes. Para la exposición no se
seguirá el orden en que se nombraron los temas, con objeto de hacer una presentación
más didáctica.
2.3. Las personas pueden adquirir la carga de hacer algo o de no hacerlo, de entregar algo
o de no hacerlo, y se sufrir o beneficiarse de una consecuencia de lo que dispone la Ley,
por cumplirse algunos supuestos que la misma Ley detalla. Tales derechos y deberes
pueden provenir de la simple disposición por existir actos en que los involucrados, en algún
momento, estuvieron de acuerdo; o de hechos, que la Ley considera como suficientes y
necesarios para imponer determinada consecuencia, aún en contra de la voluntad de
alguna parte. A la relación de la cual nace esta serie de consecuencias se le conoce como
obligación, término que merece una explicación más amplia.
2.3.1. En las Institutas de Justiniano, se señala: “Obligatio est juris vinculum, quo
necessitate adstringimur alicuius solvendaen rei secundum nostrae civitatis iura” (La
obligación es un vínculo jurídico que constriñe a la necesidad de pagar alguna cosa
conforme a las leyes de nuestra ciudad). (Rafael Rojina Villegas.- Compendio de Derecho
Civil.- Tomo III.- Editorial Porrúa. México. 1977).
2.3.2. Señala Rojina que Francesco Messinco define a la obligación como un vínculo
jurídico por virtud del cual una persona denominada deudor, se encuentra constreñida
jurídicamente a ejecutar algo en favor de otra persona, llamada acreedor.
2.3.3. Una definición más actual y aceptada, es considerar a la obligación como una
relación jurídica por medio de la cual un sujeto, llamado acreedor y al cual se le debe una
prestación, una cosa o una abstención, está facultado para exigir lo que se le debe a otro
sujeto denominado deudor.
2.3.4. Los abogados utilizan el término obligación, también con un significado más
restringido, asociándolo a un tipo de documentos que amparan derechos de los tenedores
sobre bienes de los que los expidieron; pero de momento se limitará el alcance al de
designar a la relación jurídica que impone algún deber a una persona en favor de otra u
otras.
2.3.5. La Teoría General de las Obligaciones estudia el poder jurídico del sujeto de crear,
transmitir, modificar o hacer desaparecer obligaciones, ya sean consecuencias de hechos y
situaciones jurídicas o de derechos derivados de actos jurídicos.
2.3.6. Para Planiol las obligaciones sólo pueden ser creadas por la Ley o por los contratos,
y en cambio, Bonnecase señala que las obligaciones tienen como fuente al hecho jurídico y
la Ley o al acto jurídico y la Ley.
2.3.7. Existe un hecho jurídico cuando la Ley ordena que del mismo se desprendan una
serie de consecuencias, independientemente que todas las partes involucradas no
hubieren tenido la voluntad de generarlas.
2.3.8. El acto jurídico si requiere de la concurrencia de las voluntades de las partes para su
nacimiento. Un acto jurídico ocurre cuando las partes involucradas llegan a un acuerdo
para crear, transmitir, modificar o hacer desaparecer obligaciones. En este caso, se dice
que han tenido un convenio.
2.3.12. La teoría establece que son tres los requisitos de existencia de un contrato: a) el
consentimiento de las partes en celebrar el contrato; b) el claro objeto del contrato que
conforme a la Ley pueda serlo; y c) para algunos casos también se considera requisito de
existencia, el cubrir la formalidad en que deba celebrarse el contrato conforme a la Ley.
2.3.14. La Ley intenta limitar los excesos en que se puede incurrir por dejar a la voluntad
de las partes la celebración de los contratos. En 1917 cuando se discutió la Constitución, los
diputados que la aprobaron, llegaron a la conclusión de que los trabajadores se
encontraban en notoria desventaja frente a los patrones, mismos que al tener el poder
económico podían imponer condiciones muy desfavorables para los trabajadores. Como
consecuencia, se redactó el artículo 123, por medio del cual el Estado pasó a tutelar los
derechos de los trabajadores y se establecieron condiciones mínimas aceptables para los
trabajadores. Dicho de otra forma, se le dieron límites a lo que podían acordar las partes
involucradas.
Otro ejemplo puede ser la compra venta de inmuebles, en la que era costumbre hace
algunos años, que las partes declararan un menor precio para evitar los pagos de derechos
de transferencia del dominio a cargo de ambas partes y del impuesto sobre la renta del
vendedor. Posteriormente se exigió que existiera un avalúo, que servía de base para
determinar el pago de los derechos de transmisión del dominio si el precio pactado era
menor y para que el comprador pagara el impuesto sobre la renta si el precio
supuestamente pactado era menor que el avalúo y que en caso contrario, lo pagara el
vendedor considerando la utilidad que habría tenido al vender en el precio supuestamente
pactado en relación de lo que le había costado. Así la Ley evita que las partes pacten
precios y manifiesten que son menores a los del avalúo.
2.3.15. El Código Civil reconoce que existían casos de contratos en que las personas
aceptaban algunas condiciones por encontrarse en una situación desfavorable, por lo que
estableció el derecho de reclamar la lesión. Dicen el CCF y el CCDF:
Cuando un derecho no se reclama en el plazo que señala la Ley, se dice que prescribió.
2.3.16. Aunque existe la posibilidad de que los contratos se integren por muchas cláusulas
que las pueden redactar los participantes libremente, en ellos, las leyes ponen muchas
limitaciones a los hechos y actos jurídicos para buscar que el Derecho sea socialmente útil y
en forma general se intenta evitar los abusos que permitía hace tiempo el Derecho, tal
como el Ius Abutendi (derecho de abuso) sobre la propiedad que ejercían los romanos. Los
códigos civiles comentados disponen:
Artículo 16.- Los habitantes del Distrito Federal tienen obligación de
ejercer sus actividades y de usar y disponer de sus bienes en forma que no
perjudiquen a la colectividad, bajo las sanciones establecidas en este
Código y en las leyes relativas.
2.3.17. Las limitaciones a lo que se puede pactar en un contrato pueden alcanzar hasta la
comisión de un delito. Dice el Código Penal Federal:
2.3.18.- El objeto del contrato viene a ser, los bienes y servicios que entre sí
intercambiarán las partes como consecuencia del contrato, es decir, las prestaciones y
contraprestaciones que se buscan tener con su celebración.
2.3.19. Indican el CCF y el CCDF:
Artículo 1826.- Las cosas futuras pueden ser objeto de un contrato. Sin embargo,
no puede serlo la herencia de una persona viva, aun cuando ésta preste su
consentimiento.
Artículo 1827.- El hecho positivo o negativo, objeto del contrato, debe ser:
I. Posible;
II. Lícito.
Artículo 1830.- Es ilícito el hecho que es contrario a las leyes de orden público o a
las buenas costumbres.
2.3.21.- La forma son los requisitos y condiciones que debe cubrir la exteriorización de la
voluntad de las partes, para la existencia o validez del contrato. La mayoría de las veces se
limita a realizar un acto jurídico siguiendo determinado procedimiento, como tramitarlo y
celebrarlo ante un funcionario público determinado, realizar el registro del mismo, el dejar
constancia de él por escrito, obtener previamente la autorización de una autoridad,
sujetarlo a ratificación de alguien, entregar la cosa en depósito de alguien, etc.
2.3.24.- Luego cuando no se respete la forma ordenada por la Ley para los actos solemnes
o si existe error, dolo, violencia, lesión e incapacidad de algún contratante, debemos
suponer que no existe el acuerdo de voluntades y entonces el contrato es inexistente o
que está afectado de nulidad absoluta. En los demás casos es posible salvar la nulidad
relativa si se convalida el acto.
2.3.25.- Para mayor claridad de lo dicho, se puede señalar que los contratos de
matrimonio se deben celebrar ante una autoridad, un Juez del Registro Civil, previo trámite
y justificación del cumplimiento de los requisitos; que las compra ventas de inmuebles de
cierto valor deben hacerse ante notario público y deben inscribirse en el Registro Público
de la Propiedad, para que tengan todos sus efectos legales; el contrato de arrendamiento
en la ciudad de México requiere de ser expedido por escrito y por triplicado y es
obligatorio declararse ante la autoridad fiscal, para que el arrendador pueda hacer efectivo
todo lo pactado en el mismo, por la vía judicial; la compra venta de armas de fuego
requiere de permiso para poder celebrarse, al grado de interrumpirla mientras no se
obtiene, dado que es delito transportarlas y poseerlas por el nuevo dueño no reconocido;
la escritura del contrato para la constitución de una sociedad mercantil o de una civil,
requiere permiso previo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Secretaría de
Economía, de la Secretaría de la Reforma Agraria o de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social, según el caso de sociedad, sin el cual ningún notario le daría paso a la constitución;
la representación de un condominio por el administrador, en la ciudad de México, requiere
para cobrar validez del registro ante la Procuraduría Social; la compra venta de
sicotrópicos requiere permisos de la Secretaría de Salud para ser lícita y de no obtenerse,
son tan contrarias a la Ley, que pueden constituir delito y por ello ningún laboratorio
médico le venderá a cualquiera, algún medicamento controlado; un apoderado autorizado
por escrito para tomar decisiones puede requerir que los poderdantes ratifiquen el poder
ante un funcionario público o cumplan alguna forma suficiente para darle el alcance
necesario; y la entrega de la cosa al depositario debe realizarse al celebrarse el contrato de
prenda, pues si no, sería un contrato de promesa.
2.3.26. El Código de Comercio considera, que en general, los contratos mercantiles obligan
en los términos de que cada uno quiso obligarse, sin necesidad de formalidades o
requisitos determinados, pero considera que si requieren de cumplir con la forma cuando
las leyes la establezcan para el tipo de actos que se pretenda llevar a cabo, siendo en el
caso de no llenarse la formalidad requerida, que no producirán obligación, ni acción en
juicio. (Artículos 78 y 79 del Código de Comercio).
2.3.27.- El Código de Comercio reconoce como válidas las operaciones que se pacten por
correspondencia, telégrafo o medios electrónicos, una vez que se reciba la aceptación de la
propuesta o las condiciones con que ésta fuese modificada, cumpliéndose determinados
requisitos. (Artículo 80). Además es conveniente hacer la aclaración que para reclamar sus
obligaciones a la contraparte de un contrato celebrado por estos medios, si ésta es omisa
en darle cumplimiento, será necesario contar con los medios de prueba idóneos que
demuestren claramente los términos de la negociación, sin lo cual sería casi imposible
hacerla cumplir, dado que corresponde al que reclama el cumplimiento el probar los
hechos en que fundamenta su reclamo, lo que se sintetiza en el principio: actor incumbit
probatio, reus excipiendo (al actor incumbe la prueba y al reo las excepciones). Por ello es
conveniente que los contratos estén por escrito en papel firmado por las partes y cuando lo
justifique su monto, que se ratifiquen ante notario público, dado que la correspondencia
por medios electrónicos requiere apoyase con otros medios de prueba los cuales pueden
ser más complicados, para cobrar total efectividad en un juicio.
2.3.28.- Además existen los requisitos de validez, entre los que se deben señalar: la
capacidad de los contratantes, la ausencia de vicios del consentimiento y la licitud de los
motivos, del objeto, los fines y condiciones del contrato.
2.3.30.- Ejemplo 1.- Si deseamos constituir una sociedad mercantil y vamos con el notario
para darle la forma legal requerida para ello, este funcionario no expedirá la escritura
constitutiva hasta que tenga el permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la
Secretaría de Economía, de la Secretaría de la Reforma Agraria o de la Secretaría del
Trabajo y Previsión Social. Sin la escritura, la sociedad no puede inscribirse en el Registro
Público de Comercio, sólo tendrá actividades irregulares y de hecho, los que actúen como
sus representantes serán responsables de ellas. Para las personas ajenas, de derecho no
existe la sociedad, pues lo que se pacte a su nombre lo estarán haciendo sus supuestos
representantes como si fuera a título propio.
Artículo 27.- Los actos que deban inscribirse de acuerdo con las normas que los
regulan, y que no se registren sólo producirán efectos jurídicos entre los que lo
celebren.
3.3.32.- Los bancos frente a esa nueva sociedad serán considerados como terceros y luego
esta sociedad no podrá tener una cuenta de cheques en una institución de crédito,
mientras no acredite su legal constitución y entonces, no podrá tampoco justificar
legalmente los pagos legales a sus proveedores, con lo que no cumplirá los requisitos
fiscales y de hecho, no podrá funcionar. Si las Secretarías de Relaciones Exteriores, de
Economía, del Trabajo, de la Reforma Agraria o cualquier otras dependencias que deba
intervenir, encontraran una justificación para no expedir el permiso, no habría forma de
convalidar el contrato sin promover el conflicto ante los tribunales competentes y no
dependería de los interesados el poderle darle validez a su sociedad. Por lo anterior, si lo
que se quiere es tener una sociedad regular ante la Ley, sólo se podrá con la autorización
aludida, por lo que nos inclinamos más a la teoría en el sentido de que es un requisito de
existencia el permiso de constitución.
2.3.37.- En relación a la disposición antes transcrita, son pocas las situaciones que cambian
de forma nacional que puedan dar pie al derecho de pedir el equilibrio entre las
prestaciones pactadas. Primero debemos excluir a los contratos mercantiles, porque a ellos
se les aplica el código federal. Siendo el contrato solamente civil, podríamos señalar como
un posible ejemplo una compra venta que se hubiera pactado en moneda extranjera y que
posteriormente ocurriera una devaluación del peso, de forma que la operación fuera
completamente incosteable para el vendedor o el comprador. También podría afectarse un
contrato de arrendamiento anterior a la pandemia del CORONAVIRUS que causara un uso
limitado del bien arrendado, como sería en el caso de un restaurante que no pudiera
operar.
2.3.38.- Continúan ambos códigos como sigue:
Artículo 1797.- La validez y el cumplimiento de los contratos no puede
dejarse al arbitrio de uno de los contratantes.
2.3.39.- Aquí debemos señalar que el objeto materia del contrato para que pueda serlo,
requiere de dos características: que físicamente sea posible y que legalmente sea lícito. Si
no cumple con ser físicamente posible o es ilícito, no puede ser objeto del contrato y al no
tenerse el objeto con los requisitos señalados, el contrato debe ser inexistente. Luego el
artículo 1794 anterior alcanza a señalar como inexistentes a los contratos que tienen vicios
por ser ilícitos.
2.3.40.- En sentido contrario, el artículo 1795 del CCF y del CCDF, considera que los
contratos con vicios de validez existen, pero pueden ser invalidados. Es decir que considera
que existen pero se les puede quitar su obligatoriedad total o parcialmente.
2.3.42.- Si todas las partes del contrato no expresaron su voluntad de celebrarlo, éste es
inexistente, no puede producir efectos legales y cualquiera que no manifestó su acuerdo,
puede alegarlo ante la autoridad judicial. Así no podría reclamarse nada a una persona que
en ningún momento hubiere expresado explícita o tácitamente su voluntad de celebrar el
contrato.
2.3.43.- Si ambas partes del contrato no han identificado claramente lo que están
obligadas a hacer o no hacer, el objeto del contrato no está bien definido y por lo tanto,
según las condiciones, puede ser inexistente o inválido el contrato, por no existir el
consentimiento o por tener éste un vicio.
2.3.44.- Ejemplo 3.- Para ilustrar esta restricción imaginemos un contrato que se celebra
partiendo de la propuesta de sujeto “A”: “Te vendo mi automóvil en cien mil pesos.”; que
luego es seguida de la respuesta del sujeto “B”: “Acepto”, pero considerando éste, sin
expresarlo, que es el Ferrari de “A” y no su Vocho (Volkswagen).
2.3.45.- Aquí el objeto no está definido porque de hecho los contratantes no están de
acuerdo en el mismo auto y luego puede considerarse inexistente el contrato. Pero
también podría considerarse que existe un vicio del consentimiento y ser entonces invalido
el contrato.
2.3.46.- El problema es determinar cuál de las dos cosas tendrían que demandar, para
evitar los efectos del contrato, pues sólo puede reconocerse judicialmente una.
2.3.47.- Ejemplo 4.- También tendría parecidas objeciones la negociación que se hiciera
partiendo de la propuesta de “A”: “Te vendo mi carro Ferrari”. Supongamos que “A” sólo
tiene un Ferrari y que “B” lo conoce y que luego siguiera la aceptación de “B” sin mayor
aclaración. En este caso también habría inexistencia del contrato porque el objeto del
mismo, son todas las prestaciones que se deben dar entre sí las partes y en este caso, para
ser una compra venta se requiere conocer el precio.
2.3.48.- Ejemplo 5.- Lo que si constituiría un claro vicio del consentimiento, sería que si se
fijara que es el Ferrari y el precio, que “A” cree que “B” conoce el estado del automóvil,
pero que “B” no supiera que el Ferrari está desbielado, porque “A” lo arrancó sin aceite en
el motor. Aquí el objeto y el precio están definidos, pero “B” no quiere comprar un
automóvil en mal estado. Entonces habría un vicio del conocimiento y el contrato existe
pero podría ser invalidado a petición de “B”.
2.3.49.- A estas características no deseadas del objeto de los contratos que aparecen
después de celebrados se les conocen como vicios ocultos y pueden generar, como hemos
visto, la invalidez del contrato y el pago de los daños y perjuicios.
2.3.50.- Señala Rojina Villegas que se puede considerar que hay ausencia de
consentimiento cuando: a) las partes sufren un error respecto a la naturaleza del contrato;
b) si sufren error respecto a la identidad del objeto; y c) cuando el contrato es simulado.
2.3.51.- Ejemplo 6: Para insistir en la idea de que la forma puede ser un requisito de
existencia, se señala que una compra venta de un departamento después de cierto valor, lo
cual ocurre con mayor frecuencia, requiere hacerse frente a fedatario público. Es muy
común que intentando aplazar el pago de los derechos de transmisión del dominio o el
Impuesto sobre la Renta de la operación, los interesados pospongan indefinidamente el
trámite de formalizar la operación ante notario y se conformen con la firma de un contrato
privado, que formalmente no es de venta, aunque en su texto se sostenga tal operación. Si
el viejo dueño tuviera un problema de liquidez, el nuevo dueño no podría alegar que él es
el dueño, porque para demostrarlo requiere del testimonio notarial registrado de la venta
y no puede tenerlo antes de la formalización ante notario.
2.3.52.- Sin embargo, el nuevo dueño podría obligar al viejo dueño a escriturar ante
notario, siempre que los acreedores del viejo dueño no hubieren actuado sobre el bien,
embargándolo y rematándolo. Si se cumplen estos extremos, el nuevo dueño perdería el
inmueble y no podrá obligar al viejo dueño a que le escriture.
2.3.54.- En estas condiciones “A” está ya imposibilitado para convalidar el primer contrato,
si “C” no está de acuerdo en anular de común acuerdo su operación. Así las cosas, “B” no
sería el propietario del inmueble, aunque lo hubiere comprado primero, por no haberlo
hecho con la forma necesaria.
2.3.55.- De considerarse que el primer contrato se llevó a cabo, es decir que existe, debería
aplicarse el principio “lo que es primero en tiempo es primero en derecho”. Sin embargo, el
primer supuesto contrato no produce las consecuencias que se pactaron y desearía el
comprador. Para que el primer contrato no produzca las consecuencias pactadas, debemos
señalar que éste debe ser inexistente por no haberse cubierto la forma y que el segundo si
existe por haberse formalizado. Un acto celebrado entre “A” y “C” no puede hacer invalido
otro contrato, el de “A” y “B”, por lo que debe buscarse dentro del contrato de “A” y “B” la
razón de por qué no causará los efectos legales deseados por “B”. Nótese que “A” y “B”
estaban claros en el objeto original de la operación y que “B”, que es el afectado, no le
conviene alegar en ningún momento la inexistencia o la invalidez, sino que quiere llegar al
cumplimiento forzoso.
2.3.56.- Por la doble venta del inmueble, “A” incurre en un delito de fraude, que como una
consecuencia de su persecución, se puede obligar a “A” para que regrese lo recibido de
“B”, pero a “C” no lo afectará, en tanto que no se demuestre que él se asoció con “A” para
cometer el fraude, es decir, que sea un cómplice.
2.3.57.- Si “C” demuestra que efectivamente pagó por el bien inmueble, está en una
situación que le beneficia y para deshacer la segunda operación tendría que intentarse
llevar a la quiebra a “A” y retraer la misma a una fecha anterior a la de la segunda venta.
Si “A” sólo ha cometido esta operación irregular y no tiene más acreedores, el camino de
la quiebra parece inviable.
2.3.58.- Como consecuencia, debemos decir que el contrato de compra venta entre “A” y
“B” es inexistente, pues en realidad debe considerarse al firmado como un contrato de
promesa de venta, aunque en el texto se diga otra cosa. No producirá nunca todos los
efectos por los cuales aparentemente se firmó y porque entre los contratos de “A” con “B”
y “A” con “C” sólo uno puede existir, al ser sólo un bien el objeto de los dos contratos.
2.3.59.- Este ejemplo es común que se presente en la vida real y frente a la inseguridad
que representa la impartición de justicia, muchas veces las personas que hacen las veces
de “B”, aceptan la devolución del dinero y con ello se dan por satisfechos, aún que en su
perjuicio operan los daños y perjuicios, los efectos de la inflación y la no obtención de
utilidades del capital que originalmente invirtieron.
2.3.61.- El comprador puede pagarle al vendedor con un cheque sin fondos o justificarle el
pago con un depósito bancario “salvo buen cobro o no en firme” y el vendedor caer en una
trampa, al firmar la escritura, pues ya vendió su inmueble y después se enterará de que el
cheque no tiene fondos o que el cheque depositado por el comprador fue devuelto y
entonces no recibirá el precio. Puede preverse esta situación, poniendo en el contrato que
la venta del inmueble se realiza con la condición de “reserva de dominio”, hasta que se
cobren los documentos que se reciben “salvo buen cobro”. Esta cláusula tendrá el efecto
de impedir que el comprador venda hasta que el vendedor cobre efectivamente.
2.3.62.- Ejemplo 8: Una persona “A” se presenta en un edificio de apartamentos que está
por concluir su construcción en una calle en que los inmuebles vecinos son sólo terrenos
sin construcción. El edificio tiene un número de la calle y un aviso en que dice que se
venden los últimos condominios; después de una plática con el vendedor sobre las
condiciones, “A”, ante la expectativa que pronto podrían entregar el condominio, decide
comprometerse en la compra. De las muchas cláusulas del contrato de promesa de venta
que firma “A” y que indebidamente en el texto se dice que es de compra venta, se hace
aquí sólo referencia a las relacionadas con el conflicto que luego sobrevendrá: a) se debe
dar un anticipo de la mitad del valor del departamento; y b) la entrega del departamento
con un número dado del edificio y con un número determinado de la calle, se hará cuando
se termine la obra y se firmen las escrituras definitivas.
2.3.63.- “A” cuando ve terminada la obra se presenta en el edificio y para su sorpresa nota
que el número del edificio en la calle no es el mismo que dice en su contrato y que el que
aparece en ese papel es aún un terreno baldío. El vendedor maliciosamente lo hizo caer en
el error de que el condominio que le vendía era uno de los del edificio que estaba por
terminarse. “A” se encontrará en una situación por demás desventajosa, pues puede
demandar la inexistencia del contrato y la devolución de su pago, por un error en la
identificación del departamento, pero tendrá la enorme carga de probar que se le engaño,
que el vendedor actuó de mala fe y que por eso firmó un documento que dice otra cosa
que la que pretendía. Además cualquier juicio puede tardar algún tiempo en que la
inversión estará insegura.
2.3.64.- Para probar en juicio su dicho, “A” requeriría de poder disponer de personas que
hubieren obrado como testigos y que puedan dar una versión favorable a los hechos que el
comprador declare en su demanda.
2.3.68.- En respuesta, cada hotel presenta su cotización señalando un precio por el servicio
por persona que asista, incluyendo habitación y comida. Como resultado de la cotización
de los conceptos solicitados cada hotel señala que multiplica el precio por el número de
asistentes y dan como resultado un costo final. Usted revisa las cotizaciones y sólo
compara los costos finales y considerando que todos darían servicios similares, decide por
el que señala menor costo final.
2.3.69.- La reunión se celebra y cuando tiene que pagarse la cuenta, aparece una cantidad
mayor a la que se había considerado en el costo final de la cotización. Cuando usted
reclama, el gerente del hotel le dice que fue un error de cálculo y que conforme a la Ley
debe usted pagar, pues el CCF y el de la ciudad de México dicen:
2.3.70. Su compañía no habría contratado a este hotel, si hubiera sabido que el costo
total sería mayor que en otras opciones. Es decir, el espíritu de la contratación es otro al
que se dio, por lo que hay un vicio del consentimiento, porque el costo total que esperaba
su empresa era menor, pero por efecto de la Ley, el contrato si existe y no se puede
reclamar su invalidez.
2.3.71.- A su compañía no le queda otra opción que pagar y a usted le dan una regañada.
Como de un error se aprende más que de cien éxitos, con este ejemplo se espera que
usted revise a partir de hoy las operaciones de los presupuestos de todas las cotizaciones y
contratos.
2.3.72.- Otro caso de error en el monto de una obligación se presenta cuando en un título
de crédito se hubiere anotado una cantidad en número y otra en palabras, pues entonces
valdrá la cantidad en palabras. Si la cantidad estuviere varias veces escrita en palabras y
cifras, valdrá, en el caso de diferencia por la suma menor. (Artículo 16 de la LGTOC).
2.3.73.- Ejemplo 10.- En el caso del concubinato puede existir la voluntad de vida en
común, pero no existe la expresión de esa voluntad por escrito, ni la constancia de haberla
manifestado dentro de un matrimonio celebrado ante el Juez del Registro Civil. Sin
embargo, la ley bajo ciertas condiciones le da efectos jurídicos al concubinato, como
conceder el derecho de alimentos o para heredar. El hecho jurídico de vivir en
concubinato tiene unas consecuencias, pero cuando existe el contrato de matrimonio, este
acto jurídico concede derechos mayores a la pareja y puede invalidar efectos sobre el
concubinato.
2.3.75.- Debemos pensar que es inexistente porque no se celebró ante el Juez del Registro
Civil como ordena la Ley y el capitán del barco en aguas mexicanas no tiene facultades para
llevarlo a cabo. Los artículos 35, 146 y 147 del CCF disponen:
Artículo 35.- En el Distrito Federal, estará a cargo de los Jueces del Registro
Civil autorizar los actos del estado civil y extender las actas relativas a
nacimiento, reconocimiento de hijos, adopción, matrimonio, divorcio,…
Note que cuando alguno de los esposos no pueda tener hijos estaría actuando en sentido
opuesto del artículo mencionado. En el caso de un matrimonio entre parejas del mismo
sexo, tampoco se daría la condición de perpetuación de la especie.
2.3.76.- Por otro lado, los mismos artículos del CCDF no se oponen al espíritu de las
disposiciones antes transcritas, pues dicen:
Artículo 35.- En el Distrito Federal estará a cargo de las y los Jueces del
Registro Civil autorizar los actos del estado civil de las y los mexicanos y
extranjeros en el Distrito Federal, al realizar el hecho o el acto de que se
trate, y extender las actas relativas a:
I.- …
IV Matrimonio
V.- …
Artículo 146.- El matrimonio es la unión libre de dos personas para
realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto,
igualdad y ayuda mutua. Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y
con las formalidades que estipula el presente código.
Artículo 147.- Serán nulos los pactos que hagan los contrayentes, en
contravención a lo señalado en el artículo anterior.
Note que en la primera parte del artículo se requiere de una autorización previa
para la celebración del matrimonio, lo cual haría que si no se tiene la autorización el
matrimonio es inexistente y que contradictoriamente, en apariencia, en el artículo
147 se señala que será nulo.
2.3.77.- Note que el artículo 147 del CCDF se refiere a los acuerdos entre los consortes
sobre la comunidad de vida, respeto, igualdad y ayuda, que son los principios que pueden
violar los contrayentes y a los cuales se refiere el artículo 147. Por ello cuando el
matrimonio no se celebra ante un Juez del Registro Civil, en nuestra opinión es inexistente y
no nulo.
2.3.78.- Ejemplo 11.- Pero ¿qué pasaría si las personas, en lugar de casarse en la chalupa, se
casaran por la Iglesia Católica en un pueblo de la República Mexicana, sin hacerlo por lo
civil? En México, como requisito previo al matrimonio religioso, usualmente se pide
constancia del matrimonio civil, pero para que sea más dramático el relato, suponga que el
sacerdote permite el matrimonio sin la constancia civil, porque los novios lo celebran en
“articulo mortis”, es decir, cuando alguno de los contrayentes está en peligro de muerte.
2.3.79.- Salvo que pudiera ser un indicio en el camino de probar un concubinato, ese
matrimonio, aparentemente en México sería inexistente jurídicamente y no tendría
consecuencias de derecho.
2.3.80.- Compliquemos el caso de forma que el novio no se muere y se trasladan los
esposos a España, país en el cual el matrimonio religioso católico si tiene efectos como el
matrimonio civil, pues ahí los esposos tienen la posibilidad de ser reconocidos en su calidad
como tales, cuando se casan por la Iglesia. Supongamos que las autoridades civiles
españolas se niegan inicialmente a reconocer el matrimonio mexicano y entonces los
novios van a la iglesia y piden casarse de nuevo, pero no pueden hacerlo porque para la
Iglesia ya lo están y entonces le piden al sacerdote una constancia de que ya están casados,
con la cual consiguen una sentencia judicial del reconocimiento civil del matrimonio en
España y con ésta, cuando muere el esposo, la esposa reclama los derechos hereditarios en
México. ¿Tiene o no efectos ese matrimonio?
2.3.81.- Bueno, el caso es muy rebuscado y ningún abogado aconsejaría seguir ese camino
difícil y de pronóstico reservado, habiendo el camino más sencillo de irse a casar por lo civil,
pero el ejemplo nos señala que puede ocurrir que un hecho inexistente jurídicamente en
México se convierta en un hecho que si debe tener consecuencias jurídicas como si no lo
hubiera sido.
2.3.82.- La Ley penaliza con cárcel y como delito de fraude al que simule un contrato, un
acto o escrito judicial, con perjuicio de otro o para obtener cualquier beneficio indebido.
(Artículo 387 fracción X del Código Penal Federal).
Capacidad y representación
2.4.- Por efecto de la Ley, la capacidad de disponer de su persona y de sus bienes por sí
mismo se adquiere con el cumplimiento de la mayoría de edad, lo que sucede a los
dieciocho años después del nacimiento. Entonces las personas tienen la facultad de realizar
actos jurídicos y contratar por sí mismas, sin la necesidad de personas que los controlen o
representen. (Artículos 34 Constitucional, 646, 647 y 1798 del CCF y del CCDF).
2.4.1. Por motivos políticos se sostiene y algunas leyes así lo señalan, que la capacidad
jurídica es igual para el hombre y la mujer, pero estrictamente no lo es, aunque las
diferencias son tales, que permiten aceptar que las facultades de las personas de los dos
sexos que se adquieren con la edad, son similares. (Artículos 4° Constitucional, 2° y 72° del
CCF y del CCDF, y 9° del Código de Comercio). Los esposos no tienen que solicitar permiso
del otro para hipotecar o vender sus bienes inmuebles, si están casados por separación de
bienes; pero sí existe la sociedad conyugal, será necesario el permiso. (Artículo 9° del
Código de Comercio).
2.4.2.- Los menores de dieciocho años casados, por efecto de la emancipación que produce
el matrimonio, tienen la libre administración de sus bienes, pero requieren de autorización
judicial para la enajenación, gravamen o hipoteca de bienes raíces y de un tutor, para
asuntos judiciales. (Artículos 641 y 643 del CCF y del CCDF).
2.4.3.- Para total aclaración del contenido del párrafo anterior se señala: La emancipación
viene a ser el otorgamiento del libre gobierno de cierto tipo de sus actos a un menor de
edad, transformándolo en responsable jurídico de los mismos y considerándolo como
mayor de edad para estos actos; la enajenación es transferir los derechos que se tienen
sobre algo a otra persona; el gravamen es establecer sobre un derecho que se tiene, otro
derecho en favor de un tercero; y la hipoteca es un contrato que consiste en garantizar con
un bien inmueble propio, el cumplimiento de una obligación propia o ajena.
2.4.4.- La edad mínima para casarse es de dieciséis años para los hombres y catorce para las
mujeres, en materia federal, pero en este caso se requiere de autorizaciones de las
personas que ejerzan la patria potestad o la tutela y en caso de no obtenerla de estas
personas o por su ausencia, del Juez de lo Familiar. (Artículos 148, 149 y 150 del CCF). Aquí
existe una diferencia de las capacidades jurídicas entre los sexos por el requisito de la edad.
2.4.5.- La patria potestad es la facultad de los padres, y a falta de estos, de los abuelos, de
decidir por un menor algunos asuntos de su interés, en tanto éste cumple la mayoría de
edad.
2.4.6. La tutela consiste en el nombramiento de un representante que deberá atender
todas las cuestiones económicas y legales de la persona cuyos intereses se ponen bajo su
cuidado por una resolución judicial. En caso de que no existan los padres y los abuelos, se
le debe nombrar al menor un tutor, que administrará los bienes y lo representará en todos
los actos civiles, a excepción del matrimonio, reconocimiento de hijos, testamento y otros
estrictamente personales. (Artículos 449, y 537 fracción V de CCF y del CCDF).
2.4.7.- En caso de negativa de la autorización por los padres, abuelos o el tutor, para la
celebración del matrimonio del menor, puede solicitarse ésta al Jefe de Gobierno de la
ciudad de México o a los alcaldes (antes delegados políticos). (Artículo 151 del CCF).
2.4.8. En materia local, en la ciudad de México, la edad mínima para casarse es dieciséis
años para ambos sexos, pero se puede autorizar que sean catorce para la mujer cuando
está embarazada. También aquí, para los dos casos, se requiere de la autorización de
quienes ejerzan la patria potestad de los menores o de los tutores. (Artículos 148 del CCDF).
Note que en caso de contradicción entre la ley federal y la local en esta materia, debe
prevalecer la local, porque la Constitución concede para este tipo de actos la competencia
para legislar de las autoridades locales.
2.4.9.- A las personas mayores de edad y a los emancipados se les pueden retirar las
facultades para celebrar actos jurídicos y contratar, por efecto de la Ley o de sentencias
judiciales firmes, que pueden ser resultado de la comisión de un delito, de la incapacidad
física o mental del sujeto al cual se limita y de haber caído en la quiebra o concurso.
2.4.10. En el segundo caso, los familiares deben pedir al Juez de lo Familiar, a través de una
demanda en un juicio de interdicción, que retire las facultades al incapaz. El Juez, si con los
elementos que le aportan los familiares y los que se provea el propio Juez, considera que
aquel tiene incapacidad, entonces así lo declarará en la sentencia y en ella deberá
nombrarle al incapacitado un tutor, que será quien lo represente en todos los asuntos. En
el tipo de juicios por incapacidad, los dictámenes periciales de los médicos son muy
determinantes para que proceda la interdicción. (Artículos 23, 450, 635 y 636 del CCF y del
CCDF).
2.4.11.- De forma general se puede sostener que pueden contratar todas las personas a
las que la ley no se los prohíbe, (Artículo 1798 del CCF y del CCDF), pero existen muchas
limitaciones en el ejercicio de los derechos que dependen de condiciones específicas.
Artículo 5°.- Toda persona que, según las leyes comunes, es hábil para
contratar y obligarse, y a quien las mismas leyes no prohíben
expresamente la profesión del comercio, tienen capacidad legal para
ejercerlo.
2.4.13- Las personas pueden ejercer sus derechos y contratar por si mismas o por sus
representantes, pero cuando no tienen la mayoría de edad o se les ha sometido a una
interdicción, sólo pueden contratar a través de sus padres o de quien ejerza la patria
potestad o de sus tutores. (Artículos 412, 413, 414, 424, 425 y 427 del CCF y del CCDF, no
concordes en el texto completo, aunque si en el espíritu de lo dicho).
2.4.14.- Las leyes limitan la capacidad de ciertas personas para celebrar algunos actos,
cuando se dan determinadas condiciones. Así, los padres o quienes tengan la patria
potestad, no pueden enajenar, ni gravar los bienes inmuebles del hijo y los muebles
preciosos, sino por causa de absoluta necesidad o de evidente beneficio, pero en este caso
requerirán la autorización del Juez de lo Familiar. Tampoco pueden celebrar
arrendamientos por más de cinco años, ni cobrar las rentas por adelantado por dos años,
ni vender muchos tipos de bienes por valores menores de los del mercado. También tiene
prohibido dar fianza en representación de los hijos, hacer donaciones o remisión voluntaria
de los derechos de ellos. (Artículo 436 del CCF y del CCDF).
2.4.15. Si las personas que ejercen la patria potestad tienen un interés contrario al de los
hijos, éstos serán representados en juicio o fuera de él, por un tutor nombrado por el Juez
para cada caso. (Artículo 440 del CCF y del CCDF).
2.4.17.- La Ley señala como personas que no pueden contratar en materia mercantil, a las
personas involucradas en una quiebra fraudulenta y los condenados por delitos contra la
propiedad o por falsedad. (Artículo 12 del Código de Comercio). En el capítulo siguiente se
hará una explicación más detallada al respecto.
2.4.18. Parecidas restricciones a las de los administradores tienen los servidores públicos.
(Artículo 220 fracción I del Código Penal Federal). Además estos últimos, no pueden utilizar
la información privilegiada para su interés personal o de personas cercanas. (Artículo 220
fracción II del Código Penal Federal).
2.4.19. Dentro de las sociedades mercantiles, no pueden ser comisarios las personas que
tengan familiares en la administración de la sociedad. (Artículo 165 fracción III de la Ley
General de Sociedades Mercantiles). Los comisarios también deben abstenerse de
participar en las operaciones en que tuvieran un interés opuesto al de la sociedad. (Artículo
170 de la Ley General de Sociedades Mercantiles (LGSM)).
2.4.20.- Los accionistas que tengan un interés contrario al de la sociedad no pueden votar
en una asamblea cuando se discuta y resuelva ese negocio con conflicto de intereses.
(Artículo 196 de la LGSM).
2.4.21. No pueden ser síndicos, ni interventores en una quiebra, un deudor, pariente o
abogado del fallido o las personas que tengan relación de parentesco, estrecha amistad o
que estén ligadas por negocios con el Juez de la quiebra. (Artículo 225 fracción XXV del
Código Penal Federal). El síndico es una persona física o moral designada por el juez de la
quiebra, que sustituye parcialmente en sus atribuciones a los administradores como tales,
para que lo ayude en la administración, la enajenación de bienes y el logro del pago de las
deudas a los acreedores. Los interventores son personas designadas por el juez de la
quiebra para ejercer vigilancia sobre las actividades del síndico. El fallido es la persona o
empresa a la cual se le ha declarado su quiebra por haber cesado en el cumplimiento de
sus obligaciones.
2.4.22.- Los jueces no pueden adquirir los bienes en un remate que ellos convoquen.
(Artículo 225 fracción XXII del Código Penal Federal).
2.4.23.- No pueden en general ser albaceas los magistrados y jueces, a menos que sean
herederos únicos. (Artículo 1680 del CCF y del CCDF). Los albaceas son los que administran
los bienes de una persona fallecida, mismos que levantan el inventario de bienes del
difunto, para luego proponer y realizan el reparto de los bienes entre los herederos, con
aprobación del juez o con el acuerdo de todos los herederos frente a un notario público.
2.4.24.- Los extranjeros no pueden heredar cuando no exista reciprocidad (Artículo 1313
fracción IV del CCF y del CCDF). Esto quiere decir que no puede heredar en México un
extranjero en cuyo país no pueda heredar un mexicano.
2.4.25.- Las personas morales contratarán por medio de sus legítimos representantes. En el
caso de sociedades esta representación corresponde a los administradores o las personas
en que se delegue la representación.
2.5.- Las personas pueden tener la necesidad o conveniencia de hacerse representar por
otras en determinados actos jurídicos, por carecer de la disponibilidad de tiempo, por la
ausencia en el lugar de celebración, por enfermedad, por impedimento material, por el
número elevado de negocios simultáneos que debe atender personalmente, por el costo
de atenderlo personalmente, o simplemente, porque considera que debe atender el
asunto, pero que éste no tiene la importancia o interés para hacerlo en persona. La Ley da
la posibilidad de que la persona interesada en la celebración de determinados actos
jurídicos le confiera facultades a otra persona, para que lo represente y celebre los actos
jurídicos a su nombre y representación, lo cual se hace mediante la celebración de un
contrato de mandato.
2.5.1- La persona que otorga las facultades se conoce como mandante y la persona que se
obliga a utilizar las facultades concedidas en los actos jurídicos que aquel le encarga se
conoce como mandatario. (Artículo 2546 de los CCF y CCDF).
2.5.2.- La aceptación del mandato por el mandatario puede ser posterior a la del acto de
otorgamiento de las facultades, pero cuando se da la aceptación posterior se reputa que el
contrato es perfecto. La aceptación del mandato por el mandatario puede ser tácita o
expresa. (Artículos 2547 de los CCF y CCDF).
2.5.3.- Cuando sin haber dado una aceptación expresa, un mandatario ejerce las facultades
dadas en el mandato, se dice que existe una aceptación tácita y que con ella se ha
perfeccionado el contrato. También existe aceptación tácita si no se rehúsa el mandato
dentro de los tres días siguientes por el mandatario que ofrezca al público sus servicios de
ejercicio en una profesión. (Artículos 2547 de los CCF y CCDF).
2.5.4.- Pueden ser objeto del contrato la representación en todos aquellos actos jurídicos
lícitos para los cuales no se exige la intervención personal del mandante. (Artículos 2548 de
los CCF y CCDF). Los actos que requieren la intervención personal se dice que son intuitu
personae. En este caso los alcances de los poderes llegan hasta donde la Ley exige la
presencia del mandante.
2.5.5.- Ejemplo 12.- Existen actos en los cuales la Ley exige la presencia de la persona y no
admite la representación. Supongamos que en la demanda de un juicio se señalan hechos
personalísimos del demandado, según los cuales el actor afirma que le dan derecho a su
reclamación. Para probar que esos hechos narrados en que se funda la acción son ciertos,
el actor ofrece la prueba confesional del demandado, señalando que debe ser
personalísima porque sólo al demandado y al actor les constan esos hechos. El juez admite
la prueba y señala una fecha y hora para el desahogo de la prueba, advirtiendo al
demandado que si no se presenta a la audiencia o si no responde en las posiciones que
formule la parte actora se considerará en rebeldía y se tendrán por ciertas las posiciones
que presente el actor y que hubieren sido declaradas legales. Aquí el juez nunca admitirá
que absuelva las posiciones un representante, y en caso de ausencia del demandado,
declarará en rebeldía al demandado y tomará como ciertas las posiciones que el actor
hubiere formulado legalmente. Esta declaración de rebeldía establece una presunción juris
tantum (admiten prueba en contrario), que en ausencia de pruebas más contundentes en
sentido contrario, sería determinante para sentenciar a favor del actor.
2.5.6.- Las posiciones a que se refiere el párrafo anterior, son una serie de afirmaciones
relacionadas con los hechos de la demanda que formula el actor, que el juez aprueba
cuando cumplen ciertas reglas y que ante la presencia judicial, el demandado está obligado
a señalar si son ciertas o falsas, aunque el absolvente de la prueba puede aclarar su
contestación, lo que para gente con experiencia puede ser ventajoso, pero en la mayoría
de las veces complica la situación del demandado, por no utilizar apropiadamente el
lenguaje legal. Como esta contestación se recibe bajo protesta de decir verdad, en caso de
mentir se daría pie a la persecución del delito de falsedad de declaraciones judiciales, lo
que establece cierta presión sobre los demandados que pretendan mentir. (Artículos 1164,
1212, 1214 a 1218 y 1222 a 1232 del Código de Comercio y 247 Bis del Código Penal
Federal).
2.5.9.- El mandato, a fin de cuentas, debe ser escrito en todo caso. La Ley permite los
contratos verbales, con y sin testigos, pero exige que se formalicen ratificándolos por
escrito. (Artículos 2550 a 2552 del CCF y del CCDF).
2.5.10.- Los mandatos pueden expedirse por: escritura pública; en escrito privado frente a
testigos y ratificadas las firmas ante diversos funcionarios; y en carta poder sin ratificación
de firmas. El tipo de expedición depende de los asuntos para los cuales se expida y del
monto de los mismos. La falta de cumplimiento de la forma necesaria anula el mandato y
arroja las obligaciones sobre el mandatario si este realiza algún acto jurídico. (Artículos
2551 y 2555 a 2557 del CCF y del CCDF).
2.5.11.- Los poderes son generales o especiales. Los poderes generales son de tres
categorías: a) para actos de dominio; b) para actos de administración y c) para pleitos y
cobranzas. (Artículos 2553 y 2554 del CCF y del CCDF).
2.5.12.- Por ser muy importante los límites que la Ley confiere a los poderes generales, la
misma Ley obliga a que se inserte en ellos el artículo 2554 del CCF y del CCDF, el cual se
transcribe a continuación y mismo que permite diversas interpretaciones:
2.5.13.- Nótese que el primer párrafo de la disposición transcrita no dice cuáles son los
actos considerados en “pleitos y cobranzas” que puede llevar a cabo el apoderado. Esto
lleva a casos en que el apoderado puede demandar, pero no puede absolver posiciones,
tranzar en el juicio, ni cobrar a juicio de algún juez.
2.5.14. Para evitar este tipo de problemas, los notarios acostumbran señalar en la escritura
en que se confiere el poder, que se otorga con todas las atribuciones que señala el artículo
en comento y luego agregan algo así:
“Las actividades para las cuales se confiere el poder, en forma enunciativa,
más no limitativa, incluyen a las siguientes” y dan una lista de todas aquellas
que consideran útiles especificar.
2.5.15.- En el caso de los poderes para actos de administración, parece mejor delimitado el
asunto, pero deben hacerse algunas consideraciones. Está claro que la venta de un bien
inmueble entre personas físicas es un acto de dominio, pues se está transfiriendo el
derecho de decidir sobre la cosa objeto del contrato. Luego: ¿En la transferencia de la
propiedad o venta de un departamento en condominio, cuando el vendedor es un negocio
que se dedica a la construcción y venta de los mismos, es necesario un poder con actos de
dominio o es suficiente uno para actos de administración?. La respuesta: sí usted compra,
es necesario el de dominio; si usted vende, es suficiente el de administración.
2.5.16.- ¿Por qué hay ambigüedad en la respuesta y se rebasa el marco teórico en ella, al
responder con dos posibles respuestas contradictorias?. Sencillamente, porque ante las
inseguridades jurídicas que vivimos, lo que tiene que recomendar un abogado es lo que da
la mayor seguridad a su cliente y le evite la mayor cantidad de problemas. Si la persona que
compra exige y logra que le venda el que tiene un poder para actos de dominio, evitaría
que en un posible litigio le pudieran resolver que la compra es nula porque el apoderado
sólo tiene facultades de administración. Pero si el objeto de la sociedad es comprar y
vender algo, en teoría, alcanzan las facultades para administración, para la venta de ese
algo. Así la facultad de vender autos de un gerente de una agencia es administrativa y
suficiente. Pero en cambio, el administrador de una fábrica que no sea de autos, sin
facultades de dominio, no puede vender los autos de la empresa. En otras palabras, los que
tienen facultades de administración, pueden vender los bienes considerados en el activo
variable de la empresa, pero no los del activo fijo.
2.5.17.- En el caso de poderes generales, o cuando el interés del negocio sea mayor al
equivalente de mil veces el salario mínimo o mil veces la unidad de cuenta de la ciudad de
México, o en casos que la ley lo requiera para el acto que se desea ejecutar, el mandato
debe otorgarse en escritura pública o en carta poder firmada ante dos testigos y ratificadas
las firmas del otorgante y testigos ante notario, ante los jueces o autoridades
administrativas correspondientes. (Artículos 2555 del CCF y del CCDF).
2.5.18. Un poder general es el que se expide dando facultades al mandatario para resolver
todo o algún tipo de asuntos en general, sin señalar específicamente un negocio
determinado. En cambio un poder será especial cuando éste se expide para que el
mandatario tenga facultades para llevar adelante un negocio determinado.
2.5.19.- Si se da un poder general para pleitos y cobranzas, el mandatario puede acudir a
cualquier juicio en contra del mandante para defender sus intereses, pero si el poder es
especial, el mandatario sólo puede acudir en defensa de su mandante en el juicio específico
que señale el poder.
2.5.20.- La opción más práctica para expedir un poder general es la de acudir con el notario
público con los documentos que acrediten la identidad, llevando los documentos
antecedentes en que se le dan facultades al compareciente para expedir el poder y solicitar
que se lleve a cabo la escritura pública con las limitaciones que se juzguen convenientes,
previo el pago de los derechos y honorarios correspondientes.
2.5.21.- La opción de expedir el poder frente a testigos y ratificarlo ante notario parece
absurda, porque además de cubrir los requisitos de la anterior opción, se requiere que los
testigos comparezcan ante el fedatario público, sin darle ningún efecto adicional.
2.5.22.- La opción de expedir el poder ante testigos y ratificarlo ante otras autoridades sólo
tendrá la consecuencia de ahorrarse los gastos de expedición frente a notario, pero tendrá
la enorme desventaja de conseguir cuando menos a dos testigos que estén dispuestos a
perder tiempo en estas diligencias. Además, el poder que se otorgue ante un juez o una
autoridad administrativa, sólo tendrá valor para tramitar los asuntos ante dichas
autoridades y no con otras.
2.5.23.- Si sólo el mandante puede expedir el poder frente al notario público y frente a
otras autoridades se requieren al mandante y los testigos, de ello debemos desprender la
desconfianza hacia esas autoridades, porque los testigos de hecho no avalarían la
expedición, sino la ratificación, ya que en la comparecencia tendría el poderdante que decir
que si ha dado el poder. Si el poderdante dijera al ratificar, que no lo ratifica sería
equivalente a revocarlo y los testimonios de los testigos no tendrían ninguna consecuencia,
porque de nada sirve decir que el poder originalmente se dio pero ahora el poderdante ya
no quiere que tenga efectos.
2.5.24.- Imagine que se requiere ausentar de emergencia de la ciudad y no tiene forma de
expedir, en día inhábil, un poder para que lo representen en su ausencia. Parece que el
espíritu de la disposición antes señalada debiera ser el de permitir que una persona
conceda un poder en presencia de testigos y luego estos atestigüen que el mandante
expidió el poder para darle valor legal. Bueno, pero existe el peligro de que dos testigos
digan que se expidió el poder y eso no fuera cierto. Por todo lo anterior es necesario pensar
en la conveniencia de tener un apoderado, nombrado ante notario, que en caso de
urgencia pudiera hacer frente a cualquier asunto, si nos ausentamos de la ciudad.
2.5.25.- Conforme al código federal, en el caso de poderes especiales en los que el interés
del negocio para el cual se confieren sea menor del equivalente de mil veces el salario
mínimo general vigente en el Distrito Federal al momento de emitirse, pueden otorgarse en
escrito privado firmado ante dos testigos, sin necesidad de ratificación de las firmas para su
validez. En él caso de conflicto posterior, cuando el mandante objete la autenticidad del
poder y no ratifique su firma, los testigos deberán declarar ante alguna autoridad, sí el
documento es auténtico o no y ratificar o no, sus firmas (Artículos 2552 y 2556 del CCF). El
CCDF mantiene la norma pero modificando el monto para el poder especial por escrito sin
ratificación a mil veces la unidad de cuenta de la ciudad de México (Artículo 2556 del CCDF).
2.5.26.- El poder, en materia mercantil, puede ser verbal cuando no exceda el monto del
negocio de cincuenta veces el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal al
momento de otorgarse, pero requiere formalizarse por escrito antes de que el negocio
concluya. Se considera verbal al poder que es dado de palabra entre presentes, con o sin
testigos. (Artículos 2552 y 2556 del CCF). El CCDF modificó el monto para el poder verbal,
en asuntos puramente civiles, a cincuenta veces la unidad de cuenta de la ciudad de México
vigente al otorgarse. (Artículo 2556 del CCDF).
2.5.27.- Si no se cumplen las formalidades para el otorgamiento del poder, el mandato se
anula, subsistiendo las obligaciones entre el tercero y el mandatario, como si éste último
hubiese obrado en negocio propio. (Artículo 2557 del CCF y del CCDF).
2.5.28.- Los mandatarios deben sujetarse a las instrucciones recibidas del mandante y en
ningún caso podrán proceder contra disposiciones expresas del mismo y pueden
encomendar a un tercero el desempeño del mandato, si en el mismo poder tienen
facultades expresas para delegar. (Artículos 2562 y 2574 del CCF y del CCDF).
2.5.29.- Los mandatos pueden terminar: a) por revocación; b) renuncia del mandatario; c)
por muerte o interdicción del mandante o del mandatario; d) por vencimiento del plazo o
conclusión del negocio para el cual fue conferido; e) por haber pasado tres años de
ausencia del mandante o por negarse el mandatario a garantizar su función a los dos años
de ausencia de su mandante. (Artículos 670, 671, 672 y 2595 del CCF y del CCDF)
2.5.30.- El mandante puede revocar el mandato y el mandatario renunciar a él, cuando y
como les parezca, menos en los casos que su otorgamiento se hubiere estipulado como una
condición en un contrato bilateral o como un medio para cumplir una obligación contraída.
(Artículos 2596 del CCF y del CCDF).
2.5.31.- Cuando se ha dado un mandato para tratar con determinada persona, el mandante
debe notificar a ésta de la revocación del mandato, para que surta plenos efectos. En los
otros casos, lo que el mandatario, sabiendo que ha terminado el mandato, hiciere con un
tercero que ignore la revocación, no obliga al mandante, pero si tiene consecuencias para el
mandatario. (Artículos 2568, 2597 y 2604 del CCF y del CCDF).
2.5.32.- El mandante debe exigir al mandatario que entregue el instrumento o escrito en
que conste el mandato y los documentos relativos al negocio. Si descuida exigir los
documentos que acreditan los poderes del mandatario, responderá de los daños que se
causen a terceros de buena fe. (Artículos 2598 del CCF y del CCDF).
2.5.33.- Si se nombra a un nuevo mandatario para el mismo asunto implica la revocación
desde la notificación al primero. (Artículos 2599 del CCF y del CCDF).
2.5.34.- Los poderes que se extienden sin un término, en teoría y en derecho, deben valer
hasta que sean revocados, pero se ha establecido la práctica entre los notarios públicos de
no certificar hechos en los que participen los mandatarios que tengan más de cinco años
con su poder y obligan a la expedición de uno nuevo.
2.5.35.- La falta de lealtad para con el mandante que beneficie al mandatario o a un
tercero, está penada como delito de fraude. Así al que teniendo la administración o el
cuidado de bienes ajenos, con ánimo de lucro perjudique al titular de estos, alterando las
cuentas o condiciones de los contratos, haciendo aparecer operaciones o gastos
inexistentes o exagerando los reales, ocultando o reteniendo valores o empleándolos
indebidamente o a sabiendas realice operaciones perjudiciales al patrimonio del titular,
podrá tener una penalidad que oscile entre tres y doce años de prisión, si el valor de lo
defraudado fuere mayor de quinientas veces el salario mínimo. (Artículos 386 y 388 del
Código Penal Federal).
2.5.36.- Los comerciantes también pueden contratar o llevar a cabo actos jurídicos por
otros canales, tales como la comisión mercantil, los factores y los dependientes. La
comisión mercantil se presenta cuando se llevan a cabo actividades que un comisionista
realiza por cuenta de un comerciante comitente con apoyo en un poder no transferible,
revocable y por escrito, que tiene por objeto que se desempeñen actos concretos de
comercio por cuenta del que confiere el mandato. Este poder que se otorga para realizar
sólo determinadas operaciones, requiere que se expida por escrito, sin necesidad de otro
formalismo, pero debe cubrir también los requisitos de un contrato de trabajo, cuando los
agentes de comercio, de seguros, los vendedores, viajantes, propagandistas o impulsores
de ventas y otros semejantes, sean trabajadores de la empresa, por tener una actividad
permanente con ella, salvo que no ejecuten personalmente el trabajo o que únicamente
intervengan en operaciones aisladas. (Artículos 273, 274 y 280, 285 y 307 del Código de
Comercio y artículo 285 de la Ley Federal del Trabajo).
2.5.37.- Las actividades a realizar con una comisión mercantil tienen como restricción que
el comisionista debe someterse a las condiciones expresas del comitente y en lo no
previsto, deberá consultarle siempre que lo permita la naturaleza del negocio. (Artículos
286 y 287 del Código de Comercio, 25 y 285 a 291 de la Ley Federal del Trabajo).
2.5.38.- Los casos más frecuentes de comisión mercantil son las representaciones que
conceden las empresas para la promoción de las ventas de sus productos y que a cambio de
los resultados dan una comisión sobre el monto de las ventas. Esa comisión, puede
comprender una cantidad fija, una prima sobre el valor de la mercancía vendida o colocada,
sobre el pago inicial o sobre los pagos periódicos, o dos o las tres de dichas primas. (Artículo
286 de la Ley Federal del Trabajo).
2.5.39.- Las primas por las ventas, si son únicas, hacen nacer el derecho del comisionista a
cobrarlas desde que se perfecciona la operación y no pueden retenerse ni descontarse, si
luego se deja sin efecto la operación. Cuando las primas se fijan sobre pagos periódicos, el
derecho del comisionista al cobro de su parte nace en el momento que se haga el pago y
tampoco pueden descontarse si la operación se cancela. (Artículos 287 y 288 de la Ley
Federal del Trabajo).
2.5.40.- El promedio de los salarios del último año proporcionará el monto del salario
diario y si el trabajador no cumplió ese término, el promedio de los salarios percibidos por
el trabajador. (Artículo 289 de la Ley Federal del Trabajo)
2.5.41.- Para darse una idea de sus capacidades para definir las condiciones en que debe
expedirse la comisión mercantil, detenga su lectura y enumere por escrito los aspectos que
requeriría definir en el documento que la formalizará.
2.5.43.- Vale la pena resaltar la utilidad de algunas de estas condiciones: a) note que el
plazo de validez de la comisión se puede hacer funcionar como un mecanismo de
cancelación, si no se renueva; b) los formatos de levantamiento del pedido permiten en sus
cláusulas fijar y dejar claras las condiciones en que se recibe el pedido y las condiciones en
que será surtido, así como todas las condiciones de pago, las penalidades por
incumplimiento y la renuncia al fuero jurisdiccional por razón de domicilio, para someter la
resolución de los conflictos a un solo juez del domicilio del comitente; y c) resulta
importante que esos formatos de pedido se tengan cláusulas suspensivas sujetas a la
confirmación de la viabilidad del cliente y de existencia de productos o materias primas,
pues hay productos para los cuales se requieren permisos previos a su comercialización o
suelen escasear las mercancías y se carece de disponibilidad de las mismas.
2.5.44.- Parece que se ha dejado claro que el documento mediante el cual se establezca la
comisión mercantil debe ser muy preciso en cuanto a las actividades que puede realizar el
comisionista, para evitar que tome compromisos inaceptables para el comitente o que
cobre por su cuenta el valor de las ventas, además de otras conductas inconvenientes.
Dependiendo de cada caso puede convenir que sea en documentos base con anexos en los
que se fijen algún tipo de condiciones. Una situación clara al respecto es que es necesario
fijar los honorarios, comisiones, viáticos o gastos que el comisionista percibirá, pero que no
es conveniente que el cliente se entere de cuáles serán, pues puede repercutir en una
contraoferta de descuento con cargo al comisionista o a la exigencia de pago de gastos de
cortesía innecesarios. Tampoco conviene que un minorista se entere de los descuentos que
se ofrecen a un mayorista por el volumen de su compra, pues puede generar un
sentimiento de discriminación no favorable para el comitente. Por ello la conveniencia que
en documento de comisión se establezcan ciertas reglas y otras en documentos anexos por
aparte; pueden señalarse en el documento matriz la comisión a quien se concede y los
límites de actuación, pero en anexos, cuál será la retribución del comisionista, sus viáticos y
gastos aceptables, las condiciones para clientes mayoristas por volúmenes de compra
diferentes, etc…
2.5.47. Son dependientes los que desempeñan constantemente alguna o algunas gestiones
propias del tráfico, en nombre y por cuenta del propietario de éste.
2.6. El que hace el ofrecimiento de un negocio está obligado a realizarlo con quien
exprese su voluntad de llevarlo a cabo. Dicen los códigos civiles federal y del Distrito
Federal:
2.6.3.- Rojina Villegas señala que el Código Civil (hoy Federal) ha reglamentado
nominadamente las siguientes formas de la declaración unilateral de la voluntad: a) la
promesa de recompensa; b) la oferta pública; c) la estipulación en favor de tercero; y d) la
expedición de documentos civiles a la orden y al portador. El mismo autor agrega que
también pueden ser válidas como formas innominadas las siguientes: e) el acto unilateral
dispositivo gratuito; f) la oferta libre a persona indeterminada; y h) la promesa abstracta de
deuda.
2.6.4.- El artículo 1873 del CCF y del CCDF da la posibilidad de obligarse mediante la
expedición de documentos pagaderos a la orden o al portador.
2.6.5.- Existe una objeción de Borja Soriano a la existencia de los documentos civiles a la
orden y al portador, pues considera que la LGTOC (Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito), al ser posterior, derogó los artículos relativos del Código Civil (CCF o CCDF) y dio
pie a la existencia de documentos mercantiles a la orden y al portador.
Artículo 14.- Los documentos y los actos a que este Título se refiere, sólo
producirán los efectos previstos por el mismo, cuando contengan las
menciones y llenen los requisitos señalados por la Ley y que ésta no
presuma expresamente.
La omisión de tales menciones y requisitos no afectará a la validez del
negocio jurídico que dio origen al documento o al acto.
Artículo 5°.- Son títulos de crédito, los documentos necesarios para ejercitar
el derecho literal que en ellos se consigna.
Artículo 21.- Los títulos de crédito podrán ser, según la forma de circulación,
nominativos o al portador.
El tenedor del título no puede cambiar la forma de su circulación sin el
consentimiento del emisor, salvo disposición legal expresa en contrario.
2.6.11.- Las leyes mencionadas (LGTOC y CCF) utilizan nomenclaturas diferentes y en algún
caso inapropiada, pues diferencian “los nominativos y los al portador” en un caso y “los a la
orden y al portador” en el otro. Según el diccionario, un documento a la orden se refiere a
un título que posee la calidad de endosable, es decir que mediante el endoso se transfiere
su propiedad y valor comercial. En cambio, es nominativo un documento en que debe
aparecer el nombre del dueño, sea que pueda transferirse o no. Luego, en buen español no
son lo mismo.
2.6.12.- Del sentido que ambas disposiciones dan integralmente a esos términos podemos
considerar que un documento es a la orden o nominativo cuando en él aparece el nombre
del beneficiario inicial del derecho que concede el documento y quien puede exigir su
cumplimiento con la presentación del mismo o ceder en el mismo documento, mediante
un endoso, sus derechos para que otro lo haga. El nuevo titular puede cobrar o ceder
también sus derechos y así sucesivamente.
2.6.13.- El documento puede contener una cláusula que impida la negociación del
documento y entonces sólo podrá cobrarlo el beneficiario original, contra la entrega del
documento. (Artículo 23 de la LGTOC). Aunque el Código Civil no establece esa posibilidad,
podría aplicarse por analogía de la legislación mercantil.
2.6.14.- La práctica más usual es que los documentos a la orden sean negociables y
entonces una de las formas más fáciles y usuales de transmitir su propiedad y derechos es
por endoso, mismo que consiste en una razón que pone el dueño del documento dejando
constancia de su voluntad de transmitir los derechos que ampara el documento a otra
persona. Ese endoso debe hacerse conteniendo el lugar y fecha en que se hace, el
concepto en que se reciba el valor del documento, el nombre de la persona a favor de la
que se otorga el endoso y la firma del endosante. (Artículo 1874 del CCF).
Artículo 26.- Los títulos nominativos serán transmisibles por endoso y entrega
del título mismo, sin perjuicio de que puedan transmitirse por cualquier otro
medio legal.
2.6.16.- Cuando en el endoso la falta del nombre del endosatario hace que el endoso sea
en blanco y se considere como al portador. La falta de firma del endosante hace nulo el
endoso. En títulos de crédito, la falta de clase de endoso, hace que se considere que la
transmisión fue en propiedad, sin que pueda probarse lo contrario en contra de un tenedor
de buena fe. También en títulos de crédito, si no se anota el lugar y fecha se establece la
presunción de que se endosó en el domicilio del endosante y con la falta de fecha se
considera la presunción de fue cuando el endosante adquirió el documento. (Artículos 30
de la LGTOC y 1875 del CCF y del CCDF).
2.6.19.- El endoso puede ser en blanco, mismo que consiste en firmar el documento
transmitiendo los derechos sin señalar el nombre del nuevo beneficiario. Cualquier
persona en posesión del documento puede exigir el pago de las prestaciones que implique
el documento, pero antes deberá llenar el endoso con sus datos. (Artículos 1875 del CCF y
del CCDF y 32 de la LGTOC).
2.6.20.- El artículo 32 de la LGTOC establece los tipos de títulos nominativos que requieren
que siempre se anote en el endoso el nombre del nuevo dueño. Estos documentos son: las
acciones, bonos de fundador, obligaciones, certificados de depósito y los certificados de
participación. También requerirán del nombre del beneficiario los cheques y del nombre de
los beneficiarios de los endosos, cuando se expidan por cantidades mayores a las que
señale el Banco de México para tal fin. Actualmente el monto máximo de un cheque al
portador es de cinco mil pesos.
2.6.21.- Una consecuencia muy importante de realizar un endoso es que todos los
endosantes se constituyen para el último propietario del documento en garantes
solidarios del documento. Para salvar esa responsabilidad se debe anotar en el endoso
que se hace “sin la responsabilidad” del endosante, pero en esas condiciones, son pocas las
personas que lo recibirían, pues el último endosatario no garantiza nada sobre la
autenticidad del documento o sobre la solvencia de los anteriores endosantes y del emisor.
(Artículos 1876 del CCF y del CCDF y 34 de la LGTOC).
2.6.22.- Ejemplo 12.- Sitúese usted como el gerente de ventas de una distribuidora de
automóviles nuevos a la cual llega un sujeto que desea comprar un coche de lujo, de los
cuales no se venden muchos y mismo del cual tiene usted uno en existencia. Usted
considera que se debe deshacer del automóvil señalado para utilizar el dinero que obtenga
para adquirir y luego vender otros autos de mayor demanda. El cliente le dice que tiene un
cheque que le dieron a su nombre, que alcanza casi al valor del coche que desea comprar y
que le pagaría con ese cheque y la diferencia en efectivo. No viendo algún inconveniente
celebran el contrato de compraventa y en pago el cliente le entrega el cheque endosado a
favor de su distribuidora automotriz y la diferencia en dinero. Se expiden los recibos y
cuando le dice usted al cliente que le entregarán el automóvil hasta que cobren el cheque,
el cliente le dice que él tenía expectativas de que le entregaran el coche de inmediato y le
da dos alternativas: a) que cancelen la operación y él se va con un distribuidor que si le
entregue el auto de inmediato o b) que como sólo le entregarían de inmediato el auto
teniendo todo su valor pagado en efectivo, que se le entregue de inmediato el auto y él le
paga el valor del cheque en efectivo, previo regreso del cheque. Como usted desea
deshacerse el automóvil acepta la opción b). El cliente sale de la agencia y después regresa,
saca de un portafolio el dinero y le entrega el valor del cheque y usted le entrega el
cheque. El cliente le dice que el cheque está endosado a la distribuidora automotriz, como
última propietaria, por lo que debe regresárselo con un endoso de su compañía. Usted que
tiene un nombramiento con un poder para actos de dominio endosa a favor del cliente el
cheque y se lo entrega. El cliente abandona el local con el coche y el cheque y dejando en
efectivo el valor del coche. Todo parece bien.
Pocos días después un nuevo poseedor del cheque demanda de su compañía el pago del
cheque porque su compañía es uno de los últimos endosantes y el cheque no tiene fondos,
es más no existe la cuenta de cheques sobre la que se giró. El coche que usted vendió
cambió nuevamente de dueño y ya no es propietario del mismo la persona a la cual usted
le vendió, que de paso no aparece por ningún lado.
2.6.23.- Conforme a la Ley todos los endosantes del documento son responsables
solidarios del pago del mismo y a fin de cuentas su distribuidora automotriz tiene que
regresar lo que recibió por el cheque y perder el coche.
2.6.24.- ¿Cuál en la moraleja del cuento?. Como usted ya endosó un documento a la orden
sin limitar su responsabilidad, lo que causó pérdidas, no lo volverá a hacer y en estos casos
pondrá en el endoso “Sin nuestra responsabilidad” o “cancelando el endoso sin nuestra
responsabilidad”.
2.6.25.- Los documentos al portador se transfieren por la simple entrega de los mismos y el
deudor está obligado a pagar a la persona que se los presente a menos que hubiere
recibido una orden judicial de no hacerlo. Sin la orden judicial no puede reusarse el pago,
aunque el documento hubiere entrado en circulación contra su voluntad. (Artículos 1887,
1878 y 1879 del CCF y del CCDF, 42 a 68 y 71 a 74 de la LGTOC).
2.6.26.- La persona desposeída del documento injustamente puede impedir que se pague,
solicitando la orden judicial para el deudor al respecto. El suscriptor del título al portador,
puede sólo oponer como excepciones la nulidad del título, las que se deriven de su texto o
las que tenga contra el que lo presente. (Artículos 1880 y 1881 del CCF o del CCDF y 42 a 68
de la LGTOC).
2.6.27.- Las instituciones de crédito pueden cobrar los documentos aunque no estén
endosados a su favor, pero si se les deben haber entregado para abono en cuenta.
(Artículo 39 de la LGTOC).
Artículo 40.- Los títulos de crédito pueden transmitirse por recibo de su valor
extendido en el mismo documento, o en hoja adherida a él, a favor de algún
responsable de los mismos, cuyo nombre debe hacerse constar en el recibo.
La transmisión por recibo produce efectos de un endoso sin responsabilidad.
2.6.29.- Por la importancia de esta disposición, no se puede concluir este tema sin hacer la
trascripción de lo dispuesto en relación a los títulos al portador que contengan la obligación
de alguna suma de dinero. Dice la LGTOC:
Artículo 72.- Los títulos al portador que contengan la obligación de pagar
alguna suma de dinero, no podrán ser puestos en circulación sino en los
casos establecidos en la Ley expresamente, y conforme a las reglas en ella
prescritas. Los títulos que se emitan en contravención a lo dispuesto en
este artículo, no producirán acción como títulos de crédito. El emisor será
castigado por los Tribunales Federales, con multa de un tanto igual al
importe de los títulos emitidos.
2.6.30.- Note cómo esta disposición prohíbe la expedición de documentos que pudieran
tener uso como dinero. Antes de la LGTOC y de la creación del Banco de México S.A. era
posible en México que se pudieran expedir billetes por personas ajenas al gobierno.
Simplemente un documento que dijera que una sociedad o institución pagaría a la orden al
portador la cantidad de diez pesos, haría las veces del dinero. Actualmente en los negocios
que se dedican al comercio de timbres postales, billetes y monedas, pueden observarse
billetes expedidos en su época por el Banco de Londres y México. Esta centralización en la
expedición del dinero no es universal y como ejemplo se puede señalar que actualmente en
la Gran Bretaña se tienen billetes expedidos por el Banco de Inglaterra (Bank of England),
pero son de uso común en Edimburgo, dentro de la Gran Bretaña, los expedidos por el
Banco de Escocia (Royal Bank of Scotland) o los del Clydesdale Bank, con diferente
presentación a la de los billetes ingleses.
Letra de cambio
2.7.- La letra de cambio nació como un medio para que un comerciante radicado en una
ciudad pagara la cantidad que otro comerciante radicado en otra ciudad distante adeuda en
el domicilio del primero. Luego el segundo comerciante retribuiría el servicio, pagando en
su ciudad deudas del primero.
2.7.1.- Parece que fue el mecanismo utilizado para protegerse de la inseguridad que
representaban los ladrones para el transporte de las monedas de la época y para evitar las
consecuencias de que en cada territorio los señores feudales exigían que sólo se utilizaran
las monedas por ellos acuñadas, obligando que en cada frontera se tuviera que cambiar el
dinero pagando a los que cumplían la función de las actuales casas de cambio, comisiones
muy altas.
2.7.2.- También podía expedirse una letra de cambio para que el girador de la letra la
pagara en un lugar distinto de aquel en que la expedía.
2.7.3.- Los textos de este tipo de documento han variado con el tiempo, pero actualmente
en México, la letra de cambio en su texto debe contener: a) el especificar en algún lado del
texto que es una letra de cambio; b) indicar el lugar y fecha en que se suscribe; c) la orden
incondicional al girado de pagar una cantidad de dinero contra la entrega de la letra de
cambio; d) el nombre del girado, siendo potestativo señalar su domicilio; e) lugar y fecha o
época de pago; f) el nombre de la persona a la que debe hacerse el pago; y g) la firma del
girador o su representante legal. (Artículo 76 de la LGTOC).
2.7.4.- La LGTOC suple la falta de lugar de pago, por el domicilio del girado; sí no se anota la
fecha en que debe hacerse el pago, se considerará que su vencimiento es a la vista; y sí se
expide al portador no producirá efectos de letra de cambio. (Artículos 14, 76, 79 y 88 de la
LGTOC). Existe la conveniencia de cumplir estrictamente con todos los requisitos del
artículo 76 de la LGTOC, para evitar posibles conflictos.
2.7.5.- La letra de cambio tiene la desventaja que en ella no se pueden pactar
consecuencias por el incumplimiento del pago, pues son nulas en ella las estipulaciones de
intereses o de alguna cláusula penal. (Artículo 78 de la LGTOC).
2.7.6.- El tiempo de pago de la letra de cambio puede estipularse de las formas siguientes:
a) a la vista; b) a cierto tiempo vista; c) a cierto tiempo fecha; y d) a día fijo. (Artículo 79 de
la LGTOC)
2.7.7.- La estipulación a la vista, sin plazo, significa que se tiene que hacer el pago cuando
se le presente al girado el documento.
2.7.8.- Si se da un plazo en días para el pago después de la presentación de la letra de
cambio para su aceptación, se dice que es a cierto tiempo vista. En este caso, el girado
cuando se le presenta la letra por primera vez, puede aceptarla firmando la letra y pasados
los días concedidos en el plazo, deberá pagarla. Si rehúsa el girado aceptarla, él no necesita
pagarla.
2.7.9.- Si en la letra de cambio se da un plazo para el pago a partir de la fecha de
expedición, entonces se dice que es a cierto tiempo fecha. Si no fue aceptada por el girado
al momento de la expedición, debe presentarse la letra de cambio, dentro del plazo y antes
del vencimiento, para su aceptación.
2.7.10.- La opción del pago a un día fijo en realidad es a plazo muy corto después de la
fecha. Este tipo de letra se debe presentar al girado para su aceptación antes del
vencimiento y en caso de ser aceptada, éste deberá pagarla en la fecha o dentro del plazo
que existe para el protesto.
2.7.11.- El protesto de una letra de cambio consiste en una razón que un fedatario público,
por lo regular un notario, adhiere al documento, haciendo constar que el girado se negó a
aceptar la letra o no realizó el pago (Artículos 139 y 140 de la LGTOC).
2.7.12.- El girador o cualquier otro obligado al pago, pueden indicar en la letra a una o
varias personas a quienes deba exigirse la aceptación y/ o el pago en defecto del girado.
(Artículo 84 de la LGTOC).
2.7.15.- Ejemplo 13.- Es una práctica común que se realice una venta de mercancías a un
comerciante ubicado en una ciudad distinta de la del vendedor y que las mercancías se
envíen por un transporte público de carga. Si se tienen antecedentes de seriedad del
comprador la mercancía se le puede enviar a crédito, pero si no se desea correr riesgos al
concederle crédito al comprador por el embarque y tampoco lo ha cubierto por adelantado,
se puede señalar como destinatario de las mercancías a una persona en la cual se tenga
confianza y se le pide que firme en las guías de transporte expedidas por el transportista.
Esas guías se adhieren a una letra de cambio en la cual el beneficiario es la empresa que
vende y el girador la persona que aparece como destinatario en la guía de embarque y en la
cual se agrega la condición “documentos contra pago”. Se cubren las demás formalidades
del documento y la letra de cambio se presenta para pago del comprador y sólo que cumpla
esa condición, se le entrega la guía endosada para que retire la mercancía. Esta operación
se puede hacer por conducto de un banco, mismo que cobrará una comisión por sus
servicios.
2.7.16.- Esta compleja operación mercantil es posible legalmente porque dice la LGTOC:
Artículo 89.- La inserción de las cláusulas documentos contra aceptación o
documentos contra pago, o de las mencionadas D/a o D/p, en el texto de
una letra de cambio con la que se acompañan documentos representativos
de mercancías, obliga al tenedor de la letra a no entregar los documentos
sino mediante la aceptación o el pago de la letra.
2.7.20.- El girado puede limitar su responsabilidad anotando el monto que acepta, mismo
que puede ser menor que el original de la letra de cambio. (Artículo 99 de la LGTOC).
2.7.21.- Si el girado no acepta, el tenedor debe buscar la aceptación de las otras personas
que aparezcan en el documento, después de haber realizado el protesto de la aceptación
no obtenida. El protesto, como ya habíamos dicho, es una constancia que debe levantar un
fedatario público, por lo regular un notario, en que hace contar que la letra se presentó
para aceptación o para pago al girado y que este rehusó aceptarla o pagarla. (Artículos 102
a 108 y 139 a 149 de la LGTOC).
2.7.22.- El girador puede dispensar al tenedor de protestar la letra, poniendo en ella la
cláusula sin protesto o sin gastos u otra equivalente, pero esto no excluye de presentar la
letra para aceptación y pago y de dar aviso a los obligados en la vía de regreso, de no
haberse logrado. (Artículo 141 de la LGTOC).
2.7.23.- Para garantizar que se logrará el cobro de la letra de cambio, se puede pedir a otras
personas o a los signatarios de ella, que firmen en ella o en un papel anexo a la misma para
dejar constancia de su aval. Se debe poner la leyenda “Por aval” y luego firmar. Cualquier
firma en la letra a la cual no se le pueda atribuir otro significado, se entenderá que es por
aval. (Artículos 109 a 111 de la LGTOC).
2.7.24.- Cuando sólo se desea garantizar parte de la obligación contenida en la letra, se
debe anotar en la letra la cantidad por la cual se hace responsable el aval y la persona por la
cual se presta. En caso de omitir la cantidad por la cual se presta el aval, se entenderá que
es por todo el importe de la letra y que la persona por la cual se presta es el aceptante y a
falta de este por el girador. ((Artículos 112 a 114 de la LGTOC).
2.7.25.- Cuando en la operación sólo se expida una letra, deberá anotarse “única”. Si son
varias, deberá anotarse en cada una, primera, segunda,…, etc. según el caso. (Artículos 117
a 125 de la LGTOC).
2.7.26.- El pago de una letra de cambio debe hacerse contra su entrega, para lo cual deberá
ser presentada al girado el día de su vencimiento, o si es a la vista, dentro de los seis meses
de su expedición. No se puede rehusar un pago parcial, pero entonces el tenedor debe
conservarla y anotar en ella lo que recibe de anticipo y dar un recibo por aparte. (Artículos
127 a 130 de la LGTOC).
2.7.27.- Si no se exige al vencimiento el pago, el girado o cualquiera de los obligados,
después de transcurrido el plazo del protesto, tiene derecho según la Ley de depositar en el
Banco de México el importe de la letra, pero en realidad se efectúa en la Nacional
Financiera. (Artículo 132 de la LGTOC).
2.7.28.- El protesto por falta de aceptación debe levantarse dentro de dos días hábiles que
sigan al de la presentación, pero antes de la fecha de vencimiento. El protesto por falta de
pago de letras a la vista, debe levantarse el día de su presentación o dentro de los dos días
hábiles siguientes. Las letras a la vista sólo se protestarán por falta de pago. El protesto por
falta de aceptación, dispensa de la presentación para el pago y del protesto por falta de
pago. (Artículo 144 a 146 de la LGTOC).
2.7.29.- La expedición de varios ejemplares de la misma letra es una práctica permitida por
la Ley, pero prácticamente en desuso, razón por la cual no haremos mayor comentario al
respecto. (Artículo 117 de la LGTOC).
2.7.30.- Las letras de cambio no requieren llenarse en un esqueleto o formato
determinado, pero si cumplir los requisitos del artículo 76; por ello puede redactarse una
letra de cambio en una hoja en blanco y tendrá validez. Sugiriendo un texto para la letra de
cambio presentamos la siguiente propuesta, en la cual se anotará en letras cursivas un
texto general y entre ellas en letra no cursiva y en negrillas, los datos que se tendrían que
llenar en el formato, considerando que éste sería el primero de cinco letras, pero que
cambiarían el número de letra de cambio y la fecha de vencimiento para las otras cuatro:
Letra de cambio No. 1/5 Buena por $ 10,000.00
____________________________
____________________________
Firma de aceptación del girado. Firma del girador
2.7.31.- Al reverso se acostumbra que firmen los avales, pero puede ser a continuación si
hay espacio. Cualquier firma a continuación o al reverso distinta del aceptante de la letra de
cambio se presume que es por aval y no requiere legalmente mayor información, pero
conviene obtener los datos de nombre, dirección y teléfono de los avalistas en el mismo
documento, para un más fácil manejo, si se les requiriera cobrar a ellos por la falta de pago
del girado.
Del pagaré
2.8. La letra de cambio es un medio que demuestra la deuda del girado o del girador y
en su caso, de los avalistas o de los anteriores tenedores del documento, lo que representa
una enorme ventaja para cuando se quiere buscar el cumplimiento forzoso de la obligación,
pero tiene el inconveniente de que no se pueden pactar intereses por la cantidad que se
expide, ni establecer una cláusula penal, aun cuando el deudor incurre en mora, es decir
que deja de pagar oportunamente.
2.8.1 Desde que el deudor deja de pagar, el Código de Comercio establece un interés legal
en favor del acreedor del seis por ciento anual, cantidad que es reducida en comparación
con el costo actual del dinero. (Artículo 362 del Código de Comercio).
2.8.2.- Si una persona deja de pagar una letra de cambio, desde que incurrió en mora hasta
que realice el pago, está obligado a pagar ese interés legal. Esto hace que el pagaré resulte
más útil, pues en él si se pueden pactar intereses moratorios por encima de los intereses
legales. Esto hace que el pagaré sea más utilizado y que hubiere desplazado en buena
medida a la letra de cambio.
Ese interés superior al interés legal no es ilegal, en tanto no se rebasen los intereses más
altos que se utilicen en el mercado. De anotarse en el pagaré un interés superior al que se
utiliza en el mercado para casos de mora, se comete un delito denominado de agiotismo.
2.8.3.- El pagaré, para cubrir la forma que le impone la Ley, debe contener: a) la mención
de que es un pagaré; b) la promesa incondicional de pagar una suma de dinero
determinada; c) el nombre de la persona a la que debe efectuarse el pago; d) la época y
lugar del pago; e) la fecha y lugar en que se suscribe el documento; y f) la firma del
suscriptor. (Artículos 170 de la LGTOC). Adicionalmente debe contener el interés para que
tenga la utilidad señalada.
2.8.4.- Cuando no se menciona en el documento la fecha de su vencimiento se considerará
pagadero a la vista. Si no menciona el lugar de pago será el domicilio del que lo suscribe.
(Artículo 171 de la LGTOC).
2.8.5.- Conviene que el documento contenga los datos de: nombre, dirección y población
del suscriptor; la mención del número de pagarés que se firman para derivar de ellos el
vencimiento de toda la cuenta en caso de dejarse de pagar uno; y la estipulación en letra de
los réditos caídos y del interés moratorio por la falta de cumplimiento oportuno. Cuando
sea necesario la firma de los avales, la que conviene se acompañe de los datos de nombre,
dirección, población y teléfono de los que están garantizando el pago. Cuando sólo se
quiera garantizar el cumplimiento de uno de los obligados se deberá anotar junto a la firma
del aval alguna nota que lo indique. También si se desea limitar la responsabilidad hasta
una cantidad del aval, se deberá señalar esto junto a la firma del aval.
2.8.6.- Es común que los réditos se calculen conforme al plan de pagos que tenga el
beneficiario y vayan incluidos en la suerte principal que aparece en el documento y sólo se
deje constancia de lo acordado respecto del interés moratorio. Este procedimiento tiene el
inconveniente de que si se quiere adelantar pagos, no se reducirán los intereses que si se
estimaron en la suerte principal del documento. Dice el segundo párrafo del artículo 174 de
la LGTOC:
Para los efectos del artículo 152, el importe del pagaré comprenderá los réditos
caídos; el descuento del pagaré no vencido se calculará al tipo de interés pactado
en éste, o en su defecto al tipo legal, y los intereses moratorios se computarán al
tipo estipulado para ellos; a falta de esa estipulación, al tipo de rédito fijado en el
documento, y en defecto de ambos, al tipo legal.
2.8.7.- Para el caso de los pagos anticipados, convendría contar con un contrato por escrito
que hubiere sido el que dio origen a los pagarés en el cual se estipulen claramente: a) la
posibilidad de hacer pagos anticipados; b) el criterio para reducir la deuda y los intereses
que dejarían de pagarse. Note que para hacer efectivas este tipo de cláusulas se requeriría
que los pagarés fueran no-negociables, pues si fueran transferidos perderían su vinculación
con el contrato originario de los mismos.
2.8.8.- El suscriptor del pagaré se considerará como aceptante para todos los efectos de las
disposiciones de las letras de cambio contenidas en los artículos 77, párrafo final, 79, 80,
81, 85,86, 88, 90, 109 al 116, 126 al 132, 139, 140, 142, 143, párrafos segundo, tercero y
cuarto, 144, párrafos segundo y tercero, 148, 149, 150, fracciones II y III, 151 al 162 y 164 al
167 y se equiparará al girador en las disposiciones de los artículos 168 y 169. (Artículo 174
de la LGTOC.
2.8.9.- Los pagarés deben protestarse por su falta de pago cuando quien debe realizar el
pago no es el suscriptor mismo. (Artículo 173 de la LGTOC).
2.8.10.- Los pagarés no requieren llenarse en un formato determinado, pero si cumplir los
requisitos del artículo 170, por ello puede redactarse un pagaré en una hoja en blanco y
tendrá validez. Sugiriendo un texto para el pagaré presentamos la siguiente propuesta, en
la cual se anotará en letras cursivas un texto general y entre ellas en letra no cursiva y en
negrillas, los datos que se tendrían que llenar en el formato, considerando que éste sería el
primero de cinco pagarés, pero que cambiarían el número de pagaré y la fecha de
vencimiento para los otros cuatro:
Firma
2.8.11.- Al reverso se acostumbra que firmen los avales, pero puede ser a continuación si
hay espacio. Cualquier firma a continuación o al reverso distinta del aceptante del pagaré
se presume que es por aval y no requiere legalmente mayor información, pero conviene
asentar los datos de nombre, dirección y teléfono de los avalistas en el mismo documento,
para un más fácil manejo posterior.
El cheque
2.9.- Los bancos hace poco más de cincuenta años, no eran las instituciones tan extendidas
territorialmente que son ahora; habían bancos pequeños, que operaban en regiones muy
limitadas y en los cuales las reglas de operación no eran tan estrictas y permitían la
discrecionalidad de sus gerentes, pues no dependían de una organización mayor o
institución nacional con manuales de operación rígidos. Los comerciantes podían depositar
en sus ciudades dinero en una cuenta de cheques, pero de hecho sus cheques sólo eran
pagaderos en su misma ciudad, porque los otros bancos en las otras ciudades no pagaban
inmediatamente y directamente a sus clientes esos cheques, sólo los recibían al cobro y les
repercutían comisiones por recibir en depósito los cheques foráneos, nacionales o
extranjeros, pues el cobro terminaba hasta que el banco girado abonara al corresponsal del
banco y éste al banco en que se efectuó el depósito, el monto del cheque.
2.9.1.- Incluso ese fenómeno que retrasaba el cobro, se podía dar en bancos que tenían
sucursales en el resto del país, pues las sucursales foráneas no estaban integradas en un
sistema central que lo permitiera. Como cada sucursal llevaba la cuenta de sus clientes en
papel y anotaba en él las operaciones que iba autorizando, para tener en ese documento el
saldo disponible, las sucursales del banco en la misma ciudad, tenían que hablar por
teléfono a la sucursal en que operaba la cuenta del cliente, para solicitar autorización de
pagar un cheque girado al mismo banco, pero que se presentaba al cobro a distinta sucursal
de la que llevaba la cuenta.
2.9.2.- Entonces un comerciante podía tener su dinero en un banco de su ciudad y cuando
venía a la capital a hacer negocios, o traía todo su dinero en efectivo o tenía que conocer
cuando menos algún comerciante que le recibiera sus cheques foráneos. Podían esos
comerciantes que recibían los cheques foráneos operar de hecho como bancos para sus
clientes y recibir documentos ordenándoles pagar a determinada persona una suma de
dinero.
2.9.3.- Incluso, cuando se salía de viaje al extranjero, se solía llevar cheques (giros) emitidos
por el banco a cargo del corresponsal más cercano del destino del cliente o cheques de
viajero. Hoy estas prácticas no suelen ya realizarse frecuentemente, pero la LGTOC intenta
reglamentar algunas ya inexistentes, otras modificadas enormemente y las demás esperan
ser reglamentadas, porque los legisladores no han querido darse cuenta que tienen que
trabajar al respecto. Hoy para cobrar un giro bancario en otros países, a veces se requiere
tener cuenta bancaria en esos lugares.
2.9.4.- La existencia del Internet ha modificado mucho las prácticas bancarias, permitiendo
que cualquier sucursal de un banco en el país, pero en una ciudad diferente a la del girador,
pague un cheque a cargo del banco con estas características, porque se dispone, por la vía
electrónica desde cualquier sucursal, del estado de cuenta e información del cliente.
Cuando se sale al extranjero, ya no es conveniente llevar giros o cheques de viajero, sino
tarjetas de crédito o débito. Es más, las tarjetas de débito han sustituido en buena medida a
los cheques, pues en realidad el vouche que se firma al hacer una compra o pago, es un
pagaré que funciona como un cheque, aunque el cargo no se hace a una cuenta de
cheques, pero si a una cuenta de la tarjeta de crédito. Cuando se presenta en un cajero
automático una tarjeta bancaria, se le está dando a través de la máquina al banco la orden
de que le pague alguna cantidad, operación equivalente a la expedición de un cheque de
ventanilla. Las tarjetas de crédito vienen a utilizar las reglas de los pagarés, haciendo que el
cliente firme uno cuando hace el pago con su tarjeta.
2.9.5.- Hoy lo más común, es que las operaciones que se realizan con la expedición de un
cheque están restringidas a que la persona que gira el cheque tenga una cuenta corriente
con una institución de crédito y que la orden de pago se elabore en los esqueletos que la
misma institución le entrega a su cuenta habiente. Dice la LGTOC:
Artículo 175.- El cheque sólo puede ser expedido a cargo de una institución de
crédito. El documento que en forma de cheque se libre a cargo de otras personas,
no producirá efectos de título de crédito.
El cheque sólo puede ser expedido por quien, teniendo fondos disponibles en una
institución de crédito, sea autorizado por ésta para librar cheques a su cargo.
2.9.6.- Luego ese documento parecido a un cheque, que ordene a persona diferente a un
banco realizar un pago, tendrá efectos como un documento a la orden o al portador de
naturaleza civil. Pero es posible girar un cheque en documentos distintos a los esqueletos
del banco, si el banco acredita la suma disponible en una cuenta de depósito a la vista y no
se ha firmado acuerdo con el banco en sentido contrario, sobre la manera de expedir los
cheques.
2.9.7.- La Ley establece como requisito para poder expedir cheque, que una institución de
crédito reconozca como girador a la persona que desea expedirlos. Otras leyes, en especial
las fiscales, imponen la obligación de realizar los pagos por cheque, tarjeta de débito o
crédito o transferencia bancaria. Pero ninguna Ley señala el derecho explícito de las
personas a tener cuentas de cheques y cuándo los bancos están obligados a abrirlas. Esto
puede dejar a algunas personas sujetas al capricho de los bancos.
Abrir una cuenta de cheques con un banco actualmente es un trámite tortuoso y dilatado.
2.9.8.- Ejemplo 14: La personalidad jurídica de los condominios está reconocida por la Ley
de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal, misma que dice:
Artículo 2.- Para efectos de esta Ley se entiende por:
ADMINISTRADOR…….
ASAMBLEA GENERAL: Es el órgano del condominio, que constituye la máxima
instancia en la toma de decisiones para expresar, discutir y resolver asuntos de
interés propio y común, celebrada en los términos de la presente Ley, su
Reglamento, Escritura Constitutiva y el Reglamento Interno.
…
ESCRITURA CONSTITUTIVA: Documento público, mediante el cual se constituye
un inmueble bajo el régimen de propiedad en condominio.
…
Artículo 3.- La constitución del Régimen de Propiedad en Condominio es el acto
jurídico formal que el propietario o propietarios de un inmueble, instrumentarán
ante Notario Público declarando su voluntad de establecer esa modalidad de
propiedad para su mejor aprovechamiento, entendida ésta como aquella en la
que coexiste un derecho de propiedad absoluto y exclusivo, respecto de unidades
de propiedad privativa y un derecho de copropiedad en términos de lo dispuesto
por los artículos 943 y 944 del Código Civil, respecto de las áreas y bienes de uso
común necesarios para el adecuado uso o disfrute del inmueble.
I.- …
XII.- Entregar mensualmente a cada condómino un estado de cuenta del
condominio con el visto bueno del Comité de Vigilancia, recabando
constancias de quien lo reciba, que muestre:
a)…
d)….
Note que la Ley local les da derecho a los condominios de tener cuentas de cheques.
Situaciones similares ocurren en otros estados a los cuales Hacienda si les reconoce la
personalidad a los condominios, pero en la ciudad de México no.
2.9.12.- Los requisitos de contenido de los cheques son: a) que en el texto del documento
exista la mención de que es un cheque; b) el lugar y fecha que se expide; c) la orden
incondicional de pagar una cantidad de dinero; d) el nombre del librado; e) el lugar de pago
y f) la firma del librador. (Artículo 176 de la LGTOC).
2.9.13.- Si tiene usted un cheque a la mano verifique que no todos esos requisitos se
cumplen y a veces: a) no existe un espacio para el lugar de libramiento o en su defecto, el
domicilio del librador; b) tampoco el domicilio de pago o el del librado; c) a veces aparecen
las siglas del banco y en letras pequeñas en algún lugar inapropiado el nombre del banco.
2.9.14.- Estas deficiencias, pueden salvarse porque la Ley las presume sustituyéndolas por
otras o porque los bancos dan mejores opciones de cobro. Así la LGTOC en el artículo 177
señala que si no se indica el lugar de expedición, se considerará que lo es el que aparezca
junto al nombre del librador, y si no aparece este último, lo será el domicilio del librador y si
éste tiene varios, el que sea el principal.
2.9.15.- Si no se indica en el cheque el lugar de pago, primero será el que aparezca junto al
nombre del librado, y si no existe ese dato, en segundo criterio, lo será el domicilio del
librado y si tiene varios, el principal. En el caso que aparezcan varios domicilios del girador o
del girado, se tendrán por válidos los señalados en primer lugar. (Artículo 177 de la LGTOC).
2.9.16.- Como los bancos dan la opción de cobro del cheque en cualquier sucursal, resulta
impráctico señalar todas las direcciones de las mismas y aunque entonces en teoría,
conforme a la Ley, debería pagarse en la oficina principal, se pagan en cualquier sucursal
que seleccione el beneficiario del cheque, y así nadie se opone a ese procedimiento. Como
ve, la realidad superó a la Ley, la cual no podía prever cuando se expidió, el crecimiento que
tuvo el sistema bancario, ni las herramientas con que cuenta actualmente. (Artículos 177 y
180 de la LGTOC).
2.9.17.- Como ya se dejó dicho, los cheques por montos menores a cinco mil pesos pueden
expedirse al portador o ser nominativos. Los cheques por mayor suma tienen que ser
nominativos. (Artículos 32 y 179 de la LGTOC).
2.9.18.- Si no se señala al beneficiario del cheque o si se señala un nombre junto con la
cláusula al portador, se considerará al portador. (Artículo 179 de la LGTOC).
2.9.19.- Los cheques nominativos pueden expedirse a favor del girador, del girado o de un
tercero. Si se expiden o se endosan a favor del girado, a partir de ese momento, no serán
negociables. (Artículo 179 de la LGTOC).
2.9.20.- Los cheques deben presentarse al girado para su cobro en los siguientes plazos: a)
en quince días a partir de su fecha, si deben pagarse en el mismo lugar de la expedición; b)
dentro de un mes, cuando sean expedidos y pagaderos en distintos lugares del territorio
nacional; c) dentro de tres meses, si fueran expedidos en el extranjero y pagaderos en
territorio nacional; y d) dentro de tres meses, si fueron expedidos en territorio nacional
para ser pagados en el extranjero, siempre que no fijen otro plazo las leyes del lugar de
presentación para su pago. (Artículo 181 de la LGTOC).
2.9.21.- El girado, aunque hubieren pasado esos términos de presentación, deberá pagar
los cheques, siempre que el girador tenga fondos en su cuenta. (Artículo 186 de la LGTOC).
2.9.22.- Los cheques pueden presentarse al cobro, una vez que estén en posesión del
beneficiario, aunque sean post-fechados. Esto quiere decir, que la supuesta fecha de
expedición no impide que el librado pague aunque la fecha de presentación sea anterior a
la que aparece en el cheque. Tal conducta se deriva del hecho que la Ley considera que el
pago del cheque siempre es a la vista. (Artículo 178 de la LGTOC).
2.9.23.- Cuando el cheque se presenta en tiempo y no es pagado por el librado, debe
protestarse a más tardar en el segundo día que siga al plazo de presentación, como se hace
en la letra de cambio. (Artículo 190 de la LGTOC). El cobro de cheques entre bancos se hace
por conducto de la Cámara de Compensación, y cuando se presenta en ella un cheque,
surte los efectos de la presentación para su cobro. (Artículo 182 de la LGTOC). Si se deposita
al cobro un cheque y se rechaza, se tramita automáticamente el protesto del documento,
siendo que se regresará al depositante con las razones de protesto, indicando las causas,
pero existirá un cargo por ese servicio. Si se presenta directamente al banco girado, debe
pedirse se asiente la razón de regreso. La anotación de la Cámara de Compensación o la
anotación del librado de presentación y no pago hará las veces de protesto. (Artículo 190
de la LGTOC).
2.9.24.- El librador es responsable del pago del cheque y son inválidas las estipulaciones en
contrario. El que autoriza a otro para expedir cheques está obligado con él hasta el importe
de todas las sumas que tenga a disposición del mismo. (Artículo 183 y 184 de la LGTOC). El
librador debe pagar daños y perjuicios no menores al veinte por ciento del monto del
cheque, si por causa imputable al mismo librador se regresa el cheque. (Artículo 193 de la
LGTOC).
2.9.25.- Cuando, sin justa causa, el banco no pague un cheque, resarcirá al librador de los
daños y perjuicios. La indemnización no será menor del veinte por ciento del valor del
cheque. Serán justas causas de rechazo: a) la insuficiencia de fondos en la cuenta del
librador; b) si hubiere alteración o falsificación notorias en el documento; c) si se hubiere
dado aviso al girado de la pérdida de los esqueletos para la generación de los cheques; o d)
la falta de algún requisito insalvable en el texto, como el beneficiario, la cantidad en letra, la
fecha o la firma del librador. Un cheque al portador por más de cinco mil pesos también
debe rechazarse. (Artículos 176, 177, 184 y 194 de la LGTOC). La causa de no coincidir las
firmas con las registradas es un argumento que con frecuencia se utiliza, siendo que las
diferencias pueden no ser notorias y por lo tanto, invalido el rechazo.
2.9.26.- Ejemplo 15.- Alguien llega a un banco casi a la hora del cierre para cobrar un
cheque y hay mucha gente esperando ser atendida. Los empleados del banco no desean
atender a tanta gente porque eso implicará salir más tarde de su horario y tienen la
ocurrencia de decirles a todos ellos que se les “cayó el sistema” y que no los pueden
atender. La mayoría de los que esperaban su turno se van, pero hay alguien que no se da
por vencido y le dice al cajero que ponga y firme la razón de que no se pagó el cheque
porque se “cayó el sistema”. El cajero se niega a poner alguna razón y ese alguien pasa con
el gerente y enfrente de testigos, insiste en su petición de que se ponga una razón de
rechazo por la “caída del sistema”. El gerente se niega a poner la razón, pero en el
intercambio de opiniones reconoce como causa la caída del sistema. Lo más probable es
que el gerente le indique que espere un poco y le pagarán el cheque, pero en caso contario
ese alguien, puede demandar posteriormente al banco, porque no es causa justificada que
se “caiga el sistema” y se le puede cobrar el veinte por ciento del valor del cheque por
daños y perjuicios.
2.9.27.- Contra ejemplo 15 (continuación): El banco en su defensa injustificada puede
alegar que sólo está obligado a pagar el cheque en su oficina principal de acuerdo a lo
estipulado en el artículo 177 de la LGTOC y que el cobro se intentó en una sucursal, lo que
hace que su rechazo de pago sea legítimo. Obviamente se puede alegar en contra, que el
banco ofrece pagar en cualquiera de sus sucursales y que eso una manifestación de
voluntad que ha constituido costumbre y que le obliga a hacerlo.
2.9.28.- Si no se presenta y protesta el cheque en tiempo, caducan: a) las acciones de
regreso del último tenedor contra los endosantes o avalistas; b) las acciones de los
endosantes y avalistas entre sí; c) la acción directa contra el librador y sus avalistas, si
prueban que había fondos y que dejó de pagarse por causa ajena al librador posterior al
término. (Artículo 191 de la LGTOC).
2.9.29.- En seis meses prescriben las acciones señaladas en el párrafo anterior, contados: a)
desde que concluye el plazo de presentación, las del último tenedor del documento; y b)
desde el día siguiente a aquél en que pague, las de los endosantes y las de los avalistas.
(Artículo 192 de la LGTOC).
2.9.30.- Cuando se paga un título de crédito con un cheque, mencionándolo así el librador
en el cheque, hará que sea considerado como depositario del título por el tiempo de
presentación del cheque. La falta de pago del cheque hará que se consideré como falta de
pago del título de crédito, una vez protestado el cheque. (Artículo 195 de la LGTOC).
2.9.31.- Son aplicables al cheque las disposiciones de los artículos 78, 81, 86, 90, 109 al 116,
129, 142, 143 párrafos segundo, tercero y cuarto, 144 párrafos segundo y tercero, 148, 149,
150, fracciones II y III, 151 156, 158, 159, 164, y 166 al 169. (Artículo 196 de la LGTOC).
2.9.32.- Cuando el cheque sea cruzado por dos líneas paralelas en el anverso (frente del
cheque), sólo puede ser cobrado por una institución de crédito, es decir, que tiene que ser
depositado en una cuenta bancaria del tenedor. Estas líneas pueden ser puestas por el
librador o el tenedor del cheque y se conocen como un cruzamiento general. (Artículo 197
de la LGTOC). Usualmente esas líneas se pueden poner de un tercio del lado superior a dos
tercios del lado inferior, pero la Ley es omisa en señalar alguna regla al respecto y podrían
ser válidas líneas verticales u horizontales que pasaran desapercibidas.
2.9.33.- Si existe el cruzamiento general, éste puede transformarse en especial indicando la
institución de crédito que debe cobrarlo, si entre las líneas se pone su nombre. Un
cruzamiento general puede convertirse en especial por el librador o el tenedor, pero un
cruzamiento especial no puede transformarse en general. (Artículo 197 de la LGTOC).
2.9.34.- Se puede disponer que el cheque no se pague en efectivo, si se inserta la expresión
“para abono en cuenta” y sólo se podrá depositar en una cuenta bancaria del beneficiario.
El documento no será negociable a partir de la inserción de la cláusula. (Artículo 198 de la
LGTOC).
2.9.35.- El librador, antes de poner en circulación un cheque nominativo, puede pedir que
se certifique que tiene fondos suficientes y la certificación del banco hará las veces de la
aceptación de una letra de cambio. (Artículo 199 de la LGTOC). Por certificar el cheque el
banco cobra una comisión y para protegerse carga en la cuenta del librador la cantidad que
certifica, aún antes de que se le presente el cheque para su cobro. El librador puede
presentar el cheque certificado al banco, para que anule la certificación y regrese el cargo
del cheque, pero no la comisión.
2.9.36.- Aunque es absurdo, si se conoce cuando menos un caso, que aunque el cheque era
certificado, se devolvió por falta de fondos.
2.9.37.- La inserción en el cheque de las palabras acepto, visto bueno u otras equivalentes,
suscritas por el librado, o sólo su firma, hacen las veces de certificación del cheque.
(Artículo 199 de la LGTOC).
2.9.38.- Solo las instituciones de crédito pueden expedir cheques de caja, nominativos y no
negociables, a cargo de ellas mismas. (Artículo 200 de la LGTOC).
2.9.39.- La Ley da reglas para los cheques de viajero, pero tal documento ha entrado en
total desuso por la existencia de las tarjetas de débito o crédito, razón por la cual no se
hace mayor explicación al respecto.
2.9.40.- Al que teniendo como fin el procurarse ilícitamente una cosa u obtener un lucro
indebido, libra un cheque contra una cuenta bancaria que sea rechazado por no tener el
librador cuenta o carecer de fondos suficientes para su pago, comete el delito de fraude.
(Artículo 337 fracción XXI del Código Penal Federal).
Obligaciones
2.12.1.- También puede ocurrir que el comerciante no desea vender su mercancía, sino
obtener un crédito garantizando el pago con ella. Realiza un depósito, pero solicita que el
depositario, como recibo le entregue un certificado de depósito y uno o varios bonos de
prenda. Posteriormente se pone de acuerdo con quienes le prestarán el dinero recibiendo
como garantía los bonos de prenda de la mercancía depositada. El depositario no le
regresará al comerciante su mercancía si no entrega el certificado de depósito, junto con el
bono de prenda o el valor de las mercancías que ampara el bono, por lo que la persona que
ha prestado el dinero está segura de que su deudor no puede disponer de sus mercancías
hasta que le pague o entregue el valor de la prenda al depositario y en caso de no hacerlo,
podrá con esas mercancías cobrar el adeudo, con el bono de prenda.
2.12.2.- El certificado de depósito acredita la propiedad de mercancías o bienes
depositados en el almacén que emite este documento. El bono de prenda, acredita la
existencia de un crédito con garantía de las mercancías que ampara el certificado de
depósito. (Artículo 229 de la LGTOC).
2.12.3.- No todas las constancias, recibos o certificados que expidan los depositarios para
dejar constancia del depósito son títulos de crédito. Sólo los certificados de depósito y los
bonos de prenda que expidan los Almacenes Generales de Depósito autorizados conforme
a la Ley General de Instituciones de Crédito, tendrán las ventajas derivadas de ser
documentos mercantiles y clasificados como títulos de crédito. Los otros, sólo producirán
efectos en el Derecho Civil o Penal. (Artículo 229 de la LGTOC). Aquí sólo nos referiremos a
los primeros.
2.12.4.- Si las mercancías que se depositan son bienes individualmente designados el
almacén sólo expedirá un bono de prenda por cada certificado. Si se trata de mercancías o
bienes designados genéricamente, el almacén puede expedir, a voluntad del depositante,
bonos de prenda múltiples. (Artículo 230 de la LGTOC).
2.12.5.- Los certificados de depósito y el bono de prenda deben contener: a) la mención de
ser un certificado de depósito o bono de prenda, según el caso; b) la designación y firma del
almacén; c) lugar de depósito; d) fecha de expedición; e) el número de orden, que debe ser
igual para el certificado y para los bonos de prenda, y el número progresivo de bono de
prenda cuando se expidan varios en relación a un certificado; f) la mención de haber sido
constituido el depósito con la designación individual o genérica de las mercancías o efectos
respectivos; g) la especificación de las mercancías o bienes depositados, con mención de su
naturaleza, calidad y cantidad y las demás circunstancias que sirvan para su identificación;
h) el plazo señalado para el depósito; i) el nombre del depositante; j) la mención de estar o
no sujetos los bienes o mercancías materia del depósito al pago de derechos, impuestos o
responsabilidades fiscales, y cuando para la constitución del depósito sea requisito previo el
formar la liquidación de tales derechos, nota de esa liquidación; k) la mención de estar o no
asegurados los bienes o mercancías depositados y el importe del seguro; y l) la mención de
los adeudos o las tarifas en favor del almacén o la mención de no existencia de esos
adeudos. (Artículo 231 de la LGTOC).
2.12.6.- El bono de prenda, además de la información que contiene el certificado de
depósito debe señalar: a) nombre del tomador del bono; b) importe del crédito que el bono
representa; c) el tipo de interés pactado; d) la fecha de vencimiento, que no puede ser
posterior a la fecha que concluya el depósito; e) la firma del tenedor del certificado que
negocia el bono por primera vez; f) la mención, suscrita por el almacén o por la institución
de crédito que intervenga en la primera negociación del bono de haber hecho la anotación
respectiva en el certificado. (Artículo 232 de la LGTOC).
2.12.7.- El bono de prenda sólo puede ser negociado por primera vez separadamente del
certificado de depósito con intervención del almacén o de una institución de crédito.
(Artículo 236 de la LGTOC).
2.12.8.- Los tenedores simultáneamente de los certificados de depósito y de los bonos de
prenda relacionados, tienen el dominio sobre lo depositado, previo pago de las obligaciones
con el almacén y con el fisco. (Artículo 239 de la LGTOC).
2.12.9.- El tenedor del certificado de depósito puede retirar las mercancías pagando las
obligaciones con el almacén y con el fisco, y haciendo el depósito en dichos almacenes de la
cantidad que amparen los bonos de prenda que no estén en su poder. El retiro puede
hacerse parcial, cuando se tengan los primeros bonos. (Artículos 240 y 241 de la LGTOC).
2.12.10.- Los bonos de prenda deben protestarse en el almacén igualmente que la letra de
cambio por su falta de pago. El tenedor del bono de prenda protestado debe pedir dentro
de los ocho días siguientes al protesto que el almacén proceda al remate de los bienes
depositados. (Artículos 242 y 243 de la LGTOC).
2.12.11.- Al producto del remate el almacén aplicará el siguiente orden de prelación para el
pago de los adeudos: a) impuestos, derechos o responsabilidades fiscales; b) pago a los
almacenes por adeudos derivados del contrato de depósito; c) pago del valor consignado
en bonos de prenda, aplicándose el orden de tales bonos de forma preferencial; d) el
sobrante se pondrá a disposición del tenedor del certificado. (Artículos 244 a 248 de la
LGTOC).
2.12.12.- Las acciones del tenedor del bono de prenda, contra endosantes y avalistas
caducan: a) por la no protesta del bono; b) por no pedir la venta de los bienes depositados;
c) por no haberse ejercitado la acción dentro de los tres meses que sigan a la fecha de
venta, cuando no pueda efectuarse la venta o si los almacenes se niegan a la entrega de las
cantidades; d) el tenedor del bono de prenda conservará su acción contra quien haya
negociado el bono por primera vez separadamente del certificado y contra sus avalistas.
(Artículo 249 de la LGTOC).
2.12.13.- Prescriben en tres años las acciones derivadas del certificado de depósito para el
retiro de mercancías y las del bono de prenda, a partir del vencimiento del plazo para el
depósito. (Artículo 250 de la LGTOC).
Servidumbres
Gestión de negocios
2.14.- Un caso especial para la realización de acciones que impliquen futuras obligaciones
para un tercero es la gestión de negocios, figura con la cual pueden incluso contratar, con
consecuencias como si fuera la persona interesada, aquellos que buscando evitarle al
interesado un daño o perjuicio, lo sustituyan oficiosamente. Al respecto el CCF y el CCDF
señalan:
2.14.1.- Suponga que su vecino se va de vacaciones y que estando ausente llega el recibo
de la energía eléctrica con fecha de corte por falta de pago al día siguiente. Para evitarle el
problema a su vecino de que le corten la energía y las consecuencias que ello conlleva,
usted va y paga el recibo. Cuando regresa su vecino, usted le dice que le debe lo que pagó
por él, más entonces de respuesta recibe una negativa del pago, alegando que él nunca le
dijo que pagara. Sin embargo por haberse dado el pago bajo la figura de la gestión de
negocios, su vecino está obligado a pagarle lo que por él pagó por usted de energía.
2.14.2.- Aunque usted cobra lo pagado por la energía, ha quedado en una situación
incómoda con el vecino, pues él explícitamente le dijo que no quería que se metiera en sus
asuntos. En las siguientes vacaciones su vecino vuelve a desaparecer y entonces ocurre algo
en el departamento de él por lo cual empieza a salir el agua y a causar daños a todos los
vecinos, incluido usted. Como el vecino le había prohibido meterse en sus asuntos, usted no
realiza más acción que protegerse lo más posible. Cuando regresa su vecino, usted al igual
que otros afectados le reclaman una cierta cantidad por los daños y perjuicios, siendo que
entonces el vecino le dice que no pagará nada porque usted podía haber evitado el daño de
haber actuado diligentemente. Sin embargo el vecino tendrá que pagar los daños a todos,
pues había expresado la negativa a que pudieran intervenir en sus negocios y usted no
estaba obligado a intervenir.
Prescripción
2.15.- Pueden adquirirse bienes o desaparecer obligaciones por el simple paso del tiempo,
siempre que se cumplan algunas condiciones. Se conoce como prescripción positiva
cuando por el paso del tiempo se adquieren los bienes y por prescripción negativa cuando
se pierde el derecho de pedir el cumplimiento de alguna obligación. (Artículos 1135 y 1136
del CCF y del CCDF).
2.15.1- Pueden sólo prescribirse los bienes y obligaciones que están en el comercio, pero
existen excepciones. Las personas pueden renunciar a la prescripción ganada, siempre que
tengan capacidad de enajenar, pero no pueden renunciar a la prescripción futura.
(Artículos 1137 y 1141 del CCF y del CCDF).
2.15.3.- No pueden prescribir contra los copropietarios o coposeedores una cosa que se
posee en común, aunque si puede hacerlo contra un extraño, aprovechando a todos los
partícipes. (Artículo 1144 del CCF y del CCDF).
2.15.6.- La posesión para que pueda operar la prescripción positiva requiere: a) que sea en
concepto de propietario; b) pacífica; c) continua y d) pública. (Artículo 1151 del CCF y del
CCDF).
2.15.7.- Los términos de prescripción para bienes inmuebles son: a) en cinco años, si se
poseen en concepto de propietario, con buena fe, pacífica, continua y públicamente,
cultivando la finca la mayor parte del tiempo, haciendo las reparaciones y habitada la
propiedad en la mayor parte del tiempo por el poseedor; b) en cinco años cuando el
inmueble ha sido objeto de una inscripción de posesión; c) en diez años si se posee de mala
fe, pero es en concepto de propietario, pacífica, continua y pública, cultivando la finca la
mayor parte del tiempo, haciendo las reparaciones y habitando la propiedad la mayor
parte del tiempo por el poseedor; d) ochenta meses, si se demuestra que se posee en
concepto de propietario, con buena fe, pacífica, continua y públicamente, sin cultivar la
finca la mayor parte del tiempo o que no se han hecho las reparaciones y no ha sido
habitada la mayor parte del tiempo por el poseedor; e) ciento sesenta meses si se posee de
mala fe, pero es en concepto de propietario, pacífica, continua y pública, sin cultivar la
finca la mayor parte del tiempo o que no se han hecho las reparaciones y no ha sido
habitada la mayor parte del tiempo por el poseedor. (Artículo 1152 del CCF y del CCDF).
2.15.8.- Los bienes muebles se prescriben en tres años, si se poseen de buena fe, pacífica y
continuamente. Sin buena fe, prescriben en cinco años. (Artículo 1153 del CCF y del CCDF).
2.15.9.- Si la posesión de un bien inmueble se obtiene con violencia, aunque luego la
posesión sea pacífica, prescribirá en diez años, desde el cese de la violencia. En cambio los
bienes muebles prescribirán en cinco años, desde el cese de la violencia. Si la posesión se
adquiere por delito, el término de prescripción iniciará al extinguirse la pena o se prescriba
la acción penal y se considerará la posesión como de mala fe. (Artículos 1154 y 1155 del
CCF y del CCDF).