Hablemos de Él
Hablemos de Él
Hablemos de Él
A lo largo de mi vida, he enfrentado desafíos y adversidades que han dejado huellas profundas
en mi ser. Aunque en la actualidad algunos puedan pensar que soy una persona que no valora
nada, ni siquiera a mi propia familia, solo yo conozco la verdadera magnitud de lo que he
vivido desde una edad muy temprana. He atravesado pruebas extremadamente duras que han
marcado profundamente mi vida y me han hecho la persona que soy hoy.
Desde muy pequeña, la vida no me dio tregua. Recuerdo con dolor y claridad que, a los cuatro
años, el hermano de mi mamá me hizo daño. Fue una experiencia traumática y aterradora que
se repitió en múltiples ocasiones. Aunque los detalles exactos se han vuelto borrosos en mi
memoria debido a mi corta edad, el dolor y el miedo que sentí fueron intensos. El hecho de
que nadie hablara de ello solo profundizó mi sensación de soledad y abandono. Mi hermano se
fue de la casa cuando yo tenía seis años, y ese silencio que rodeó su partida me hizo sentir que
mi sufrimiento no tenía valor o no merecía ser reconocido.
Con el tiempo, descubrí que mi hermana había pasado por una experiencia similar con ese
mismo hombre infeliz, aunque nunca hablamos abiertamente sobre ello. Esta conexión no
verbal entre nosotras nos unió en un dolor compartido. Sabíamos lo que habíamos vivido,
aunque no teníamos el espacio para hablar de ello. La falta de comunicación y apoyo en
nuestra familia agravó nuestra carga emocional y nuestra incapacidad para encontrar consuelo
mutuo.
El silencio sobre el abuso se rompió por primera vez en 2021, cuando, en un acto de valentía y
vulnerabilidad, decidí abrirme a Gian y Cleyber. Hablar sobre mi pasado, rememorar cada
detalle doloroso, fue un proceso abrumador. Fue como abrir una herida que, aunque nunca
sanó del todo, había estado escondida bajo una capa de olvido y represión. Compartir mi
historia fue un alivio inmenso, pero también me enfrentó al dolor de revivir cada momento
horrendo. Sin embargo, en ese acto de sinceridad, encontré un espacio para empezar a sanar,
aunque el camino hacia la sanación no ha sido fácil.
La carga de mi pasado ha influido profundamente en mi vida actual. A menudo siento que mis
fracasos y las críticas constantes que recibo están basados en ese dolor que arrastro. Las voces
que dicen que no soy buena en nada, que todo lo que hago está mal, que nunca puedo hacer
nada bien, me afectan más de lo que las palabras pueden expresar. Esta constante
subestimación y comparación con los demás han alimentado una sensación de insuficiencia y
tristeza que parece interminable.
A pesar de todo, no puedo culpar a mi padre, quien siempre ha sido mi mayor apoyo. Su
dedicación y trabajo arduo para mantenernos a flote han sido admirables. Sin embargo, la
ausencia de amor y apoyo por parte de mi madre ha sido dolorosa. La falta de un modelo a
seguir y de cariño en mi infancia ha dejado una marca profunda en mi vida, haciéndome
cuestionar si alguna vez recibí el amor y la atención que necesitaba para sentirme completa.
Mi mayor deseo es encontrar la felicidad que tanto anhelo. Quiero superar el dolor y el
sufrimiento que han marcado mi vida. No quiero seguir viviendo en un estado de tristeza y
dolor. Mi mayor objetivo es convertirme en una profesional exitosa y cumplir todas mis metas,
con la esperanza de proporcionar una vida mejor para mi futuro hijo. Deseo ser una madre que
le dé todo el amor y la atención que no recibí, alguien que estará siempre a su lado,
respetando sus espacios y apoyándolo en todo lo que necesite. Espero con todo mi corazón
que pueda lograrlo. Con la ayuda de Dios, que siempre ha sido una fuente de fuerza y guía
para mí, confío en que puedo superar todos los obstáculos que se me presentan. Mi fe en Él
me da la esperanza de que todo es posible y que, con su apoyo, podré salir adelante.
Quiero demostrarme a mí misma que mi pasado no me define y que todo el sufrimiento que
he experimentado no ha sido en vano. Estoy decidida a avanzar, a salir del abismo de terror y
dolor que he conocido durante tanto tiempo. Mi objetivo es hacerme sentir orgullosa de lo
que lograré, de ser una inspiración para mis hermanos y un orgullo para mi familia. Quiero que
mi papá y mamá se sientan felices y satisfechos con el camino que he elegido, y espero que,
algún día, pueda decir que he alcanzado mis sueños y que he logrado superar los desafíos que
una vez parecieron insuperables.
Por favor, Dios, ayúdame a alcanzar mis metas y a encontrar la sabiduría para actuar con
rectitud. Quiero probarme a mí misma y al mundo que soy capaz de salir adelante, de ser la
mejor versión de mí misma y de ofrecer un futuro brillante para mi familia. Confío en que, con
tu guía y apoyo, todo es posible.
PARA BEBÉ…
Desde el momento en que supe de tu existencia, mi vida cambió para siempre. Al principio
tuve miedo, no sabía si estaba lista para ser tu mamá, fueron muchas emociones, porque soy
muy joven para asumir tan grande responsabilidad como la de traer a un ser al mundo, pero
afortunadamente tuve el apoyo de personas cercanas que me ayudaron en todo este proceso,
si no hubiese sido por ellos talvez ya no estarías en mi vida. No sabes cuánto me arrepiento de
haber querido hacerte daño, tú no tienes la culpa de nada, eres un pequeño que apareció en
nuestras vidas para darle sentido a las cosas. Aunque aún no te he visto y no puedo sostenerte
en mis brazos, siento un amor inmenso y profundo por ti. Cada día que pasa, mi corazón se
llena de una alegría indescriptible al pensar en ti y en el futuro que nos espera juntos. Eres mi
prioridad, y me esfuerzo constantemente para ser mejor persona, para ofrecerte un hogar
lleno de amor y felicidad.
Tu presencia en mi vida es un regalo invaluable. A pesar de que todavía estamos separados por
el vientre, ya puedo sentir tu pequeño ser en cada latido de mi corazón. Cada vez que siento
tus movimientos, me siento más conectada contigo y más emocionada por conocerte. Este
vínculo que compartimos es único y especial, y me llena de una dicha inmensa.
Quiero compartir contigo algo muy importante: en varias ocasiones, mi embarazo ha estado en
peligro. Han sido momentos de gran incertidumbre y preocupación, pero en cada uno de esos
momentos, has demostrado ser un bebé increíblemente fuerte. A pesar de las dificultades, tu
fortaleza y resistencia han brillado con intensidad, y cada día que pasa me siento más
admirada por tu capacidad para superar los obstáculos. Tu valentía me inspira y me da fuerzas
para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.
Sé que el camino hacia la maternidad no siempre es fácil, pero te prometo que estoy dispuesta
a superar cualquier desafío que se presente. Quiero que sepas que, aunque haya días difíciles,
mi amor por ti nunca disminuye. Mi mayor deseo es que siempre te sientas amado y apoyado.
Cada decisión que tomo y cada sacrificio que hago están dirigidos a asegurarte un futuro lleno
de bienestar y alegría. Tu fortaleza ha sido una lección constante de coraje y esperanza para
mí.
A medida que mi cuerpo cambia y se adapta para darte lo mejor, también estoy cambiando
internamente. Estoy aprendiendo a ser más paciente, más comprensiva y más fuerte. Estoy
trabajando en convertirme en la mejor versión de mí misma, para que, cuando finalmente te
tenga en mis brazos, puedas estar orgulloso de la mamá que elegiste. Quiero ser un ejemplo
de fortaleza y amor para ti, y espero que cada día que pase demuestre cuánto te amo y cuánto
te deseo.
El tiempo parece transcurrir lentamente mientras espero el día en que finalmente pueda verte
y abrazarte. Pero cada momento de espera está lleno de esperanza y emoción. Imaginarte en
mis brazos, escuchar tu risa y ver tus primeros pasos me da fuerzas para seguir adelante y
mantenerme positiva. Quiero que sepas que cada día que pasa me acerco más al momento en
que podremos compartir nuestra vida juntos.
PARA ÉL…
Desde que comenzó nuestra historia, supe que había encontrado a alguien que cambiaría mi
vida de una manera profunda e irreversible. No fue el primer amor que conocí, pero de alguna
manera, desde el principio, sentí que nuestra conexión era distinta, única, como si el universo
nos hubiera reunido en un momento exacto que solo él y yo podríamos entender. Cada
instante que compartimos, cada risa, cada mirada, cada conversación profunda, fueron piezas
fundamentales en la construcción de algo que va mucho más allá de las palabras.
Recuerdo cada momento, como si fuera ayer: el primer día que nos vimos, el primer toque de
nuestras manos, el primer beso que compartimos, cuando se escapó de casa para ir a verme.
Cada uno de esos momentos se ha grabado en mi corazón de una manera indeleble. Fueron
momentos que, aunque pudieron parecer pequeños en su momento (excepto lo de irse de su
casa, eso fue inmenso), formaron la base de una conexión tan intensa que nada puede
compararse a ella. Nos reímos juntos, soñamos juntos, enfrentamos retos juntos y, sobre todo,
aprendimos juntos lo que significa amar de verdad.
Todo esto tomó un giro aún más profundo cuando supimos que íbamos a ser padres. La noticia
de que íbamos a tener un bebé fue una de las experiencias más emocionantes y aterradoras de
nuestras vidas. Al principio fue muy complicado aceptarlo, pero las circunstancias cambiaron y
nuestras rutas comenzaron a divergir, el hecho de que estamos creando una nueva vida juntos
ha añadido una dimensión completamente nueva a nuestro vínculo. Aunque ya no estemos
juntos, la presencia de nuestro bebé, que aún está dentro de mí, es un recordatorio constante
de lo que compartimos y de la increíble conexión que tuvimos.
Amo a nuestro hijo con todo mi ser, y cada vez que me siento a hablarle, me recuerdo a mí
misma lo precioso y especial que es este regalo de la vida que llevamos. Aunque nuestro
camino juntos haya terminado, el hecho de que compartimos este milagro me da una paz que
de otra manera no tendría. A pesar de todo, él sigue siendo una parte fundamental de mi vida
y de mi corazón.
Él es él, y nada ni nadie hará que deje de amarlo, aún si me cueste mi felicidad, yo sólo quiero
la suya. Él y mi bebé están por encima de todo y todos, no existe alguna otra persona que ame
y me importe más que ellos, son las únicas personas a las que he podido amar de una manera
tan sincera y bonita, ambos muy importantes y especiales en mi vida, ambos mi familia. El
amor de mi vida me regaló a un pequeño ser que cada día amo más y más, y estoy segura de
que seremos felices, aún si papá ya no quiere estar con nosotros.
No importa lo que pase en el futuro, no importa cuántos desafíos enfrente; él siempre será el
amor de mi vida. La forma en que me hizo sentir, la forma en que me entendió, y todo lo que
compartimos juntos permanecerán conmigo para siempre. Nuestra historia es un capítulo
invaluable en el libro de mi vida, un capítulo que siempre recordaré con cariño y gratitud.
En resumen, mi amor por él es una llama que nunca se extinguirá. Aunque nuestra historia
haya cambiado, aunque nuestras vidas hayan tomado rumbos diferentes, el amor que
compartimos siempre será una parte esencial de mi ser. No importa lo que pase, él siempre
será el amor de mi vida, y nada podrá cambiar eso.
Cuando pienso en nuestro bebé, siento una mezcla de amor y melancolía. Este pequeño ser es
el símbolo tangible de nuestra conexión, el lazo que, aunque el tiempo y las circunstancias
hayan tratado de separar, siempre nos mantendrá unidos de alguna manera.
Hay días en los que la nostalgia me envuelve, y me encuentro deseando poder revivir aquellos
días felices. Me asomo a los recuerdos y encuentro consuelo en ellos, sabiendo que, aunque
las cosas no salieron como esperábamos, lo que tuvimos fue real y hermoso. Mi amor por él no
ha disminuido; en cambio, ha evolucionado, adaptándose a las nuevas realidades mientras
sigue siendo una fuerza constante en mi vida.
En este viaje de la vida, el hecho de que él haya sido una parte tan importante de mi historia
me brinda una perspectiva única. Aunque el destino nos haya llevado por caminos separados,
lo que compartimos es una parte indestructible de mi pasado y de mi futuro. La esencia de
nuestro amor sigue siendo una guía para mí, un recordatorio de lo que significa amar
profundamente y vivir con pasión.
Cada vez que pienso en él, lo que más deseo en este mundo es verlo triunfar y alcanzar todo lo
que se proponga. Mi mayor anhelo es verlo crecer, superar cada desafío y convertirse en la
persona que siempre supe que podía ser. Su talento, su determinación y su capacidad para
superar obstáculos me han impresionado desde el primer momento, y estoy convencida de
que tiene el potencial para lograr grandes cosas.
Es un chico increíble, alguien que tiene una luz propia que brilla con intensidad. Cada día, me
maravillo de su capacidad para enfrentar la vida con valentía y pasión. Sigo creyendo en su
capacidad para lograr sus sueños y alcanzar el éxito que merece.
Sus defectos, lejos de ser algo negativo, son parte de lo que lo hace tan especial. Cada
imperfección es un matiz en la pintura de su personalidad, una característica que lo hace único
y valioso. Es en esos detalles, es en ese temperamento particular y único, donde encuentro la
verdadera belleza de su ser. Sus defectos no son una barrera, sino un reflejo de su humanidad
y autenticidad, cualidades que admiro profundamente.
Mi deseo más sincero es que se levante cada día con la determinación de ser mejor, de superar
cada desafío y de seguir persiguiendo sus sueños con la misma pasión que siempre ha
demostrado. Quiero verlo alcanzar sus metas, realizar sus aspiraciones profesionales y ser
reconocido por su increíble talento y esfuerzo.
No hay nada malo en él; al contrario, es una persona llena de virtudes, y sus defectos son solo
un recordatorio de que es humano y genuino. Cada parte de su ser contribuye a la maravillosa
persona que es, y cada desafío que enfrenta es una oportunidad para crecer y brillar aún más.
Siempre lo apoyaré en mi corazón. Su éxito y felicidad son importantes para mí, y seguiré
deseándole lo mejor en cada paso que dé. Verlo triunfar y superar cada obstáculo es una
fuente de alegría y orgullo para mí.
Así, mientras me preparo para la llegada de nuestro hijo, llevo conmigo el deseo profundo de
que él alcance todas sus metas y más. Que su vida esté llena de logros, amor y felicidad, y que
siempre sepa lo especial que es, tanto para mí, nuestro bebé y el mundo. Él siempre será una
parte vital de mi corazón, y mi mayor deseo es verlo triunfar y encontrar la realización en cada
aspecto de su vida.
No me arrepiento de nada de lo que hice por él; lo volvería a hacer una y mil veces sin
pensarlo. Cada esfuerzo, cada gesto, cada momento compartido, ha valido la pena. Estar a su
lado en su cumpleaños, justo a las 12, fue una experiencia muy especial para mí. Ver su sonrisa
al recibir sus camisetas favoritas llenó mi alma completamente. Ese instante de felicidad
compartida, esa sonrisa sincera, es un recuerdo que atesoro con todo mi corazón. No hay
mayor satisfacción que haber podido contribuir a su alegría y ver cómo su rostro se iluminó,
sabiendo que lo hice con amor y dedicación.
Al final, quiero afirmar con toda la profundidad de mi ser que lo amo con una intensidad que
va más allá de las palabras. Este amor, que ha sido mi guía y mi fuerza, impregna cada rincón
de mi corazón y mi alma. Es un amor que no ha disminuido con el tiempo ni se ha visto
afectado por las circunstancias. Cada instante que compartimos, cada risa, cada abrazo y cada
vez que estuvimos piel con piel, han dejado una huella imborrable en mi vida.
Amo con mi vida a ese titito hermoso, amo su niño interior, amo lo feliz que es cuando se
siente en confianza, ojalá y pudiera volver a esos momentos donde sólo éramos él y yo,
tranquilos y felices, pero ahora sólo me queda recordar todo; Aunque no es como quise que
fueran las cosas, acepto todo este proceso, porque los tiempos de Dios son perfectos, y estoy
segura de que él nos acompañará en todo este viaje, con él presente todo estará bien.
Al concluir este relato, me encuentro reflexionando sobre el viaje emocional que he recorrido,
un camino lleno de desafíos, recuerdos dolorosos y momentos de esperanza. Escribir estas
palabras ha sido un proceso profundamente conmovedor, una mezcla de emociones que ha
traído a la superficie tanto los momentos más tristes como los más felices de mi vida. Desde lo
más profundo de mi corazón, he intentado transmitir la esencia de mi historia, no solo para
compartirla, sino también para encontrar una forma de sanar y avanzar. El recordar los
momentos más oscuros de mi pasado, no puedo evitar sentir un dolor inmenso por las
experiencias que viví cuando era tan pequeña. El abuso que sufrí a una edad tan vulnerable, el
silencio que rodeó mi sufrimiento, y la sensación de ser invisible en medio del caos emocional,
son recuerdos que han marcado mi vida de manera indeleble. Estos momentos de dolor han
sido como sombras persistentes, pero también han sido la fuerza que me ha impulsado a
buscar un cambio y a luchar por una vida mejor. donde el recuerdo de las heridas abiertas se
mezcla con la visión de un futuro lleno de posibilidades. Al plasmar mis pensamientos en
papel, he sentido la liberación de dar voz a mis sentimientos más íntimos, y la esperanza de
que este acto de sinceridad me llevará hacia una mayor comprensión y aceptación de mí
misma.
Mi objetivo al compartir esta historia no es solo dar testimonio de mis experiencias, sino
también mostrar que, a pesar de los traumas y dificultades, siempre hay espacio para el
crecimiento, la redención y el cambio. La vida es una serie de altibajos, y aunque los desafíos
han sido duros y a menudo desalentadores, la fortaleza que he encontrado en mi interior me
ha permitido seguir adelante y aspirar a un futuro más brillante.
Espero que, al leer estas palabras, puedas entender la profundidad de mis sentimientos y la
fuerza de mi deseo de transformar mi vida. Con cada desafío superado, con cada lágrima
derramada y con cada sonrisa compartida, estoy construyendo un camino hacia un futuro en el
que pueda encontrar la paz y la felicidad que tanto anhelo. Estoy decidida a no dejar que mi
pasado defina mi futuro, sino que utilizaré cada experiencia para motivarme a ser la mejor
versión de mí misma.
Mi fe en Dios me da la esperanza de que, con Su guía y apoyo, podré alcanzar todas mis metas
y construir un futuro lleno de amor y realización. A través de la adversidad, he aprendido a
valorar la fuerza interior y la capacidad de seguir adelante, y confío en que estos aprendizajes
me llevarán a cumplir mis sueños y a crear una vida llena de significado y propósito.