A MI MADRE Carta de Sanación Ancestral - Transgeneracional
A MI MADRE Carta de Sanación Ancestral - Transgeneracional
A MI MADRE Carta de Sanación Ancestral - Transgeneracional
La relación con mamá es la más significativa en nuestra vida, la base sobre la que se
construyen todas las demás relaciones. Es muy importante ya que dependiendo de esa
relación va a depender mi abundancia (dinero).
Este día realizaremos una meditación especial para sanar el vínculo con Mamá.
Date un tiempo para realizarlo, solo ocupas sentarte en un espacio tranquilo, inhalas y
exhalas a placer, cierra tus ojos y trae a tu mente un bello recuerdo de tu mamá.
Con esa imagen de mamá feliz y tu emoción, abre tus ojos y repite:
“Madre, necesito sanar contigo para poder vivir mi propia vida en armonía. Eres el
canal que elegí para vivir esta experiencia física. Te escogí porque eras perfecta para
mí. Gracias, mamá, lo hiciste estupendo.
Mi niño herido ha estado muy resentido contigo durante todos estos años. Te cerré mi
corazón desde hace mucho. Pero eso me ha mantenido atada al dolor, a un dolor que
ya no quiero en mi corazón.
No soy tu víctima porque sé que hiciste lo mejor que podías con lo que tenías y sabías.
Ahora estoy libre para crecer, evolucionar y reconciliarme contigo. Reconozco al niño
herido que hay en mí y aprendo a darle todo el amor y aceptación que no recibió de la
forma que él esperaba.
Me alejé de ti creyendo que con eso iba a evitar el dolor, pero el dolor de no sentirme
amado tal y como soy, de no sentirme suficiente; me ha hecho ir por el mundo
buscando un amor y aprobación que nadie podrá nunca darme y ello me ha hecho
sufrir mucho.
He vivido demandando amor constantemente a través de ‘ser bueno’, ‘ponerme hasta
el final’, ‘dar de más’, buscar aprobación, permitir abusos, querer permanecer, lograr
reconocimiento profesional, sufrir por lo que los demás digan o piensen de mí, etc…
Pido al gran espíritu poder ver a la mujer que eres sin juicios, poder ver todas tus
decisiones sin juicios y poder aceptarte tal y como eres sin que me duela. En la medida
que te acepto, me reconcilio conmigo misma, porque tú eres la semilla de donde parto
y la que me permite desplegar todo mi potencial.
Esto es un trabajo interno en el cual cada día te acepto en mi corazón con todos tus
defectos y virtudes. Sin expectativas. Sin esperar que tú cambies, ni que lo veas, ni me
lo reconozcas. Lo hago por mí y por toda mi descendencia.
Te honro y te respeto tal y como eres. Gracias por darme la vida. Honro tu vida tal y
como ha sido. Honro mi vida tal y como es. No me quedo atascada en resolver tus
problemas, te dejo con tu propias cargas porque sé que tú puedes con todas las
circunstancias que has elegido en tu vida.
Me libero de todas las cargas tuyas que no me corresponden y quedo liberada para
enfocarme en mi vida, en mis proyectos, en mis anhelos. Veo más allá, mi niño
interior empieza a calmarse, ya no estoy sediento de amor, cariño, reconocimiento,
aprobación y atención.
Te prometo que voy a ser una persona feliz; que voy a amarme más que a nada en este
mundo y voy a disfrutar mi vida al máximo. Que siempre voy a rodearme de personas
que me amen, me respeten, me valoren y me den mi lugar. Que creeré en mí y seré
consciente de lo hermosa, talentosa y maravillosa que soy. Que voy a hacer mis
sueños realidad desde mi más grande gozo, libertad , pasión y aprecio. Que viviré en
abundancia, conectada con mi guía interior, tomando las mejores decisiones para mí.
Tomo la Vida. Te honro y te bendigo madre. Té pido permiso para hacerlo diferente.
Estoy listo para cambiar la historia de todo nuestro linaje y descendencia.
Madre me siento feliz de ser quien soy, te amo con todo mi corazón y disfruto
inmensamente estar viva. Gracias por traerme a este mundo”.