Marco Teórico
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Marco Teórico
Para dar inicio debemos conceptualizar los vínculos afectivos, los cuales son definidos por
el psicoanalista John Bowlby en su teoría del apego y sus explicaciones que adjunta sobre
del comportamiento de cada individuo a nivel social, a partir de una o varias interacciones,
lo cual supone, una capacidad del sujeto para el reconocimiento del otro en un entorno
determinado. El autor precisa que cuando no existe una vinculación de carácter afectivo o
debido a que los sujetos nacen notable tendencia por la cercanía a cierta clase de estímulos,
específicamente con su entorno más cercano a lo cual conocemos como familia, de igual
forma existe parcialmente una represalia hacia los estímulos externos que son considerados
extraños.
Se sabe que todos los seres humanos desarrollan vínculos afectivos, primero con los
cuidadores primarios y conforme van creciendo y desarrollándose con nuevas personas, sin
embargo para establecer un parámetro, se hablará brevemente del vínculo que genera el
bebé con la madre; de manera óptima, un infante con conductas saludables tendrá un
necesidades biológicas, según las capacidades del niño para hacerle frente a la adaptación y
a la frustración por no tolerar lo que no tiene o lo que no puede controlar, en este contexto,
Winnicott (1995) menciona que en el desarrollo del bebe relaciona varios objetos que
comodidad a medida que conocen su entorno. Este objeto puede ser real como una frazada
o un peluche, pero también inmateriales, como una canción pueden también ser de utilidad
para el infante, ya sea a la hora de dormir o incluso para mitigar un poco su ansiedad,
Winnicot señala que el apego que se les tiene a los objetos transicionales no es malo, sino
por el contrario los ayuda a adaptarse cada vez más a la separación paulatina que la madre
tiene con el infante ya sea por su trabajo o por otras tareas que demandan su tiempo y
atención. Así mismo Winnicot creía que si existía una “sintonía lo suficientemente buena”
de estar solos sin ansiedad, pero esto pasa realmente en la adolescencia y en la adultez.
Se puede observar que en una persona adulta cuyo flujo de vida está en constante
movimiento, existe un apego a ciertos “objetos” que sirven como apoyo emocional durante
ciertos periodos de transición, los cuales podrían ser readaptarse a un empleo o la pérdida
de un ser querido; estos objetos pueden ser periódicos, fotos, playeras, almohadas,
documentos, incluso el teléfono; podemos decir que este vínculo emocional que tienen las
personas con los objetos es visible y por el momento el apego que les genera es
aparentemente inexplicable.
En el periodo de los 0 a 2 años inicia la elección del objeto transicional ocurre mayormente
en el primer año ya que logró reconocer el objeto de pertenencia que esto inicia desde los 8
meses, según el doctor Alfonso Correa, jefe de la unidad psiquiátrica infantil de la clínica
Alemana, explica que “Dada esa mayor conciencia, el pequeño puede angustiarse al darse
cuenta de que no ve su juguete favorito, que no lo tiene, por lo que surge el miedo a
Para Winnicott (1971) el enfoque del objeto transicional viene de una subjetividad y lo que
percibe de forma objetiva, los objetos transicionales para el infante percibe como no es
parte del cuerpo del bebé pero no se termina de entender cómo parte de la realidad exterior.
Es el primer vínculo significativo para el bebé que tiene cierta parte de alucinación y parte
de la realidad pero de una perspectiva subjetiva. Winnicott (1991), consideraba que durante
el periodo en que el bebé hace uso del objeto transicional ocurren diferentes transiciones
como las capacidades del desarrollo del niño, su coordinación que va en aumento y el
enriquecimiento de su sensibilidad.
Para Greenacre (2002) es una representación física de la necesidad del contacto con la
madre, por eso en la mayoría de casos los objetos transicionales suelen ser suaves y más
que nada que puedan guardar olor y que el acercamiento a la cara o la nariz demuestra que
sustituye en pecho materno o el cuello de la madre; a su vez, Greenacre (1970) indagó por
considera que, cuando el objeto empieza a ser usado de manera exagerada, puede
entenderse como un intento de negar que es el propio objeto quien está perdiendo su
Para Modell (1990) el objeto transicional se establece como un fenómeno defensivo ya que
allá de la niñez.
Después de un lapso de los 7 años dejan esa dependencia (según Winnicott), Winnicott
(1917) dice que el objeto transicional deja de tener ese valor de transición y esa ausencia se
refleja más en su entorno social, la pérdida del interés de este objeto sucede cuando la
ausencia de la madre de consolida, o sea que el objeto es más que nada un refugio seguro
que la presencia de la madre revive ese sentimiento. Esto se puede observar mejor cuando
de adultos pasa por un duelo o una falta de interés en actividades, buscamos un reencuentro
Sin embargo otros autores (Busch et al, 1973; Passman y Halonen, como se citó en Cohen
y Clark; 1984). Sherman y col,(Año como se citó en Cohen y Clark, 1984) han encontrado
Para Melanie Klein (1930) profundiza el psicoanálisis del objeto como otra persona más y
profundiza la relación entre ellos, se relacionan a través de las sensaciones e impulsos que
proyecta en el objeto estos dejando una huella marcando las futuras relaciones y las
experiencias vividas se internalizan, Klein teoriza que el sujeto tiene que aprender a superar
las etapas y conflictos que se estén viviendo en cierta etapa, esto daría un equilibrio de lo
nacimiento hasta 6 meses) que es cuando sólo identifica el objeto como bueno quien lo
cuida y malo quien lo daña pero en la posición Depresiva (después de los 6 meses) habla
sobre que el bebé ya sabe identificar y profundizar el objeto malo y bueno con algo
desagradable o agradable, así que el bebé después de esa etapa ve al objeto como
independiente y surge el miedo de perderlo. Klein propone que estas etapas pasan en el
momento exacto pero no niega la posibilidad de que un adulto tenga esa regresión.
Si bien todo este concepto es desarrollado por Winnicott, los orígenes se remontan a Wulff,
quien fue el primero en reportar este fenómeno, de modo que lo concebía como un objeto
manera distinta, hacia la salud del infante, para su adaptación con el orden interno con el
orden externo, apoyándolos a disminuir el estrés y la ansiedad que la separación les genera.
estaría dando un proceso simbólico. El cambio es de un objeto único a otro objeto único,
Mientras que el objeto transicional es una etapa normal de la evolución del niño, el objeto
fetiche refleja la incapacidad de simbolizar la verdad sexual. “Por esta razón, es importante
convertirse en un fetiche. Esto debido a que ambos objetos pertenecen a estadios distintos
de la evolución del niño”. (Mc Dougall, como se citó Muro Mesones Valdez, 2014, p. 20).
Hablando de la información recolectada sobre este tema, “Son pocas las investigaciones
De igual manera se aborda este problema de los objetos de transición desde otra
perspectiva, la cual es relevante en esta investigación debido a las diversas áreas en que
podemos interpretar este mismo fenómeno y por eso mismo es importante analizarlo desde
Daniel Kahneman) es una disciplina que entrelaza la psicología y la economía con el fin de
poder entender el cómo y porqué las personas se comportan de la manera en que lo hacen
comportamiento humano, con lo que han demostrado que las personas no siempre
que las personas como seres humanos reaccionan de acuerdo a sus emociones, su
las personas como seres completamente racionales, los cuales pueden tener un autocontrol
y nunca pierden de vista sus objetivos; por esto mismo de las investigaciones realizadas a
perspectiva” impuesta por los psicólogos Amos Tvesky y Daniel Kahneman en las décadas
de 1970 y 1980 que refiere una serie de observaciones en que se le preguntaron a las
personas como reaccionarían ante ciertas situaciones que implican ganancias y pérdidas,
dentro de esta teoría se demuestra que la gente está más dispuesta a evitar una pérdida antes
que obtener una ganancia; es aquí donde podemos encontrar el fenómeno de los objetos
transicionales, ya que las personas que cuentan con un objeto transicional prefieren evitar la
momento puede ser desplazado por un próximo objeto transicional y seguir aferrados a su