Trabajo de Rubeola.

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA

Área del conocimiento de Ciencias Médicas


UNAN-León

GUÍA DE ELECTIVA ENFERMEDADES INFECCIOSAS PREVALENTES EN EL


RECIEN NACIDO

Carrera: Medicina.
Elaborado por:
 Br. Carlos Alfredo Rojas Valle.

Tutor:
Dra. Morales

02 de Mayo de 2024
45/19 ¡La Patria, La Revolución!
RUBEOLA CONGÉNITA
Concepto de Síndrome de la rubeola congénita La rubéola es una enfermedad leve,
con frecuencia exantemática, que afecta a lactantes y niños. Suele ser más grave
y asociarse a más complicaciones en adultos. Su aspecto clínico más relevante es
la infección transplacentaria y la afectación fetal que forma parte del síndrome de
rubéola congénita (SRC).
El síndrome de rubéola congénita (SRC) es una embriopatía infecciosa que se
produce por infección del virus de la rubeola durante la gestación afectando a la
madre y al feto.
Comportamiento epidemiológico de la rubiola congénita
En la era prevacunal, la rubéola se presentaba en epidemias graves cada 6-9 años
con picos menores intercalados cada 3-4 años, y era más habitual en los niños de
edad preescolar y escolar. Durante la epidemia de rubéola de 1964-1965 se
produjeron unos 12,5 millones de casos asociados a 2.000 casos de encefalitis,
más de 13.000 abortos o muertes perinatales, y 20.000 casos de SRC. Después
de la introducción de la vacuna en 1969, la incidencia disminuyó un 78% y el
número de casos de SRC descendió un 69% en 1976.
Después de varios años de disminución de su incidencia, durante 1989 – 1991 se
produjo una reaparición de la rubéola y del SRC asociada a una epidemia de
sarampión. Por consiguiente, se aplicó una recomendación de dos dosis de vacuna
de rubéola, con lo que la incidencia de la enfermedad disminuyó de 0,45 por cada
100.000 en 1990 a 0,1 por cada 100.000 en 1999, con una reducción
correspondiente del SRC, con una media de 6 casos anuales de lactantes con SRC
notificados de 1992 a 2004.
Las madres de estos lactantes solían ser jóvenes, de origen hispano o nacidas
fuera de Estados Unidos. El número de casos notificados de rubéola continuó
disminuyendo desde la década de 1990 y a principios de este siglo. La propagación
endémica de la rubéola fue declarada como eliminada en Estados Unidos en 2004
y entre los nativos estadounidenses en 2015. Sin embargo, siguen importándose
casos de rubéola a Estados Unidos desde países en los que continúa siendo
endémica, con más de 100.000 casos de SRC al año en todo el mundo.
En el periodo 2004 – 2016 hubo 101 casos de rubéola y 11 casos de SRC en
Estados Unidos, y todos fueron importados desde focos desconocidos. Tres de los
casos de SRC se adquirieron en África. En todo el mundo en 2016 se declararon
22.106 casos de rubéola y 358 casos de SRC, confirmando que no se ha logrado
erradicar la rubéola a nivel internacional y justificando la vigilancia y el
mantenimiento continuos de cifras altas de inmunidad en Estados Unidos.
Etimología y forma de transmisión
El virus de la rubéola
pertenece a la familia
Togaviridae y es la única
especie del género Rubivirus.
Se trata de un virus de ARN
monocatenario dotado de una
cubierta lipídica y de tres
proteínas estructurales. El
virus es termosensible a la luz
ultravioleta y a los valores
extremos de pH, pero es
relativamente estable a
temperaturas frías. El ser
humano es el único huésped
conocido.
En las mujeres embarazadas, el virus infecta a la placenta y al feto.
Los niños afectados por el SRC pueden excretar el virus durante más de un año en
las secreciones faríngeas y en la orina. La rubéola es altamente contagiosa y se
transmite principalmente a través de gotitas respiratorias expulsadas al hablar,
toser o estornudar por una persona infectada.
También puede transmitirse por contacto directo con secreciones nasales o de
garganta infectadas. Una persona puede transmitir la enfermedad incluso antes de
que aparezcan los síntomas y hasta siete días después de que aparece el
exantema.

Manifestaciones clínicas del síndrome de la rubeola congénita

Si se adquiere durante el transcurso de las 8 a 10 primeras semanas de embarazo, la infección por


el virus de la rubéola puede producir numerosas anomalías fetales que incluyen anomalías
neurológicas, oftálmicas (cataratas, microftalmia, glaucoma, coriorretinitis), auditivas (sordera
neurosensorial), cardíacas, e incluso aborto espontáneo o muerte fetal.
Una infección más tardía en el transcurso del embarazo está asociada con una disminución del
riesgo de anomalías congénitas. Es poco frecuente observar anomalías fetales tras una infección
materna que se produzca después de la semana 16 de embarazo.
No obstante, se puede observar una sordera neurosensorial tras una infección adquirida hasta la
semana 20 de embarazo. Además, se han descrito otros síntomas que incluyen: meningoencefalitis,
neumonía intersticial, hepatitis con ictericia, hepatoesplenomegalia, púrpura, estrabismo, glaucoma
congénito y retraso del desarrollo.
Seguimiento de las complicaciones del síndrome de la rubeola congénita
Manejo de las afectaciones auditivas:
se puede proponer el uso de dispositivos (audífonos) convencionales. Son
dispositivos colocados detrás de la oreja que amplifican electrónicamente el
volumen del sonido. Si la sordera es profunda y no hay suficiente mejoría con este
tipo de prótesis, para poder percibir y entender las palabras, se propondrá un
implante coclear.
Se trata de un dispositivo electrónico del cual una parte se coloca en el oído interno
en el transcurso de una intervención quirúrgica. Muchas personas que disponen de
un implante coclear son capaces de comprender el habla sin necesidad de leer los
labios, siendo también posible la comunicación telefónica. El implante coclear
permite recuperar la percepción auditiva, pero no sustituye al oído y es necesaria
una reeducación auditiva.
Esta intervención precoz permite a los niños pequeños acceder al mundo sonoro,
lo que les facilita también, posteriormente, el aprendizaje del habla y la mejora de
su calidad de vida. Una reeducación auditiva (seguida de logopedia) es
indispensable para que el niño pueda sacar provecho a su implante. Manejo de las
afectaciones visuales: La detección precoz de las afectaciones visuales y el
abordaje por parte de equipos especializados en terapia oculomotora permiten, en
la medida de lo posible, la adaptación de las lentes correctoras y la asistencia del
niño hasta la edad adulta.
Cuando la deficiencia visual es incapacitante, la reeducación en habilidades de la
vida diaria (HVD) permite a las personas adquirir una mayor autonomía individual,
social y profesional. Después de haber analizado sus dificultades, el educador en
HVD aporta las ayudas técnicas necesarias para su autonomía, como por ejemplo
la adaptación del mobiliario. Para ello, se pueden realizar simulaciones de actividad
o de trabajo cercanas a la vida cotidiana, consiguiendo así una especie de interfaz
entre el afectado y su entorno. También se pueden diseñar y producir aparatos que
faciliten el acceso a la autonomía personal.
Se pueden proponer ayudas para “baja visión” cuando la visión central que controla
la visión precisa está afectada. Se trata de ayudas ópticas como lentes de aumento,
lupas, telescopios o ayudas no – ópticas que consisten en un conjunto de artículos
susceptibles de facilitar las actividades de la vida cotidiana: libros y revistas con
caracteres grandes, juegos de cartas con números grandes, teléfonos y
calculadoras con caracteres grandes o relojes parlantes, por ejemplo. En última
instancia las ayudas electrónicas, como los sistemas de televisión con aparatos de
aumento y los dispositivos de lectura informatizada integrada, son útiles en
determinadas circunstancias.
Prevención del síndrome de la rubeola congénita
Los pacientes con una infección posnatal deberían aislarse de las personas
susceptibles durante 7 días después del inicio del exantema. En los pacientes
hospitalizados se recomienda la aplicación de aislamiento estándar y respiratorio.
Los niños con SRC pueden excretar el virus en las secreciones respiratorias hasta
cumplir 1 año y deberían mantenerse las precauciones de contacto hasta ese
momento, a menos que los cultivos repetidos de orina y de las secreciones
faríngeas sean negativos. Unas precauciones similares se aplican en los pacientes
con SRC respecto a su asistencia a la escuela y a guarderías.
La exposición de las mujeres embarazadas susceptibles plantea un riesgo
potencial para el feto. En las gestantes expuestas a la rubéola debería extraerse
una muestra de sangre lo antes posible para el análisis de anticuerpos IgG
específicos de rubéola; también debería guardarse una muestra congelada para
análisis posteriores. Si el resultado del análisis de anticuerpos contra la rubéola es
positivo, es probable que la madre sea inmune.
Si es negativo, se debería extraer una segunda muestra 2-3 semanas después y
analizarla a la vez que la muestra congelada. Si ambas muestras son negativas,
debería extraerse una tercera muestra a las 6 semanas de la exposición y
analizarla a la vez que la muestra congelada. Si tanto la segunda como la tercera
muestra son negativas, no ha habido infección.
Una primera muestra negativa y un resultado positivo en las muestras segunda o
tercera indican que la madre ha sufrido una seroconversión, lo que sugiere una
infección reciente. Debería ofrecerse asesoramiento sobre los riesgos y beneficios
de interrumpir el embarazo

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Rosales Santiago LA, Aguilar-Arguello C, Álvarez Molina MC, Ulloa Patino
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Tabasco [Internet]. 2011 [citado 20 Ago 2017]; 17(3): 77-80. Disponible en:
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